La Institución de la Religión Cristiana, es la primera y más famosa obra teológica del reformador francés Juan Calvino. Esta magna obra fue en gran medida el resultado de su estudio de la Biblia, la revisión de la teología de los Padres apostólicos, Lutero, Bucero, las sentencias de Pedro Lombardo y los decretos de Gracián. En su forma inicial era un catecismo ampliado, escrito en latín, organizando a la manera tradicional las doctrinas esenciales del protestantismo naciente. Contenía también un material suplementario contra los sacramentos que veía como falsos, y algunas ideas sobre la organización de la iglesia. Esta fue la obra de su vida, pues la revisó, tradujo y amplió sustancialmente en ediciones subsecuentes. La edición latina definitiva apareció en 1559, la francesa en 1560, y la primera en castellano, traducida por Cipriano de Valera, en 1597. De 85 mil palabras pasó a 450 mil. La Institución llegó a ser un manual sistemático y completo de la teología dogmática, el más influyente, de hecho, producido durante la Reforma.
El Autor
Juan Calvino, bautizado con el nombre de Jehan Cauvin, latinizado como Calvinus (Noyon, 10 de julio de 1509-cantón de Ginebra, 27 de mayo de 1564), fue un teólogo y filósofo francés, considerado como uno de los autores y gestores de la Reforma protestante. Las doctrinas fundamentales de posteriores reformadores se identificarían con él, llamando a estas doctrinas «calvinismo». Los «cinco puntos del calvinismo» surgen de los discípulos de Calvino como contraposición a las doctrinas de los discípulos de Jacobo Arminio. Además, revisó y publicó la Biblia de Ginebra (francesa) en 1564.
CONTENIDO:
LIBRO PRIMERO
Del conocimiento de Dios en cuanto es creador y supremo gobernador del mundo
CAPITULO l
El conocimiento de Dios y el de nosotros se relacionan entre si. Manera en que convienen mutuamente
CAPITULO ll
En qué consiste conocer a Dios y cuál es la finalidad de este conocimiento
CAPITULO lll
El conocimiento de Dios está naturalmente arraigado en el entendimiento del hombre
CAPITULO lV
El conocimiento de Dios se debilita y se corrompe, en parte por la ignorancia de los hombres, y en parte por su maldad
CAPITULO V
El poder de Dios resplandece en la creación del mundo y en el continuo gobierno del mismo
CAPITULO VI
Es necesario para conocer a Dios en cuanto creador, que la escritura nos guia y encamine
CAPITULO VII
Cuales son los testimonios con que se ha de probar la escritura para que tengamos su autoridad por auténtica, a saber del Espiritu Santo; y que es una maldita impiedad decir que la autoridad de la escritura depende del juicio de la iglesia
CAPITULO Vlll
Hay pruebas con certeza suficiente, en cuanto le es posible al entendimiento humano comprenderlas, para probar que la escritura es indubitabley certisima
CAPITULO lX
Algunos espíritus fanáticos pervierten los principios de la religión, no haciendo caso de la escritura para poder seguir mejor sus sueños, so título de revelaciones del Espíritu Santo
CAPITULO X
La escritura, para extirpar la superstición, opone exclusivamente el verdadero Dios a los dioses de los paganos
CAPITULO XI
Es una abominación atribuir a Dios forma alguna visible, y todos cuantos erigen imágenes o idolos se apartan del verdadero Dios
CAPITULO XII
Dios se separa de los idolos a fin de ser Él solamente servido
CAPITULO XIII
La escritura nos enseña desde la creación del mundo que en la esencia única de Dios se contienen tres personas
CAPITULO XIV
La escritura, por la creación del mundo y de todas las cosas, diferencia con ciertas notas al verdadero Dios de los falsos dioses
CAPITULO XV
Cómo era el hombre al ser creado. Las facultades del alma, la imagen de Dios, el libre albedrío y la primera integridad de la naturaleza
CAPITULO XVI
Dios, después de crear con su potencia el mundo y cuánto hay en él, lo gobierna y mantiene todo con su providencia
CAPITULO XVII
Determinación del fin de esta doctrina para que podamos aprovecharnos bien de ella
CAPITULO XVIII
Dios se sirve de los impíos y doblega su voluntad para que ejecuten sus designios quedando sin embargo Él limpio de toda mancha
LIBRO SEGUNDO
Del conocimiento de Dios como redentor en Cristo, conocimiento que primeramente fue Manifestado a los patriarcas bajo la ley y después a nosotros en el evangelio
CAPITULO l
Todo el género humano está sujeto a la maldición por la caída y culpa de Adan, y ha degenerado de su origen. Sobre el pecado original
CAPITULO ll
El hombre se encuentra ahora despojado de su arbitrio, y miserablemente sometido a todo mal
CAPITULO lll
Todo cuanto produce la naturaleza corrompida del hombre merece condenacion
CAPITULO lV
Cómo obra Dios en el corazón de los hombres
CAPITULO V
I. Se refutan las objeciones en favor del libre albedrio
CAPITULO VI
El hombre, habiéndose perdido a si mismo, ha de buscar su redencion en Cristo
CAPITULO VII
La ley fue dada, no para retener en si misma al pueblo antiguo, sino para alimentar la esperanza de la salvación que debiá tener en Jesucristo, hasta que viniera
CAPITULO Vlll
Exposición de la ley moral, o los mandamientos
CAPITULO lX
Aunque Cristo fue conocido por los judíos bajo la ley, no ha sido plenamente revelado más que en el evangelio
CAPITULO X
Semejanza entre el Antiguo y el Nuevo testamento
CAPITULO XI
Diferencia entre los dos Testamentos
CAPITULO XII
Jesucristo, para hacer de Mediador tuvo que hacerse hombre
CAPITULO XIII
Cristo ha asumido la sustancia verdadera de carne humana
CAPITULO XIV
Cómo las dos naturalezas forman una sola persona en el Mediador
CAPITULO XV
Para saber con qué fin ha sido enviado Jesucristo por el padre y los beneficios que su venida nos aporta, debemos considerar en Él principalmente tres cosas: su oficio de Profeta, el Reino y el Sacerdocio
CAPITULO XVI
Cómo Jesucristo ha desempañador su oficio de Mediador para conseguirnos la salvación. Sobre su muerte, resurrección y ascensión
CAPITULO XVII
Jesucristo nos ha merecido la gracia de Dios y la salvación
LIBRO TERCERO
De la manera de participar de la gracia de Jesucristo, frutos que se obtienen de ello y efectos que se siguen
CAPITULO l
Las cosas que acabamos de referir respecto a Cristo nos sirven de provecho por la acción secreta del Espíritu Santo
CAPITULO ll
De la fe. Definición de la misma y exposición de sus propiedades
CAPITULO lll
Somos regenerados por la fe. Sobre el arrepentimiento
CAPITULO lV
Cuan lejos está de la pureza del evangelio todo lo que los teologos de la Sorbona discuten del arrepentimiento. Sobre la confesión y la satisfacción
CAPITULO V
Suplemento que añaden los papitas a la satisfacción; a saber: las indulgencias y el purgatorio
CAPITULO VI
Sobre la vida del cristiano. Argumentos de la escritura que nos exhortan a ella
CAPITULO VII
La suma de la vida cristiana: la renuncia a nosotros mismos
CAPITULO Vlll
Sufrir pacientemente la cruz es una parte de la negación de nosotros mismos
CAPITULO lX
La mediación de la vida futura
CAPITULO X
Cómo hay que usar de la vida presente y de sus medios
CAPITULO XI
La justificación por la fe. Definición nominal y real
CAPITULO XII
Conviene que levantemos nuestro espíritu al tribunal de Dios, para que nos convenzamos de veras de la justificación gratuita
CAPITULO XIII
Conviene considerar dos cosas en la justificación gratuita
CAPITULO XIV
Cuál es el principio de la justificación y cuáles son sus continuos progresos
CAPITULO XV
Todo lo que se dice para ensalzar los méritos de las obras, destruye tanto la alabanza debida a Dios, como la certidumbre de nuestra salvación
CAPITULO XVI
Refutación de las calumnias con que los papistas procuran hacer odiosa está doctrina
CAPITULO XVII
Concordancia entre las promesas de la ley y las del evangelio
CAPITULO XVIIl
Es un error concluir que somos justificados por las obras porque Dios les prometa un salario
CAPITULO XlX
La libertad cristiana
CAPITULO XX
De la oración. Ella es el principal ejercicio de la fe y por ella recibimos cada día los beneficios de Dios
CAPITULO XXI
La elección eterna con la que Dios ha predestinado a unos para salvación y a otros para perdición
CAPITULO XXII
Confirmación de esta doctrina por los testimonios de la escritura
CAPITULO XXlll
Refutación de las calumnias con que está doctrina ha sido siempre impugnada
CAPITULO XXlV
La elección se confirma con el llamamiento de Dios; por el contrario, los réprobos atraen sobre ellos la justa perdición a la que estan destinados
CAPITULO XXV
La resurrección final
LIBRO CUARTO
De los medios externos o ayudas de que Dios se sirve para llamarnos a la compañía de su hijo, Jesucristo, y para mantenernos en ella
CAPITULO l
De la verdadera iglesia, a la cual debemos estar unidos por ser ella la madre de todos los fieles
CAPITULO ll
Comparación de la falsa iglesia con la verdadera
CAPITULO lll
De los doctores y ministros de la iglesia. Su elección y oficio
CAPITULO lV
Estado de la iglesia primitiva y modo de gobierno usado antes del papa
CAPITULO V
Toda la forma antigua del régimen eclesiástico ha sido destruida por la tiranía del papado
CAPITULO VI
El primado de la sede romana
CAPITULO VII
Origen y crecimiento del papado hasta que se elevó a la grandeza actual, con lo que la libertad de la iglesia ha sido oprimida y toda equidad confundida
CAPITULO Vlll
Potestad de la iglesia para determinar dogmas de fe. Desenfrenada licencia con que el papado la ha usado para corromper toda la pureza de la doctrina
CAPITULO lX
Los concilios y su autoridad
CAPITULO X
Poder de la iglesia para dar leyes. Con ello el papá y los suyos ejercen una cruel tiranía y tortura con las que atormentar a las almas
CAPITULO XI
Jurisdicción de la iglesia y abusos de la misma en el papado
CAPITULO XII
De la disciplina de la iglesia, cuyo principal uso consiste en las censuras y en la excomunión
CAPITULO XIII
Los votos. Cuán temerariamente se emiten en el papado para encadenar miserablemente las almas
CAPITULO XIV
Los sacramentos
CAPITULO XV
El bautismo
CAPITULO XVI
El bautismo de los niños está muy de acuerdo con la institución de Jesucristo y la naturaleza del signo
CAPITULO XVII
La santa cena de Jesucristo. Beneficios que nos aporta
CAPITULO XVIIl
La misa del papado es un sacrilegio por el cual la cena de Jesucristo ha sido, no solamente profanada, sino del todo destruida
CAPITULO XlX
Otras cinco ceremonias falsamente llamadas sacramento. Se prueba que no lo son
CAPITULO XX
La potestad Civil
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