Sana Doctrina

Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, Judas 1:3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

Unete

domingo, 17 de marzo de 2013

Los Apóstoles-Los Falsos




Hebreos 11:14, 16
14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; ...16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. 

Los temas de hoy tratan sobre dos males que están más propagados y están haciendo más daño en nuestra Iglesia cristiana.

Alerta a la verdadera Iglesia de Cristo
Hoy en día la cartera de predicadores en los medios de comunicación es extensa y los hay de todo tipo, humanistas, materialistas, espiritistas. Su mensaje es humanista, psicológico, en pro del desarrollo del Yo: la satisfacción personal y un constante instar hacia las riquezas, declaran y decretan, atan y desatan, son ciegos guías de ciegos, Se autodenominan apóstoles y sus esposas se autodenominan profetas, y sus hijos son los salmistas o adoradores, han levantado iglesias familiares como si la iglesia fuera una monarquía una sucesión al trono, finalmente abandonan el objetivo principal de la fe: predicar del Hijo del Dios Vivo de Abraham, Isaac y Jacob, Jesús de Nazaret. No te calles. Denuncia al lobo disfrazado de oveja más cercano. Envíanos tus denuncias para que la Iglesia de Cristo no sea $sorprendida y engañada.  Esta es una pequeña lista de los mas conocidos Mentirosos, Ecuménicos, Lobos Rapaces, Mercaderes del Evangelio, Falsos Maestros y Falsos Pastores:

Falso Apóstol: Guillermo Maldonado: El reino de Dios en la Tierra

No se movía, sino que literalmente trotaba, de un lado al otro del amplio escenario frontal del templo o púlpito y con gran efusividad de gestos, en alta voz, le decía a la numerosa asistencia y a los televidentes, que “con Cristo habíamos recibido un “espíritu de señorío y dominio” sobre todas las cosas de este mundo“, porque ya somos parte del Reino. Que “basta con pronunciar o declarar algo y lo obtendremos“; nos podemos apropiar de las cosas con solo declararlo. Para ejemplo, animaba a los empleados de empresas a confesar con su boca que esas empresas le pertenecían y ¡así pasarían a ser propiedad de ellos!. Como soporte a esa dominadora o dominionista “doctrina del Reino”, citaba o malinterpretaba el versículo bíblico que dice:

“Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro” (Deuteronomio 11:24).

Por eso no caminaba, sino que pisoteaba el escenario y de hecho, pisoteaba la gracia de Dios, con esa enseñanza. Era el autodenominado “apóstol” Guillermo Maldonado predicando en un evento transmitido desde Miami por el canal de televisión Enlace.

Es la doctrina “Estableciendo el Reino de Dios hoy”, la cual dice que “establecer el Reino de Dios en la Tierra consiste en establecerlo mediante “Dominio, posesión, fuerza, control, riqueza y señorío”, pero… material, físico, político, económico y terrenal“.

Algo así como el reinado de Salomón en la antigüedad.

Es la nueva doctrina de moda, esparcida por los principales exponentes de la falsa Iglesia apóstata y mundana, extendida hoy cual cizaña entre el trigo del verdadero Evangelio, dominando la mayoría de los medios de comunicación con su dinero. Lo grave es que gran parte del resto de la Iglesia, inocentemente y por ignorancia, ha adoptado los dictámenes de esos falsos maestros.

Esa doctrina prepara a sus seguidores para alcanzar sus objetivos, estableciendo en primer lugar las autoridades gobernantes y usufructuarias de ese poder terrenal, económico, político y religioso, con el llamado “Movimiento Apostólico y Profético”, el cual designa con el título de “Apóstoles” y “Profetas” a la nueva élite gobernante del mundo, quienes reciben con ese título la autoridad y preeminencia sobre los demás ministerios de la Iglesia, sean pastores, maestros o evangelistas.

Además, lo más importante, manejan las riquezas económicas y las grandes empresas comerciales o industriales, adquiridas con el dinero de los diezmos y ofrendas, de las muchas iglesias y ministerios sometidos a ellos.

Falso Pastor: Myles Munroe

"El propósito de Dios para nosotros (la Iglesia o los del Reino) es el mismo de siempre: EJERCER DOMINIO Y AUTORIDAD SOBRE EL PLANO TERRENAL bajo su reinado soberano. El Reino de los cielos se refiere a la presencia y autoridad soberana de Dios “invadiendo” e impactando la dimensión terrenal. Más que simplemente revelar el Reino, la misión de Jesús era reintroducirlo. Muchos de nosotros suponemos o nos han enseñado que el Evangelio significa que Dios se está preparando para llevarnos al Cielo como nuestro hogar. Esa no es la verdadera restauración, porque nosotros no venimos del Cielo. Restauración significa poner nuevamente en el lugar o condición original. Ya que no caímos del Cielo, sino desde nuestra autoridad de DOMINIO SOBRE LA TIERRA, ser RESTAURADOS SIGNIFICA PONERNOS DE NUEVO EN NUESTRO LUGAR DE DOMINIO TERRENAL. Lo cual significa regresarnos a la posición de autoridad y dominio sobre peces, aves, ganado, plantas y todo el resto del reino terrenal”.

Dice Stanley Owen: Lo que la Biblia describe como el reino de Dios en la Tierra.

Un verdadero reino (terrenal y físico). Debido a que será un reino verdadero en el sentido físico y político, tendrá un rey, un gobierno, una capital y un sistema internacional de leyes. El reino de Dios en la tierra pronto será una realidad. Opacará todos los períodos de la historia conocidos por “el siglo de las luces,” “el período clásico,” “el renacimiento,” etc. El reino de Dios proveerá un magnífico ambiente en este hermoso planeta para todos los que reconozcan a Dios como Supremo Creador y a Jesucristo como Rey del mundo.

Un bello mundo
Use su imaginación por un momento. Piense en un mundo de paz, cuyos habitantes son saludables y bien alimentados y realizan labores provechosas. Imagine un mundo en el cual hay empleo para todos, donde la gente no es explotada y donde un hombre puede tener una vida larga y próspera. Imagine los beneficios de leyes aceptadas internacionalmente y administradas por jueces justos e insobornables. ¡Eso será el reino de Dios EN LA TIERRA! Para otros, el Reino es un sueño de felicidad EN LOS CIELOS. Pero la persona “realista” [entiéndase: “materialista”] sabe que las aspiraciones y los esfuerzos de los hombres no están produciendo UN “MUNDO” MEJOR para nosotros o nuestros hijos. El Reino tiene que ver con “un imperio real y tangible” [es decir, “material, carnal y terrenal”] que será establecido cuando el Señor Jesucristo regrese de los Cielos a la Tierra en un futuro cercano. [Para complacer el apego carnal de los hombres a este mundo terrenal].

¿En qué parte de la tierra estará el Reino?

Palestina era una tierra santa para Dios porque en ella y alrededor de ella demostraría su propósito para las naciones. Los judíos sabían que ellos eran el “Pueblo elegido” debido a la extraordinaria fe de su padre Abraham, la cual dio lugar a la elección de Dios. Hemos visto que EL NÚCLEO DEL REINO DE DIOS SERÁ LA NACIÓN JUDÍA RESTAURADA, CON UN REY JUDÍO. Jerusalén será la capital. ¿Qué otro lugar podría ser más adecuado? Constituirá una magnífica ciudad capital, más céntrica que Nueva York, Moscú o Londres e inmediata a los grandes continentes de Europa, África y Asia. El Reino de Dios será un imperio mundial [terrenal, político, económico y militar] y Jesús será el emperador.

Los habitantes del reino
Debemos aclarar una o dos cosas sobre los habitantes del reino de Dios. Habrá dos clases de personas: en primer término los gobernantes y líderes espirituales, quienes serán inmortales (es decir, nunca morirán), y en segundo lugar los ciudadanos del reino, quienes serán mortales (esto es, podrán morir). El primer grupo incluirá a Jesús, Rey universal; Abraham, David y otros siervos judíos del Dios de antaño, quienes ocuparán puestos de honor en el imperio”. “Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el Reino hasta el siglo, ETERNAMENTE y para siempre” (Daniel 7:18). (Noten que la Palabra citada no dice que será en la Tierra, ni tampoco que será por solo mil años, sino “eternamente y para siempre”).

Dice la “profeta” Cindy Jacobs por el Canal Enlace: “Cristo no mandó discipular personas sino naciones. (¡SIC!) Y nosotros, la Iglesia, seremos el gobierno de esas naciones en la Tierra”. “Tenemos que apoderarnos de los gobiernos, colocando senadores y presidentes de naciones, apoderándonos de los sistemas educativos. En el área económica, debemos ser los dueños de las grandes empresas y del capital. En el área de las comunicaciones, debemos ser dueños de canales de televisión, periódicos y revistas. Debemos implantar el Reino de Dios apoderándonos del mundo y gobernándolo“.

La Biblia desmiente a esta falsa profeta:
“Y le llevó el Diablo a un alto monte, y le mostró en un momento TODOS LOS REINOS DE LA TIERRA. Y le dijo el Diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos” (Lucas 4:5).

Esos son los reinos de la tierra, pero el Reino de Cristo no son de este mundo.

-“Respondió Jesús: MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO; si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero MI REINO NO ES DE AQUÍ” (Juan 18:36).

“26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. 27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.” (Hebreos 12:26-29).

La biblia enseña que el reino de Dios en la tierra no puede ser otra cosa que la Iglesia:

“3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de nuevo no puede ver el Reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:3, 6-7).

Jesús
mismo dice que NO ES UN REINO CARNAL Y MATERIAL, SINO ESPIRITUAL.

“Porque he aquí el reino de Dios esta entre vosotros"

Suele mezclarse el concepto de reino en un entorno terrenal con un ámbito espiritual, pero en lo importante (lo espiritual), aquí entre lo material Dios gobierna en un Reino espiritual, y como los seres con espíritu perfecto somos nosotros su Reino esta en nosotros.

Que la misma Palabra de Dios nos hable y nos explique cómo es el Reino de Dios:

“Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios” (Lucas 6:20).

Jesus da un concepto contrario de la pertenencia a su reino : el ser POBRES.

-“Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente HA LLEGADO A VOSOTROS EL REINO DE DIOS” (Mateo 12:28).

-“Por tanto os digo, que el Reino de Dios será quitado de vosotros [el judaísmo], y será dado a gente que produzca los frutos de él [la Iglesia de Cristo]” (Mateo 21:43).

-“Mas BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

-“PREGUNTADO por los fariseos, CUÁNDO HABÍA DE VENIR EL REINO DE DIOS, les respondió y dijo: “EL REINO DE DIOS NO VENDRÁ CON ADVERTENCIA, NI DIRÁN: HELO AQUÍ, O HELO ALLÍ; PORQUE HE AQUÍ EL REINO DE DIOS ESTÁ ENTRE VOSOTROS” (Lucas 17:20).

-“Respondió Jesús: MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO; si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero MI REINO NO ES DE AQUÍ” (Juan 18:36).

-“Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual NOS HA LIBRADO DE LA POTESTAD DE LAS TINIEBLAS, Y TRASLADADO AL REINO DE SU AMADO HIJO” (Colosenses 1:12).

2. Predicando Judaísmo, en lugar de cristianismo: Judaizando la Iglesia

“Pero cuando vi que NO ANDABAN RECTAMENTE CONFORME A LA VERDAD DEL EVANGELIO, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿POR QUÉ OBLIGAS A LOS GENTILES A JUDAIZAR? Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor [o pecador] me hago” (Gálatas 2:14, 18).

Había un espectáculo de jovencitas disfrazadas con atuendos de campesinas hebreas que danzaban con música de ese país del Oriente Medio, mientras una de ellas blandía delante del auditorio y de las cámaras de televisión una réplica a escala reducida del candelabro de siete brazos, o Menorah, de la religión judáica o del Antiguo Testamento. En el púlpito había una enorme bandera del Estado de Israel, blanca con una estrella azul de seis puntas. Y todo el recinto estaba adornado con ramas y palmas, así como con bandejas de frutas. Estaban celebrando este primer domingo de Octubre, la fiesta judáica de los Tabernáculos, según el rito de la Torah.

Pero, curiosamente, no era una sinagoga judía, sino una iglesia cristiana evangélica, del Concilio Vida Abundante de Honduras y la ceremonia del Antiguo Pacto era presidida por un pastor llamado Evelio Reyes, quien en un determinado momento hizo aplaudir a los embajadores del Estado de Israel y los subió al púlpito para ser condecorados.

Se deshizo en elogios hacia esa nación todo el tiempo del servicio y mientras estuve mirando no escuché ninguna referencia a nuestro Señor Jesucristo, sino todos los textos bíblicos fueron tomados del Antiguo Pacto, pretendiendo cumplir con esa fiesta supuestamente obligatoria todavía para los cristianos, junto con la de la Pascua y la de Pentecostés.

Es abominable como irrespetan a Cristo, al Evangelio y a la Iglesia, imponiendo al pueblo ignorante unas prácticas del judaísmo y predicando el Antiguo Testamento con pinceladas del Nuevo Testamento. Una revoltura de herejía, de judaísmo y de Ley.

3:1 ¡Oh gálatas[o Latinoamericanos] insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley  [del Antiguo Pacto del judaísmo], o por el oír con fe? 3 ¿TAN NECIOS SOIS? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 

Son los nuevos judaizantes.

Un cristianismo belicista y genocida

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque LAS ARMAS DE NUESTRA MILICIA NO SON CARNALES, SINO PODEROSAS EN DIOS para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:3).

Una semana antes, en la misma hora y día del mismo canal, no soporté la predicación de un culto judaizante por el mismo canal de televisión Enlace, donde el pastor mexicano Armando Alducín exaltaba la raza hebrea como la raza escogida por Dios, a la que debemos estar sometidos hoy, los cristianos y decía con el cinismo más grande que eran necesarias las guerras y la aplicación de la fuerza militar “cristiana” para acabar o matar [en masacres genocidas, incluida la población civil, con bombas] a “los malos”, enemigos de los judíos y de los Estados Unidos [los buenos].

“Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: SEÑOR, ¿QUIERES QUE MANDEMOS QUE DESCIENDA FUEGO DEL CIELO, COMO HIZO ELÍAS, Y LOS CONSUMA? Entonces volviéndose ÉL, LOS REPRENDIÓ, diciendo: VOSOTROS NO SABÉIS DE QUÉ ESPÍRITU SOIS; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas” (Lucas 9:54).

La falsa Iglesia apóstata, mundana y carnal predica indistintamente Antiguo Testamento en lugar del Nuevo Testamento, o en confundida y extraña revoltura, como si la venida de Jesucristo no hubiera cambiado nada y estuviéramos todavía hoy en la Ley o Antiguo Pacto del judaísmo.

Del Antiguo Pacto han introducido todas esas falsas doctrinas del Reino terrenal de Dios y la falsa enseñanza hoy de la superioridad de la raza hebrea sobre la gentilidad genética de la Iglesia o Cuerpo de Jesucristo, como si en Cristo y su Evangelio no hubiera cambiado nada, repetimos.

Por ello, llegan al extremo de justificar las matanzas de los no cristianos, de manos de los supuestos súbditos del Reino, como algo deseado por Dios hoy. Aman tanto este mundo que desean poseerlo y dominarlo mediante la implantación aquí en la Tierra y no en el Cielo, de un Reino imperialista y materialista. Que Jesucristo abandone nuevamente su gloria celestial y se rebaje a reinar aquí en la tierra para complacer la codicia de poder terrenal y carnal de estos nuevos dominionistas. No se resisten a abandonar esta Tierra para la mejor vida celestial y eterna.

Falso Profeta: Ronny Chavez ...La Tienda de Aceites Ungidos

Este falso ministro de Dios, se autodenomina Apostol y llega al colmo de vender en su pagina web "aceites especiales" para toda ocasión:

http://www.tiendaronychaves.com/otros.php

Falsa Pastora: Joyce Meyer

No hay esperanza de que nadie vaya al cielo a menos que crea esta verdad que estoy presentando. No puede ir al cielo a menos que crea con todo su corazón que Jesús ocupó el lugar suyo en el infierno.

Al igual que Joel Osteen, Joyce Meyer es una figura emergente en la galaxia de la fe. Como se observa en su página en la red, Meyer «es autora de más de 80 libros», y en cuanto a 2008, «más de 12 millones de sus libros han sido distribuidos en todo el mundo». Además, su página en la red afirma:

«Joyce también tiene un programa de televisión y de radio, Enjoying Everyday Life [Disfrutando la vida diaria], que se emite en todo el mundo a una audiencia potencial de tres mil millones de personas».[2] Aunque ella presume de «un merecido PhD en teología por la Life Christian University»,[3] sus enseñanzas carecen de credibilidad espiritual de modo muy parecido a como esta universidad carece de acreditación escolar. (Otras notables lumbreras de la fe que han recibido «merecidos» títulos de la universidad de la vida incluyen al Dr. Benny Hinn, Drs. Kenneth y Gloria Copeland, y Drs. Adonica y Rodney Howard-Browne, alias camarero del Espíritu Santo.)

Siguiendo el paso de Joel, Joyce tuerce el texto bíblico a fin de retratar a un indefenso paralítico en el estanque de Betesda por treinta y ocho años como un infiel y un necio. En la revisión que Joyce hace de las palabras de Jesús, el paralítico invoca una patética excusa tras otra. Sin ni siquiera una pizca de compasión, ella responde: «Yo pensaría que después de treinta y ocho años, una persona diligente y decidida podría haber gateado hasta el borde de ese estanque. Aun si ese hombre sólo se hubiese movido una pulgada al año, parece que en treinta y ocho años debiera haber sido capaz de acercarse lo bastante al borde para lanzarse rodando al agua cuando era removida».[5] (Dada la indignación que ella siente por un paralítico en el pasado, uno apenas puede imaginar el desprecio que siente por los paralíticos que encuentre en el presente.)

Meyer hace una clara distinción entre su propia fe y la del paralítico. Dice Meyer: «Treinta y ocho años es mucho tiempo para estar tumbado en algún lugar, esperando que alguien haga algo por uno. Yo habría estado en el borde de ese estanque, y al siguiente año, cuando descendiese el ángel, cuando el agua comenzase a borbotear, yo me habría tirado y habría dicho: “O bien voy a ser sanada, o voy a morir, pero no me voy a quedar así”».[6] Meyer concluye su vilipendio del paralítico con casi palabras idénticas a las utilizadas por Osteen: «A veces tenemos que levantarnos, movernos y seguir avanzando».[7] La moraleja de Meyer es esta: Si usted es paralítico o parapléjico, ¡usted es el problema! En lugar de sentir lástima por usted mismo, sencillamente «¡levántese!» Dicho de otro modo, la clave de la salud y la prosperidad está en tener fe en su fe en lugar de tener fe en su Dios.

Dice Meyer: «La fe no es decir: “Bueno, mira, yo creo en Jesús”. La fe es una fuerza que cambiará su vida y cambiará su destino».

Meyer lo dejó claro diciendo: «Las palabras son contenedores de poder. Llevan poder creativo o poder destructivo, poder positivo o negativo. Y por tanto, necesitamos pronunciar cosas correctas sobre nuestra vida y sobre nuestro futuro si esperamos que sucedan cosas buenas. Porque lo que usted dice hoy es lo que probablemente terminará teniendo mañana».[9] En otras palabras, las palabras que pronunciamos crearán las futuras realidades que experimentemos.

Según Meyer, las palabras que usted pronuncia no sólo crean realidades futuras, sino que también son el medio por el cual usted «mantiene al diablo bajo sus pies».[10] En agudo contraste con el arcángel Miguel, quien «ni siquiera… cuando argumentaba con el diablo… se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: ¡Que el Señor te reprenda!» (Judas 9), Meyer está bastante cómoda reprendiendo al diablo. En persona y en texto impreso, ella enseña a los seguidores a «responder al diablo».[11] Para el apóstol Pablo, ejercitar las disciplinas espirituales es la clave de ser semejante a Cristo. Para Meyer, «hablar la verdad al diablo… es la única manera de ver un cambio de mentalidad».[12] Así ella habitualmente reprende demonios, desde el espíritu de accidentes hasta el espíritu de lujuria.[13]

Al igual que Osteen, Meyer cree en las maldiciones generacionales. Así, dice en confianza que «un espíritu de incesto» ha sido transmitido por su línea de sangre familiar. En un sermón titulado «Trophies of God’s Grace» (Trofeos de la gracia de Dios), ella explica lo que cree que es el espíritu de incesto transmitido de sus abuelos a su padre. Por eso, su padre abusó sexualmente de ella y abrió la puerta para que el espíritu fuese transmitido a los hijos de ella. Meyer confesaba que ella no sabe por qué Dios permitió que un espíritu fuese transmitido por generaciones, pero de todos modos tiene confianza en que Él lo sabe.[14]

Así, ella emplea anécdotas personales para convencer a los seguidores de que los problemas que ellos afrontan en el presente pueden deberse a inclinaciones de generaciones pasadas. Como observamos anteriormente, sin embargo, la Escritura comunica claramente que consecuencias (no maldiciones) son transmitidas de generación en generación.[15] Por tanto, Meyer sufrió los horrores del abuso sexual únicamente como una consecuencia de la conducta incestuosa de su padre, y no como resultado de «un espíritu de incesto» que se transmitió por la línea de sangre de su familia.

En una publicación titulada The Most Important Decision You Will Ever Make [La decisión más importante que usted nunca tomará], Meyer difunde otra de las marcas de la teología de la fe; es decir, Jesús no sólo tuvo que sufrir en la cruz, sino que también tuvo que sufrir en el infierno a fin de que usted y yo naciéramos de nuevo. Dice Meyer: Jesús «estuvo en el sepulcro tres días. Durante ese período entró en el infierno, donde usted y yo merecíamos ir (legalmente) debido a nuestro pecado. Él pagó el precio allí».[16]

Tras tres días de tormento, continúa Meyer:

Dios se levantó de su trono y dijo a las potestades demoníacas que atormentaban al Hijo de Dios sin pecado: «Suéltenlo». Entonces el poder de resurrección del Dios Todopoderoso pasó por el infierno y llenó a Jesús. En la tierra, su sepulcro, la tumba donde lo habían enterrado, se llenó de luz cuando el poder de Dios llenó su cuerpo, y Él resucitó de la muerte: el primer hombre nacido de nuevo. La Biblia lo denomina «el primogénito entre muchos hermanos» (Romanos 8:29). Él fue el primero a fin de que ahora usted pueda ser uno de los muchos hermanos.[17]

En claro contraste con la afirmación de Meyer, la Biblia nunca dice que Jesucristo naciese de nuevo. Además, el concepto bíblico de nacer de nuevo (Juan 3:3) se aplica únicamente a la humanidad pecadora. Mientras que la Biblia dice que Jesús fue engendrado, no dice que Él naciera de nuevo.

Cuando Juan se refiere a Cristo como «el unigénito del Padre» (Juan 1:14), estaba haciendo hincapié en la naturaleza única de nuestro Señor. Así solamente Jesús es plenamente Dios y plenamente hombre, el único y eterno Hijo del Padre. Jesús no tenía necesidad de nacer de nuevo en el infierno, porque Jesús es y siempre ha sido el eterno Hijo de Dios.

Tan estridente es Meyer al pretender que Jesús sufrió y nació de nuevo en el infierno, que en subsiguientes revisiones de su publicación original ella reitera la idea de que si no creemos que Jesús sufrió en el infierno, no tenemos absolutamente ninguna esperanza de ir al cielo. Dice Meyer:

«No hay esperanza de que alguien vaya al cielo a menos que crea esta verdad que estoy presentando. Usted no puede ir al cielo a menos que crea con todo su corazón que Jesús ocupó el lugar suyo en el infierno».[18] De modo que aunque Jesús dijo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lucas 23:46), Joyce dice: El espíritu de Cristo «fue al infierno porque es allí donde nosotros merecíamos ir».[19] Sin embargo, si hemos de tomar en serio las palabras del Salvador, Él entregó su espíritu a su Padre; Él no entregó su espíritu a Satanás. Pablo lo expresó con mucha claridad: «y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz» (Colosenses 2:15, énfasis añadido).

Irónicamente, Meyer tiene el hábito de negar lo que afirma. Como mencionamos anteriormente, en The Most Important Decision You Will Ever Make: A Complete and Thorough Understanding of What It Means to Be Born Again, Meyer dogmáticamente afirma la idea de que, tras sufrir en el infierno por tres días, Jesús emergió como el primer hombre nacido de nuevo. Sin embargo, en una entrevista para la revista Charisma, ella negó que enseñase la teoría del Jesús nacido de nuevo, sosteniendo que era «una doctrina que ella no cree y que nunca ha enseñado».[20]

De igual modo, mientras Meyer fácilmente afirma que ella peca todo el tiempo,[21] también niega enfáticamente que sea pecadora. Dice Meyer: «Yo no dejé de pecar hasta que finalmente metí en mi tozuda cabeza que ya no era una pecadora. Y el mundo religioso piensa que eso es herejía, y quieren colgarte por ello. Pero la Biblia dice que yo soy justa, y no puedo ser justa y pecadora al mismo tiempo».[22] Si ella fuese pecadora, según sostiene Meyer, anularía la muerte misma de Cristo en la cruz:

«Yo no soy pobre, no soy desgraciada, y no soy una pecadora. Esa es una mentira que viene del infierno mismo. Eso es lo que yo era, y si lo siguiera siendo, entonces Jesús murió en vano».[23]

Meyer no sólo se contradice a sí misma a este respecto, sino que también contradice la Escritura.

Aunque posicionalmente somos justos delante de Dios, por la justicia de Cristo, prácticamente somos aún pecadores. El apóstol Juan dijo: «Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros» (1 Juan 1:10). Lejos de sugerir que él no era un pecador, el mismo apóstol que escribió dos terceras partes de las epístolas del Nuevo Testamento clamó: «Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero» (Romanos 7:18-19). Aunque los creyentes están cubiertos con la justicia de Cristo, aún son pecadores y lo serán hasta el día en que sean glorificados. Lutero retrató de modo gráfico esta realidad cuando se refirió a los cristianos como «estiércol cubierto de nieve».[24]

A veces, las enseñanzas de Meyer parecen en cierta manera tontas. «Cuando estamos alabando y adorando a Dios», dice, «realmente hay un olor que sale de nosotros que es ofensivo para el enemigo. Y yo no sé si ha tenido usted alguna vez la oportunidad de oler a una persona poseída por demonios, pero yo sí, y le digo que es un hedor… las personas que están poseídas tienen un olor ofensivo para mí, y estoy contenta de que, por estar yo poseída por el Espíritu Santo, tengo un olor ofensivo para el diablo».[25]

En otras ocasiones, las aberraciones doctrinales de Meyer son singularmente graves. Es así particularmente con respecto a su afirmación de que Dios creó a los hombres como pequeños dioses». Como explica Meyer: «Si usted, como ser humano, tiene un bebé, lo denomina del género humano. Si un animal tiene otro animal, se le llama del género animal. Lo que quiero decir es: ¿cómo ha de llamarnos Dios? ¿Acaso no dice la Biblia que fuimos creados a su imagen? Ahora bien, ya me entienden, no estoy diciendo que ustedes sean Dios con mayúscula». Meyer parece ser perfectamente consciente del hecho de que está en terreno frágil. Por tanto, añade: «¡No vayan a intentar apedrearme o gritarme blasfemias!»[26]

Aunque sin duda parecería que la afirmación de Meyer roza la blasfemia, una cosa es segura: Es cualquier cosa menos bíblica. Aunque somos «hijos» del Altísimo, no somos hijos por naturaleza; somos hijos por adopción (Gálatas 4.5-8). Solamente puede decirse de Cristo mismo que tiene la naturaleza de Dios. Como tal, solamente Cristo es el Hijo unigénito (monogenes) del Padre. Que los seres humanos son creados a imagen de Dios sencillamente significa que comparten, de modo finito e imperfecto, los atributos incomunicables de Dios. De nuevo, no abordaré el punto aquí, ya que lo hago en la parte 3 titulada «Pequeños dioses». Baste decir por ahora que en la Biblia ningún lugar enseña la doctrina de Meyer de los «pequeños dioses».

Unas últimas palabras con respecto al subjetivismo de Meyer antes de que sigamos avanzando:

Meyer está convencida de que Dios no le permitiría caer en el error sin antes hacer sonar una alarma. En palabras de ella: «Si yo accidentalmente, o de cualquier otra forma, caigo en error, voy a tener una campana en mi interior que sonará tan fuerte que no sólo yo voy a oírla, sino también todos los demás». Si Meyer hubiera estado verdaderamente aferrada al texto de la Escritura, sin duda alguna habría oído el toque de la campana.

https://teologiaenllamas.com/2016/11/12/las-falsas-ensenanzas-de-joyce-meyer/

Falso Pastor: Cash Luna
Su contexto doctrinal procede del falso evangelio de la prosperidad, el falso movimiento “apostólico y profético”, la confesión positiva, la obsesión con manifestaciones de “poder” y “señales extraordinarias milagrosas”. De hecho, una de los predicadores favoritos de Cash Luna y su hijo, es Creflo Dollar, aquel pastor que predica “prosperidad” y que recientemente hizo un anuncio en la Internet, para que sus seguidores le donaran US$65 millones de dólares para comprar un avión, que luego terminó eliminando el anuncio, pues, resultó algo totalmente descarado.

Si usted visitara la oficina de Ca$h Luna, ¿que esperaría encontrar? Tremenda sorpresa seria encontrarse con ediciones de la revista especializada en aviones Air to Air, también encontraría catálogos de relojes, figurines de trajes de moda y un sin fin de cosas que solo alimentan el ego. Cash Luna es sin lugar a dudas, un hombre amador del dinero y la buena fortuna. Poseedor de relojes Rolex y Cartier, para referencia un Rolex Presidente de oro puede llegar a costar la ínfima suma de $.25, 000.00 dólares y un Cartier por el estilo.

Además y para su deleite, toda una colección de finos trajes hechos a la medida y finas corbatas de las sedas mas costosas. Pareciera ser, que Ca$h Luna y  Benny Hinn coincidieran, no solo porque ambos son  acérrimos fans de la doctrina de la prosperidad, sino en  gustos y  su  manera excéntrica de vivir la vida.

Dueño y señor de terrenos en el exclusivo condominio Sausalito carretera a Fraijanes Guatemala que se valoran en aproximadamente $.100,000 dólares c/u y un tanto mas, una sencilla casa de habitación en el condominio Coventry carretera a el salvador Guatemala con un valor no menor a $150,000.00 dólares, membresía en exclusivo club de golf Hacienda Nueva en San José Pinula Guatemala (regalada), autos Mercedes-Benz de $.90,000.00 dólares, sub volvo XC-90 con un precio de $.60,000.00 dólares, jet Sabreliner 60 modelo 78 con precio un precio de mercado que ronda los $.800,000.00 al millón de dólares y quien sabe cuantas cosas mas guardadas debajo del tapete, Cash Luna es un paladín de los pastores ricos y famosos, digno de figurar en el conteo de la revista FORTUNE. Imagínese lo que encontraría en las diferentes cuentas de banco que sustenta y los limites de sus tarjetas de crédito, de las cuales es tan amigo, que ha implantado desde hace algunas semanas en su iglesia el sistema de cobro de ofrenda o diezmo vía TARJETA DE CRÉDITO. Usted lo solicita a los servidores y listo; ha sido debitado de su tarjeta, no importando que este cundido en deudas de tarjetas y pagando del 50 a 60% de intereses mas manejo de cuenta;  lo simple y practico de dar, es el asunto para Ca$$$h.

Ese es Cash Luna, un hombre que sabe vivir y vive muy, pero muy bien. A sus anchas y sin ningún remordimiento, aunque viva en un país donde la tasa de pobreza asciende a más del 70% y el desempleo ronda por el 55% aproximadamente.Cash Luna tipifica a los personajes religiosos de categoría carismático-pentecostal que están explotando descaradamente a los supersticiosos creyentes de toda estirpe. Decimos “supersticiosos” porque exteriorizan una fe de índole supersticiosa en el “poder” supuesto de Ca$h Luna para eliminar muchos males comunes en los seres humanos -conflictos matrimoniales, infidelidad, hijos descarriados, vicios, enfermedades, desempleo, depresión, complejos emocionales, etcétera.La astucia y avaricia de este psicólogo religioso sabe manipular los sentimientos de los ingenuos que les prestan oído, persuadiéndolos a enviar ofrendas, asistir a seminarios, retiros, etc.  Pues todo eso los librara de la pobreza y la perdición. Argumentos bien usados por el, en una región que vive sumida en la extrema pobreza y donde cualquier listo como cash luna se hace millonario de la necesidad de los ingenuos.Ingenuos que ignoran, al parecer, la advertencia del espíritu santo: “por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas” (2 pedro 2:1-3).

Pero el publico en general y el pueblo evangélico, claman por predicadores de la talla de Cash Luna, cumpliéndose la profecía: “porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartaran de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4). Verdad que es muy cierto en este tiempo: son comunes en los mensajes de Ca$h Luna, las fábulas de “testimonios” y anécdotas adornadas con chistes que deleitan a los oyentes llenándolos de ilusiones y visiones de salud y prosperidad. Esta obsesión con la salud física, con la felicidad y la prosperidad material, es el “demonio” que esta jugando con multitudes de almas en el presente, riéndose y divirtiéndose mientras las encamina hacia el día malo cuando sus ilusiones se tornaran en desilusiones y llanto. Ingenuos que por preferir “testimonios” y despreciar el profundo estudio de la “sana doctrina” sufren las consecuencias de su propia ingenuidad inexcusable. Ese es Cash Luna, un vende espejismos, un vende espejitos, un verdadero mercader del evangelio.

El Canal Enlace
Las maratónicas del Canal Enlace son sesiones televisivas con call-centers pendientes a tomar las donaciones resultantes de los persuasivos argumentos de estos mal denominados pastores. Este ministerio del que hablo, escribió acerca del Canal Enlace de una manera superficial, suave y hasta condescendiente. La pregunta que debemos hacernos es en realidad: ¿Se puede ser condescendiente con la falacia, el engaño, el robo? Cualquier persona normal respondería a esta pregunta de una manera negativa. Bien, ¡cuánto más el genuino Cristiano! Un verdadero convertido está lleno de amor para con Dios, para con su Iglesia y para con Su Palabra… Jamás un genuino creyente debe ser condescendiente con las prácticas herejes que vituperan el nombre de Cristo, repito: Jamás!

Quien escribió el artículo, condenó de manera muy liviana las prácticas anti-bíblicas de recaudación de dinero del Canal Enlace. Quedó cortó, muy, muy corto en expresar el verdadero problema. Noté un exagerado cuidado en no tocar a los predicadores de este canal, ni a lo que enseñan. Un estimado hermano en Cristo llamado, Franklin, critica objetivamente ese artículo en estas palabras:

Si se quiere dar una mirada bíblica a este canal , seria un llamado a dejar de verlo y declararlo como un canal perdido, pues han dejado de obedecer a Dios para seguir el ejemplo de Balaam hijo de Beor, que quiso ganar dinero haciendo lo malo.

Estamos de acuerdo con la perspectiva de Franklin. Esta es una mirada bíblica y certera de este falso ministerio. Se debe juzgar, con justo juicio, esto es, bíblicamente. Se debe juzgar tanto la práctica como la condición del practicante. Son ellos a quienes es necesario tapar la boca,porque enseñan por ganancia deshonesta lo que no conviene. Tito 1:11.

Quienes tienen el genuino deseo de honrar a Dios, a Su Cristo y al Santo Espíritu quien inspiró una Palabra clara, poderosa, autoritativa, suficiente e infalible, no deben callarse ante estas opiniones mediocres que hacen más mal que bien a las personas. ¡Una opinión mediocre y servil como la que fue publicada recientemente acerca del Canal Enlace no ayuda, antes bien, confunde!

Dejemos a los políticos eso de “ser políticamente correctos al hablar” evitando herir susceptibilidades y queriendo mantener contentos a todos los posibles votantes. Nosotros los cristianos, debemos ser personas mansas, pero con carácter; personas que amen, pero sin temor a denunciar el error doctrinal y los atropellos al Evangelio, en cualquiera de sus perniciosas formas.Quienes por la gracia de Dios hemos creído a la Verdad, aman la Verdad y viven en ella. Son deudores eternos de Dios y por lo tanto lo mínimo que se espera de tal beneficiario de la gracia de Dios es proclamar esa verdad con coraje y valentía, verdad y mansedumbre, siempre usando las Escrituras con la mano derecha para atacar y con la izquierda para defender 2 Corintios 6:7 NTV, porque si buscamos el favor de los hombres, no podremos seguir siendo llamados siervos de Cristo (Gálatas 1:10).

Se debe, entonces, como Pedro lo hizo, juzgar las prácticas erróneas, y también a quien las practica. Eso hicieron los apóstoles, los padres de la Iglesia, y los reformadores.

Cuando Simón les ofreció dinero a los apóstoles diciendo: “Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo”, Pedro juzgó su práctica diciendo: “Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero”, pero luego pasó a juzgar también a Simón, diciéndole: “No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios”, y finalmente hizo el llamado pertinente a este hombre: Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás Hechos 8:18-23. Y este juzgamiento, y este llamado al arrepentimiento es el que me propongo hacer.

Enlace y su verdadero problema
El principal problema de Enlace o TBN (su canal estadounidense), no es la recaudación de dinero prometiendo bendiciones, aunque esto es algo que bíblicamente es condenable y de lo cual hablaré en un momento. Su principal error es que no predican el Evangelio bíblico. El corazón del problema no son las maratónicas, ellas son solo una derivación del mal entendimiento bíblico derivado a su vez de un incorrecto o nulo estudio de las Escrituras (al igual que su ecumenismo es un derivación de esto).

El corazón del problema es que no predican el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Ellos predican otra cosa muy distinta. Eso es lo que Pablo llamó ‘un evangelio diferente’ (Gálatas 1:6), que de ninguna forma es poder de Dios para salvación. Predican un evangelio que no es el que los apóstoles anunciaron, que no es el que aparece en las Sagradas Escrituras, y por lo tanto, ellos, no son de ninguna forma ministros de Cristo, porque cambian el Evangelio, del cual Pablo fue hecho ministro (Colosenses 1:23) y anunció cumplidamente y así todo verdadero siervo de Dios ha de hacer.

Son, no en mis palabras, sino en las de las Escrituras, anatemas (Gálatas 1:9). Sinónimos de esta palabra son ‘malditos’, ‘execrables’, ‘detestables’.

Ellos no aman al Rebaño del Señor, porque ellos mismos no pertenecen a él. Ellos no fortalecen a las ovejas débiles, no curan a las enfermas, no vendan las perniquebradas, ni traen al redil las descarriadas, solo se enseñorean de ellas con violencia y dureza, y, claro, con mucha astucia y maldad, ignorando el severo juicio que el Dios vivo, ante el cual es terrible cosa caer en Sus manos, tiene para ellos. Los tales son ladrones y salteadores, se apacientan a sí mismos; solo vinieron para hurtar, matar y destruir, y no para dar vida, a través de la predicación del verdadero Evangelio bíblico, la vida que Cristo vino a dar en Sí mismo, a través de la fe en Él (Juan 10:10). No alimentan al Rebaño del Señor con todo el bendito y santo consejo de Dios.

Utilizan las Escrituras para ‘ganancias deshonestas’, y tienen apariencia de piedad para enriquecerse (1 Timoteo 3:3; 1 Timoteo 3:8; Tito 1:7; Tito 1:11; 1 Pedro 5:2; 1 Timoteo 6:5).

Hombres y mujeres así tampoco aman al Pastor de este rebaño, y eso los hace doblemente anatemas, ministros de Satanás, falsos profetas, obreros fraudulentos, que se disfrazan de ministros de Cristo, tal como Satanás se disfraza de ángel de luz, pues son las obras de su padre, las únicas que saben imitar (1 Corintios 16:22; 2 Corintios 11:13-14:).

Realmente, nadie se puede beneficiar de un canal que no enseña la verdad. Individuos como estos siempre causan problemas. Tienen la mente corrompida y le han dado la espalda a la verdad. 1 Timoteo 6:5. Un canal que pervierte el Evangelio, y no lo predica, un canal que es amador de “ganancias deshonestas”, no es un canal que contribuya al alma de nadie. Los predicadores que hay allí, no predican la verdad, y si lo hicieran, ya se hubieran apartado del canal y de sus dirigentes y empleados, ¡eso es un mandato bíblico! (1 Timoteo 6:5), pues, “¿andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3).

Las maratónicas, por ejemplo, no han manchado en lo más mínimo el Evangelio. Decir que sí es un grave error. ¿Por qué digo esto? Porque en Enlace no se predica el Evangelio. Ese molesto nombre de “evangelio de la prosperidad”, que no es el Evangelio de ninguna forma y al cual prefiero llamar movimiento de la prosperidad o con cualquier otro nombre que no incluya el Evangelio, es lo que ellos enseñan, no el evangelio. Enlace no lucra con el Evangelio, porque Enlace no predica el Evangelio.

Acerca del movimiento de la prosperidad
A propósito, al principio dije que hablaría sobre la recaudación de dinero prometiendo bendiciones, y haré eso en este párrafo. Éste movimiento, para conocimiento de quienes lo ignoran, proclama cosas tales como: “Primero el dinero, después las cosas, eso es una ley aquí en el canal de Televisión Enlace; dinero primero, cosas después… y cuando se abra el cielo, paga y paga y paga” [Jonás Gonzales, fundador de Enlace, Maratónicas 2011], “Siembre… y todo lo que le pidas al padre, y todo es todo, él te lo va a dar… Siembre para que [Dios] lo prospere” [Cash Luna, Maratónica Mayo 2014], “No razones, cree solamente… atrévete a pactar en este día” [Ana Maldonado, Maratónica Mayo 2008] “¡Basta de acostumbrarme a la enfermedad! Yo le creo a Dios” [Cash Luna, Maratónica Agosto 2014], entre muchas otras frases y prédicas semejantes, que proclaman a un dios que es solo un ‘genio domesticado’, al cual, con solo frotar su lámpara, deberá hacer todo aquello que se le pida, mayormente, si se le paga por esto.

Se coloca al Dios Soberano y Todopoderoso como un simple medio para los fines del hombre, como si el Señor debiera a los hombres todo aquello que ellos le pidan. Se corrompen las Escrituras para enseñar el error.

Este mensaje de prosperidad, promete salud, riquezas y felicidad a través de sembrar o pactar con Dios. Sí, esto es de condenar. Sí, esto es herejía. Sí, esto es una vuelta a la venta de las indulgencias tal como ocurría en la época de Lutero, con la diferencia de que ahora se venden bendiciones, y que ya no se llaman indulgencia, sino ‘siembras’, ‘pactos’, ‘maratónicas’. Sí, claro que lo es. Pero, repito, el verdadero problema está más allá.

Es la tergiversación de la verdad, empezando por la manipulación del Evangelio, pues éste nunca pide, solo da. De eso se tratan las buenas noticias: de buena información útil y necesaria para el hombre, de enseñanzas, como diría Spurgeon, sobre asuntos que los hombres necesitan entender, con afirmaciones que tienen como finalidad la bendición de los que las oigan y las crean. Pero Enlace, y todo el que se asemeje a ellos, no enseña la verdad, y tal como tener a Cristo y estar en Él da muchos frutos para la gloria de Dios, el no escudriñar las Escrituras ni enseñar la verdad, trae como consecuencia muchas prácticas erradas.

El llamado
Así, pues, hago un llamado amoroso y urgente a todos los que se dejan llevar por canales y falsos maestros como estos, a que huyan de ellos, a que se aparten de iglesias así y busquen una bíblica, y a que no participen más de sus malas obras, pues, aunque ustedes quizás no estén de acuerdo o no las practiquen, al no separarse de los tales, se están complaciendo con quienes sí las practicas y están patrocinando el engaño a la vez.

La orden del Apóstol a quienes comercian y mercadean la fe es clara: “apártate de los tales”. No desobedezcan al Señor. A la vez es un llamado a que dejen la ignorancia y escudriñen las Escrituras, y no sean almas inconstantes e indoctas que puedan ser arrastradas por cualquier viento de error.

En cuanto a Enlace, no haga donaciones a este canal, no auspicien el error. Dejen de verlo, es un canal perdido, en el mejor de los casos dirigido por ciegos y en el peor sostenido por apóstatas, comerciantes del favor Divino e impostores.

Hago a la vez un llamado a los falsos maestros, a los malos obreros, a que se arrepientan de su maldad y/o ignorancia y que oren a Dios, con un corazón humillado. Tal vez Él les perdone su condición corrupta, porque, realmente, están en prisiones de maldad y el juicio del Dios que se llama a Sí mismo, fuego consumidor, no se tarda ni su perdición se duerme (2 Pedro 2:3). Dejen de seducir a las almas inconstantes, y vengan al camino recto, o la más densa oscuridad estará reservada para ustedes para siempre.

viernes, 8 de marzo de 2013

Jerusalen (Historia)



Nombres de la Ciudad

La historia de Jerusalén, hasta un cierto punto, no se puede distinguir de la de Israel. Será suficiente para ello prestar atención a los acontecimientos más memorables de la ciudad.

Según la tradición judía (Josefo, Antiq. Jud. I, 10, 1; Tárgum Onkelos, Génesis 14,18), Jerusalén se llamó, originalmente, Salem (Paz), y fue la capital del rey Melquisedec (Génesis 14, 18). 
Esta tradición ha sido confirmada por las tablillas cuneiformes descubiertas en 1888 en Tell Amarna, en Egipto. Cinco de estas tablillas (cartas, n.d.t.), escritas en Jerusalén alrededor del año 1400 A.C., nos informan que la ciudad, por aquel entonces, se llamaba U-ru-sa-lim. Aparece en algunas inscripciones asirias bajo el nombre de Ur-sa-li-im-mu.
De acuerdo con los silabarios asirios, uru y ur significan ciudad (Hebreo ir). En varias tablillas de Tell Amarna la palabra salim se usa en el sentido de paz. Ursalim, por lo tanto, quiere decir Ciudad de Paz. El salmista, también, relaciona Salem con Sión: su tienda está en Salem, su morada en Sión [Salmo 75 (76), 3] (BJ, nueva edición Desclée  de Brouwer, Bilbao, 1984 n.d.t.). Cuando los israelitas entraron en la Tierra Prometida, Jerusalén, estaba en poder de los Jebuseos, y llevó el nombre de Jebús. Los Hebreos, sin embargo, no ignoraban su antiguo nombre; a menudo la llamaron Jerusalén (Josué 10.1; Jueces 19. 10; 2 Samuel 5.6, etc). En otros pasajes de la Biblia también se le llama Jerusalén (1 Crónicas 3.5; Jeremías 26.18; Ester 2.6. etc.).
Los Setenta escriben su nombre Ierousalem. Bajo las influencias helenizantes que invadieron Palestina, Salem se convirtió en Solyma (Antiq. Jud., I, x, 2), y Jerusalén ta Ierosolyma (La Santa Solyma) (1 Macabeos 1, 14.20; 2 Macabeos 1, 10; Bell. Jud., VI, 10; etc.). El Nuevo Testamento emplea a veces la forma de los Setenta y otras veces aquella de los Macabeos, lo que la Vulgata traduce por Jerusalén y Jerosolyma
La Versión Siríaca muestra Uris lem, una forma muy cercana a la Asiria. Cuando el Emperador Adriano reconstruyó la ciudad, en el 136 D.C., le dio el nombre de Aelia Capitolina
Desde la conquista mahometana de Palestina, en el siglo séptimo, hasta nuestros tiempos, los Árabes la llaman El Quds, La Santa la ir haq qodes, o Ciudad Santa, de II Esd., xi, 18 (Nehemías, n.d.t.) (cf. Mateo 4.5, etc.).
Entre todos los demás pueblos el nombre Jerusalén se sigue usando hasta hoy.


De los orígenes a la Conquista por David


Como hemos visto más arriba, Jerusalén es la antigua Salem, capital de Melquisedec, rey y sacerdote del Altísimo. Teniendo conocimiento de la vuelta de Abraham (entonces llamado Abram), quien había vencido a Kedorlaomer y sus aliados, Melquisedec se presentó ante el patriarca (Hebreos 7.1) en el valle de Savé, que es el valle del rey (Génesis 14.17). El valle del rey es el Valle del Cedrón, que nace al norte de la ciudad (2 Samuel 18.18; Antiq. Jud., I, 10:2. Cf. 2 Reyes 25.4; Jeremías 39.4). Como toda la tierra de Canaán, Jerusalén estuvo sometida a Caldea durante muchos siglos; después del tiempo de Abraham pasó al dominio de Egipto. Alrededor del año 1400 (ésta y las sucesivas fechas son antes de Cristo, n.d.t.) mientras Israel soñaba con la liberación del yugo egipcio, cierto pueblo Cosseano, llamado Khabiri, invadió Palestina, probablemente por instigación de los Caldeos o los Hititas, y tomó posesión de las plazas fuertes. Abd Hiba, rey de U-ru-sa-lim, viendo su ciudad amenazada, despachó seis cartas sucesivas a su señor feudal, Amenofis III, implorando ayuda. Pero fue en vano; Egipto mismo estaba en su propia crisis. Probablemente fue en este período cuando Jerusalén cayó bajo el poder de los Jebuseos, que la llamaron Jebús.
Cuando los Hebreos entraron en la Tierra Prometida, el Rey de Jebús era Adonisedec (Señor de Justicia) un nombre que, tanto en la forma como en el sentido, recuerda a Melquisedec (Rey de Justicia). Aunque Adonisedec pereció con la coalición de los cinco reyes de Canaán contra Israel (Josué 10.26; 12.10), Jerusalén mantuvo largamente su independencia gracias a su fuerte posición. En la distribución de la tierra entre los hijos de Israel, le fue asignada a los descendientes de Benjamín. La frontera entre esta tribu y la de Judá corre desde En Semés, en el camino de Jericó, hasta En Rogel, en el valle del Cedrón, entonces, siguiendo el valle del hijo de Ennom (Josué 15.7-8) o de los hijos de Ennom (Josué 18.15-16) de los Jueces, Judá y Benjamín intentaron tomar posesión de ella, pero en vano, aunque pasaron a sus habitantes por la espada e incendiaron la ciudad (Jueces 1.8); la ciudad de la que aquí se habla, como señala Josefo (Antiq. Jud., v, ii, 2) es, solamente, la ciudad baja o suburbios. Jerusalén permaneció (Jueces 19.12) independiente de Israel hasta el reinado de David. 


Desde David hasta la cautividad de Babilonia


Habiendo llegado a ser rey de las Doce Tribus de Israel, David contempló el hacer de Jerusalén el centro religioso y político del pueblo de Dios. Reunió todas las fuerzas de la nación en Hebrón, y avanzó contra Jebús. Después de largos y penosos esfuerzos, David conquistó la fortaleza de Sión y se instaló en la fortaleza y la llamó ciudad de David. Y construyó una muralla en derredor desde Mil-ló hacia el interior (2 Samuel 5.7, 9). Esto ocurrió hacia el año 1058 antes de Cristo (No obstante, la BJ sitúa la conquista sobre el año 1000, y que el reinado de David duró de 1010 al 970 antes de Cristo, n.d.t.). El rey ordenó traer del Líbano madera de cedro y obreros de Tiro, para construirse un palacio. Poco después el Arca de la Alianza fue traída solemnemente a la ciudad de David y colocada en un tabernáculo. Un día el rey vio al ángel exterminador planeando sobre el Monte Moria, dispuesto a atacar la Ciudad Santa. El Señor detuvo su brazo, y David, en acción de gracias, compró la era de la cima de la colina, propiedad de Arauná (A.V. Araunah), u Ornan, el Jebuseo, y construyó allí un altar sobre el que ofreció holocaustos (2 Samuel 24; 1 Crónicas 21). A partir de entonces el Monte Moria fue destinado a recibir el templo del Altísimo. David preparó los materiales y dejó a su hijo la ejecución del proyecto.
En el cuarto año de su reinado, Salomón comenzó la construcción del Templo bajo la dirección de artesanos enviados por Juram, Rey de Tiro. Juram también aportó madera de cedro y de ciprés; 70,000 hombres se emplearon para transportar madera desde Joppe (Jaffa) a Jerusalén y 80,000 más en sacar piedra de canteras de las cercanías y tallarla. El grandioso monumento estuvo terminado, en sus aspectos esenciales, en siete años y medio, y el Arca de la Alianza, con gran pompa, fue traída desde la Ciudad de David al nuevo santuario (2 Samuel 6). Las edificaciones se levantaron sobre una gran plataforma construida con inmensos muros de contención. Al oeste se levantó el Santo de los Santos, rodeado por una serie de cámaras en varios niveles, enfrente del cual, al este, estuvo una monumental fachada formada por dos altas torres adosadas. Enfrente de esta entrada levantaron dos grandes columnas de bronce, como obeliscos. Hacia el este estaba el gran patio de los sacerdotes, cuadrado, rodeado de porches, con el altar de los holocaustos, el mar de bronce, y otros utensilios para los sacrificios. Este patio estaba rodeado de otros que también estaban embellecidos con galerías y soberbios edificios. Salomón, después, dedicó treinta años a erigir, al sur del Templo, la casa del Bosque del Líbano, su palacio real, con el de su reina, hija del Faraón, así como los edificios destinados a su numerosa familia, a su guardia, y a sus esclavos. Entonces unió el Templo y el nuevo barrio real con la Ciudad de David con un muro envolvente, fortificó el Mil-ló (en D. V., Mello 1 Reyes 9.15), y cerró la brecha de la Ciudad de David (1 Reyes 11.27). El pueblo comenzó a protestar por los impuestos y los trabajos forzados.
Estalló la insurrección cuando el orgulloso Roboam, hijo de Salomón, comenzó su reinado (981-65). Diez tribus se le sublevaron y se unieron para formar el Reinado del Norte, o de Israel, y Jerusalén dejó de ser algo más que la capital de las tribus de Benjamín y Judá. Por invitación de Jeroboam, elegido soberano del nuevo reino en Judá (976), Sosac (Seshonq) tomó Jerusalén y saqueó los inmensos tesoros del Templo y del palacio real (1 Reyes 14, 25, 26)Asa (961-21) y Josafat (920-894) enriquecieron el Templo después de sus numerosas victorias sobre los pueblos vecinos. Bajo Joram (893-888) los Filisteos, aliados con los Árabes del Sur, a su vez, saquearon el Templo y se llevaron todos los hijos del rey excepto el más joven, Ocozías, o Joacaz, el hijo de Atalía (2 Crónicas 21, 16, 17). Al asesinato de éste, Atalía eliminó a sus nietos, y se apropió del poder. Sólo Joás, un niño de un año, fue salvado de la masacre por el Sumo Sacerdote Yehoyadá y criado en secreto en el Templo. A la edad de seis años fue proclamado rey por el pueblo, y Atalía fue apedreada hasta morir. Joás (886-41) restauró el Templo y abolió el culto de Baal; pero más tarde se pervirtió e hizo que el Profeta Zacarías, hijo de Yehoyadá su salvador, fuese muerto. Él mismo pereció a manos de sus sirvientes (2 Reyes 12; 2 Crónicas 22) (En realidad la historia sigue en el capítulo 24 del libro segundo de las Crónicas. n.d.t.). Bajo Amasías los Israelitas del Norte derrotaron a los del Sur, atacaron Jerusalén, y abrieron brecha de cuatrocientos codos en la muralla de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Ángulo. Los tesoros del Templo y del palacio real fueron llevados a Samaría (2 Reyes 14.13-14). 

Ozías, o Azarías (811-760), reparó la brecha y fortificó la muralla con sólidas torres (2 Crónicas 26.9). Su hijo Jotán (759-44), un sabio y justo rey, reforzó la ciudad construyendo la puerta superior de la casa de Yahvéh, e hizo muchas obras en los muros de Ofel.sur del barrio real (2 Crónicas 27.3; 2 Reyes 15.35). 
Mientras los Reyes de Siria e Israel marchaban contra Jerusalén, Dios envió al Profeta Isaías al Rey Ajaz (743-27), que se encontraba al final del caño de la alberca superior. Allí el Profeta le predijo el rechazo del enemigo y al mismo tiempo le anunció que el Mesías Emmanuel, nacería de una virgen (Isaías 7.3-14)Ajaz gastó los bienes del Templo en pagar tributo a Teglatfalasar, Rey de Asiria, cuya protección había buscado contra los Reyes de Israel y Siria; fue lo suficientemente impío como para sustituir el culto de Yahvéh poniendo en su lugar el culto de Baal-Moloc.
Ezequias (727-696) aceleró la abolición del culto de los ídolos. Alarmado por la caída del Reino de Israel (721), levantó un segundo muro para proteger los suburbios que habían sido construidos al norte del Monte Sión y del Templo. Hizo alianza con Egipto y con Merodac Baladán, Rey de Babilonia, y rehusó pagar tributo a Asiria. Por esto, Senaquerib, Rey de Nínive, que estaba en guerra con Egipto, invadió Palestina desde el sur, y envío a su jefe de oficiales (Copero mayor, BJ, n.d.t.) desde Lakís a Jerusalén, con un numeroso ejército, para emplazar al rey a la rendición sin condiciones. Pero, por consejo de Isaías, el rey rehusó la rendición. A fin de cortar el agua al enemigo, cegó la salida superior del Guijón y trajo el agua al oeste de la ciudad de David (2 Crónicas 32.3-4 y 30). Una tablilla Asiria (Prisma de Taylor, col. 3) informa que Senaqueríb, después de derrotar a los Egipcios en Altaka y habiendo tomado cuarenta y seis poblaciones de Judea, encerró a Ezequías en Jerusalén como un pájaro en una jaula (Inscripciones Cuneiformes de Asia Oeste, I, PI. 39). Esto coincide con la narración de la Biblia; en el momento en que Senaquerib iba a asaltar Jerusalén, fue informado que Tharaca, Rey de Etiopía, avanzaba contra él, y de seguida, dejando la Ciudad Santa, se puso en marcha para Egipto; pero su ejército fue milagrosamente destruido por la peste (2 Reyes 18.13; 19.35-37; 2 Crónicas 32.9-22; Isaías 36 y 37)

Senaquerib organizó otro ejército en Nínive y derrotó a Merodac Baladán de Babilonia, protector de Ezequias. Por consiguiente resultó que, según las inscripciones Asirias, Manasés, hijo de Ezequias, se encontró a sí mismo como tributario de Assaradon y de Asurbanipal, Reyes de Nínive (Prisma de Assaradon, obra citada, III, p. 16; G. Smith, Historia de Asurbanipal, p. 30). 
Manasés, poco después, intentó sacudirse el yugo Ninivita. El año 666 los generales de Asurbanipal vinieron a Jerusalén, encadenaron al rey y lo llevaron a Babilonia, como vasallaje a Nínive (II Par., xxxiii, 9-11) (2 Crónicas 33.9-11. n.d.t.). Sin embargo Manasés obtuvo pronto su libertad y volvió a Jerusalén, donde reparó los males que había causado. También restauró los muros de la ciudad que habían sido construidos por su padre (2 Crónicas 33.12-16).
Amón, uno de los peores reyes de Judá, fue asesinado después de dos años de reinado. Su hijo Josías (641-08), aconsejado por el Profeta Jeremías, destruyó los altares idolátricos y restauró el Templo (621). En esas circunstancias el Sumo Sacerdote Jilquías encontró en un salón del santuario una vieja copia de la Ley de Yahvéh dada por medio de Moisés (2 Reyes 22.8-14; 2 Crónicas 34.14-21). El año 608 el Faraón, Nekó II, marchó contra Asiria. Movido por un escrúpulo de conciencia, el buen rey intentó cerrar el paso al adversario de su protector, y fue muerto en la batalla de Meguiddó (2 Reyes 23.29-30). Joacaz, o Sellum, su sucesor, después de reinar tres meses, fue depuesto por Nekó, y llevado cautivo a Egipto, mientras que Elyaquim, a quien el conquistador dio el nombre de Yoyaquím (D. V. Joakim) fue puesto en su lugar (607-600). El año 601 Nabucodonosor (Nebuchadnezzar) entró en Judea para consolidar el poder de su padre. Se llevó cautivos a Babilonia cierto número de notables de Jerusalén, junto al joven Profeta Daniel. Yoyaquín se sublevó contra el yugo de Babilonia, pero su hijo Joaquín (Jehoiachin), se rindió a Nabucodonosor. La ciudad fue saqueada y 10,000 de sus habitantes, incluido el rey, fueron deportados a Babilonia (2 Reyes 24.1-16; cf. 2 Crónicas 36.1-10). El tercer hijo de Josías, sucedió a su sobrino, 
Sedecías (596-587). Impulsado por los partidarios de Egipto, él, también, se rebeló contra su protector. Nabucodonosor volvió a Siria y envió a su general, Nabuzardán, contra Jerusalén con un formidable ejército. La ciudad se rindió después de un asedio de más de dieciocho meses. El Templo, los palacios reales y otros edificios importantes fueron incendiados, y la ciudad desmantelada. Los vasos sagrados, y cualquier otra cosa de valor, fueron llevados a Babilonia; sólo el Arca de la Alianza pudo ser ocultada por los Judíos. Sedecías, quien, en el último momento, se dio a la fuga con su ejército por la puerta del sur, fue alcanzado en la llanura del Jordán, y le fueron arrancados los ojos. El sumo sacerdote, los jefes militares, y los notables del país fueron masacrados, y el resto de los habitantes transportados, con su rey ciego, a Babilonia. Solamente agricultores y pobres quedaron en el país, con un gobernador Judío llamado Godolías (Gedaliah), quien puso su residencia en Mispá (2 Reyes 24.18-20; 24 y 25; 2 Crónicas 36.11-21). 


Desde la vuelta de la Cautividad a la dominación Romana


El año 536 antes de Cristo, Ciro, Rey de Persia, autorizó a los Judíos a volver a Palestina y reconstruir el Tempo del Señor (Esdras 1.1-4). La primera expedición, con 42,000 Judíos, fue despachada bajo el liderazgo de Zorobabel, un príncipe de Judá. Se apresuraron a restaurar el altar de los holocaustos, y en el segundo año pusieron los cimientos para otro templo, el cual, sin embargo, debido a las dificultades puestas por los Samaritanos y otros pueblos vecinos, no se completó hasta el sexto año del reinado de Darío (514). Los ancianos no pudieron contener sus lágrimas al ver el carácter modesto de la nueva edificación. El año 458, bajo Artajerjes I, Esdras vino a Jerusalén con 1500 Judíos como gobernador de Judea y terminó la restauración política y religiosa de Israel. Treinta años más tarde, Nehemías, con el permiso de Artajerjes, completó definitivamente la restauración de la Ciudad Santa.
Por la victoria de Issus y la toma de Tiro, Alejandro el Grande, Rey de Macedonia, se convirtió en el dueño de Asia Occidental. El año 332 marchó contra Jerusalén, que había permanecido fiel a Darío III. El Sumo Sacerdote Jaddus, creyendo que la resistencia no serviría para nada, salió al encuentro del gran conquistador, y lo indujo a dejar a salvo a los Judíos (Antiq. Jud., XI, viii, 3-6). Después de Alejandro, Jerusalén sufrió mucho por el largo forcejeo entre los Seleúcidas de Siria y los Tolomeos de Egipto. Palestina cayó ante Nicanor Seleúcida, pero en el 305 Soter Tolomeo consiguió entrar en Jerusalén gracias a una estratagema en el día del Sábado, y se llevó un cierto número de Judíos a Egipto (Antiq. Jud., XII, i, 1). Un siglo más tarde (203) Antíoco el Grande, otra vez, arrancó la Ciudad Santa de las garras de Egipto. 

Cuando, el 199, cayó una vez más en el poder de Scopas, un general de Tolomeo Epifanes, los Judíos ayudaron a las tropas de Antíoco, que acababa de derrotar al ejército de Scopas, para sacar definitivamente la guarnición Egipcia fuera de la ciudadela de Jerusalén (Antiq. Jud., XII, iii, 3). Los Seleúcidas concibieron la infeliz idea de introducir modos y conceptos helénicos es decir, paganos- en el pueblo Judío, especialmente en los sacerdotes y la aristocracia civil. El sumo sacerdocio llegó a ser un cargo corrupto; Jasón fue suplantado por Menelao, y Menelao por Lisímaco. Estos indignos sacerdotes, al final, tomaron las armas unos contra otros, y la sangre corrió libremente en varias ocasiones por las calles de Jerusalén (2 Macabeos 4). Bajo la excusa de sofocar esta agitación, Antíoco Epifanes en el año 170 entró en la Ciudad Santa, asaltó las fortificaciones del Templo, lo despojó de sus más sagrados objetos, masacró 40,000 personas, y se llevó muchas más al cautiverio (1 Macabeos 1.17-25; 2 Macabeos 5.11-23)
Dos años después envió a su general Apolonio a suprimir por la fuerza la religión Judía y reemplazarla en Jerusalén por el paganismo Griego. La ciudad fue desmantelada, y la Akra (Ciudadela en griego, n.d.t.), la ciudadela que dominaba el Templo y servía de cuartel a los Sirios y de refugio a los Judíos renegados, fue reforzada. La estatua de Júpiter Olímpico fue erigida en el Tempo del Altísimo, mientras por todas partes se desató una cruel y sangrienta persecución contra los Judíos que seguían siendo fieles a sus tradiciones (1 Macabeos 1.30-64; 2 Macabeos 5.25, 26; 6.1-11). 
El sacerdote Matatías de Hasmón y sus cinco hijos, conocidos como los Macabeos, organizaron una resistencia heroica. Judas, que sucedió a su padre a la muerte de éste, obtuvo cuatro victorias sobre la armada Siria, ocupó Jerusalén (164), purificó el Templo, consolidó las fortificaciones, y erigió un nuevo altar para los holocaustos. También  reparó los muros de la ciudad, pero no pudo apoderarse de la ciudadela (Akra), en poder de una guarnición militar Siria. Después de varios rechazos y victorias hizo una alianza con el Imperio Romano (1 Macabeos 8)Jonatán le sucedió y mantuvo el conflicto con no menos heroísmo y éxito. Construyó un muro entre la ciudad superior y el Akra, como barrera contra los Sirios. Simón tomó el lugar de su hermano cuando Jonatán cayó a causa de una traición (142). Tres años más tarde, sacó la guarnición Siria fuera de Akra, arrasó la fortaleza, e incluso niveló la colina en la que había estado una tarea gigantesca que ocupó a toda la población durante tres años (Antiq. Jud., XVIII, vi, 6; Bell. Jud., V, iv, 1).

Demetrio II y después de él Antíoco Sidete, por fin, reconocieron la independencia del pueblo Judío. Simón, con dos de sus hijos, fue asesinado por su yerno, y su tercer hijo, Juan Hircano I (135-06), le sucedió en el trono. Antíoco Sidete, con un gran ejército, llegó a sitiar Jerusalén, pero consintió en retirarse por un rescate de 500 talentos, e Hircano cogió la suma de los tesoros del sepulcro real (Antiq. Jud., XIII, viii, 24; Bell. Jud., I, ii, 5). A Hircano I le sucedió su hijo Aristóbulo I, quien compaginó el título de pontífice con el de rey, reinando, sin embargo, sólo un año. Su hermano y sucesor Alejandro Janneo (105-78) agrandó considerablemente los límites del reino por sus muchas y brillantes victorias. Después de su muerte, Alejandra su viuda, tomó las riendas del gobierno en sus manos por nueve años, después de lo cual ella confió el sumo sacerdocio y la corona a su hijo Hircano II (69), pero su hermano Aristóbulo se levantó en armas para disputarle la posesión del trono. En virtud de la alianza con Roma que Simón había concertado, Pompeyo, el general Romano, vino desde Damasco a Jerusalén, en el año 65 antes de Cristo, para poner fin a la guerra civil. Los partidarios de Hircano abrieron las puertas de la ciudad a los Romanos, pero los de Aristóbulo se encerraron dentro de las fortificaciones del Templo, y no pudieron ser desalojados hasta después de un asedio de tres meses. Su resistencia fue vencida, por fin, en Día de Sábado; tantos como 12,000 Judíos fueron masacrados, y Aristóbulo fue llevado al exilio. Pompeyo repuso a Hircano en el sumo sacerdocio, con el título de etnarca, y declaró a Jerusalén tributaria de Roma (Antiq. Jud., XIV, iv, 1-4; Bell. Jud., I, vii, 1). 

Bajo la dominación Romana; hasta el 70 año del Señor


César permitió a Hircano reconstruir los muros demolidos por Pompeyo; pero en el año 48 antes de Cristo nombró a Antípatro, el Idumeo, gobernador de Palestina, y este último, cuatro años después, consiguió el nombramiento de su hijo mayor, Fasael, como prefecto de Jerusalén, y a su hijo menor, Herodes, como gobernador de Galilea. Cuando Antípatro murió (43), Antígono, el hijo de Aristóbulo II, se hizo con el trono, envió a Hircano II al exilio en medio de sus aliados, los Partos y encarceló a Fasael, quien, desesperado, se suicidó (Antiq. Jud., XIV, xiii, 5-10; Bell. Jud., I, xiii, 1-10). Herodes huyó a Roma, donde el Senado lo proclamó Rey de los Judíos (40). Pero esto fue tres años antes de que arrebatara Jerusalén a Antígono, y sólo después de provocar conflictos y derramamientos de sangre en la ciudad.
Antígono, el último de la dinastía de los Asmoneos, fue condenado a muerte (Antiq. Jud., XIV, xiv, 4; xvi, 1; Bell. Jud., I, xiv, 4; XVIII). 

El año 24 a.C.Herodes el Grande se construyó un espléndido castillo en el lugar de la Torre de Baris, o de Birah (Nehemías 2, 8), la llamó Antonia, en honor de Marco Antonio, y puso allí su residencia (Bell. Jud., V, v, 8; Antiq. Jud., XV, xi, 5). 
También construyó un teatro y un anfiteatro para las luchas de gladiadores.
El 19 a.C., el rey, cuyo origen así como su crueldad lo habían hecho odioso a los Judíos, creyó ganarse su voluntad reconstruyendo el Templo de Zorobabel, poco a poco, hasta que pareciera tan espléndido como el de Salomón. También agrandó el santuario extendiendo las galerías hasta la fortaleza Antonia, al norte, y uniéndolo, al sur, con el lugar del palacio de Salomón, como para erigir allí una soberbia stoa, o basílica. La inauguración del nuevo Templo tuvo lugar en el año 10 antes de Cristo (Antiq. Jud., XV, xi, 3-6) pero miles de obreros siguieron trabajando en él hasta el año del Señor 64 (Antiq. Jud., XX, ix, 7). Hizo construir un segundo castillo-fortaleza en el ángulo noroeste del Monte Sión, y lo flanqueó con tres soberbias torres -Hípico, Fasael y Mariamme. Abrió la tumba de los reyes de Judá, en busca de tesoros, después de lo cual, para aplacar la indignación popular causada por su sacrilegio, erigió un monumento de mármol blanco a la entrada de la tumba (Antiq. Jud., VII, xv, 3; XVI, vii, 1). Herodes se aproximaba al fin de su reinado de casi cuarenta y un años cuando Jesús, el Divino Salvador, nació en Belén. Unos pocos meses después de la visita de los tres Sabios de Oriente, y la masacre de los Inocentes, murió de horrible enfermedad, odiado por todo su pueblo (4 antes de Cristo) (Existe una contradicción, ya que Herodes no pudo exterminar a los Inocentes a causa del nacimiento de Cristo y morir después de ello, pero cuatro años antes del nacimiento de Cristo; esto se debe a un error de cálculo cometido al establecer el inicio de nuestro actual calendario gregoriano, del siglo XVI; en el siglo VI Dionisio el Exiguo estableció el nacimiento de Cristo en el año 753 de la fundación de Roma; n.d.t.).
Arquelao, su hijo, cogió el título de rey, pero en el curso de ese mismo año Roma lo dejó con el sólo título de Etnarca de Judea, Samaría, e Idumea. Diez años más tarde fue depuesto, y Judea quedó reducida al estatuto de provincia Romana. Coponio, Marco Ambivio, Annio Rufo, Valerio Grato (14, año del Señor) y Poncio Pilato, sucesivamente, fueron nombrados procuradores del país. Pilato dio ocasión a varias sediciones que ahogó con una extrema brutalidad. Bajo la administración de Poncio Pilato, Jesús Cristo fue arrestado y condenado a muerte. La Pasión, Resurrección y Ascensión del Divino Salvador han hecho de Jerusalén la que ya era gloriosa- la ciudad más celebrada del mundo entero. El entusiasmo con el que, después del Día de Pentecostés, millares de Judíos se declararon discípulos de Jesucristo provocó una violenta persecución de los Cristianos, en la que el diácono Esteban fue el primer mártir (Hch 6.8-15). Poncio Pilato había cogido un día los fondos del Corban para pagar la construcción de un acueducto, y se produjo un levantamiento de los Judíos. Convocado a Roma para dar cuenta de su conducta, fue desterrado por Calígula (Antiq. Jud., XVIII, iii, 2). Dos años después, el emperador hizo a Herodes Agripa I, nieto de Herodes, tetrarca de los países de más allá del Jordán; en el 41 Claudio lo nombró rey de Judea. Agripa se comprometió a construir un tercer muro, al norte de la ciudad (Antiq. Jud., XIX, vii, 2; Bell. Jud., V, iv, 2). Para agradar a los Judíos, hizo decapitar a Santiago el Mayor, e intentó lo mismo con San Pedro, pero vino un ángel y liberó de sus cadenas al Príncipe de los Apóstoles (Hch 12, 1-19). Poco después, principio del 44, el rey murió miserablemente en Cesárea (Hch 12, 23; Antiq. Jud., XIX, 8, 2).
En aquella época vino a Jerusalén Sadan, quien era llamada entre los Griegos Helena, Reina de Adiabene, un país situado en el río Adiabas, que es afluente por el este del Tigris. Convertida al Judaísmo, junto a su numerosa familia, ella reconfortó a los pobres con su munificencia durante una terrible hambruna (cf. Hch 11, 28). Ella fue la que hizo que se excavara, para ella y su familia, al norte de la ciudad, el imponente sepulcro conocido como la Tumba de los Reyes (Antiq. Jud., XX, ii, 6; iv, 3). En este tiempo murió la Bendita Virgen, y fue enterrada en Getsemaní. San Pedro volvió de Antioquia para presidir el Primer Concilio (Hch 15, 1-3) (Ver JUDAIZANTES, apartado Concilio de Jerusalén). El Rey de Judea fue sustituido por un procurador, y Agripa II, hijo del Agripa precedente, fue nombrado Príncipe de Calcis y Perea, y encargado de cuidar del Templo de Jerusalén (Antiq. Jud., XX, ix, 7). Terminó el tercer muro, comenzado por su padre y finalizó las obras del santuario el año del Señor 64. Cuspio Fado, Tiberio Alejandro, y Cumano fueron sucesivamente los procuradores desde el 44 al 52. Vinieron después Félix, Festo, y Albino, desde el 52 al 66. Con los últimos cuatro, los desórdenes y las masacres se sucedieron ininterrumpidamente. Gesio Floro (66) superó la maldad de sus predecesores, y llevó al pueblo a sublevarse contra la dominación Romana; Agripa y su partido recomendaron paciencia y apelaron a Roma contra el procurador; pero después de varios días de guerra civil, el partido insurgente triunfó sobre el pacifista, masacró la guarnición Romana e incendió los palacios. Cestio Galo, Presidente de Siria, llegó el treinta de Octubre del año 66, con la Duodécima Legión, sólo encontró rechazo, y hubo de retirarse (Antiq. Jud., XX, xxi; Bell. Jud., II, xvii, 6; xix, 1-9). Los Cristianos, recordando la profecía de Cristo (Lucas 19, 43-44) se retiraron más allá del Jordán dentro de territorio de Agripa, guiados por su obispo, San Simeón (San Epifanio, De mensuris, xiv, xv). Nerón encomendó a su general Vespasiano, suprimir la insurrección, y Vespasiano, acompañado de su hijo Tito, invadió Galilea, el año del Señor 67, con un ejército de 60,000 hombres. La mayoría de las plazas fuertes ya habían sido ocupadas, cuando la muerte del emperador hizo suspender las hostilidades. Después de los efímeros reinados de tres emperadores, en total dieciocho meses, Vespasiano fue elevado al trono en Noviembre del 69. Tito recibió de su padre el mando del ejército del Este, y al año siguiente, en el tiempo en que la Ciudad Santa estaba abarrotada con todos los que habían venido para la Fiesta de Pascua, comenzó su asedio. El décimo-cuarto día de Kanthic (Bell. Jud., V, xiii, 7), o del mes  Hebreo de Abib el día de la Pascua, correspondiente al 31 de Marzo- Tito tomó posiciones en el Monte Scopus con las Legiones, Quinta, Séptima y Décimo-quinta, a la vez que la Décima ocupaba el Monte de los Olivos. En el otro lado, Juan de Giscala mantenía en su poder el Templo, la Antonia, y la ciudad nueva de Bezetha, con 11,000 hombres, y Simón, el hijo de Giora, resistía en la parte superior e inferior de la ciudad, en la colina del sudoeste, con 10,000 hombres.
Al atacar el tercer muro, el 9 de Abril, las legiones se hicieron con esa línea de defensa después de quince días de lucha. Una vez dueño de la ciudad nueva, Tito subió su posición hacia el oeste, en el lugar conocido como el Campo de los Asirios (Bell. Jud., V, vii, 2). Siguió inmediatamente un ataque al segundo muro. Cinco días más tarde, los Romanos entraron por una brecha pero fueron repelidos y se hicieron dueño de él solamente después de cinco días de feroz e incesante lucha. Tito pudo entonces aproximarse a la Antonia, la cual era la única vía de acceso al Templo y a la ciudadela de Herodes, y protegía el primer muro al norte del Monte Sión.
Tras tres días de descanso, las plataformas de elevación y las torres móviles estuvieron listas contra la torre Hippicus y la Antonia. Pero el 17 de Mayo todos los trabajos realizados contra la Antonia fueron inutilizados y destrozados por los soldados de Juan de Giscala, y dos días después las torres móviles que amenazaban el Hippicus fueron incendiadas por los hombres de Simón, mientras una lucha heroica se mantenía en ambos lugares. El general Romano empleó entonces todo su ejército durante tres días en cercar la ciudad con un terraplén de circunvalación, diseñado para cortar toda comunicación con la ciudad, y así rendir la plaza por hambre. Esto produjo pronto unos terribles resultados (Bell. Jud., XII, v, 2).
Después de tres semanas de puesta a punto, los arietes abrieron una brecha en el muro que conectaba la Antonia con el Templo, cerca de la Piscina de Strucio, pero en vano. Dos días más tarde, el muro se desmoronó en trozos sobre una mina preparada por Juan de Giscala, y un puñado de soldados Romanos ganaron la Antonia por sorpresa, a las tres de la mañana del 20 de Junio (Bell. Jud., VI, i, 1-7). Tito finalmente demolió la fortaleza a fin de utilizar los materiales en la construcción de montículos (o trincheras, n.d.t.) contra el Templo. Tres semanas defendieron los Judíos los pórticos exteriores y luego los interiores, a los que los Romanos sólo llegaron al costo de enormes sacrificios. Por fin el 23 de Julio, un soldado Romano arrojó una antorcha encendida dentro de una de las galerías cercanas al Santo de los Santos. En medio de una espantosa matanza el fuego se extendió a los edificios vecinos, y pronto toda la plataforma fue una horrible masa de cadáveres y ruinas (Bell. Jud., VI, ii, 1-9; iii, 1, 2; iv, 1-5). Luego los Romanos prendieron fuego al palacio de la depresión de El Wad, y al Ofel; el día después echaron a los Judíos del Akra y quemaron la ciudad baja hasta la Piscina de Siloé (Bell. Jud., VI, vi, 3-4). Todavía quedaba la tercera muralla, el formidable bastión de la ciudad alta, donde los defensores del Akra, cargados de botín, habíanse unido a los hombres de Simón. Dieciocho días se dedicaron a la preparación de terraplenes al noroeste y al nordeste de la fortaleza, pero apenas los arietes abrieron brecha en los muros cuando Juan y Simón se escaparon secretamente con  sus tropas. 


El octavo día de Elul (1 de Agosto) la ciudad cayó definitivamente en poder de los Romanos, después de un asedio de 143 días. A los que le felicitaron, Tito replicó: No soy yo quien ha vencido. Dios, en Su ira contra los Judíos, ha usado mi brazo (Bell. Jud., VIII, v, 2)
Los muros del Templo y los de la ciudad fueron demolidos. Pero Tito quiso preservar la fortaleza de la ciudad alta, con las tres magníficas torres del palacio de Herodes. Además, la ciudad alta resultó necesaria como cuartel fortificado para la Décima Legión, que quedó como guarnición de Jerusalén. Durante este asedio uno de los más sangrientos que recuerde la historia- 600,000 Judíos, según Tácito (Hist., V, xiii), o, según Josefo, más de un millón, murieron por la espada, la enfermedad o el hambre. Los supervivientes murieron en las luchas de gladiadores o fueron vendidos como esclavos. 


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