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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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lunes, 8 de noviembre de 2010

Dios IV: YHWH

El nombre de Dios adorado por los ángeles por Goya

En el Antiguo Testamento
Yahveh (transcripción y pronunciación hebraísta; en hebreo antiguo יהוה (pronunciación desconocida); transliteración «YHVH» o «JHWH»;) y su pronunciación conjetural (Yahweh, Yahvé, Yah y Yavé así como la acepción Iehová, Jehowah o Jehová) es, en dicho modo, el nombre propio utilizado en las Biblias (en lengua española; y en muchas otras lenguas) para designar y diferenciar al Dios de las religiones judeocristianas. En su forma hebrea es, en el Antiguo Testamento, el nombre que utiliza para referirse a sí mismo, siendo su significado presumiblemente una descripción de su propia naturaleza. Según el Pentateuco, escrito en hebreo, el verdadero nombre de Dios formada por las cuatro consonantes hebreas: —Y (iod), H (hei), V (vav) y H (hei), es yod-hei-vav-hei: יהוה que se la denomina también Tetragrámaton. (nótese que el idioma hebreo se escribe de derecha a izquierda) que se traduce al alfabeto occidental como YHWH, pues la escritura hebrea antigua sólo incluía las consonantes de cada palabra y descartaba las vocales. El sentido (de la forma: YHVH; ``El Tetragrámaton´´; es decir, palabra compuesta de cuatro letras del nombre Yahveh ha sido interpretado de formas muy diversas; y hasta se discute su origen cultural. No obstante, esta deidad (asociada también como Elohim), según la Biblia, indicó que sería llamada Yahveh, y lo hizo de dos maneras:

-De un modo indirecto, al aparecer 6.828 veces la grafía (YHVH) en el antiguo testamento; y 
-De manera más explícita, por ejemplo, en el relato del Libro del Génesis

Libro de Génesis 2:7 Entonces YHWH Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

¿Quien es?
Según la tradición judía, aparentemente YHWH es la tercera persona del imperfecto singular del verbo Ser, significando por lo tanto ‘El es’ o ‘El será’. Esta explicación concuerda con el significado del nombre dado en Éxodo 3:14, donde se representa a Dios hablando, y por eso se usa la primera persona, ‘Yo soy’. «Yo soy el que soy» expresión hebrea "ejiéh asher ejiéh" (Éxodo 3:14).

«Yo soy el que soy» (Éxodo 3:14) representa la expresión más concentrada de la auto-revelación de YHWH Moisés y al pueblo de la antigua Alianza. El Dios de los patriarcas se revela bajo el nuevo nombre de Yahveh en un nuevo acto de salvación, la redención de la esclavitud de Egipto. Por lo tanto, el significado podría ser concretamente: ‘El que es’. Se ha desestimado la traducción ‘el que es autoexistente’ o ‘autosuficiente’, ya que se considera que la concepción abstracta de la existencia pura es ajena al pensamiento hebreo clásico. La existencia de Dios por sí mismo tiene su origen en la concepción hebrea del Monoteismo, el Creador no creado, que no depende de nada ni de nadie más; por lo tanto en la actualidad se lo traduce generalmente como ‘Yo soy el que soy’.

1 Libro de los Reyes 18:1 Pasados muchos días, vino palabra de YHWH a Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra.

Libro del Profeta Isaias 41:27-29
27 Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas. 28 Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra. 29 He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.


Libro del Profeta Isaias 44:6, 21
6 Así dice YHWH Rey de Israel, y su Redentor, YHWH de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. ...21 Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides.


Libro del Profeta Jeremias 10:10, 14
10 Mas YHWH es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación ...14 Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia; se avergüenza de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella. 


El Nombre
Yahveh es una de las diversas formas que se emplea en la Biblia para designar al nombre propio de Dios (otras son: Adón, Adonay, El, Elyón, Eloah, Elohim, Yahveh-Sbaot, etc.), y es la que más se repite en los textos originales. Referente al nombre Jehová está compuesto de las formas abreviadas del imperfecto, el participio y el perfecto del verbo hebreo «ser» (ye=yehi; ho=howeh; wa=hawah).

De acuerdo a esta explicación, el significado de Jehová sería ‘el que será, es y ha sido’. Pero tal formación de palabras no tiene analogía en el idioma hebreo. Así se indica que: Yahvéh (Yahweh) es uno de los nombres hebreos arcaicos, tales como Jacob, José, Israel, etc. (cf. Ewald, Lehrbuch der hebr. Sprache, 7.ª ed., 1863, p. 664), derivado del imperfecto de tercera persona de modo que atribuye a una persona o cosa la acción de la cualidad expresada por el verbo después de la manera de un adjetivo verbal o un participio. Furst ha coleccionado la mayoría de estos nombres y llama a la forma participialis imperfectiva. Como el Nombre Divino es una forma imperfecta del arcaico verbo hebreo «ser», Yahvéh significa ‘El que es’, aquel cuya nota característica consiste en ser, o simplemente ‘el existente’. Aquí somos confrontados con la cuestión, si Yahvéh es el hiphil imperfecto o el qal imperfecto. Calmet y Le Clere creen que el Nombre Divino es una forma hiphil; por tanto significa, de acuerdo a Schrader (Die Keilinschriften und das alte Testament, 2.ª ed., p. 25), ‘aquel que trae a la existencia, el creador’, y de acuerdo a Lagarde (Psalterium Hieronymi 153), ‘aquel que causa la llegada’‘aquel que cumple sus promesas’, ‘el Dios de la providencia’. El tetragrama fue escrito en caracteres contrastados del paleohebreo en algunos de los textos sobrevivientes más antiguos del hebreo cuadrado arameo, y se supone que se leía como Adonai, ‘Mi amo’, aún en ese período, cuando fueron encontrados.

Levítico 24:16 Y el que blasfemare el nombre de YHWH, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera. 

La pregunta que nos inquieta sigue siendo la misma de los israelitas: «¿cuál es Su Nombre?». La respuesta, «Yo soy el que soy», tiene una significación que va más allá del sentido original, que esta frase pueda tener dentro de su contexto literario (elohista), y dentro de las coordenadas históricas a las que responde.




El Tetragrámaton en alfabeto Paleo-Hebreo (1100 a. C. a 300d.C.), usado antes del exilio babilónico

Etimología
El significado preciso del nombre es aún objeto de disputas entre los especialistas. De acuerdo con una teoría, correspondería a una modificación del texto de Éxodo 3:13-14, en el que Dios Yahveh indica a Moisés que diga al pueblo de Israel que «Yo Soy [אהיה]» lo ha enviado. Otra variante afirma que se trata de una combinación de las formas de pasado (היה), presente (הוה) y futuro (יהיה) de la raíz del verbo ser, para indicar la eternidad de la existencia divina. Apocalipsis 1:8. De acuerdo con una tercera versión, se trataría de la forma causativa del mismo verbo, significando ‘el que causa el ser’. Muchos otros nombres en árabe y hebreo responden a esa forma, lo que parece avalar la hipótesis. De acuerdo con una cuarta versión, se trataría de la forma acusativa, estado imperfecto, del verbo hebreo hawáh (‘llegar a ser’). Entonces Yahvéh significaría: ‘Él causa que [todo] llegue a ser’. A pesar de todo, muchos expertos han llegado a la conclusión de que el nombre de Dios: Jehova, es una derivación del verbo hebreo "Yah" que se podría traducir en la parte donde se revela a Moisés como: "Yo Resultaré Ser Lo Que Resultaré Ser", quedando de acuerdo con el propósito de la Biblia, pues, Jehová Dios llegaría a ser lo que fuera para poder cumplir con su voluntad. La respuesta, «Yo soy el que soy», tiene una vigencia histórica, una «plenitud de sentido», que contribuye a una mejor comprensión de su sentido original. La «aplicación» (subtilitas applicandi) forma parte del proceso de comprensión.

Exegesis
Para tratar de desentrañar el significado del Nombre y revelación de Yahveh, nos dejaremos guiar por tres principios hermenéuticos. El objetivo último de la búsqueda exegética no es encontrar la etimología de un nombre o el sentido de una frase, ni resolver los problemas filológicos, literarios e históricos que un pasaje encierra, el texto es una mediación necesaria para llegar a comprender la «cosa», la realidad oculta que se revela en el texto, el «omen» tras el «nomen» (La exégesis histórico-critica fija en este sentido unos límites demasiado estrechos al estudio del nombre de Yahveh y de Éxodo 3:14, dentro del contexto de la tradición elohista, cfr. R de VAUX, Histoire ancienne d'Israel. Des origines il /'installation en. Canaan (Paris, 1971) 335).

La pregunta que nos inquieta sigue siendo la misma de los israelitas: «¿cuál es Su Nombre?». La respuesta, «Yo soy el que soy», tiene una significación que va más allá del sentido original, que esta frase pueda tener dentro de su contexto literario (elohista), y dentro de las coordenadas históricas a las que responde. La respuesta, «Yo soy el que soy», tiene una «vigencia histórica» («Wirkungsgeschichte»), una «plenitud de sentido», que contribuye a una mejor comprensión de su sentido original.

La «aplicación» (subtilitas applicandi) forma parte del proceso de comprensión. Ello fundamenta y legitima toda la historia de interpretación de la respuesta de Yahveh, «Yo soy el que soy», interpretada y reinterpretada en la misma Biblia, en el judaísmo, en la patrología, (es la parte de la historia de la teología cristiana que estudia las vidas y las obras de los autores ortodoxos y heterodoxos que escribieron sobre teología en los siglos I hasta el siglo VIII) y en la teología cristiana contemporánea. Nuestro esfuerzo de comprensión enlaza pues con una larga catena de interpretaciones y toda una tradición que nos precede y alimenta. La respuesta de Yahveh, «yo soy el que soy», hecha texto y Escritura, se encuadra ella misma también dentro de todo un tejido de relaciones y de una historia que la precede: una etimología o núcleo de significación embrionario y una tradición oral anterior a la fuente escrita elohista. A este nivel reencontramos la filología, la lingüística, la exégesis literaria e histórico-crítica, disciplinas que con métodos rigurosos nos permiten descubrir, con resultados por cierto no muy satisfactorios, el etymon, origen y significado primigenio del nombre de YHWH, la tradición y la forma literarias en las que este nombre y la auto-proclamación, «Yo soy el que soy», vienen transmitidas. La filología y la historia son instrumentos preciosos e irrenunciables para desvelar el nombre oculto de Dios, que ha querido revelarse por la Palabra hecha Escritura. Dos son las preguntas concretas que nos planteamos: ¿Cuál es el origen y significado del nombre YHWH?, ¿cuál es el significado de la auto-definición de Yahveh«Yo soy el que soy» ( )hyh ) s´r ) hyh)?. Las dos preguntas se relacionan entre sí; las dos suponen también otras muchas cuestiones, a las que no cabe ni siquiera aludir aquí.

Los Eruditos
La patrística y la gran escolástica encontraron en Éxodo 3:14 la fuente de inspiración y reflexión más profunda para acercarse al misterio del Dios oculto y revelado. La traducción griega de los LXX, éyw´ éiw ó w´v (más aún que la de la Vulgata, ego sum qui sum) había señalado una línea de interpretación, acentuadamente filosófica y ontológica, del ó wv, «El que es», la Esencia misma. Eusebio de Cesarea no tenía por ello reparos en decir que Platón había tomado de Moisés su filosofía del Ser (Praeparatio Evangelica Xl, 9). Según E. Gilson, el pasaje de Éxodo 3:14 fue la base de toda la filosofía cristiana: el nombre y la definición de Dios es Ser (E. GILSON, The Spirit of Medieval Philosophy (London, 1963) 51 Y 433 ss. S. Agustín, De Trinitate V, 2; Santo Tomás Summa Theologica, Prima Pars XlII, 1l.La exégesis judía con Maimónides siguió parecidos derroteros (Guía de perplejos 1, 63)

Filón de Alejandria o Filon el Judiodesarrolla esta perspectiva: «Díles», dice (Yahveh a Moisés), «que Yo soy el que es, de modo que puedan aprender la diferencia entre lo que es y lo que no es, y aprendan además que no hay nombre alguno, que se pueda decir con propiedad de Mí, a quien pertenece el existir». (Filón de Alejandría, De Vira Mosis 1, 75 (Loeb Classical Library): « ...AEyE» ότι εγώ είμαι αυτός που είναι, έτσι ώστε να μπορούν να μάθουν τη διαφορά μεταξύ του τι είναι και τι δεν είναι, και επίσης να μάθουν ότι δεν υπάρχει κανένα όνομα, μπορείτε να πείτε μαζί Μου, σε ποιον ανήκει εκεί».) 

No se puede decir que Filón recoja aquí simplemente ideas griegas, extrañas al modo de pensar hebreo. Filón puede muy bien estar moviéndose también en su propia tradición judía, que en Deuteronomio 32:39 y en el segundo Isaías (4:14; 42:8; 43:10; 48:12) conoce la expresión ani hü, traducida al griego eyw eaun (Isaias 41:4, «Yo, Yahveh, soy el primero y con los últimos Yo soy»Yo soy el primero y Yo el último, fuera de Mí no existe dios (es)» (cfr. 41:21-29; 43:8-13), es un claro antecedente de Apocalipsis 1:8). Junto a la perspectiva histórica y de eternidad, se manifiesta una polémica contra la no existencia de otros dioses.

Cabe relacionar con esta frase aquella del Apocalipsis, referida a Dios, «el que es y que era y que ha de venir» (ποιος είναι και ποιος ήταν και ποιος θα έρθει;, Apocalipsis 1:8, cfr. 1:17; 4:8; 11:17; 16:5; 21:6; 22:13). De la formulación bimembre se pasa con naturalidad a una en tres miembros. La primera expresión, «el que es» (ó w´v), es exactamente la misma de la Septuaginta o los LXX en la traducción de «Yo soy el que soy» (éyw´ éiw ó w´v)No cabe duda de que la fórmula del Apocalipsis (a través de versión de los LXX) juega con la del Éxodo, y parte de ella para su elaboración histórica y escatológica: «el que fue y el que viene. El Targum apunta y el Apocalipsis desarrolla la perspectiva de historia de salvación, bajo la que interpretan Éxodo 3:14. No se puede olvidar, sin embargo, la connotación ontológica y existencial del primer «el que es» (ó w´v).

Los reformadores, Lutero, Calvino y Zwinglio, prosiguen en realidad en la misma tradición medieval, con algunos cambios de acento, alegóricos en exégesis y cristológicos en teología. (M. Lutero, «AlIegorien oder geistliche Deutung dieses Andem Capitels», Weimarer Ausgabe XVI, pp. 49 Y 80-89).

Etapa Moderna

La critica exegética moderna no ha prestado menor atención al episodio de Éxodo 3:4. Se ha querido rechazar, sin embargo, toda la historia exegética anterior, acusada de ontologismo, de imponer una filosofía al texto y de interpretar el texto hebreo con categorías extrañas, propias del pensamiento griego. Es evidente que Éxodo 3:14 no pretende dar una «definición» filosófica de la esencia o aseidad de Dios. (G. VON Rad, Theologie des Alten Testaments 1 (MÜflchen, 1969) 193 s. Schild defiende, sin embargo, una interpretación existencial de Ex. 3,14a, E. ScHILD, «Qn Exodus III 14 - 'I am that I am'», VT 4 (1954) 296-302.).

Sin embargo, el desarrollo filosófico y teológico sobre Éxodo 3:14 es plenamente legítimo y está ya apuntado en la misma Biblia, en su progresiva enunciación de un monoteísmo estricto (Deuteronomio y el segundo Isaías). No cabe por otra parte oponer de un modo absoluto supuestas categorías del pensamiento hebreo y griego (la acción y el ser en contraposición). (E. JENNI - C. WESTERMANN, Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento I (Madrid, 1978) col. 674. J. Barr ha criticado duramente las oposiciones que se han querido ver entre el pensamiento hebreo y griego, sin que se aporten para ello pruebas de carácter lingüístico, J. BARR, The Semantics 01 Biblical Language (London -New York, 1961) 58 ss. 

Como si el hebreo no hubiera adquirido nunca el concepto de ser o sólo lo hubiera asimilado tardíamente por influjo helenístico. La teología bíblica actual tiene sobrados motivos para interpretar Éxodo 3:14 desde la perspectiva de la historia y de la acción salvífica de Yahveh, pero no cabe oponer radicalmente los conceptos de acción (existir y hacer existiry de esencia (ser) y, todavía menos, sustituir la ontología por una filosofía de la historia como clave de interpretación de Éxodo 3:14. «Yo soy el que soy» viene traducido en el Targum Pseudo Jonatán (Biblia Hebrea del siglo XI= Targum de Palestina) como «Yo soy el que es y el que será». (Cfr. igualmente el Targum JonatánDeuteronomio 32:39«Yo soy el que es y fue; yo soy el que será y no hay más dioses que yo»En la traducción targúmica a Éxodo 3:14 confluyen las dos traducciones posibles del hebreo -en presente y en futuro-, que se reflejan en LXX - y en Aquila -ανέργων και κατ).

El monoteísmo bíblico supone y constituye una clara cuestión (ontológica) sobre el ser-existir único de Yahveh y el no ser ni existir de otros dioses. La declaración estrictamente monoteísta del Deuteronomio y del segundo Isaías no aparece todavía, aunque se apunta ya de algún modo, en Éxodo 3:14. A la pregunta del pueblo y de Moisés, «¿cuál es Su Nombre?», Yahveh responde: «Yo soy el que soy». Koehler niega que se trate de una verdadera respuesta. Constituye más bien una evasiva del Deus absconditus a revelar su Nombre (cfr. 32:30, y Jueces 13:18). (L. KOEHLER, Theologie des Alten Testaments (Tubingen, 1963) 234. Igualmente, A. M. DUBARLE«La signification du nom de Jahweh», RSePhTh 34 (1951) 3- 21; O. EISSFELDT«Jahwe, der Gott der Viiter», TLZ 88 (1963) 481-490( 483)).  

Sin embargo, la frase del v. 14b, «'Yo soy' me ha enviado a vosotros», supone una respuesta positiva. (Los autores rechazan por lo general la interpretación de Koeh1er, cfr. B. N. WAMBACQ,«) eheyeh ,a§er 'eheyeh», Bib. 59 (1978) 317-388 (320s). Childs la acepta en un cierto sentido, en cuanto que Yahweh retrasa su revelación, que sólo se hará manifiesta en sus acciones futuras, S. lllLDS, The Book of Exodus -Philadelphia, 1974-76). 

La forma en primera persona, «Yo soy», invita a descubrir aquí elementos propios de una Teofanía, y a interpretar el conjunto del pasaje en relación con el episodio de la zarza ardiente, como un relato del género de teofanía de Yahveh(Jorg JEREMIAS, Theohanie. Die Geschichte einer alttestamentliche Gattung, Wissenschaftliche Monographien zum Altem und Neuen Testament 10 (NeukirchenVluyn, 1965).

Sin embargo, cabe considerar la respuesta de Yahveh como una legitimación ante el pueblo de la misión de Moisés. Predominaría por lo tanto en este pasaje el género de relato de vocación, que se extiende por todo el conjunto de Éxodo 3:7-20. (R. KILIAN, «Die prophetischen Berufungsberichte», Theologie im Wandel, Tübingen Theologische Reihe 1 (München, 1967) 356-376; W. RICHTER, Die sogenannten vorprophetischen Berufungsberichte (G6ttingen, 1970).

Pero en este tipo de relato el enviado de Yahveh recibe como confirmación de su misión un signo acreditativo, no la revelación del nombre divino. La crítica del género literario no alcanza pues a determinar de un modo satisfactorio el marco adecuado de referencias de la expresión «Yo soy el que soy». Por otra parte, los ensayos de crítica literaria no resultan tampoco más satisfactorios. Los indicios de composición literaria en Éxodo 3:13-15 son más que evidentes: la frase introductoria del discurso de Yaveh se repite por tres veces, lo que determina una triple respuesta («Dijo Dios a Moisés ... , y añadió ... Dijo todavía Dios a Moisés», vv. 14-15). Se produce además una repetición, con una oscilación en el sujeto: «me ha enviado a vosotros (14b) ... me ha enviado a vosotros (15)». Muchos autores han considerado el v. 14 como una glosa, que se interpone entre los vv. 13 y 15.

Para Rudolph, el v. 14b es original, «Así dirás a los hombres de Israel: 'Yo soy me ha enviado a vosotros'». Las frases de los vv. 14a y 15 serían añadidos posteriores (W. RUDOLPH, Der «Elohist» von Exodus bis Josua, BZA W 68 -Berlin, 1939- 9.). Otros autores declaran secundario el v. 15 y retienen como primitivo el texto de los dos versículos precedentes. (H. HOLZINGER, Exodus, Kurzer Hand-Cornmentar zum Alten Testament 2 (Tübingen, 1900) ad. loc). La multiplicidad de las explicaciones propuestas y el carácter hipotético de las mismas dejan una sensación de insatisfacción. El carácter compuesto de este pasaje no constituye sin embargo un demérito; es signo de la importancia de un texto, en el que aparecen recogidas las interpretaciones bíblicas más tempranas del nombre de Yahveh. 

Es sabido que, mientras la Tradición Yahvista identifica desde comienzos el Génesis a Yahveh como el Dios de los patriarcas, la Tradición Elohista conoce y testimonia por el contrario la novedad del nombre de Yahveh, ignorado en la época patriarcal y revelado como el nuevo nombre de Dios a MoisésEsta tradición elohista es de suma importancia, por cuanto conserva el dato de la novedad y revelación del nombre de Yahveh, con la precisión igualmente importante de que, si bien el nombre es nuevo, Yahveh es el mismo Dios de los patriarcas. La novedad del nombre YHWH invita a indagar el origen del mismo. Los intentos por conocer el origen del nombre de Yahveh proceden hoy preferentemente de los campos de la lingüística comparada y de la historia de la religión yahvista. Se acepta que el nombre de Yahveh procede de la raíz semítica nor-occidental hwy (A hwh «ser»), que en hebreo se convierte en hyh. La forma gramatical sería la de un imperfecto verbal sustantivado.

Se discute si se trata de una forma simple, «él es», o causativa, «él hace ser». Albright y su escuela siguen esta segunda opinión. Ello obligaría a corregir el texto de Éxodo 3:14 en 'ahyeh 'a ser yihyeh, «Yo hago ser lo que viene a ser», o manteniendo la construcción idem per idem de la frase: 'ahyeh 'aser 'ahyeh, «Yo hago ser lo que hago ser», o «Yo creo lo que creo». F. M. Cross va más allá. La expresión se ha de leer toda ella en tercera persona, en mayor consonancia con la forma del nombre «Yahveh». En base a paralelos extrabiblicos (en Ugarit, du yakanimu, «el que crea»), Cross piensa que YHWH era en origen un nombre consistente en una breve frase referida al Dios patriarcal El, una fórmula cúltica, en la que se expresa el objeto creado («...el que crea los ejércitos», YHWH seba ót, 1 Samuel 1:3, 11; 4:4; 15:2 ... , o «el que inaugura la paz», YHWH salom, Jueces 6:24). El nombre YHWH pudiera proceder de un hiphil proto-semítico; en tal caso no existen sin embargo pruebas de que la tradición bíblica asumiera esta relación entre el nombre Yahveh y el hiphil de hyh.

Filólogos e historiadores continuarán este debate. De la discusión precedente de los eruditos, cabe señalar algunos puntos relevantes para una teología bíblica del nombre de «yahveh» - «Yo soy el que soy». El significado de la expresión «Yo soy el que soy» se inclina más bien hacia el sentido de «ser-existir», aunque no se le ha de prestar un contenido ontológico fuerte, ni se ha de excluir por otra parte la connotación de significado activo y dinamico, «actuar», «crear». Esto último resulta más evidente, si se toma en consideración el contexto en el que se encuentra. «Yo soy el que soy» constituye entonces la respuesta que garantiza la intervención salvífica de Yahveh en favor del pueblo esclavizado en Egipto. (En esta línea se orientan las interpretaciones hoy día más corrientes: «Ich bin wirklich und warhaftig da, bin bereit zu hifen und wirken ... nicht auf der ruhenden sondern auf die tatigen Existens lier.- der Nachdruck», W, EICHRODT, Theologie des Alten Testaments I (Gottingen, 1956 ) 118s.; Th. C. VRIEZEN, «'ehje 'aser 'ehje», Festschrift A. Bertholet (Tübingen, 1950) 448-512; G. VON RAD, Theol0f.ie des Alfen Testaments 1, 193s.; M. NOTH, Exodus, HAT 1/7 (Tübingen, 1971 ) 31).

Esta respuesta legitima por otra parte la misión de Moisés («'Yo soy' me envía a vosotros.») (Este aspecto ha sido puesto de relieve por S. CHILDS, Exodus, OTL (London, 19824) 68). El «actuar» de Yahveh se produce en continuidad con su acción en el pasado en favor de los patriarcas, lo que prueba la identidad («ser») de Yahveh, que es el mismo Dios de los Padres. La revelación del nombre de Yahveh tiene, pues, desde un principio una referencia a la historia de salvación: la historia de los patriarcas en el pasado, la liberación de los israelitas de Egipto en el futuro inmediato. Por ello mismo es legítimo en un cierto sentido traducir la expresión de autorevelación de Yahveh como «Yo soy el que actúa». El nombre YHWH y el nombre interpretación «Yo soy el que soy», en relación uno con otro y en el contexto en el que necesariamente se mueven, encierran a distintos niveles los dos significados básicos de «ser» y «hacer ser». Yahveh se manifiesta y revela por otra parte como el Dios, que es el mismo de los patriarcas, de Moisés y de generación en generación (v. 15). El «hacer ser» o «actuar» de Yahveh se manifiesta en cuanto «crea» y «salva». La teología de la creación y la teología de la salvación, excesivamente diferenciadas a veces en la teología actual, aparecen ensambladas en las más antigua teología yahvista y en el propio nombre de «Yahveh». Aun cuando evidentemente hay que distinguir niveles de significación y etapas de desarrollo en el significado del nombre YHWH / 'hyh sr 'hyh, niveles y etapas difíciles de precisar en detalle, no cabe establecer sin embargo una historia evolutiva, que parta de un significado puro y simple (etimológico), para desembocar en otros más complejos. Al igual que la forma larga del nombre YHWH es más antigua que las abreviadas Y'ho-/, Yo-/ Ye-, o -yahu/ -yah, el nombre YHWH viene a ser él mismo la abreviatura de una frase o fórmula cultual. No existe pues en realidad un significado etimológico al estado puro, sino que desde un principio el nombre Yahveh se mueve dentro de un determinado contexto, que no es necesariamente menos complejo en las primeras etapas de la tradición bíblica que en otras posteriores. Cabe preguntarse cuál es el contexto bíblico más antiguo identificable, en el que aparece el nombre YHWH. (El elemento teofórico «Ya», que aparece posiblemente en topónimos de los textos de Ebla, puede no tener ninguna relación con el nombre de Yahveh, cfr. M. DAHooD, «The God «Ya» at Ebla», JBL 100 (1981) 607s).

Por la época de los Jueces el nombre YHWH aparece como sujeto de frases construidas con el verbo hwh (de la misma raíz que YHWH) y con un objeto expreso (cfr. supra). Los títulos YHWH sebaót y YHWH salom, originarios de la época de los Jueces, responden a tales frases, cuyo verbo original quedó absorbido en el sujeto Yahveh de la misma raíz que el verbo: «Yahveh crea los ejércitos (celestiales) «Yahveh construye la paz». El contexto más antiguo conocido, en el que aparece el nombre de Yahveh, es pues el que se refiere a la obra de creación y a la obra de salvación. La autodefinición de Yahveh«Yo soy el que soy», constituye igualmente la proclamación de la acción creadora y de la acción salvífica de Yahveh, en las que se revela a un tiempo la profundidad de su Ser. Se ha observado recientemente que Jueces 6:16 (en el mismo relato en el que se encuentra el título YHWH salom) constituye una réplica de Éxodo 3:14. En Jueces 6:16, «'Ehyeh» se ha de traducir exactamente «Yo soy», lo que da la fórmula «Yo soy estoy contigo» (pasaje similar al de Oseas 1:9, «Vosotros no sois mi pueblo. Yo no soy Yo soy para vosotros»). La expresión, «Yo soy estoy contigo», y no simplemente «Yo estoy contigo», pone el énfasis sobre el nombre de Yahveh 'Ehyeh (obsérvese de nuevo el juego entre el sustantivo y el verbo de la misma raíz). De nuevo resultan también inseparables el Ser («Yo soy») y el actuar de Yahveh («estoy contigo»). Por otra parte el nombre de Yahveh aparece en la primitiva confesión de fe yahvista: «Yahveh (él) es Dios», (YHWH (hw') ha-'Elohlm), identificada en Josue 24:17-18 y 1 Reyes 18:39. Esta fórmula aparece utilizada en momentos en los que se pone en juego el ser y actuar de Yahveh como el Dios del pueblo, el cual por su parte ha de optar por Yahveh frente a otros dioses. En resumen, la interrelación existente entre la forma nominal YHWH y la frase verbal 'Ehyeh («Yo soy» - «Yo hago ser») encierra la plenitud de significación del nombre de Yahveh, que es, CREA Y SALVA.

Aparentemente la combinación de esas cuatro letras o tetragrama (que además es una conjugación de un verbo en hebreo) permitía evadir el problema de cómo leerlo correctamente (para no confundirlo con su raíz verbal hayah o hawah). La mayoría de los eruditos hacen notar que este verbo hebreo (hayah) no designa una mera existencia sino una presencia viva y activa, y que, por lo tanto, su conjugación, es decir, el Tetragrámaton significa: “Yo existiré por mí mismo” o “Yo soy el que existe por sí mismo”.

La Pronunciación
Debido a que por mucho tiempo los judíos consideraron una blasfemia pronunciar directamente el nombre de Dios, preferían denominarlo 'las cuatro letras’tetragramaton en griego (tetragrama en español). Por esta circunstancia, la pronunciación original del nombre del Dios judeocristiano no puede establecerse con exactitud. Los eruditos modernos conjeturan que originalmente se pronunciaba iajuéj, aunque actualmente, en las traducciones modernas de la Biblia por ejemplo, se escribe Yahveh. Todas las denominaciones modernas del judaísmo enseñan que está prohibido pronunciar las cuatro letras del nombre de Dios, YHWH, excepto por el Sumo Sacerdote en el Templo. Puesto que el Templo de Jerusalén ya no existe, nunca se pronuncia este nombre en rituales religiosos por judíos. Los judíos ortodoxos y conservadores no lo pronuncian nunca por ningún motivo. Algunos judíos no ortodoxos (pero religiosos) están dispuestos a pronunciarlo, pero sólo para propósitos educativos, y nunca en conversaciones casuales o durante la plegaria. En vez de pronunciar YHWH durante la plegaria, los judíos dicen Adonai. Las leyes judías requieren que las reglas secundarias estén puestas alrededor de la ley primaria, para reducir la posibilidad de infringir la ley principal. Como tal, es una práctica judía extendida restringir el uso de la palabra Adonai sólo durante la plegaria. En la conversación, muchos judíos llaman a Dios HaShem, que es la palabra hebrea para ‘el nombre’ (aparece en Levítico 24:11). Muchos amplían esta prohibición a algunos de los otros nombres de Dios, y añaden sonidos adicionales para alterar la pronunciación de un nombre cuando lo usan fuera de un contexto litúrgico, tal como kel, hamonai o elokimAlgunos judíos escriben además Di-s en español en vez de Dios (‘G-d’ en lugar de ‘God’ en idioma inglés). Aunque esta última sustitución no es requerida en ningún punto de la ley religiosa (sólo es innombrable el nombre hebreo, no el inglés), se hace para recordar al lector la santidad inherente al nombre de Dios. Algunos rabinos ortodoxos, por ejemplo Shlomo Ganzfried, sostienen que ninguno de los nombres correctos de Dios deben borrarse, olvidarse, o descartarse, ni tan siquiera en traducciones. Aún así, para el tiempo en que el pueblo judío fue exiliado de esclavo a Babilonia, parece ser, que ya estaba prohibido pronunciar su nombre en público (excepto por la clase sacerdotal en privado y los saludos que contenían este nombre), ya que era sagrado; por lo que fue creada esta interpretación: En el Judaismo el nombre de Dios es más que un título distinguido. Representa la concepción judía de la naturaleza divina, y de la relación de DIOS con el pueblo. Cerca del siglo IV a. C. los sacerdotes judíos Sobrecogidos por lo sagrado de los nombres de Dios, y como medio de mostrar respeto y reverencia hacia ellos, los escribas de textos sagrados «pausaban antes de copiarlos, y usaban términos de reverencia para mantener oculto el verdadero nombre de Dios.»

¿Jehova?
Por no conocer la pronunciación original de las cuatro consonantes que en las letras castellanas corresponden a YHVH y en letras latinas a JHVH, y para recordar al lector que por respeto debía decir: «Edonay» en vez de «Yahvé», pusieron las tres vocales (e, o, a) de la palabra Edonay; y resultó Jehová en latín. Es decir: tomaron las 4 consonantes de una palabra (J H V H) y metieron simplemente 3 vocales de otra palabra (Edonay) y formaron así una nueva palabra: Jehová. Está claro que la palabra «Jehová» es un arreglo de dos palabras en una. Por supuesto la palabra «Jehová» nunca ha existido en hebreo; es decir, que la pronunciación «Jehová» es una pronunciación defectuosa del nombre de «Yahvé». En los años 1600 comenzaron a traducir la Biblia a todas las lenguas, y como encontraron en todos los textos bíblicos de la Edad Media la palabra «Jehová» como nombre propio de Dios, copiaron este nombre «Jehová» literalmente en los distintos idiomas (castellano, alemán, inglés...). Y desde aquel tiempo empezaron a pronunciar los católicos y los evangélicos como nombre propio de Dios del Antiguo Testamento la palabra «Jehová» en castellano.


En el Nuevo Testamento
¿El nombre YHWH aparece en el Nuevo Testamento?

A diferencia del Antiguo testamento escrito preferentemente en hebreo con porciones en arameo. El nuevo testamento fue escrito originalmente en griego Koiné o común. En los manuscritos mas antiguos encontrados, los cuales datan preferentemente del siglo III d. C. en adelante, el Tetragrámaton como tal no existe, sólo encontramos los términos Kyrios (Señor) y Theos (Dios).

Esto ha llevado a muchos a la conclusión que los cristianos desecharon el Tetragrámaton. Algunas razones para ello:

-Los cristianos hicieron citas bíblicas no de los manuscritos hebreos sino de la Septuaginta en donde el nombre ya había sido reemplazado.
-Los cristianos dejaron de usar el nombre divino por que en su época no se usaba ni se entendía.
-Se dejó de usar el nombre en un intento de separación del judaísmo tradicional.
-Los seguidores de la doctrina de la trinidad aseguran que los cristianos adoraban a Jesús (el Señor), por lo que el nombre ya no era necesario.

El Tetragramaton, YHWH, que es lo que se traduce por Jehová en la Reina Valera de las iglesias Protestantes y evangelicas, y Yahvé en la mayoría de las católicas se ha establecido como el nombre Sagrado e Inpronunciable. Por lo que desde los primeros masoretas decidieron pronunciar Adonai en lugar donde la palabra Jehova se usa en nuestras biblias. El termino "Jehová" era totalmente desconocido para los Judíos. No existió nunca en el Diccionario hebreo tal palabra. Se trata tan solo de una aproximación, un intento humano por pronunciar algo parecido al nombre revelado por DIOS del cual tan solo se tienen las consonantes, que son estas: YWHW (Y...W...H...W) entonces aplicándoles a estas vacíos (Y...W...H...W) las vocales del nombre Adonai es que se consiguió el 100% moderno nombre de Jehová.

El Señor, se mantuvo como la forma de llamar a Dios, en la versión de los LXX se usa la palabra Kyrios, que es el Señor siempre que se habla de Dios se dice Kyrios siguiendo la forma de pensar de los masoretas. Por eso Donde dice Elohim dice Dios YHVH Yahvé. Y el Nuevo Testamento por respeto no lo hace y dice el Señor. Por eso el nombre sobre todo nombre que le es dado a Jesús es ese el del Señor pues el tiene el nombre impronunciable! el Nombre del Señor. Jesús nunca dijo “Yo soy Dios” como tampoco dijo “Yo soy un profeta” o las palabras “Yo soy un hombre”, pero sí sabemos que él fue tanto un profeta como un hombre. No es necesario que Jesús mencionara la frase exacta “Yo soy un hombre” para que nosotros supiéramos que Él era un hombre. De igual manera, tampoco era necesario que Jesús usara las palabras exactas “Yo soy Dios” para que nosotros determináramos si Él era o no divino. Tal vez Jesús no tuvo que decir la frase “Yo soy Dios” pero Él sí afirmó el nombre divino para Sí. (Éxodo 3:14 con Juan 8:58).

Evangelio de Juan 8:58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Y Él también recibió adoración (Mateo 2:2; 14:33; 28:9; Juan 9:35-38).

Cuando Moisés subió al Monte para hablar con Dios, le preguntó a Dios cuál era Su nombre y Dios le respondió:  “‘Yo Soy El que Soy’. Y dijo: ‘Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, [YO SOY] me envió a vosotros.’” (Éxodo 3:14).  En Juan 8:58 dijo: “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy."

Inmediatamente después de que Jesús pronunció estas palabras, los Judíos recogieron piedras para tirárselas a él. Posteriormente en Juan 10:30-33 Jesús declaró ser uno con el Padre y los Judíos querían nuevamente tratar de matarlo apedreándolo ya que le decían a Jesús: “…porque tú siendo hombre, te haces Dios.” Jesús había reclamado Él mismo, el nombre divino y los Judíos querían matarlo por eso. Por lo tanto, vemos que de la misma boca de Jesús estaba reclamando ser Dios.

Las palabras “YO SOY”
Cualquiera puede utilizar la frase “Yo soy” y no significa que esa persona esté afirmando o declarando que es Dios o reclamando para sí el nombre divino. De igual manera alguien podría decir: “Yo soy el profesor de Inglés” o “Yo soy el amigo de ustedes” y sin embargo, ninguno de estos ejemplos trata acerca de la divinidad ya que el uso del término “Yo soy” en el contexto nos muestra claramente que eso no es lo que está ocurriendo.

Pero en Juan 8:58 cuando Jesús dijo: “Antes que Abraham fuese, yo soy”, los Judíos sabían exactamente lo que Jesús estaba diciendo. Note que Él dice que antes de Abraham, o sea, antes de que Abraham naciese—hablando del pasado con relación al nacimiento de Abraham—Él, Jesús, es “Yo soy” en el presente. Jesús está aquí dirigiendo claramente la atención de los Judíos a las Escrituras del Antiguo testamento usando en el Nuevo Testamento una forma en el presente del verbo hebreo “Ser” conjugada como “Yo soy”. Aún cuando Él es en el pasado y es antes de Abraham, en el presente continúa siendo “Yo soy”.

Jesús estaba claramente reflejando el nombre divino “Yo soy” usado para Sí Mismo. Sabemos que ellos entendieron esto debido a lo que dice en:

Evangelio de Juan 10:33: “…porque tú siendo hombre, te haces Dios.”

Jesús no necesariamente dijo una frase acerca de quién es Él para hacerle entender a las personas acerca de Su verdadera naturaleza. El tema tampoco es acerca de si dijo o no cierta frase la cual construimos nosotros en términos presentes para poder satisfacer nuestras demandas teológicas.
El tema aquí es de lo que Jesús sí dijo en el contexto y en la cultura del tiempo en el cual habló.

Finalmente, nosotros sabemos que Jesús es Dios en carne debido a que la Biblia nos lo dice:

Juan 1:1, 14 
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios …14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan 20:28-29
28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ‘¡Señor Mío, y Dios Mío!’ 29 Jesús le dijo: Porque me has visto Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

Hebreos 1:8 Mas del Hijo dice: ‘Tu Trono, Oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.’

Jesús y Jehova

Los Judíos, por no pronunciar el Nombre (YHVH) dicen "HaShem" ("el Nombre") y generalmente añaden un calificativo como "Baruj" ("Bendito") o "Kadosh" ("Santo"). 

Jesús hizo lo mismo diciendo en arameo: "Abuna di bishemaya, ITKADASH SHEMAK..." ("Padre nuestro en los cielos, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE...".) 

Era prohibido mencionar el nombre de su dios YHWH, según la creencia del Judaísmo de por entonces, Yeshúa=Jesus era de la clase sacerdotal, un rabino, aunque no formo parte del sanedrin, por lo tanto El lo sabía muy bien.

Otros dicen: Como santificaría algo que nunca se lo menciona. La respuesta seria que si lo menciona:

Los Testigos de Jehová tienen la idea de que "Jehová" es un término que se aplica únicamente al Padre Celestial; sin embargo, si confrontamos Isaías 40:3, que dice a la letra "Voz que clama en el desierto: Barred camino a Jehová, enderezad camino a nuestro Dios", con Mateo 3:11, que dice: "Yo (Juan el Bautista) a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mi (Jehová o Cristo), más poderoso es que yo; los zapatos del cual yo no soy digno de llevar; él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego".

Vemos pues que Jesucristo es llamado por el profeta Isaías como "Jehová", y no únicamente el Padre Celestial es llamado así. Por esa razón, aparece únicamente el término Padre en el Nuevo Testamento, porque el "Jehová" de Isaías se manifestó en la persona de Jesucristo.

En el Antiguo Testamento, Dios llamó a Israel "Su Pueblo," y las personas de Israel eran llamadas "siervos de Dios," pero Jesús no era tan sólo un siervo, Él era Hijo de Dios. Así como la mayoría de nosotros decimos "Papá" o "Padre" a nuestros padres, y no los llamamos por el nombre, del mismo modo, Jesús siempre lo llamó "Padre," porque tenía una relación estrecha con él. La Biblia dice que los que han creído en Cristo como Señor han sido hechos "hijos de Dios," por lo que, también nosotros podemos llamarlo "Papá," y no "Jehová."

Jesús y el Padre
Jesús introdujo también una novedad en las costumbres religiosas y nombró a Dios «Padre»:

«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra». Mateo 11:25.
«17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.» (Juan 5:17-18). 

Además Jesús enseñó a sus seguidores a hacer lo mismo: «Por eso, oren ustedes así: Padre Nuestro, que estás en los cielos» (Mateo 6:9). Ahora, el nombre más hermoso que nosotros podemos dar a Dios es el de: «Padre nuestro».

Hay quienes dan demasiada importancia a los sonidos,como si ellos nos fueran a dar la salvación. Para los hebreos la palabra "nombre" no significa tanto el sonido como la realidad de la cosa dicha.
Por eso cuando Jesús dice: "les he revelado tu nombre" no quiere decir que les haya revelado a los Apóstoles el sonido con el que hay que designar a Dios, sino cuál es la realidad de Dios, que Dios es amor y que es nuestro Padre. El nombre de Dios lo sabía todo hebreo. No necesitaban que Jesús se lo enseñara. Con respecto a los sonidos Jesús decía: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos." Mateo 7:21.

El Poder de Jesucristo en el momento de su arresto
Evangelio de Juan 18:3-13. Al leer este pasaje bíblico vemos que, iban al arresto de Jesus una compañía de soldados y alguaciles de los principales sacerdotes y fariseos. Una ·compañía· era una brigada romana o la décima parte de una legión, y, por lo tanto tenía cerca de 600 hombres, que probablemente se refería a la milicia del castillo Antonia, la cual durante la Pascua estaba disponible para ayudar al Sanedrín a guardar el orden. Algunos eruditos insisten que solamente parte de la brigada vino con Judas, pero esto es meramente una especulación. El artículo pareciera implicar que el grupo completo de 600 soldados acompañó al traidor al huerto. Estos soldados se adherían a los ·oficiales· o ·alguaciles del templo· de los sacerdotes y fariseos. No se nos dice por qué tantos hombres de dos grupos de autoridades completamente diferentes fueron enviados para apresar a Jesús. Pero la anotación pareciera indicar que Judas mismo era responsable. Posiblemente esto era porque, aunque siendo traidor, Judas reconocía el asombroso poder de Jesús. O, quizás los judíos no confiaban en los romanos y no sentían que sus oficiales eran suficientes. No importando cual fuera la razón, una multitud de alrededor de seiscientos hombres vinieron con linternas y antorchas, y con armas para arrestar Jesús de Nazaret quien estaba desarmado. Incluido en esta multitud se encontraba Malco, siervo del principal sacerdote, cuya oreja fue cortada por Pedro y puesta en su lugar por las manos de Aquel que ellos vinieron a arrestar. Probablemente, la mayoría de estos hombres sentían que estaban cumpliendo con su obligación, cumpliendo órdenes, sin tener la más mínima idea de que estaban por arrestar al Rey de Gloria.

Vemos también el conocimiento del Señor y la ignorancia de la multitud -El conocimiento del Señor se plasma en pleno contraste con la ignorancia de los que le arrestaron- evidentemente ellos pensaron que Él iba a pelear, por eso trajeron a todo un destacamento de soldados armados. Ellos pensaron que Él se escondería, por eso trajeron antorchas y linternas en una noche cuando la luna llena brillaba. Ellos sólo sabían que buscaban a un hombre conocido como Jesús que procedía de la baja y despreciada ciudad de Nazaret. Veamos como el Señor sabía ·todas las cosas que le habían de sobrevenir· porque habían sido predichas por los profetas y reveladas a Él por el Espíritu Santo. Por eso ·se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis?· Un Hombre, armado de conocimiento solamente, se enfrentó a la milicia romana de seiscientos soldados y los alguaciles del templo que venían con sus armas mortíferas. El poder del Señor y el "YO SOY". En respuesta a la pregunta que hizo el Señor ·¿A quién buscáis?·, Ellos contestaron ·A Jesús nazareno·. Nótese cuidadosamente como Juan dice que el Señor contestó, Jesús les dijo: Yo soyEn algunas versiones de la Biblia los traductores añaden la palabra ·él· en cursivas, tal como lo hacen en varios datos diferentes del Evangelio de Juan (Vea Juan 4:26; 8:24, 56-58; 10:33; 13:19) el pronombre no aparece como en el original. Jesús simplemente dijo: "Yo soy".

El YO SOY del Antiguo Testamento Aquellos que eran judíos reconocieron inmediatamente que Jesús estaba usando el mismo nombre de Jehová cuando dijo ·Yo soy·. Cuando Moisés le preguntó a Dios quién diría a los israelitas que le había enviado para traerles el mensaje de liberación, Respondió Dios a Moisés: Yo soy el que soyY dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros· (Éxodo 3:14). Y en Deueteronomio 32:39 por boca de Moisés«Ved ahora que yo, sólo yo soy, y que no hay otro Dios junto a mí» YAHVEH es una forma del verbo ser, según dice en nota de la Biblia de Jerusalén, ed. 1975, en Éxodo 3:14.

El uso que Jesús le da al YO SOY en su propio ministerio

También aquellos que estaban entre ese grupo y habían escuchado a Jesús hablarle a las multitudes, posiblemente recordarían Su declaración de ser el Yo soy·Él no solamente usó el Yo soy, (EGO EIMÍ) como el nombre identificador de QUIEN era Él, sino que también usó el término para decirle a los israelitas lo QUE Él era. Juan particularmente anota que el Señor expresa siete veces Yo soy.

Yo soy el pan de vida (Juan 6:35)
Yo soy la luz del mundo (Juan 8:12)
Yo soy la puerta de las ovejas (Juan 10:7)
Yo soy el buen pastor (Juan 10:11)
Yo soy la resurrección y la vida (Juan 11:25)
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida (Juan 14:6)
Yo soy la vid verdadera (Juan 15:1)  

El poder de la voz de Jesús Aunque algunos en ese grupo entendieron el significado bíblico de cuando Jesús dijo: ·Yo soy·, es casi seguro que algunos de los que estaban allí que nunca habían escuchado esta original expresión judía. Sin embargo, pareciera que cuando el Señor habló todos ellos retrocedieron, y cayeron a tierra (Juan 18:6). Hay algo envuelto aquí mucho más que el Yo soy. Había poder en la voz de Jesús, tanto que los hombres no pudieron resistirlo aun en la noche de Su arresto. Estos hombres eran soldados. Él era el profeta manso y humilde. Ellos eran los alguaciles del templo, Él era el templo que sería destruido. Ellos estaban armados. Él no tenía espada alguna. Ellos eran una multitud de más de seiscientos hombres. Él era el Nazareno solitario, pero ellos no pudieron resistir el poder de Su voz y la resuelta declaración de ·¡Yo soy!·

Judas y sus cómplices fueron a buscar a Jesús al huerto de Getsemaní para arrestarlo y entregarlo a los principales sacerdotes. Cuenta Juan que cuando llegaron ante Jesús, Este les dijo: "¿A quién buscáis ?" Ellos le respondieron: "A Jesús nazareno"Jesús les dijo: "Ego eimi", que significa "Yo soy"Y es ahí cuando Juan especifica que: "Cuando les dijo : Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra".

¿Por qué retrocedieron y cayeron a tierra esos malvados, si no es porque se les permitió percibir la presencia de YHVH el Hijo, el cual retomó, como Dios que es, sus propias palabras ya dichas a Moisés en Exodo 3:14"Yo soy me envió a vosotros", este destello de su Deidad fue bien breve, para luego ser apresado como cualquier mortal. Ego eimi que significa Yo soy, no es una fórmula mágica que haga que la gente retroceda y caiga por tierra cada vez que alguien la usa en la Biblia. El mismo Jesús dijo Ego eimi en otros pasajes de los evangelios, sin que los que le oyeron retrocedieran y cayeran a tierra. Pero en el caso de Exodo 3:14 YHVH dijo que es el "Yo soy" en cuyo nombre
Moisés fue enviado a los hebreos cautivos en Egipto.

Lo que ningún lector de Juan 18:6 puede negar es que cuando, en ese momento específico, Jesús dijo: "Yo soy", los que iban a arrestarlo "retrocedieron y cayeron a tierra". 

Continua en Dios V: Teofania y Epifania
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