Fray Dulcino. Litografía de Michele Doyen
Siglo XIII (1200-1300)
Segarelistas
Los segarelistas o segarelianos, también conocidos como Hermanos Apostólicos fueron los miembros de una secta fundada en el siglo XIII por Gerardo Segarelli que argumentaba que había que darlo todo en caridad, incluso a las mujeres.
Gerardo Segarelli era un hombre de muy humilde nacimiento, que no tenía noción alguna de las letras. Quiso ser admitido en la Orden Franciscana y como le rehusaron, se hizo un hábito parecido a aquél con que se acostumbraba a representar a los apóstoles en los cuadros. Vendió una pequeña finca que constituía toda su fortuna y distribuyó su producto entre los pobres. Se propuso vivir como san Francisco e imitar a Jesucristo y para aventajar a dicho santo en la imitación del Señor, se hizo circuncidar, se colocó en una cuna y se hizo amamantar por una mujer.
Creencias
Reunió pronto una pandilla cuyos miembros se llamaron segarelistas y también apostólicos; eran mendigos y vagabundos que proclamaban que todo había de ser común, incluso las mujeres. Afirmaban que Dios Padre había juzgado el mundo con severidad y justicia, que la gracias y la sabiduría habían caracterizado el reinado de Jesucristo, pero que este reinado había pasado al del Espíritu Santo, que es un reinado de amor y caridad. En este reinado la caridad es la única ley, pero una ley que obliga indispensablemente y no admite la menor excepción. Así, según decían, no puede rehusarse nada de lo que se pide por caridad. A esta sola palabra los sectarios de Segarel daban todo cuanto poseían excepto sus mujeres, por más que enseñasen que hasta ellas eran comunes.
Final
La Inquisición hizo prender a Segarel y lo quemó, pero su discípulo Dulcino se puso al frente de su secta, que alcanzó una gran difusión durante un tiempo, hasta su ejecución junto a los demás líderes del grupo en 1307.
Gerardo Segarelli
Biografía
Nació cerca de Parma. En su juventud solicitó la admisión de un monasterio franciscano en Parma, pero al parecer se le denegó porque exhibía síntomas de una demencia. Sin embargo, se mantuvo en torno al monasterio por un tiempo, visitando a menudo el convento y la iglesia para sentarse o arrodillarse ante el altar. Influido quizá por una representación sobre el altar de los doce apóstoles, Segalelli se dejó crecer el pelo y la barba, se descalzó y sólo vestía una túnica blanca imitando a los cristianos primitivos.
Después de vender sus posesiones en 1260, se fue al mercado de Parma y distribuyó sus ganancias. Segalelli deambulaba por las calles llamando a la gente al arrepentimiento (penitentiam agite), anunciando que el reino de los cielos estaba próximo y pidiendo su sustento en el nombre de Cristo.
Continuó con esta actividad durante tres años hasta que un tal "Robert" - que había sido criado de los franciscanos- se le unió; antes del final de ese año, unas treinta personas más se les habían unido. Segalelli comenzó a predicar en otras ciudades y el número de sus seguidores creció, provenientes de entre los pobres. Después de algunas evasivas iniciales aceptó que se le eligiera líder. El grupo caminaba por las calles cantando himnos, predicado a los que escuchaban, comiendo lo que la gente le daba y compartiéndolo con los pobres.
El movimiento se extendió no sólo a lo largo de Lombardía, sino también a Alemania, Francia, España e Inglaterra. Algunos Apóstoles fueron calumniados en un consejo en Würzburg y se emitió un decreto que les prohibió predicar y pedir y se advirtió a la gente que se abstuvieran de darles comida o agua. Otros Apóstoles fueron proscritos en Inglaterra en un consejo en Chichester en 1289; no es seguro si estas sectas se conectan directamente a la de Segalelli, no obstante, existen muchas analogías entre ellas.
En un momento posterior, en 1300, los seguidores de los Apóstoles se encuentran en España, donde un tal Richard de Alejandría predicó con gran éxito, sobre todo en Galicia. En 1320, Pedro de Lugo - un seguidor de Richard - fue llevado ante la Inquisición en Toulouse.
Fue en Lombardía donde los discípulos de Segalelli tuvieron más éxito y comenzaron a atraer a los enemigos. El obispo de Parma se informó en 1280 de que Segalelli estaba dirigiendo invectivas contra la Iglesia por lo que lo mandó capturar inmediatamente. Tras el examen las autoridades llegaron a la conclusión de que era un pobre visionario demente y lo liberaron.
En 1286, sin embargo, probablemente presionado por la Inquisición, el obispo le prohibió la entrada a la ciudad. Parece que Segarelli rompió la prohibición en 1294, regresando clandestinamente a su ciudad natal. Fue llevado de nuevo ante el obispo, abjuró y se le condenó a cadena perpetua, mientras que cuatro de sus seguidores fueron quemados vivos. No está claro por qué, pero en el año 1300 fue interrogado de nuevo por el gran inquisidor de Parma: encontrado culpable de volver a caer en los errores anteriormente abjurados, fue esta vez quemado en la hoguera.
Los segarelistas o segarelianos, también conocidos como Hermanos Apostólicos fueron los miembros de una secta fundada en el siglo XIII por Gerardo Segarelli que argumentaba que había que darlo todo en caridad, incluso a las mujeres.
Gerardo Segarelli era un hombre de muy humilde nacimiento, que no tenía noción alguna de las letras. Quiso ser admitido en la Orden Franciscana y como le rehusaron, se hizo un hábito parecido a aquél con que se acostumbraba a representar a los apóstoles en los cuadros. Vendió una pequeña finca que constituía toda su fortuna y distribuyó su producto entre los pobres. Se propuso vivir como san Francisco e imitar a Jesucristo y para aventajar a dicho santo en la imitación del Señor, se hizo circuncidar, se colocó en una cuna y se hizo amamantar por una mujer.
Creencias
Reunió pronto una pandilla cuyos miembros se llamaron segarelistas y también apostólicos; eran mendigos y vagabundos que proclamaban que todo había de ser común, incluso las mujeres. Afirmaban que Dios Padre había juzgado el mundo con severidad y justicia, que la gracias y la sabiduría habían caracterizado el reinado de Jesucristo, pero que este reinado había pasado al del Espíritu Santo, que es un reinado de amor y caridad. En este reinado la caridad es la única ley, pero una ley que obliga indispensablemente y no admite la menor excepción. Así, según decían, no puede rehusarse nada de lo que se pide por caridad. A esta sola palabra los sectarios de Segarel daban todo cuanto poseían excepto sus mujeres, por más que enseñasen que hasta ellas eran comunes.
Final
La Inquisición hizo prender a Segarel y lo quemó, pero su discípulo Dulcino se puso al frente de su secta, que alcanzó una gran difusión durante un tiempo, hasta su ejecución junto a los demás líderes del grupo en 1307.
Gerardo Segarelli
Biografía
Nació cerca de Parma. En su juventud solicitó la admisión de un monasterio franciscano en Parma, pero al parecer se le denegó porque exhibía síntomas de una demencia. Sin embargo, se mantuvo en torno al monasterio por un tiempo, visitando a menudo el convento y la iglesia para sentarse o arrodillarse ante el altar. Influido quizá por una representación sobre el altar de los doce apóstoles, Segalelli se dejó crecer el pelo y la barba, se descalzó y sólo vestía una túnica blanca imitando a los cristianos primitivos.
Después de vender sus posesiones en 1260, se fue al mercado de Parma y distribuyó sus ganancias. Segalelli deambulaba por las calles llamando a la gente al arrepentimiento (penitentiam agite), anunciando que el reino de los cielos estaba próximo y pidiendo su sustento en el nombre de Cristo.
Continuó con esta actividad durante tres años hasta que un tal "Robert" - que había sido criado de los franciscanos- se le unió; antes del final de ese año, unas treinta personas más se les habían unido. Segalelli comenzó a predicar en otras ciudades y el número de sus seguidores creció, provenientes de entre los pobres. Después de algunas evasivas iniciales aceptó que se le eligiera líder. El grupo caminaba por las calles cantando himnos, predicado a los que escuchaban, comiendo lo que la gente le daba y compartiéndolo con los pobres.
El movimiento se extendió no sólo a lo largo de Lombardía, sino también a Alemania, Francia, España e Inglaterra. Algunos Apóstoles fueron calumniados en un consejo en Würzburg y se emitió un decreto que les prohibió predicar y pedir y se advirtió a la gente que se abstuvieran de darles comida o agua. Otros Apóstoles fueron proscritos en Inglaterra en un consejo en Chichester en 1289; no es seguro si estas sectas se conectan directamente a la de Segalelli, no obstante, existen muchas analogías entre ellas.
En un momento posterior, en 1300, los seguidores de los Apóstoles se encuentran en España, donde un tal Richard de Alejandría predicó con gran éxito, sobre todo en Galicia. En 1320, Pedro de Lugo - un seguidor de Richard - fue llevado ante la Inquisición en Toulouse.
Fue en Lombardía donde los discípulos de Segalelli tuvieron más éxito y comenzaron a atraer a los enemigos. El obispo de Parma se informó en 1280 de que Segalelli estaba dirigiendo invectivas contra la Iglesia por lo que lo mandó capturar inmediatamente. Tras el examen las autoridades llegaron a la conclusión de que era un pobre visionario demente y lo liberaron.
En 1286, sin embargo, probablemente presionado por la Inquisición, el obispo le prohibió la entrada a la ciudad. Parece que Segarelli rompió la prohibición en 1294, regresando clandestinamente a su ciudad natal. Fue llevado de nuevo ante el obispo, abjuró y se le condenó a cadena perpetua, mientras que cuatro de sus seguidores fueron quemados vivos. No está claro por qué, pero en el año 1300 fue interrogado de nuevo por el gran inquisidor de Parma: encontrado culpable de volver a caer en los errores anteriormente abjurados, fue esta vez quemado en la hoguera.
Siglo XIV (1300-1400)
En parte emparentados con los franciscanos espirituales, los fraticelli llevaron sus ideas hasta el extremo, especialmente las referentes a la pobreza, la absoluta intangibilidad de la Regla de la primera orden franciscana, siguiendo además las ideas joaquinistas. Por influjo de los neomaniqueos, los fraticelli aceptaron la idea de las dos Iglesias, una espiritual y otra carnal (ésta sería la romana, jerárquica y jurídica), llegando a negar la validez de los sacramentos, a causa de su elemento material y porque se administraban por clero ilegítimo (autorizado por la jerarquía «romana»). Finalmente, adoptaron, por lo menos algunos, aberraciones morales en materia de castidad. Se difundieron bastante en Italia, de donde pasaron, perseguidos por la Inquisición, a Cataluña, Grecia y Persia. En el siglo XV se aliaron también con los husitas bohemos.
Trabajaron y escribieron contra ellos, a menudo por autorización pontificia, Andrea Ricci de Florencia, Juan de Capistrano, Giacomo de la Marca, Antonino de Florencia y Giovanni de Celle.
Dulcinianismo
Fraticelos
Con el nombre de fraticelli se conoce a un amplio grupo de herejes de la Edad Media tardía (1300-1500) que deben su origen a los franciscanos espirituales que se rebelaron contra las disposiciones y declaraciones del papa Juan XXII referentes a la pobreza franciscana. Hay que distinguirlos de los espirituales, que les precedieron hasta 1318, aunque tuvieran ideas comunes. La diferenciación entre los últimos espirituales, los fraticelli y otros grupos de herejes es difícil, pues se relacionaron, aunque organizativamente no estuvieran conectados entre ellos, con los apostólicos, los miguelistas, los begardos, las beguinas, los dulcinistas, los joaquinitas y los fratres de opinione.
Con el nombre de fraticelli se conoce a un amplio grupo de herejes de la Edad Media tardía (1300-1500) que deben su origen a los franciscanos espirituales que se rebelaron contra las disposiciones y declaraciones del papa Juan XXII referentes a la pobreza franciscana. Hay que distinguirlos de los espirituales, que les precedieron hasta 1318, aunque tuvieran ideas comunes. La diferenciación entre los últimos espirituales, los fraticelli y otros grupos de herejes es difícil, pues se relacionaron, aunque organizativamente no estuvieran conectados entre ellos, con los apostólicos, los miguelistas, los begardos, las beguinas, los dulcinistas, los joaquinitas y los fratres de opinione.
En parte emparentados con los franciscanos espirituales, los fraticelli llevaron sus ideas hasta el extremo, especialmente las referentes a la pobreza, la absoluta intangibilidad de la Regla de la primera orden franciscana, siguiendo además las ideas joaquinistas. Por influjo de los neomaniqueos, los fraticelli aceptaron la idea de las dos Iglesias, una espiritual y otra carnal (ésta sería la romana, jerárquica y jurídica), llegando a negar la validez de los sacramentos, a causa de su elemento material y porque se administraban por clero ilegítimo (autorizado por la jerarquía «romana»). Finalmente, adoptaron, por lo menos algunos, aberraciones morales en materia de castidad. Se difundieron bastante en Italia, de donde pasaron, perseguidos por la Inquisición, a Cataluña, Grecia y Persia. En el siglo XV se aliaron también con los husitas bohemos.
Trabajaron y escribieron contra ellos, a menudo por autorización pontificia, Andrea Ricci de Florencia, Juan de Capistrano, Giacomo de la Marca, Antonino de Florencia y Giovanni de Celle.
Dulcinianismo
Dulcino (1250-1307), conocido también como Fray Dulcino o Dulcino de Novara (en italiano Dolcino da Novara), fue un líder religioso italiano, continuador del milenarismo de Gerardo Segarelli y fundador de la secta de los Hermanos Apostólicos (en italiano, Fraticelli Apostolici) o dulcinistas. Predicó la proximidad del fin de los tiempos y el descenso del Espíritu sobre los apostólicos. El papa Clemente V decretó contra él y sus seguidores una cruzada, durante la cu
al fue capturado, torturado y quemado vivo.
Dulcino y los Hermanos Apostólicos
No se conoce con exactitud el lugar de nacimiento de Dulcino, cuyo verdadero nombre era al parecer Davide Tornielli. Se cree que nació en la provincia italiana de Novara, perteneciente al Piamonte. Según la inquisición de Bernardo Gui, era hijo ilegítimo de un cura, que huyó a Vercelli tras ser condenado por ladrón, para unirse a la secta de Segarelli, "ese mendigo loco y sodomita", donde se dedicaban a los robos y al sexo libre. Sin embargo, la mayoría de las fuentes coinciden en apuntarlo como hijo de una rica familia, predicador competente y carismático, con buen conocimiento de la Biblia, y que cursó, desde joven, estudios eclesiásticos.
A la muerte de Segarelli, Dulcino se convirtió en cabeza de los Hermanos Apostólicos, y en 1303 emigró con sus seguidores a las montañas del Trentino, cerca del Lago de Garda, donde conoció a Margherita di Trento, hija de la condesa Oderica di Arco, que a partir de entonces fue su compañera.
En 1304, los dulcinistas atravesaron las montañas lombardas hasta Valsesia, donde su número se incrementó con siervos que huían de los dominios de los obispos de Novara y Vercelli. La secta fundada por Dulcino contó en su apogeo con un número máximo de entre cinco mil y diez mil seguidores. El papa Clemente V despachó desde Aviñón una cruzada contra los dulcinistas, concediendo a quienes participaran en ella una indulgencia plenaria. Las tropas fueron dirigidas por el obispo de Vercelli, Raniero.)
Los dulcinistas se procuraron alimento por medio de pillajes cometidos en las campiñas de Valsesia, mientras se refugiaban en una improvisada fortificación en el monte Rubello, cerca de Biella, soportando la hambruna y las nevadas. Cuando fueron derrotados, durante la Semana Santa del año 1307, la mayoría de los Hermanos Apostólicos fueron pasados por las armas inmediatamente, pero el propio Dulcino, su compañera Margherita y su lugarteniente Longino di Bérgamo fueron capturados para su posterior juicio por la Inquisición. Los dos últimos fueron condenados y quemados en la hoguera en Biella en junio de 1307, y Dulcino fue obligado a presenciar sus suplicios, oportunidad en que mostró una entereza notable, según las memorias de la época. En julio del mismo año Dulcino fue torturado y quemado vivo en Vercelli, sorprendiendo a público y verdugos por su templanza ante los tormentos.
Las ideas de Dulcino
Es difícil distinguir sus verdaderas ideas de las acusaciones que se le dirigieron con motivo de la cruzada ordenada por la Santa Sede, entonces radicada en Aviñón. Anunció un inminente fin de los tiempos, en el cual el orden y la paz serían restablecidos. Criticó a la Iglesia por la acumulación de riquezas y predicó la austeridad. Las bases de sus ideas eran:
-La oposición a la jerarquía eclesiástica y la conversión de la iglesia a los ideales de pobreza y humildad.
-La oposición al sistema feudal.
-La liberación de los hombres de cualquier restricción.
La organización de una sociedad igualitaria, de ayuda y respeto mutuos, basada en la propiedad comunitaria y en la igualdad de sexos.
Por estas ideas se le ha considerado uno de los reformadores de la iglesia, así como el impulsor de los ideales de la Revolución francesa, e incluso del anarquismo y del socialismo. Según Dulcino, la historia de la humanidad constaba de cuatro períodos:
-El del Antiguo Testamento, caracterizado por la multiplicación del género humano.
-El de Jesucristo y los Apóstoles, caracterizado por la castidad y pobreza.
-El iniciado por el emperador Constantino y el papa Silvestre I, caracterizado por una decadencia de la Iglesia a causa de la acumulación de riquezas y ambiciones.
-El de los apostólicos, caracterizado por el modo de vivir austero, en pobreza y castidad, que se prolongaría hasta el fin de los tiempos.
Dulcino dejó escritas sus ideas en una serie de cartas enviadas a los Apostólicos entre el 1300 y el 1307, de las cuales al menos tres fueron compiladas por Bernardo Gui en su De secta illorum qui dicunt esse de ordine Apostolorum.
al fue capturado, torturado y quemado vivo.
Dulcino y los Hermanos Apostólicos
No se conoce con exactitud el lugar de nacimiento de Dulcino, cuyo verdadero nombre era al parecer Davide Tornielli. Se cree que nació en la provincia italiana de Novara, perteneciente al Piamonte. Según la inquisición de Bernardo Gui, era hijo ilegítimo de un cura, que huyó a Vercelli tras ser condenado por ladrón, para unirse a la secta de Segarelli, "ese mendigo loco y sodomita", donde se dedicaban a los robos y al sexo libre. Sin embargo, la mayoría de las fuentes coinciden en apuntarlo como hijo de una rica familia, predicador competente y carismático, con buen conocimiento de la Biblia, y que cursó, desde joven, estudios eclesiásticos.
A la muerte de Segarelli, Dulcino se convirtió en cabeza de los Hermanos Apostólicos, y en 1303 emigró con sus seguidores a las montañas del Trentino, cerca del Lago de Garda, donde conoció a Margherita di Trento, hija de la condesa Oderica di Arco, que a partir de entonces fue su compañera.
En 1304, los dulcinistas atravesaron las montañas lombardas hasta Valsesia, donde su número se incrementó con siervos que huían de los dominios de los obispos de Novara y Vercelli. La secta fundada por Dulcino contó en su apogeo con un número máximo de entre cinco mil y diez mil seguidores. El papa Clemente V despachó desde Aviñón una cruzada contra los dulcinistas, concediendo a quienes participaran en ella una indulgencia plenaria. Las tropas fueron dirigidas por el obispo de Vercelli, Raniero.)
Los dulcinistas se procuraron alimento por medio de pillajes cometidos en las campiñas de Valsesia, mientras se refugiaban en una improvisada fortificación en el monte Rubello, cerca de Biella, soportando la hambruna y las nevadas. Cuando fueron derrotados, durante la Semana Santa del año 1307, la mayoría de los Hermanos Apostólicos fueron pasados por las armas inmediatamente, pero el propio Dulcino, su compañera Margherita y su lugarteniente Longino di Bérgamo fueron capturados para su posterior juicio por la Inquisición. Los dos últimos fueron condenados y quemados en la hoguera en Biella en junio de 1307, y Dulcino fue obligado a presenciar sus suplicios, oportunidad en que mostró una entereza notable, según las memorias de la época. En julio del mismo año Dulcino fue torturado y quemado vivo en Vercelli, sorprendiendo a público y verdugos por su templanza ante los tormentos.
Las ideas de Dulcino
Es difícil distinguir sus verdaderas ideas de las acusaciones que se le dirigieron con motivo de la cruzada ordenada por la Santa Sede, entonces radicada en Aviñón. Anunció un inminente fin de los tiempos, en el cual el orden y la paz serían restablecidos. Criticó a la Iglesia por la acumulación de riquezas y predicó la austeridad. Las bases de sus ideas eran:
-La oposición a la jerarquía eclesiástica y la conversión de la iglesia a los ideales de pobreza y humildad.
-La oposición al sistema feudal.
-La liberación de los hombres de cualquier restricción.
La organización de una sociedad igualitaria, de ayuda y respeto mutuos, basada en la propiedad comunitaria y en la igualdad de sexos.
Por estas ideas se le ha considerado uno de los reformadores de la iglesia, así como el impulsor de los ideales de la Revolución francesa, e incluso del anarquismo y del socialismo. Según Dulcino, la historia de la humanidad constaba de cuatro períodos:
-El del Antiguo Testamento, caracterizado por la multiplicación del género humano.
-El de Jesucristo y los Apóstoles, caracterizado por la castidad y pobreza.
-El iniciado por el emperador Constantino y el papa Silvestre I, caracterizado por una decadencia de la Iglesia a causa de la acumulación de riquezas y ambiciones.
-El de los apostólicos, caracterizado por el modo de vivir austero, en pobreza y castidad, que se prolongaría hasta el fin de los tiempos.
Dulcino dejó escritas sus ideas en una serie de cartas enviadas a los Apostólicos entre el 1300 y el 1307, de las cuales al menos tres fueron compiladas por Bernardo Gui en su De secta illorum qui dicunt esse de ordine Apostolorum.
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