Isaac Bendiciendo a su hijo Jacob por Luca Giordano
Cuarto Fundamento: de la imposición de manos
Carta a los Hebreos 6:1-2
1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
Las primeras referencias bíblicas sobre la Imposición de manos y sus raíces se pueden trazar en las creencias del judaísmo. En los manuscritos del Mar Muerto se atribuye a Abrahám la imposición de manos en el momento de orar para sanar al faraón. Oré por él e impuse mis manos sobre su cabeza; la plaga fue removida de él, fue expulsado de él el espíritu maligno y él vivió. (1Q20, col. XX). El termino hebreo yad, que se traduce como mano, refiriéndose a la parte extrema del brazo del hombre, con los dedos.
Sentido metafórico
En la Palabra de Dios encontramos la palabra mano, con sentido metafórico; puedes encontrar frases como: “en tu mano”, Génesis 16:6. “entregado en tu mano”, Josué 6:2. “librarlos de mano” Éxodo 3:8. En otras ocasiones la palabra mano simboliza fuerza o poder. Lo podemos ver en Deuteronomio 8:17.
En el Antiguo Testamento
Según la epístola a los hebreos, la imposición de manos es una enseñanza primaria, fundamento. La imposición de las manos es una realidad que está presente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Tratamos enseguida de vislumbrar cómo era este rito a través de algunos pasajes bíblicos para especificar de qué se trata. La antigua Alianza contempla el gesto de la imposición de manos, tanto en relación con las ofrendas que ritualmente se presentaban al Señor, los sacrificios, como en la elección de los líderes que guiaban al pueblo de Dios.
Como fundamentos del primer pacto
A lo largo de la Biblia encontramos significados tanto positivos como negativos de “la imposición de manos”, así como maneras “generales”, de todos los días, o “especiales”, ceremoniales. En el Antiguo Testamento, el uso general es usualmente negativo: “poner las manos” sobre alguien es infligir daño. Génesis 22:12; 37:22; Éxodo 7:4; Nehemias 13:21; Ester 2:21; 3:6; 6:2; 8:7, o en Levítico 24:14, donde se usa para poner visiblemente la maldición de Dios sobre la persona que la llevará. También encontramos un uso especial, especialmente en Levítico 1:4, 3:2, 8, 13, 4:4, 15, 24, 29, 33; 16:21, y también en Éxodo 29:10, 15, 19; Números 8:12, donde los sacerdotes debidamente designados “ponen las manos” en un sacrificio para colocar ceremonialmente sobre el animal la maldición justa de Dios, en lugar de sobre las personas pecadoras. Por ejemplo, en el día de la expiación, el día culminante del año judío. Levítico 16:21.
Tipo y Sombra de la venidero
Esta imposición de manos especial (o ceremonial) es a lo que Hebreos 6:1 se refiere cuando menciona seis enseñanzas, entre otras, en el primer pacto (“la doctrina elemental de Cristo”) que preparó al pueblo de Dios para el nuevo pacto. Mientras que la mayoría de las menciones del Antiguo Testamento involucran sacerdotes y ceremonias del primer pacto (como pasar la maldición al sustituto), dos textos en particular, ambos en Números, anticipan cómo la “imposición de manos” llegaría a ser usada en la era de la Iglesia (usada para pasar una bendición a un líder formalmente reconocido). En Números 8:10, el pueblo de Dios impuso sus manos sobre los sacerdotes para encargarlos oficialmente como sus representantes ante Dios, y en Números 27:18 Dios instruye a Moisés que ponga sus manos sobre Josué para encargarlo formalmente como el nuevo líder de la nación.
Para consagrar ofrendas por el pecado
La expresión "imposición de manos" es un gesto que se realizaba en Israel en una situación de sacrificio. En un contexto no sacrificial demuestra quién es el objeto de la acción ritual. La mayoría de los ejemplos de este gesto se apoyan en el documento llamado Sacerdotal y se describe con el verbo hebreo samak: "apoyarse contra", "soportar". Fuera de la Tradición Sacerdotal, "la imposición de las manos" se encuentra dos veces, una vez con el verbo samak. 2 Crónicas 29:23, y otra descrita por los verbos sím y sit. Génesis 48:14, 17-18. Estos verbos significan "colocar", "poner". Los ejemplos encontrados con el verbo samak pueden ser organizados en dos categorías distinguidas por el contexto del rito, su forma física y sus significados.
La primera categoría
La mayoría de los casos del gesto sucede en el contexto de sacrificio. Aquí el que trae la ofrenda pone una mano sobre la cabeza del animal que va a ser ofrecido. Levítico 1:4; 3:2, 8, 13; 4:4, 24, 29, 33. Si un grupo de gente realiza el gesto juntos, presumiblemente cada uno de ellos pone una mano sobre la cabeza del animal. Éxodo 29:10, 15, 19; Levítico 4:15; 8:14, 18, 22; Números 8:12; 2 Crónicas 29:23. Esta forma de poner una mano en los sacrificios, está mejor explicada como ritual, atribuyendo el animal al oferente, ello indica que el rito sacrificial entero, pertenece a él o a ella, aunque otros (sacerdotes y otros auxiliares) participan realizando la ofrenda más tarde en el rito. Esta interpretación se confirma por el hecho que tiene sentido en la falta del gesto con aves y ofrendas cereales. Levítico 1:14-17; 2:5, 7-13. Estas ofrendas son pequeñas y al ser llevadas por el oferente, no era necesaria la colocación de la mano.
Otra realidad muy distinta es la imposición de la mano sobre los levitas. Números 8:10, y debe ser entendida bajo el principio arriba mencionado. Por este gesto los israelitas muestran que sus levitas son ofrenda a Dios y que los beneficios del servicio de los levitas sería acumulado a ellos.
La segunda categoría
Tres casos del gesto en la Biblia descritos con el verbo samak son no sacrificiales y aparece para ser realizado con las dos manos, en vez de una. El ejemplo más claro está en el libro de Levítico 16:21. Los otros dos lugares son menos claros con relación a cuántas manos son usadas. Números 27:18; Levítico 24:14.
Para dar Bendición
Finalmente la imposición de manos, descrita con sím y sit, puede ser entendida como el último de los tres ejemplos, como un medio de designar quiénes son los recipiendarios de la bendición. Génesis 48:14-18. Un gesto referido a la imposición de manos para la bendición es la extensión de las manos de Aarón sobre el pueblo. Números 9:22.
Para dar Autoridad
En Números 27:16-20, 23, Moisés esta pidiéndole a Dios que designe al que lo va a sustituir, pues Moisés no podría llevar al pueblo a la tierra prometida debido a que desobedeció a Dios al golpear la roca para que diera agua en lugar de hablarle como Dios le dijo: Números 27:18. Vemos aquí que Dios está mandando a imponer las manos con un propósito específico. Dos cosas interesantes ocurrieron cuando Moisés impuso sus manos a Josué por orden de Dios:
La primera fue que recibió de la dignidad de Moisés. Esto nos dice que ahora Josué gozaba de un honor y una excelencia especial ante todo el pueblo. El propósito de darle, a través de la imposición de manos, la dignidad de Moisés era para que el pueblo le respetara y obedeciera como respetaban y obedecían a Moisés. Notemos también que fue algo hecho en público, no fue un llamado secreto y a escondidas. En el caso de Josué vemos que es Dios mismo el que manda hacer la ordenación. La segunda, que Josué recibió cuando Moisés impuso sus manos sobre él fue sabiduría. Deuteronomio 34:9. La sabiduría es de suma importancia para todo líder. Vemos que cuando ejercitamos el fundamento de imposición de manos correctamente y bajo la dirección de Dios trae consigo grande bendición.
Otro caso de imposición de manos Esto es con el profeta Eliseo junto a Joas rey de Israel. De acuerdo a la definición de imposición o imponer la cual es colocar, poner encima algo a alguien, no se nos dice precisamente donde se imponen las manos o como se hace. Es por ello que podemos afirmar que el evento ocurrido aquí fue una imposición de manos. 2 Reyes 13:14-17. Note que Eliseo posó sus manos sobre las manos del rey Joas. Esto es una imposición de manos también dirigida por Dios para traer liberación en ese momento, y solo para el rey. En este caso Israel pelearía contra Siria y la vencería. Es el resultado de una imposición de manos con un sentido espiritual y dirigido por Dios.
En el Nuevo Testamento
No debemos olvidar que el Nuevo Testamento confirma y afirma al Antiguo Testamento y de igual forma a la inversa.
La “imposición de manos” es una acción bíblica; sin embargo, no hay ningún mandato bíblico que requiere la imposición física de las manos para un ministerio espiritual particular. Jesús ciertamente puso sus manos sobre muchos de los que él curó, sin embargo, él también sanó sin poner sus manos sobre la gente. Mateo 8:8 describe a Jesús sanando al siervo del centurión sin ir a su casa.
La expresión "imposición de manos" es una traducción tomada del griego de la versión griega de los LXX que depende de la versión hebrea que usa el verbo samak (presionar o imponer la mano sobre) o sít o sim (poner la mano sobre).
El Nuevo Testamento usa la expresión "imponer las manos", no con el carácter sacrificial del Antiguo Testamento, sino que los pasajes neotestamentarios se relacionan con curaciones, las bendiciones, el bautismo y el Espíritu. El contexto es siempre religioso, como demuestra la mención frecuente de la oración y obviamente "la imposición de manos" es una acción simbólica. Tanto en el Antiguo Testamento, como en la tradición rabínica la imposición de manos, jamás estaba asociada con las curaciones y seguramente este gesto no era parte esencial de los milagros.
Para sanidad
Según Marcos y Lucas, Jesús ha curado a través de la imposición de las manos. Marcos 5:23; 6:5; 7:32; 8:22-26; Lucas 4:40; 13:13, y así hicieron los cristianos. Marcos 16:18, como Ananías. Hechos 9:12, 17, y Pablo en Hechos 28:8. Naturalmente, la curación es comunicada a través de la imposición de las manos.
Para bendecir
Jesús también bendice a niños a través de la imposición de las manos. Marcos 10:13-16 y paralelos. El pasaje contempla a los niños como teniendo la actitud correcta para la recepción en el reino. Lucas 24:50. Debería ser notado aquí a través del griego que no es "imposición de manos".
Para recibir el Espíritu Santo
Consideremos dos casos de excepción. En un caso el Espíritu Santo concede el don de hablar en lenguas con el acto de la imposición de manos del Apóstol: Hechos 19:4-6. Y en el otro caso lo hace sin la imposición de manos, sino simplemente a través de la predicación del apóstol. Hechos 10:44-46.
Sin duda, la imposición de manos en la iglesia del siglo 1 era un medio de conectar el mensaje con el mensajero, o el regalo espiritual con el dador dotado. Proporcionó una “señal” autenticando aquel a través del cual se otorgó la manifestación física de un don espiritual. Tenemos que entender que no hay fórmulas mágicas bíblicas para el ministerio de la iglesia. La imposición de manos no tiene poder en sí misma. La imposición de manos es utilizada sólo por Dios cuando se hace de acuerdo con la palabra de Dios. Era y es usada en las iglesias para dar autoridad para alguna designación, para evangelizar y según sus creencias, para comunicar un don o algún mensaje del Espíritu Santo así como para la curación de los enfermos, junto con el uso de aceites medicinales, o el aceite de la unción santa dado por Dios para santificar.
Para recibir el poder del Espíritu Santo
Solo los apóstoles lo hacían para trasmitir el poder del Espíritu Santo, y el que recibía este poder ya no podía trasmitirlo a otros. Por ejemplo los doce Apóstoles a los primeros Diáconos. Hechos 6:5-6. Los Apóstoles en Samaria. Hechos 8:14-19. Pablo a unos creyentes en Efeso. Hechos 19:6.
En el libro de los Hechos la imposición de manos se refiere a la recepción del bautismo y al Espíritu Santo. Hechos 19:5-6 se indica esto más claramente. En una escena evocadora de Pentecostés, Pablo impone las manos sobre aquellos que han recibido solamente el bautismo de Juan y son ahora bautizados en el nombre de Jesús, y el Espíritu Santo vino sobre ellos y hablan en lenguas y profetizan. Según Hechos 9:17 a través de la imposición de manos de Ananías, Pablo no solamente recobra la vista sino que es llenado con el Espíritu Santo. Del mismo modo, refiere la recepción del Espíritu Santo a través de la imposición de manos. Hechos 8:16-19.
No hubo imposición de manos
El mismo Jesús no ordena a los apóstoles a través de la imposición de manos, tampoco Matías es a través de la imposición de manos asignado para ocupar el lugar de Judas, entre los Doce. Sin embargo, la ordenación está asociada con la imposición de manos en el Nuevo Testamento. La ordenación cristiana debía también incluir la autoridad apostólica y estar acompañada por la oración.
Para ordenar al servicio de la iglesia
Como por ejemplo los Apóstoles a los primeros Diáconos. Hechos 6:3-6. Los profetas y maestros de la Iglesia en Antioquia a Bernabé y a Pablo. Hechos 13:1-3.
Notemos nuevamente que es el Espíritu Santo el que separa a Bernabé y a Saulo. No es el capricho de algunos hombres o incluso de los que quieren ser misioneros, sino que es una obra directa del Señor. Una vez más vemos que la imposición de manos es precedida por la oración, y en este caso el ayuno también. Es de suma importancia el que notemos que la imposición de manos como fundamento es un acto sagrado y dirigido por Dios para llevar la obra que Él quiere llevar.
El presbiterio sobre Timoteo
En 1 Timoteo 4:14, el don que había en Timoteo le llegó por medio de la imposición de manos del presbiterio. La exhortación es a no descuidar el don. Es una exhortación a Timoteo y a todos nosotros. Si descuidamos el don no podremos ser efectivos y el pueblo al que servimos sufrirá las consecuencias.
Pablo a Timoteo
En 2 Timoteo 1:6, la imposición de las manos de Pablo sobre Timoteo trajo como resultado el fuego del don de Dios. Pablo le da un consejo a Timoteo, el consejo es a avivar el fuego en nosotros. El fuego del don de Dios es el Espíritu Santo y la obra que a uno le han encomendado, de ser mas intenso y trabajador para el Señor.
No imponer manos con ligereza
En 2 Timoteo 5:22, el pensamiento no es tanto en la acción física de la imposición de manos, como es la idea que confiriendo la responsabilidad del liderazgo espiritual (no importa cómo se hace) debe hacerse con cuidado. No debe hacerse de repente o sin la debida consideración.
La exhortación a Timoteo y a todos nosotros es a no ser rápidos al imponer manos. Cuando le dice “a ninguno” está dejando ver que no podemos impresionarnos con títulos, posiciones o posesiones. No importa el título que obstante alguien, sin no somos dirigidos por el Señor a imponer manos, no lo hagamos. Cuando imponemos manos sobre alguien sin buscar dirección de Dios podemos estar imponiendo manos sobre un lobo disfrazado y al imponer las manos estamos diciendo que favorecemos a esa persona y lo que hace. Eso nos haría participantes de sus pecados y por consiguiente no nos estaríamos conservando puros.
Es importante que tomemos en serio lo que Dios toma en serio, y la imposición de manos es un acto sumamente serio para Dios. El que forme parte del fundamento de la doctrina de Cristo nos dice cuan importante es. Cuando miramos a nuestro alrededor veremos que no se a tomado tanto en serio, pues vemos a muchas personas ejerciendo ministerios que no deberían estar ahí. Esto se debe a que muchas imposiciones de manos se dan en base a intereses personales y no bajo la dirección de Dios.
La imposición de manos, entonces, como la unción o el ayuno u otros rituales externos para la iglesia, no es mágica, y como algunos lo han afirmado, no concede gracia automáticamente. Más bien, es un “medio de gracia”, y acompaña las palabras de elogio y la oración corporativa, para aquellos que creen. Al igual que el bautismo, la imposición de manos es una especie de signo y ceremonia inaugural, un rito de iniciación, una forma de hacer visible, pública, y memorable una realidad invisible, tanto para el candidato como para la congregación, y luego a través del candidato y la congregación para el mundo. Sirve como un medio de gracia para el candidato al afirmar el llamado de Dios a través de la iglesia, proporcionando un momento tangible y físico para recordar cuando el ministerio se torne difícil. También es un medio de la gracia de Dios para los líderes que comisionan, quienes extienden y expanden su corazón y su trabajo a través de un candidato fiel. Y es un medio de la gracia de Dios para la congregación, y más allá, para aclarar quiénes son los líderes oficiales a quienes procurarán someterse. Hebreos 13:7, 17. Y en todo, quien da y bendice es Dios. Él extiende y expande el ministerio de los líderes. Él llama, sostiene, y hace fructífero el ministerio del candidato. Y Él enriquece, madura, y cataliza a la congregación hacia el amor y las buenas obras, para ministrarse unos a otros, y aun más al ser servidos por la enseñanza, la sabiduría, y el liderazgo fiel del recién nombrado anciano, diácono, o misionero.¿Caer en el espíritu o ser derribado en el espíritu? ¿Es esta experiencia bíblica ? ¿es esta experiencia de Dios o demoníaca?
El llamado caer en el espíritu o ser derribado en el espíritu (en inglés lo llaman slain in the spirit), se entiende como la experiencia que ocurre cuando una persona ora por otra, comúnmente imponiendo manos, o poniendo la mano en su frente y la persona por quien se ora, se siente sin peso o como que se desvanece, en congregaciones donde se practica esto generalmente existen personas actuando como receptores para atrapar a la persona que cae y evitar que se lastime. En ocasiones se ve que la persona que cayó queda como en trance o inconsciente por un período variable de tiempo. La experiencia tal cual se expone anteriormente no se encuentra en la Biblia, tal vez hayan algunos que defiendan esto con referencias a pasajes bíblicos como Juan 18:3-6, cuando los soldados romanos van a capturar a Jesús y ante la respuesta de Jesús diciendo Yo soy, cayeron a tierra. Pero en ese pasaje Jesús no estaba orando ni ministrando a los soldados, no se trata del mismo escenario. Y en la Biblia no encontrará el ministerio de “receptores” de personas por las que se oraba.
Sentido metafórico
En la Palabra de Dios encontramos la palabra mano, con sentido metafórico; puedes encontrar frases como: “en tu mano”, Génesis 16:6. “entregado en tu mano”, Josué 6:2. “librarlos de mano” Éxodo 3:8. En otras ocasiones la palabra mano simboliza fuerza o poder. Lo podemos ver en Deuteronomio 8:17.
En el Antiguo Testamento
Según la epístola a los hebreos, la imposición de manos es una enseñanza primaria, fundamento. La imposición de las manos es una realidad que está presente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Tratamos enseguida de vislumbrar cómo era este rito a través de algunos pasajes bíblicos para especificar de qué se trata. La antigua Alianza contempla el gesto de la imposición de manos, tanto en relación con las ofrendas que ritualmente se presentaban al Señor, los sacrificios, como en la elección de los líderes que guiaban al pueblo de Dios.
Como fundamentos del primer pacto
A lo largo de la Biblia encontramos significados tanto positivos como negativos de “la imposición de manos”, así como maneras “generales”, de todos los días, o “especiales”, ceremoniales. En el Antiguo Testamento, el uso general es usualmente negativo: “poner las manos” sobre alguien es infligir daño. Génesis 22:12; 37:22; Éxodo 7:4; Nehemias 13:21; Ester 2:21; 3:6; 6:2; 8:7, o en Levítico 24:14, donde se usa para poner visiblemente la maldición de Dios sobre la persona que la llevará. También encontramos un uso especial, especialmente en Levítico 1:4, 3:2, 8, 13, 4:4, 15, 24, 29, 33; 16:21, y también en Éxodo 29:10, 15, 19; Números 8:12, donde los sacerdotes debidamente designados “ponen las manos” en un sacrificio para colocar ceremonialmente sobre el animal la maldición justa de Dios, en lugar de sobre las personas pecadoras. Por ejemplo, en el día de la expiación, el día culminante del año judío. Levítico 16:21.
Tipo y Sombra de la venidero
Esta imposición de manos especial (o ceremonial) es a lo que Hebreos 6:1 se refiere cuando menciona seis enseñanzas, entre otras, en el primer pacto (“la doctrina elemental de Cristo”) que preparó al pueblo de Dios para el nuevo pacto. Mientras que la mayoría de las menciones del Antiguo Testamento involucran sacerdotes y ceremonias del primer pacto (como pasar la maldición al sustituto), dos textos en particular, ambos en Números, anticipan cómo la “imposición de manos” llegaría a ser usada en la era de la Iglesia (usada para pasar una bendición a un líder formalmente reconocido). En Números 8:10, el pueblo de Dios impuso sus manos sobre los sacerdotes para encargarlos oficialmente como sus representantes ante Dios, y en Números 27:18 Dios instruye a Moisés que ponga sus manos sobre Josué para encargarlo formalmente como el nuevo líder de la nación.
Para consagrar ofrendas por el pecado
La expresión "imposición de manos" es un gesto que se realizaba en Israel en una situación de sacrificio. En un contexto no sacrificial demuestra quién es el objeto de la acción ritual. La mayoría de los ejemplos de este gesto se apoyan en el documento llamado Sacerdotal y se describe con el verbo hebreo samak: "apoyarse contra", "soportar". Fuera de la Tradición Sacerdotal, "la imposición de las manos" se encuentra dos veces, una vez con el verbo samak. 2 Crónicas 29:23, y otra descrita por los verbos sím y sit. Génesis 48:14, 17-18. Estos verbos significan "colocar", "poner". Los ejemplos encontrados con el verbo samak pueden ser organizados en dos categorías distinguidas por el contexto del rito, su forma física y sus significados.
La primera categoría
La mayoría de los casos del gesto sucede en el contexto de sacrificio. Aquí el que trae la ofrenda pone una mano sobre la cabeza del animal que va a ser ofrecido. Levítico 1:4; 3:2, 8, 13; 4:4, 24, 29, 33. Si un grupo de gente realiza el gesto juntos, presumiblemente cada uno de ellos pone una mano sobre la cabeza del animal. Éxodo 29:10, 15, 19; Levítico 4:15; 8:14, 18, 22; Números 8:12; 2 Crónicas 29:23. Esta forma de poner una mano en los sacrificios, está mejor explicada como ritual, atribuyendo el animal al oferente, ello indica que el rito sacrificial entero, pertenece a él o a ella, aunque otros (sacerdotes y otros auxiliares) participan realizando la ofrenda más tarde en el rito. Esta interpretación se confirma por el hecho que tiene sentido en la falta del gesto con aves y ofrendas cereales. Levítico 1:14-17; 2:5, 7-13. Estas ofrendas son pequeñas y al ser llevadas por el oferente, no era necesaria la colocación de la mano.
Otra realidad muy distinta es la imposición de la mano sobre los levitas. Números 8:10, y debe ser entendida bajo el principio arriba mencionado. Por este gesto los israelitas muestran que sus levitas son ofrenda a Dios y que los beneficios del servicio de los levitas sería acumulado a ellos.
La segunda categoría
Tres casos del gesto en la Biblia descritos con el verbo samak son no sacrificiales y aparece para ser realizado con las dos manos, en vez de una. El ejemplo más claro está en el libro de Levítico 16:21. Los otros dos lugares son menos claros con relación a cuántas manos son usadas. Números 27:18; Levítico 24:14.
Para dar Bendición
Finalmente la imposición de manos, descrita con sím y sit, puede ser entendida como el último de los tres ejemplos, como un medio de designar quiénes son los recipiendarios de la bendición. Génesis 48:14-18. Un gesto referido a la imposición de manos para la bendición es la extensión de las manos de Aarón sobre el pueblo. Números 9:22.
Para dar Autoridad
En Números 27:16-20, 23, Moisés esta pidiéndole a Dios que designe al que lo va a sustituir, pues Moisés no podría llevar al pueblo a la tierra prometida debido a que desobedeció a Dios al golpear la roca para que diera agua en lugar de hablarle como Dios le dijo: Números 27:18. Vemos aquí que Dios está mandando a imponer las manos con un propósito específico. Dos cosas interesantes ocurrieron cuando Moisés impuso sus manos a Josué por orden de Dios:
La primera fue que recibió de la dignidad de Moisés. Esto nos dice que ahora Josué gozaba de un honor y una excelencia especial ante todo el pueblo. El propósito de darle, a través de la imposición de manos, la dignidad de Moisés era para que el pueblo le respetara y obedeciera como respetaban y obedecían a Moisés. Notemos también que fue algo hecho en público, no fue un llamado secreto y a escondidas. En el caso de Josué vemos que es Dios mismo el que manda hacer la ordenación. La segunda, que Josué recibió cuando Moisés impuso sus manos sobre él fue sabiduría. Deuteronomio 34:9. La sabiduría es de suma importancia para todo líder. Vemos que cuando ejercitamos el fundamento de imposición de manos correctamente y bajo la dirección de Dios trae consigo grande bendición.
Otro caso de imposición de manos Esto es con el profeta Eliseo junto a Joas rey de Israel. De acuerdo a la definición de imposición o imponer la cual es colocar, poner encima algo a alguien, no se nos dice precisamente donde se imponen las manos o como se hace. Es por ello que podemos afirmar que el evento ocurrido aquí fue una imposición de manos. 2 Reyes 13:14-17. Note que Eliseo posó sus manos sobre las manos del rey Joas. Esto es una imposición de manos también dirigida por Dios para traer liberación en ese momento, y solo para el rey. En este caso Israel pelearía contra Siria y la vencería. Es el resultado de una imposición de manos con un sentido espiritual y dirigido por Dios.
En el Nuevo Testamento
No debemos olvidar que el Nuevo Testamento confirma y afirma al Antiguo Testamento y de igual forma a la inversa.
La “imposición de manos” es una acción bíblica; sin embargo, no hay ningún mandato bíblico que requiere la imposición física de las manos para un ministerio espiritual particular. Jesús ciertamente puso sus manos sobre muchos de los que él curó, sin embargo, él también sanó sin poner sus manos sobre la gente. Mateo 8:8 describe a Jesús sanando al siervo del centurión sin ir a su casa.
La expresión "imposición de manos" es una traducción tomada del griego de la versión griega de los LXX que depende de la versión hebrea que usa el verbo samak (presionar o imponer la mano sobre) o sít o sim (poner la mano sobre).
El Nuevo Testamento usa la expresión "imponer las manos", no con el carácter sacrificial del Antiguo Testamento, sino que los pasajes neotestamentarios se relacionan con curaciones, las bendiciones, el bautismo y el Espíritu. El contexto es siempre religioso, como demuestra la mención frecuente de la oración y obviamente "la imposición de manos" es una acción simbólica. Tanto en el Antiguo Testamento, como en la tradición rabínica la imposición de manos, jamás estaba asociada con las curaciones y seguramente este gesto no era parte esencial de los milagros.
Para sanidad
Según Marcos y Lucas, Jesús ha curado a través de la imposición de las manos. Marcos 5:23; 6:5; 7:32; 8:22-26; Lucas 4:40; 13:13, y así hicieron los cristianos. Marcos 16:18, como Ananías. Hechos 9:12, 17, y Pablo en Hechos 28:8. Naturalmente, la curación es comunicada a través de la imposición de las manos.
Para bendecir
Jesús también bendice a niños a través de la imposición de las manos. Marcos 10:13-16 y paralelos. El pasaje contempla a los niños como teniendo la actitud correcta para la recepción en el reino. Lucas 24:50. Debería ser notado aquí a través del griego que no es "imposición de manos".
Para recibir el Espíritu Santo
Consideremos dos casos de excepción. En un caso el Espíritu Santo concede el don de hablar en lenguas con el acto de la imposición de manos del Apóstol: Hechos 19:4-6. Y en el otro caso lo hace sin la imposición de manos, sino simplemente a través de la predicación del apóstol. Hechos 10:44-46.
Sin duda, la imposición de manos en la iglesia del siglo 1 era un medio de conectar el mensaje con el mensajero, o el regalo espiritual con el dador dotado. Proporcionó una “señal” autenticando aquel a través del cual se otorgó la manifestación física de un don espiritual. Tenemos que entender que no hay fórmulas mágicas bíblicas para el ministerio de la iglesia. La imposición de manos no tiene poder en sí misma. La imposición de manos es utilizada sólo por Dios cuando se hace de acuerdo con la palabra de Dios. Era y es usada en las iglesias para dar autoridad para alguna designación, para evangelizar y según sus creencias, para comunicar un don o algún mensaje del Espíritu Santo así como para la curación de los enfermos, junto con el uso de aceites medicinales, o el aceite de la unción santa dado por Dios para santificar.
Para recibir el poder del Espíritu Santo
Solo los apóstoles lo hacían para trasmitir el poder del Espíritu Santo, y el que recibía este poder ya no podía trasmitirlo a otros. Por ejemplo los doce Apóstoles a los primeros Diáconos. Hechos 6:5-6. Los Apóstoles en Samaria. Hechos 8:14-19. Pablo a unos creyentes en Efeso. Hechos 19:6.
En el libro de los Hechos la imposición de manos se refiere a la recepción del bautismo y al Espíritu Santo. Hechos 19:5-6 se indica esto más claramente. En una escena evocadora de Pentecostés, Pablo impone las manos sobre aquellos que han recibido solamente el bautismo de Juan y son ahora bautizados en el nombre de Jesús, y el Espíritu Santo vino sobre ellos y hablan en lenguas y profetizan. Según Hechos 9:17 a través de la imposición de manos de Ananías, Pablo no solamente recobra la vista sino que es llenado con el Espíritu Santo. Del mismo modo, refiere la recepción del Espíritu Santo a través de la imposición de manos. Hechos 8:16-19.
No hubo imposición de manos
El mismo Jesús no ordena a los apóstoles a través de la imposición de manos, tampoco Matías es a través de la imposición de manos asignado para ocupar el lugar de Judas, entre los Doce. Sin embargo, la ordenación está asociada con la imposición de manos en el Nuevo Testamento. La ordenación cristiana debía también incluir la autoridad apostólica y estar acompañada por la oración.
Para ordenar al servicio de la iglesia
Como por ejemplo los Apóstoles a los primeros Diáconos. Hechos 6:3-6. Los profetas y maestros de la Iglesia en Antioquia a Bernabé y a Pablo. Hechos 13:1-3.
Notemos nuevamente que es el Espíritu Santo el que separa a Bernabé y a Saulo. No es el capricho de algunos hombres o incluso de los que quieren ser misioneros, sino que es una obra directa del Señor. Una vez más vemos que la imposición de manos es precedida por la oración, y en este caso el ayuno también. Es de suma importancia el que notemos que la imposición de manos como fundamento es un acto sagrado y dirigido por Dios para llevar la obra que Él quiere llevar.
El presbiterio sobre Timoteo
En 1 Timoteo 4:14, el don que había en Timoteo le llegó por medio de la imposición de manos del presbiterio. La exhortación es a no descuidar el don. Es una exhortación a Timoteo y a todos nosotros. Si descuidamos el don no podremos ser efectivos y el pueblo al que servimos sufrirá las consecuencias.
Pablo a Timoteo
En 2 Timoteo 1:6, la imposición de las manos de Pablo sobre Timoteo trajo como resultado el fuego del don de Dios. Pablo le da un consejo a Timoteo, el consejo es a avivar el fuego en nosotros. El fuego del don de Dios es el Espíritu Santo y la obra que a uno le han encomendado, de ser mas intenso y trabajador para el Señor.
No imponer manos con ligereza
En 2 Timoteo 5:22, el pensamiento no es tanto en la acción física de la imposición de manos, como es la idea que confiriendo la responsabilidad del liderazgo espiritual (no importa cómo se hace) debe hacerse con cuidado. No debe hacerse de repente o sin la debida consideración.
La exhortación a Timoteo y a todos nosotros es a no ser rápidos al imponer manos. Cuando le dice “a ninguno” está dejando ver que no podemos impresionarnos con títulos, posiciones o posesiones. No importa el título que obstante alguien, sin no somos dirigidos por el Señor a imponer manos, no lo hagamos. Cuando imponemos manos sobre alguien sin buscar dirección de Dios podemos estar imponiendo manos sobre un lobo disfrazado y al imponer las manos estamos diciendo que favorecemos a esa persona y lo que hace. Eso nos haría participantes de sus pecados y por consiguiente no nos estaríamos conservando puros.
Es importante que tomemos en serio lo que Dios toma en serio, y la imposición de manos es un acto sumamente serio para Dios. El que forme parte del fundamento de la doctrina de Cristo nos dice cuan importante es. Cuando miramos a nuestro alrededor veremos que no se a tomado tanto en serio, pues vemos a muchas personas ejerciendo ministerios que no deberían estar ahí. Esto se debe a que muchas imposiciones de manos se dan en base a intereses personales y no bajo la dirección de Dios.
La imposición de manos, entonces, como la unción o el ayuno u otros rituales externos para la iglesia, no es mágica, y como algunos lo han afirmado, no concede gracia automáticamente. Más bien, es un “medio de gracia”, y acompaña las palabras de elogio y la oración corporativa, para aquellos que creen. Al igual que el bautismo, la imposición de manos es una especie de signo y ceremonia inaugural, un rito de iniciación, una forma de hacer visible, pública, y memorable una realidad invisible, tanto para el candidato como para la congregación, y luego a través del candidato y la congregación para el mundo. Sirve como un medio de gracia para el candidato al afirmar el llamado de Dios a través de la iglesia, proporcionando un momento tangible y físico para recordar cuando el ministerio se torne difícil. También es un medio de la gracia de Dios para los líderes que comisionan, quienes extienden y expanden su corazón y su trabajo a través de un candidato fiel. Y es un medio de la gracia de Dios para la congregación, y más allá, para aclarar quiénes son los líderes oficiales a quienes procurarán someterse. Hebreos 13:7, 17. Y en todo, quien da y bendice es Dios. Él extiende y expande el ministerio de los líderes. Él llama, sostiene, y hace fructífero el ministerio del candidato. Y Él enriquece, madura, y cataliza a la congregación hacia el amor y las buenas obras, para ministrarse unos a otros, y aun más al ser servidos por la enseñanza, la sabiduría, y el liderazgo fiel del recién nombrado anciano, diácono, o misionero.¿Caer en el espíritu o ser derribado en el espíritu? ¿Es esta experiencia bíblica ? ¿es esta experiencia de Dios o demoníaca?
El llamado caer en el espíritu o ser derribado en el espíritu (en inglés lo llaman slain in the spirit), se entiende como la experiencia que ocurre cuando una persona ora por otra, comúnmente imponiendo manos, o poniendo la mano en su frente y la persona por quien se ora, se siente sin peso o como que se desvanece, en congregaciones donde se practica esto generalmente existen personas actuando como receptores para atrapar a la persona que cae y evitar que se lastime. En ocasiones se ve que la persona que cayó queda como en trance o inconsciente por un período variable de tiempo. La experiencia tal cual se expone anteriormente no se encuentra en la Biblia, tal vez hayan algunos que defiendan esto con referencias a pasajes bíblicos como Juan 18:3-6, cuando los soldados romanos van a capturar a Jesús y ante la respuesta de Jesús diciendo Yo soy, cayeron a tierra. Pero en ese pasaje Jesús no estaba orando ni ministrando a los soldados, no se trata del mismo escenario. Y en la Biblia no encontrará el ministerio de “receptores” de personas por las que se oraba.
¿Transferencia de Espíritus? ¿Qué dice la Biblia sobre la transferencia de espíritus?
La idea de la "transferencia de espíritus" es que alguien puede transferir un espíritu maligno a otra persona por tocar o estar cerca de él. Aquellos que enseñan este concepto a otros dicen que no deberían asociarse con amigos o familiares que podrían transferir tal espíritu a ellos. No hay ninguna base escritural para el concepto de la transferencia de espíritus por tocar o estar cerca de otra persona o por cualquier otro método. Por supuesto, podemos ser afectados por las actitudes negativas o comportamientos pecaminosos en otros, pero identificarlos como seres espirituales que pueden transferirse a otros no es bíblico.
La Biblia dice que hay dos tipos de seres espirituales: los santos ángeles y los ángeles caídos. Los ángeles que no pecaron se llaman espíritus ministradores (Hebreos 1:14), y se nos dice que Dios les envía a ministrar a aquellos que serán herederos de la salvación, es decir, aquellos que creen en Cristo como Salvador. Los ángeles que se unieron a Satanás en su rebelión, son reservados en la oscuridad (Judas 1:6) y constituyen la horda de seres espirituales (demonios) dedicados al mal. La Biblia registra sólo una instancia de demonios que se transfieren de un ser viviente a otro. Sucedió cuando Jesús transfirió a la Legión de demonios de los hombres poseídos en la manada de cerdos (Mateo 8:28-34). Jesús no repitió este milagro, ni advirtió a sus discípulos (ni a nosotros) acerca de la transferencia de espíritus. No hay ninguna razón por qué un creyente renacido en Cristo tenga que temer a Satanás o sus ángeles caídos. Si le resistimos, él huirá de nosotros. "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros." (Santiago 4:7). Como creyentes, nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Podemos estar seguros de que el Espíritu Santo no tolerará un demonio en su templo.
¿Puede Haber Transferencia de Demonios por Imposición de Manos o por Contacto Sexual?
La Biblia dice que los casados son una sola carne; ¿Es posible que en la relación de pareja la esposa o esposo se encuentren a la merced de un demonio, si la pareja está poseída?
La respuesta es NO. Los demonios no pueden ir y venir como quieren. ¿Recuerda la historia del endemoniado Gadareno?. Los demonios quería entrar a los cerdos pero primero tuvieron que pedir permiso a Jesús para poder hacerlo. Cuando el diablo quiso atacar a Job, tuvo que obtener el permiso divino primero. Dios cuida sus hijos y no deja que sean atacados por el diablo sino bajo su permiso y control. Pedro fue ‘zarandeado como trigo’ por el diablo la noche cuando Cristo fue entregado. Eso solo ocurrió después que le fue dado “permiso” a Satanás para hacerlo. Por esa razón, por el simple hecho de poner las manos (tocar) a alguien que está endemoniado no puede causar que los demonios se traspasen (o se enganchen, como dice algunos) a otras personas. En cuanto a la relación sexual dentro del matrimonio, hay por lo menos dos razones por las cuales no puede haber una transferencia de demonios. Primeramente, es necesario entender que cuando una persona viene a Cristo, tal persona es regenerada y habitada por Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Espíritu, Alma y Cuerpo son guardados por Dios para el día de la Redención. Este "guardar" es activo y permanente y es activado por medio de la FE la cual a su vez es don de Dios a los creyentes. El creyente es guardado por el poder de Dios por medio de la fe y por lo tanto no puede recibir una transferencia de demonios de parte de su cónyuge inconverso.
1 Pedro 1:1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los extranjeros esparcidos en Ponto, en Galacia, en Capadocia, en Asia, y en Bithinia, 2 Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada. 3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos 5 Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo.
Judas 1:1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesucristo.
1 Tesalonicenses 5:22 Apartaos de toda especie de mal. 23 Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os ha llamado; el cual también lo hará.
La relación sexual del creyente con su pareja debe de continuar aun cuando el cónyuge no sea creyente, porque es un mandamiento de Dios y el no hacerlo es desobediencia. En la relación matrimonial el cuerpo no le pertenece a si mismo sino que le pertenece a la pareja.
1 Corintios 7:1 Cuanto a las cosas de que me escribisteis, bien es al hombre no tocar mujer. 2 Mas á causa de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido. 3 El marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido. 4 La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia.
En segundo lugar, la relación del creyente con Dios trae al cónyuge inconverso a una relación "de pacto" con la familia de Dios "los santificados".
1 Corintios 7:10 Mas a los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido; Mas a los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido; 11 Y si se apartare, que se quede sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no despida a su mujer. 12 Y á los demás yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente en habitar con él, no la despida. 13 Y la mujer que tiene marido infiel, y él consiente en habitar con ella, no lo deje. 14 Porque el marido infiel es santificado en la mujer, y la mujer infiel en el marido: pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos; empero ahora son santos.
Dios desea que exista esta relación sexual en el matrimonio y en el caso que uno de los cónyuges sea inconverso, Dios "santifica" a tal persona por causa del creyente y para beneficio tanto del creyente así como los hijos de este matrimonio. Esto no significa que tal persona sea salva, decir tal cosa es una herejía ya que nadie puede salvar a otro vicariamente, solo Cristo. Lo que significa es que la persona entra a una relación de santificación ante Dios y por lo tanto los hijos de la pareja producidos antes o después también vienen a formar parte de la familia de Dios externamente. Entran a una relación especial con Dios. Si la persona incrédula, se arrepiente de sus pecados y cree en Cristo, entonces se convierte en una persona salva, pero si no lo hace, tendrá su parte en la condenación eterna aún cuando su esposa es salva.
Continua en el Discipulado I: de la resurrección de los muertos
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