¿Es real el poder de la brujería?
Puede ser real, pero en muchos casos puede ser también sugestión de la mente, es decir pura mentira. En ambos casos está actuando el demonio, príncipe de la mentira. La Biblia, la enseñanza de los Padres de la Iglesia y la tradición no dejan lugar a dudas sobre el hecho que los seres humanos tienen la libertad para pactar con el diablo el cual tiene influencia en la tierra y en las actividades humanas. Por otro lado algunos Padres como San Jerónimo, pensaban que en muchos casos la brujería es sugestión de la mente. El Primer Mandamiento condena la brujería, la magia y todo tipo de adivinación:
"Yo Soy el señor tu Dios...no tendrás dioses extraños delante de mi" (Éxodo 20:2-3).
El Nuevo Testamento igualmente condena la brujería como una realidad perversa:
Libro de Hechos 16:16-18
16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Ésta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
El Apocalipsis de San Juan 21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
El Apocalipsis de San Juan 22:5 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
El mago Simón era practicante de la magia pero le dio envidia de los Apóstoles al ver que la gente recibía el Espíritu Santo cuando ellos imponían las manos. Ofreció dinero a los Apóstoles para que le enseñaran como hacer esto y Pedro le contestó: "...tú corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete , pues, de esa tu maldad..." (Hechos 8:9-22).
La brujería opera con poder satánico (dado por Satanás). Se trata de los poderes que oprimen a los hombres y que Jesucristo confrontó hasta morir y resucitar para librarnos de ellos. Su victoria no nos evita la lucha contra el maligno sino que nos da la fuerza para vencerlo si tenemos fe.
Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. Efesios 6:12.
Debemos evitar tanto el exagerar como el minimizar el poder de Satanás. En una guerra es esencial conocer las fuerzas contrarias y saber como vencerlas. Satanás tiene poder para tentar y asediar a los fieles, pero su poder no es comparable al de Dios Todopoderoso. Satanás puede causar persecuciones y hasta el martirio de los fieles. La victoria de los santos no está en vivir sin pruebas sino en vencerlas manteniéndose fieles a Dios. El demonio existe y entra en relación con aquellos que lo buscan. Como recompensa a quién le ofrece culto, el demonio otorga poderes preternaturales para obtener poder, fama, dinero, influencia, es decir las cosas que desea la carne. Por medio de la brujería se puede llegar a lograr el éxito en el mundo profesional ya sea como artista, profesional, militar, político, etc. Estas personas pueden parecer muy atractivas y tener un gran don de ganarse a la gente hasta el punto de atraer grandes multitudes y convertirse en dioses para sus admiradores los cuales son capaces de hacer hasta lo irrazonable por sus ellos. Los poderes del mal pueden cegar las mentes y fanatizarlas portentosamente. La brujería no es mera superstición. El demonio ciertamente arrastra hacia su reino del mal a los que se involucran en ella y a sus aduladores. Si no hay arrepentimiento y conversión, el final será el infierno.
Prohibido en el Antiguo Testamento
En la Torah (el Antiguo Testamento cristiano) no aparece el concepto de «brujería», con el significado y las connotaciones que se desarrollarían en el medioevo europeo. En el Éxodo lo que se prohíbe concretamente es la magia o hechicería (en hebreo kasháf, ‘la que susurra’), es decir la práctica de, mediante invocar dioses o espíritus, o mediante fórmulas mágicas obtenidas gracias al conocimiento y la sabiduría supuestamente sobrenaturales, tratar de influir sobre personas y acontecimientos futuros. En esto difiere la magia de la adivinación, pues esta última solo trata de descubrir acontecimientos futuros, no de influir en ellos o cambiarlos. En suma, los hechiceros mencionados en la Biblia no son satanistas sino sacerdotes más o menos formales de cultos de esa época. Se llama así tanto a los sacerdotes de Egipto, como a los de Babilonia y a Persia.En la Torah se establece que la hechicería debe ser castigada con la pena de muerte: «A la hechicera no la dejarás que viva» (Éxodo 22:18).
Es de notar que, al igual que en la Grecia y Roma clásicas, la brujería aparece como una actividad mayoritariamente femenina.
De otras citas bíblicas (Levítico 20:27, Deuteronomio 18:11-12), se desprende que la principal actividad de estas hechiceras era la necromancia o invocación a los muertos. Así, la idea de un contacto con los muertos, no va con la enseñanza bíblica, así como Dios le exigió a su pueblo Israel.
Saúl y la bruja de Endor
En 1 de Samuel 28:1-25 se relata la historia de la bruja de Endor, a la que Saúl, contraviniendo sus propias leyes, recurrió para invocar al difunto Profeta Samuel antes de una batalla con los filisteos.
Samuel, el profeta y último Juez de Israel, está hablando con el rey.
Saúl era el hombre que se había comprometido a honrar a Dios en todo.
Saúl se había vuelto cada vez más arrogante en su reinado, y como consecuencia de ello desobedeció los mandamientos de Dios.
¿El ser que le aparece a Saúl, después del conjuro de la adivina de Endor, en 1 Samuel 28, era realmente Samuel, un demonio o un espíritu maligno con la apariencia de él?.
1 Samuel 28:3-20
3 Ya Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado en Ramá, su ciudad. Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos. 4 Se juntaron, pues, los filisteos, y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl juntó a todo Israel, y acamparon en Gilboa. 5 Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera. 6 Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim,# ni por profetas. 7 Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación.8 Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere. 9 Y la mujer le dijo: He aquí tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha cortado de la tierra a los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones tropiezo a mi vida, para hacerme morir? 10 Entonces Saúl le juró por Jehová, diciendo: Vive Jehová, que ningún mal te vendrá por esto. 11 La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel. 12 Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: 13 ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra. 14 Él le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia. 15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer. 16 Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo? 17 Jehová te ha hecho como dijo por medio de mí; pues Jehová ha quitado el reino de tu mano, y lo ha dado a tu compañero, David. 18 Como tú no obedeciste# a la voz de Jehová, ni cumpliste el ardor de su ira contra Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto hoy. 19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos. 20 Entonces Saúl cayó en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido pan. 21 Entonces la mujer vino a Saúl, y viéndolo turbado en gran manera, le dijo: He aquí que tu sierva ha obedecido a tu voz, y he arriesgado mi vida, y he oído las palabras que tú me has dicho. 22 Te ruego, pues, que tú también oigas la voz de tu sierva; pondré yo delante de ti un bocado de pan para que comas, a fin de que cobres fuerzas, y sigas tu camino. 23 Y él rehusó diciendo: No comeré. Pero porfiaron con él sus siervos juntamente con la mujer, y él les obedeció. Se levantó, pues, del suelo, y se sentó sobre una cama. 24 Y aquella mujer tenía en su casa un ternero engordado, el cual mató luego; y tomó harina y la amasó, y coció de ella panes sin levadura. 25 Y lo trajo delante de Saúl y de sus siervos; y después de haber comido, se levantaron, y se fueron aquella noche.En primer lugar, debemos dejar bien en claro que es un pecado muy grave y severamente castigado por Dios el acudir a hechiceros, brujos o similares para conocer el futuro. Dios nos ha dado su Palabra y no necesitamos saber más de lo que está escrito. Una y otra vez, Dios advirtió, con toda seriedad, el evitar el contacto con tales personas o practicarlo: Éxodo 22:18; Levíticos 19:26, 31; Jeremías 27:9; Malaquias 3:5. Dios quiere que acudamos a El y pongamos nuestra confianza únicamente en El.
Pero volviendo al caso de Saúl, vemos a un hombre que primero había obedecido a Dios hasta en lo referente a la erradicación de la brujería, como la misma adivina lo dice en el verso 3 y 9. Pero, luego, se apartó de Dios y éste lo desechó. Como Saúl andaba lejos de Dios, Dios tampoco le habló más. Esto lo lleva a acudir al lugar donde no debería haber ido. Vemos que su vida fue un continuo descender hasta llegar a involucrarse con la adivinación, un poco antes de su suicidio. Justamente, este pecado fue la causa de su muerte, según 1 Crónicas 10:13: "Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra el señor, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina".
Volviendo a la pregunta inicial, vemos aparecer un ser después del ritual de la adivina. Las opiniones respecto a este asunto, se dividen, algunas en contra y otras a favor de que era Samuel.
Primera Posición: Si es el Profeta Samuel
Los que están en contra, con razón, dicen que es imposible que una adivina pueda hacer aparecer a cualquier persona y menos a un creyente (hablando en términos actuales). Lo que pueden hacer aparecer son espíritus o demonios con forma o apariencia de dichas personas. Pero vemos que sucede algo anormal en este ritual.
En el versículo 12, la adivina se asustó al ver a Samuel. Una persona acostumbrada a las apariciones no se asustaría por una aparición más. Por lo tanto, pasó algo que ella jamás había visto. Además, el versículo 15, empieza: "Y Samuel dijo a Saúl...". Allí no se dice que el ser con apariencia de Samuel dijo algo, sino que la Biblia lo pone como Samuel en persona, así como cuando vivía todavía. Otros detalles son los que el mismo Samuel le da, de la vida de Saúl, en los versículos 17 y 18: Se cumplió lo dicho por Dios por medio de MI. Desobedeciste, por lo cual ahora eres desechado. Luego, le profetiza la derrota de Israel a manos de los filisteos, y la muerte suya y la de sus hijos.
Hay diversos puntos teológicos, por ejemplo en el: Salmo 82:6 Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo;
Y después Jesucristo también cita este pasaje en el:
Evangelio de Juan 10:34-36
34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?.
Entonces en una idea de que a los hijos de Dios se les llama dioses por posición de autoridad, aunque no es muy común esto, pero recordemos que Saul era un rey y que Samuel era un profeta, por lo tanto a una autoridad religiosa así, se le puede aplicar esa palabra de "dioses sois"a Samuel como autoridad en ese tiempo.
Todos estos eventos se cumplieron al pie de la letra. Por estas razones es que realmente se trató de Samuel. Dios es soberano y puede usar el medio que crea conveniente para hablarle a las personas. Pero, tenemos que dejar bien en claro que se trató de una excepción única. Cualquier intento de conocer el futuro por estos medios es duramente castigado por Dios, así como lo fue en Saúl. Dios sólo lo usó para anunciarle el inminente juicio. Como ya lo dijimos antes, si queremos conocer lo que sucederá en el futuro debemos buscarlo en la Palabra de Dios, como lo dice en:
2 Carta de Pedro 1:19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
Tenía la idea de que las cosas estarían bien con solo arrepentirse después y ofrecer algún sacrificio.
Sin embargo, Samuel tenía otras noticias para Saúl: Samuel respondió:
“22 Y Samuel dijo: ¿Se complace el Señor tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras del Señor? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra del Señor, él también te ha desechado para que no seas rey.” (1 Samuel 15:22–23).
La verdad de estas palabras son lo mismo que Rebelión: “Negarme a aceptar la autoridad de Dios en mi vida”. Es la raíz misma de la brujería.
Segunda Posición: No es Samuel, es un demonio.
Digamos que he dejado de señalar con el dedo al rey Saúl. La Biblia declara enfáticamente que Él es el único Dios vivo y verdadero. Los brujos desobedecen la autoridad natural de Dios sobre sus vidas, primero al inclinarse ante los ídolos y luego al practicar adivinación, hechicería, amuletos, talismanes, encantamientos, espiritismo y brujería de ese tipo. Dios no da poder a esas actividades, pero hay algo que sí se lo da y no es una “energía universal” benévola.
En primer lugar encontramos a un hombre desesperado el cual está sin presencia de Dios y tomo la decisión de acudir a una adivina el pecado más abominable delante de DIOS él fue con el fin de que Dios le hablara por medio de Samuel (ahora busco profetas y no pasó nada, sueños nada, el Urim y el Tumin menos, si estos medios no funcionaron, ¿se podría creer que Dios hablaría por medio de una bruja?. Luego encontramos algo extraño el versículo 13, la bruja se asusta y dice que ha visto algo, se da cuenta que el que le consulta es Saúl, no tanto porque es adivina, sino por quien es Samuel un profeta de Dios y Saúl siempre consultaba a Samuel, ahora esta parte es la que debemos analizar, ella dice algo: he visto dioses que “suben de la tierra” en primer lugar Samuel siendo un profeta de Dios el cual DIOS lo tenía por sacerdote ¿iba a subir de la tierra?. Sabiendo que las escrituras nos dicen que el reino de los cielos está preparado para todos aquellos que buscan y aman a DIOS y que hay una gran sima que separa los vivos de los muertos. Después de todo Samuel no era ningún dios porque a pasar de que el tuviera mucho poder siempre reconocía que el grande es Dios y todo buen siervo del señor lo sabe entonces dichos dioses que subían por la tierra eran demonios porque el único que está por tierra es satanás pues el diablo siempre esta caído y estos demonios tomaron la apariencia de Samuel y engañaron a Saúl. Cuando la biblia dice: "y Samuel dijo a Saúl”, en 1 Samuel 28:15 se refiere a la escena que estaba viéndose en ese momento que Saúl creía estar viendo a Samuel y no asegurando que este fuera en realidad Samuel ya que esto era lo que quería Saúl, Saúl quería saber. Entonces la bruja tenía que darle una respuesta como sabemos el diablo siempre estudia y está pendiente a sus enemigos y tomo esta palabra que habían sido declaradas antes a Saúl por Samuel en 1 de Samuel 15:28, y esas mismas palabras las tomo y se las declaro nuevamente a Saúl y le dijo. Algo más que hay que tener en cuenta sobre esto, es que la aparición dijo: y mañana estaréis conmigo, sabiendo que ya Saúl había sido desechado de Dios y como vemos que los que atentan contra su propia vida no entran al reino de los cielos, ¿iba a estar Saúl con Samuel?. La palabra es muy clara y nos enseña que Dios es dueño del tiempo y sabia como era el final de Saúl, así es que claramente la biblia nos dice que ese Samuel que apareció en 1 de Samuel 28 era un demonio.
La Brujería es igual a la Rebelión
Estamos en una batalla espiritual, y el atractivo de la brujería solo es una pequeña parte de ella. Satanás no creó la brujería ni ninguna de las tradiciones que la gente ha concebido por generaciones. Sin embargo, el enemigo explota la curiosidad del hombre por lo desconocido y su deseo de conexión espiritual. Por medio de la brujería, Satanás provee una alternativa a Dios; nos ofrece una mirada de espíritus elementales de la naturaleza y guías sobrenaturales para tentarnos a pecar. Los seres humanos siguen buscando promesas falsas y enseñanzas que parecen razonables a pesar del propósito y el plan revelado por Dios a través de Jesucristo.
La Brujería es el grupo de creencias, conocimientos prácticos y actividades atribuidos a ciertas personas llamadas brujas (existe también la forma masculina, brujos, aunque es menos frecuente) que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas que emplean con la finalidad de DAÑAR. Es difícil distinguir claramente entre brujería, hechicería y magia.
Estas prácticas utilizan medios ocultos (fuera de la revelación dada por Dios) para producir efectos mas allá de los poderes naturales del hombre. La brujería se adapta a los tiempos modernos y abunda aun en los libros populares para niños. Ejemplo: Harry Potter. La creencia en la brujería es común en numerosas culturas desde la más remota antigüedad, y las interpretaciones del fenómeno varían significativamente de una cultura a otra. En el Occidente cristiano, la brujería se ha relacionado frecuentemente con la creencia en el Diablo, especialmente durante la Edad Moderna, en que se desató en Europa una obsesión por la brujería que desembocó en numerosos procesos y ejecuciones de brujas (lo que se denomina «caza de brujas»). Algunas teorías relacionan la brujería europea con antiguas religiones paganas de la fertilidad, aunque ninguna de ellas ha podido ser demostrada.
Las brujas tienen una gran importancia en el folclore de muchas culturas, y forman parte de la cultura popular. Si bien este es el concepto más frecuente del término «bruja», desde el siglo XX el término ha sido reivindicado por sectas ocultistas y religiones neopaganas, como la Wicca, para designar a todas aquellas personas que practican cierto tipo de magia, sea esta maléfica (magia negra) o benéfica (magia blanca), o bien a los adeptos de una determinada religión. Es considerada la brujería, una forma de espiritismo. Un uso más extenso del término se emplea para designar, en determinadas sociedades, a los magos o chamanes.
Diferencias entre brujería y hechicería
El antropólogo español Julio Caro Baroja propone diferenciar entre «brujas» y «hechiceras». Las primeras habrían desarrollado su actividad en un ámbito predominantemente rural y habrían sido las principales víctimas de las cazas de brujas en los años 1450 a 1750. En cambio, las hechiceras, conocidas desde la antigüedad clásica, son personajes fundamentalmente urbanos: un ejemplo característico en la literatura española es la protagonista de La Celestina de Fernando de Rojas.
La distinción entre bruja y hechicera es además frecuente en la literatura española del Siglo de Oro: en El coloquio de los perros, de Miguel de Cervantes Saavedra. Carmelo Lisón Tolosana diferencia asimismo entre hechicera y bruja pero según este antropólogo español aquélla se basa en la distinta relación que mantienen una y otra con el poder oculto y maligno, con el poder demoníaco.
La hechicera es tan antigua que "en realidad en toda cultura pueden encontrarse prácticas de magia hechiceril o maléfica, realizadas con intención de causar daño a otros, por medio de técnicas apropiadas e invocación de poderes misteriosos o demoníacos". Así la hechicera invoca y se sirve del poder demoníaco para realizar sus conjuros, mientras que la bruja hace un pacto con Satán, renuncia a su fe y rinde culto al diablo. "La fuente del poder oculto no es ahora la fuerza de la palabra ni la invocación al diablo ni la ceremonia mágica, sino que aquélla proviene de la adoración personal y voluntaria al demonio por parte de la bruja hereje y apóstata; su poder es vicario pero diabólico, adquirido a través de pacto explícito, personal y directo con el mismísimo Satán en conciliábulo nocturno y destructor que anuncia el aquelarre". El paso de la hechicera a esta "bruja satánica", "bruja aquelárrica", como las llama también Carmelo Lisón, se produjo en Europa a lo largo de los dos siglos finales de la Edad Media. La idea de que la distinción principal entre brujería y hechicería es que en esta última no existe un pacto con el diablo es compartida por otros autores. Así mientras que la brujería utiliza hierbas, ungüentos y alucinógenos para producir sugestión en sus víctimas, la hechicería usa materiales empíricos. Así se puede decir también que tenemos dos tipos de brujería:
La antigua que todavía subsiste y es la de los filtros amorosos y la adivinación (o hechicería), y la demoníaca vinculada a los aquelarres y el diablo (o brujería). En la mayoría de los idiomas se utilizan términos diferentes para cada una menos en el francés, idioma en el cual sólo existe sorcellerie para ambas. En inglés existe sorcery y witchcraft, en portugués feitiçaria y bruxaria, en italiano fattucchieria y stregoneria, en alemán se dice Kunts o Zauberei y Hexerei, mientras que en castellano se dice «hechicería» para la primera y «brujería» a la segunda. Hoy en día es frecuente ver en la televisión adivinos que echan las cartas del tarot a los que la gente llama a través de una costosísima línea telefónica para que les revele su futuro. También es muy frecuente encontrar en la prensa general anuncios de todo tipo de curanderos, así como los horóscopos y otras previsiones astrológicas. No me cabe la menor duda de que el 99% de estos tipejos son burdos estafadores que se quieren aprovechar de la buena fe de los ignorantes (porque al fin y al cabo, si realmente ven el futuro ¿por qué no compran el boleto ganador de la lotería en lugar de sacarle dinero a gente que no llega a final de mes?). Quizás haya un 1% de ellos que sí tenga alguna facultad paranormal, aunque si esto realmente es así, sabemos, con toda seguridad, que su poder vidente procede de Satán.
La Brujería y la Iglesia
Los padres de la Iglesia se mostraron escépticos sobre la realidad de la brujería. Agustín de Hipona dudaba de la posibilidad de la metamorfosis y desarrolló la teoría de que los delirios de los brujos eran creados por el diablo.
Sin embargo, el Código Teodosiano promulga, por primera vez, una ley en contra del ejercicio de la magia, en 429. En 534, el segundo Código de Justiniano prohíbe consultar a los astrólogos y adivinos por ser una «profesión depravada». El Concilio de Ancira o Concilio de Elvira, en 306, declara que matar a través de un conjuro es un pecado y la obra del demonio. El Concilio de Laodicea solicita, en 360, la excomunión de todo aquel que practique la brujería, la adivinación, la astrología o la magia. En la Alta Edad Media abundan los testimonios de eclesiásticos que denuncian como ilusiones las viejas creencias sobre las brujas, condenándoles como cultos paganos. Con la Reforma Protestante la situación de las brujas no cambió; al contrario, Martín Lutero era un convencido sobre las existencia de los brujos e insistía en su persecución, aunque no fue responsable de las hogueras como Juan Calvino (1509-1564). La primera persona que alzó su voz en contra de la cacería de brujas fue el médico protestante Johann Weyer (1515-1588). En 1563, Weyer concluyó que las principales acusadas de brujería eran mujeres ancianas que según él sufrían de «melancolía». Contra la existencia de brujas se sumaron los también protestantes Johann Jacob Wecker (1528-1586), Herman Witekind(1524-1603) y Johann Ewich (1525-1588).
Entre 1626 y 1631, en el paroxismo de la Guerra de los Treinta Años, período en el cual se produjeron grandes matanzas, saqueos y terribles hambrunas y en el cual se llegaron a darse episodios de canibalismo, príncipes católicos que reconquistaban territorios luteranos, llevaron adelante juicios masivos contra personas acusadas de brujas en la ciudad de Würzburg y en las que fueron ejecutadas más de 1000 personas, hombres, mujeres y niños, acusados de ser brujos.
¿Por qué se recurre a la brujería?
La ayuda que ofrece la brujería se busca por diferentes razones. Las principales son: Para hacer daño a quien se odia; para atraer la pasión amorosa de alguien; para invocar a los muertos; para suscitar calamidades o impotencia contra enemigos, rivales u opresores reales o imaginarios; para resolver un problema se ha convertido en obsesión y ya no importa por que medio se resuelve.
Prácticas de los Brujos
La brujería data desde los tiempos de la antigua Mesopotamia y Egipto. Así se demuestra la Biblia al igual que en otros antiguos escritos como el Código de Hammurabi (2000 a.C.). No todos los brujos siguen las mismas prácticas. Pero no es extraño que el brujo haga un pacto con espíritus, abjure a Cristo y los Sacramentos, haga rituales como parodias de la Santa Misa o de los oficios de la Iglesia, adoren al Príncipe de las Tinieblas y participan en aquelarres (reuniones de brujos donde hacen sus maledicencias). La brujería está relacionada con el satanismo.
En Brujería y en la Magia hay elementos comunes:
1 La realización de rituales o de gestos simbólicos.
2 El uso de sustancias y objetos materiales que tienen significado simbólico.
3 Pronunciamiento de un hechizo.
4 Una condición prescrita del que efectúa el rito.
La brujería consta de rituales para hacer sus hechizos (ejercer un maleficio o atadura sobre alguien), algunos de los cuales requieren hierbas particulares. También hay palabras de conjuro o hechizo que pueden ser escritas para obtener un mayor poder. Quién realiza el rito debe desear su propósito con todas sus fuerzas para obtener mayores efectos y algunas veces debe ayunar por 24 horas antes de realizar el rito para purificar el cuerpo.
Qué hacer contra las brujerías
Al enterarse de que alguien le está haciendo un "trabajo" de brujería, muchas personas tienen miedo. Esto es lo que el quiere ya que por el miedo puede dominarnos. Debemos recordar que el demonio nada puede contra los que son fieles a Dios. Nuestro Padre Celestial es Todopoderoso y nos ama. El demonio sólo puede con aquellos que no confían en Dios y por falta de fe están espiritualmente débiles o muertos. Son como pollitos que se han alejado de la protección de la gallina y se exponen al gavilán. Por eso Jesús nos dice:
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido!. Evangelio de Mateo 23:37.
Quién está amenazado por brujerías que recurra al Señor por protección y no tema. Debe poner en Dios toda su confianza y practicar su fe, no por miedo a la brujería sino por convicción: acercarse a los sacramentos, la oración personal y pedir a los hermanos que oren por él. La gracia del Señor jamás faltará a quién la busque. Jamás debemos ir a otro brujo para "defendernos". Eso sería caer en la trampa del demonio haciendo lo que él quiere: que desconfiemos de Dios para que recurramos a él. Muchas veces las personas recurren a la brujería en momentos de desesperación, cuando creen que es el último recurso que les queda. En esos momento vulnerables alguien les ofrece la brujería como una solución fácil. Como católicos jamás recurrimos a ningún medio espiritual fuera de Dios. Cuando pedimos la intercesión de los santos, por ejemplo, no buscamos una vía alterna sino que buscamos su ayuda tan solo y precisamente para mantenernos fieles al Señor como ellos lo hicieron. Hay dos familias: la de Dios y la del demonio. Cada uno recurre a los miembros de la suya. Pidamos a Dios que prefiramos morir antes de buscar algo del demonio.
Fantasías en torno a la brujería
Aunque es cierto que en la brujería hay acción diabólica, la gente ignorante y supersticiosa ha creado muchísimas fábulas y supersticiones:
Brujas que vuelan sobre una escoba, encantaciones que transforman a la víctima en un sapo... Estas fantasías no son causadas por la religión, sino al contrario, ocurren por faltar la auténtica fe.
En el trabajo "De ecclesiasticis disciplinis" atribuido a Regino de Prum (906 d. C.), en la sección 364, critica a "ciertas mujeres" que "seducidas por ilusiones y fantasmas de demonios, creen y abiertamente profesan que en plena noche ellas viajan sobre ciertas bestias junto con la diosa pagana Diana y una cantidad innumerable de mujeres, y que en estas horas de silencio vuelan sobre vastas expansiones de terreno y la obedecen como señora..." Regio se lamenta que ellas llevan a esas fantasías y por lo tanto al paganismo a mucha gente (innumera multitudo). Concluye que es "el deber de los sacerdotes enseñar a la gente que estas cosas son absolutamente falsas... implantadas por el maligno".
Falsas acusaciones y crueldades contra presuntos brujos y brujas
Lamentablemente no siempre se siguió el consejo de Regino de Prum. La brujería se convirtió en escape para culpar de cualquier cosa, hasta desastres naturales y epidemias. Pero existieron otras razones, entre ellas el poder y el interés de crear causa contra enemigos. El resultado fue la persecución y "caza de brujas" en que se enjuiciaron y condenaron a muerte injustamente a muchas personas, casi siempre las más indefensas. Quizás el caso más famoso es el de Juana de Arco quién, acusada de bruja, murió quemada. Nos sirve para elucidar los intereses de poder, venganza y maldad que daban lugar a las persecuciones de brujas.
Continua en El Ocultismo III: Símbolos Satánicos y Paganos
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