Apocalipsis: La caída de Babilonia
30. La caída de Babilonia (18:1)
(Ap. 18:1) Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. {2} Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, Ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. {3} Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. {4} Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; {5} porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. {6} Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. {7} Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; {8} por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.
Como trasfondo hay que ver los siguientes pasajes:
La Caída de Lucifer descrita en Is. 14:12
Una endecha contra el rey de Tiro (Ez. 27:1-11)
Canto de destrucción de Babilonia (Is. 13:19-22)
Canto de destrucción de Edom (Is. 34:11-15)
Cantos de destrucción de Babilonia (Jer. 50:39, ver también Jer. 51 que contiene muchos de los pensamientos de Ap. 18:3
Canto de destrucción de Nínive (Sof. 2:13-15)
v. 1 - Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. {2} Y clamó con voz potente - El ángel tiene una gran autoridad delegada por Dios, así como Satanás le dio a la bestia una gran autoridad. El ángel debe anunciar la caída de la gran ciudad que es la ciudad de la bestia. La tierra fue alumbrada con su gloria que viene de la gloria de Dios cuando el ángel estuvo en la presencia de Dios en el cielo. Así como el rostro de Moisés brilló con la gloria después de que estuvo en la presencia de Dios. El ángel es similar en su descripción al de Ez. 43:1-2 donde la tierra estaba radiante con la gloria de Dios. La gloria del ángel es apropiada a la grandeza de su anuncio y su autoridad para proclamar la palabra de Dios relacionada con la caída de Babilonia.
v. 2 - diciendo: Ha caído, Ha caído la gran Babilonia - El ángel anuncia la caída de Babilonia la Grande. Esto es una repetición del anuncio del ángel en 14:8 (ver también Is. 21:9, "Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra"). Esto nos recuerda también de la caída de un antiguo rey de Babilonia, Belsasar, en Dn. 5:26, "Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin". La repetición de "Ha caído" indica la certeza del juicio.
v. 2 - y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible - Después de su destrucción estará desierta. Esto es ampliado por el ángel en 18:21-24. Ya está habitada por espíritus inmundos que provocan a los hombres a acciones impuras (xxxx). Después que el hombre ya no está ahí, los demonios andan dando vueltas buscando descanso (Lc. 11:24). La descripción en este versículo es una clásica descripción bíblica de una ciudad desolada (Jer. 9:11, 50:39, 51:37, Is. 13:29-22, 34:8-15).
v. 3 - Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites - El ángel da las razones para su destrucción. Ella sedujo a las naciones, a los reyes y a los mercaderes para que sean infieles a Dios (ver también 17:2). Ver Jer. 51:7, "Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones." Los reyes se unen a ella en sus pecados contra Dios. También comparten su poder y su lujo (ver v. 9). Los mercaderes también se hacen ricos de su deseo de más y más lujo. Vemos esto ahora en el mundo; los ricos se vuelven más ricos y los pobres, más pobres. Lo que se condena aquí es el lujo excesivo. Los mercaderes lamentarán la pérdida de un comercio redituable (18:11, 15, 23).
v. 4 - Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas - Esto es claramente una advertencia a los santos. Hay dos significados aquí. Primero, para que salgan, en el sentido de separarse de sus pecados; segundo, de huir a fin de evitar su juicio (ver 1 Cor. 11:32, Jer. 51:6, 45). Así como Lot huyó de Sodoma antes de su destrucción (Gn. 19:12 ff. ), los israelitas huyeron de Egipto, el pueblo de Dios huyó de Babilonia (Jer. 51:45) y la iglesia primitiva huyó de Jerusalén para evitar la persecución antes de su destrucción, así al pueblo de Dios se le dice que deje Babilonia antes que venga la destrucción sobre ella. Este es un mandamiento personal de Dios. Esto tiene un eco a lo largo de las Escrituras, comenzando desde Abraham, al que se le dijo que dejara su tierra (Gn. 12:1). Estaba esperando una tierra mejor, celestial, y Dios le había preparado una ciudad para él (Heb. 11:8-16). Esto encuentra su cumplimiento con la Jerusalén celestial más adelante en Apocalipsis. Encuentra un eco en 2 Cor. 6:16 donde el pueblo de Dios es llamado fuera; es decir deben ser un pueblo santo, separado del mundo y de su pecado. Note que la palabra iglesia en el Nuevo Testamento es ekklesia, lo que significa una Asamblea de los llamados afuera por Dios. Esto debería ser leído junto con las advertencias a las iglesias de Pérgamo (Balaam idolatría, inmoralidad) y Tiatira (Jezabel, idolatría, inmoralidad) en mente. Los santos no pertenecen al mundo, pero han sido escogidos del mundo (Jn. 15:19, cf. Stg. 4:4 y 1 Jn. 2:15-17).
v. 5 - porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades - Así como el hombre trató de hacer la torre Babel para llegar hasta el cielo (Gn. 11:4), ahora sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades; no se ha olvidado (cf. Jer. 51:9). En la séptima copa Dios se acordó de Babilonia la Grande y le dio la copa llena del vino de Su ira (16:19). Note que esto está en contraste con los santos, de cuyos pecados Él no se acordará más. (Heb. 8:12, 10:17, Jer. 31:33).
v. 6 - Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble - En Ex. 22:4 un ladrón debe pagar el doble de la propiedad que fue robada (v.4, 7, 9). Babilonia debe ser pagada por sus obras, su castigo debe ser de acuerdo con sus acciones (Jer. 50:29, Sal. 137:8). En Jer. 16:18 se les paga el doble por su pecado de idolatría (cf. Is. 40:2). De la misma forma que usó la copa de oro para tentar al mundo a que se aleje de Dios, así será usada para juzgarla (cf. Ap. 17:2, 4, 18:3, Jer. 25:15, 51;7) y beberá de la copa llena del vino de la furia de su ira (16:19) que involucra la destrucción de las ciudades del mundo por un terremoto.
v. 7 - Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto - Vemos aquí que su castigo es justo. Consigue tanta tortura y aflicción como la gloria y el lujo que se dio a sí misma. "dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto" (cf. Is. 47:5-12). Ella es arrogante, pero Dios lo ve todo y la juzga como corresponde. La caída de Babilonia se describe en Is. 47. Esto es también una denuncia de la Reina del Cielo (Jer. 7:18, 44:17). Es también una advertencia a la iglesia de Laodicea que tenía la misma actitud, y decía, "Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad" (3:17). Juan está usando a la prostituta para mostrar a la iglesia, especialmente a los cómodos laodicenses, la verdadera naturaleza de la prostituta. El cristiano no debe amar al mundo ni las cosas que están en el mundo. El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Jn. 2:15-17).
v. 8 - por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga - El "por lo cual" se refiere a v. 4-7. El "un día" indica lo repentino de su juicio. Las plagas son probablemente las siete copas, especialmente la séptima pero también la quinta. Dios la juzga según sus palabras "Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto". Se sienta como una reina y le viene la muerte. No soy una viuda y le llega el luto. Vivía en el lujo y le llega el hambre. Consigue una doble porción de su propia copa (v. 6). Dios usa la bestia y los diez reyes para juzgarla. Ellos comerán sus carnes y la quemarán con fuego (17:16, Zac. 9:4, Is. 47:9). En Lev. 21:9 el castigo para la hija de un sacerdote que se vuelve prostituta es ser quemada en el fuego. Finalmente, note que no importa cuán poderosa es Babilonia, es el Señor Dios el que la juzga (como lo muestra el ángel con gran autoridad en v. 1) es más poderoso que ella.
30. 1. Lamento por Babilonia (18:9)
Esto tiene mucho en común con el lamento por Tiro en Ez. 26 y 27. Babilonia es descrita como una ciudad de poder y de gran riqueza. En una hora pierde ambos. Ver también Is. 23:1-18 para un lamento sobre Tiro. Note el triple énfasis dado por reyes, mercaderes y marineros de la hora de su caída y ruina (v. 10, 17, 19). Este es otro ejemplo del uso de tres para describir la estructura de la ciudad (cf. 11:8, 16:19, Milligan). Como la gente ha basado su vida y su esperanza en la mujer que representa la riqueza y los placeres de esta vida, cuando es destruida su esperanza desaparece y por lo tanto ellos lamentan su desaparición. Esta gente estaba enamorada del mundo y de las cosas de este mundo (ver 18:12 ff.) y por lo tanto lamentan su desaparición (1 Jn. 2:15-17). Esto está en contraste con los santos que se alegran sobre su destrucción porque el mundo la persiguió (18:20, 19:2).
Los reyes hacen lamento por su pérdida de poder y lujo. Los mercaderes y marinero hacen lamento por su pérdida de riqueza mediante el comercio con las cosas del mundo. Note que los mercaderes llevan a cabo su comercio por tierra mientras que los marineros comercian en el mar; de esta forma cubren todo el mundo. Jesús nos advierte que la vida de un hombre no consiste en la abundancia de sus posesiones (Lc. 12:15 ff.)
30. 1. 1. Los reyes de la tierra hacen lamento (18:9)
(Ap. 18:9) Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, {10} parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!
v. 9 - Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella - Los reyes compartieron su lujo que ahora es destruido. Por lo tanto, lloran y hacen lamento sobre ella (cf. Ez. 26:16, 27:35). Le humo de su fuego aparece porque es destruida con fuego (ver versículo anterior y 17:16). Juan usa una expresión similar, "humo de su tormento" para describir el tormento de aquellos que adoran a la bestia (14:11). En 19:3 los santos, los apóstoles y los profetas que habían sido perseguidos por ella gritan "¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos". Note que la bestia, el falso profeta y el dragón son arrojados al lago de fuego (20:10).
v. 10 - parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! - Los reyes hacen lamento por su pérdida de poder. Sin ella, su poder se ha ido. Están aterrados porque se ha ido su seguridad. Habían cometido adulterio con ella y por lo tanto estaban unidos a ella en su destino (xxxx, cf. aquellos que cometieron adulterio con Jezabel y que comparten su destino a menos que se arrepientan de sus caminos, 2:20-23). Los reyes de la tierra son despachados más tarde (19:19-21). Babilonia ha perdido su poder en una hora, que es el mismo tiempo que los reyes reciben autoridad como reyes, junto con la bestia (17:12). Su pena es la pena del mundo, no la pena santa que lleva al arrepentimiento (2 Cor. 7:10). Su pena está totalmente centrada en ellos mismos. Caird comenta que la hora de persecución (17:12) está equilibrada por la hora de retribución. Esto supone que los diez reyes son los mismos que los reyes de la tierra. Debe tenerse en mente también que los diez reyes ayudan a destruir a la prostituta, así que es improbable que sean el mismo grupo. Considere el lamento sobre la destrucción de Egipto (Ez. 32:10, "y dejaré atónitos por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída".
30.1.2. Los mercaderes hacen lamento (18:11)
(Ap. 18:11) Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más mercaderías; {12} mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; {13} y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. {14} Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. {15} Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, {16} y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! {17} Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas.
v. 11-13 - Hay siete categorías de bienes, la mayoría artículos de lujo:
Tesoros | Oro, plata, piedras preciosas y perlas |
Telas finas | Lino fino, púrpura, seda y tela escarlata |
Materiales de construcción de lujo | Todo tipo de madera olorosa, artículos de todo tipo de marfil, madera costosa, bronce, hierro y mármol |
Especias, etc. | Cargas de canela, especias, incienso, mirra y olíbano |
Alimentos | De vino, aceite de oliva, harina fina y trigo |
Ganado | Bestias, ovejas, caballos y carros |
Esclavos | Y almas de hombres |
v. 11 - Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más mercaderías - los mercaderes hacen lamentación no sobre Babilonia sino porque han perdido su comercio. Sigue una lista de siete partes de las mercancías que comerciaban los mercaderes.
v. 12 - mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol - La mujer estaba decorada con muchas de estas cosas. Estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba resplandeciente con oro, piedras preciosas y perlas
(17:4). Compare con su descripción dada por los mercaderes en 18:16, "¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!" Comerciaban en perlas pero se perdieron la perla de gran precio que les hubiera dado entrada a la Nueva Jerusalén (Mt. 13:45, Ap. 21:21).
v. 13 - y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres - El vino y el aceite no fueron dañados por el tercer sello (6:6); el trigo escaseaba y la cebada no era comerciado por los mercaderes porque es una comida de pobres, no es un lujo.
v. 14 - Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás - "Los frutos codiciados" es probable que sean aquellas cosas listadas en los versículos anteriores. Ellos toman nota de lo final de su destrucción.
v. 15 - Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando - Ellos harán lamentación porque han perdido la fuente de su riqueza (18:3). Su tormento es ser quemada en el fuego (17:16, 18:8, 9). Se paran lejos de ella, a una distancia prudencial de su quema, como hicieron los reyes. Ellos podrían ser los próximos en unirse a ella en su castigo, ya que se hicieron ricos de sus lujos.
v. 16 - y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! - Su riqueza, descrita en el versículo anterior, se ha arruinado en poco tiempo, una hora (cf. 18:10, los reyes lamentan; 18:19, los marineros lamentan). La hora corresponde al período de autoridad de los diez reyes, junto con la bestia (17:12) que la llevan a su ruina (17:16).
30.1.3. Los hombres de mar hacen lamentación (18:17)
(Ap. 18:17) Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; {18} y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? {19} Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! {20} Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.
v. 17 - Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos - Los hombres de mar se mencionan acá porque complementan a los que comercian en tierra, los mercaderes. Así, en conjunto, comercian en tierra y en mar, que es el reino del diablo ("¡Ay de los moradores de la tierra y el mar!, porque el diablo ha descendido a vosotros...", 12:12). Ellos hacen lamentación, como los mercaderes, porque han perdido su fuente de riqueza (Ez. 27:25). Ellos también, como los reyes y los mercaderes, se paran lejos, aterrorizados por su tormento.
v. 18 - y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad - Los reyes de la tierra también vieron el humo de su incendio (18:9). Ver también el lamento sobre Tiro en Ez. 27:32.
v. 19 - Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! - Tomado del lamento sobre Tiro en Ez. 27:30. Ellos lloran y hacen lamentación por su pérdida de riqueza más que por sus pecados.
v. 20 - Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella - Compare con Jer. 51:48, "Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia, porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová". En contraste con el lamento de los reyes, los mercaderes y los hombres de mar, el pueblo de Dios en el cielo es llamado a alegrarse sobre ella por que Dios la ha juzgado por la forma en que trató a los santos mientras estaban en la tierra. Esto es sólo una orden inicial para que los que están en el cielo se regocijen sobre su destrucción. Sigue una descripción de su destrucción. Después de esto, en 19:1, el cielo estalla en una gran voz, gritando la alabanza a Dios porque ha condenado a la gran prostituta y ha vengado la sangre de Sus siervos. Hay un regocijo similar en el cielo cuando Satanás es expulsado (12:12). Son los del cielo los que han sido perseguidos por la gran ciudad. Su sangre ha sido vengada, así que ahora deben regocijarse. Ella ha muerto a los santos (17:6) y a los profetas (18:24). Dios finalmente ha reivindicado a Sus siervos, los mártires, cuando clamaron por justicia y para que su sangre sea vengada (6:9, 19:2).
Esta es la única vez que los apóstoles de Dios se mencionan en este libro. Se los incluye porque ellos han sido perseguidos también, junto con los santos y los profetas (Lc. 11:49, Ap. 18:24). Los profetas se mencionan más que los apóstoles porque hay una tradición más fuerte de profetas siendo perseguidos (Mt. 5:12). Tanto apóstol como profeta es un ministerio de la iglesia (1 Cor. 12:28). Dios la ha tratado de la misma forma que ella ha tratado a Su pueblo. Este principio se ve también en 18:6, "Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras". Es el principio de sembrar y segar (Gal. 6:7).
30. 2. Destrucción final (18:21)
(Ap. 18:21) Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. {22} Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. {23} Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. {24} Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.
Note las seis frases que indican la completa destrucción de Babilonia (Hendriksen):
Babilonia... nunca más será hallada
[la música] ... no se oirá más en ti
ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti
ni ruido de molino se oirá más en ti
luz de lámpara no alumbrará más en ti
ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti
v. 21 - Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada - Esto está basado en el rollo sobre el que Jeremías había escrito todos los desastres que vendrían sobre Babilonia. El principal camarero, Seraías, debía leerlo y atarlo a una piedra y arrojarlo al río Éufrates y debía decir, "Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y será rendidos" (Jer. 51:60-64). Esto es seguido por la declaración en seis partes de lo que no se encontrará más en ella (Ez. 26:21). Esto nos debería recordar también de lo que dijo Jesús, "cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar" (Mt. 18:6). El verdadero crimen de la prostituta es que tienta al pueblo de Dios a pecar.
v. 22 - Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti - Compare esto con las palabras del Señor a Tiro en Ez. 26:13 y a los habitantes de la tierra en Is. 24:8. Contraste la falta de música con los redimidos (14:2) que tocan sus arpas
v. 23-24 - Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. {24} Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra - "Luz de lámpara no alumbrará más en ti" está en contraste con la Nueva Jerusalén donde la gloria de Dios da luz y el Cordero es su lámpara (21:23). En la Nueva Jerusalén, el Cordero es el novio y la iglesia su novia y las voces serán muy evidentes (ver 19:6). Sus mercaderes eran los grandes hombres del mundo (Is. 23:8) que hicieron lamento por ella en 18:11-17.
Compare esto con las palabras de Jeremías al pueblo de Judá cuanto estaban por ir a la cautividad porque no obedecieron al Señor ni escucharon a Sus profetas (Jer. 25:10, "y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara"). Contraste esto con la bienaventuranza de las bodas del Cordero (19:9). Esto nos recuerda también de dos juicios anteriores: en los días de Noé la gente estaba comiendo, bebiendo y casándose, y el diluvio los destruyó a todos; en los días de Lot la gente estaba comiendo y bebiendo, comprando y vendiendo, plantando y edificando (note que no se menciona el casamiento) pero luego fueron destruidos por fuego y azufre del cielo. Entonces Jesús nos recuerda que será igual que esto cuando Él venga de nuevo (Lc. 17:26-30). Un ejemplo contemporáneo sería Pompeya, en 70 d.C. (Sweet). Las razones que se dan para el juicio son:
Por su hechizo mágico todas las naciones se descarriaron (cf. Nahum 3:4). En ella se encontró la sangre de los profetas y de los santos, todos los cuales habían sido muertos en la tierra (cf. las almas debajo del altar, 6:9, y en 19:2 donde es vengada en ella la sangre de Sus siervos (Jer. 51:49).
Nínive era conocida por derramar sangre, por hechicería y brujería (Nahum 3:4, "a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos". El v. 24 es similar en su pensamiento a Jer. 51:49, "por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra".
Nínive y Jerusalén (Mt. 23:37) son tipos de Babilonia descritos acá por Juan. En ella se encontró la sangre de los profetas y de los santos. En 17:6 vimos que la mujer estaba ebria con la sangre de los santos. Ella persiguió a los santos y consiguió su retribución justa. No es sólo una perseguidora sino que es responsable por la sangre de todos los que han sido muertos en la tierra. Así que es mucho más que la iglesia apóstata; ella representa el deseo de poder y riqueza que hace que las naciones vayan a la guerra por estos motivos. Ella reina sobre los reyes de la tierra y es, por lo tanto, en su ambición, responsable de todas las guerras.
Continua en El Apocalipsis XIX: Aleluya