Sana Doctrina

Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, Judas 1:3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

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martes, 27 de mayo de 2014

Los Diez Mandamientos III


4) Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 

Este es un mandamiento para apartar el shabat o sábado (el último día de la semana judía) como un día de reposo dedicado al Señor.

Exodo 20.9-11
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. 

La palabra shabbat proviene de la palabra hebrea que significa reposo. 

Antes de La Resurrección de Jesucristo, el día de reposo conmemoraba el día en que Dios "descansó" después de haber terminado su obra creadora.
Era una señal del convenio entre Dios y Su pueblo.
En el libro de Génesis leemos que Dios creó los cielos y la tierra en seis períodos a los cuales llamó días: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que había hecho, y reposó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó” (Génesis 2:2–3). 

Ahora el día de reposo también conmemora la resurrección de Jesucristo.
El día de reposo es cada séptimo día y es un día santo en el cual Dios nos ha mandado que descansemos de nuestras labores cotidianas y lo adoremos.

La Necesidad de Mantener la Santidad del Día de Reposo

El mismo Dios que nos mandó ir a bautizar también nos mandó no dejar de reunirnos (Hebreos 10:25). 

Para identificar la manifestación de la vida de Cristo en el hombre, solo hay que observar como pasa el día de reposo.

Por medio de estas observaciones podemos evaluar su carácter, sus prioridades y su amar para Dios. También podemos predecir la fortaleza de su camino espiritual. 
Como las radios sostienen la llanta, así también las acciones y pensamientos del hombre provienen de la forma en que observa el día de reposo. "Acuérdate del día de reposo para santificarlo."

Cuando Dios le dijo a los israelitas que se acordaran del día de reposo, la palabra acuérdate indica que ellos habían observado el día de reposo en algún entonces. 

Después de 430 años en Egipto, el pueblo de Israel se había olvidado de este mandamiento. 

El día de reposo fue instituido en Génesis 2:2-3: 2 Y acabó Dios en el séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

¿Fue Adán judío o gentil? Fue gentil. Abraham, quien vivió más de 2000 años después, fue el primer judío. La institución del día de reposo no fue solamente judía entonces, pero fue creada por medio de un mandamiento divino para todo hombre. Esta institución fue creada por la sabiduría de Dios sabiendo Él que el hombre no podría servirle sin apartar un día dedicada solamente a ese ejercicio. El reposo es espiritual, emocional, y físico. Un rey francés una vez terminó la observación de este día y dentro de unos pocos días los caballos, asnos, y hombres empezaron a enfermarse del cansancio. El rey revocó inmediatamente su decreto. ¡Acuérdate del día de reposo!

También aprendemos en Génesis 2 que Dios bendijo y santificó ese día. No es posible bendecir o santificar ese día, porque Dios ya lo ha hecho. Pero por medio de nuestro trabajo, acciones, pensamientos, y actividades desagradables sí es posible manchar ese día. El día de reposo ya es santo y Dios nos ha mandado que lo mantengamos así.

¿Qué día es el día de reposo?

Afortunadamente, en la era cristiana no tenemos que preguntar cuál de los siete días de la semana es el día de reposo. Solo tenemos que decidir entre el sábado y el domingo. Es una cuestión del séptimo día versus el primer día de la semana. Es cierto que el día sábado, el séptimo día de la semana, corresponde con el día de reposo judío [Marcos 1:21; 6:2; Lucas 4:16, 31; 6:5-6] y con el séptimo día de la creación cuando Dios descansó.

Pero es posible determinar el día exacto con respecto a la creación y a Génesis 2, y creer la teología incorrecta con respecto a la iglesia del Nuevo Testamento. Es importante recordar que cuando Dios resucitó el domingo, el primer día de la semana, "las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17). El énfasis en el día de reposo de la creación fue reemplazada con un énfasis en el día de reposo del Cristo resucitado. Desde ese momento en adelante, el primer día de la semana como el día del Señor. Es por esto que el apóstol Juan dice en Apocalipsis, "Yo estaba en el espíritu en el día del Señor..." (1:10)

El día del Señor corresponde a su resurrección porque fue en ese día que Jesús se coronó Señor sobre el pecado, la muerte y las potestades de la tierra (Colosenses 2:15). Desde la caída del hombre en el Edén la creación había estado esperando la resurrección. Por eso el domingo reemplazó a el sábado como el día de reposo cristiano como podemos ver en los siguientes pasajes: "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba..." (Hechos 20:7), y "Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado..." (1 de Corintios 16:2).

La primera observación que hace el Dr. Lucas sobre los cristianos en el aniversario de su iglesia es esta: "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles..." (Hechos 2:42). Desde el primer día de existencia de la iglesia, toda doctrina debe ser vista por ojos apostólicos. El apóstol Pablo llegó a ser al arquitecto primario de la teología cristiana. Después de su conversión, fue a Arabia. Allí el Espíritu Santo reveló a Pablo progresivamente y abundantemente al cuerpo principal de la doctrina de Cristo. En sus propias palabras, "15 Pero cuando agradó a Dios ...16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles ...17 ni subí a Jerusalén..." (Gálatas 1:15-17).

Pablo quiso prevenir que la doctrina cristiana fuera manchada con tradiciones o ritos judíos. 

Parte de este esfuerzo de Pablo fueron sus reuniones regulares con los cristianos en el primer día de la semana (Hechos 20:7). Su propósito de reunirse con los judíos fue en darles conocimiento de Cristo (Hechos 13:14, 44).

Vale la pena notar que en el séptimo día, el sábado, Cristo estaba en la tumba. En el primer día ya se había resucitado. La cristiandad es una fe de los vivos en Cristo, no los muertos. No somos salvos por la muerto de Cristo, sino por su vida como lo explica Pablo en Romanos 5:10, "...fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida."

A los que se preocupan con el pasaje en Romanos 14:5-6, donde Pablo dice, "...otro juzga iguales todos los días," fíjense en esto:

1) Pablo les estaba hablando a los judíos cristianos que todavía tenían conexiones a las tradiciones judías antiguas;
2) La palabra igual que se usa aquí no se encuentra el los manuscritos griegos más viejos; y
3) la frase en verso 6, "y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace," es dudosa que sea correcta ya que tampoco se encuentra en los manuscritos viejos, en la Vulgata latina, etc.

Para resumir todo esto:

Hemos establecido que Dios – a causa de nuestra necesidad física, emocional, y espiritual – nos ha mandado que descansemos un día a la semana y usar ese día solamente para el ejercicio religioso.

Hemos establecido que es adecuado que el día de reposo sea igual para todos los cristianos para permitir la adoración colectiva. Así también dice Pablo, "...no dejando de congregarnos, como algunos tiene por costumbre" (Hebreos 10:25).

Finalmente, hemos establecido que el primer día de la semana, por dirección del Espíritu Santo, ha llegado a ser el día apropiado para la asamblea que debemos practicar regularmente hasta la segunda venida de Cristo como nos dirige Pablo, "Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra" (2 de Tesalonicenses 2:15).

¿Cómo Podemos Mantener la Santidad del Día de Reposo?

Primero que todo, mantenemos la santidad del día de reposo por no trabajar. Ni empezamos nuevo trabajo ni terminamos trabajo de la semana. El mandato dice así, "no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija..." (Éxodo 20:10). Los domingos se deben dedicar a las cosas espirituales.

"13 Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, 14 entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado" (Isaías 58:13-14).

El domingo se debe dedicar a la oración, la adoración, la meditación, la comunión cristiana, la exhortación, el estudio de la palabra de Dios, y la preparación para ser testigos de Jesús.

¿Hay Excepciones?

En Mateo 12 se encuentra una lista de excepciones al mandamiento del día de reposo. 

Habían muchos trabajos que los fariseos no consideraban como violaciones del mandamiento, pero Jesús tuvo otra opinión, "y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo" (v. 7-8).

Hermanos, guarden el mandamiento. Ayudará a tu corazón, tu familia, tu iglesia, y tu nación.


El Ciego sanado en Sábado

Evangelio de Juan 9.13-17
13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. 14 Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. 15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. 16 Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. 17 Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.

“Y volviéronle á preguntar también los Fariseos de qué manera había recibido la vista” (v. 15).
 Ésta es la segunda interrogación – la primera por los fariseos.  Primero, le preguntan al hombre lo que pasó. Cuando él se lo dice a ellos, vuelven su atención al sabatino.  Desde su perspectiva, la condición del hombre era crónica en vez de aguda.

No hubiera habido una consecuencia de vida o muerte al demorar curarle hasta el final del día sabatino. Porque es día sabatino, ni Jesús ni el hombre ciego pueden viajar, entonces todavía estarán juntos cuando el sabatino termine. Por lo tanto, los fariseos creen que Jesús ha violado la ley al hacer trabajo innecesario durante un día sabatino. Amasar (hacer barro con saliva) era una de las actividades prohibidas en la Pascua (O’Day, 653).  También lo era curar. También lo era poner barro sobre los ojos (Barclay, 52).

“¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales?” (v. 16).
El curar al hombre ciego es una señal que lleva a Cristo.  El hombre ciego comprende esto, pero los fariseos se niegan a verlo – el ciego ve, pero los fariseos permanecen ciegos a la verdad.

Sin embargo, debemos comprender que los fariseos tienen un punto.  El hecho de que Jesús ha curado a un hombre no es prueba absoluta de que el curar viene de Dios. Magos egipcios se demostraron capaces de reproducir muchas de las señales de Moisés (Éxodo 7-8). Jesús mismo avisa, “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun á los escogidos”  (Mateo 24:24).

¿Cómo podemos saber si una señal lleva a un verdadero o a un falso profeta? En el caso del hombre ciego, los fariseos hacen una simple prueba.Si el curar va contra la ley de Dios, no debe ser de Dios.
Esta regla de sentido común, sin embargo, les lleva a una conclusión falsa, porque se basan en interpretación rabínica de la ley en vez de la ley misma para determinar lo que es y no es permisible. En otras palabras, Jesús desobedeció, no la ley de Dios, sino la interpretación humana de esa ley.
Otro problema es el orgullo farisaico. Pensando que ellos ya tienen la luz, resisten la luz de Jesucristo.

Los fariseos, sin embargo, están divididos en este asunto.
Algunos dicen, “¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales?” (v. 16). Ellos siguen interrogando al hombre que fue ciego, pidiéndole su opinión, algo que nunca hubieran hecho bajo circunstancias más normales. En versículo 11, el hombre identificó a quien le curó como Jesús. Ahora que su conocimiento de Jesús se está abriendo, responde, “es un profeta.” En el versículo 38 tomará el paso final y se dirigirá a Jesús como Señor.

5) Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

Este es un mandamiento para que siempre trates a tus padres con honor y respeto.

En Éxodo 20 vienen los 10 mandamientos que Dios le dio al pueblo de Israel. 


El quinto (Éxodo 20:12) es sobre los padres.
Dios le ordenó al pueblo de Israel que HONRARA a su padre y a su madre. ¿Qué significa “honra a tu padre y a tu madre"? A continuación les presento lo que un comentarista define:

“Ese fue un mandamiento sencillo de Dios, escrito con su propia mano, y entregado por Moisés a ellos; era de naturaleza moral, y obligación eterna: y para que se entienda mejor, no se refiere solamente a esa alta estima en la que los hijos llevan a sus padres en el corazón, y al lenguaje respetuoso, gestos adecuados que se usan hacia ellos, así como la alegre obediencia que se les rendirá; sino también se refiere al honrarlos con su substancia, alimentándolos, vistiéndolos y supliéndoles con lo necesario para la vida, cuando estén en necesidad; lo cual es por todo el servicio, por todo el cuidado, gasto y problemas que se les han presentado, así como el haberlos criado en este mundo” (John Gill's Exposition of the Entire Bible, Dr. John Gill 1690-1771)

El honrar a los padres involucra alta estima, reverencia y ayuda. Significa el estar ahí al pendiente de ellos, cuidarlos. 
En comparación con los otros mandamientos, donde no se adjunta directamente alguna promesa específica, Dios, al dar este mandamiento también agregó una promesa determinada. 
Dijo: “honra a tu padre y a tu madre , para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Pero no terminó ahí. En Deuteronomio 5:16 viene el mismo mandamiento pero con una promesa adicional adjunta:  

“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.” 

Pablo repite el mismo mandamiento en:

Efesios 6:2-3
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.


Pablo dice que ese “es el primer mandamiento con promesa”. 

El primer mandamiento que Dios dio y el cual contenía una promesa era ¡el mandamiento de honrar a los padres! Y en verdad ¡qué promesa! ¡Se prolongarán tus días y te irá bien! ¿Te gustaría vivir mucho tiempo en la tierra? ¿Quieres que te vaya bien? Bueno, aquí hay algo para ti: honra a tus padres y eso es lo que sucederá.

Como en el caso de otros mandamientos, así también en este, Dios dice lo que pasaría si alguien no lo guarda. Jesús resumió ambos, el mandamiento y lo que pasaría si no se guardase, en Marcos 7:

Marcos 7:10
Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.


El verbo “maldecir” es el verbo en griego “kakologeo” que significa “hablar maldad”
Cualquiera que hable maldad en contra de su padre o su madre iba a morir.

Para ver un ejemplo de no honrar a los padres, continuemos en el pasaje anterior de Marcos:

Marcos 7:11-13 
11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, 12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.

La palabra “Corbán” es una palabra en hebreo que significa “regalo ofrecido a Dios”

Esta palabra, por ejemplo, se usa en Levítico 1:2, que dice:

“Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda a Jehová, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda.”

La palabra ofrenda aquí es la palabra Corbán que el Señor usó hablando a aquellos judíos que no honraron a sus padres. 
Básicamente lo que esos judíos decían a sus padres era “cualquier cosa con la que te puedas beneficiar de mi: mi propiedad, mi ingreso, es Corbán, esto es, dedicado a Dios y no te lo puedo dar”. Este era un juramento que acostumbraban hacer para no ayudar a los padres. Hacían juramentos dedicando todo a Dios, y por lo tanto podían alegar que no tenían nada para ayudar y de ese modo no tenían obligación para tal apoyo hacia sus padres. Como Barnes explica:

“Si una vez habiendo dedicado su propiedad declaró que era “Corbán”, o un regalo para Dios - no era correcto, ni siquiera utilizar dicho bien, para apoyar a algún padre. 
Si algún padre estaba en necesidad o pobreza, y tenía que pedirle al hijo ayuda, y el hijo respondía, incluso molesto, “está dedicado a Dios; esta propiedad que necesitas y la cual te puede ayudar a beneficiarte de mi, es “Corbán” - se la he dado a Dios -” los judíos decían que la propiedad no se podía reclamar, y el hijo no estaba obligado a ayudar al padre con ella. El hijo ya había hecho algo más importante habiéndosela dado a Dios. El hijo estaba libre. No se le podía pedir que hiciera nada por su padre después de eso. Y de ese modo, podría, en algún momento, librarse a sí mismo de la obligación de obedecer a su padre o a su madre (Albert Barnes´ Notes on the Bible, Albert Barnes (1798-1870))

Pero el Señor Jesucristo condenó el uso de la excusa de “Corbán” - ofrenda a Dios- para evitar ayudar a los padres.


Marcos 7:9-12
9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 
10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. 11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, 12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 

Es un mandamiento de Dios el honrar a nuestros padres con todo lo que ese honor pueda incluir. 
El mandamiento de honrar a nuestros padres es el primer mandamiento con promesa y en verdad qué promesa: ¡Vivir mucho en la tierra y que te vaya bien! ¡La mayoría de la gente no querría nada mas que esto! Bueno, esa es la promesa. ¡No es incondicional! Es condicional y será otorgada a aquellos que honren a sus padres. Este mandamiento era tan importante que el que hablara algo malo sobre sus padres iba a morir. Si, hoy vivimos bajo la era de la gracia pero el mandamiento del Señor y Su promesa están ahí. Y el reto está ahí para nosotros también:

Efesios 6:2-3
2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.


6) No Matarás.

Este es un mandamiento contra el asesinato premeditado de otro ser humano.


La vida humana es SAGRADA, porque desde su comienzo, es Dios quien la crea.

- Solo Dios es Señor y DUEÑO de la vida, desde que empieza hasta que termina; nadie, en ninguna circunstancia, tiene derecho a matar a una persona.
- Hay que ver la vida como un regalo de Dios y saber que solo El y nadie más decide cuando empieza y cuando termina.

El Homicidio Voluntario

Cometer un homicidio voluntario, significa matar a una persona, queriendo. Esto es pecado mortal y gravísimo porque recuerda que el único dueño de la vida del hombre es Dios.

No solo es culpable el que mata sino también los que lo planean, cooperan o le ayudan. El matar a esposo/a , hijo, hermano, padre o madre, son crímenes especialmente graves porque estas personas son nuestra familia, como en el caso de Cain y Abel:

Génesis 4:8 
Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. 

El quinto mandamiento también prohíbe:

-Hacer algo con la intención de provocar indirectamente la muerte de una persona. Por ejemplo, los traficantes (de droga, armas, órganos), que con lo que venden provocan la muerte de sus hermanos los hombres, cometen indirectamente un homicidio. 

-Exponer a alguien a algo que tenga riesgo mortal. Por ejemplo, una persona que maneja borracho pone en peligro la vida de los que le acompañan y de los de afuera. 
-El negarle la ayuda a una persona que está en peligro. Por ejemplo, si una persona pasa de largo y no ayuda a los que tuvieron un accidente.

La Legitima Defensa

Uno tiene la obligación de defender la propia vida. El que por defender su vida mata a otro que lo quería matar, no es culpable de homicidio, mientras su intención al hacerlo sea conservar su propia vida y no matar al agresor.

El Aborto

La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta, desde el momento de la concepción. El bebé empieza a existir y tiene vida desde el mismo momento en que se unen las células del hombre y de la mujer. El aborto es el PEOR DE LOS CRÍMENES: 

Es matar al propio hijo, inocente y que no se puede defender. Es algo abominable.

El derecho que tiene un nuevo ser a vivir, no depende de lo que opinen, o de lo que les convenga a sus padres, al doctor o al gobierno, depende únicamente de Dios que lo ha creado. Ningún país o estado tiene derecho a legalizar el aborto.

Aún cuando se trate de una violación, no puede matarse al niño inocente. Tenerlo y darlo en adopción puede ser una opción. Cuando a través del análisis del feto se vea que hay una malformación o enfermedad, se podrá hacer todo lo médicamente posible por curarlo o mejorar sus condiciones, pero nunca sentenciar a muerte o abortar al bebe porque viene mal. El que coopera para que una mujer haga un aborto, comete también pecado mortal. Cometen pecado grave los doctores que se dedican a hacer experimentos con embriones (bebes recién concebidos), según ellos para que la ciencia avance, porque están jugando con vidas humanas.

La Eutanasia

Significa poner fin a la vida de una persona porque está disminuida, enferma o moribunda.

Algunas personas creen que es correcto matar con medicamentos (o de otra forma) a una persona porque está sufriendo mucho, porque tiene muchos dolores, porque no tiene remedio y no tarda en morirse. Esto, aunque se haga de buena fe, es un crimen porque recuerda que solo Dios decide cuando y como una persona deja de existir.

El Suicidio

Aunque una persona se sienta desdichada, que no vale, que no sirve, que no quiere vivir, no puede quitarse la vida, porque su vida no es suya sino de Dios. Quien lo hace comete pecado mortal. A veces si una persona tiene problemas psicológicos graves (que está loco), angustia, miedo, esto puede hacer que no sea tan responsable de lo que hizo. No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte, pues Dios puede haberles facilitado, por caminos que solo El conoce, la ocasión de arrepentirse.

Respetar la Dignidad de la Persona

El quinto mandamiento también nos enseña que debemos RESPETAR EL ALMA, LA SALUD, EL CUERPO y LA FAMA de los otros.

El Respeto del Alma

El Escandalo, es hacer algo que lleve a otra persona a hacer el mal, a que peque y ensucie su alma. Por ejemplo: si una persona induce a otro a que robe algo, aunque no sea él el que robe, peca de escándalo.

El Respeto a la Salud

Dios manda que cuides la salud física de ti mismo y de otros. Debes evitar toda clase de excesos: el abuso de la comida, el alcohol, el tabaco y de las medicinas. El uso y tráfico de drogas es pecado mortal. Quienes por estar borrachos o por manejar demasiado rápido, ponen en peligro la seguridad de si mismos y de los demás, se hacen gravemente culpables.

El Respeto al Cuerpo

Son pecados muy graves : el secuestro, el tomar rehenes, el terrorismo, la tortura , la prostitución.
Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto y enterrarlos o incinerarlos.

El Respeto de la Fama

Cuando uno habla mal de otra persona, està matando la buena fama de esa persona ante los demás. Piénsalo bien antes de criticar.

La Colera y el Odio

El quinto mandamiento también no enseña que no debemos odiar, enojarnos o tener deseos de venganza con nuestros hermanos, ya que esto es el origen o la raíz para llegar a cometer Asesinato.

Jesús dijo: 21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. (Mateo 5:21-22).

Efesios 4:26-27 
26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.

Continua en Los Diez Mandamientos IV
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sábado, 17 de mayo de 2014

Los Diez Mandamientos II


3) No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; 

Este mandamiento prohíbe tomar el nombre del Señor en vano.
No debemos tratar el nombre de Dios a la ligera.
Debemos mostrar reverencia a Dios mencionándolo solo de manera honrosa y respetuosa.
Dios nos ordena que debemos usar Su nombre de forma apropiada.

Tomar el nombre del Señor en vano es usarlo de una forma irreverente.
La frase “el nombre de Jehová”, incluye palabras tales como “Dios”, “Señor”, y “Cristo”.
Estas palabras nunca deben ser usadas en ninguna exclamación, juramento, o con falta de respeto como, “¡Oh Dios mío!” “¡Te lo juro por Dios!” “¡Jesus! ¿Qué pasa?”.
Al contrario, estos nombres deben ser usados para darle toda gloria y honra a Dios.

La sociedad secular ha estado usando el nombre de Dios en vano en películas de cine, en la televisión, en la música, etc. Así, es común escuchar expresiones hechas en medios de entretenimiento por impíos, tales como, “¡Oh Dios mío!” “¡Te lo juro por Dios!” y que repercuten en la vida del cristiano al escuchar y considerar estas expresiones como livianas.
Los cristianos no deben usar frases o expresiones que usen el nombre de Dios en vano y que no muestren honor y respeto al Señor.

Entonces ¿cómo debemos hablar de Dios? Éxodo 20:7, como hablamos de Dios así adoramos a Dios.

Esto es lo que dice: «No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano».
Ojo con esas palabras:
En vano− «Porque el Señor no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano». 
Sí, enfatiza mucho esto, como una escopeta de doble cañón. No en vano, no en vano, no en vano, ¿de acuerdo? Hace mucho énfasis en esta idea principal, en no tomar el nombre de Dios en vano.
Usted dirá: «¿Qué pasa si lo hago, o si lo he hecho?». «No tendrá por inocente», al que lo hace, por lo tanto habrá consecuencias. Podría ser algo pequeño, podría ser algo grande.

En Levítico 24.11 hay un hombre que blasfema y luego es juzgado y muere.
 ¿Se imaginan eso? Se imaginan si Dios dijera en facebook «Todo el que toma mi nombre en vano morirá hoy». Descongestionaría mucho tráfico en Internet, ¿verdad? O sea, mataría selectivamente algunos de la manda. Eh, ¡pum! ¿Cierto? O sea, es cosa seria. ¿Cuántos de ustedes piensan:
«Oh, no quiero que Dios me castigue. Dios tiene nuestra atención».

Nosotros No Nombramos a Dios

Nosotros no nombramos a Dios. Dios nos da su propio nombre.
Algunos dirán: «¿Y quién piensa que es Dios? ¿Qué nombre le da usted a Dios? ¿Cuál es su espiritualidad, y su religión, y su filosofía, y su ideología? Pienso que Dios es esto, y pienso que Dios es aquello, y pienso que el nombre de Dios es esto y aquello. Y pienso que todos estamos hablando del mismo Dios, solo usamos distintos nombres».

No, para nada. Hay un solo Dios, y Él nos da su nombre, y no tenemos derecho a crear un nombre para Dios porque es un acto de liderazgo. Por ejemplo, cuando usted nació, sus padres lo nombraron porque tenían autoridad sobre usted.
Si nombramos a Dios, estamos ejerciendo autoridad sobre Dios. No tenemos derecho a ejercer autoridad sobre Dios, Él está en autoridad. No lo nombramos, Él nos revela su nombre. Él dice que es el Señor, el Soberano, que está sobre todas las cosas.

De hecho aquí, es el nombre Yahvé. Aparece casi 7.000 veces en el Antiguo Testamento.
Era un nombre tan sagrado que los judíos tenían pavor de violar el tercer mandamiento, y muchos ni siquiera decían el nombre de Dios por temor a exponerlo erróneamente y tener que soportar las consecuencias.

El Nombre de Dios le Pertenece a Él

Otra cosa que quiero que sepan es que Dios tiene derechos de Autor, tiene marca registrada y patente para su nombre.
¿Cuántos de ustedes trabajan para una compañía y el nombre de la compañía no es propiedad pública? ¿Cuántos de ustedes trabajan para una compañía y el icono y las imágenes pertenecen a la compañía?
Por eso es que si yo decidiera, por ejemplo, empezar una compañía de café, no podría decir: «Oh, me gusta el nombre Starbucks y estaba pensando en usar una sirena verde. Si pongo eso en la tasa, apuesto que aumentarían las ventas». Me encontraría en grave peligro porque no tengo derecho a usar esa marca, a usar esa marca registrada, a usar ese nombre y esa imagen patentada, porque no tengo acuerdo de licencia para usarlo, ¿verdad? Piénsenlo de esta manera.

Nos permite usarlo bajo ciertas condiciones, pero está patentado, tiene marca registrada, lo tiene marcado, le pertenece. Es su nombre, y debemos tratarlo según los requisitos que Él nos dé. ¿Entienden eso?

Dicho lo cual, Dios dice: «No tomen mi nombre en vano». ¿Qué significa en vano? Es súper importante. Significa vacío, falso, pero de una forma trivial, ligera, inconsecuente, o pequeña.
De una manera irrespetuosa, deshonrosa.

Lo opuesto− y recuerden que todo mandamiento tiene dos partes. Cuando dice: «No adulterarás», está diciendo: «Sean fieles a su cónyuge». Cuando dice: «No codiciéis los bienes de vuestro vecino», al otro lado está: «Celebren la gracia de Dios y las vidas de otras personas sin volverse celosos».

Aquí cuando dice: «No tomen el nombre de Dios en vano», al otro lado está lo que Jesús enseñó en Mateo 6:9, cuando nos enseña a orar. ¿Recuerdan la frase? Padre nuestro que estás en el cielo− ¿y qué más dice? Santificado sea tu nombre. Santo, respetado, reverenciado, honrado sea tu nombre. Lo contrario de santificar el nombre de Dios es tomar el nombre de Dios en vano. Jesús nos enseña a guardar el tercer mandamiento honrando y santificando el nombre de Dios.

Cuatro maneras Prácticas en las que tomamos El Nombre de Dios en Vano

Si esto es tan serio que Dios tiene, dependiendo de cómo lo veamos, 613 o 614 leyes en los primeros 5 libros del Antiguo Testamento, y después los reduce a 10 en los Diez Mandamientos, y pone a este, el número tres, en orden, es algo muy importante.

Y si nos advierte diciéndonos que si lo desobedecemos habrá consecuencias, debemos ponderar y considerar esto con oración, y examinar cuidadosamente nuestras vidas y nuestras palabras, y preguntarnos: «¿Estoy violando el tercer mandamiento?». Por eso quisiera darles tres maneras prácticas en las que tomamos el nombre de Dios en vano.

-Promesas falsas

Así que vamos a ver al Señor Jesús, el Maestro, el Rabino, y dejar que Él nos dé un mayor entendimiento del tercer mandamiento, en Mateo 5:33-35.

«33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: "No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos."». 
Aquí entra en la idea principal del tercer mandamiento. «sino que cumplirás tus juramentos al Señor"34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera;ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey».

Lo que pasaba era que cuando alguien quería hacer un juramento− y piénselo así: un juramento presupone un voto o una promesa−. Por lo tanto, si usted es un creyente y da su palabra, es una forma de juramento. Yo prometo.
O un juramento, por ejemplo, es cuando digamos que un esposo y su esposa se paran en la iglesia, en presencia de Dios y unos testigos, y cuando se hacen los votos no piensan, «Espero que todo salga bien; en el mejor de los casos, quizás haga tal cosa», ¿verdad? No, es una promesa. Es un juramento. Es un voto. Es un voto, y no debemos hacerlos a la ligera o caprichosamente. Cuando hacemos eso, somos culpables de desobedecer el tercer mandamiento e incurrir en una falsa promesa, dando nuestra palabra por algo que no tenemos ninguna intención de llevar a cabo o de cumplir.

Usando lo espiritual para demostrar la fiabilidad

Solo queremos que la gente piense que hablamos en serio, que piense que estamos comprometidos, por eso incluimos el lenguaje espiritual y el lenguaje de Dios para que parezca muy fiable.

En los días de Jesús temían decir: Yo prometo, yo juro, yo voto, y alzaban la mano en la presencia de Dios Todopoderoso, para decir: «No estoy seguro si quiero ir hasta ese extremo. No estoy seguro si voy a poder cumplir esto. Quizás no pueda. Quizás pueda, quizás no», o «En ninguna manera lo haré», o «Esto no me gusta mucho», o «No estoy plenamente comprometido con esto», o, «Quería mantener abiertas mis opciones para por si quiero cambiar de parecer».

En vez de hacer votos, promesas y juramentos a Dios, escogían algo espiritual como para restarle compromiso. Decían: «Prometo por el cielo», o «por el trono de Dios», o «por la tierra que Él hizo», o «por la ciudad de Jerusalén. Sobre estas cosas espirituales yo prometo».

Y nosotros hacemos lo mismo. Lo hacemos.
Por ejemplo, muchas veces vamos a los tribunales. A veces nos piden poner la mano sobre la Biblia. Digamos que usted es un funcionario electo, usted gana, asume su cargo, ¿y qué hace? Pone la mano sobre la Biblia.
Juro defender y hacer lo correcto. ¿En serio? O sea, verdaderamente piensa que todo político que pone la mano sobre la Biblia está diciendo: «Oh, sí, voy a leer este Libro todos los días y asegurarme de hacer lo que dice». Se ríen. Gracias por poner atención. O sea, en serio, ni siquiera pensamos eso. Pensamos: «Es pura pompa religiosa. Es una fanfarronada». Saben, porque no pueden llegar y decirle a un político: «Oiga, oiga, oiga. Estuve leyendo la Biblia y su política no encaja. No concuerda.
¿Acaso no ha leído Gálatas? ¡Vamos!». Le dirán: «Vamos, no lo estamos tomando tan en serio. Fue como un amuleto. Fue una cosita religiosa que hicimos, como una pequeña ceremonia. Mencionamos a Dios un poco para que todos durmieran mejor esa noche. En realidad no quisimos que se lo tomaran tan en serio».

¿Qué tal esta? Juro por un montón de Biblias−Oh, han escuchado esa. Juro por un montón de Biblias, no por una, tráiganme un montón, un gran montón de Biblias hasta acá. Juraré por todas ellas. Traigan todas las traducciones. Juraré por todas ellas». A veces sabemos que la persona está mintiendo aunque dicen cosas religiosas y espirituales esperando que les creamos.

Aquí va una versión más pueril. Lo juro por la cruz de Jesús, y me persigno el corazón. Lo juro por mi vida. Es demasiado− ¿verdad? Por tu vida, ¿en serio? ¿Estás seguro? ¿Estás bromeando? No, es solo un decir. Pero es nuestra manera de decir la clase de cosas que Jesús reprende en Mateo 5. Él dice: «No hagan eso».

Santiago, el hermano de Jesús, lo dice así: « sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no”». Santiago 5:12. Y no empiecen a usar un lenguaje religioso como: «Tráiganme un montón de Biblias y agua bendita, y véanme hacer la señal de la cruz. Y voy a cruzar los dedos porque si no lo hago, no es verdad». O sea, ya dejen todo eso. ¿Cuántos de ustedes hacían eso de niños? Lo prometo. ¿Han prometido con el meñique? «Prometo con dos meñiques». Lo que sea, está bien: sí o no. Y si dicen que sí, háganlo. Y si no van a hacerlo, diga que no.

-Profecías falsas

Segundo, las falsas profecías, Jeremías 14:14 es la segunda forma en que violamos el tercer mandamiento. «Entonces el Señor me dijo»−o sea, Dios está hablando aquí−. Los profetas profetizaban mentiras, y el problema era es que lo hacían «En mi nombre». Invocaban el nombre del Señor.
En el Antiguo Testamento, los profetas decían: «Así dice el Señor», o «En el nombre del Señor». Gerard Von Rad, un erudito del Antiguo Testamento, dice que según sus estimaciones, en el Antiguo Testamento más de 200 veces los profetas dicen: «Así dice el Señor», o «En el nombre del Señor». Y lo que estaban diciendo era: «Mis palabras son palabra de Dios», y venían sin autoridad.

Y Dios dice: «De hecho, hay una cantidad de tipos que andan por ahí escribiendo libros, dando conferencias, llenando iglesias, y vendiendo productos, y están diciendo cosas que yo nunca les dije que dijeran. Están inventándose cosas». ¿Esto sigue pasando? En todo momento, ¿no es cierto?

Así que compruébenlo todo con la Palabra de Dios, incluyendo lo que yo les digo. ¿Saben qué? Queremos ser una iglesia basada en la Biblia. Queremos escuchar la Palabra de Dios, no solo las opiniones de hombres y mujeres. Jeremias 14:14 «Falsamente profetizan los profetas en mi nombre». Ese es el problema. Confunde a la gente. «no los envié, ni les mandé».
Estos tipos son unos pícaros, hacen las cosas por su cuenta. «ni les hablé; visión mentirosa».
¿Por qué? Porque a menudo es rentable. «adivinación, vanidad» −o sea, son súper espirituales, oh, sueños y visiones, una nueva espiritualidad, publicaron un nuevo libro, averiguaron cómo sincretizar varias religiones para lograr una nueva experiencia, y toda esa basura− «y engaño de su corazón os profetizan.». Dios no es muy amigo del pluralismo religioso.

 ¿Les chocó eso un poco cuando lo leí? O sea, algunas cosas están mal. Por eso 1 Juan nos dice: «no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus», porque Satanás envía demonios que pueden dar a las personas mucho poder espiritual, y grandes experiencias espirituales, y todo para engañar a la gente.

Así que, amigos, esto incluye las falsas enseñanzas y la falsa doctrina. Cuando Pablo trata este tema en 2 Corintios 11, dice a los corintios, una iglesia joven, crédula, urbana, en la onda, les dice: «Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo». Los mormones tienen un Jesús, pero Él no es el Dios eterno, la segunda Persona de la Trinidad. Es un ser creado, es un hombre que se volvió Dios.

Los testigos de Jehová hablan de Jesús, pero para ellos él es arcángel Miguel, no Dios el Creador, el Gobernante Soberano de todas las cosas.

Los musulmanes hablan de Jesús, pero no lo consideran Dios, que resucitó de la muerte, o que haya muerto en la cruz por nuestros pecados. Lo consideran un profeta, pero ni siquiera el mejor profeta porque no es tan bueno como el supuesto profeta de ellos, el profeta Mahoma. Muchas religiones, muchas filosofías, muchas ideologías toman el nombre de Jesús y vierten en ese nombre a alguien que no es Él.
Todo eso cabe bajo la rúbrica de la falsa profecía, e incluye la profecía falsa predictiva, la anticipación al futuro. ¿Cuántos de ustedes han oído a alguien predecir el fin del mundo? ¿Han escuchado eso? Me vuelve loco. Jesús dice que nadie sabe el día ni la hora de su venida, pero siempre hay algún tipo que dice: «Yo sí sé, yo sí sé. No, usted no entiende. Si Jesús no lo sabe, usted tampoco sabe.
De acuerdo, o sea, tengan cuidado, porque cuando decimos: «Así dice el Señor», lo que estamos haciendo es tratar de aumentar nuestra propia credibilidad, y al hacerlo, disminuimos la credibilidad de Dios. Porque si no se hace realidad, o si no resulta ser lo correcto, otros dirán: «No sé. Él dijo que Dios le dijo, y parece que Dios calculó mal y que Dios no sabe lo que está haciendo», y Dios no sabe de qué está hablando. «Todos esos cristianos están locos».
Y podría aumentar nuestra autoridad y disminuir la autoridad de Dios. Estamos haciendo retiros de la cuenta de Dios, lo cual no tenemos derecho a hacer.

El Señor me dijo

«Sé lo que dice la Biblia, pero como no me gusta lo que dice la Biblia y quiero hacer algo que la Biblia prohíbe, esto es lo que voy a hacer: Voy a decir que el Señor me dijo tal cosa, y así sobrepaso la Biblia y usted no me puede decir que no porque ¿quién es usted para discrepar con el Señor?». Esto solapado y engañoso, ¿verdad?
¿Qué tal esta? El Señor me dijo que le dijera. Esa me encanta. ¿En serio? Él no me llamó a mí.
No sé, yo estaba en la otra línea. Me perdí esa. ¿Por qué no puede llamarme? «El Señor me dijo que te dijera». ¿En serio? Pues el Señor me dijo que callaras lo que ibas a decirme. «No sé que hacer ahora, tenemos un verdadero enigma, ¿verdad?».

Pero suena muy− «Oh, el Señor te dijo que me dijeras». Y algunas personas son muy sensibles de conciencia, tienen buenas intenciones. Y dicen: «Si el Señor tiene palabra para mí, dame la palabra del Señor».
Damas solteras, Cuidado con este tipo. «El Señor me dijo que te dijera que debes ser mi esposa». ¿Alguna de ustedes ha conocido a un tipo así? Díganle esto: «eres un falso profeta. ¿Y sabes cómo lo sé? Porque no voy a salir contigo, y mucho menos casarme contigo». ¿Verdad?

Pero miren, esto es abuso espiritual. Es decir: «El Señor me dijo que te dijera». La Biblia también dice: «Honra a tu padre y a tu madre, escucha a los líderes de la iglesia, busca la sana sabiduría, compruébalo todo por las Escrituras». Usted no puede andar por ahí diciendo: «Oye, Dios me dijo, ondeando bandera, por lo tanto debes hacer lo que digo porque Dios me dijo», No.

¿Cuántos de ustedes se sienten muy frustrados cuando nunca le dijeron nada a nadie y alguien sale y dice: «Él dijo tal cosa», y usted piensa: «Yo nunca dije eso». O usted dijo algo, y lo tuercen y suena exactamente contrario a lo que usted dijo, y usted dice: «Eso no fue lo que dije». ¿Se siente frustrado cuando la gente le hace eso? Dios también. Dios dice: «No vayan a decirles a mis hijos que hagan cosas diciendo que yo les di palabra a ustedes para ellos. Yo no dije eso». Es una profecía falsa.

-Pretensiones falsas

La tercera manera es con falsas pretensiones. Jesús lo dice así en Mateo 7:21-23: «No todo el que me dice: “Señor, Señor”». Por lo tanto, escuchen esto. Bien, todavía estamos hablando del tercer mandamiento, «No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano». Aquí están invocando el nombre del Señor, diciendo: «Señor, Señor». Están invocando el nombre del Señor. «21 Entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día» − en el Día del Juicio, el día más importante, el último día, el postrer día−, «Muchos me dirán en aquel día: «"Señor, Señor», están invocando el nombre del Señor. «¿No profetizamos en tu nombre…?». Salieron y dijeron: «Así dice el Señor», y la Biblia dice que Dios declara. «Y en tu nombre echamos fuera demonios». Teníamos un poco de poder sobrenatural. Hicimos unas cosas maravillosas. Invocamos tu nombre. «¿…Y en tu nombre hicimos muchos milagros?».

Estas personas se ponen de pie y dicen: «Nuestra vida entera fue en tu nombre. Todo lo que hicimos fue en tu nombre. Todo nuestro ministerio, todo lo que logramos, todo fue en tu nombre», pero no fue para su nombre. Fue en su nombre, pero no fue para su nombre. Estaban usando el nombre de Dios para beneficiarse ellos mismos. «Y entonces les declararé:  “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”».

Por tanto, son nuestras palabras: «Señor, Señor», y nuestras obras; y las falsas pretensiones son cuando nuestras palabras y nuestras obras son incongruentes. No me refiero a un creyente que lucha por vivir una vida consistente por la gracia Dios. Estamos hablando de alguien que dice: «Señor, Señor, Señor», y sus obras traicionan sus palabras. Sus obras traicionan sus palabras. Son pretensiones falsas. Las falsas pretensiones son ocasiones en las que fingimos. Fingimos pertenecer al pueblo de Dios pero no pertenecemos al pueblo de Dios, porque nos convendría serlo. Es asociarse con Dios y con su pueblo para beneficiarnos de algo a lo cual no tenemos derecho, porque lo que queremos son todos los beneficios y ninguno de los compromisos.

Si va a presentarse como un seguidor de Jesús, necesita realizar sus negocios de una manera que honra a Jesús. No puede robarle a la gente, estafarlos, no puede cobrarles de más. No puede aprovecharse de la gente incumpliendo lo acordado. Y ciertamente no puede acudir a Corintios y decir: «Oye, hermano, sabes, la Biblia dice que no podemos demandarnos unos a otros». Y esto sucede «En el nombre del Señor», pero no es para el nombre del Señor. Alguien que consigue beneficios ondeando la bandera de Jesús sin ninguna de las obligaciones que conlleva.

-Clichés falsos

La cuarta manera en que tomamos su Nombre en vano, son los falsos clichés. Levítico 19:12: «Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.»

Capten los ecos y las entonaciones del tercer mandamiento. «Yo soy el Señor. Cuidado con lo que dicen. No hagan juramentos a menos que vaya a obedecerlos».

Y la idea principal que quisiera desglosar está en una palabra: Profanar, profanar. ¿Qué significa? Y repito, algunos dicen: «Lista de palabras buenas, lista de palabras malas», profano y no profano, palabras buenas para lo bueno, palabras malas para lo malo. No estamos a favor del vocabulario sucio, estamos diciendo que debemos entender lo que esto significa. Y lo que significa es esto, el Dios de la Biblia es un Dios de gloria. Es un Dios glorioso. Eso quiere decir que tiene mucho peso, Él es preeminente, es significativo. Y lo profanamos cuando lo tratamos con ligereza, sin relevancia, descartándolo, burlándonos, restándole importancia, mofándonos de Él. Al Dios que deberíamos tener en mucho, lo tenemos en poco. Hacemos que el Dios glorioso sea ignominioso.

Volviendo otra vez a mi definición original, es usar el nombre de Dios de una manera que proyecta y representa a Dios como algo vacío, banal, e insignificante; o que representa a Dios en forma intrascendente. Como si no importara. No es grande, es pequeño. No tiene peso, se tiene en poco.
No es maravilloso, es ordinario. No es santo y diferente a nosotros, es común y muy como nosotros. Eso es lo que significa profanar a Dios y usar su nombre profanamente.

Y a veces la gente de la iglesia hace esto cuando hablan en forma religiosa o en vernáculo, con coloquialismos, mencionando a Dios aquí y allá en todos los temas. Les daré unos ejemplos. ¿Están listos? ¡Alabado sea el Señor! ¡Alabado sea el Señor!». No. La Biblia dice que sí alabemos el nombre del Señor, pero algunas personas lo hacen a cada rato. Necesitan dejar de hacer eso. Le han quitado su majestuosidad.

Oiga, deje de hacer eso por favor. Si usa el nombre del Señor a cada rato, pierde su peso.

¿Qué tal esta? Señor ten− Ustedes lo dijeron, no yo. Bien, «Señor, ten misericordia». Alguien llega y le dice: «Tengo cáncer. Oh, Señor ten misericordia». Pero a cada rato. Eso está bien. Pero no en todo momento. «Oh, cero y van 3 que no atajó la pelota, Señor, ten misericordia. Oh, subió la gasolina, Señor, ten misericordia». O sea, ¿eso qué tiene que ver con el Señor? Mejor dicho, ese tipo no puede atajar la pelota. El carro no tiene buen kilometraje. No creo que debamos invocar el nombre del Señor para estas cosas. No creo que todo deba terminar en «Alabado sea el Señor». «Aleluya, gracias Jesús, Señor ten misericordia».

¿Qué piensan? ¿Debemos decir OMG en todos nuestros mensajes de texto, o en los medios sociales, o en nuestras publicaciones? Solamente OMG, OMG, ¿sí o no? ¿Cuántos dicen que sí?
Está bien, los voy a desagregar como amigos. ¿Quién más dice que no? Probablemente no es buena ida. Probablemente no es la mejor manera de usar el nombre de Dios en público.

¿Qué tal esta? Usted se equivoca y dice algo indebido, o hace algo indebido, se machaca el dedo con un martillo. O digamos esto, aquí está: Tira y no da en el blanco, y dice: « ¡Jesucristo!». ¿Alguna vez han hecho eso? Es sorprendente, ¿no? No decimos el nombre de otro Dios. Nunca he escuchado a alguien en el trabajo decir: «¡Buda Gordo!». Nunca he oído eso, nunca he oído: «¡Hare Krishna!». Nunca he oído eso. ¿Saben por qué? Porque no hay tanto poder en esos nombres. Siempre mentamos el gran nombre, el nombre de Jesús.

Cristiano, falso o verdadero, ¿quizás no debamos hacer eso? Probablemente no. Debemos usar el nombre de Jesús, pero no como grosería. ¿Qué tal «G.D.»? No voy a decirlo, pero saben a qué me refiero. ¿Debemos proferir eso? ¿Debemos decir locuras como G.D.? No lo creo. A veces, incluso cristianos bienintencionados violan el tercer mandamiento con clichés falsos, y toda clase de palabrería espiritual, mencionando a Dios en todo y para todo. Como que les sale sin pensarlo.

Camisetas Cristianas

Y les sale a cristianos bienintencionados que piensan: «Podemos encontrar algo en la cultura que a los no cristianos les parezca importante para que podamos crear un puente para hablarles de Jesús», y terminamos con algo llamado camisetas cristianas, así que compartiré lo que dicen algunas con ustedes.

Si profanar a Dios es tratarlo de una manera irrespetuosa, ligera, irrelevante, ¿piensan que Jesús salva, Jesús el guardametas, quizás raye en, o quizás se propase del límite? Me gusta el balompié, o sea, después de todo. Me gusta Jesús. Me gusta su barba. Hay mucho aquí qué elogiar, ¿verdad? Pero Dios se hizo hombre y murió en la cruz para expiar los pecados del mundo, para que fuéramos salvos de Satanás, el pecado, la muerte, el infierno, la ira de Dios, y la mejor manera de ilustrar eso no es pateando un balón al fondo de un arco.

−Oh, pero hay un versículo aquí abajo, −Sí, creo que es Isaías 1:18. −A nosotros los viejos se nos dificulta leerlo. «si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos» Como tiene un versículo, no tiene nada de malo. Siempre sabemos si un evangélico tuvo una mala idea porque siempre hay un versículo por ahí cerca. De todas maneras, el siguiente, está bien, eso es.

Un donante de sangre salvó mi vida. Eso no fue exactamente lo que pasó en la cruz, ¿amén? ¿Cuántos de ustedes han dado sangre y pensado: «Ajá, no creo que esto vaya a salvar a millones del infierno»?
Esencialmente se trata de esto. Dios nos da su nombre, nos dice que no lo usemos en vano. Por lo que no queremos usarlo en vano. A algunos les da tanto miedo, que no lo usan para nada. No debemos evitar el nombre de Dios, ni abusar el nombre de Dios. Debemos usar el nombre de Dios de una manera que lo honre.

Continua en Los Diez Mandamientos III
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