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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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miércoles, 18 de marzo de 2009

Fiestas Judías IV: La Luna Nueva I

Luna Nueva por José Cuneo (1933)

Fiesta de la Luna Nueva
Dios mandó a Israel que cada luna nueva, es decir, aquella que marcaba el comienzo de los meses del calendario judío, hubiese toques de trompeta con motivo de las ofrendas quemadas y de los sacrificios de comunión. (Números 10:10.) En esos días se tenían que ofrecer sacrificios especiales, además del sacrificio diario continuo. La ofrenda de la luna nueva consistía en una ofrenda quemada de dos toros, un carnero y siete corderos de un año de edad, con las correspondientes ofrendas de grano y vino, y además un cabrito como ofrenda por el pecado. (Números 28:11-15.)

En el Pentateuco esto era todo lo que se mandaba en cuanto a su observancia, pero con el tiempo la celebración de la luna nueva llegó a ser una fiesta nacional importante. En Isaías 1:13-14 se coloca esta fiesta al mismo nivel que los sábados y los períodos de fiesta. Por lo menos para el tiempo de los profetas posteriores, el pueblo no se ocupaba de los asuntos comerciales en los días de luna nueva, como se indica en Amós 8:5. Con este proceder, iban más allá de lo que las Escrituras requerían para estos días. Aun así, como lo muestran los dos últimos textos citados, la observancia judía de la luna nueva se había convertido en un mero formalismo, odioso a los ojos de Jehová.

El día de la luna nueva era especialmente propicio para reunirse y disfrutar de un ambiente festivo. Esto parece desprenderse del comentario de Saúl cuando David no se presentó a comer a su mesa en ese día señalado. Saúl dijo para sí: “Algo ha pasado de modo que no está limpio, pues no se ha limpiado”. (1 Samuel 20:5, 18, 24, 26.) Si bien en la celebración de la luna nueva se permitían algunos trabajos que estaban prohibidos en sábado, no obstante, ese era un día para la consideración de asuntos espirituales. El pueblo solía congregarse (Isaias 1:13; 66:23; Salmos 81:3; Ezequiel 46:3) o ir a ver a los profetas u hombres de Dios. (2 Reyes 4:23.)

La observancia del día de la luna nueva no tenía nada que ver con el culto a la luna, práctica frecuente entre algunas naciones paganas, ni tenía relación alguna con la astrología. (Jueces 8:21; 2 Reyes 23:5; Job 31:26-28.)

Isaías escribió acerca de un tiempo futuro en el que toda carne se congregaría para inclinarse ante Jehová en los días de luna nueva. (Isaias 66:23.) Durante el exilio babilonio, Jehová le dio al profeta Ezequiel una visión de un templo y le dijo: “En lo que respecta a la puerta del patio interior que mira al este, debe continuar cerrada durante los seis días de trabajo, y en el día del sábado debe ser abierta, y en el día de la luna nueva debe ser abierta. Y la gente de la tierra tiene que inclinarse en la entrada de aquella puerta en los sábados y en las lunas nuevas, delante de Jehová”. (Ezequiel 46:1, 3.)

Hoy los judíos celebran la luna nueva con ceremonias muy minuciosas y conceden a esta fiesta mucha importancia. Sin embargo, a los cristianos se les dice que no están obligados a observar una luna nueva o un sábado, pues solo son parte de la “sombra de las cosas por venir”, en tanto que la realidad de estas cosas se encuentra en Cristo Jesús. Las fiestas del Israel carnal tienen un significado simbólico y encuentran su cumplimiento en muchas de las bendiciones que Dios da por medio de su Hijo. (Colosenses 2:16-17.)

Las Lunas Nuevas
El año fue hecho para que comience en el mes del sacrificio, que representó el sacrificio de Pascua del Mesías. Este mes comenzó la cosecha, que era también la primera de la secuencia de cosechas, es decir la cosecha de cebada. Entonces, Dios continuó con el proceso de las cosechas a través cada una de las fases, las cuales son tres períodos de cosecha. Estos son: la Pascua y los Panes sin Levadura, la Fiesta de las Semanas (Pentecostés), y la Fiesta de los Tabernáculos o Recolecta. La Fiesta de las Semanas simboliza la cosecha de la Iglesia antes de la vuelta del Mesías. Éste es un proceso en curso.

Así, Pentecostés es el comienzo de una secuencia que se lleva a cabo durante cinco lunas de Sivan a Tishri, aunque haya siete en la secuencia desde Nisan hasta Tishri. Estas cinco son también representadas por las piedras que David tomó del arroyo. Éstas también representan a las cinco iglesias exitosas. Las de Sardis y Laodicea son eliminadas. Sin embargo, las cinco son continuas como la sucesión de los meses. En Sivan comienza la fabricación de los ladrillos del Templo de Dios.

La secuencia entonces implica un renacimiento (Du-uzu: Tammuz), las antorchas (Abu: Ab) o velas de la Iglesia y la purificación (Elulu: Elul) de los elegidos. Por ende los meses desde Simanu (Sivan) a Teshritu (Tishri) se toman en cuenta en el simbolismo Cristiano y elimina así al babilónico. El incendio del 9-10 de Ab fue aparentemente permitido debido a la idolatría de Israel con la práctica babilónica.

La relación es basada en la función del mes intercalario como ocurre con los doce meses normales. Israel representa este sistema por medio de las tribus. Israel tiene doce tribus. Estas son, del norte: Dan, Aser Neftalí, Judá, Isacar, Zabulón, Rubén Simeón, Gad, Efraín, Manasés, Benjamín (vea a Números 10:11; Ref. Ezequiel 1:4 y sig.). La tribu de Leví está centrada alrededor del tabernáculo. Así, hay doce tribus pero José tiene el derecho de primogenitura y está en efecto dividido en dos porciones para hacer doce tribus con la tribu de Leví renunciando a su parte para realizar la función del sacerdocio. Por lo tanto, el esquema para la función del Israel físico fue establecido en las estrellas desde la creación. Adar II representa el sacerdocio, como el decimotercero mes y la decimotercera tribu. Este mes ocurre siete veces en un ciclo. Este ciclo representa los siete espíritus de Dios conforme llevan a cabo sus deberes bajo los ángeles de las siete Iglesias. Este problema no puede ser solucionado o entendido sin la comprensión de las Lunas Nuevas.

Posición Histórica General
El Festival de Luna Nueva, conocido por los judíos como Rosh Chodesh, ocurría durante el primer día del mes, a la aparición de la primera fase de la luna (Hayyim Schauss, The Jewish Festivals History and Observance (Historia de los Festivales Judíos y su Observancia), tr. Samuel Jaffe, Schocken Books, Nueva York, 1938, p. 275). Es así ligado a la aparición de la Luna Nueva.


Hubo un tiempo cuando Rosh Chodesh era un festival importante, mucho más importante que el Sábado semanal... Un motivo para su importancia residió en el hecho que la fecha de todos los Festivales judíos dependieron de la Luna Nueva (Ibíd., p. 274).

Esta opinión es una suposición. La Biblia indica que era tan importante, pero nunca más importante que el Sábado. Era más importante que las fiestas, como lo veremos luego. La Biblia claramente compara la Luna Nueva con los festivales (Números 10:10). El Festival de la Luna Nueva era un día de fiesta y se celebraba el día después que la Luna Nueva fuese vista.

En los primeros tiempos rabínicos, el día de la Luna Nueva era establecido por el Sanedrín en Jerusalén, después de aceptar pruebas de testigos oculares que decían haber visto la luna nueva. A veces los rabinos pospondrían deliberadamente Rosh Chodesh para impedir que el Día de Expiación cayese en viernes o en domingo.

El calendario permanente fue fijado por Hillel II (Nasi=Príncipe de la Sinagoga) en el año 358 d. C. y éste proporcionó la fecha exacta de cada Rosh Chodesh basándose en cálculos astronómicos y matemáticos (Enciclopedia del Judaísmo, Geoffery Widoger, Macmillan, New York, 1989, p. 502).

Nótese que esto sucedió en los primeros tiempos rabínicos, mucho después de la caída del Templo en el 70 d. C. Así, la manipulación rabínica de la Luna Nueva fue puesta en el Calendario Hillel a partir del 358 d. C. Esto no tiene ninguna autoridad bíblica. No cabe duda que la Luna Nueva antiguamente era por lo menos tan importante como el Sábado o estuvo al menos al mismo nivel que el Sábado (J Wellhausen, Prolegomena to the History of Israel-Ensayos sobre la Historia de Israel, 1885, p. 113).

La Luna Nueva era definitivamente tiempo santo, y era celebrada, si debemos creer en algunos eruditos modernos, el día siguiente que se observaba la Luna Nueva. Ésta es una conjetura basada en propaganda rabínica posterior. No sucedió de esa forma. Este nuevo inicio fue marcado por sacrificios especiales (Números 28:11-15) sobre los cuales se hicieron sonar las trompetas (Números 10:10; Salmo 81:3). No se hizo el trabajo normal.

El Año Nuevo en la Luna Nueva del Primer Mes, Abib, tenía un significado especial (Salmo 81:3-5). La Luna Nueva del Séptimo Mes también era santificada de forma especial (Levítico 23:24-25; Números 29:1-6).

En 2 Reyes 4:23 se sugiere que tanto la Luna Nueva como el Sábado sean considerados como la oportunidad que se brinda para consultar a los profetas, y Ezequiel marca la Luna Nueva como un día especial para la adoración (Ezequiel 46:1, 3). El Salmo 121:6 sugiere que la luna era capaz de afectar al individuo, tal vez por su asociación con la mente, según lo entendemos del término lunático.

[La Judaica y el Judaísmo moderno afirman que]: Al principio, la Luna Nueva no fue, como supuestamente se afirma, fijada por cálculos astronómicos, sino que se anunciaba solemnemente después que los testigos declaraban la reaparición del creciente lunar.

Las autoridades rabínicas sostienen que durante el 30 de cada mes, los miembros del Tribunal Supremo se reunían en un patio en Jerusalén, llamado Beit Ya'azek, donde esperaban recibir el testimonio de dos testigos confiables; luego de ello, santificaban la Luna Nueva. Si la luna creciente no era vista durante el día 30, la Luna Nueva se celebraba automáticamente el día 31. Para informar a la población del inicio del mes, se encendían antorchas sobre el Monte de los Olivos y a partir de ahí por todo el territorio y en lugares de la Diáspora.

[Entonces se afirma que] Después, sin embargo, los Samaritanos comenzaron a encender antorchas como engaño, y el Tribunal Supremo enviaba mensajeros a comunidades distantes. Aquellos judíos que vivían a grandes distancias de Jerusalén siempre celebraban el día 30 del mes como la Luna Nueva. En esas ocasiones, cuando se les informaba de su aplazamiento hasta el día 31, también observaban este segundo día como Luna Nueva (RH 1:3-2:7).

A mediados del siglo IV, los sabios habían establecido un calendario permanente y el anuncio público de la Luna Nueva se discontinuó. Una reliquia de la práctica original, sin embargo, se  mantiene en la costumbre de la sinagoga de anunciar la Luna Nueva en el Sábado que precede a su celebración (Encic. Judaica, volumen 12, p. 1039).

Se puso de moda con la llegada de la sociología y el estudio de las religiones en desarrollo de tratar las exigencias bíblicas de los Sábados y Lunas Nuevas como elementos competidores para la lealtad de los pueblos hebreos, las Lunas Nuevas tratadas como los vestigios remanentes del culto de la adoración del dios luna. Schauss tenía esta opinión cuando escribió The Jewish Festivals (Los Festivales Judíos) (p. 274).

También menciona que el Pentateuco habría sido escrito en dos partes; la parte más antigua escrita antes del exilio babilónico, y la última parte, después del retorno. Él afirma que la parte más antigua no hace mención del festival. Concluye de esta forma por el hecho que las Lunas Nuevas no se mencionan ni en Éxodo 23:14-19; 34:17-26; ni en Deuteronomio 16, y tampoco en Levítico 23. Por esto deduce que el libro de Números debe ser una parte posterior. Schauss no presentó ninguna prueba para esta conjetura. Es la clase de argumento típico de los apologistas modernos. La verdadera razón para esta posición es que la vuelta del exilio no llevó a cabo una restauración plena.

Después de la vuelta del exilio de Babilonia, se alcanzó un compromiso; el Rosh Chodesh no se reconoció como un festival por completo, durante el cual se prohibía trabajar, sin embargo, se arreglaban sacrificios especiales durante aquel día en el Templo. Hasta el día de hoy, los judíos realizan un ritual especial para dar la bienvenida al nuevo mes: hay una oración especial en la sinagoga, el Sábado anterior a la Luna Nueva, y hay una ceremonia que santifica la Luna Nueva por medio de una bendición especial que tiene que ser recitada al aire libre cuando la Luna Nueva aparece (Schauss, p. 274).

Se tomó como un hecho que había ocurrido una deterioración, aún así no se podía dar una explicación completa. Un ejemplo de esto se ve en las siguientes referencias del The Hebrew Concept of Time and the Effect on the Development of the Sabbath (Concepto hebreo del Tiempo y el Efecto sobre el Desarrollo del Sábado), por Diana R. Engel, The American University, Washington, 1976.

No se efectuaba ningún comercio durante el día de luna nueva (el día después que la primera creciente de luna aparecía en el cielo). Los ofrecimientos para la luna nueva, de hecho excedieron a los del Sábado (Números 28:11-5; Ezequiel 46:4-7). Sin embargo, la importancia religiosa de la luna nueva disminuyó mientras que la del Sábado aumentó (p. 69-70)

Un ejemplo mayor de la inexplicable deterioración se ve por el autor Geoffrey Wigoder. No está claro en cuándo o cómo la Luna Nueva perdió su carácter festivo. Esto había pasado por el tiempo en que los judíos regresaron del exilio al final de siglo VI a. C. Ya no era un día feriado completo, pero un día parcialmente feriado, como Hol ah-Mo'ed (los días intermedios, laborables de la Pascua y Sukkot), cuando los rabinos desalentaron todo trabajo que no fuese necesario y las mujeres debían tener un feriado de sus costuras y tejidos. Las condiciones económicas más rigurosas fueron probablemente la razón de la disminución de la Luna Nueva, en particular ya que no había ningún motivo religioso o histórico para parar el trabajo durante aquel día. Con el tiempo, hasta este estado feriado menor desapareció y se convirtió en un día laborable normal como cualquier otro, excepto ciertas variaciones litúrgicas (Wigoder, op. cit., p. 502).

Aún así, la gente judía guardó las Lunas Nuevas, como lo hizo la Iglesia. El pueblo en general era, sin embargo, inconsistente y esperó con impaciencia hacer negocios, como también lo hizo en los Sábados y las fiestas, como lo sabemos.

¿Cuándo terminará la Luna Nueva, para que podamos vender el grano? Y el sábado, para que podamos ofrecer trigo para la venta. (Amós 8:5).

Para los judíos, el Sábado se convirtió en el día más importante del año. De hecho, Diana Engel dice que el día de Sábado se hizo más que solamente otro día u otro mandamiento. Esto significó para ellos gran parte de lo que ellos creían y representaban. Es imposible exagerar en cuánto significó el Sábado para Israel, en cómo esperaban por él y lo glorificaban. (p. 83)

Sin embargo, ¡Realmente no lo entendieron! No entendieron el significado espiritual del Sábado, como tampoco entendieron las Lunas Nuevas. LA LUNA NUEVA TUVO QUE SER DISMINUIDA EN IMPORTANCIA POR EL JUDAÍSMO RABÍNICO YA QUE AMENAZABA EL SISTEMA DE APLAZAMIENTO EN SÍ. No podía quitarse por completo pues la Biblia está demasiado clara al respecto y así, tuvo que ser disminuida en importancia para que el calendario falso pudiese ser introducido. Todo esto fue hecho después que el Templo fuese destruido. De acuerdo al The Lion Handbook of the Bible (Guía de la Biblia del León) (editores D y P Alexander, Lion Publishing, 1984)

"El Calendario judío Ortodoxo es de doce meses que comienzan con cada luna nueva (creciente visible)" (p. 112).

No se brinda ninguna prueba para esta declaración (creciente visible). La mayoría de los que judaizan, y aparentemente una cantidad grande de los estudiosos del siglo XX, al contrario de pruebas que tenemos y su propia práctica y sentido común, observan la Luna Nueva como una creciente. Ese no fue nunca el caso. El Calendario Samaritano, que todavía está en vigencia, demuestra que esto es falso.

"El segundo término hebreo para el mes, chodesh, significa correctamente, 'lo nuevo' de la creciente de la luna." (Enciclopedia Británica, 15a edición, volumen 15, p. 465).

El término Chodesh no tiene nada que ver con la creciente de la luna. La creciente de la luna es otro sistema de adoración dirigida al dios Sin (Zin) y al sistema de los dioses paganos Baal / Astoret y sus sacrificios humanos. como en El Becerro de Oro Los Orígenes de la Navidad y de las Pascuas FloridasSu base lingüística significa ser ocultada. La Británica continúa con esta declaración (sólo verdadera en forma parcial), que es contraria al concepto hebreo expresado en el simbolismo de las palabras.

"En el calendario religioso, el comienzo del mes fue determinado por la observación de la luna nueva creciente, y la fecha de la Pascua estuvo relacionada con la maduración de la cebada" (ibíd.). " ... la primera creciente es así el renacimiento o el reemplazo de la antigua por una luna nueva (ibíd., p. 573)."

Aproximadamente en el 344 d. C. y seguramente con el calendario Hillel del 358, la observación visible de la Luna Nueva fue suplantada por cálculos astronómicos secretos. Las tablas modernas aseguran su posición en forma absoluta y exacta.

"El calendario (judío) es así esquemático e independiente de la verdadera Luna Nueva(Encic. Británica., op. cit., p. 466)". La verdadera razón es que los judíos tuvieron que introducir la observación hasta cuando ellos pudieran conseguir un nuevo sistema de cálculo.

La Posición de la Biblia
La Fiesta de la Luna Nueva es una de las fiestas del Señor. Se nombra en:

Libro de Números 10:10 Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.

Los sacrificios fueron completados con Cristo. Las fiestas o los Sábados en sí no fueron eliminados.

Los ofrecimientos que se requerían fueron cambiados en su necesidad a ofrecimientos espirituales cada día de la secuencia de Días Santos, desde los Sábados hasta las Lunas Nuevas y las fiestas. Los sacrificios conforme a la Ley fueron proporcionados de una imposición especial asignada bajo la responsabilidad de las autoridades nacionales. Ezequiel 45:14-17.

Este ofrecimiento era un diezmo de un diezmo del aceite, y la mitad de un diezmo de un diezmo para los ofrecimientos de carne. Eran recaudados por el príncipe para los sacrificios de los Sábados, Lunas Nuevas, Días Santos y ofrecimientos. Por lo tanto, es incorrecto afirmar que el diezmo fue eliminado con los sacrificios, porque ellos obviamente fueron proporcionados de forma separada. Este texto también concierne a los primeros frutos de Ezequiel 44:29-30 y las órdenes se dieron para la restauración de Israel en sus tierras. El Mesías establecerá así el sistema que se supone que él ha suprimido con su crucifixión y la Escritura no puede ser quebrantada. Esto sucederá para la curación mental de las naciones, sin embargo, este tema será examinado en forma separada.

La Fiesta de la Luna Nueva fue tratada como un Shabbatown o Sábado Santo. Se ofrecieron sacrificios, como vimos anteriormente, en forma de conmemoración. (Vease Números 28:11-15). Vemos de este texto que las Lunas Nuevas debían ser celebradas cada mes a lo largo de los meses del año. Las mismas exigencias se aplican a las Lunas Nuevas, como lo hacen en las otras fiestas y Sábados.

1 Crónicas 23:31 También tenían que ofrecer todos los holocaustos a Jehová los sábados, lunas nuevas y fiestas solemnes, continuamente delante de Jehová, según su número y de acuerdo con su rito. (RV)

Vemos que las Lunas Nuevas son, de hecho, intermediarias entre los Sábados y las Fiestas. Como para las Fiestas y los Sábados, el nexo entre los sacrificios y las Lunas Nuevas se cumplió en el Mesías; sin embargo, la observancia de las lunas en sí, no fue eliminada. Esta observancia no debe ser interpretada como adoración a la luna, la cual está expresamente prohibida. Deuteronomio 4:19 y Deuteronomio 17:3.


La observancia de los Sábados y Lunas Nuevas, conjuntamente con las fiestas establecidas, se da para marcar el Plan de Dios y el flujo de los ciclos de la creación. El calendario solar no cumple esta función. A partir de la restauración de la Pascua de Ezequías, después de la Fiesta de los Panes sin LevaduraEzequías restauró las Lunas Nuevas, así como las fiestas. No habrá restauración completa hasta que las Lunas Nuevas no sean restauradas correctamente a su legítimo lugar en el sistema (ver Prove All Things (Provea Todas las Cosas), Church of God, En Verdad, Volumen 2, Número 1, p. 6).

2 Crónicas 31:3 El rey contribuyó de su propia hacienda para los holocaustos de la mañana y de la tarde, y para los holocaustos de los sábados, nuevas lunas y fiestas solemnes, como está escrito en la ley de Jehová. (RV)

En el Libro de Esdras 3:5 también nota que las Lunas Nuevas fueron restauradas bajo Esdras. Así, ambas restauraciones importantes involucraron la restauración de las Lunas Nuevas. La Luna Nueva es el principio o el primer día del mes (Números 10:10; 28:11). Ningún sistema que se basa en la reubicación del principio del mes,  es válido. El calendario Hillel no es válido debido a este hecho.


El calendario lunar es la señal de la Gente Santa. En su nota sobre Éxodo 12:2, la Mekilta afirma que "las naciones" calculan por el sol, pero Israel por la luna.

Las fiestas de Pascua y de las Tiendas o Tabernaculos, no se establecieron simplemente por el cálculo lunar general, sino sobre la base de la aparición de la Luna Nueva del mes en el cual ocurrió Pentecostés dependiendo de la Pascua en este respecto. Aunque esto sea imposible de documentar por completo, parece probable que el Sábado era también al principio parte de este ciclo natural del tiempo, relacionado con las fases de la luna, y que, después de su separación, la Fiesta de la Luna Nueva siguió como una observancia separada (Diccionario de la Biblia del Intérprete, volumen 3, artículo sobre la Luna Nueva, p. 544).

La conjetura en cuanto al Sábado la Luna Nueva está quizás basada sobre el sistema de observación que vemos en un articulo Las Obras de la Ley o MMT, que Strugnell Qimron han traducido de los RMM (ver Bib. Arch. Review, noviembre diciembre 1994). Todos los ritos judíos históricos para el anuncio de la Luna Nueva del Sábado precedente contienen una oración de contenido escatológico. La razón fundamental para la observancia fue la creación de la luna por Dios como "una señal" de la alianza inquebrantable con Israel, los "tiempos" de cuyos cultos decretó (Salmo 104:19; Eclesiastico 43:6-8) (Dicc. Int., Ibíd., ver también Ber. R. 13d). El calendario es así una parte inseparable del pacto con Israel.

La Luna Nueva fue percibida significativa para la dación de visiones y profecía, quizás de 2 Reyes 4:23, pero con certeza de Ezequiel 26:1; 29:17; 31:1; 32:1; ref. Isaías 47:13; Hageo 1:1). Esto refutó directamente a los astrólogos y astrónomos del sistema babilónico, como lo vemos en el:

Libro del Profeta Isaías 47:13 Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. (RV).

Los pronósticos mensuales se hicieron basados en las fases de la luna,  pervirtiendo de esta manera el sistema. Los Sábados y las Lunas Nuevas ambos implicaban descanso del trabajo, como vemos en Amós 8:5. Eran días de alegría. El regocijo que debía ser parte de los Días Santos fue retirado, según Oseas 2:11. Esto era debido a la infidelidad e idolatría. Dios destruye a su gente porque no guardan sus Leyes. El resultado final es que Él destruye la riqueza de la nación. (Vease Libro del Profeta Oseas 2:12).


El ayuno y el luto fueron suspendidos durante las Lunas Nuevas. Sabemos que esto ocurrió en todas partes de Israel hasta la llegada del Mesías por los Libros apócrifos de la Biblia (Judith 8:6). Las ceremonias se proclamaban con trompetas (Números 10:10; Salmo 81:3). La Luna Nueva de los meses importantes es guardada de manera especial, según los textos.

1 Samuel 20:6 Si tu padre hace mención de mí, dirás: "Me rogó mucho que lo dejara ir corriendo a Belén, su ciudad, porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio anual". (RV)

La Luna Nueva de Nisan era importante y también la Luna Nueva de Tishri era en sí la Fiesta de Trompetas. Ezequiel 45:18-20.

La purificación del santuario comenzó en la Luna Nueva del Primer Mes (Nisan), el principio del año sagrado. Esto purificó el atrio interior. Debía representar a los elegidos, como la rueda interior de la visión de Ezequiel. La purificación de los simples y erróneos fue efectuada a partir del séptimo día del Primer Mes o Nisan. El clero se había preparado y también a la nación.

La Luna Nueva del Séptimo Mes también era importante.

Levítico 23:24 Habla a los hijos de Israel y diles: El primer día del séptimo mes tendréis día de descanso, una conmemoración al son de trompetas y una santa convocación. (RV)

Nehemías 8:2 El primer día del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo la Ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender. (RV)

Así la Luna Nueva del Séptimo Mes comienza la restauración por medio de la lectura de la ley que ocurre cada siete años del ciclo de Jubileo en cada día de Tabernáculos. Deuteronomio 31:10-12.

Nehemías 8:18 Leyó Esdras el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito. (RV)

El simbolismo aquí es que el séptimo año o el año de Sábado representa el ciclo milenario de mil años, que comienza con la vuelta del Mesías, que publica la Ley desde Jerusalén. La Ley entonces se extiende en todo el mundo desde la subyugación de las naciones. La lectura sobre la Fiesta de Trompetas, en la restauración de Nehemías, apuntaba hacia la restauración del Mesías a partir de Trompetas. Del desierto de la dispersión, Dios tratará entonces con Israel y lo restaurará. Los elegidos de Cristo son parte de Israel y son tratados como la nación. Oseas 2:14-23.

La siembra de la nación aquí es como la viña del Señor, que es la casa entera de Israel (Isa. 5:7). La misericordia de Dios es la restauración bajo el Mesías, tanto por el Espíritu Santo como el Milenio.
Las Lunas Nuevas fueron guardadas en la iglesia Cristiana tanto bajo los apóstoles como en la dispersión. El método de guardarlas no es un tema para juicio.

Colosenses 2:16-17 
16 Por tanto, nadie os juzgue en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. 17 Todo esto es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. (RV)

La Iglesia las guardó en la dispersión y todavía se guardaban en Europa en el siglo diecisiete; y The Sabbatarians In Transylvania(Sabatarios en Transilvania) por Samuel Kohn (1894), (traducción inglesa publicada por CCG Publishing, 1998).

Las Lunas Nuevas se determinaron por la observación real hasta el calendario Hillel del 358 EC. Después de la destrucción del Templo, era una función del Consejo Supremo Rabínico el designar la fecha. La lectura especial de la Torá para ese día es Números 28:1-15 con el Salmo 104 que también se lee. El Hallel también se canta para denotar las festividades. Desde el siglo dieciséis, el día precediendo la Luna Nueva ha sido un día de ayuno para los judíos, llamado pequeño yom kippur (Interp. Dict. Ibíd.). No cabe duda que las Lunas Nuevas todavía deben guardarse, y que Judá sabe que ellos todavía deben guardarlas. Sin embargo, no hay ninguna sanción en la Biblia para el ayuno.

Los aplazamientos del calendario Hillel y este previo día de ayuno, asegura que Judá realmente ayuna en la Luna Nueva, lo que estuvo prohibido durante el período del Templo. La restauración final será completada bajo el Mesías en su regreso, como lo vemos en Isaías 66:20-23. Todo Israel será restaurado y sacado de las naciones en este último Éxodo al retorno del Mesías. Esta restauración de los Sábados y Lunas Nuevas será acompañada por la restauración de las Fiestas. Zacarías 14:16-19.

Así, no habrá ninguna restauración completa hasta que las Lunas Nuevas sean restauradas junto con las fiestas. En efecto, será muy difícil en esta sociedad moderna. Por eso, este sistema mundial será derribado por el Mesías a su vuelta. Las naciones serán restauradas bajo la Ley que emanará de Jerusalén. Las Lunas Nuevas son necesarias para el bienestar del hombre. Han sido reemplazadas en el así llamado calendario civil por los días paganos de sacrificio humano. En los EE.UU., el calendario civil tiene sus días feriados principales durante estos días paganos. Esto no debería pasarse por alto. Los Sábados y las Lunas Nuevas fueron tratados en la misma forma referente a los negocios. Los negocios o la compra y venta son y fueron prohibidos tanto durante la Luna Nueva como en el Sábado. Amós 8:4-6. Esta restricción es un problema serio para el Israel moderno. Sin embargo, de hecho no hay ninguna excepción que permita separar al Sábado de las Lunas Nuevas, salvo con las fiestas por la distinción de los Diez Mandamientos, como Shabbatown. Sin embargo, todos deben ser guardados. No hay ni habrá restauración completa hasta que las Lunas Nuevas sean restauradas.

Amós continúa pronunciando sentencia sobre Israel por el fracaso en guardar correctamente los Sábados y las Lunas Nuevas. Amos 8:8-12.

El castigo directo por no obedecer la palabra de Dios es que lo que tenemos se nos será quitado. El hambre por la palabra viene como castigo por la desobediencia. Profanar el Sábado y las Lunas Nuevas por tráfico y comercio con deshonestidad en quebrantamiento de la Ley es la causa principal. La Casa de Jacob fue dispersada por estas ofensas, pero fueron guardados y no se perdieron, como el maíz es tamizado por un tamiz. Amós 9:8-15.

Debería notarse que la gente de Israel que dice que el mal no los alcanzará, será destruida. Este período es al final, los últimos días nombrados como el Día del Señor. Esta actividad es inmediatamente antes de la restauración Mesiánica. Esta restauración sigue al holocausto de la guerra mundial, que anticipamos, como el holocausto termonuclear global de la III Guerra Mundial. Este horror puede ser evitado, si se implementa el Plan de Dios con arrepentimiento. Las Lunas Nuevas simbolizan ese sistema pues, conjuntamente con el Sábado y las fiestas, ilustran el plan de Dios.

La Ciencia
Luna nueva, también denominada "novilunio" o "interlunio", es una fase lunar que sucede cuando la Luna se encuentra situada exactamente entre la Tierra y el Sol, de manera que su hemisferio iluminado no puede ser visto desde nuestro planeta.

El concepto expresado en los párrafos anteriores hace referencia estricta a lo que se conoce como "Luna nueva astronómica", también conocida como "Luna negra" o "Luna oscura", que es aquella posición en el espacio en el que el Sol, la Luna y la Tierra forman un ángulo de casi 180º, es decir, los tres astros celestes se encuentran en una aparente línea recta y mientras dura esta posición nos es imposible ver a la Luna desde la Tierra ya que ésta queda oculta por el resplandor del Sol. Es también que durante esta fase lunar (sólo cuando se dan ciertas condiciones muy específicas) se producen los eclipses de Sol, bien sea del tipo parciales, anulares o totales.

Esto no debe confundirse con lo que se conoce como "Luna nueva Pero visible" o "Luna creciente mas conocido como creciente de luna", que no es más que la primera aparición de la Luna en el cielo después de haberse producido la Luna nueva astronómica. Aproximadamente entre 18 y 30 horas después de haberse producido la "Luna nueva astronómica", los tres astros cambian ligeramente de posición y ya no forman una línea recta (ángulo de 180º). Bajo esta nueva situación, la Luna comenzará a verse en el cielo vespertino como un pequeño rasgo en forma de cuerno o de diminuta guadaña, ubicado hacía el oeste y una vez ya ocultado el Sol, en el crepúsculo que aún queda, podremos observar la "Luna nueva visible" que, antiguamente, era la señal esperada usada por algunos de los pueblos semíticos (judíos, árabes) para dar comienzo al primer día de cada mes lunar.

Todos los meses la Luna, con respecto a la Tierra y el Sol, vuelve de nuevo a estar en la posición correspondiente a Luna nueva (Luna nueva astronómica), pero el ángulo en que se encuentran los tres astros en el espacio no siempre es (estrictamente hablando) un ángulo de 180º, o lo que es lo mismo, una línea completamente recta. De ser así, todos los meses se produciría, puntualmente y sin falta, un eclipse de Sol durante la luna nueva y 14 días después otro eclipse, esta vez de Luna, durante la Luna llena, cosa que evidentemente no sucede. Los eclipses son sumamente raros de ver debido a las condiciones específicas bajo las que se producen. Por lo general, lo que sucede casi siempre es que cada vez que se produce la fase de Luna nueva, el ángulo de alineación de los tres cuerpos celestes es ligeramente inclinado, o sea, el valor numérico del ángulo de alineamiento bordea muy cerca los 180º, mas no llega a ser exactamente justo este valor, con lo cual se deduce que unas oportunidades (teniendo como punto de vista el de un observador desde la Tierra) la Luna pasará unas veces frente al Sol estando por encima de éste y otras, pasará por debajo de él; pero para una persona en la Tierra, no se observará en el cielo absolutamente nada, ya que el paso de la Luna frente a la estrella, quedará oculto precisamente por el intenso resplandor de ésta. Los eclipses de Sol sólo se dan bajo ciertas condiciones específicas que por regla común no se producen con mucha regularidad.

En cada Luna nueva no necesariamente debe ocurrir siempre un eclipse de Sol; pero en todo eclipse de Sol siempre debe ocurrir una Luna nueva, antes y después del eclipse.

Luna Nueva Visible
La Luna nueva tradicional o Luna nueva visible que es definido como el momento cuando la Luna creciente (media luna) es vista por primera vez en el cielo, justo después que el Sol se ha ocultado.

Creciente de Luna

El origen de la lunación se sitúa en la denominada Luna Nueva o novilunio, momento en que la Luna está en conjunción con el Sol. En este momento se inicia una revolución sinódica. La Luna presenta a la Tierra el hemisferio no iluminado por el Sol y está oscura, por tanto, no vemos la Luna. Se denomina edad de la Luna para un instante dado de la lunación al tiempo transcurrido entre la Luna nueva (edad=0) y dicho instante. El tiempo transcurrido entre dos novilunios se llama “Mes Lunar” o Mes Sinódicoo Lunación  y es de 29,53 días solares medios, lo que es lo mismo decir: 29 días, 12 horas, 43 minutos y 12 segundos.

Las fases lunares no son más que las distintas apariencias que toma la iluminación de este astro para un observador de la Tierra. Los cambios son cíclicos y van a depender del movimiento orbital de la luna alrededor de nuestro planeta. Salvo en los eclipses lunares, la mitad de ella permanece iluminada por el Sol, pero para el que observa ese brillo puede variar de un 100 % ―llamado luna llena― hasta un 0 % ―Luna Nueva Astronomica, llamada también Luna Negra , o Luna Nueva invisible o   Novilunio. Esta luna no es visible pues la cara que vemos no es alumbrada por el Sol.

La Luna  Negra no debe confundirse con lo que se conoce como “Luna Nueva Visible” o “Creciente de Luna”. Tras la Luna Nueva Invisible aparece la Luna Nueva Visible. Es una luna a medio camino entre la luna nueva y el cuarto creciente.

La Luna Nueva Visible o Luna Creciente corresponde a la Luna Nueva Tradicional y es la primera aparición de la Luna en el cielo, 18 o 30 horas después de haberse producido la posición de “Luna Nueva Astronómica”. Esta fase de la Luna se podrá ver en el cielo hacía el oeste, una vez ya ocultado el Sol, justo por encima del crepúsculo aún restante. Tiene forma de pequeña guadaña o cuerno. Esta fase de la Luna es la que se utiliza para dar comienzo al primer día de cada mes lunar en hechicería y artes tradicionales.

Las salidas y puestas de la Luna y del Sol casi coinciden, lo mismo que el paso de estos astros por el meridiano. Al tener la Luna un movimiento propio diario próximo a 13º en sentido directo, mientras que el Sol se desplaza 1 º al día, la Luna se desplaza con respecto al astro rey unos 13 º al día y, por ello, 2 ó 3 días después de Luna Nueva se presenta tras el ocaso del Sol bajo la forma de delgado huso, como un gajo con los cuernos hacia la izquierda. Esto sucede aproximadamente entre 18 y 30 horas después de haberse producido la La Luna Negra (Luna nueva astronómica), los tres astros cambian ligeramente de posición y ya no forman una línea recta (ángulo de 180º).

La luna después de desaparecer y quedar obscura completamente tiene un renacer con un brillo especial cuando el primer filo de la Luna aparece en el cielo. Bajo esta nueva situación, la luna comenzará a verse en el cielo vespertino como un pequeño rasgo en forma de cuerno o de diminuta guadaña, ubicado hacía el oeste y una vez ya ocultado el Sol, en el crepúsculo que aún queda, podremos observar la “Luna nueva visible” que, antiguamente, era la señal esperada para dar comienzo al primer día de cada mes lunar.

Las tres noches que comienzan con el primer fragmento visible de Luna en el cielo, marcan el inicio del nuevo ciclo lunar. La luna renace, inicia un nuevo ciclo. Cada nueva luna es una invitación a explorar un nuevo lugar de la propia consciencia que trae la posibilidad de un nuevo comienzo, una nueva experiencia, un ciclo diferente o la oportunidad de hacer las cosas de otra manera. También es un tiempo de inestabilidad e incertidumbre que debemos vencer, para poder crecer. Trata de no asumir actividades en exceso en los primeros tres días luego de la Luna visible, pues existe el riesgo de que caigas en confusión y estrés.

La luna nueva visible es la que mayor influencia positiva ejerce en el ser humano. Todo lo que comencemos bajo su influencia se verá favorecido. Es el inicio de un período, (luna creciente) marcado por una intensa energía.  La Luna creciente corresponde a la diosa doncella también guerrera y vírgen- en el númen de la Triple Diosa.  Originalmente, la Luna Nueva no era fijada por cálculos astronómicos, si no que era solemnemente proclamada después de que testigos habían declarado la reaparición del creciente de la luna. Una semana más tarde de la Luna nueva , la luna ha dado un cuarto de vuelta presentando media cara iluminada; en este caso se denomina Cuarto Creciente.

Generalmente las personas no conocen las fases lunares, su significado e importancia en el cotidiano vivir, de hecho muchos sólo conocen la luna llena porque la asocian con imágenes románticas, el hombre lobo y otros cuentos. Bien, en este bloc aprenderás a distinguir y diferenciar cada fase lunar, y podrás saber cómo utilizar la energía que se le asocia. Durante siglos, diversas culturas le han dado cierto aire de misticismo y poder a la Luna. La naturaleza es sabia. El Universo nos ofrece en todo momento lo que necesitamos para nuestro progreso y la Luna es uno de esos recursos naturales.

Nuestro satélite influye en nuestro campo áurico o energía. De hecho, por eso no es casualidad que se trate de uno de los elementos que se utiliza en la astrología. Si observamos y prestamos atención a la influencia de la Luna, podemos tomar ventaja para mejorar nuestra salud física y espiritual”. De esta manera, “abrimos las puertas para que su magia nos ayude en nuestro diario vivir”.

Lunas nuevas: ¿las deben celebrar los cristianos?
La Biblia menciona las lunas nuevas, el comienzo de los meses en el calendario hebreo. ¿Deben celebrarlas los cristianos como días santos? ¿Qué dice la Biblia?

Algunas personas piensan que Colosenses 2:16, donde el apóstol Pablo menciona la Luna Nueva, es evidencia de que la Iglesia de Dios debería “observar” las Lunas Nuevas. Pero, ¿es esto verdad?. 

Debemos tener cuidado al interpretar este versículo. Pablo no da detalles de lo que hacían los creyentes de Colosas durante las Lunas Nuevas y, por lo tanto, este versículo no puede considerarse como prueba de que los cristianos deberían observarlas.

¿Son las lunas nuevas un tiempo santo?
Por otro lado, podemos asegurar que no hay evidencia bíblica de que el pueblo de Israel y la Iglesia en Colosas observaran las lunas nuevas como un tiempo santo, tal como Dios nos ordena observar el sábado y sus fiestas santas. En Amós 8:5, encontramos una advertencia en contra de vender granos en luna nueva, pero no indica que se tratara de un día santo de adoración a Dios. El Antiguo Testamento se habla de una ofrenda encendida que el pueblo de Israel debía presentar durante una Luna Nueva (Números 29:6; 1 Crónicas 23:31, etc.). También se relata una ocasión en que el rey Saúl comió en luna nueva (1 Samuel 20:18, 24). Además, en 2 Reyes 4:23, leemos que una mujer sunamita visitó al profeta Eliseo a pesar de que no era luna nueva ni día de reposo. En Levítico 23:23-25, se describe que la Fiesta de las Trompetas debe ser observada en el primer día del séptimo mes, el cual corresponde a una luna nueva. Incluso, hay una profecía sobre un grupo de personas que se presentarán ante Dios en luna nueva en el milenio (Isaías 66:23). Sin embargo, ninguna de estas Escrituras indica que las lunas nuevas eran observadas como tiempo santo, tal como sucede en los días de reposo semanales o anuales.

Las lunas nuevas son elementos esenciales del calendario hebreo
La importancia de las lunas nuevas está relacionada con el calendario hebreo. Si bien el calendario que gran parte del mundo utiliza en la actualidad es solar, es decir, está determinado por el movimiento del sol, el calendario que se utilizó para determinar las fechas de las fiestas santas es diferente. El calendario hebreo es lunar-solar, pues basa sus cálculos tanto en el movimiento de la luna alrededor de la tierra como en el movimiento del sol. Por esta razón es importante saber cuándo hay luna nueva.

(Con base en esto, alguien podría decir que la observancia de la luna nueva tiene relación con la observancia del sábado, pero el hecho de que una semana tenga siete días no tiene que ver con los movimientos de la luna y el sol. Entonces, el día de reposo no depende de cuándo hay luna nueva.)

Un estudio exhaustivo de la Biblia demostrará que Dios nunca ordenó al pueblo de Israel “celebrar” la llegada de la luna nueva como un día santo. Sólo Dios puede establecer tiempo santo, y las Escrituras no mencionan que lo haya hecho con las lunas nuevas, excepto en la Fiesta de las Trompetas. Por lo tanto, no hay base bíblica para observar las lunas nuevas como se observan las fiestas santas. Se debe ser consciente de cuándo hay luna nueva por la misma razón que el pueblo de Israel y la Iglesia del primer siglo debían serlo, es decir, para comprender las fechas de las fiestas santas. Sin embargo, los cristianos en la actualidad no tienen que “observar” la luna nueva como tiempo santo.

Las Lunas Nuevas ¿Como la deben celebrar los creyentes? ¿Cómo "días de reposo," "días séptimos" y "sábados semanales"?  ¿Cómo "días santos"? Pues esto es lo que enseñan algunos...

¿Acaso no hay ninguna diferencia entre "sábados" y "lunas nuevas"? Si no la hay,   ¿por qué Yahweh no dijo simplemente que los "sábados" o "días de reposo semanal" eran las lunas nuevas?

¿Qué nos revela la Escritura acerca de todo esto?
Hay mucha conmoción innecesaria respecto a las "lunas nuevas," sobretodo: ¿las deben celebrar los creyentes, y cómo?

La Torah menciona las lunas nuevas, el comienzo de los meses en el calendario hebreo. ¿Debemos celebrarlas los creyentes como si fueran días santos o días de reposo..."sábados"? ¿Qué dice la Escritura?

Las lunas nuevas marcaban el comienzo de los meses. Eso todos lo sabemos (o deberíamos ya saberlo). Pero para entender el calendario, tal vez lo primero que nos debe de venir a la mente es que Yahweh "es un elojim de orden." Fíjense como Yahweh creó los objetos creados, y en qué orden, y noten como fue creando los tiempos.

Lo primero Yahweh que creó para los tiempos, fueron los astros del cielo, en Bereshit/Génesis 1, y lo hizo para que pudiéramos medir los tiempos. Amtes de eso todo era obsuridad. El no hizo todo lo hecho a la misma vez....sino que se valió de un orden. Y el orden que El utilizó fue el siguiente.

El primer tiempo creado fue el día. Este consistía y consiste, de la noche (la porción noctura), y de la mañana y tarde (o sea, la porción diurna). Obviamente la noche fue primero, amados míos;   porque esa era la parte que ya existía (la obscuridad). Entonces, al El crear el sol y usarlo como lumbrera para los dias, ya hubo un día completo, con su parte obscura y su parte iluminada.

Ahora bien, ¿cuál fue la segunda "medida de tiempo" que Yahweh hizo? La Escritura claramente muestra que Yahweh siguió creando "días" a partir del primero,  hasta que creó siete de ellos. Esos siete días juntos forman lo que se conoce como una semana.

Yahweh había creado los días  primero, y formado la semana en segundo lugar. Pero todavía Yahweh no había creado los meses. El estaba haciendo todo en un orden, mis queridos amigos. El mes vendría después. O sea, que Yahweh sigue un orden. Primero creó los días, y tan pronto esos primeros días creados sumaron siete, se creó la semana automáticamente. De manera que la semana fue la segunda medida de tiempo que Yahweh Elojim creó. En ninguna parte de la Escritura dice que esta secuencia de "días y semanas" se interrumpe a cada rato, queridos míos. Todo lo contrario, queridos míos; desde que fueron creados, los días siguen corriendo sin parar; y hoy al igual que antaño, cuando transurren seis días corridos, ocurre un "día séptimo" o "shabbat" en el que Yahweh manda a reposar; de modo tal, ¡que cada semana contiene un shabbat! Y llegado cada shabbat, automáticamente se concluye una semana.

Ni el orden de los días, ni el de las semanas, se ve interrumpido ni afectado por nada, amigos y amigas; sencillamente porque no existe nada que los interrumpa ....o sea, esto es mientras siga habiendo sol para alumbrar el día. Es obvio que del sol depende que haya una parte diurna en el día que la distinga de la noche. Si no hubiera sol, ¡todo fuera noche!.

Entonces para que hayan "días" tiene que haber sol. "Tiene que haber "tarde y mañana."
Sin embargo, no podemos hacer la misma aseveración con respecto a la luna. No podemos decir que "los días seguirán existiendo mientras siga habiendo luna," o que dejarían de existir si no la hubiera ¿Por qué? Amados, porque sencillamente aunque no hubiera "luna para alumbrar la noche," ¡los días seguirían teniendo noches! ¡La noche no depende de la luna, pero la mañana y la tarde sí dependen del sol!. Y si lo quieren probar aún mas allá,  noten Ustedes que durante los varios días del mes en que la luna no se vé en el cielo, ¡comoquiera siguen habiendo noches y siguen habiendo días completos! En otras palabras,  el día depende DEL SOL, y nó de la luna. Y si los días dependen del sol, y nó de la luna,  ¡entonces la semana TAMPOCO depende de la luna!.

Pero entonces,  ¿qué "depende" de la luna? ¿Para que se hizo?.
Aparte de que para que sirviera de lumbrera menor para la noche, la luna se hizo para crear la tercera medida de tiempo hecha por Yahweh: los meses. Yahweh la puso a "dar vueltas" alrededor de la tierra, para que nosotros la observáramos y determináramos sus ciclos.

Tengan presente que una cosa es mirar u observar, y otra cosa es guardar. Algunas personas piensan que el (innecesariamente) debatido pasaje de Colosenses 2:16, donde el apóstol Shaul o Pablo menciona la luna nueva, es evidencia de que la Asamblea o Pueblo de Yahweh debería “guardar” las lunas nuevas. Incluso algunos las guardan como "shabbat" ¡y hasta alegan que Yahweh las creó para empezar las semanas!. Pero, ¿es esto verdad?.

¿Dónde aparece tal doctrina en Génesis?. Noten el orden de la creación. ¡la semana  comenzó ANTES de que la luna hubiera sido creada!. Debemos tener cuidado al interpretar este versículo de Colosenses. Las Cartas de Pablo se prestan a malinterpretación, y la misma Escritura lo advierte. Pablo no dá detalles de lo que hacían los creyentes de Colosas durante las lunas nuevas y, por lo tanto, este versículo no puede considerarse como prueba de que los creyentes deberían observarlas como "días solemnes" o de "santa convocación." Amados, la Escritura revela que ese tipo de "reposo" y ese tipo de llamado a "reunirse" solamente ocurre en los "sabados semanales" cada siete días, y en los "días santos anuales" a través del año.

¡Eso no se menciona en ninguna otra instancia!. Entonces, ¿son las lunas nuevas un tiempo santo? Por otro lado, podemos asegurar que no hay evidencia escritural de que el pueblo de Yisrael y la genuina Asamblea o Iglesia en Colosas guardaran las lunas nuevas como un tiempo santo, tal como Yahweh nos ha ordenado guardar el séptimo día/sábado y sus fiestas santas anuales. ¡No hay evidencia!.

En Amós 8:5, encontramos una advertencia en contra de vender granos en luna nueva, pero el versículo no indica que se tratara de un día de "santra convocación" o mikrá en adoración a Yahweh, y ese versículo deja abierta la posibilidad de que se tratase de una luna nueva en particular: el día santo anual de Yom Teruaj, que se celebra en luna nueva. En el Antiguo Pacto se habla de una ofrenda encendida que el pueblo de Israel debía presentar durante una luna nueva (Números 29:6; 1 Crónicas 23:31, etc.). También se relata una ocasión en que el rey Saúl/Shaul comió en luna nueva (1 Samuel 20:18, 24). Esto no tiene nada de particular.¡Ciertamente se come y se ofrecen ofrendas en días que no son de "santa convocación!. Además, en 2 Reyes 4:23, leemos que una mujer sunamita visitó al profeta Eliseo, a pesar de que no era luna nueva ni día de reposo. Noten como ahí se habla de las dos cosas como si fueran cosas aparte. En Levítico 23:23-25, se describe que la Fiesta de las Trompetas o Yom Teruaj debe ser observada en el primer día del séptimo mes,   el cual corresponde a una luna nueva.

Pero...¡en ninguna parte de la Escritura se infiere ni se revela que "el primer día del mes" sea "el primer día de la semana"! Esta doctrina contradice lo revelado en Génesis 1 respecto al orden de la creación: cuando el primer día de la semana fue creado, ¡aún la luna no existía! (Lean todo ese capítulo para que lo comprueben). Incluso, hay una profecía sobre un grupo de personas que se presentarán ante Yahweh en luna nueva en el milenio (Isaías 66:23). Sin embargo, ninguna de estas Escrituras indica que las lunas nuevas eran observadas como tiempos de "Santa Convocación" como lo son los "shabbatot anuales," y tal como sucede en los días de reposo semanales.

Las lunas nuevas  son sin duda alguna elementos esenciales del calendario hebreo de Yahweh. La importancia de las lunas nuevas está relacionada con el antiguo y original calendario hebreo. Si bien el calendario que gran parte del mundo utiliza en la actualidad es solar; es decir, que está determinado únicamente por el movimiento del sol, el calendario que se utilizó para determinar los años de Yahweh y las fechas de las Santas Solemnidades es bastante diferente: El calendario hebreo es luni-solar, pues basa sus cálculos tanto en el movimiento de la luna alrededor de la tierra como en el movimiento de la tierra alrdededor del sol. Por esta razón es muy importante saber cuándo ocurre una luna nueva, o "observar" ese día como algo especial, ¡pero no como un día santo!. A base de esto que hemos dicutido, alguien podría decir que la observancia de la luna nueva tiene una relación vital con la observancia del sábado semanal que ocurre cada siete días, ¡pero el hecho de que una semana tenga siete días no tiene que ver con los movimientos de la luna y el sol! Entonces, el día de reposo cada siete días (o cada semana) no depende para nada de cuándo haya o no haya luna nueva. Un estudio exhaustivo de la Escritura demostrará que Yahweh nunca ordenó al pueblo de Israel “celebrar” la llegada de la luna nueva como un día santo. Sólo Yahweh puede establecer los tiempos santos, y las Sagradas Escrituras no mencionan que El lo haya hecho cada mes con las lunas nuevas, ¡excepto muy en específico en la Fiesta de las Trompetas! Por lo tanto, no hay fundamento escrituralpara guardar las lunas nuevas como se guardan las fiestas santas o los días séptimos. Se debe de estar consciente de cuándo ocurre una luna nueva por la misma razón que el pueblo de Israel y la Asamblea o Iglesia del primer siglo lo estuvieron, es decir, para comprender las fechas de las Santas Solemnidades anuales cuya ocurrencia depende del inicio correcto de los meses del año. Sin embargo, los creyentes de antaño ni en la actualidad no tenían ni tienen que “observar” la luna nueva como una "santa convocación" de la altura del shabbat semanal.

Influencias de la luna
No es fácil saber la influencia real que tiene la Luna sobre la tierra, pero podemos observar su existencia y algunas de sus señales. Las rotaciones sobre su eje mantienen el tiempo exacto con sus revoluciones circulares y nos acompaña dando la vuelta al Sol frente a la tierra continuamente y nunca dando la espalda.

El tiempo antiguamente se medía en todos los países por las fases de la Luna .O también se podría decir que la noción del tiempo surgió cuando los astrónomos caldeo-babilonios descubrieron la exactitud de las fases de la Luna y de esa medición nació el “tiempo” como algo nuevo y concreto, algo que podrían calcular a diario, de día, de noche, y después con cada fase de la Luna, así como su influencia en el comportamiento de los seres humanos y todo ser vivo sobre la tierra. Los astrónomos caldeo-babilonios ya habían establecido que durante el mes había cuatro o cinco días “endemoniados” que afectaban directamente a las personas, por ejemplo:

Un día maldito: “El pastor no comerá carne cocinada sobre las brasas ni pan horneado, ni cambiará la ropa de su cuerpo, ni se pondrá la ropa limpia, ni hará sacrificios de animales. El rey no deberá viajar en un carro, ni hablar como un gobernante. El mago no hará declaraciones en el lugar de los misterios. Es un día inadecuado para hacer cualquier cosa.” (un día maldito)
También que la Luna corrompía la carne de los animales que habían sido expuestos a sus rayos maléficos.

“Cuando la Luna está rodeada de un halo de nubes acuosas, los marineros dicen que habrá un cambio de tiempo y que los perros de la Luna están a punto de aparecer. También ellos creen que cuando una estrella grande o planeta, se ve cerca de la Luna, está pronosticando un tiempo muy revuelto”.
En los primeros estudios hechos por los astrólogos caldeo-babilonios se interpretaban las acciones de los seres humanos por los movimientos de las estrellas, y la Luna fue uno de los planetas primarios. El hombre era considerado la luz de un microcosmos, de un mundo en miniatura, por lo tanto las diferentes partes de su constitución física eran vistas como una reproducción en pequeño del universo, el macrocosmos. Se trataba por lo tanto de un ser inteligente que vive, cuyos dos ojos eran el Sol y la Luna, cuyo cuerpo era la tierra, cuyo intelecto era el éter y con cuyas alas estaban hechos los cielos.

Los astrólogos atribuyen a la Luna la influencia más poderosa en cada persona, tanto para el éxito y la salud, de acuerdo a su posición zodiacal y su lugar en el mundo al nacer, y también sus aspectos con otros planetas. La creencia sobre la influencia de la Luna en la salud física del hombre hizo que aparecieran muchos supersticiosos. Pero desde la coronilla hasta la planta de los pies todo el hombre está a merced de sus influencias. Los astrólogos antiguos mantenían que el Sol controla el corazón; la Luna, el cerebro; Júpiter, los pulmones; Saturno, el bazo; el hígado Marte; Venus los riñones y Mercurio los aparatos reproductores. Al igual que en la mitología hay un dios y diosa del agua, en la astrología la Luna es la encarnación de la humedad, y por lo tanto gobierna los humores que circulan en todo el sistema del cuerpo humano. “Este planeta lunar”, dice La Martinière, “está húmedo en sí mismo, pero, por la radiación del Sol, es de diversos temperamentos; de la siguiente manera: en su primer cuadrante es cálido y húmedo, y en ese momento es bueno para la sangre de las personas optimistas; en su segundo cuadrante es cálido y seco, y en ese momento es bueno para purgar el colérico; en su tercer cuadrante es frío y húmedo, y las personas flemáticas pueden ser sangradas, y en su cuarto cuadrante es frío y seco, en cuyo momento es perfecto para purgar el melancólica”.

Que los antiguos hebreos, griegos y romanos creían en la influencia de la Luna sobre la salud del hombre es muy evidente. El Talmud se refiere a ello con las palabras: “Aunque ande en valle de sombra de muerte”, (Salmo XXIII:4), “a aquel que duerme en la sombra de la Luna.” En el Nuevo Testamento griego encontramos una prueba más de esta creencia.: “los que eran lunáticos”, es decir: que se dejaban influenciar por los rayos de la Luna.

“Tocando las trompetas en la Fiesta de la Luna Nueva (ilustración de la Biblia Hebrea – año 1.890)
De nuevo (Mateo, XVII: 15) leemos sobre un chico que era “lunático”. Por supuesto, la palabra originalmente, como lunaticus, surgió de la creencia generalizada de la mala influencia de la Luna en el cuerpo humano. Otro historiador escribe: “Todos los atributos de esta superstición con demonios, de los que los hombres eran los incautos, los lunáticos, no eran realmente golpeados por los rayos de la Luna, pero se cree que era así, a través de la sutileza de los demonios, que mediante la observación de las estaciones de la Luna deseaban instaurar el mal contra las criaturas vivas que podría redundar en la blasfemia contra el Creador “.

Continua en Fiestas Judías IV: La Luna Nueva II
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martes, 10 de marzo de 2009

Fiestas Judías III: El Sabbat


Yahvé descansando sobre la Tierra (1851-1860), por Julius Schnorr von Carolsfeld


Sábado
El sábado es el sexto día de la semana civil y el séptimo de la semana litúrgica en la mayoría de las tradiciones cristianas. Está situado entre el viernes y el domingo. El sábado es parte del fin de semana.

Etimología
El término español «sábado» proviene del latín bíblico sabbătum, este del griego σάββατον (sábbaton), este del hebreo יום השבת (shabat), ‘reposo’, ‘día de reposo’, que deriva del verbo shâbath: ‘cesar [de trabajar]’, ‘descansar’, ‘guardar el sábado’, y este del acadio šabattum, ‘descanso’. Viene de sa bot en sumerio: calma el corazón.

Estos son algunos de los nombres que recibe el sábado en distintos idiomas:
IdiomaNombreEtimología
alemánSamstag,
Sonnabend (día antes del domingo)
día del shabat
aimarasawaru
españolsábado
tagalosábado
catalándissabte
francéssamedi
gallegosábado
indonesiosabtu
italianosabato
leonéssábadu
polacosobota
rumanosâmbătă
rusoсуббота
portuguéssábado
ucranianoсубота
asturianosábadu
griego modernoΣάββατο
árabeالسبت (as-sabt)
hebreoשבת (shabbat)‘descansar’o "cese al trabajo"
anglosajónsæternesdægdía de Saturno
gaélicosatharn
galéssadwrn
neerlandészaterdag
inglésSaturday
latíndíes saturni
japonés
coreano
土曜日 (doyōbi)
토요일 (toyoil)
día de la tierra
danéslørdagdía de bañarse
finlandéslauantai
islandéslaugardagur
noruegolaurdag/lørdag
suecolördag
chino星期六 (xīng qī liù)sexto día de la semana
quechuak'uychichaw o samanchaydía del arcoíris, día del descanso
euskeralarunbata,
zapatua
Proviene de lauren bat, cuarto de luna -> Día de la media luna
Cambio de sábado a domingo
En la antigüedad el sábado era el séptimo día de la semana. El 7 de marzo del 321, el emperador romano Constantino I el Grande decretó que el domingo (el día del Señor​) fuera considerado como el principal día de la semana, en reemplazo del sábado (‘día de reposo’).

Descansen todos los jueces, la plebe de las ciudades, y los oficios de todas las artes el venerable día del sol. Pero trabajen libre y lícitamente en las faenas agrícolas los establecidos en los campos, pues acontece con frecuencia, que en ningún otro día se echa el grano a los surcos y se plantan vides en los hoyos más convenientemente, a fin de que con ocasión del momento no se pierda el beneficio concedido por la celestial providencia. Código de Justiniano, libro 3, título 12, párrafo 2 (3)

El emperador Constantino, en el año 321, fue el primero que ordenó una rigurosa observación del domingo, prohibiendo toda clase de negocios jurídicos, ocupaciones y trabajos; únicamente se permitía a los labradores que trabajaran los domingos en faenas agrícolas, si el tiempo era favorable. Una ley posterior del año 425 prohibió la celebración de toda clase de representaciones teatrales, y finalmente en el siglo VIII se aplicaron en todo su rigor al domingo cristiano las prohibiciones del sábado judaico. «Domingo», artículo en el Diccionario enciclopédico hispanoamericano

Según el texto Catecismo doctrinal, en 1566 el Concilio de Trento transfirió el descanso al primer día: «Complace a la Iglesia de Dios, que la celebración religiosa del día shabat se debe transferir al Día del Señor: el domingo».

Tiempo antes de Constantino, Ignacio de Antioquia, cristiano de la iglesia primitiva, declara en una carta lo siguiente sobre el día domingo.

«Ahora bien, si los que se habían criado en el antiguo orden de cosas vinieron a la novedad de esperanza, no guardando ya el sábado, sino viviendo según el domingo, día en que también amaneció nuestra vida por gracia del Señor y mérito de su muerte, misterio que algunos niegan, siendo así que por él recibimos la gracia de creer y por él sufrimos, a fin de ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo Maestro, ¿cómo podemos nosotros vivir fuera de Aquel a quien los mismos profetas, discípulos suyos que eran ya espíritu, le esperaban como su Maestro? Y por eso, el mismo a quien justamente esperaban, venido que fue, los resucitó de entre los muertos... Absurda cosa es llevar a Jesucristo entre vosotros y vivir judaicamente. Porque no fue el cristianismo el que creyó en el judaísmo, sino el judaísmo en el cristianismo, en el que se ha congregado toda lengua que cree en Dios.»

El emperador Constantino decretó la libertad de culto en el Edicto de Milán en el año 313, pero ya se han visto testimonios de más de 250 años antes de que los cristianos celebraban la Eucaristía el domingo y no guardaban el sábado.

El sábado en la Biblia
Según la Biblia, el sábado es el séptimo y último día de la semana, Génesis 2:2-3. De hecho es el único día mencionado por un nombre. El resto son nombrados por su orden en la semana: el domingo es el primer día (Mateo 28:1), el lunes es el segundo, y así sucesivamente.

Algunas confesiones cristianas poseen la creencia de que el sábado es el único día de reposo y lo relacionan con los diez mandamientos, diciendo que el reposo sabático es el cuarto mandamiento. Entre estas denominaciones se encuentra la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Bautista del Séptimo Día, la Iglesia de Dios (Israelita) y la Iglesia Israelita del Nuevo Pacto en Chile y Argentina, todas ellas basadas en el libro de Levitico 23, donde señala: "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán éstas: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis".

"Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras." (Isaías 58:13 Reina Valera, 1909).

Sin embargo, en la versión de la Biblia de Reina-Valera de 1960 no aparece en ninguno de sus libros la palabra "sábado" como tal, sino que se le denomina por el eufemismo "día de reposo".

Shabat
El sabbat —frecuentemente escrito también shabat (en hebreo: שבת: shabbath, 'cesar') o su variante en yidis, shabbos (שאבּעס), es el séptimo día de la semana, siendo a su vez el día sagrado de la semana judía.

El sabbat se observa desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas, la noche del sábado. Según las prescripciones de la Torá, debe ser celebrado en primer lugar mediante la abstención de cualquier clase de trabajo. En el ethos judío, el sabbat es una señal de la relación entre Yahveh y el pueblo judío. La celebración del sabbat está prescrita entre los Diez Mandamientos recibidos por Moisés, así como una fiesta semanal.

Según Génesis 2:2 (texto de la Biblia escrito aproximadamente en el siglo VII a. C.): «vaYshbot baYom haShevi'i» ('Y en el séptimo día Dios terminó el trabajo que había hecho, y descansó' [vaYshbot]).

Etimología
Shabat deriva del verbo hebreo shavát. Aunque con frecuencia se traduce como "descanso" o "descansar", otra traducción de estas palabras es "cesar [de trabajar]". La palabra relacionada shevita, usada en el hebreo moderno con el significado de "huelga laboral", tiene la misma consideración al referirse, más que a la abstinencia pasiva de trabajo, al acto de no trabajar. El concepto de cesación activa del trabajo también es considerado como más coherente con una actividad omnipotente de Dios el séptimo día de la creación.

Recordar y cuidar
En la versión de los diez mandamientos del Deuteronomio 5:12-15, la palabra «acuérdate» (zajor) es sustituida por «cuida» (shamor). De aquí se aprenden los dos principales elementos de la observancia del sabbat: recordarlo y honrarlo por medio de rituales y cosas placenteras; y cuidarlo por medio de la abstención de los trabajos prohibidos en él. Actividades prohibidas para los ortodoxos.

El Talmud, en el tratado «Shabat», capítulo 7, mishná 2, trae una lista de las 39 categorías de actividades prohibidas en sabbat. Estas fueron establecidas poco tiempo antes de la aparición del cristianismo (periodo que los cristianos llaman intertestamentario). 

Estas se derivan de los diferentes tipos de trabajo que eran necesarios para construir el Tabernáculo, conocidos como avot melajá. Estas son:

plantar
arar
cosechar
atar poleas acanaladas
trillar
aventar
seleccionar
moler
tamizar
amasar
hornear
trasquilar lana
lavar lana
batir lana
pintar lana
hilar lana
tejer
hacer dos lazos
unir dos hilos
separar dos hilos
amarrar
desamarrar
coser
romper
atrapar un animal
matar a un animal
despellejar a un animal
curtir pieles
raspar pieles
marcar pieles
moldear pieles
escribir dos o más letras
borrar dos o más letras
construir
demoler
apagar fuego
prender fuego
tocar un instrumento musical
terminar la preparación de un utensilio nuevo
transportar un objeto de áreas públicas a áreas privadas y viceversa, o cargarlo 4 cúbitos o más en un área pública.
hacer coladas.

De estas categorías principales (avot) se derivan otras actividades similares (toldot), por ejemplo, dentro de la categoría de hornear se derivan prohibiciones de cocinar, freír, etc. Aparte de las actividades prohibidas por la Torá, existen algunas prohibiciones de origen rabínico, como el utilizar o mover un objeto que se usa para trabajos prohibidos, al que se le llama muktze; y el pedir a una persona no judía que haga un trabajo prohibido dentro de ciertas circunstancias. 

La primera aparición de la palabra «shabat» en la Torá se encuentra en Éxodo 16:21-30, en relación con la milagrosa caída del maná antes de la llegada de Israel al monte Sinaí. Se nota aquí que Dios puso énfasis en la importancia del séptimo día de la semana como día de descanso, al proporcionar una doble ración en el día sexto y nada en el séptimo. Este «milagro» semanal comenzó el segundo mes después de la partida de los israelitas de Egipto (Éxodo 1:14-15), y duró 40 años, hasta el mes primero, (según Josué 5:10-12; cf Éxodo 12:2-11;16:35), es decir, más de 2000 sábados semanales sucesivos.

Esta es una de las muchas transcripciones del cuarto mandamiento:

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en el obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Éxodo 20:8-11. R. V. 1960.

En el monte Sinaí, Moisés dijo que Dios había prescrito la observancia del reposo del séptimo día con las palabras del cuarto mandamiento del Decálogo (Éxodo 20:8-11). La palabra «acuérdate», con que comienza el mandamiento relativo al sábado, no quiere decir que la observancia del cuarto mandamiento es más importante que la de los otros 9, porque todos son iguales (Santiago 2:10-11). El pueblo de Yahweh tenía que «acordarse» del sábado porque «en seis días hizo Elohim los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día». (Génesis 2:1-3; Hebreos 4:4). Quizás con esto le estaba diciendo al hombre que ese día era un monumento recordativo del Creador y de la creación.

Aparte de los sábados semanales (Levítico 23:3) la Torá menciona que había siete sábados ceremoniales por año, diseminados a lo largo del calendario litúrgico:

1 y 2) Los días primero y último de la fiesta de los panes sin levadura (Levítico 23:7-8).
3) Shavuot (Levítico 23:21).
4) El primer día del séptimo mes (Levítico 23:24).
5) El Día de la Expiación (Levítico 23:27).
6 y 7) Los días primero y último de la fiesta de Suckot (Levítico 23:34-36).

Los sábados ceremoniales podían caer en cualquier día de la semana, y de vez en cuando coincidían con el sábado semanal. Además de los sábados semanales y anuales, cada siete años había un año sabático, durante el cual no se trabajaba la tierra (25:3-7). Cada 50 años se proclamaba un jubileo, que duraba un año, durante el cual las propiedades volvían a sus dueños originales.

La preeminencia del sabbat sobre los demás días de la semana se acentuó en el ritual del antiguo tabernáculo y del templo mediante la ofrenda de un cordero adicional (Números 28:9-10) y de la renovación en ese día de los panes de la proposición (Levítico 24:5-8; 1 Crónicas 9:32). De acuerdo con la ley levítica, la sanción que merecía la violación del sábado era la muerte (Éxodo 31:14-16), y a lo menos se registra un caso de ajusticiamiento de alguien que violó el sábado voluntariamente (Números 15:32-36).

Actividades permitidas
La conversación y la lectura están permitidas. El judaísmo afirma que cuando un esposo y su esposa se unen carnalmente en kadosh, allí mora la presencia divina. Kadosh y sexualidad no son excluyentes en el judaísmo; por eso, este es el mejor día para recordar la libertad y la creación del mundo haciendo el amor. También bailando y cantando.

Violación del sabbat
Cuando los israelitas fueron cautivos de los babilonios, creyeron que era un castigo divino por algún pecado grave, y supusieron que había sido la violación del sabbat (Libro de Jeremías 17:19-27). Tal como Jeremías, el profeta Ezequiel se lamentaba porque en sus días el sabbat era ignorado en gran medida (Ezequiel 20:12-24; 22:8, 26; 23:38). Al escrutar el futuro, Isaías previó que extranjeros se unirían al pueblo judío guardando el pacto del Sinaí y prometió una bendición para quienes guardaran el sabbat (Isaias 56:2-6; cf 58:13). Después del cautiverio los judíos cayeron de nuevo en el descuido con respecto a la observancia del sabbat, y Nehemías impulsó una reforma con el fin de fomentar dicha observancia (Nehemías 10:31; 13:15-22).

Honrar el sabbat
Hay varias maneras, para los judíos, de honrar el sabbat. Una de ellas es consagrarlo a su principio y su final: El kidush de la noche del viernes y la havdalah de la noche del sábado. Otro mandamiento, de carácter rabínico, es el encendido de velas el viernes por la tarde, antes de iniciar el sabbat. Este mandamiento fue hecho preferentemente para la mujer, aunque en caso de no haber ninguna mujer en la casa puede hacerlo un varón. Se acostumbra prender un mínimo de dos velas, aunque se llegan a prender más según diferentes costumbres.

Otras maneras de honrar el sabbat son comiendo y vistiendo de una manera agradable. Se suele comer pescado, así como carne en las comidas de sabbat y comida caliente (que se ha dejado calentando desde antes del sabbat según las leyes apropiadas). Se acostumbra comer tres comidas en sabbat (a diferencia de la costumbre de comer dos comidas al día en la antigüedad). Para cumplir con este precepto, se prepara una comida ligera llamada seuda shelishit (tercera comida) en hebreo o bien shalosh seudos en yidis —en las comidas de sabbat, se acostumbra cantar canciones tradicionales llamadas zemirot, así como canciones jasídicas—. Se suele usar ropa limpia en sabbat, y antiguamente se acostumbraba usar prendas blancas; hoy en día esto es inusual. Los varones jasidíes visten de manera especial, con un sombrero de piel llamado shtreimel y un saco largo de seda llamado bekishe. En algunas otras comunidades se usa vestimenta formal.

En el judaísmo conservador y reformista
En teoría, el judaísmo conservador difiere muy poco del ortodoxo en lo referente a la observancia del sabbat. Por muchos años, el movimiento conservador permitió, a diferencia de la ortodoxia, el viajar en automóvil para trasladarse a la sinagoga cuando la distancia era demasiado grande, aunque esta postura ya ha sido retractada.

El judaísmo conservador, en contraposición a los ortodoxos, autoriza el uso de luz eléctrica argumentado que no involucra fuego, lo que sí tiene cierto precedente en la Halajá. A su vez, el movimiento reformista reconoce la observancia del sabbat ortodoxo, solo que cada individuo puede decidir si seguirlo o no.

Importancia del sabbat
La práctica del sabbat es una de las más representativas costumbres judías. El sabbat, lejos de ser solo un día dedicado al rezo, es un día de descanso y, potencialmente, de enriquecimiento espiritual. El famoso escritor polaco Ajad Ha'am dijo: «Más que guardar Israel el sabbat, el sabbat ha guardado a Israel».

Con el correr del tiempo, la práctica y conservación del sabbat se hizo el símbolo para el cumplimiento de los preceptos del judaísmo. Durante la larga historia del pueblo judío, los judíos han enfatizado la observancia del sabbat. Aun así el sabbat se puede violar para salvar la vida, por lo que algunas acciones normalmente prohibidas se permiten a personal médico, servicios de seguridad y en ocasión de una emergencia.

El sabbat en el mundo no judíoTomando como base al judaísmo, se aceptó la idea de un día de descanso y observancia religiosa en las otras religiones monoteístas —el domingo en el caso del cristianismo y el viernes en el caso del islam—. Si bien el sabbat judío y el domingo cristiano mantienen cierta similitud, no es correcto pensar que son lo mismo. 

En español, sabbat puede entenderse como sinónimo del sábado; de hecho, el término proviene del latín sabbatum, y éste su vez del hebreo shabat. Para los adventistas del Séptimo Día y para el judeocristianismo, el sábado no ha dejado de ser el «día de reposo»:
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día e instituyó el sábado para todas las personas, como recordatorio de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia de este sábado del séptimo día como día de descanso, adoración y ministerio, en armonía con la enseñanza y práctica de Jesús, el señor del sábado.
Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día.

Es muy importante recordar que el cristianismo tiene su origen en el judaísmo. Jesús guardaba el sabbat aunque dándole una interpretación muy personal ya que «el Hijo del Hombre es señor del sábado» (Lucas 6:5) según la cual hacía y permitía algunos comportamientos que, en opinión de algunos rabinos, suponían una violación del sabbat (cfr. Lucas 6:1). El apóstol Pablo en el sabbat hablaba de Yashúah a sus compatriotas en las sinagogas para ganar discípulos para Yashúah. Además de hablar de Jesús en las sinagogas en el sabbat, había reuniones en otros días donde se presentaba la predicación del evangelio a los gentiles. De esto atestigua Hechos de los Apóstoles 20:7. Conforme a la ortodoxia hebrea, los gentiles cristianos no guardaban la Torá sino solo las leyes noájidas6 (Hechos cap 15), por lo que la observancia del sabbat al estilo judío les estaba prohibida en tanto no fueran prosélitos. Por esta razón, la observancia de un día de descanso fue paulatinamente reemplazada por la del domingo.

Con el tiempo, llegó a existir un gran cuerpo de legislación sobre el descanso dominical lado a lado con la eclesiástica: Comenzó con un edicto de Constantino, el primer emperador cristiano, quien prohibió a los jueces celebrar sesiones y a la gente trabajar en domingo; solo se hizo una excepción a favor de la agricultura. El violar la «ley del descanso dominical» era castigado por la legislación anglosajona en Inglaterra como otros crímenes y delitos menos graves.

El sabbat según Erich Fromm

El shabat es un día de alegría, porque ese día el individuo es plenamente él mismo. Por ello el Talmud llama al shabat la anticipación del tiempo mesiánico, y al tiempo mesiánico el shabat interminable: el día en que la propiedad, el dinero y la aflicción y la tristeza no tiene cabida; un día en que es abolido el tiempo, y solo domina el ser puro espiritual. Su predecesor histórico, el shapatu babilónico, fue un día de tristeza y de temor. El domingo moderno es un día lleno de consumo y de huir de sí mismo.

Continua en Fiestas Judías IV: La Luna Nueva I
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