El Bautismo Miguel Campeche (c. 1813)
Bautizar al bebé - ¿Qué es el sacramento del bautismo católico para niños?
Conoce el origen, la historia y el significado de la ceremonia del bautizo para tu pequeño
El bautismo es un rito dentro de la comunidad cristiana que tiene una historia y un significado más allá de la fiesta familiar. El bautismo es una palabra que procede del griego y significa sumergir en el agua. Algunas religiones usan e rito del baño cómo símbolo de purificación, incluso la religión judía, en época de Jesús, utilizaba el agua como signo para limpiar los pecados.
Se trata de una ceremonia cristiana que tiene su origen en el bautismo de Jesús. Según las escrituras, Juan el Bautista lo sumerge en el río Jordán y es a partir de ese momento cuando se hace consciente de su misión. Conoce un poco más aquí sobre la tradición del bautismo, si es que tú estás pensando ya hacer la ceremonia correspondiente para tu pequeño.
La tradición y significado del sacramento del bautismo
El bautismo es uno de los tres sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo, Primera Comunión y Confirmación. Es el primer sacramento que recibe una persona que se inicia en la vida cristiana. La costumbre de bautizar a los niños desde pequeños se remonta a los primeros siglos de la Iglesia católica, ya que el hombre nace manchado por el pecado original y necesita un nuevo nacimiento con el bautismo para recibir la Gracia de Dios.
Los efectos del bautismo en el bebé son:
- Perdona los pecados y da una vida nueva. Evidentemente un recién nacido no puede cometer ningún pecado, pero en los primeros siglos de cristiandad el Bautismo se administraba a los adultos y con el paso del tiempo, se fue adelantando la edad.
- Une al bebé bautizado a la muerte y resurrección de Jesús, es decir, al ser bautizado el bebé se le asocia al destino de Jesucristo: morir para resucitar a una vida nueva, plenamente feliz.
- Hace partícipe al bautizado de la misma misión de ser sacerdote, profeta y rey que tuvo Jesucristo.
- Incorpora al Bautizado a la Iglesia. La Iglesia está formada por todos los bautizados, nace pues del bautismo.
Historia del bautismo en la religión católica - ¿Por qué bautizar al bebé?
El bautismo es uno de los sacramentos fundamentales en la fe católica, y su origen e importancia data de orígenes bíblicos, ya que el bautismo tiene sus raíces en el Nuevo Testamento. Juan el Bautista practicaba un rito de purificación mediante el cual sumergía a los creyentes en el río Jordán como símbolo de arrepentimiento.
El propio Jesús fue bautizado por Juan, y aunque no necesitaba purificación, lo hizo para dar ejemplo. Después, los apóstoles llevaron a cabo el mandato de Jesús y bautizaron a miles de conversos. En los Hechos de los Apóstoles, se relata cómo Pedro bautizó a 3.000 personas en un solo día en Pentecostés. Con el tiempo, los Padres de la Iglesia desarrollaron una teología profunda del bautismo.
Desde entonces lo consideraron no solo como un rito de purificación, sino como una muerte simbólica al pecado y un renacimiento en Cristo. Es por esto que durante los primeros siglos, el bautismo se administraba principalmente a los adultos, pero con el tiempo, la práctica del bautismo infantil se hizo más común, basada en la creencia de que garantizaba la salvación del niño.
Las fórmulas y rituales fueron estableciéndose, y la aspersión o el derramamiento de agua sobre la cabeza del bautizado se convirtió en la práctica habitual en Occidente, mientras que en algunas tradiciones orientales, la inmersión total aún se mantiene. Hoy, el bautismo sigue siendo un sacramento central en la Iglesia Católica, simbolizando la entrada en la comunidad cristiana y la purificación del pecado.
Qué significa el ropón para el bautizo del bebé
El ropón utilizado durante la ceremonia de bautismo, lleva consigo un profundo simbolismo y tradición. Históricamente, el ropón es una prenda blanca, larga y adornada con detalles finos, que se coloca al bebé durante la ceremonia de bautizo. No importa si es niño, el ropón sigue siendo un vestido para ambos sexos. En muchas culturas, este atuendo se conserva como recuerdo familiar y pasa de generación en generación.
Este atuendo representa la pureza e inocencia del niño y simboliza la nueva vida en Cristo. El color blanco del ropón es símbolo del alma limpia y sin mancha del bebé, ya que se liberará del pecado original gracias al sacramento del bautizo. Esta idea de la pureza se refuerza en las Escrituras, donde varias veces se menciona al blanco como sinónimo de santidad y redención. Vestir al bebé con el ropón es una práctica que remite a la tradición de vestir a los nuevos conversos con túnicas blancas después de su bautismo. El ropón, por lo tanto, no es solo una simple prenda de vestir, sino que es un símbolo de la transformación espiritual que ocurre durante el bautismo, un recordatorio visual de la promesa de Dios de amor, protección y guía para el recién bautizado.
Diferencias entre el bautismo católico y el bautismo por la Iglesia ortodoxa
El sacramento del bautismo para niños es fundamental en el cristianismo y simboliza la purificación, el renacimiento espiritual y la entrada en la comunidad cristiana. Tanto para la Iglesia Católica como la Iglesia Ortodoxa el bautismo de un niño es un rito esencial y comparten similitudes en su práctica, aunque también existen diferencias significativas entre ambos.
El significado del bautismo católico para niños suele estar implícito en el derramamiento de agua tres veces sobre la cabeza del bautizado mientras se pronuncian las palabras 'Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo'. En tanto en la Iglesia Ortodoxa, la práctica común es el bautismo por inmersión, donde el niño es sumergido completa
Durante el bautismo católico, se unge al bautizado con el óleo de los catecúmenos antes del rito del agua y en el bautismo ortodoxo, después de la inmersión en agua, se unge al niño con el Santo Crisma en diferentes partes del cuerpo como frente, ojos, nariz, boca, orejas, pecho, manos y pies. Muchas personas se preguntan para qué se bautiza un niño y la respuesta es para tener una nueva vida en Cristo.
Finalmente durante el rito del bautizo o bautismo, se entrega una vela encendida al bautizado y a sus padrinos, representando la luz de Cristo que entra en la vida del bautizado. En tanto en el rito ortodoxo el bautizado lleva la vela en una especie de procesión alrededor del bautisterio, lo cual simboliza su entrada en la Iglesia como parte de su comunidad.
Bautismo del creyente
bautismo por inmersión a personas con edad suficiente para aceptar el rito
Un bautismo del creyente es un rito cristiano de bautismo en la doctrina de la Iglesia de creyentes. Se refiere a una experiencia de renovación espiritual, en la que un creyente, después de un nuevo nacimiento, decide ser bautizado en agua después de una profesión de fe. Es un punto central del cristianismo evangélico y una de sus principales marcas distintivas.
Origen
El bautismo del creyente se basa en la enseñanza de Jesucristo que invitó a hacer discípulos en todas las naciones y a bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Según los evangélicos, es natural seguir el orden; bautizar a alguien que haya sido discípulo anteriormente, lo cual no es posible con un bebé o un niño.
Historia
Los defensores del bautismo infantil intentaron volver sobre la práctica en la era del Nuevo Testamento, pero en general, no existe evidencia inequívoca de práctica antes del siglo II. El libro de texto más antiguo de la disciplina de la iglesia, Didaché, considera el bautismo de adultos. Los defensores del bautismo del creyente sostienen que los registros no bíblicos no tienen autoridad, y que no existe evidencia en la Biblia o en la literatura cristiana primitiva, lo que demuestra que el bautismo infantil no fue practicado por los apóstoles en el primer siglo.
Reforma
En el siglo XVI, movimiento anabaptista es considerado como el origen del regreso del bautismo del creyente. La Confesión de Schleitheim publicada en 1527 por los hermanos suizos, un grupo de Anabaptistas, de los cuales Michael Sattler a Schleitheim es una publicación que difunde esta doctrina. En esta confesión, el bautismo del creyente se coloca como un fundamento teológico esencial de la doctrina de la Iglesia de creyentes. En 1609, el movimiento bautista hará lo mismo.
El movimiento pentecostal en 1906 y el movimiento carismático en 1960 también aplicaron el bautismo del creyente. Esta práctica se ha convertido en uno de los principales signos de reconocimiento de una iglesia evangélica. Las denominaciones evangélicas que se adhieren a la doctrina de la Iglesia de creyentes, practican el bautismo de los creyentes, por inmersión en agua, después del nuevo nacimiento y una profesión de fe.
Baptisterio
Los baptisterios o comúnmente bautisterios, palabra proveniente del latín baptisterium, sirven para designar a las pequeñas iglesias y capillas destinadas a la administración del bautismo, ya estén aisladas de las grandes basílicas (aunque siempre próximas a estas), adosadas a ellas o dentro de las mismas.
Diseño
Se construyeron en edificio aparte del de la iglesia en la época del emperador romano Constantino (r. 306-337), preferiblemente frente a su puerta principal. Hasta el siglo VI, solo las catedrales tenían baptisterios y son ya raros encontrarlos así a partir del siglo VII. En cambio, se dispusieron como capilla en todas las parroquias a partir de dicho siglo.
Cuando los baptisterios se erigían en edificio separado se elevaban sobre planta central circular o poligonal (principalmente, octogonal) y se coronaban con una cúpula de idéntica planta que se sostenía por arcos apoyados en una columnata concéntrica al muro. Su interior se adornaba con mosaicos y pinturas y en el centro del plano se alzaba la gran pila bautismal de piedra. Casi todos los baptisterios se dedicaron a san Juan Bautista y no se fundaban sino en las ciudades que tenían obispo.
El baptisterio paleocristiano de San Juan en Fuente, en la catedral de Nápoles, se considera el más antiguo de Occidente. Es célebre y típico entre otros el baptisterio de San Juan de Letrán que data de la época de Constantino. Con él compite el mausoleo de Santa Constanza que probablemente sirvió también de baptisterio en la misma época. El primero se elevaba sobre planta octogonal y el segundo, sobre planta circular. Son también dignos de destacar los siguientes baptisterios italianos:
- de planta octogonal, los de Florencia, Bérgamo, Cremona, Milán, Parma, Pistoia, Rávena y Verona;
- de planta hexagonal, los de Aquilea, y Siena;
- de planta circular, los de Nocera Superiore y Pisa;
- de planta en cuadrifolio, el de Biella;
- de planta cuadrada, el de Padua;
También se erigieron desde el siglo XV numerosos baptisterios aislados en Francia, en el Norte de África, en Egipto, en Siria y en algunas otras regiones de Oriente. En España, apenas se conocen baptisterios con esta característica.
Se conoce también con el nombre de baptisterio al lugar o sección de la iglesia dedicado al bautismo, en el cual se ubica la pila bautismal.
Historia
Los primeros cristianos, según san Justino mártir y Tertuliano, no tenían más bautisterios que las fuentes, los ríos, los lagos o la mar que estuviesen más cerca de su habitación y como muchas veces la persecución no les permitía bautizar en medio del día, acudían de noche o conferían el bautismo en sus casas.
Después de que la religión cristiana llegó a ser la religión de los emperadores, además de las iglesias, se construyeron edificios particulares, destinados a la administración del bautismo y por esto se les llamó bautisterios o baptisterios. También allí se podía instruir a los catecúmenos en la Iglesia primitiva.
Pretenden algunos autores que estos bautisterios estaban colocados antiguamente en el vestíbulo interior de las iglesias, como lo están ahora nuestras pilas bautismales pero esto es un error. Los bautisterios eran edificios enteramente separados de las basílicas y situados a alguna distancia de los muros exteriores de estas. No dejan ninguna duda los testimonios de san Paulino, de san Cirilo de Jerusalén y de san Agustín. Separados así los bautisterios han subsistido hasta fines del siglo VI, aunque desde entonces haya habido algunos colocados en el vestíbulo interior de la iglesia, tal como en el que Clodoveo I recibió el bautismo de manos de san Remigio. Después, este uso se hizo general, si se exceptúan un pequeño número de iglesias que han conservado el antiguo, como la de Florencia y todas las ciudades episcopales de Toscana, la Metrópoli de Rávena y la iglesia de San Juan de Letrán en Roma.
La mayor parte de estos edificios eran de una capacidad considerable, en razón de que por la disciplina de los primeros siglos no se administraba entonces más que por inmersión y (fuera del caso de necesidad) solamente en las dos festividades más solemnes del año, la Pascua y Pentecostés. El numeroso concurso de los que se presentaban a recibir el bautismo y la decencia que exigía el que los hombres se bautizasen separados de las mujeres, requerían un local tanto más espacioso cuanto que era necesario disponer allí los altares en que los neófitos recibiesen la confirmación y la eucaristía, inmediatamente después del bautismo. Así el bautisterio de la iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla, era tan espacioso que sirvió de asilo al emperador Basilisco, y de sala de reunión a un concilio muy numeroso.
Los baptisterios tenían muchos nombres diferentes, tales como piscina, lugar de iluminación, etc. todos relativos a las diferentes gracias que se recibían en ellos por el sacramento.
Antiguos baptisterios
Baptisterio de Agliate
Baptisterio de Bérgamo
Baptisterio de Letrán
Baptisterio de Venzone
Baptisterio de Padua (1281)
Forma de los baptisterios
En los autores antiguos se dice poco en cuanto a la forma y adornos de los baptisterios o al menos lo que de ellos se dice es muy incierto. He aquí lo que dice Fleuri sobre la fe de Anastasio, de Gregorio de Tours y de Durando en sus notas sobre el pontificado atribuido al papa Dámaso:
El bautisterio regularmente era redondo, teniendo un hoyo al que se bajaba por algunas escaleras para entrar en el agua; propiamente era un baño. Luego estaba limitado a una gran cuba de mármol o de pórfido como una bañera, por último se reducía a una pila como son en el día las fuentes. Estaba adornado el bautisterio de pinturas análogas al sacramento y alhajado con muchos vasos de oro y de plata para guardar los santos óleos y verter el agua. Muchas veces estos vasos tenían la figura de corderos o ciervos para representar el Cordero cuya sangre nos purifica y para manifestar el deseo de las almas que buscan a Dios, como el ciervo sediento busca la fuente, según la expresión del Ps. 11. Se veía también en el bautisterio la imagen de San Juan Bautista y una paloma de oro o de plata colgada para representar mejor toda la historia del bautismo de Jesucristo y la virtud del Espíritu Santo, que desciende sobre el agua bautismal. Aun algunos decían el Jordán en lugar de las fuentes.
Costumbres de los cristianos tit. 36.
Lo que añade Durando, que los ricos ornamentos con que el emperador Constantino había adornado el bautisterio de la Iglesia de Roma eran como un recuerdo de la gracia que había recibido de manos del papa San Silvestre, es evidentemente falso, porque en el día está demostrado que este príncipe se bautizó en Nicomedia, poco tiempo antes de su muerte.
En el principio, no hubo bautisterios, sino en las ciudades episcopales, de donde procede que el rito ambrosiano no permite que se haga la bendición de las pilas bautismales la víspera de Pascua y de Pentecostés en otra parte que en la iglesia metropolitana de las que las iglesias parroquiales llevaban el agua bendita para mezclarla con otra; después se les ha concedido tener bautisterios o pilas particulares. En la iglesia de Meaux, los curas de la ciudad, llevaban a bautizar los niños a las pilas de la iglesia catedral, desde el sábado santo, hasta el sábado siguiente. Es un derecho unido a la parroquia titular y a algunas agregadas, pero no a todas, ni a las capillas y monasterios, que si lo tienen, no lo poseen sino por privilegio y concesión de los obispos.
Baptisterios moderno
Aunque no es algo común, algunas confesiones cristianas han construido modernos baptisterios. En estos baptisterios de reciente construcción, suele primar la funcionalidad, sobre cualquier otro aspecto especialmente de índole decorativo.
Pila bautismal
vasija grande de piedra u otro material usada para el rito del bautismo por los cristianos
La pila bautismal también conocida con el nombre de fuente bautismal, es una estructura cóncava que sirve como recipiente del agua que se utilizará para impartir el sacramento del bautismo.
Las pilas bautismales se encuentran ya en las catacumbas y desde la paz de Constantino I el Grande en los baptisterios, de fábrica. Las primitivas eran grandes pilas rectangulares y estaban hundidas en el suelo, apareciendo únicamente los bordes encima de él como puede verse en las catacumbas de San Ponciano, donde todavía se conserva una con la particularidad de introducirse en ella el pie de una cruz pintada con gran ornato en el muro. Continuó en los baptisterios construidos desde la paz constantiniana el uso de las pilas grandes y hundidas ya de forma rectangular ya poligonales y cilíndricas, aunque también se dispusieron luego otras elevadas sobre el suelo. Estas últimas se hacían comúnmente de piedra, pero las hubo de bronce, apoyadas unas y otras sobre algún pie o soporte unido a ellas. Suprimido casi en absoluto el bautismo por inmersión al finalizar el siglo XIV (aunque siguió como parcial en algunos lugares durante dos siglos más), las pilas se hicieron de menor tamaño desde el siglo XV y cubrieron en este siglo con una especie de torrecilla o cimborio, o algún otro tipo de tapa.
El exterior de las pilas que no estaban hundidas se adornó con relieves propios del estilo dominante en la época de su labra y a veces con figuras y símbolos alusivos al bautismo. Pero el interior quedaba liso, dividido por lo general en las pilas pequeñas por un tabique en dos compartimientos, uno como depósito y otro para recoger el agua que caía de la cabeza del bautizado.
Se conservan en diferentes lugares pilas de los primeros siglos de la Edad Media como:
- la cilíndrica de Grottaferrata (cerca de Roma), atribuida al siglo V
- la de Baños de Cerrato (Palencia), que puede ser del siglo VII como lo principal de su iglesia y mide 1,10 metros de diámetro
- la de San Isidoro de León, rectangular y con toscos relieves de figuras o escenas bíblicas, atribuida al siglo X
- la de Beuda (Gerona), del siglo XI
- la de San Pedro de Villanueva (Asturias), del año 1107
- la de San Vicente de Ávila (siglo XII)
Alba bautismal
Vestidura blanca que reciben los neófitos tras recibir el bautismo
El alba bautismal es una túnica que se imponía al neófito en la iglesia católica para recibir el sacramento del bautismo. El alba bautismal era una túnica de lino ajustada al talle por medio de un cinturón, estrecha y con mangas como una túnica ordinaria. Talar, envolvía todo el cuerpo y usábala el nuevo bautizado sin ningún otra prenda encima ni debajo.
En el bautismo de San Agustín (Louis de Boulogne II, 1702) vemos al santo utilizando alba bautismal
En los primeros tiempos era costumbre en la Iglesia católica revestir al neófito con una vestidura blanca. Ya en pinturas de las catacumbas se ven a los neófitos vistiendo el alba bautismal. Los escritores sagrados del siglo IV son quienes primeramente hacen mención de esa ceremonia. A ella se refiere Lactatus, San Paulino de Nola, San Cirilo de Jerusalén y San Ambrosio.
La túnica bautismal se daba a los adultos y también a los niños. Joven era San Jerónimo cuando la recibió en Roma. Fue costumbre de la Iglesia latina enviar el alba blanca al neófito antes de la confirmación y en la Iglesia griega después. Los que las llevaban eran llamados in albis indecentes: conductores que van vestidos de blanco.
La ceremonia de imposición del alba bautismal se practicaba pronunciando esta fórmula:
Accipe vestem candidam et inmaculatam, quam preferas sine macula ante tribunal Domini Nostri Jesu-Christi. Amen
Recibe la túnica blanca e inmaculada: ojalá puedas presentarla sin manchas ante el tribunal de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
Parece que esta túnica era santificada por medio de una bendición particular.
El tiempo que esta prenda se llevaba puesta varió según los países. Los egipcios la conservaban hasta su muerte y la vestían en algunas ocasiones como San Antonio cuando, poseído del ansia del martirio se presentó ante el juez. En otras partes sólo se llevaba ocho días y por eso el domingo que seguía a la deposición de la túnica bautismal se llamaba en toda la Iglesia católica Dominica in albis depositis. Durante la octava, el neófito no se la quitaba ni en casa ni en la iglesia y no se desnudaba por sí mismo sino ayudado por otros, siendo esto objeto de una ceremonia. Las mujeres estaban exceptuadas de esta regla.
El alba bautismal se depositaba en la iglesia o en la sacristía del baptisterio y se lavaba con agua bendita mediante una oración especial. Se devolvía para los usos de la iglesia pero no podía servir para otros neófitos. Alguna vez se echó mano de las albas así conservadas como prueba testifical contra apóstatas y descarriados.
En el bautizo de niños se suele usar en la actualidad, en sustitución del alba, una caperuza blanca que se coloca sobre la cabeza del neófito en el momento marcado por el ritual. En otras ocasiones se usa un simple pañuelo blanco, incluso un lazo. En algunas iglesias sin embargo se ha recuperado el uso del alba tanto para el bautizo de niños como para el de adultos.
Agua bendita
agua que ha sido bendecida por un presbítero, obispo o diácono para la celebración del sacramento del Bautismo o para bendecir objetos, entre otras piadosas costumbres
El agua bendita es el agua que ha sido bendecida por un presbítero u obispo para la celebración del sacramento del Bautismo o para bendecir objetos, entre otras costumbres. La bendición del agua se da en la Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Iglesia veterocatólica y en la Iglesia Anglicana.
El agua queda bendecida una vez el ministro trace sobre ella la señal de la cruz con la intención de bendecirla, usualmente utilizando una oración del bendicional. Evidentemente, el agua bendita es indistinguible del agua común y es, además, un sacramental por su profundo significado bautismal.
Historia
La tradición dice que San Alejandro I (sexto papa, del 106 al 115) instituyó el uso del agua bendita, a la que había que añadir sal, para purificar las casas cristianas, así como también introdujo en la eucaristía el pan ácimo y el vino mezclado con agua.
Usos populares
Los fieles suelen utilizar el agua bendita para beber o rociar en objetos, casas, negocios, automóviles, etc. Esto lo hacen con fines de purificación y protección espiritual o física. En la tradición católica se considera que el uso del agua bendita ha auxiliado a los santos a lograr su desarrollo espiritual. Santa Elena escribió lo siguiente:
De muchas veces tengo experiencia que no hay cosa con que huyen más los demonios para no volver, como el Agua Bendita: de la Cruz también huyen, mas vuelven luego: debe ser grande la virtud del agua bendita; para mí es particular y muy conocida consolación la que siente mi alma cuando la tomo. Es cierto que lo muy ordinario es sentir una recreación que no sabría ya darla a entender, como un deleite interior que toda el alma me conforta. Esto no es antojo ni cosa que me ha acaecido sólo una vez, sino muchas, y mirándolo con gran advertencia, digamos como si uno estuviese con mucho calor y sed, bebiese un jarro de agua fría, que parece todo él sintió el refrigerio. Considero yo que gran cosa es todo lo que está ordenado por la Iglesia, y regálame mucho al ver que tengan tanta fuerza aquellas palabras, que así la pongan en el agua, para que sea tan grande la diferencia que hace a la que no es bendita.
Oraciones para bendecir el agua
Al beber el Agua Bendita, se pueden recitar las siguientes oraciones:
Agua Viva
Por virtud de esta Agua Bendita, líbranos Señor de todas mis culpas y pecados. Ven Señor Jesús, habita en mi corazón, hágase tu voluntad en mi vida, protégeme de toda tentación, y líbrame del mal. Amén. MRKV
Te pido, Señor Jesús, que por nos bendigas. Haz que el poder de purificación y de protección lo tenga esta bendición del agua, y que lo que sea que toque este en tu compañía, y en el resguardo de Dios.
Dios todopoderoso,
fuente y origen de la vida del alma y del cuerpo
bendice ésta agua (hacer la señal de la cruz sobre el agua)
que vamos a usar con fe para implorar el perdón de nuestros pecados
y alcanzar la ayuda de tu gracia
contra toda enfermedad y asechanza del enemigo.
Concédenos, Señor, por tu misericordia,
que las aguas viven siempre broten salvadoras,
para que podamos acercarnos a ti con el corazón limpio
y evitemos todo peligro de alma y cuerpo
Por Jesucristo, nuestro Señor,
Amén.
Benditera
Para otros usos de este término, véase Pila.
Las benditeras, aguabenditeras o pilas benditeras son utensilios que contienen un recipiente con agua bendita y que se cuelgan de los muros de la vivienda para persignarse o santiguarse.
Las benditeras son una versión doméstica de las pilas de agua bendita que se encuentran a la entrada de las iglesias, evocando las fuentes de agua tradicionalmente en el entorno o el interior de los lugares religiosos y mágicos. En su uso doméstico popular suelen colocarse junto a la puerta de entrada o en los dormitorios y sirven para que sus dueños se santigüen al acostarse o levantarse. Pueden definirse como pequeñas planchas o placas, generalmente ovaladas, sobre las que se han tallado o moldeado diversos motivos, y en conjunto decoradas. En su parte inferior frontal incluyen un recipiente de poca profundidad destinado a contener agua bendita. La definición técnica en alfarería, más sencilla y clara, las describe como piezas cerámicas de forma variada, pero siempre con una concavidad para contener el agua.
En la alfarería española es una pieza muy común, fácilmente rastreable no sólo en los grandes centros como Manises, Talavera de la Reina o Sevilla, sino en los más recónditos alfares de la geografía peninsular y balear, pero no en Canarias. Se han publicado algunos estudios concretos como los realizados por Isabel Álvaro Zamora.
Aunque existen benditeras de madera, mármol, metal o piedra, la mayoría son de cerámica. Fueron objeto de colección por parte de particulares. Ya desprovistas de todo significado religioso, se adquieren y usan simplemente como piezas de adorno. Asimismo se fabrican innumerables modelos laicos, e incluso se venden moldes en blanco para "colorear" con o sin cocción.
Rito
acto religioso o ceremonial
Un rito (del latín ritus) es un acto religioso o ceremonial, repetido invariablemente en cada una de las comunidades culturales. Tienen un carácter que es la expresión del contenido de los mitos. La celebración de los ritos (ritual) puede consistir en fiestas y ceremonias, de carácter más o menos solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa o de la organización correspondiente, también sirve para ritos humanos como sacrificios con animales destinados para tal fin.
Principales tipos de ritos
- De purificación, que se celebran por medio del agua: por ejemplo, los baños rituales y los bautismos. Lavan al individuo de su culpa y lo hacen digno ante la divinidad correspondiente.
- De sangre, que consisten en el derramamiento de sangre: por ejemplo la circuncisión con fines religiosos o los sacrificios religiosos.
- De tránsito o de paso: se dan en momentos clave de la vida de una persona (nacimiento, pubertad, matrimonio, muerte); son específicos para cada comunidad y cultura.
- Funerarios: relacionados con la muerte y el paso a la otra vida.
- De iniciación: Aquellos que tienen como intención, simbolizar y marcar la transición de un estado a otro, en la vida de una persona.
- Relativos a fenómenos naturales: la primavera, la siembra, la cosecha, las tempestades.
- Exorcismos: para sacar los malos espíritus o demonios de algún lugar o de alguna persona.
- De consagración: de personas (reyes, sacerdotes) o de lugares (templos).
- De conmemoración: en recuerdo de acontecimientos, instituciones, hechos fundacionales.
- De acción de gracias: por las cosechas, por salir de una enfermedad grave, por haber sido salvado de un peligro
- De expiación: para pedir el perdón divino.
En algunas religiones, los rituales puede llevarlos a cabo cualquier creyente, mientras que en otras se necesita la mediación de una persona o institución especial: el oficiante. Esta es la diferencia que existe entre las religiones individualistas como, por ejemplo, la religión de los esquimales, y las religiones comunitarias y eclesiásticas, como la cristiana o la islámica, que presuponen la tarea de un sacerdote o mediador.
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