Este es un mandamiento en contra de tener relaciones sexuales con alguna otra persona que no sea tu esposo(a). El adulterio (del latín adulterium) se refiere a la unión sexual de dos personas cuando uno o ambos están casados con otra persona.
A través de los siglos, en diversas culturas, el adulterio ha sido moralmente censurado y hasta penado, considerándoselo un delito, pero esto no ha impedido que muchas personas lo practiquen.
Si se está casado y se tienen relaciones sexuales con otra persona, se está cometiendo adulterio.
Hay quienes creen que, en la caracterización anterior, se da un sentido amplio a “relaciones sexuales”. Bajo dicha creencia, cometer adulterio no sólo incluye la comisión carnal del acto sexual con una persona diferente al esposo o la esposa, sino que se comete hasta con mirar y desear a una persona que no sea el cónyuge.
Adulterio y Fornicación
¿Una persona puede estar en adulterio y fornicación al mismo tiempo?
FORNICACIÓN: La fornicación (del latín: fornicari, que significa "tener relaciones sexuales con una prostituta", que deriva de: fornix, zona abovedada —donde habitualmente se apostaban las prostitutas romanas—, burdel). Se conoce como fornicación a la relación sexual a cambio de dinero, y también es un término usado en referencia a la relación sexual FUERA del ámbito matrimonial, es decir, aquella relación sexual que se dé entre dos personas que no están unidas por este vínculo conyugal. A los que actúan de este modo, se los ha denominado como "fornicarios".
ADULTERIO: se refiere a la unión sexual de dos personas cuando uno o ambos están casados con otra persona, es la traición a la mujer o al hombre con el cual se tiene un compromiso serio y eterno.
En la Actualidad
En nuestra sociedad permisiva, ha sido tratado con mucha suavidad, explicandolo incluso como parte de la naturaleza humana. Sin embargo, al leer las Escrituras nos percatamos que no hay nada suave en el adulterio y que sus consecuencias son dolorosas, permanentes y prolongadas.
Proverbios 2:16-17
16 Serás librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras, 17 La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios.
Proverbios 14:1
La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba.
Se enfatiza la sabiduría como medio de prevención del adulterio. No jugar con fuego. No “dar alas” a una persona. Es decir, no flirtear con ella, porque lo que inicia como un juego inocente, termina como un castigo permanente.
Proverbios 6:29
Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare.
Hay un proverbio que menciona que la vara es para la espalda de los necios. Y es que justamente eso es lo que pasa cuando se enreda en una relación adúltera. Los golpes, heridas e incluso hasta la muerte, se asocian al adulterio.
Proverbios 12:4
La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos.
Proverbios 31:10
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Si tienes una esposa sabia, hermosa, prudente, cuídala! Ámala!. Se fiel. Si quieres disfrutar del amor, disfrútalo con tu esposa. ¡Guarda tu amor sólo para ella! ¡No se lo des a ninguna otra! No compartas con nadie el gozo de tu matrimonio.
Proverbios 5:15-19
15 Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo. 16 ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de aguas por las plazas? 17 Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo. 18 Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, 19 Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.
Este quizá es el mejor consejo a tomar en un matrimonio para prevenir un adulterio. Mantente bebiendo de tu misma fuente de gozo. Porque andarás bebiendo aguas turbias y contaminadas?. El deleite permanente con tu esposa te librará del adulterio.
Proverbios 6:26
Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.
Este versículo anterior es intensamente fuerte. Nos relata dos ámbitos. Uno que significa perder tus finanzas, al enrolarte con la prostitución. Sin embargo, el adulterio puede llevarte a la muerte.
Generalmente la persona agraviada no perdonara ni aunque aumentes los regalos. La venganza será su arma. Así que por esta y muchas razones hay que alejarse del adulterio.
Proverbios 30:20
El proceder de la mujer adúltera es así: Come, y limpia su boca Y dice: No he hecho maldad.
Consecuencias del Adulterio: Le fallas a Dios.
David y Betzabe
¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. 2 Samuel 12:9
Perdida de Confianza: Espíritu de celos.
Proverbios 6:34
Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza.
Corrompe su Alma
Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.
Proverbios 6:32
Ya no tiene la inocencia o ingenuidad al hablar de este tema. La mente de la persona adultera se corrompe permanentemente.
La Muerte
Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. 2 Samuel 12:10
Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón. Proverbios 6:26
Nuestros Hijos tienen las mismas inclinaciones:
11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. 12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.
2 Samuel 12:11-12
Entonces pusieron para Absalón una tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón a las concubinas de su padre, ante los ojos de todo Israel. 2 Samuel 16:22
Psicología del Adulterio
El tema presente tiene que ver con todo el cúmulo de emociones que se dan cuando una pareja sufre los embates del adulterio. Definitivamente son emociones intensas que pueden llevar a consecuencias físicas. Vamos a comentar ambas posiciones, tanto del que adultera, como del agraviado.
Conocer las emociones es parte de la sanidad de la pareja.
El Adultero
PREPOTENTE. “Yo soy libre de hacer lo que quiera.”
La persona que adultera es advertida por varias personas pero generalmente no suele atender consejos hasta que las consecuencias se hacen evidentes. Por eso el escritor de proverbios dice:
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. 7 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.
Proverbios 3:5-8
ANGUSTIA. Por fallarle a Dios y a su cónyuge. Temor de que hijos se enteren.
ANSIEDAD. Temor a ser descubierto. Temor a las consecuencias.
Huye el impío sin que nadie lo persiga; Mas el justo está confiado como un león.
Proverbios 28:1
ENGAÑO. Tiene que mentir para esconder su conducta.
CINISMO. Corrompe su alma.
Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.
Proverbios 6:32
El que adultera puede abandonar a su esposa e hijos y dejarlos a la deriva económica sin que eso le produzca mayor remordimiento.
El Agraviado
DECEPCIÓN. Su mundo se viene abajo. La idealización del cónyuge se convierte en su peor enemigo.
–Maldito el hombre que confía en el hombre.
–El único ser perfecto es Jesús.
DESEO DE VENGANZA. No perdonara aunque aumentes los regalos.
CELOS.
Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza.
Proverbios 6:34
No aceptará ningún rescate, Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.
Proverbios 6:35
Los celos son amargos.
PENSAMIENTOS SUICIDAS.
Sin El o Ella, mi vida no tiene sentido. No le quedan fuerzas para luchar.
JESÚS ES EL ÚNICO QUE LE DA SENTIDO A TU VIDA.
Restauración del Adulterio
David fue a consolar a Betsabé, y tuvo relaciones sexuales con ella. Con el tiempo, ella tuvo un hijo, y David le puso por nombre Salomón. Fue tanto el amor de Dios por el niño, que envió al profeta Natán para que les dijera:
2 Samuel 12:24-25
24 Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová, 25 y envió un mensaje por medio de Natán profeta; así llamó su nombre Jedidías, a causa de Jehová.
Introducción.
El adulterio deja muchas secuelas de dolor, sufrimiento, enemistades, hogares rotos, que para restaurarse se necesita de todo un proceso largo, tedioso muchas veces,,pero que puede dar mucha alegría cuando los resultados son satisfactorios. Es posible restaurar matrimonios con la ayuda de Dios.
Reconocer el Adulterio como una falla ante Dios.
Reconocer que se le fallo al cónyuge.
–El dolor ha sido intenso. Es de los Dolores emocionales mas intensos.
El Adulterio es un pecado Perdonable.
Jesús también murió por este pecado.
– Dios dejo atrás el adulterio de ellos y amo a Salomón.
El Adulterio es un problema del corazon.
– Hay que darle el tratamiento necesario. NO SE JUSTIFIQUE
Puedes reiniciar tu matrimonio de nuevo.
– La base es el perdón.
– La confianza será necesaria.
– Busca asesoría profesional.
– Tener mucha paciencia con el cónyuge ofendido, ya que la ira y los celos,pueden aparecer frecuentemente en la relación.
El Divorcio
Es importante recordar las palabras de la Biblia en:
Malaquías 2:16
Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
De acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso de toda la vida.
Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Mateo 19:6
Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores. En el Antiguo Testamento Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4).
El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Mateo 19:8.
La controversia de si el divorcio y el segundo casamiento son permitidos de acuerdo con la Biblia, gira principalmente alrededor de las palabras de Jesús en Mateo 5:32 y 19:9.
La frase “salvo por causa de fornicación" osea excepto en caso de infidelidad conyugal, es lo único en la Escritura, que posiblemente da el permiso de Dios para el divorcio. Muchos intérpretes entienden esta “cláusula de excepción” como refiriéndose a “infidelidad conyugal” durante el período de “desposorio”. En la costumbre judía, un hombre y una mujer se consideraban casados, aún mientras todavía estaban comprometidos, es decir, “prometidos”. La inmoralidad durante este período de “desposorio” debería entonces ser la única razón válida para un divorcio.
Sin embargo, la palabra griega traducida como “infidelidad conyugal” es una palabra que puede significar cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar fornicación, prostitución, adulterio, etc. Posiblemente Jesús está diciendo que el divorcio es lícito, si se comete inmoralidad sexual. Las relaciones sexuales como tales son una parte integral del vínculo marital “y serán una sola carne” (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Efesios 5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo, por medio de relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser una razón lícita para el divorcio.
Si es así, Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La frase “y se casa con otra” (Mateo 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son permitidos en una instancia de la cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es importante notar que solamente a la parte inocente se le permite volver a casarse. Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del segundo casamiento después de un divorcio, es la misericordia de Dios para aquel contra el que se ha cometido pecado, no para el que ha cometido inmoralidad sexual. Puede haber instancias donde a la “parte culpable” se le permite volver a casarse – pero tal concepto no es enseñado en este texto.
Algunos entienden 1 Corintios 7:15 como otra “excepción”, que permite el segundo casamiento si un cónyuge incrédulo se divorcia de un creyente. Sin embargo, el contexto no menciona el segundo casamiento, sino que solamente dice que un creyente no está limitado a continuar un matrimonio, si un cónyuge no creyente quiere abandonarlo. Otros demandan que el abuso a cónyuge o hijo son razones válidas para el divorcio, aunque no están listadas como tales en la Biblia. Aunque éste, bien pudiera ser el caso, nunca es sabio suponer sobre la Palabra de Dios.
Algunas veces, perdidos en la discusión sobre la cláusula de excepción, está el hecho de que lo que quiera que signifique “infidelidad marital”, ésta es un permiso para el divorcio, no un requisito para el mismo. Aún cuando se haya cometido adulterio, una pareja puede por medio de la gracia de Dios aprender a perdonar, y comenzar a reconstruir su matrimonio. Dios nos ha perdonado mucho más. Con seguridad podemos seguir su ejemplo y aún perdonar el pecado del adulterio (Efesios 4:32).
Sin embargo, en muchas instancias, un cónyuge es impenitente y continúa en inmoralidad sexual. Posiblemente ahí es donde Mateo 19:9 puede ser aplicado. Muchos también cuentan demasiado rápido con el segundo casamiento después de un divorcio, cuando el deseo de Dios sería que permanezcan solteros. Algunas veces Dios invita a una persona a permanecer soltera, de manera que su atención no sea dividida (1 Corintios 7:32-35). El segundo casamiento después de un divorcio puede ser una opción en algunas circunstancias, pero eso no significa que esta es la única opción.
Es doloroso que el índice de divorcio entre los cristianos profesos sea casi tan alto como el del mundo incrédulo. La Biblia deja meridianamente claro que Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16) y esa reconciliación y perdón deberían ser las marcas de la vida de un creyente (Lucas 11:4; Efesios 4:32). Sin embargo, Dios reconoce que el divorcio se va a dar aún entre Sus hijos. Un creyente divorciado o vuelto a casar no debería sentirse menos amado por Dios, aún si su divorcio o segundo matrimonio no estuvieran cubiertos bajo la posible cláusula de excepción de Mateo 19:9. Dios a menudo utiliza aún la desobediencia pecaminosa de los cristianos para llevar a cabo una gran cantidad de cosas buenas.
8) No Robaras.
Este mandamiento es en contra de tomar cualquier cosa que no nos pertenezca sin permiso de la persona a quien pertenece.
El LADRÓN es considerado como uno de los seres humanos más despreciables.
Un ladrón es todo aquel que toma algo de la propiedad de otro, sin permiso de éste.
La explicación es muy sencilla. Para cumplir con este mandamiento no hay más que distinguir claramente qué pertenece a otra persona. No es muy difícil, dirán todos, sin querer hablar más sobre el particular. Desde luego, no es difícil, como tampoco es difícil cumplir los Diez Mandamientos, si en verdad se quiere. Condición previa es, sin embargo, que el hombre los conozca, y aquí es donde falla precisamente, en la mayoría de los casos.
Para cumplir con este mandamiento ¿habéis pensado en qué consiste la propiedad de vuestro prójimo, de la cual no debéis tomar nada?
Es su dinero, sus joyas, sus vestidos, quizá su casa, su hacienda con ganado y todo lo que hay en ella. Pero el mandamiento no dice que se trata únicamente de bienes terrenales. Hay también bienes que representan valores mucho más grandes.
La propiedad del hombre está constituida también por su reputación, su prestigio público, sus pensamientos, su modo de ser, la confianza de que goza de parte de otras personas, si no de todas, al menos de algunas.
Llegado hasta aquí, más de uno, al enfrentarse con este mandamiento, verá empequeñecerse el orgullo que lleva guardado en su alma. Pues, pregúntate a ti mismo si no has tratado nunca, aun con buena fe, de quebrantar la confianza de la que gozaba un hombre de parte de otro, aunque lo hayas hecho únicamente para recomendar precaución. De ser así, hurtaste a la persona que gozaba de esta confianza, pues tú se la robaste o trataste de hacerlo. Robas a tu prójimo también, cuando sabes algo de sus asuntos privados y lo repites a otro sin el permiso correspondiente. Ahora puedes comprender cuál es la culpa de los hombres que hacen negocios con este tipo de cosas o las utilizan para su lucro.
Las personas que actúan así van tejiendo una red colosal, en la cual se enredan cada vez más a consecuencia de la transgresión permanente de las Leyes divinas, de tal manera que nunca pueden liberarse. A menudo, su culpa es mayor que la de los estafadores y ladrones vulgares. Culpables, igual que encubridores, son los que apoyan a esta clase de “negociantes” y los ayudan en su oficio vergonzoso. En la vida privada o de negocios, todo hombre serio, de carácter honorable, tiene derecho, y el deber, de pedir credenciales o explicaciones directamente a toda persona que se le acerque con una petición determinada, para así poder darse cuenta hasta dónde puede tener confianza y acceder a los deseos formulados. Proceder de otro modo sería malsano y reprochable.
Por otra parte, el cumplimiento de este mandamiento redunda en provecho del sentido intuitivo que va despertando más y más al paso que evolucionan y salen a la luz sus facultades. El hombre adquiere, por tanto, un conocimiento cada vez más perfecto sobre el ser humano, un conocimiento que había perdido por comodidad. Gradualmente va perdiendo lo muerto, lo mecánico, hasta resucitar como hombre.
Surgen de esta manera hombres de carácter, mientras que el hombre actual, criado artificialmente como animal de manada, tiende por obligación a desaparecer.
Tomaos la molestia de reflexionar profundamente sobre este punto, y procurad no encontrar al fin, en las páginas de vuestro libro de cuentas, la constancia de haber violado muchas veces este mandamiento.
La Cleptomanía
Muchas veces hemos oído alrededor de la palabra cleptomanía comentarios como “es que está enfermo”, “no….. ¡es un ladrón!”, “ lo tenía todo pensado.”
Pero ¿cómo se define en realidad este trastorno?
La característica esencial de la cleptomanía es la dificultad para controlar los impulsos de robar cualquier objeto, aun cuando no le sea necesario para la persona o su valor económico sea bajo.
Los objetos son robados a pesar de que tengan poco valor para el individuo, que tendría medios económicos para adquirirlos y que con frecuencia se desprende de ellos o no los usa nunca.
A veces el individuo acumula los objetos robados o los devuelve inesperadamente del lugar donde los ha robado. En principio es una enfermedad rara y sólo la sufren menos del 5 % de los ladrones de tiendas identificados, aunque sí es cierto que la padecen más mujeres que hombres.
Los individuos con cleptomanía son conscientes de que se trata de un acto equivocado y sin sentido.
Con frecuencia, la persona teme ser arrestada y se siente deprimida o culpable de los robos. Como sería de suponer el trastorno crea problemas legales, familiares, profesionales y personales. El trastorno puede continuar durante años a pesar de los problemas que pueden suponer.
No debemos equivocarnos y confundir la cleptomanía con los actos ordinarios de robo o sustracción de pequeños objetos en tiendas. El robo ordinario (ya sea planificado o impulsivo) es ahí que se aplica la palabra de Dios cuando dice:
No Robaras, cuando es deliberado y está motivado por la utilidad del objeto o por su valor económico. Algunas personas, especialmente los adolescentes, pueden también arriesgarse a robar como un acto de rebeldía o como revancha.
La cleptomanía se relaciona con otros trastornos de control de impulsos como pude ser la piromanía (provocar incendios), el juego patológico (máquinas tragaperra) o la tricotilomanía ( arrancarse el pelo).
El tratamiento suele ser individual y consiste en aprender a controlar los impulsos y las tentaciones que lleva a la persona a perjudicarse a sí misma o a los demás. Los tres pilares del programa son: Identificación de las conductas de ira y de las situaciones que la provocan, establecer objetivos, y entrenar en técnicas cognitivo-conductuales para controlar la impulsividad.
Continua en Los Diez Mandamientos V
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