Apologetica-Teologia-Ciencias Biblicas

Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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jueves, 11 de septiembre de 2014

La Biblia V: Cánones I

Portada de la primera edición por Cornelis Boel, Londres, Robert Barker, 1611

Canon Bíblico
Se denomina canon bíblico a la lista de libros que son aceptados por la Iglesia y otras confesiones cristianas como texto sagrado de inspiración divina. Actualmente la Iglesia católica reconoce 73 libros como parte de la Sagrada Escritura: comprende 46 escritos para el Antiguo Testamento, y 27 para el Nuevo Testamento. Por su parte, las iglesias protestantes reconocen 66 libros como parte de la Sagrada Escritura: 39 para el Antiguo Testamento, y 27 para el Nuevo Testamento.

Etimología
La palabra canon deriva del nombre griego κανών
"kanon"que significa "caña" "vara", o también
"norma" o "medida", que a su vez se deriva de la palabra hebrea קנה "kaneh" que se utiliza a menudo como un estándar de medición. Por extensión pasó a significar «la norma recta» o correcta y la lista de los documentos o conceptos que conforman dicha norma.

Canon del Nuevo Testamento
La escritura y difusión de los libros del Nuevo Testamento sucedió en el transcurso de varias décadas. Durante el primer siglo de cristianismo los textos son tan escasos que a duras penas permiten dilucidar la mera existencia de una tradición escrita. Si bien los Padres Apostólicos del siglo I citan frecuentemente el Antiguo Testamento, en lo que respecta a Jesucristo abundan reminiscencias poco precisas,​ con gran dificultad para distinguir si provienen de un evangelio escrito o de una tradición oral, e incluso atribuyendo hechos y frases a Cristo que no quedaron registrados en la Biblia.​ El canon fluctuó durante siglos, en diversas regiones, aceptando o rechazando obras como el Apocalipsis, Clemente, Hermas o Bernabé, y quedó establecido entrado el siglo IV.

El Apocalipsis fue excluido del canon del obispo Cirilo, doctor de la Iglesia, y no se consideró sagrado en la Iglesia de Jerusalén. No se incluyó en el Concilio de Laodicea, ni lo aceptó Gregorio Nacianceno, uno de los padres de la Iglesia. Tampoco se encuentra en la traducción siriaca Peshitta, de finales del siglo III; y en las copias conservadas del siglo V en adelante se excluyen también las epístolas II de Pedro, II y III de Juan, y la de Judas.

Desarrollo temprano
El primer testimonio de una colección de libros cristianos ha llegado a nuestros días en persona de Marción de Sinope, un teólogo dualista que en julio de 144 expuso sus doctrinas ante los presbíteros de Roma, lo cual le valió la excomunión. Marción era radicalmente anti-judío: rechazó la totalidad del Antiguo Testamento y reescribió once de los libros que hoy conforman el Nuevo Testamento para propagar su doctrina. Este compendio de once libros junto al rechazo de todos los demás constituye el primer esbozo de un canon bíblico. En contraposición a Marción, varios autores eclesiásticos elaboraron sus propias listas de libros admitidos, a las que se puede agregar por interés histórico la lista de libros que integran los códices más antiguos.
  • El Fragmento Muratoriano, cercano al año 170, lista todos los libros del Nuevo Testamento a excepción de Hebreos, Santiago, y 1 y 2 Pedro. Explica Altaner: «Incluye, con reservas, el Apocalipsis de Pedro, y rechaza como falsas y marcionistas las cartas de San Pablo a los de Laodicea y Alejandría... Al Pastor de Hermas se le reconoce únicamente como obra digna de ser leída».
  • Eusebio de Cesarea (siglo IV) elaboró una lista completa y temprana que describe cuatro categorías de libros:
  1. Libros aceptados universalmente (Homologoumena).
  2. Los que están en duda o no son aceptados por todos los cristianos pero dignos de ser leídos (Antilegómena): Epístola a los Hebreos, la Epístola de Santiago, la Epístola de Judas, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, el Apocalipsis de Juan.
  3. Textos que deben considerarse espurios (Notha), o sea, útiles para enseñar pero que no fueron inspirados por Dios (Evangelio de los Hebreos, el Apocalipsis de Pedro, los Hechos de Pablo, el Pastor de Hermas, la Epístola de Bernabé y la Didaché).
  4. Los que son decididamente falsos y divergen de la doctrina cristiana tradicional.
  • El Códice Vaticano (siglo IV) es una Biblia manuscrita que contiene muchos de los libros actualmente comprendidos en el canon.
  • El Códice Sinaítico (siglo IV) incluye todos los libros del canon moderno, y agrega la Epístola de Bernabé y El Pastor.
  • El Códice Alejandrino (siglo V) incluye todos los libros del canon moderno, y agrega la Primera y Segunda epístola de Clemente.
  • Orígenes (siglos II-III) admitía todos los libros salvo Santiago, 2da Pedro, 2 Juan y 3 Juan; además incluía El Pastor y el Evangelio de Santiago dentro de los canónicos.
  • Atanasio de Alejandría en el año 367 anota la primera lista de libros que coincide exactamente con el Nuevo Testamento tal como hoy se acepta universalmente.
A partir del año 367 se multiplican los testimonios coincidentes con el Canon Bíblico actual: tanto en el decreto del papa Dámaso I (382), como el concilio de Hipona (393), los sínodos de Cartago (397 y 419),​ y la traducción Vulgata al latín (382-405) sellan el canon de la Biblia durante más de mil años.

Durante el renacimiento algunos autores como Erasmo de Róterdam (†1536) pusieron en duda la autoría paulina de la Epístola a los Hebreos sin dudar de su contenido. En 1522 Martín Lutero consideró que cuatro libros, Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis habían de calificarse como Antilegómena, por lo tanto, se incluyen en la última sección de su edición de la Biblia.​ A partir de entonces algunas biblias luteranas llegaron al punto de describirlos como Apócrifa o simplemente removerlos. Estas disputas contra la Tradición llevaron a que el Concilio de Trento definiera el Canon como uno de los dogmas de la Iglesia Católica.
Libros aceptados por distintas fuentes cristianas
LibroMarciónCódice VaticanoCódice SinaíticoCódice AlejandrinoOrígenesEusebioAtanasioLutero
MateoSiSiSiSiSiSiSi
MarcosSiSiSiSiSiSiSi
LucasSiSiSiSiSiSiSiSi
JuanSiSiSiSiSiSiSi
HechosSiSiSiSiSiSiSi
RomanosSiSiSiSiSiSiSiSi
1 CorSiSiSiSiSiSiSiSi
2 CorSiSiSiSiSiSiSiSi
GálatasSiSiSiSiSiSiSiSi
EfesiosSiSiSiSiSiSiSiSi
FilipensesSiSiSiSiSiSiSiSi
ColosensesSiSiSiSiSiSiSiSi
1 TesSiSiSiSiSiSiSiSi
2 TesSiSiSiSiSiSiSiSi
1 TimoteoSiSiSiSiSiSi
2 TimoteoSiSiSiSiSiSi
TitoSiSiSiSiSiSi
FilemónSiSiSiSiSiSiSi
HebreosSiSiSiSiSiSiAntileg.
SantiagoSiSiSiAntileg.SiAntileg.
1 PedroSiSiSiSiSiSiSi
2 PedroSiSiSiAntiSiSi
1 JuanSiSiSiSiSiSiSi
2 JuanSiSiSiAntileg.SiSi
3 Juan
SiSiSiAntileg.SiSi
JudasSiSiSiSiAntileg.SiAntileg.
ApocalipsisSiSiSiAntileg.SiAntileg.
1 ClementeSi
2 ClementeSi
Evangelio

de Santiago

Si
DidachéEspurio
BernabéSiEspurio
El PastorSiSiEspurio

Tablas del Nuevo Testamento

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Desarrollo en la Iglesia católica
Fue en el Concilio de Roma del año 382, cuando la Iglesia Católica instituyó el Canon Bíblico con la lista del Nuevo Testamento de Atanasio y los libros del Antiguo Testamento de la Versión de los LXX; esta versión fue traducida del griego al latín por
Jerónimo, con la Vulgata, por encargo de la iglesia, que en la práctica sería la primera Biblia en el sentido concreto, y pleno de la palabra. Posteriormente los Concilios regionales III de Hipona del 393, III de Cártago del 397 y IV de Cártago del 419, en los cuales participó Agustín, apllrobaron definitivamente dicho canon. En el año 405 esta lista fue enviada por
Inocencio al obispo Exuperio de Tolosa (en la Galia, hoy Francia), donde aparece el canon bíblico con los 73 libros ya existentes. El Concilio de Trento fijó el canon de la Iglesia católica declarándolo dogma. 

Canon del Antiguo Testamento
El primer canon desarrollado de lo que se conoce como Antiguo Testamento (AT) es el Canon Alejandrino, comúnmente llamado Septuaginta o "Biblia de los Setenta" (Μετάφραση των Εβδομήκοντα), y generalmente abreviada simplemente LXX, que fue traducida de textos hebreos y arameos más antiguos que las posteriores series de ediciones que siglos más tarde fueron asentadas en la forma actual del texto hebreo-arameo del Tanaj o comúnmente llamada "Biblia hebrea". Para su formación, la mayoría de los escritos sagrados judíos debieron ser vertidos de sus originales hebreos y arameos al griego. Su traducción inició en el Siglo III a. C. (c. 280 a. C.), y concluyó hacia finales del Siglo II a. C.. La Septuaginta fue el texto utilizado por las comunidades judías de todo el mundo antiguo más allá de Judea, y luego por la iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griega.​ Junto con el Tanaj, constituye la base y la fuente del Antiguo Testamento de la gran mayoría de las Biblias cristianas. De hecho, la partición, la clasificación, el orden y los nombres de los libros del Antiguo Testamento de las Biblias cristianas no viene del Tanaj, sino que proviene de los códices judíos y cristianos de la Septuaginta. Existe una hipotesis que sostiene que hacia el año 70 d. C., un grupo de fariseos que habían escapado del asedio de Jerusalén, se reunieron en Yamnia, y fundaron una escuela. Y hacia el 95 d. C., llegaron a un consenso sobre la lista (o canon) de los libros hebreos que habrían de ser parte del Tanaj judío, quedando establecido así el llamado Canon Palestinense para la mayoría de los judíos de habla y cultura hebrea, a principios del siglo II d. C.El Canon Palestinense
significó el rechazo de una serie de textos que grupos de maestros judíos de habla griega habían incluido en el Canon Alejandrino en los siglos II y I a.C. El Canon Alejandrino sigue siendo utilizado por la escuela rabínica de Alejandría. Por una tradición histórica que data del siglo XVI, se llama protocanónicos a todos los escritos comúnmente admitidos en el Tanaj hebreo, así como en la Biblia griega de los LXX, y Deuterocanónicos a todos los escritos presentes en la Biblia griega de los LXX, pero no en el Tanaj. La voz
“deuterocanónico” significa “del segundo canon”, en contraposición a la voz “protocanónico”, que significa “del primer canon”.,Cuando en el año 382 d. C., se forma el Canon que más tarde sería conocido como "la Biblia" por obra del Papa Dámaso I, para la formación del Antiguo Testamento se usa casi la totalidad de la Septuaginta, pero excluyendo algunos libros por consejo de Jerónimo, entre los cuales están Los Libros III IV de los Macabeos, el Libro III de Esdras, el Libro de Enoc, el Libro de los Jubileos y el Apocalipsis de Baruc. Este es el canon que rige hasta hoy en día en la Iglesia Católica.

En el año 457 d. C., ocurre el llamado "Cisma Alejandrino" que da origen a la Iglesia Copta. Con el ánimo de diferenciarse de la Iglesia Católica, se forma el Canon Copto que si bien acepta el Nuevo Testamento definido por los católicos, adopta el Canon Alejandrino como Antiguo Testamento, incorporando los libros objetados por San Jerónimo. Esto fundamentado en la primigenia tradición cristiana que utilizaba la Septuaginta como el conjunto de los escritos inspirados por Dios para el pueblo de Israel.

El Canon del Antiguo Testamento protestante fue estipulado por Martín Lutero en el siglo XVI. Lutero tenía una mala percepción de los libros de Ester, Hebreos, Santiago, Judas y del Apocalipsis. Tenía duras palabras para el Apocalipsis, del que decía que no podía "de ninguna forma detectar que el Espíritu Santo lo haya producido". Aunque en un primer momento Lutero pensó en excluir también algunos libros del Nuevo Testamento, finalmente optó solo por aplicar el Canon Palestiniense a la traducción latina de la biblia, excluyendo así un total de 7 libros del Antiguo testamento. Así el Antiguo Testamento protestante quedó en gran parte, idéntico al de la Biblia hebrea o Tanaj. Las diferencias entre la Biblia hebrea y el Antiguo Testamento protestante son pequeñas, y tienen que ver tan solo con la disposición y el número de libros. Por ejemplo, mientras la Biblia hebrea considera el libro de Reyes como un texto único, el Antiguo Testamento protestante lo divide en dos libros. De forma similar, Esdras y Nehemías se consideran un solo libro en la Biblia hebrea. Las diferencias entre la Biblia hebrea y otras versiones del Antiguo Testamento como el Pentateuco Samaritano, los cánones sírio o griego son mayores. La mayoría de estos cánones incluyen libros e incluso secciones de libros que los otros no poseen.

Otro conjunto de libros, escritos en gran parte durante el periodo intertestamentario, son llamados el deuterocanon ("segundo canon") por los católicos, el deuterocanon o anagignoskomena ("dignos de lectura") por las Iglesias Ortodoxas Orientales, y los apócrifos bíblicos ("cosas ocultas") por los protestantes. Se trata de obras reconocidas por las Iglesias católica, ortodoxa oriental y ortodoxa oriental como parte de las Escrituras (y, por tanto, deuterocanónicas en lugar de apócrifas), pero los protestantes no las reconocen como de inspiración divina. Algunas Biblias protestantes -especialmente la Biblia inglesa King James y la Biblia luterana- incluyen una sección de "Apócrifos". Muchas denominaciones reconocen los libros deuterocanónicos como buenos, pero no al nivel de los demás libros de la Biblia. El anglicanismo considera que los apócrifos son dignos de ser "leídos como ejemplo de vida", pero no de ser utilizados "para establecer doctrina alguna". El Lutero hizo una declaración paralela al llamarlos "no considerados iguales a las Sagradas Escrituras, pero [... ] útiles y buenas para leer"

Tabla de diferencias:

Canon del Antiguo Testamento
Tradición OccidentalTradición OrtodoxaTradición OrientalJudaísmo
LibrosProtestanteCatólicaOrtodoxa

Griega

Ortodoxa GeorgianaApostólica

Armenia

Ortodoxa CoptaOrtodoxa EtíopeBiblia

Rabínica

PentateucoTorá
GénesisSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Bereshit

ÉxodoSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Shemot

LeviticoSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
NúmerosSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
DeuteronomioSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Devarim

HistoriaNevi'im
JosuéSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Yehoshua

JuecesSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Shofetim

RutSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Rut (parte del Ketuvim)

1 y 2 SamuelSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Shemuel

1 y 2 ReyesSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Melakhim

1 y 2 CrónicasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Divrei Hayamim (parte del Ketuvim)

Oración de ManasésNo NoNo No(Parte de Odes)(Parte de Odes)Sí Sí (?)Sí Sí No
Ezra

(1 Ezra)

Sí Sí 

1 Esdras

Sí 

Esdras B'

Sí 

1 Ezra

Sí 

1 Ezra

Sí Sí Sí 

Ezra–Nehemías (parte del Ketuvim)

Nehemías

(2 Ezra)

Sí Sí 

2 Esdras

Sí 

Esdras Γ' o

Nehemías

Sí 

Nehemías

Sí Sí Sí 
1 Esdras

(3 Ezra)

No NoNo No

3 Esdras

Sí 

Esdras A'

Sí 

2 Ezra

Sí 

2 Ezra

No NoSí 

Ezra Kali

No No
2 Esdras 3–14

(4 Ezra o Apocalipsis de Esdras)

No NoNo No

4 Esdras

No NoSí 

3 Ezra

Sí 

3 Ezra

No NoSí 

Ezra Sutu'el

No No
2 Esdras 1–2; 15–16

(5 y 6 Ezra o Apocalipsis de Esdras)

No NoNo No (parte de 4 Esdras)No No (Manuscritos)No NoNo NoNo NoNo NoNo No
EsterSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Ester (parte del Ketuvim)

Adiciones a EsterNo NoSí Sí Sí Sí Sí Sí No No
TobitNo NoSí Sí Sí Sí Sí Sí No No
JuditNo NoSí Sí Sí Sí Sí Sí No No
1 MacabeosNo NoSí Sí Sí Sí Sí No NoNo No
2 MacabeosNo NoSí Sí Sí Sí Sí No NoNo No
3 MacabeosNo NoNo NoSí Sí Sí No NoNo NoNo No
4 MacabeosNo NoNo NoNo No (apéndice)Sí No No (Tradición Temprana)No NoNo NoNo No
JubileosNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoSí No No
EnocNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoSí No No
1 Macabeos EtíopesNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoSí No No
2 y 3 Macabeos EtíopesNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoSí No No
Pseudo-Josephus (Zëna Ayhud)No NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoSí 

(Canon amplio)

No No
Josephus Guerra Judía VINo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo No
Testamentos de los Doce PatriarcasNo NoNo NoNo No(Manuscritos)No NoNo No(Manuscritos)No NoNo NoNo No


José y AsenatNo NoNo NoNo NoNo NoNo No(Manuscritos)No NoNo No(Tradición Temprana)No No
SabiduríaKetuvim
Libro de JobSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Iyov

Salmos 1–150Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Tehillim

Salmo 151No NoNo No(Manuscritos)Sí Sí Sí Sí Sí No No
Salmos 152–155No NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo No
Salmos de SolomonNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo No
ProverbiosSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

(En 2 libros)

Sí 

Mishlei

EclesiastésSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Qohelet

Cantar de los CantaresSí Sí Sí 

Aisma Aismaton

Sí 

Aisma Aismaton

Sí Sí Sí Sí 

Shir Hashirim

Sabiduría de SalomónNo NoSí Sí Sí Sí Sí Sí No No
Sirá (1–51)No NoSí Sí Sí Sí Sí Sí No No
Oración de Solomon

(Sirá 52)

No NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo No
Profetas mayoresNevi'im
IsaíasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Yeshayahu

Asensión de IsaíasNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo No (Tradición Temprana)No No
JeremíasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Yirmeyahu

Lamentaciones (1–5)Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

(parte de Säqoqawä Eremyas)

Sí 

Eikhah (parte de Ketuvim)

Lamentaciones (6; 7:1–11,63)No NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoSí 

(parte de Säqoqawä Eremyas)

No No
BarucNo NoSí Sí Sí Sí Sí Sí No No
Carta de JeremíasNo NoSí 

(capítulo 6 de Baruc)

Sí Sí Sí Sí Sí 

(parte de Säqoqawä Eremyas)

No No
Apocalipsis

de Baruch (2 Baruc 1–77)

No NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo No
Carta de Baruc

(2 Baruc 78–87)

No NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo No
Apocalipsis de Baruc

(3 Baruc)

No NoNo NoNo No (Manuscritos)No NoNo NoNo NoNo NoNo No
4 BarucNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoNo NoSí 

(parte de Säqoqawä Eremyas)

No No
EzequielSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Yekhezqel

DanielSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 

Daniyyel (parte de Ketuvim)

Adiciones a DanielNoSí Sí Sí Sí Sí Sí No No
Profetas MenoresTrei Asar
OseasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
JoelSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
AmósSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
AbadíasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
JonásSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
MiqueasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
NahúmSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
HabacucSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
SofoníasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
AgeoSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
ZacaríasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
MalaquíasSí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 
Desarrollo del canon del Nuevo Testamento
Entre las diversas denominaciones cristianas, el canon del Nuevo Testamento es una lista generalmente aceptada de 27 libros. Sin embargo, la forma en que se organizan esos libros puede variar de una tradición a otra. Por ejemplo, en las tradiciones eslava, ortodoxa etíope, siríaca y armenia, el Nuevo Testamento se ordena de manera diferente a lo que se considera el arreglo estándar. Las Biblias protestantes en Rusia y Etiopía generalmente siguen el orden ortodoxo local para el Nuevo Testamento. La Iglesia Ortodoxa Siria y la Iglesia Asiria de Oriente se adhieren a la tradición litúrgica Peshitta, que históricamente excluye cinco libros del Antilegomena del Nuevo Testamento: 2 Juan, 3 Juan, 2 Pedro, Judas y Apocalipsis. Sin embargo, esos libros están incluidos en ciertas Biblias de las tradiciones siríacas modernas.

Otras obras del Nuevo Testamento que generalmente se consideran apócrifas aparecen, sin embargo, en algunas Biblias y manuscritos. Por ejemplo, la Epístola a los Laodicenses se incluyó en numerosos manuscritos de la Vulgata latina, en las dieciocho Biblias alemanas antes de la traducción de Lutero. Asimismo, la Tercera Epístola a los Corintios [nota 6] fue considerada una vez como parte de la Biblia ortodoxa armenia, pero ya no se imprime en ediciones modernas. Dentro de la tradición siríaco ortodoxa, la Tercera Epístola a los Corintios también tiene una historia de importancia. Tanto Aphrahat como Ephraem de Siria lo tenían en alta estima y lo trataban como si fuera canónico. Sin embargo, fue excluido de la Peshitta y finalmente excluido del canon por completo.

La Didaché, El pastor de Hermas, y otros escritos atribuidos a los Padres Apostólicos, fueron considerados escritura sagrada por varios padres de la Iglesia primitiva. Todavía se les honra en algunas tradiciones, aunque ya no se consideran canónicos. Sin embargo, ciertos libros canónicos dentro de las tradiciones ortodoxas etíopes encuentran su origen en los escritos de los Padres Apostólicos, así como en las Órdenes de la Iglesia Antigua. Las iglesias ortodoxas de etíopes reconocen estos ocho libros adicionales del Nuevo Testamento en su canon más amplio. Son los siguientes: los cuatro libros de Sínodos, los dos libros del Pacto, Clemente etíope y Didascalia etíope.

Septuaginta
La Biblia griega, también conocida como Biblia Septuaginta o Biblia de los Setenta (en griego antiguo: ἡ Μετάφρασις τῶν Ἑβδομήκοντα; en griego moderno: Μετάφραση των Εβδομήκοντα; en latín: Septuaginta o Vetus Testamentum Graece iuxta LXX interpretes), y generalmente abreviada LXX, es la traducción más antigua existente en griego koiné de los libros hebreos y arameos de la Biblia hebrea, la Septuaginta también incluye algunos escritos originalmente en griego.

Se piensa que los cinco libros del Pentateuco (o sea la Torá, también llamada "La Ley") fueron traducidos bajo el reinado de Ptolomeo II (285–246 a. C.), y los otros libros hebreos y arameos más tarde. Las traducciones de los últimos de los libros proféticos aparecieron probablemente antes del año 130 a. C. circa. Se calcula que el más reciente de los libros de la Septuaginta, la Sabiduría, fue escrito entre los años 80 y 50 a. C. Algunos eruditos sitúan en el siglo I de la Era Cristiana la traducción al griego de los libros de Ester, Rut, Eclesiastés, Lamentaciones y el Cantar de los Cantares, quizás por Aquila (activo alrededor del año 130 d. C.).

Características
La Septuaginta representa una síntesis en que se subraya el monoteísmo judío e israelita, así como el carácter universalista de su ética.

La Biblia Septuaginta fue el texto utilizado por las comunidades judías de habla y cultura griega fuera de Judea. Luego, la iglesia cristiana primitiva también la utilizaba pues muy pocos cristianos pudieran leer el hebreo. De hecho, la partición, la clasificación, el orden y los nombres de los libros del Antiguo Testamento de las Biblias cristianas no viene del Tanaj o Biblia hebrea, sino que proviene de los códices judíos y cristianos de la Septuaginta.

Ya antes de Cristo se hacían recensiones de la Septuaginta para acercarla al texto vigente en hebreo. Por eso los eruditos suelen distinguir estos desarrollos posteriores de lo que suponen ser el texto original de la Septuaginta, que denominan el "Griego Antiguo" (en inglés "Old Greek", abreviado como "OG"). El uso de este término puede ser o ideal o práctico: idealmente, es el texto original griego "tal como salió de la mano del traductor"; pero en la práctica, dado que el original por lo general no se conserva puramente, es la forma griega más antigua recuperable a través de la evidencia sobreviviente. Así el término "Septuaginta" es bastante ambiguo, y algunos eruditos dicen que, "De hecho, no existe tal cosa como La Septuaginta." Otros han escrito que, "¿Qué es, pues, La Septuaginta? Para hablar muy a las claras, es una palabra mediocre de conveniencia que conlleva mucha inutilidad. Pero parece que tengamos que aceptar que no se desaparecerá." Dicen ello en referencia al confuso proceso formativo de la misma. La base de la traducción griega de la Septuaginta de los libros aceptados en la Biblia hebrea fue un texto que a veces se acercaba a la tradición heredada en el texto masorético, y a veces era bastante diferente.

Etimología
El nombre de Septuaginta se debe a que solía redondearse a 70 el número total de sus 72 presuntos traductores. La Carta de Aristeas presenta como un hecho histórico una antigua versión de acuerdo con la cual, por instrucciones de Ptolomeo II Filadelfo (284-246 a. C.), monarca griego de Egipto, 72 sabios judíos enviados por el Sumo sacerdote de Jerusalén, trabajaron por separado en la traducción de los textos sagrados del pueblo judío. Según la misma leyenda, la comparación del trabajo de todos reveló que los sabios habían coincidido en su trabajo de forma milagrosa. Sin embargo, al presente sabemos que uno de los criterios de autoridad más frecuentemente implementados en esos contextos histórico-geográficos, consistía en atribuir a los textos sagrados algún supuesto origen que se pudiera remontar a hechos extraordinarios. Aunque en general se trataba de textos vertidos de lenguas semíticas (hebreo y arameo), algunos de estos escritos fueron originalmente redactados en lengua griega.​ En general se piensa que la LXX habría sido formada con el objetivo de cultivar la fe de las comunidades de israelitas piadosos que vivían en la Diáspora, y que se comunicaban en la lengua griega común (koiné). En aquella época, residía en Alejandría una muy nutrida y numerosa comunidad de inmigrantes hebreos. Sin embargo, dado que la orden habría provenido del rey Ptolomeo II Filadelfo, también es probable que el fin de la misma fuera proveer a la Biblioteca de Alejandría de una versión griega de los textos sagrados hebreos.

Proceso formativo
Para su formación, la mayoría de los escritos sagrados judíos debieron ser vertidos de sus originales hebreos y arameos al griego. Su traducción inició en el Siglo III a.C. (c. 280 a.C.), y concluyó hacia finales del Siglo II a.C. (c. 100 a.C.). Inicialmente fue traducida la Torá,​ Libro de la Ley o Pentateuco y el resto del trabajo se completó paulatinamente, en los dos o tres siglos siguientes. El filósofo judío Aristóbulo, quien vivió en Alejandría durante el reinado de Faraón Ptolomeo VI Filometor (181-145 a.C.), confirma este dato al referirse a ella en una carta al rey en los siguientes términos: “[…] la completa traducción de todos los Libros de la Ley (el Pentateuco), en los tiempos del rey Filadelfo, ancestro vuestro […]”

Aunque no se conoce exactamente la fecha y el lugar de estas traducciones, los estudiosos proponen que una escuela de traductores se ocupó de verter el Libro de los Salmos de David, en Alejandría, hacia el año 185 a. C.. Más tarde tradujeron los Libros de Ezequiel y Jeremías, así como el Dodecaprofetón, o Libro de los XII Profetas [Menores]. Más tarde tradujeron los escritos históricos: (Josué, Jueces y Reyes), y, luego, finalmente, el Libro de Isaías. El Libro de Daniel fue traducido alrededor del año 150 a. C. Los Libros de los Macabeos, Sabiduría y Eclesiástico, fueron incorporados en el curso de los Siglos II y I a.C.
Algunos eruditos sitúan en Palestina, durante el Siglo I d. C., la traducción al griego de los libros de Ester, Rut, Eclesiastés, Lamentaciones, y el Cantar de los Cantares, acaso por Aquila.​

Los escritos y textos hebreos y arameos, que sirvieron de base para la formación de la Biblia Septuaginta, carecían de gramemas dotados de valores fonéticos vocales, capitalización (alternancia mayúsculas/minúsculas), signos de puntuación y acentuación, algunos ciertos tipos de conectores lógicos, y algunas conjunciones, artículos, prefijos y sufijos adverbiales y/o preposicionales. (Más tarde, se agregaron al idioma hebreo algunos signos con valores fonéticos vocálicos, surgiendo así el llamado Texto Masorético.) Estos antecedentes podrían contribuir a explicar algunas diferencias interpretativas entre la Biblia griega de los LXX y el texto hebreo-arameo conocido, y el hecho de que algún tiempo después, en ambientes judíos, algunos revisores hubieran procedido a tratar de “corregir” la Biblia alejandrina a fin de asimilarla a este último. Esta compilación de textos y de escritos sagrados judíos traducidos al griego fue, desde un principio, bastante socorrida para ilustrar la fe de las comunidades judías e israelitas de la Diáspora, permitiendo el acceso a los textos sagrados de sus padres y ancestros a las comunidades de israelitas piadosos que no hablaban hebreo, ni arameo.

Historia del texto
Los manuscritos más antiguos de los LXX conocidos hasta ahora, son fragmentos del Siglo II a.C. del Levítico y el Deuteronomio (Rahlfs, Núms. 801, 819, y 957), y fragmentos del Siglo I a.C. del Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio y los profetas menores (Rahlfs, Núms. 802, 803, 805, 848, 942, y 943). En Qumrán fueron hallados rollos con fragmentos griegos de Éxodo (7Q1), Levítico (4Q119-120), Números (4Q121), y Deuteronomio (4Q120, 122); así como porciones de algunos de los libros deuterocanónicos: las dos terceras partes de Sirácides (Gruta 2), porciones de Tobías (Gruta 4), de Baruc (Gruta 7), de la Epístola de Jeremías (7Q2), y, muy probablemente, de Susana (4Q551). Al realizar el trabajo filológico, se observan variaciones, a veces muy importantes, entre los textos encontrados en los diferentes códices de la Septuaginta y entre estos y el Texto Masorético. Durante muchos siglos, los estudiosos bíblicos pensaron que todas las variantes textuales y estilísticas entre la Septuaginta y el Tanaj
tan solo eran producto de malas traducciones, del desconocimiento cabal del Tanaj, de errores de copistas, o incluso de la falta de interés en la fidelidad al texto hebreo-arameo. Sin embargo, cuando a partir de los descubrimientos de Qumrán los estudiosos finalmente tuvieron a su alcance los rollos manuscritos del Mar Muerto, pudieron darse cuenta de que las variaciones propias de la Septuaginta se hallaban reflejadas también en manuscritos hebreos y arameos bastante más antiguos que las formas actuales del Tanaj judía; las cuales se derivan del texto masorético, que data de los Siglos IV al VIII d. C.. Una lectura atenta de los Códices griegos revela que los textos asentados en la Biblia LXX representan fielmente, con certeza total, textos en un estado “primitivo”, carente de un estilo pulido y acabado, mucho más primario y primigenio, que el actual texto hebreo-arameo masorético, bastante más pulido y editado en el curso de los siglos posteriores. Y tales diferencias se perciben de un modo sumamente especial en libros que presentan variantes consistentes en el orden de versos, ideas inacabadas o faltas de pulido, presentes en la versión LXX de los Libros de Samuel, Reyes, Ester, Job, Proverbios, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, y Daniel. El actual texto hebreo-arameo masorético refleja numerosas correcciones en términos de estilo, que incluyen variaciones en el orden de numerosos versos y pasajes, y redondeo de ideas que no habían sido asentadas de forma digerida, correcta o elegante en los antiguos textos hebreos y arameos premasoréticos, de donde fue tomada, de forma más temprana, la Biblia Septuaginta.

Ante las controversias suscitadas en torno de estos hechos, algunos estudiosos señalan que, en numerosos casos, en Qumrán se han hallado manuscritos hebreos que avalan la versión griega de los LXX, y otros que respaldan al texto masorético. Se ha determinado finalmente, que aquellos manuscritos que avalan la Septuaginta son mucho más antiguos que aquellos que respaldan al texto masorético.​ Hacia el año 70 d. C., un grupo de rabinos que habían escapado del asedio de Jerusalén, se reunieron en Yamnia, y fundaron una escuela. Y hacia el 95 d. C., llegaron a un consenso sobre la lista (o canon) de los libros hebreos que habrían de ser parte del Tanaj judía, quedando establecido así el llamado Canon Palestinense para la mayoría de los judíos de habla y cultura hebrea, a principios del Siglo II d. C.. El Canon Palestinense significó el rechazo de una serie de textos que grupos de maestros judíos de habla griega habían incluido en el llamado Canon Alejandrino, o Biblia de los Setenta, en los Siglos II y I a. C. El Canon Alejandrino sigue siendo utilizado por la escuela rabínica de Alejandría. Por una tradición histórica que data del Siglo XVI, se llama protocanónicos a todos los escritos comúnmente admitidos en el Tanaj hebreo, así como en la Biblia griega de los LXX, y deuterocanónicos a todos los escritos presentes en la Biblia griega de los LXX, pero no en el Tanaj. La voz “deuterocanónico” significa
“del segundo canon”en contraposición a la voz
“protocanónico”, que significa “del primer canon”.
Sin embargo, hoy se sabe que, en orden cronológico, el Canon Alejandrino fue primero que el Palestinense.

Hacia fines del Siglo I, y principios del Siglo II, el judío Teodoción hizo una revisión de la LXX, tratando en lo posible de hacerla coincidir con los textos hebreo-arameos con ciertas ediciones propias de esa época, los cuales hoy se llaman los “protomasoréticos” —debido a que de ellos se derivan los “textos masoréticos” de siglos subsecuentes—, los cuales ya incluían algunas importantes “revisiones” tempranas de grupos de rabinos de esos siglos. Entre 123 d. C. y 130 d.C., Aquila de Sinope hizo una nueva traducción, siguiendo textos hebreos de manera literal. Símaco hizo una nueva traducción hacia el 170 d.C., en la que buscaba mejorar la calidad de la redacción griega.4​ Hasta ese momento, todavía los libros más tarde compilados bajo el término “Biblia” solían circular por separado. En el Siglo III, Orígenes compuso la
Hexapla, en donde compara en forma de columnas seis versiones enteras del Antiguo Testamento, la quinta de las cuales corresponde a la Septuaginta. A partir de esta, y tras cotejarla con nuevas traducciones, Orígenes editó una versión completa, en la cual indicó las diferencias con el texto masorético hebreo-arameo, llenando los pasajes omitidos de forma primigenia con textos procedentes de la edición tardía (del Siglo II) del judío Teodoción. Aunque la Hexapla como conjunto se perdió, se conservan fragmentos importantes. Otras ediciones de la Septuaginta, han sido atribuidas a Hesiquio de Jerusalén y a Luciano de Antioquía.​

Los manuscritos bíblicos extensos más antiguos que incluyen la Versión de los LXX en la parte de sus textos correspondiente al Antiguo Testamento de las Biblias cristianas, son el Códex Sinaíticus y el Codex Vaticanus, del Siglo IV, el Códex Alexandrinus, de la primera mitad del Siglo V. Existen algunas diferencias textuales, de número y de orden de los libros, entre estos tres Códices: El Códex Sinaíticus omite algunos textos, aún protocanónicos, e incluye I y IV Macabeos. El Códex Vaticanus omite los cuatro Libros de los Macabeos, e incluye algunas partes y pasajes propios del texto griego conocido del Libro de Enoc.​ Y el Códex Alexandrinus incluye los cuatro Libros de los Macabeos, el Libro de las Odas y el Libro de los Salmos de Salomón.​

Diferencias Canonicas
Además de los textos del Tanaj o Biblia hebrea,
la Biblia Septuaginta incluye algunos otros que no son incluidos en aquella. Estos textos reciben varias nomenclaturas: las iglesias cristianas ortodoxas los llaman “anagignoscomenos”, y la Iglesia católica los llama “deuterocanónicos”. La mayoría de las iglesias protestantes actuales, sin embargo, los consideran apócrifos. Fueron leídos por maestros judíos de habla griega y por comunidades judías de habla y cultura griega de los Siglos II a.C. I, e incorporados a los códices de la Biblia desde entonces y en siglos subsecuentes, con diferencias regionales, por las comunidades cristianas primitivas.​ La mayoría son reconocidos como canónicos e incluidos en la Biblia hasta la actualidad por todas las iglesias cristianas ortodoxas (calcedonianas y no calcedonianas), y también por la Iglesia católica, aunque con algunas diferencias entre los libros aceptados por una u otra iglesia. Algunas ramas del protestantismo, como los luteranos y anglicanos, incluyen estos libros en sus Biblias, y los consideran lecturas recomendables ricas en enseñanzas, aunque no como textos de autoridad normativa o dogmática. Existen cuando menos unos cinco libros en la Biblia LXX que -por influencia de Jerónimo- no son reconocidos por la Iglesia católica como deuterocanónicos. Ellos son 1 Esdras (llamado en la Vulgata 3 Esdras), 3 Macabeos, 4 Macabeos, Odas Salmos de Salomón. Los primeros dos libros,
sin embargo, sí son reconocidos por la Iglesia ortodoxa. Dichas series de textos, algunos de los cuales fueron redactados de forma original en lengua griega, hoy son reconocidas y agrupadas por múltiples autores bajo el nombre conjunto de “Plus de los LXX” o “Plus de la Septuaginta”. Para efectos de estudio, en las siguientes líneas se ha desarrollado de forma detallada un listado muy primario de estos documentos:
  1. El Libro III de Esdras [E]
  2. El Libro de Tobit —en algunas versiones llamado “Libro de Tobías— [EW]
  3. El Libro de Judit [EW]
  4. El Libro de la Sabiduría [EW]
  5. El Libro del Eclesiástico —en algunas versiones llamado “Libro de Sirácides”, o “Libro del Sirácida”—, junto a su respectivo “Prólogo del traductor griego” (Capítulo 1a)​ [EW]
  6. El Libro de Baruc propiamente dicho (Baruc 1:15'—5:9), junto a su respectivo Exordio (Baruc 1:1-15') [EW]
  7. La Epístola de Jeremías —nomenclaturada, en la Biblia Latina, “Capítulo 6” del Libro de Baruc—, junto a su respectivo Epígrafe (Verso 1a, o 1bis) [EW]
  8. Los Libros I y II de los Macabeos [EW]
  9. Los Libros III y IV de los Macabeos [E]
  10. El Libro de las Odas; que incluye la Oración de Manasés [C] y el Himno Matutino [C], y otros 13 textos [C] retomados de otros libros bíblicos canónicos, junto con sus epígrafes [C]
  11. El Libro de los Salmos de Salomón, junto con sus Epígrafes [C]
  12. Numerosas variantes aditivas, substractivas y ordinales a varios de los libros protocanónicos del Antiguo Testamento, más o menos mayores en el caso del texto de los Libros de Samuel, los Reyes, Ester, Job, los Salmos de David, los Proverbios, Isaías, Jeremías, y las Lamentaciones [EH]
Entre estas variantes se destacan, de manera especial:
  1. Variantes aditivas, substractivas y/o substitutivas mayores consistentes al Libro de Ester —comúnmente agrupadas bajo el nombre conjunto de “Resto de Ester—, junto a su respectivo Colofón (Ester 10:3l, o 10:14) [EW]
  2. El Resto del Epílogo al Libro de Job (Job 42:17a-17e, o 42:18-22) [E] 
  3. Varios de los Epígrafes propios de los Capítulos del Libro de los Salmos de David [E] 
  4. El Salmo 151 Capítulo 151 del Libro de los Salmos de David, junto a su respectivo Epígrafe (Salmos 151:1a) [E] 
  5. El Introito del Libro de las Lamentaciones (Lamentaciones 1:1a) [E]
  6.  El texto griego antiguo, OG,14​ del Libro de Daniel,
conteniendo variantes aditivas, substractivas y ordinales más o menos mayores a varios de los textos, pasajes y capítulos de dicho documento [CH]

Entre estas variantes se destacan, de forma peculiarmente especial:
  1. El texto griego antiguo, OG, del pasaje Daniel 3:24bis-90; que incluye la Oración de Azarías y el Himno de los 3 Jóvenes, junto a sus respectivas Notas complementarias [EWT]
  2. El texto griego antiguo, OG, de la Historia de Susana —nomenclaturada, en la Biblia Latina, “Capítulo 13” del Libro de Daniel—, junto a su respectivo Epílogo (Verso 63 OG, según el numeral de Alfred Rahlfs) [EWT]
  3. El texto griego antiguo, OG, de la Historia de Bel y el Dragón —nomenclaturada, en la Biblia Latina, “Capítulo 14” del Libro de Daniel—, junto a su respectivo Epígrafe (Verso 1 OG, según el numeral de Alfred Rahlfs) [EWT]
Algunos importantes manuscritos de la Biblia
Septuaginta incluyen, asimismo, las partes y pasajes propios del texto griego conocido de:
  1. El Libro de Enoc [C]
  2. El Libro de los Jubileos [C]
  3. Las Apocalipsis de Baruc [C]
  4. Los Paralipómenos de Baruc [C]
Algunas breves siglas:
  • [C] Incluido completo en uno alguno de los Códices de la Biblia LXX, aunque no recibido de forma consensual por todos los Patriarcados que forman parte de la Iglesia Ortodoxa. Algunos de estos textos han sido recibidos por algunos de ellos, y/o también por algunas Iglesias ortodoxas orientales.
  • [E] Incluido completo en el Canon Amplio Oriental del Antiguo Testamento, seguido por las Biblias propias de la Iglesia Ortodoxa. Todos estos libros están dentro del canon de las iglesias nestorianas y del canon de la Iglesia Copta.
  • [W] Incluido completo en el Canon Amplio Occidental del Antiguo Testamento, seguido por las Biblias propias de la Iglesia católica latina occidental.
La mayoría de los libros de estas series fueron escritos durante el período intertestamentario;​ es decir, son algo más tardíos que el resto de los libros del Antiguo Testamento, y algo más tempranos que los escritos propios del Nuevo Testamento; por lo cual representan cierta continuidad lógica y necesaria, y suplen las lagunas culturales de otra forma existentes entre ambos Testamentos. De la misma manera, algunos de estos textos representan creencias y valores ancestrales de tribus israelitas no judías; es decir, que existieron fuera del judaísmo de Judá, o Judea.

Ediciones impresas
  • La editio Princeps es la Biblia políglota complutense basada en manuscritos ahora perdidos, parece transmitir versiones muy antiguas.
  • La Edición Aldina, iniciada por Aldo Manucio, apareció en Venecia en 1518. El texto es más cercano al Codex Vaticanus que al de la Complutense.
  • Más utilizada ha sido la Edición Romana, o Sixtina, la cual reproduce el Codex Vaticanus. Fue publicada en 1586, bajo la dirección del Cardenal Caraffa, por orden del papa Sixto V, para apoyar la traducción de la Vulgata, ordenada por el Concilio de Trento. Ha sido reeditada varias veces.
  • La Edición de Grabe fue publicada en Oxford, de 1707 a 1720, y se basa en el Codex Alexandrinus, que se encuentra en el Museo Británico de Londres.
  • La Edición de Swete, conocida de forma común y familiar como Biblia de Cambridge, se basa de manera preferente en el Códex Vaticanus, si bien teniendo en cuenta variantes y porciones retomadas de numerosos Códices, mayores y menores. Fue impresa y editada por la Universidad de Cambridge, y dada a conocer en tres gruesos volúmenes que fueron siendo publicados en los años de 1887, 1891 y 1894. Algunas reediciones de la misma, aunque no la primera, incluyen ciertas partes y pasajes propios del texto griego conocido del Libro de Enoc, cuya edición se basa en el Códex Vaticanus, así como en el Códex Panopolitanus.
  • La Edición de Tischendorf, conocida de forma común y familiar como Biblia de Oxford, se basa en el Códex Sinaíticus. Fue impresa y editada por la Universidad de Oxford, y publicada en el año de 1922. (Constantino de Tischendorf ya había publicado, con anterioridad, el Nuevo Testamento del Códex Sinaíticus en 1911.)
  • Alfred Rahlfs, estudioso alemán que dedicó varias décadas de su vida al rescate del texto de la Biblia Septuaginta, en Gotinga, Sajonia, comenzó su Edición en 1917, la cual una vez completa fue publicada en 1935. Se basa de manera preferente en el Códex Alexandrinus, el más completo de los tres grandes códices griegos, si bien incluye algunas series de variantes del Códex Vaticanus, el Códex Sinaíticus, y algunas otras fuentes, y ofrece notas críticas respecto a las variantes de las distintas fuentes.​ Se realizaron numerosas ediciones: 1.ªEd. 1935; 3.ªEd. 1949; 4.ªEd. 1950; 5.ªEd. 1952; 6.ªEd. 1959; 7.ªEd. 1962; 8.ªEd. 1965.
  • The Göttingen Septuagint (Vetus Testamentum Graecum: Auctoritate Academiae Scientiarum Gottingensis editum) es considerada la mejor edición crítica. Ha sido publicada por Volúmenes, entre 1931 y 2006, y aún no está completa. Presenta numerosas variantes de muy distintas fuentes.
  •  En 2006, la Sociedad Bíblica Alemana publicó una revisión de la Edición de Rahlfs, revisada por Robert Hanhart. Esta editio altera incluye miles de variantes respecto a la edición original.
Traducciones impresas
  • En el año de 1851Sir Lancelot C.L. Brenton publicó la primera Traducción Inglesa de la Biblia Septuaginta Griega. Esta versión se ciñe al Canon Amplio Oriental, seguido por las Biblias cristianas ortodoxas, que incluye el Salmo 151, la Oración de Manasés,​ los Libros III de Esdras, y III y IV de los Macabeos. 
  • En el año 2007, un equipo de estudiosos de la Organización Internacional para Estudios de la Septuaginta y Afines publicó una Nueva Traducción Inglesa de la Septuaginta. Esta versión incluye, junto a los habituales del Canon Ortodoxo, el Libro de los Salmos de Salomón, y versiones alternas comparadas de textos paralelos de los libros de Josué, los Jueces, Tobías, Daniel, Susana, y Bel y el Dragón
  • En el año de 1986, un equipo de estudiosos de La Sorbona de París comenzó a publicar, por entregas de Tomos y Volúmenes, La Bible d'Alexandrie, traducción al francés de la Biblia LXX. Esta versión francesa no ha sido terminada hasta la fecha. 
  • En el ámbito hispánico, desde 1928 existe la Biblia de Jünemann, una traducción literal de la Biblia griega al español hecha por el sacerdote de origen alemán Guillermo Jünemann. El Antiguo Testamento de esta versión está basado en gran parte de la Septuaginta. La Biblia de Jünemann se ciñe al Canon Amplio Occidental, seguido por las Biblias católicas, aunque en Versión OG. 
  • Un equipo de traductores dirigido por Natalio Fernández Marcos y María Victoria Spottorno Díaz-Caro, del CSIC, tradujo al español la Septuaginta a partir de las últimas ediciones críticas. En 2008 apareció el primer volumen, con el Pentateuco (Ediciones Sígueme, Salamanca). A finales de 2011 apareció el segundo volumen (Libros históricos). En noviembre de 2013, el tercero (Libros poéticos y sapienciales). Y finalmente, en octubre de 2015, se publicó el cuarto y último volumen (Libros proféticos).
Archivos informáticos
  • La Edición de Swete del Antiguo Testamento Según los LXX, se encuentra disponible en formato de archivo escanográfico en el sitio de Christian Classics Ethereal Library. 
  • El archivo de texto más completo de la Edición de Rahlfs de la Biblia Septuaginta, en griego koiné original, ha sido el capturado por un equipo de estudiosos del Centro de Análisis Computarizado de Textos (CCAT) de la Universidad de Pensilvania, y está disponible en formato de estudio morfológico en el sitio del CCAT, y en formato navegable (HTML) en el sitio de Thesaurus Indogermanischer Text und Sprachmaterialien (TITUS), auspiciado por la Universidad Johann Wolfgang Goethe, de Fráncfort del Meno, y en Internet Sacred Text Archive (en este último sitio, con opción a compra en formato propietario). Este archivo contiene las 6 variantes más notorias del documento histórico, que son dos diferentes versiones de Josué, de los Jueces, de Tobit, de Daniel, de Susana, y de Bel y el Dragón.
  • La Traducción Inglesa de Brenton, es posible encontrarla en formato navegable, con opción a compra en formato propietario, en el sitio de la English Translation of the Greek Septuagint Bible.
  •  La Nueva Traducción Inglesa, es posible encontrarla para ser descargada por partes en formato propietario de archivos PDF en el sitio de la NETS (New English Translation of the Septuagint). 
  • Así mismo, es posible descargar gratuitamente, en formato propietario, el archivo CCAT sobre el texto de Rahlfs, hasta en 8 distintas opciones de mapeo, partición y acentuación del mismo (con ciertas omisiones, sin embargo, con respecto del texto del CCAT, como son las versiones alternas más tardías de 6 de los escritos doblemente vertidos), desde The Unbound Bible, un proyecto de Biola University, así como el archivo de La Sagrada Biblia de Don Guillermo Jünemann, que ha sido creado por VE Multimedios.
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