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domingo, 22 de diciembre de 2013

Sectas Judías II: Los Zelotes-Los Herodianos


Los Zelotes

Los zelotes o zelotas fueron un movimiento político-nacionalista en el siglo I fundado por Judas el Galileo poco después de nacer Jesús. Fueron la facción más violenta del judaísmo de su época, enfrentándose frecuentemente a otras facciones como los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener "celo por el dinero". El vocablo zelota ha pasado a ser sinónimo en varios idiomas de intransigencia o radicalismo militante. El término "zelota", en hebreo kanai (קנאי, frecuentemente usado en su forma plural, קנאים kana'im), significa alguien que cela por Yahvé. El término deriva del griego ζηλωτής (zelotes), (gr.gr. griego zeµloµteµs),"emulador, celoso, admirador o seguidor".
La palabra "zelote" o "zelota" es una trascripción del griego "zelotai" que significa, únicamente, "celosos". A su vez, este término helénico no era sino la traducción de la autodenominación que se daban los componentes de este colectivo: "qannaim" (celosos, en hebreo) o "qananayya" (celosos, en arameo). El nombre implicaba un celo religioso destinado a preservar el honor del Dios de Israel contra cualquier persona, cosa o situación que, a juicio de los zelotes, lo menoscabara.

Inspiración

El partido de los zelotes, descrito por Flavio Josefo como la “cuarta filosofía” entre los judíos. Se les llamaba zelotes porque seguían el ejemplo del sacerdote Matatías y sus hijos y seguidores, que manifestaron celo por la ley de Dios cuando Antíoco IV intentó suprimir la religión judía (1 Macabeos 2:24–27), y el ejemplo de Finees, que evidenció un celo parecido en momentos de apostasía en el desierto (Números 25:11; Salmo 106:30).  Los zelotes tenían como modelo a Fineés, un nieto de Aarón, que no había dudado, llevado por el celo de Dios, en traspasar de una lanzada a un israelita y a una pagana mientras se encontraban fornicando (Números 25:7-13).  Con este predecente, no debería extrañarnos que los zelotes mataran a los judíos que se casaban con no-judías sin ningún tipo de proceso previo (Sanhedrín 9, 6).

Su movimiento comenzó con Judas de Galilea en los días de Quirino como una oposición clandestina al poderío romano. Ellos sostenían que la violencia era justificada si libraba a la nación de sus opresores extranjeros. Flavio Josefo los describió como fanáticos cuyas extravagantes demandas y destemplada imprudencia se transformaron en obstáculos para su propia causa. El movimiento, no mencionado como tal en el Nuevo Testamento, comenzó cuando Judas el galileo encabezó una sublevación contra los romanos en el año 6 d. C. (Hechos 5:37). “Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados.”

Inicios

La primera referencia histórica a los zelotes como partido articulado se nos da en relación con los secuaces de Menahem que, en el año 66 d. C., intentaron hacerse con el control de la guerra contra Roma (Guerra II, 441). El término es utilizado también por Flavio Josefo para hacer referencia a los rebeldes jerosilimitanos del invierno del 66-67 d. C. (Guerra II, 651) y a los seguidores de Juan de Giscala que se hicieron con el área del Templo en el 67 d. C. De la misma manera, las fuentes rabínicas sitúan las actividades de los zelotes en el periodo de la guerra contra Roma (Abot de Rabbi Nathan 6, 8). Estas noticias son evidentemente correctas porque, como ya vimos en su momento, desde la revuelta de Judas el Galileo (que debió de tener lugar durante la infancia de Jesús), los judíos intentaron tratar las tensiones con Roma pacíficamente y, como mucho, recurriendo a lo que ahora denominaríamos "acciones no-violentas". Con todo, la historia de este colectivo ha venido opacada por una referencia contenida en Flavio Josefo (Guerra II, 118; Ant XVII, 9, 23) en el sentido de que Judas el galileo, que se sublevó contra los romanos hacia el 6 d. de C., fue el fundador de la "cuarta filosofía", la de los zelotes. Dado que Josefo acostumbra a denominar a los zelotes, "bandidos" y términos similares, algunos autores han intentado trazar una línea ininterrumpida de existencia de los zelotes desde el año 6 d. C., hasta la toma de Masada. Como ya pudimos ver en la primera parte de esta obra, tal posibilidad no se puede mantener. La muerte de Judas el galileo significó el final de su movimiento (Hechos 5:37) y no tenemos noticias de nada similar - con la excepción de la sublevación del "engañador egipcio" que, no obstante, no parece haber sido un zelote - hasta el año 66 d. C. en el que, correctamente, Flavio Josefo habla de ellos. Intentar interpretar como zelotes a todos los bandoleros – calificados como tal por Josefo - que parecieron durante los sesenta años intermedios no resulta de recibo como ha demostrado recientemente un autor hispano (H. Guevara).

Se ha relacionado el término "sicario" (el que lleva la "sica" o puñal) con los zelotes. La palabra, en su sentido estricto, parece haberse referido propia­mente a asesinos y extorsionadores no impulsados necesariamente por razones políticas. Seguramente eso explica que Flavio Josefo la refiera a los zelotes, sin duda, por su contenido denigratorio. De nuevo, la palabra no puede ser identificada, sin más, con los zelotes. Los zelotes, como lo habría sido este Simón, eran los miembros una facción religiosa y política, fundada hacia el año 6 d. C., por Judas el Galileo (a quién en el texto Hechos de los Apóstoles el miembro del sanedrín Gamaliel menciona como un ejemplo de falso mesías). Los zelotes son considerados como el ala más radical e integrista del judaísmo del siglo I. El historiador de fines de ese siglo, Flavio Josefo responsabiliza a su intransigencia nacionalista de la destrucción del segundo templo de Jerusalén por las tropas romanas comandadas por Tito, alrededor del año 70.

Terrorismo

Considerándose el sucesor espiritual de los macabeos. Cuando aplastaron la sublevación, los zelotes quedaron como el ala extremista de los fariseos, dispuestos a recurrir a las armas antes que pagar tributo. Este grupo estuvo involucrado en actos de terrorismo y actividades de guerrillas. Algunos han señalado su parecido en aspectos teológicos con los fariseos. También se ha señalado su fanatismo nacionalista y su oposición a la ocupación romana. Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas de la historia ya que utilizaban el homicidio de civiles que a su entender colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelota, una facción radicalizada conocida como los sicarios, se distinguió por su particular virulencia y sectarismo. Los Zelotes tomaron parte activa en la gran rebelión, su objetivo era una Judea independiente del Imperio Romano mediante la lucha armada tal y como sucedió en la Gran Revuelta Judía del 66-73 durante la cual controlaron Jerusalén hasta que la ciudad fue tomada por los romanos, que destruyeron el Templo, y tres años más tarde ocuparon la fortaleza de Masada, el último refugio zelote, tras el suicidio de sus defensores, cerca del mar Muerto, recientemente investigada por los arqueólogos. El fanatismo de los zelotes contribuyó a desencadenar la guerra entre judíos y romanos. Los zelotes eran vistos como un partido de patriotas judíos militantes del siglo I.

Doctrina

En doctrina eran muy parecidos a los fariseos a causa de su interpretación nacionalista en extremo del Antiguo Testamento, y en espíritu eran como los macabeos. Su intenso deseo de un reino independiente pudiera, haber llevado a algunos de ellos a buscar la compañía de los discípulos de Jesús. Por lo menos a uno de ellos, Simón, se distingue de Simón Pedro por ser llamado “el zelote” (Lucas 6:15; Hechos 1:13).

Para una parte de los fariseos la dimensión política desempeñaba una función decisiva en su posicionamiento vital, y estaba ligada al empeño por la independencia nacional, pues ningún poder ajeno podía imponerse sobre la soberanía del Señor en su pueblo. A éstos se los conoce con el nombre de zelotes, que posiblemente se dieron a sí mismos, aludiendo a su celo por Dios y por el cumplimiento de la Ley. Aunque pensaban que la salvación la concede Dios, estaban convencidos de que el Señor contaba con la colaboración humana para traer esa salvación. Esa colaboración se movía primero en un ámbito puramente religioso, en el celo por el cumplimiento estricto de la Ley. Más tarde, a partir de la década de los cincuenta, consideraban que también había de manifestarse en el ámbito militar, por lo que no se podía rehusarse el uso de la violencia cuando ésta fuera necesaria para vencer, ni había que tener miedo a perder la vida en combate, pues era como un martirio para santificar el nombre del Señor. La teología específica de los zelotes no parece haber sido distinta de la de los fariseos pero, a diferencia de éstos, ellos se manifestaron partidarios de iniciar una acción armada contra Roma que, pensaban, sería respaldada por Dios. Precisamente por ello, eran contrarios al pago del tributo al emperador y a los matrimonios mixtos. Su postura sólo se diferenciaba empero de la de otros judíos en su disposición a usar la violencia. Parece también claro que a su uso de la fuerza armada ligaron aspectos típicos de la violencia revolucionaria como quemar los registros de propiedad, asesinar a miembros de la clase alta, etc. Su postura llevó finalmente a la nación a la ruina (y, en este sentido, es comprensible la postura contraria que adopta Josefo), pero tanto la incapacidad de la clase gobernante judía como la rapacidad romana habían abierto las puertas a que sus posturas radicales (hoy quizá diríamos "fundamentalistas") fueran aceptadas por buena parte de la población.

Jesús y los Zelotes

Robert Eisler ha creído descubrir un vínculo entre el Cristianismo naciente y los zelotes, nacionalistas fanáticos. Este autor ve un mensaje cristiano inicial que se correpondería al de un mesianismo político tendiente a instaurar el reinado de Jesús, en caso necesario, en una Israel libre de romanos e idólatras. Este mismo punto de vista es sostenido por Brandon. Lo único que sabemos con mayor seguridad es que el mundo en el que vivía Jesús estaba fuertemente imbuido de espíritu zelote, pero según Cullmann el mismo Jesús debió constantemente tomar posición en contra de esa avanzada del nacionalismo judío frente a los romanos, desautorizándolo. Fue sólo la política de los últimos procuradores romanos y el estallido del conflicto final contra Roma lo que provocó el nacimiento de los zelotes. Los mismos, por lo tanto, no existieron en vida de Jesús (salvo el caso de Judas el Galileo) y esa circunstancia por si sola - pero a la que se pueden unir muchas más - imposibilita la adscripción del mismo a ese movimiento. Judas el Galileo es mencionado como uno de sus líderes más relevantes y recordado por sus acciones en la época del primer censo en Judea, tal como figura en los Hechos de los Apóstoles. Hoy por hoy, por lo tanto, no creemos que se pueda afirmar que existieran zelotes en el periodo que va de la muerte de Judas el galileo a los primeros años posteriores a la muerte de Jesús y, muy probablemente, al 66 d. C..

En el Nuevo Testamento es conocido el capítulo en la que la libertad de Barrabás, quien podría ser un líder zelote preso, es preferida por una muchedumbre a la de Jesús de Nazaret, atestiguando la popularidad de dicho movimiento en su época.

Mateo 27:15 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. 16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque sabía que por envidia le habían entregado. 19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21 Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. 

Judas el Galileo

Judas el Galileo, también llamado Judas de Galilea, Judas de Gamala o Judas el gaulonita, fue un dirigente político-religioso judío que ofreció resistencia armada al censo que con propósitos fiscales había sido decretado en la provincia romana de Judea por el legado romano en Siria, Quirino, en el año 6 d. C.. Esto sucedió poco después de que Judea, con el destierro de Herodes Arquelao, pasase a ser administrada directamente por Roma. Su revuelta fue duramente reprimida por los romanos. Estos acontecimientos son relatados por Flavio Josefo en La Guerra de los judíos (Libro II, Capítulo 8); y en las Antigüedades judías (Libro XVIII). Judas es mencionado también por Gamaliel, miembro del Sanedrín, en un discurso puesto en su boca por el autor de Hechos de los Apóstoles (Hechos 5:37). Gamaliel lo utiliza como ejemplo de mesías fallido. En las Antigüedades judías, Flavio Josefo afirma que Judas fundó, junto al fariseo Zadoq, el movimiento de los zelotes, que él considera la cuarta secta del judaísmo del siglo I (junto con saduceos, fariseos y esenios). Josefo culpa a los zelotes de la Gran Revuelta Judía y de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén. Los zelotes predicaban que solo Dios era el verdadero gobernante de Israel, y se negaban a pagar impuestos a los romanos. Judas dirigió un asalto a la guarnición romana en Séforis (a 7 km de Nazaret), entonces la capital de Galilea. Josefo no menciona la muerte de Judas, pero informa de que sus hijos Iago y Simón fueron ejecutados por el procurador Alejandro hacia el año 46, varios años después de la afirmación de Gamaliel. Algunos historiadores consideran muy probable que haya muerto crucificado poco después de la resistencia al censo.

Simón el Zelote

Uno de los discípulos de Jesús, escogido por él como apóstol, provenía posiblemente del movimiento zelote este movimiento, pues es designado inequívocamente como Simón el Zelote en el Evangelio de San Lucas. Esta traducción que hace Lucasζηλωτην zelotei, contrasta con la trascripción griega καναναιονkananaion, de Marcos y καναναιος kananaios, de Mateo, que obviamente se refieren al hebreo qanaim o al arameo kanán.

A uno de los doce apóstoles se le llama Simón el Zelote como dice la escritura en Lucas 6:15 “Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote” y en Hechos 1:13 “Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo”. 

Simón debe de haber sido miembro del partido antes de acudir a Jesús, ya sea a causa de su temperamento celoso o apasionado o por alguna asociación con el partido de los zelotes (Cananita).

El apóstol Simón, también llamado el Zelote, es uno de los doce apóstoles. Antes de unirse a Jesús habría pertenecido al grupo de los zelotes, que luchaban contra Roma. Predicó en Egipto, Libia y, posiblemente, en Persia. Era hijo de Clopas o Alfeo o Cleofás y de María de Cleofás. Fue hermano de Santiago el Menor, José Barsabás, Judas Tadeo, Lidia (discípula) y Lisia (discípula). Por su madre fue hermano de Salomé (discípula) y Susana (discípula), y por su padre, era hermano de Simeón de Jerusalén y de Mateo el Evangelista. Según Hegesipo, Alfeo era primo de José de Nazaret y, por tanto, sería primo de JesúsSimón recibe un epíteto que cambia en las cuatro listas: mientras Mateo y Marcos le llaman «cananeo», Lucas le define «Zelote». "Cananeo" muchas veces se interpreta como un gentilicio, indicativo de que Simón era de Canaán, lo que parece raro, considerando que todos los apóstoles habrían sido naturales de esa macro-región (que abarca Galilea, Judea, Samaria, Transjordania y Líbano), por lo que difícilmente se podría considerar un rasgo distintivo de Simón o fuente de su apelativo. Por otro lado, "cananeo" podría corresponder una transposición al griego de la palabra hebrea que designa a los zelotes: qanaim.

Martirio

Murió como mártir en la costa de Mar Negro cerca del Cáucaso, en el territorio de la actual Abjasia,
en el año 75 d. C., en tierras de Asia menor fue aserrado por en medio por predicar y liberar a una sacerdotisa pagana de un demonio.

Judas Iscariote

Judas Iscariote (en hebreo יהודה איש־קריות [Yəhûḏāh ʾΚqərayyôṯ]) (Keriot, ¿? – Jerusalén, 27-33 d. C.), Se ha especulado en cambio sin ninguna prueba, con que Judas Iscariote era "Judas el sicario". Sin embargo, en el Testamento en Galilea de Nuestro Señor Jesucristo, evangelio apócrifo etíope, se menciona a Judas como zelota (capítulo II, versículo 12) y se le reconoce como hijo de Simón el cananeo o el Canaíta. El nombre de Iscariote sería nada más un apelativo derivado de ish-kraioth (hombre de la sica, el temible puñal curvo de los sicarios). Judas fue uno de los apóstoles de Jesús, no se menciona sobre su llamado ni cuándo se unió a los apóstoles, pero el Evangelio de Juan pone un antecedente importante de la felonía de Judas, ya que él era el tesorero y, según ese evangelio, Judas se apropiaba del dinero destinado a los pobres (Juan 12:6).

Barrabás

Barrabás es un personaje citado en el Nuevo Testamento, concretamente en relación con el proceso de Jesús ante Poncio Pilato. Según Marcos y Lucas, estaba encarcelado por haber participado en un motín en el que se había cometido un homicidio (Marcos 15:7; Lucas 23:19); Juan indica que era un bandolero (Juan 18:40); y Mateo, se refiere a él sencillamente como “un preso famoso” (Mateo 27:16). La pena para su crimen habría sido la crucifixión, pero según las escrituras de los evangelios habría existido una tradición que permitiría o requeriría que Pilatos indultara a un preso sentenciado a muerte durante la Pascua mediante aclamación popular. A la gente reunida (“ochlos”, que se convirtió en “los judíos” o “la multitud” en las traducciones) se le ofreció la opción de liberar a Jesús o a Barrabás. Se habría aclamado popularmente la liberación de Barrabás, con la consecuente crucifixión de Jesús.

Contexto del personaje

En arameo, Barrabás es Bar Abbâ ( בר-אבא) y significa ‘hijo del padre’.

¿Quién era Barrabás?

El Evangelio de Juan dice que «Barrabás era salteador» (18:40). El evangelio según Marcos 15:7 dice que Barrabás “estaba en cadenas con los sediciosos, que en su sublevación habían cometido asesinato”. El evangelio según Lucas 23:19, 25 declara que el mismo Barrabás “había sido echado en la prisión por cierta sedición que había ocurrido en la ciudad, y por asesinato”. Estaríamos hablando por tanto de un luchador judío contra Roma, y no uno cualquiera, sino, como señala Mateo 27:16 “alguien famoso”. En este sentido se ha creado la idea de que era el líder de una facción sediciosa. El papa emérito Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, traza el paralelo entre el nombre Bar Abba con la costumbre de otro líder sedicioso, el de la última revolución anti-romana en el año 132 d. C, que fue llamado Bar-Kokebá, «hijo de la estrella».

Controversias sobre su papel en los Evangelios

Para algunos exegetas liberales, la historia de Barrabás es utilizada con frecuencia para justificar el antisemitismo, atribuyendo por la misma al pueblo judío la posible responsabilidad de la crucifixión de Jesús. Otras fuentes consideran que fue utilizada en los primeros tiempos del cristianismo para "limpiar" de culpas al Imperio romano, facilitar la adopción de dicha religión por los romanos y finalmente su oficialización, aunque ello solo sean meras suposiciones, ya que de haber sido así nunca habría sido tal el detonante de desprecio inicial y permanente de las autoridades romanas con respecto a la doctrina cristiana, provocando persecuciones, y además se tenía constancia en el conocimiento secular la mea culpa sobre Pilatos en lo referido a la ejecución de Jesús, tal como narra el historiador Tácito, por lo que esto no era desconocido ni manejado como un "cargo de conciencia del imperio" entre los nuevos adeptos gentiles en lo concerniente al mesianismo que imperaba en Judea. En manuscritos griegos anteriores al siglo III d. C., provenientes de Cesárea, del Sinaí y Siria, y en algunos manuscritos usados por Orígenes, se le llama en Mateo 27:17 “Iesous ho Barabbas”, es decir «Jesús Barrabás», Jesús Bar Abba o Jesús Hijo del Padre. Jesús hijo del padre. Según una interpretación ambos nombres serían paralelos como símbolos de las dos opciones mesiánicas: la acción para un reino aquí, como le preguntaban a Jesús “¿Es ahora que instaurarás tu reino?” o una acción nueva, “mi reino no es de este mundo”, una fuerza transformadora paradójica, aparentemente absurda. Hyam Maccoby, especializado en el estudio de la tradición religiosa cristiana y judía, ha propuesto la teoría de que Bar Abba era el apodo que daban a Jesús, que comenzaba siempre sus plegarias con la palabra Abba, “Padre”, mientras que el uso de “barabbas” o “Bar-abbas” no parece haber sido un nombre común en dicha época. Según esta hipótesis, cuando la multitud en La matanza exigió a Pilato que diera libertad a “Bar Abba” (Barrabás) era la libertad del mismo Jesús la que pedían, incluso se afirma que el mismo Barrabas tenía como primer nombre Yeshua (Jesús) tal y como Orígenes lo hace constar, pero que posteriormente desaparece en las versiones testamentarias, posiblemente porque los primeros cristianos no creyeron conveniente que un bandido llevara el nombre de Jesús.

Otro aspecto conflictivo es la costumbre mencionada en los evangelios de liberar a un prisionero durante la Pascua. Los mismos no están de acuerdo en si era una costumbre hebrea o romana, pero en ninguno de los dos casos se encontraron otros registros históricos que confirmaran la existencia de dicha costumbre. Los registros históricos que se poseen sobre Poncio Pilatos muestran un desprecio por la tierra en donde gobernaba, que consideraba una provincia menor del Imperio romano, y la posibilidad de que honrara una tradición judía sería remota, aunque mantuviere relaciones bastante sanas con el Sumo sacerdote del Templo de Jerusalén, respetando su autonomía como tal. Podría ser posible que Pilatos accediera en el momento una supuesta tradición como excusa para no crucificar a un líder popular y no exponerse a motivar rebeliones, aplicando una especie de acclamatio (derecho de súplica), como ya lo había hecho anteriormente frente a otra muchedumbre embravecida en el hipódromo de la ciudad de Cesarea, Pero esta vez los evangelios no lo retratan como si tuviera la situación bajo control, ya que esta no era otra simple trifulca común, sino que abarcaba directamente la posibilidad sería de desestabilización en su Procurado, esto por las acusaciones de pretender infringir intervención directa sobre los asuntos religiosos internos del pueblo, al tener que definir una sentencia "bajo la protección" de la Ley política romana, acciones donde Pilatos se manejaba con bastante cautela y mantenía al margen. Algunos eruditos han afirmado la posibilidad que Jesús y Barrabás pudiesen haber sido la misma persona, y que estas terminaron siendo entendidas como dos diferentes por factores diversos. Existen varias lecturas acerca de tal hipótesis exegética, una interpretación plantea que habría sido responsabilidad de elementos antisemitas en la iglesia, que al dirigir la petición de libertad hacia una persona retratada como reprobable coloca en el judaísmo la responsabilidad por la crucifixión. También algunos consideran podría haberse tratado de un error de traducción. La multitud podría haber pedido la liberación de “Jesús Barrabás” (bar-Abba en arameo, ‘hijo del padre’), y Pilatos habría rechazado la aclamación popular. Cuando la historia fue traducida a otros idiomas, los traductores podrían no haber dominado el idioma arameo: la petición de liberación habría permanecido, pero Barrabás habría pasado en el proceso a ser una persona diferente. En este sentido, debe señalarse que muy poco tiempo antes, quizás menos de una semana, otra multitud compuesta de seguramente las mismas personas había aclamado a Jesús a su entrada a la ciudad. Pero de la misma forma con ello no se podría descartar la interpretación que dicha figura de rebelde-agitador utilizara Bar Abbâ como una especie de apelativo o "nombre de guerra", muy similar a los atribuidos en los jefes de rebeliones anteriores contra los romanos que eran a la vez tanto políticas como religiosas, y por tanto este fuera un individuo independiente con el mismo nombre Iesous (Jesús), conociéndose el hecho que en Jerusalén el mismo era bastante común entre sus habitantes, y bajo el apelativo Bar-Abba.

Una posible parábola

Algunos estudiosos consideran también la posibilidad de que toda la situación respecto de Barrabás no habría ocurrido realmente, sino que sería un añadido literario a la historia, para constituir una parábola. Se indica que la elección entre uno u otro prisionero, si es retirada de la historia, no altera el curso de los acontecimientos. En este caso, la historia habría estado presente en los textos originales en arameo, antes de su traducción al griego. Un posible motivo para añadir a Barrabás habría sido el de crear una contrafigura opuesta a Jesús, que estaría preso por alzarse violentamente en contra del Imperio romano, mientras que la resistencia de Jesús rechaza por completo la violencia y predica el dar la otra mejilla. La situación obligaría al lector, o al oyente, a tomar partido por uno u otro, y decidir qué forma de proceder es realmente la que se corresponde con Dios. Esta opción, haría de Barrabás el mesías guerrero que algunos judíos esperaban, un zelote, para que los librase de los romanos, prefiriéndole al mesías pacífico, Jesús de Nazaret. Barrabás podría ser también una alegoría de la humanidad. La liberación del pecador Barrabás podría representar la liberación de la humanidad del pecado original de Adán que tuvo lugar con la crucifixión de Jesús.

Los Herodianos

Era un partido político judío adicto a los Herodes. Como los príncipes herodianos dependían de Roma, sus partidarios se sometían de buena voluntad al poder romano, y sostenían que era justo pagar tributo a los emperadores, cosa que negaban los fariseos. Sin embargo, ambos deseaban la continuación de la religión judía, y se unieron para oponerse a la obra de Cristo, el verdadero Mesías

Los herodianos como parte de este partido político minoritario que favorecía la continuación de la dinastía de Herodes. Estuvieron muy activos en los días de Jesús. Normalmente, ellos y los fariseos eran archienemigos, pero aquí aparecen unidos en el común propósito de destruir a Jesús. El mal, lo mismo que la justicia, puede unir a la gente. En veremos en las escrituras se los menciona como enemigos de Jesús, una vez en Galilea y luego en Jerusalén. Hacen alianza con los Fariseos y Saduceos. la biblia dice:

Marcos 3:6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.

Marcos 12:13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.

Mateo 22:16 Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres”.

Su asociación con los fariseos en la cuestión referente al pago del tributo al César sugiere que estaban de acuerdo sobre este asunto, o sea el nacionalismo por oposición a la sumisión al yugo extranjero. Los herodianos pues constituían un partido judío que favorecía a la dinastía herodiana. Como ya lo expresamos, acerca de su carácter y doctrinas nada se sabe con certeza. Algunos opinan que se trataba de un movimiento político judío que simpatizaba especialmente con la casa de Herodes (en este caso, Antipas) por encima de los procuradores romanos, quizás con la esperanza del establecimiento del reino davídico. Si esto era así, resulta sorprendente verles confabulados con los fariseos, cuyas opiniones políticas eran totalmente distintas. Esto muestra hasta qué punto tanto fariseos como herodianos llegaron a ver en Jesús a su enemigo común. La opinión de otros que constituían un partido religioso conocido en la literatura rabínica como los “boetosianos”, es decir adherentes de la familia de Boeto, cuya hija Mariamne fue una de las esposas de Herodes el Grande, y cuyos hijos fueron elevados por él al sumo sacerdocio. En varias ocasiones se aliaron con los fariseos para oponerse a Jesús. Y otras opiniones más al respecto, creen que eran personas que apoyaban a Herodes Antipas, que hizo mucho para agradar al pueblo al vivir como un judío ortodoxo y que, por tanto, debió contar con simpatizantes entre éstos. También es posible que estuvieran en favor del movimiento helenizador apoyado por la familia Herodes. Jerónimo pensó que los herodianos eran soldados de Herodes, mientras que otros comentadores han visto en ellos oficiales de la corte de Herodes. Lo cierto es que los herodianos representaban a un grupo de personas ricas para quienes un gobierno estable significaba prosperidad y seguridad continuadas. y que Jesús representaba un peligro para su estabilidad político, comercial y religiosa.

Continua en Sectas Judías III: Divisiones Étnicas
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martes, 10 de diciembre de 2013

Sectas Judías I: Los Fariseos-Los Saduceos

Las sectas judías que permanecieron activas en tiempos de Jesús en Jerusalén, Judea y  Galilea podrían haberse llamado partidos, puesto que ninguna excluía a la otra como practicante de la Ley y de los  Mandamientos en general, solo había discusiones entre todas en cuanto a la manera de llevarlos a cabo; es decir, de cómo poner en práctica los mandamientos de la Ley (Halajá que significaba práctica de la Ley). La discrepancia en estos asuntos se refleja en el Nuevo Testamento, donde la aguda crítica de Jesús revela la forma exterior de la práctica de los Fariseos y las creencias morales de los Saduceos, que  llevaron anteriormente a los Esenios a una vida de retiro y purificación continuas fuera del contacto con los demás, pero nunca a cambiar el lugar de culto, es decir el Templo de Jerusalén.

Los Fariseos

Los fariseos (del hebreo פרושים perushim, de parash, «separar») era una comunidad judía que existió hasta el siglo II, de la presente era.
El grupo atribuía su inicio al período de la cautividad babilónica (587 a.C.-536 a.C.). Algunos sitúan su origen durante la dominación persa o los consideraban sucesores de los hasidim (devotos). Se definieron como partido durante la revuelta de los macabeos contra los invasores Seleucidas (167 – 165 a. C.). Fueron coetáneos de Los Saduceos, Esenios y Zelotes. Este grupo es citado numerosas veces en los Evangelios del Nuevo Testamento.
 
Existencia

Está totalmente probada la existencia de un grupo fariseo durante toda la época final del segundo templo, tal como lo documenta el testimonio múltiple de Flavio Josefo, el NT y la literatura rabínica.
Dicho grupo fariseo tiene sus raíces ya en la época de los hasmoneos. Existían todavía durante la guerra, como lo prueba la delegación de los tres fariseos que fueron enviados a relevar a Josefo de su puesto en Galilea. Son numerosos los textos que nos hablan de la oposición y las tensiones entre fariseos y saduceos en esta época.

De Clase Media

Los fariseos eran en su mayoría hombres de negocios de la clase media, y por lo tanto estaban en contacto con el hombre común. Los fariseos eran tenidos por el hombre común, en una estima más alta que los saduceos. Aunque ellos eran una minoría en el Sanedrín, y mantenían un número minoritario de posiciones como sacerdotes, ellos parecían controlar las decisiones, haciendo del sanedrín algo más importante de lo que lo hicieron los saduceos, nuevamente debido a que tenían el apoyo de la gente. Las fuentes escritas parecen subrayar el grado de popularidad que los fariseos tenían en la sociedad judía de su época, totalmente desproporcionada si tenemos en cuenta su escaso número. Con todo, dado que las fuentes sobre  los fariseos han sido escritas cuando ya los fariseos de Yavne se habían constituido en judaísmo normativo, puede ser que tanto los rabinos, como Josefo, como el propio Nuevo Testamento, y por razones distintas, hayan retroproyectado a la época farisea el tipo de normativismo que los rabinos tuvieron en décadas posteriores.

Sanders ha refutado la opinión de Jeremías, según el cual la corriente farisea era la corriente ya dominante en el judaísmo de finales del segundo templo. Sanders insiste en que en esa época el judaísmo normativo no era todavía el de los fariseos, sino el de los sacerdotes. Ni siquiera cree Sanders que los fariseos controlasen la opinión de las masas de una forma extraoficial. En este punto Flavio Josefo nos ha ofrecido una visión exagerada, con vistas a potenciar la autoridad rabínica de las últimas décadas de siglo. Pero en la época de Jesús los fariseos no controlaban el acceso al templo, ni otorgaban certificados de pureza, ni decidían quién pertenecía o quién no pertenecía al pueblo de la alianza.

Fuentes sobre los Fariseos

El estudio de los fariseos “históricos” en las fuentes rabínicas es mucho más complicado aún que el estudio del Jesús “histórico” en las fuentes cristianas.

Los fariseos como grupo nos son conocidos sobre todo por Flavio Josefo, el Nuevo Testamento y los escritos rabínicos, en este orden de importancia. Cronológicamente es el Nuevo Testamento la fuente más antigua para el conocimiento de los fariseos. No siempre resulta fácil concordar los datos que reflejan estas tres fuentes debido a que todas ellas han sido editadas conforme a determinados intereses ideológicos. Como dice Sievers humorísticamente, “hoy sabemos bastante menos sobre los fariseos de lo que sabía la generación anterior a nosotros”. El criterio más importante para reconstruir a los “fariseos de la historia” será el del testimonio múltiple tanto de fuentes como de formas literarias. Cartas de Pablo, Evangelios, Hechos, Josefo y literatura rabínica representan formas literarias distintas, y representan intereses distintos. En cuanto a su antigüedad, las fuentes más antiguas son el Nuevo Testamento, luego Josefo, y por último la Misná. La más antigua mención a un fariseo es la de Pablo en la carta a los Filipenses 3:5.

La Doctrina Farisea


El más alto representante del judaísmo era el Sumo Sacerdote, cargo que a la destrucción del templo se volvió innecesario; así el culto pasó a la sinagoga (en hebreo בית כנסת, beit knéset, «casa de reunión»).  De los antiguos fariseos surgió la línea rabínica ortodoxa de los doctores de la ley que fue la que redactó los distintos Talmud. A diferencia de los Saduceos, los fariseos lograron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos.

Aparte de estas prácticas jurídicas fariseas bien documentadas, podríamos añadir algo acerca de las creencias de los fariseos. Los sinópticos y Hechos testimonian sobre la fe de los fariseos en la resurrección de los muertos, en contraposición con los saduceos que no creían en ella (Marcos 11.20-12,37). También Josefo nos dice que los fariseos diferían de los saduceos en este punto. Los fariseos creían en la inmortalidad del alma, en premios y castigos tras la muerte, y en un pasaje de la resurrección de los muertos, aunque es suficientemente ambiguo para que los gentiles lo interpretasen como reencarnación. La Misná nos dice que quienes no creen en la resurrección de los muertos no tendrán parte en la vida futura. Religiosamente, ellos aceptaban la Palabra escrita como inspirada por Dios. Para el tiempo del ministerio terrenal de Jesucristo, esto habría sido lo que es ahora nuestro Antiguo Testamento. Pero ellos también le concedían igual autoridad a la tradición oral, e intentaban defender su posición diciendo que ésta se remontaba hasta Moisés. Esto no era nada más que legalismo. Estas tradiciones se habían desarrollado a través de los siglos, y se añadían a la Palabra de Dios, lo cual está prohibido (Deuteronomio 4:2; Apocalipsis 22:18-19), y los fariseos buscaban obedecer estrictamente estas tradiciones junto con el Antiguo Testamento. Los Evangelios abundan en ejemplos de los fariseos tratando estas tradiciones de igual manera que la Palabra de Dios (Mateo 9:14; 15:1-9; 23:5; 23:16, 23; Marcos 7:1-23; Lucas 11:42). Sin embargo, ellos permanecieron fieles a La Palabra de Dios con referencia a ciertas otras doctrinas importantes. En contraste con los Saduceos, ellos sostenían lo siguiente:

 1 Creían que Dios controlaba todas las cosas, y no obstante, las decisiones hechas por individuos también contribuían al curso de la vida de una persona.

 2 Creían en la resurrección de los muertos (Hechos 23).

 3 Creían en una vida después de la vida, con la correspondiente recompensa y castigo sobre una base individual.

 4 Creían en la existencia de ángeles y demonios (Hechos 23).

Mientras que los saduceos dejaron de existir después de la destrucción de Jerusalén y del Templo, debido a su naturaleza altamente política, los fariseos, quienes estaban más preocupados con el estado religioso de Israel, continuaron existiendo mucho después de la destrucción de Jerusalén. De hecho, los fariseos estuvieron en contra de la rebelión que trajo la destrucción sobre Jerusalén en el 70 d. C., y después de esto, fueron los primeros en hacer las paces con los romanos.

Por ello, tras la caída del Templo, los fariseos tomaron el control del judaísmo «oficial», y transformaron el culto. Los fariseos también fueron responsables por la compilación de La Mishna, un importante documento con referencia a la continuación del judaísmo más allá de la destrucción de su lugar central de adoración, el Templo. Algunos han sugerido que el libro apócrifo Los salmos de Salomón y el Libro de los Jubileos podrían estar escritos por los fariseos, pero no hay manera de probarlo. Otra posible fuente de conocimiento sobre las ideas fariseos puede ser Saulo de Tarso, en la medida en que podamos comprobar cuáles eran las ideas que mantuvo durante su etapa farisea, y de las cuales se distanció en el momento de su conversión. Parece ser que el Saulo fariseo ya creía en la futura venida del Mesías, aunque se resistía a identificarlo con Jesús de Nazaret. Lo mismo puede decirse del sustrato escatológico de la esperanza en unos últimos días como cumplimiento de las promesas hechas a Israel. Más difícil es entender cuál era la creencia farisea respecto al determinismo y el libre albedrío. Josefo contrasta la posición farisea con la posición más determinista de los esenios, pero es difícil evaluar en qué consistían exactamente ambas posiciones. A diferencia de los saduceos debemos creer todo lo que dice la Biblia, incluyendo lo milagroso y la vida después de la vida. A diferencia de los fariseos, no debemos tratar las tradiciones como si tuvieran una autoridad igual a la de la Escritura, y tampoco debemos permitir que nuestra relación con Dios sea reducida a una lista legalista de reglas y rituales. En la Palestina del siglo I habían surgido algunos grupos entre la población judía como consecuencia de las diversas sensibilidades acerca de las fuentes y los modos de vivir la religión de Israel.

Algunos de las rasgos fariseos mejor documentados.

Cumplimiento escrupuloso de la Ley

Los fariseos eran bien conocidos por su escrupulosidad en el cumplimiento de la Ley (Lucas y Josefo). Lo mismo se deja ver al estudiar las distintas actitudes que fariseos y saduceos tenían en puntos concretos de la Ley, o sus disputas con Jesús en los evangelios. También Pablo habla de su celo por la Ley durante su etapa Farisea.

Sin embargo esta escrupulosidad en el cumplimiento de la Ley, no quita otro rasgo bien testificado de que los fariseos tendían a la clemencia en el juicio.

Aceptación de las tradiciones de los padres junto a la Torah escrita


En aquella época había una disputa sobre la interpretación de la Ley de Moisés, entre diversos grupos que tomaban todos ellos posturas extremas, pero no coincidentes. Sabemos también de los qumranitas y su celo por determinados aspectos legales. Los qumranitas apelaban a revelaciones y profecías. Los fariseos en cambio apelarán a las tradiciones de los padres. Admitían que estas tradiciones no se encontraban en la Ley escrita, pero intentaban convencer a todos los judíos de la obligatoriedad de dichas tradiciones, que los saduceos y Jesús mismo rechazaban.

También la Misná hace referencia a la doble Ley, la escrita y la oral, pero probablemente se trata de un desarrollo doctrinal posterior a la época de Jesús. Ningún texto de aquella época habla de que los fariseos hiciesen referencia a una Ley oral, o a una doble Ley. Los rabinos posteriores quisieron establecer una cadena ininterrumpida que unía el Sinaí con las tradiciones, como si dichas tradiciones fuesen parte de una Ley oral que viniese desde Moisés a través de una cadena continua de transmisores. Esta teoría no estaba aún sistematizada en la época de los fariseos. Aparece ya en forma embrional en m.Abot 1,1, donde se nos da la cadena que va desde Moisés hasta Hilel y Samay, y posteriormente hasta Yohanan ben Zakay, el fundador de la academia de Yavne. De cada una de estas generaciones se nos dice expresamente que recibió –qibbel- esta Torah de la generación anterior. Aunque la Misná y después el Talmud han elaborado considerablemente esta visión farisea de las tradiciones de los padres, convirtiéndola en el dogma de la doble Ley, podemos reconocer que germinalmente esta doctrina estaba ya presente entre los fariseos históricos de la época de Jesús.

Principales observancias legales farisaicas

Meier ha resumido el contenido de algunas de estas tradiciones típicamente farisaicas, siguiendo siempre el criterio de atestación múltiple. Reproducimos sus conclusiones. En cada caso cita los testimonios coincidentes en que se nos habla de que estos temas formaban parte de las preocupaciones fariseas reseñadas en el NT o en los escritos tanaíticos acerca de rabinos claramente fariseos como Gamaliel I y su hijo Simón I, o probablemente fariseos como Hilel y Samay.

*reglas de pureza acerca de alimentos y vasijas para líquidos y alimentos.
*reglas de pureza acerca de cadáveres y tumbas.
*reglas de pureza sobre el culto del templo.
*diezmos, tributos y derechos sacerdotales.
*observancia del sábado y las fiestas.
*matrimonio y divorcio.

Los Fariseos y Jesús

En tiempos de Jesús, los más apreciados por la mayoría del pueblo eran los fariseos. Dedicaban su mayor atención a las cuestiones relativas a la observancia de las leyes de pureza ritual incluso fuera del templo. Las normas de pureza sacerdotal, establecidas para el culto, pasaron para ellos a marcar un ideal de vida en todas las acciones de la vida cotidiana, que quedaba así ritualizada y sacralizada. Junto a la Ley escrita (Torah o Pentateuco), fueron recopilando una serie de tradiciones y modos de cumplir las prescripciones de la Ley, a las que se concedía cada vez un mayor aprecio hasta que llegaron a ser recibidas como Torah oral, atribuida también a Dios. Según sus convicciones, esa Torah oral fue entregada junto con la Torah escrita a Moisés en el Sinaí, y por tanto ambas tenían idéntica fuerza vinculante. Aunque los fariseos eran rivales con los saduceos, se las ingeniaron para hacer a un lado sus diferencias en una ocasión – el juicio de Cristo. Fue en este punto en el tiempo, que los saduceos y fariseos se unieron para llevar a Cristo a la muerte (Marcos 14:53; 15:1; Juan 11:48-50). Tanto los fariseos como los saduceos se hicieron acreedores a numerosas reprimendas de Jesús. Tal vez la mejor lección que podemos aprender de los fariseos y los saduceos, es el no ser como ellos, en la hipocresía, ya que la ley es correcta.

Conflicto político-religioso

Los fariseos se opusieron a la política del Sumo Sacerdote Juan Hircano (134-104 a. C.), quien actuó apoyado por los saduceos. Juan Hircano, hijo de Simón Macabeo, vivía más como un rey pagano que como un sacerdote judío, y los sectores tradicionalistas criticaban la identificación entre la realeza y el sacerdocio, reclamando una separación de ambas funciones. El líder fariseo Eleazar exigió que Juan Hircano renunciara al sumo sacerdocio. El enfrentamiento de los fariseos contra los saduceos se agudizó durante los reinados de los hijos de éste, Aristóbulo I (104-103 a. C.) y Alejandro Janeo (103-76 a. C.) Este último reprimió un levantamiento popular e hizo crucificar a tres mil fariseos. La viuda de Alejandro Janeo, Alejandra Salomé reinó del 76 al 67 a. C., rehabilitó a los sacerdotes fariseos y los hizo parte del Sanedrín o senado judío, acrecentando su influencia política y religiosa. La reina nombró a su hijo Hircano II como Sumo Sacerdote, con el apoyo fariseo. El hermano menor de éste, Aristóbulo II se proclamó rey a la muerte de Alejandra y depuso a Hircano II, que buscó refugio entre los nabateos, con cuyo rey Aretas III y con ayuda farisea sitió Jerusalén en el 65 a. C., pero fue derrotado debido a que los romanos apoyaron a Aristóbulo II.

Gracias a las gestiones de su canciller, el idumeo Antípatro, Hircano II logró el apoyo del general romano Pompeyo, quien tomó Jerusalén en el 63 a. C., y lo reinstaló como Sumo Sacerdote, llevándose a Aristóbulo a Roma, mientras Antípatro ejercía de hecho como gobernante de Judea.
El poder político y religioso de los fariseos se mantuvo así. Muerto Pompeyo, Julio César nombró a Hircano II etnarca de Judea y al hijo de Antipatro, Herodes, como gobernante militar de Galilea.

En el 40 a. C., Antígono Matatías, hijo de Aristóbulo II, con apoyo del Imperio Parto y de los saduceos, tomó el poder, detuvo y mutiló a Hircano II. Herodes que había huido y el general romano Socio, retomaron Jerusalén en el 37 a. C. En connivencia con el Imperio romano, Herodes fue rey entre el 37 y el 4 a. C. y contrajo matrimonio con Mariana, hija de Hircano II, a quienes luego ejecutó, provocando la ruptura entre los fariseos y la dinastía herodiana.

En el 4 a. C. el fariseo Saddoq y Judas el Galileo se levantaron llamando a no pagar impuestos a Roma. El hijo de Herodes, Herodes Arquelao y el jefe militar romano Varo reprimieron el levantamiento: dos mil rebeldes fueron crucificados. Se considera que esta sublevación fue el origen de los zelotes, que consideraban que la única forma de quitarse el yugo romano: era a través de alzamiento en armas, tal como intentaron con fatal y trágico resultado. La rebelión acabó con el suicidio colectivo de la asediada Masada (año 73 d. C.).

Rasgarse las vestiduras

El pasaje del evangelio en que los fariseos se "rasgaban las vestiduras" delante de las palabras de Jesús (costumbre antigua en señal de duelo o de ultraje público), ha hecho que la frase "Rasgarse las vestiduras" sea muy popular en algunos países cristianos, para expresar la indignación -fingida- de alguien delante de un hecho determinado, desaprobándolo.

Desavenencias

En muchos pasajes del nuevo testamento los fariseos aparecen como unos sectarios, defensores de la ley mosaica. Hasta se da el caso que según una de las tradiciones, son expulsados del Templo de Jerusalén por un Jesús indignado. De entre todos los grupos judíos contemporáneos, los fariseos eran los que tenían la doctrina más parecida a la de Jesús. Las disputas entre uno y otros podrían considerarse disputas de escuela. La mala imagen de los fariseos en el cristianismo actual, tiene bastante de calumnia. En la tradición cristiana se ha equiparado judaísmo y fariseísmo, entendiendo éste como hipocresía y legalismo. Esto es hacer una grave ofensa e injusticia a toda una importante tradición religiosa que se ve ridículamente caracterizada. Además al oponer así cristiano y judío, olvidamos que el fariseísmo, en su sentido malo, es una mala hierba que crece no sólo entre los judíos, sino también entre los cristianos.

Los Saduceos

Los Saduceo(o zadokitas.)
Prominente secta religiosa del judaísmo relacionada con el sacerdocio. (Hechos 5:17.) 
Históricamente, la cuestión de la derivación y el significado del nombre de "saduceos" ha estado estrechamente ligada a la cuestión de la naturaleza del grupo. Desde Abraham Geiger argumentó que los saduceos eran la aristocracia sacerdotal, han llevado a cabo la mayoría de los expertos que su nombre se deriva de "Sadoc", el nombre del sumo sacerdote durante el reinado de Salomón (I Reyes 2:35; Cf. Ezequiel 44:15; 48:11). Así, los saduceos se cree que han sido parte de la elite sacerdotal sadoquita. Hay problemas con esta construcción, sin embargo. El "Sadoc" etimología no explica la duplicación de la "d". Por otra parte, cuando los saduceos apareció en la escena, los sacerdotes sentencia se asmoneos, no sadoquitas. Es poco probable que los asmoneos se han aliado con un grupo rival sacerdotal cuyo nombre en tela de juicio la legitimidad de los sumos sacerdotes asmoneos. Más recientemente, muchos estudiosos han sostenido que los saduceos eran esencialmente una confederación de los hombres ricos y poderosos (esto incluye a miembros de la aristocracia sacerdotal), que tomó un laico-pragmática, en lugar de una religiosa-ideológica, con lo que se refiere a la nación y sus leyes. Junto con este punto de vista, las nuevas etimologías de "saduceos" se han ofrecido. TW Manson propone que detrás del nombre era el syndikoi título griego, que significa "los funcionarios fiscales." R. del Norte sugirió que los saduceos se veían como los administradores de la justicia y que su nombre se deriva de un adjetivo de otro modo sadduq unattested Piel ("sólo"). 

Estas y otras etimologías resolver algunos problemas, pero plantear otros nuevos, en el fondo, todos ellos siguen siendo especulativos. A la luz de la ausencia total de las fuentes de los saduceos, parece prudente admitir que tanto la naturaleza precisa de los saduceos y la derivación de su nombre siguen siendo inciertas. No se sabe exactamente cuándo apareció la secta religiosa de los saduceos. La primera mención histórica de ellos por nombre aparece en los escritos de Flavio Josefo, donde se indica que en la última mitad del siglo II a. C. estaban enfrentados a Los Fariseos. 

La Doctrina de los Saduceos

Religiosamente, los Saduceos eran más conservadores que los Fariseos en un área importante de la doctrina. Los Fariseos concedieron a la ley oral la misma autoridad que a la Palabra de Dios escrita, mientras que los saduceos consideraban que solo la Palabra escrita era de Dios. Los saduceos trabajaron arduamente para preservar la autoridad de la Palabra de Dios escrita, especialmente los Libros de Moisés (Génesis a Deuteronomio).

Hechos 23:8 dice con referencia a sus creencias religiosas: “Los saduceos dicen que no hay ni resurrección, ni ángel, ni espíritu, pero los fariseos los declaran todos públicamente”.

Hacían una interpretación muy sobria de la Torah, sin caer en las numerosas cuestiones casuísticas de los fariseos, y por tanto subestimando lo que aquellos consideraban Torah oral. A diferencia de los fariseos no creían en la pervivencia después de la muerte, ni compartían sus esperanzas escatológicas.

Mientras que ellos pudieran ser elogiados por esto, definitivamente no eran perfectos en cuanto a su punto de vista doctrinal. La siguiente es una breve lista de las creencias que ellos adoptaban y que contradecían la Escritura:

 1 Eran extremadamente auto-suficientes, al punto de negar la intervención de Dios en los asuntos de la vida diaria.

 2 Negaban cualquier resurrección de los muertos (Mateo 22:23; Marcos 12:18-27; Hechos 23).

 3 Negaban cualquier vida después de la muerte, sosteniendo que el alma perece con la muerte, por lo tanto creían que no había ningún castigo o recompensa después de la vida en la tierra.

 4 Negaban la existencia del mundo espiritual, por ejemplo Ángeles y demonios (Hechos 23).

Flavio Josefo

(Antigüedades Judías, libro XIII, cap. X, sec. 6.) Josefo también da información acerca de las enseñanzas de esta secta. Sin embargo, hay ciertas dudas de que los datos que presenta se atengan a los hechos. A diferencia de los fariseos —dice Josefo—, los saduceos negaban el destino, afirmando que la persona, mediante sus propias acciones, era la única responsable de lo que le aconteciese. (Antigüedades Judías, libro XIII, cap. V, sec. 9.) Rechazaban las muchas tradiciones orales que observaban los fariseos, así como la creencia farisaica de la inmortalidad del alma y los castigos o recompensas futuros después de la muerte.

Los Saduceos eran más bien ásperos en sus tratos entre sí, y se decía que eran dados a la polémica. Según Josefo, sus enseñanzas atraían a “los ricos”. (Antigüedades Judías, libro XIII, cap. X, sec. 6; libro XVIII, cap. I, sec. 4; La Guerra de los Judíos, libro II, cap. VIII, sec. 14.)

Como indicó Juan el Bautista, los Saduceos tenían que producir frutos propios de arrepentimiento. Eso se debía a que no habían guardado la ley de Dios, como tampoco habían hecho los fariseos. (Mateo 3:7-8.) El propio Jesús comparó su enseñanza corruptora a la levadura. (Mateo 16:6, 11-12.)

Solo para la Clase Alta

Ellos tendían a ser ricos y mantenían posiciones de poder, incluyendo la de los jefes sacerdotales y el sumo sacerdote, ocupaban la mayoría de los 70 lugares del concilio gobernante llamado el Sanedrín. 
Los saduceos, por su parte, eran personas de la alta sociedad, miembros de familias sacerdotales, cultos, ricos y aristócratas. De entre ellos habían salido desde el inicio de la ocupación romana los sumos sacerdotes que, en ese momento, eran los representantes judíos ante el poder imperial.

No gozaban de la popularidad ni el afecto popular del que disfrutaban los fariseos, pero tenían poder religioso y político, por lo que eran muy influyentes.

Trabajaban duramente para mantener la paz, mediante la aceptación de las decisiones de Roma (Israel en este tiempo estaba bajo el dominio de Roma), y de hecho ellos parecían estar más ocupados con la política que con la religión. Por estar amoldados a Roma, y ser la clase rica privilegiada, ellos no se relacionaban bien con el hombre común, como tampoco el hombre común tenía una alta opinión de ellos. El hombre común se relacionaba mejor con aquellos que pertenecían al partido de los fariseos. Aunque los saduceos ocupaban la mayoría de los lugares en el sanedrín, la historia indica que muchas veces ellos tenían que estar de acuerdo con las ideas de la minoría farisea, nuevamente, porque los fariseos eran populares entre las masas.

Los Saduceos y Jesús

Por estar los saduceos más preocupados por la política que por la religión, no se ocuparon de Jesús, hasta que se volvieron temerosos de que Él pudiera atraer la no deseada atención de Roma. Fue en este momento que los saduceos y fariseos se unieron y conspiraron para llevar a Cristo a la muerte (Juan 11:48-50; Marcos 14:53; Marcos 15).

Un grupo de saduceos trató de entrampar a Jesús en la cuestión de la resurrección y el matrimonio de levirato. Pero él los hizo callar, apoyándose en los escritos de Moisés, que los saduceos afirmaban aceptar, y así refutó su punto de vista de que no había resurrección. (Mateo 22:23-34; Marcos 12:18-27; Lucas 20:27-40.) Más tarde, cuando el apóstol Pablo estuvo ante el Sanedrín, logró dividir al alto tribunal judío enfrentando a fariseos con saduceos, un enfrentamiento propiciado por las diferencias religiosas que existían entre ellos. (Hechos 23:6-10).

Aunque los fariseos y los saduceos estaban divididos en sentido religioso, se unieron para tentar a Jesús pidiéndole una señal (Mateo 16:1) y en su oposición general a él. La Biblia parece indicar que los saduceos desempeñaron un papel importante en procurar la muerte de Jesús. Algunos saduceos eran miembros del Sanedrín, el tribunal que conspiró contra Jesús y más tarde lo condenó a muerte. El saduceo y sumo sacerdote Caifás era parte de ese tribunal y probablemente también otros sacerdotes prominentes. (Mateo 26:59-66; Juan 11:47-53; Hechos 5:17, 21). Por lo tanto, cuando las Escrituras Griegas Cristianas hablan de ciertas acciones emprendidas por los principales sacerdotes, seguramente había saduceos implicados. (Mateo 21:45-46; 26:3-4, 62-64; 28:11-12; Juan 7:32.) Parece ser que llevaron la delantera en el intento de detener el crecimiento del cristianismo después de la muerte y resurrección de Jesús. (Hechos 4:1-23; 5:17-42; 9:14). Durante el tiempo de Cristo y la era del Nuevo Testamento, aquellos que eran saduceos, eran aristócratas. Otras menciones de los saduceos se encuentran en Hechos 4:1, Hechos 5:17, y su implicación en la muerte de Jacobo, según el historiador Josefo (Hechos 12:1-2). Los saduceos dejaron de existir en el año 70 d.C. Puesto que este partido existía por sus lazos políticos y sacerdotales, cuando Roma destruyó Jerusalén y el Templo en el 70 d. C., los saduceos fueron también destruidos.

Continua en Las Sectas Judías II: Los Zelotes-Los Herodianos
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domingo, 18 de agosto de 2013

Nazareo


Sansón y Dalila por Pedro Pablo Rubens (1610)

Nazareo
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(Del lat. bíblico Nazaraeus, y este del hebr. nāzīr, consagrado, infl. por Nazarēnus, nazareno). Del verbo nâzar, "separar[se]","consagrar[se]", "dedicar[se]" o "abstener[se]" para uso ceremonial o religioso)

-Nazareo: (en hebreo, separado o consagrado. También se transcribe «Nazireo»).
-Persona (por lo general laica), que hacía un voto de dedicación especial a Jehová.
-El nombre de nazareo parece significar segregado o continente. Aunque originalmente lo hacían las personas con carisma especial para afirmar su dedicación, acabó institucionalizándose. El tiempo que un hombre estaba consagrado se llamaba nazareato.
-Debemos no confundir Nazareos con Nazarenos. Los Nazarenos eran los originarios de Nazareth.
Los Nazareos eran gente que hacían un voto, ellos o sus padres. Eran siervos de Dios uno que habían hecho un voto especial de cons
agrarse enteramente a Dios. Además emitían otros votos temporales y poseían una fuerza espiritual especial. El nombre nazareo viene de la misma raíz que significa “separado”; era entonces uno separado de todo lo que podía contaminarle.


Las reglas en los Números 6:6-7 demuestran que la santidad de un nazareo era del mismo nivel como la del sumo sacerdote, porque un sacerdote podía contaminarse cuando moría un pariente cercano, pero el sumo sacerdote no podía hacerlo (Levítico 21:1–3, 10-11). La muerte era causa de contaminación para todos los hombres de Israel (Números 5:2-3), pero era especialmente severa la contaminación que causó para los que debían estar enteramente consagrados a Dios, como el sumo sacerdote y el nazareo.

El voto nazareo era un culto para dedicarse al Señor por vida o por un tiempo limitado. La “experiencia nazarea” en Números 6 nos llama a una vida consagrada. Aunque los nazireos no eran conocidos en la historia hebrea primitiva, la única referencia específica a ellos en la Ley es en Números 6:1-21, una sección legal de origen tardío y que sin duda incorpora una codificación de uso inmemorial.  Las regulaciones establecidas allí se refieren sólo a personas que se consagraban a sí mismas a Dios por un tiempo específico en virtud de un voto temporero, pero también había nazarenos vitalicios, e incluso hay indicaciones que señalan a padres que consagración niños a ese estado. Según la Ley en Números 6:1-21, los nazireos podían ser de ambos sexos, con un voto que era temporal, pero parece que para algunos tenía carácter casi permanente. No se especifica el trabajo ni los deberes del nazareo, pero se entiende que debía dedicar su vida al servicio de Jehová.

El nazareo era asceta hasta cierto grado, pero no recluso ni célibe; vivía entre la gente y podía ser casado. Quien hacía el voto seguía viviendo una vida normal en la sociedad, con la excepción de que debía cumplir con tres requisitos:

1. Abstenerse de bebidas embriagantes y del vino o de cualquier producto derivado de la uva (Números 6:4) (y de sus vinagres e incluso de uva, mosto, pasas y aún las semillas o pieles de la uva), y toda bebida espiritosa, durante el período de su consagración. 

2. Dejarse crecer el pelo, señal principal de su consagración o de su santidad. (Números 6:5). esto era un requisito que le iba a ayudar a dicha persona a recordarse que tenia que ser santo delante de Jehová, entre algunos de los personajes bíblicos que cumplieron con tal acción tenemos a Sansón.

3. No tocar ningún cadáver, ni aun el de su ser más querido o parientes más cercanos, bajo pena de deshonra y la consiguiente pérdida de su consagración. No es evidente la razón de esta severa restricción, pero también se exigía al Sumo sacerdote (Levítico 21:11). Si el nazareo, por accidente se viese deshonrado por la presencia de un cadáver, se debía afeitar “la cabeza de su consagración” y repetir la operación al séptimo día.  En el día octavo se debía presentar al santuario con dos tórtolas o pichones de paloma, uno de los cuales era ofrecido en holocausto y el otro por el pecado, y además, para renovar la consagración perdida, era necesario presentar un cordero añal como ofrenda por el pecado. Al expirar el período determinado por el voto, el nazir traía al santuario varias ofrendas, y con ceremonias simbólicas que incluían la rasura de la cabeza y la quema del cabello con el fuego de la ofrenda de paz, el sacerdote lo restauraba a su antigua libertad (Números 6:13-21).  El significado simbolizado por estos diferentes ritos y regulaciones era en parte negativo, la separación de las cosas mundanas, y en parte positivas, es decir, una mayor plenitud de vida y santidad indicadas por el crecimiento del cabello y la importancia atribuida a la deshonra ceremonial.

Levítico, Números, y Deuteronomio expresan que:

-La vida consagrada es voluntaria. El v. 2 dice: Si un hombre o una mujer hace el voto especial de ser nazareo para estar consagrado al Señor. Ese “si” infiere que no eran muchos los que en el tiempo de Moisés harían ese voto de consagración. Tampoco lo hacemos en el día de hoy aunque debiéramos.

-La vida consagrada es una vida separada. El v. 3 dice que la persona consagrada debía abstenerse de ciertas cosas. La consagración voluntaria incluye negarse a sì mismo.

La persona consagrada se separa de los placeres aunque sean sencillos y legales pero que pueden apartarla de la comunión con Dios. El nazareo hacía un voto de abstenerse del vino de la vid. ¡Ni siquiera podía comer pasas!. Las alegrías normales de todos los días se dejaban a un lado y se reemplazaban con un nuevo gozo en el Señor (Efesios 5:18; Salmo 16:11). La persona consagrada debía abstenerse del aplauso y la aprobación del mundo. La segunda etapa del voto nazareo parece extraño. El nazareo no podía cortarse el pelo. No tenía que estar preocupándose por su apariencia personal. El cabello sin cortar simbolizaba la fuerza natural del nazareo que se consagraba y dedicaba al Señor. No debía preocuparse por tener la aprobación de otros.

La persona consagrada se separa de las relaciones terrenales que entraban en conflicto con el reino eterno de Dios. Tanto Jesús como el relato de Números nos dice que no hemos de permitir que otras relaciones interfieran con nuestro servicio a Dios.

-La vida consagrada es una vida que pertenece al Señor. El v. 8 dice: Todo el tiempo de su nazareato será santo al Señor. El Nuevo Testamento declara que no nos pertenecemos pues hemos sido comprados por precio a fin de que glorifiquemos al Señor.

La persona consagrada pertenece al Señor y tiene un servicio extraordinario que cumplir (Sansón, Samuel y Juan el Bautista). Los tres fueron nazareos de por vida. Nuestro servicio también será extraordinario porque también nosotros nos hemos consagrado a Dios. La persona consagrada experimenta una renovación singular. Si el nazareo quebrantaba su voto tenía que empezar de nuevo con todo el culto ritual mencionado en el texto.

Tenemos la misma necesidad cuando “retrocedemos”.
 La Pregunta hoy es, ¿Donde están Los Nazareos de hoy?. Tenemos muchos "Apóstoles" y otros que lo quieren ser, Muchos Pastores, Muchos Evangelistas , Maestros y "Profetas". Tenemos Muchos Doctores y Especialistas en todas las ramas de la Religión. Muchos Sacerdotes y Rabinos y hasta patriarcas, pero, ¿Donde están los Nazareos?. Se necesitan acaso hoy los Nazareos?.

Ese denominador común nos diría que los nazareos surgen en medio de un ambiente estéril e infructífero como un rayo de esperanza y como una lluvia temprana.  Si vemos en ambiente actual fuera y dentro de la Iglesia veremos que esa esterilidad y vida infructífera abre la posibilidad para que Dios levante Nazareos. Quizá alguien me diría, ¿Esterilidad no hermano, no ve como la Iglesia crece?. No es cuestión de números es cuestión de impacto. Los números no cambian el entorno la vida si. Eventos pueden producir números, ¿pero estamos impactando realmente la sociedad?. Rescatemos algunas cosas que rodearon la vida y ministerio  de los Nazareos para saber si son aplicables hoy o no.

En el caso de dos de los más prominentes Nazareos como lo son Sansón y Juan El Bautista, los dos nacieron en un hogar donde la esterilidad y la tristeza y la vida infructífera era notoria. Los dos tenían madres estériles.

Muchos títulos no cambian nada….Aún algo necesita pasar. Entonces creo que si el ambiente está dado para que surjan los Nazareos. Y para qué? Qué hacen? Qué producen ellos?  Qué Impactan?

-Los Nazareos  no tiene palabras bonitas, adornadas ni rimbombantes, sino palabras correctas y directas para el momento correcto. “Oh, generación de Víboras, quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?. Haced pues, frutos dignos de arrepentimiento.. El hacha está puesta a la raíz de los árboles: Todo árbol pus que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego”. Lucas 3:7-9.
-Los Nazareos pasan mucho tiempo solos por dos razones. Una es porque la mayoría de la gente no quiere estar con ellos porque "aguan a la fiesta" y dos, porque ellos aman estar cerca de Dios y solo con la gente a quienes Dios los lleva a compartir.
-Los Nazareos no aman los eventos, sino los momentos, no buscan publicidad sino intimidad.
-Los Nazareos no buscan los jardines ni los parques, sino que aman los desiertos donde la tierra seca y resquebrajada anhela ver un día flores.  “Voz que clama en el desierto”. “ Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu y estuvo en los desiertos hasta el día que se mostró a Israel”. Lucas 1:79.
-Los Nazareos son Predecesores, proclaman lo que viene y desaparecen para no eclipsar el Sol de Justicia.  “Por que él irá delante de él con el espíritu y virtud de Elías para convertir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar para el Señor un pueblo entendido”. Lucas 1:17. No se promueven así mismo, sino que exaltan al Maestro y al Señor de la Iglesia. “Más viene uno que es más poderoso que yo, de quién no soy digno de desatar la correa de sus zapatos”. Lucas 3:16.
-Los Nazareos no buscan tronos, ni las primeras sillas, porque que su lugar final podría ser una prisión. “Entonces Herodes encerró en la cárcel a Juan” Lucas 3:19. 
-Los Nazareos no buscan coronas porque saben que en cualquier momento podrían perder la cabeza. “Y Herodes dijo: A Juan ya Degollé”. Lucas 9:9, “Porque os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista: más el pequeño en el reino de los cielos es mayor que él”
-Los Nazareos parecen pequeños e insignificantes a los ojos de los hombres o de las estructuras religiosas, pero grandes a los ojos de Dios. “Voz del que clama en el Desierto: Aparejad el camino del Señor, Haced derechas sus sendas.  Todo valle se henchirá. Y se bajará todo monte y collado, y los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos serán allanados.”. Lucas 3:5. 
-Los Nazareos no proclaman prosperidad sino reclaman santidad, porque santidad tiene su raíz en el corazón, mientras que prosperidad la tiene en la mente, la vanidad y la cartera.
-Los Nazareos confrontan el pecado a cualquier nivel sin mirar el precio tan alto que terminan pagando. “Entonces Herodes el Tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano y de todas las maldades que había hecho Herodes”. Lucas 3:19.

Conocemos sobre la existencia de una clase de nazireos perpetuos por menciones ocasionales de ellos en los escritos del Antiguo Testamento, pero estas referencias son tan escasas y vagas que es imposible determinar el origen de la institución o sus regulaciones específicas.

Se ha dicho que el nazareato existía en tiempos premosaicos, pero no hay pruebas claras (se alega que José era nazareo señalando Génesis 49:26Deuteronomio 33:16 como indicio de ello). En la Profecía de Jacob (Génesis 49:26), según la Biblia de Douay, se le llama a José] un “nazir entre sus hermanos”, pero ahí la palabra original “nazir” debe ser traducida como “jefe” o “líder”---pues nazir es el equivalente del defectivo que se traduce como “nazroeus" en la Vulgata.  El mismo señalamiento aplica al pasaje paralelo en Deuteronomio (33:16) y también a Lamentaciones 4:7 donde “nazireos” (hebreo “nezerim”) significa “príncipes” o “nobles”. El primer ejemplo claro es el de Sansón (Jueces 13:2–5; 16:17) quien es llamado un “nazir" de Dios desde el vientre de su madre) (Jueces 13:5), que “ninguna navaja tocará su cabeza”, pero éste fue notoriamente infiel a ese voto. No se dice nada sobre la abstención del vino, etc., aunque muchos comentadores lo han asumido plausiblemente, puesto que la restricción se le ordena a la mujer durante el tiempo de su embarazo. Que su cualidad de nazir se consideraba independiente de su deshonra a través del contacto con un cadáver es claro por el relato de su carrera posterior y las famosas hazañas que se le atribuyeron.

Generalmente se considera al profeta Samuel entre los nazireos vitalicios, pero no se sabe nada de él a este respecto más allá de lo que se infiere de la promesa de su madre:  “Se lo entregaré a Yahveh por todos los días de su vida y la navaja no tocará su cabeza”. (1 Samuel 1:11).Evidentemente Samuel también era nazareo (1 Samuel 1:11; un manuscrito de 1 Samuel 1:22 descubierto en Qumrán afirma que Samuel era «nazareo por todos los días de su vida»). Se ha conjeturado que el pelo largo de Absalón indicaba que había tomado el voto, pero la afirmación de que se cortaba periódicamente la cabellera (2 Samuel 14:26) contradice esta conjetura.

También se ha inferido por Jeremías 35; cf. 2 Reyes 10:15 ss, que los recabitas se consagraban al Señor mediante un voto nazareno, pero en vista de la disputa, la protesta contra la ingestión de vino que forma la base de la asunción es probablemente sólo una manifestación de parte del clan de su preferencia general por la simplicidad de la vida nómada en contraposición a la establecida.

En un pasaje de Amós 2:11-12 los nazireos se mencionan expresamente junto con los profetas, como jóvenes suscitados por Dios, parece que había muchos nazareos en tiempos de Amós. El profeta acusa a los israelitas apóstatas de procurar hacerles apartarse de su voto sagrado (2.11ss). La última referencia en el Antiguo Testamento está en 1 Macabeos (3:49-50), donde se menciona un número de “nazireos que habían cumplido el tiempo de su voto.” Después del cautiverio también había muchos según 1 Mac 3.49ss; Josefo: Guerras II xv. 1 y Antigüedades XIX. vi. 1.

Los nazireos aparecen en los tiempos del  Nuevo Testamento, y se hace referencia a ellos para ese período no sólo en los Evangelios y Hechos, sino también en las obras de Flavio Josefo (cf. "Ant. Jud.", XX, VI, 1, y "Bell. Jud.", II, . XV, 1) y en el Talmud  (cf. "Mishna", Nazir, III, 6).

El más famoso nazareo de la época novotestamentaria fue Juan el Bautista (Lucas 1:15). Usualmente se considera al principal entre ellos, de quien el ángel anunció que él “no bebería vino ni bebidas fermentadas”.  No se le llama explícitamente un nazir, ni tampoco se menciona su cabeza sin afeitar, pero la severa austeridad de su vida concuerda con el supuesto ascetismo de los nazireos. Pablo hizo lo que aparentemente era una forma modificada del voto de nazareo como preparación para su última visita a Jerusalén (Hechos 18:18; 21:20-26). Se ha conjeturado que el voto que hizo Pablo, relatado en Hechos 18:18, fue el de nazareato. Era costoso el rito para liberarse del voto. Para ganarse el favor de los judíos en Jerusalén Pablo sufragó los gastos de cuatro personas que querían liberarse de un voto, que seguramente también fue el nazareato (Hechos 21:23ss). 

Sabemos que los primeros cristianos judíos ocasionalmente tomaban el voto nazareno temporero, y es probable que el voto de Pablo mencionado en Hechos 18:18, fuese de naturaleza similar, aunque la rasura de su cabeza en Cencrea, fuera de Palestina, no estaba de acuerdo con las reglas establecidas en Números 6, ni con la interpretación de ellos por las escuelas rabínicas de ese período.
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viernes, 3 de mayo de 2013

La Abominación Homosexual

El escape de Lot de Sodoma. 1875. Gustavo Dore                                                  
Las menciones de la homosexualidad en la Biblia han influido en la consideración que se ha tenido acerca de la homosexualidad y los homosexuales en todas las sociedades donde la tradición judeo-cristiana ha arraigado. Las referencias directas a las prácticas homosexuales en la Biblia son relativamente escasas.

Tradicionalmente los judíos y los cristianos han interpretado estos pasajes como prohibiciones morales de toda forma de práctica homosexual, pero algunos [¿quién?] exégetas "modernos" consideran estos pasajes interpretables y los contextualizan en las sociedades en las en que se produjeron.

Pasajes del Antiguo Testamento
La Biblia Hebrea (denominada Tanaj por los judíos y Antiguo Testamento por la mayoría de los cristianos) es considerada por muchos como directamente escrita o inspirada por Dios. Los Judíos ortodoxos y conservadores consideran sus leyes y halajás como normas que hay que cumplir a rajatabla, aunque el judaísmo reformista y el reconstruccionista no lo consideran así. Para la mayoría del cristianismo se ha reconocido siempre la autoridad de muchos de los mandatos éticos del Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el artículo 7 de los Treinta y nueve de la Iglesia de Inglaterra dice que los cristianos todavía están ligados a sus mandamientos morales, aunque no al ceremonial, ritual o leyes civiles.

Posibles Referencias
Aunque la interpretación tradicional de que el pecado que causó la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra, relatado en el Génesis 19.1-38, fue la práctica de la homosexualidad, en el texto no se especifica, y ha habido mucha controversia en tiempos modernos sobre esta interpretación, basándose principalmente en aspectos lingüísticos.

La Biblia hebrea usa la palabra kadeshah para prostituta. El significado de su forma masculina
kadesh o qadesh, que es el término que se usa en este pasaje del Génesis, no está del todo claro. Algunas interpretaciones lo asocian a cultos religiosos con implicaciones sexuales, como la prostitución sagrada, en lugar de homosexual que fue su interpretación tradicional.

¿Qué dice realmente la Biblia sobre el tema?

El Libro de Levíticos
Los capítulos 18 y 20 del Levítico contiene los siguientes versículos:

No te echarás con varón como con mujer; es abominación. Levítico 18:22.

Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre. Levítico 20:13.

Tradicionalmente los dos versículos han sido interpretados como una prohibición total de las prácticas homosexuales, pero interpretaciones "modernas" [¿por quién?] apuntan a que el asunto no es tan evidente, porque están al final de una serie de leyes que regulan el incesto hombre/mujer y por lo tanto pueden interpretarse como una extensión de la prohibición al incesto hombre/hombre.

No es Discriminación Bíblica
La Biblia no promueve la discriminación contra las personas, pero sí adopta una postura clara con respecto a los actos homosexuales.

Levíticos 18:22 No te echarás con varón como con mujer; es abominación.

Esta prohibición era uno de los preceptos morales de la Ley entregada por Dios a Israel mediante Moisés.
Aunque dicha Ley regía específicamente a esta nación, la expresión “es abominacion” o "es cosa detestable" dejó claro lo que Dios pensaba sobre los actos homosexuales, fuera entre judíos o no judíos. Los pueblos vecinos de Israel realizaban prácticas prohibidas por la Ley, como la homosexualidad, el incesto y el adulterio. Por eso, Dios los consideraba inmundos (Levítico 18:24-25).

David y Jonathan
Por otro lado, el relato de la amistad entre David y Jonatán del Libro de Samuel interpretado por las corrientes religiosas mayoritarias como una relación platónica, es interpretado por autores laicos y pro-gays como una relación de naturaleza sexual, lo cual es poco probable.

¿Por qué dice la Biblia que los actos homosexuales son contranaturales y obscenos?
Porque se trata de actos que Dios no tenía pensados para los seres humanos. Las uniones homosexuales no pueden producir hijos. La Biblia incluso compara las relaciones homosexuales con las relaciones que tuvieron los ángeles rebeldes —conocidos más tarde como Ángeles Caídos— con las mujeres antes del Diluvio de los días de Noé (Génesis 6:4; 19:4, 5; Judas 6, 7). Dios considera ambos tipos de unión antinaturales.

En el Nuevo Testamento
¿Cambió la norma bíblica con la llegada del cristianismo? 
Ser homosexual es desaprobado completamente en la palabra de Dios: Evangelio de Mateo 5:17-18
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido 

¿Cuál Escritura? ¿Cuál ley y los profetas?. Jesús se refería al Antiguo Testamento en su totalidad, y desde su perspectiva, todo lo que decía el Antiguo Testamento era verdad y por lo tanto, lo que Él afirmaba, incluyendo los pasajes en Levítico 18-20, que eran, obviamente parte de la Ley. Es decir, Ni una jota ni una tilde pasarían del pasaje en Levítico 18-20 hasta que todo se haya cumplido.” Es claro, entonces, que Jesús indirectamente sí habló acerca de la homosexualidad.

¿Cuál fue su posición?. Si usamos una correcta hermenéutica debemos concluir que la posición del Señor Jesús era la misma que la del Antiguo Testamento, es decir, que la homosexualidad (tener relaciones sexuales con otro hombre como si fuera una mujer) es una abominación.

El Apostol Pablo
Pablo, quien sabemos fue un hombre bien educado tanto en el hebreo como en el griego, no limitó este término de una forma tan estrecha como lo hacen algunos autores cristianos. El apóstol estaba condenando, bajo la autoridad de Jesucristo, todo tipo de relaciones sexuales entre hombres. ¿Cómo lo sabemos?.

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. (Romanos 1:26-27.)

Como ha sido demostrado por los académicos, Pablo estaba muy familiarizado con la Septuaginta (la traducción al griego coiné del Antiguo Testamento) traducida 200 años a. C.. Muy probablemente, como el apóstol a los gentiles, ésta versión era su escritura.

Lo interesante es que los judíos que hicieron la traducción de Levítico 18:22 del hebreo al griego, 300 años a. C., lo hicieron así: "meta arsenos ou koimethese koiten gunaikos" (No tendrás relaciones sexuales con otro hombre como si fuera mujer)

Más interesante es como traduce la Septuaginta
Levítico 20:13 “hos an koimethe meta arsenos koiten gunaikos"

Es fácil notar la conexión entre arsenos (varón) y koiten (tener relaciones sexuales) en la Septuaginta y por lo tanto, es aún más fácil entender que Pablo, un conocedor de esta traducción griega del Antiguo Testamento, no está limitando el término arsenokoîtai a los pederastas, sino como lo define el Antiguo Testamento, a todo acto homosexual. En Levítico 20:13 es muy claro ver la relación entre arsenos koiten y el uso que le da Pablo a arsenokoitai en 1 Corintios 6. Esto es lo mismo que hace Pablo en 1 Timoteo 1, donde confirma que todo lo que dice la Ley (el Antiguo Testamento) es bueno y luego en el versículo 10 usa el mismo término en el sentido en que fue usado en Levítico, el cual era parte de esa Ley. Pablo escribió a Timoteo,

"10 para los fornicarios, para los sodomitas, (ἀρσενοκοίταις-arsenokoitais), para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina”

La ley, dijo Pablo, fue dada para los transgresores de la ley, para los criminales. Y entre los criminales que condena la ley -la cual Pablo dijo es buena- estaban los arsenokoitai. La palabra sodomita es simplemente una traducción basado en el relato de Génesis 19 que acusa de homosexualidad a los hombres que habitaban la ciudad de Sodoma, pero debemos entender que Pablo no está hablando de un pecado diferente al de 1 Corintios 6.

Es claro, entonces, que tanto Jesús como el Nuevo Testamento concuerdan con las enseñanzas morales del Antiguo Testamento, especialmente en cuanto a la homosexualidad, la cual es condenada como un pecado contra la ley de Dios.

¿Es justificable la homosexualidad? ¿Hay algo que justifique la homosexualidad?
Alguien podría preguntarse: “¿Tiene justificación una persona para ceder a sus impulsos homosexuales por razones de genética o de crianza, o por traumas como el abuso sexual?”. No.

¿Por qué?
Tal vez una persona tenga lo que algunos científicos llaman la tendencia hereditaria al alcoholismo, o quizás se haya criado en un hogar en el que el abuso del alcohol era algo normal. Sin duda, la mayoría de nosotros intentaría comprender a alguien así. ¿Pero sería razonable animarlo a seguir abusando del alcohol o a renunciar a su lucha tan solo porque nació con esa tendencia o fue criado en un entorno nocivo?. Claro que no.

Del mismo modo, aunque la Biblia no condena a quienes libran una batalla contra las tendencias homosexuales, tampoco consiente que cedan a dichos deseos, se deban a causas genéticas o de otro tipo (Romanos 7:21-25; 1 Corintios 9:27). Más bien, ofrece apoyo y soluciones prácticas a quienes quieran vencer tales impulsos.

¿Qué espera Dios de quienes tienen impulsos homosexuales?
La Biblia asegura que la voluntad de Dios es que "el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” (1 Timoteo 2:4). Aunque las Escrituras no aprueban la homosexualidad, tampoco promueven la homofobia.

Las normas de Dios no se pueden rebajar. En 1 Corintios 6:9-10, la Biblia señala claramente que los “hombres que se acuestan con hombres” están entre quienes “no heredarán el reino de Dios”.
Sin embargo, el versículo 11 añade estas consoladoras palabras: “Eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados, pero ustedes han sido santificados, pero ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios”.

Como vemos, todos aquel los que tenían el deseo sincero de servir a Dios según las normas establecidas por él eran bien recibidos en la congregación cristiana del siglo primero. Lo mismo sucede hoy día con quienes buscan de corazón la aprobación de Dios, no reinterpretando la Biblia, sino amoldándose a sus normas.

LA HOMOSEXUALIDAD sigue ganando aceptación en muchos países. Por ejemplo, en Estados Unidos, el ala liberal de cierta iglesia está pidiendo que se reinterpreten las palabras de la Biblia sobre la homosexualidad “a la luz de la sabiduría moderna”. En Brasil, un pastor que contrajo recientemente matrimonio con su pareja homosexual recomendó “ver la Biblia con nuevos ojos” a fin de justificar el punto de vista actual de su iglesia.

Mientras tanto, a quienes están en contra de la homosexualidad se les tacha de homofóbicos o discriminadores.

Argumentos Falsos
Los defensores de la homosexualidad ven como algo
"normal", utilizar los mismos argumentos débiles y flojos que los pedófilos, cosas como "siempre ha existido, en el reino animal existe" y demás argumentos desfasados que no les restan inmoralidad ni anormalidad. Si los roedores se comen a sus crías ¿Entonces eso le daría calidad de "normal" si se practica en los seres humanos? Los animales procrean entre padres y crías ¿Eso le da calidad de "normal" al incesto (sin mencionar las anomalías genéticas que eso trae)?. Hay muchas especies animales que canibalizan los cadáveres de los muertos de su manada ¿Eso validaría y daría calidad de "normal" al canibalismo en los humanos?

Si este acto pasa en los animales, eso no es homosexualidad como lo es en el ser humano, en los animales es otra palabra llamada instinto, ellos no son conscientes de tremenda ABERRACION a su naturaleza, es completamente ridículo la comparacion, ya que el ser humano decide en su perversión ser o no ser lesbiana u homosexual. La Homosexualidad se resumen en solo sexo anal, ahí no hay amor sino que hay pasión desordenada y Lujuria. En cambio la heterosexualidad se resumen en elementos importantes y transcendentales, como el amor verdadero, la fidelidad, la estabilidad social y emocional, la reproducción y la supervivencia de la especie.

No es Reconocido
El mal llamado “matrimonio” gay no es un derecho humano y no es reconocido como tal ni por
la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y por ningún Tratado Internacional.

Lo de ser homosexual no puede ser impuesta en la sociedad como una ley por que una orientación o gusto personal no es un derecho de ley,  es solo eso, es como si los acosadores de mujeres pelearan por ese gusto personal, o los marihuaneros también hicieran lo mismo, el asunto es que ser homo o lesbiana atenta contra la familia creada por Dios compuesta por hombre y mujer y los bendijo, fructificad y multiplicaos, nuestros sentimientos o ideas estan por encima de la palabra de Dios ? ser homosexual es desaprobado completamene en la biblia, el hecho de decirle a un homosexual que esta mal su conducta no quiere decir que haya discriminacion u odio o intolerancia, he ahi el amor de Dios al mostrarles en privado y en publico la verdad: La Agenda Oculta del Lobby ProGay

Ahora el lobby gay tiene su agenda oculta, por que después querrán matrimonio y luego adopción y luego enseñar en los colegios sobre que esta bien ser homosexual, osea es un camino que están buscando.

Las Iglesias para Homosexuales

#1 Terapias Reparativas Pág. 19
#2 Actitudes Positivas en La Biblia Pág. 21
#3 Textos sobre Prostitución Masculina Pág. 24
#4 Acerca de Génesis y la Creación Pág. 26

¿Que nos dice La Biblia acerca de la homosexualidad?
Para responder en pocas palabras tendríamos que decir que la Biblia prácticamente no dice nada que pueda ayudarnos en el día de hoy. Podemos encontrar unas pocas citas relacionadas con aspectos de la conducta homosexual pero ninguna referencia a la homosexualidad, tal como la comprendemos en la actualidad. La Biblia nunca trata las relaciones homosexuales como tópico de discusión aunque sí lo hace de manera evidente en relación a otros aspectos de la conducta humana tales como el egoísmo, la injusticia, la opresión de los pobres y hasta la lujuria sexual, entre muchos otros.

Como consecuencia el homosexual cristiano queda expuesto a mucho sufrimiento e incomprensión dentro de la Iglesia. La actitud negativa de mucha gente y de la mayoría de los cristianos, los prejuicios infundados, la supuesta condena bíblica, la necesidad de amar a alguien, el deseo sexual reprimido y la soledad, suelen convertir su vida en un continuo tormento.

Las Sagradas Escrituras desaprueban algunas conductas sexuales relacionadas con la homosexualidad -al igual que otras vinculadas a la heterosexualidad- pero no desacreditan la posibilidad de una relación homosexual madura, seria y responsable. La realidad es que el asunto no fue contemplado por sus diferentes escritores a lo largo de mas de dos mil años.

La razón habrá que buscarla en la escasa comprensión de la homosexualidad y del concepto de sexualidad entre los antiguos. De hecho el término “homosexual” no aparece en la literatura sino hasta fines del siglo XIX. Esencialmente en los tiempos bíblicos no existía una comprensión elaborada de lo que actualmente entendemos por orientación sexual. Había mayormente una percepción general de “contacto” entre personas del mismo sexo donde la satisfacción sexual sería la motivación primaria y que podríamos denominar homogenitalidad.

Se asumía que los actos sexuales entre personas del mismo género eran simplemente materia de opción o elección. Se pensaba que una persona si quería podía tener un tipo de relación en lugar de otra ya sea en forma ocasional o permanente.

La Biblia se limita a considerar únicamente actos sexuales de carácter homogenital.

La homosexualidad no es como equivocadamente se supone una forma de conducta en la que el único móvil es la consumación del acto sexual entre personas del mismo sexo sino una condición sicológica caracterizada por una propensión emocional y psico-sexual hacia personas del mismo sexo, de manera idéntica a lo que sucede en la persona heterosexual con respecto al sexo opuesto.

En primer lugar habrá que distinguir entre conducta homosexual y orientación homosexual. La supuesta condena moral se efectúa siempre en términos de conducta o actividad homosexual exclusivamente sin considerar la condición homosexual de la persona, reduciendo la actividad homosexual a actos puramente homogenitales como única forma de relación sexual.

Sin embargo podemos encontrar variadas formas de comportamientos homosexuales, es decir de actividad, que no se corresponden necesariamente con una orientación homosexual. En efecto, buena parte de los seres humanos son capaces de experimentar una actividad ya sea homo ó heterosexual independientemente de su propia orientación sexual.

De hecho muchos homosexuales frecuentemente se casan y tienen hijos como una forma de ocultar su verdadera orientación sexual. Por otro lado está el caso de personas que han tenido experiencias homosexuales y que no tienen una condición homosexual predominante sino que son definidamente heterosexuales como ocurre en las prácticas contingentes de la homosexualidad denominada situacional que no responden a una condición sicológica homosexual -por ejemplo hombres que separados por períodos largos de tiempo del contacto con la mujer, adoptan transitoriamente una conducta homosexual que luego abandonan al cesar la condición de aislamiento para reasumir su actividad heterosexual. Para ponerlo en forma simple, del mismo modo que la atracción hacia los miembros del sexo opuesto forma parte de la naturaleza misma de los heterosexuales, para los homosexuales ser atraídos hacia los de su mismo sexo forma parte de su propia naturaleza. Mientras que la actividad homosexual es una elección personal, la orientación homosexual -por ser parte de la naturaleza misma de la persona- no está abierta a la elección.

Lo que está en juego es el sentimiento espontáneo de atracción y afecto entre personas del mismo sexo y la posibilidad ética de expresar ese afecto en la forma de una relación amorosa que incluya el sexo, pues todos los seres humanos fuimos creados con la necesidad de relacionarnos íntimamente con otro satisfaciendo una urgencia natural de compañerismo y pertenencia.

De hecho el fenómeno social moderno de dos hombres ó mujeres constituyendo un compromiso duradero como alternativa al matrimonio heterosexual era seguramente una situación ajena a la cultura judeo-cristiana y a la comprensión de los autores bíblicos. Sus comentarios, mas bien se relacionan con una clase de actividad vinculada al comercio y la explotación del sexo muy característicos de las culturas paganas de la época.

De este modo resulta válido sostener que la Biblia permanece en silencio respecto de la clase de relaciones homosexuales que encontramos hoy en el mundo occidental, del mismo modo que también permanece en silencio respecto de otros aspectos controversiales del comportamiento sexual tales como la masturbación ó la contracepción.

No podemos esperar que la Biblia nos acerque una respuesta orientadora porque todas estas cuestiones no tenían lugar en la mentalidad de los autores bíblicos. Como ya se indicó la Biblia desconoce el concepto de orientación sexual tal como hoy lo conocemos. Mas aún, en términos bíblicos tampoco existe el concepto de “amor romántico” ni aún en el Nuevo Testamento donde la palabra griega que lo refiere (eros) jamás aparece.

Sorprendentemente las únicas ocasiones en que la Biblia manifiesta un amor entre dos personas que va más allá del afecto, ocurren en el caso de relaciones que podríamos sospechar como demasiado íntimas para individuos del mismo sexo donde además la unión se fundamenta sobre un “pacto” que es autorizado por las Escrituras mismas y que debería servir de ejemplo como modelo para gays y lesbianas en el día de hoy. (Ver 1 Samuel 18:3 y 20:16,17; Ruth 1:15-17)

Este tipo de amor “consensuado” jamás se presenta en relación a los matrimonios históricos de la Biblia, probablemente porque esos matrimonios no se basaban en la elección romántica. El concepto de matrimonio en los tiempos bíblicos tiene muy poca relación con el concepto actual. Lo mismo sucede con otros temas entre los cuales se incluye la homosexualidad. Como antes se dijo, todos los seres humanos fuimos creados con la necesidad de relacionarnos íntimamente satisfaciendo una urgencia de compañerismo y pertenencia. 

En Génesis Dios manifiesta claramente que “no es bueno para el hombre estar sólo“,lo que quiere decir que el propósito primario de la creación del sexo es la intimación interpersonal aún antes que la procreación. Debería existir una alternativa justa y razonable que permita satisfacer esa necesidad humana a todas aquellas personas para quienes el matrimonio heterosexual no es una opción posible.

La respuesta bíblica sólo tiene que ver con ciertos actos homosexuales sin reparar en la condición humana de la cual derivan lo cual cierra la puerta a la posibilidad ética de distinguir entre actos moralmente legítimos y otros que no lo son como sucede en el caso de la heterosexualidad.

El estudio científico de la homosexualidad no tiene más de un siglo de existencia. Hoy sabemos que la homosexualidad es un aspecto central de la personalidad, probablemente fijado desde la niñez, con sustento biológico que afecta una proporción no despreciable de la población sin conocer fronteras ya sean culturales, étnicas ó sociales. Además no existe evidencia convincente de que la orientación sexual de una persona pueda verdaderamente ser cambiada -como intentan hacer las terapias reparativas con escasos resultados de éxito por demás cuestionados a la hora de pasar la prueba científica-.

Aparejada a la sexualidad de una persona está su capacidad de sentir afecto, de deleitarse en el otro, de involucrarse emocionalmente con la otra persona y de entregarse a ella. La sexualidad forma parte de la capacidad humana de amar, pues no somos meramente seres intelectuales, sino también físicos y emocionales. El temor a manifestar esta condición significa negar la capacidad de amar con que fuimos creados. Es el temor a una parte de lo más profundo de nuestra personalidad. Este temor es un estigma que aparece como consecuencia de las presiones sociales y religiosas a las que están expuestos los homosexuales desde muy jóvenes. Es también vergüenza, miedo al ridículo, al desprecio y a la mofa de los demás, sobre todo en el período mas difícil que comienza en la adolescencia cuando se afirma la identidad sexual del individuo.

Se trata de un período muy duro en el que el joven lucha consigo mismo en soledad, pues en la mayoría de los casos no se anima a compartirlo con un amigo o con un consejero. Obviamente por vergüenza y temor a ser rechazado ya que todos tenemos la necesidad de ser aceptados y queridos por los demás. La vergüenza es una consecuencia de ese estigma social y religioso: la homosexualidad es aún considerada por muchos como una enfermedad, una perversión ó un comportamiento despreciable y reprobable. Para la Iglesia tradicional es un pecado muy grave.

Además muchos deben enfrentarse a una gran variedad de riesgos procedentes de su entorno, como perder el empleo, ser echados de casa por los padres, ser agredidos por los compañeros de la escuela, perder oportunidades de progreso laboral o ser apartados de la congregación eclesiástica.

Un mecanismo muy común de escapismo es la “negación”. El individuo sencillamente niega reconocer lo que siente y trata de asumir una conducta heterosexual. Estas personas viven vidas muy conflictivas por lo que en muchos casos se ven obligadas a recurrir en busca de ayuda a terapeutas cristianos que por lo general no harán más que agravar el problema. En términos de fe, el homosexual parece condenado a elegir entre abandonar su religión ó lo que parece mas difícil, su propia sexualidad. Lo cual puede decirse es equivalente a elegir entre religión ó uno mismo. Una gran mayoría de los homosexuales se pierden de la fe como consecuencia del mensaje negativo e intolerante de la iglesia no pocas veces cargado de homofobia, una actitud para nada compasiva que dista significativamente de la del Señor Jesucristo que fue conocido como el “amigo de los pecadores”. De hecho la mayoría de sus seguidores se conformaba de una larga lista de los “mal vistos” de su época, personas marginadas y excluidas de la sociedad y de la religión imperante. Pero el evangelio de Jesús que se solidarizaba con la miseria humana vino a transmitir un mensaje de liberación e inclusión para salvar al hombre de toda opresión.

Según el pensamiento ingenuo de la Iglesia tradicional solamente existen dos alternativas para el homosexual: casarse heterosexualmente ó abstenerse de sexo y permanecer célibe. La permanente continencia sexual a la que parece estar sentenciado el cristiano homosexual no es una opción realista. Todos sabemos que el evangelio la presenta como un regalo ó don especial que muy pocos reciben y que era dado por Dios para la causa de Su Reino.

No hay ninguna razón para suponer que Dios otorga este don a cada homosexual. Por el contrario, la experiencia nos muestra que la gran mayoría de gays que han intentado reprimir sus deseos y vivir una vida célibe terminan respondiendo a su urgencia sexual en las formas mas promiscuas y autodestructivas. El resultado de estas conductas no hace más que agregar sentimientos de culpa, frustración y odio a uno mismo. Al sentimiento de culpa se suma la convicción de que uno carece de la fuerza de voluntad que supuestamente debería tener, dejando siempre una muy profunda sensación de fracaso y amargura.

Es posible que alguien con orientación homosexual se abstenga en forma temporaria o permanente de vivir una conducta homosexual lo cual no significa verdaderamente haya “cambiado” su orientación.

La única respuesta saludable y santa para la orientación homosexual, es la aceptación de la misma en concordancia con una vida en sintonía con los valores cristianos. No se elige ser homosexual como tampoco se elige ser heterosexual. La realidad es que ciertas personas simplemente resultan ser homosexuales aunque no lo quieran y no existen razones objetivas para suponer que la orientación sexual pueda cambiarse por mas convincente que sea el argumento. Los avances en el campo de la ciencia, especialmente en la psicología han demostrado que no todas las personas son por definición heterosexuales. Una proporción de los seres humanos desarrolla una orientación homosexual que forma parte de su propia naturaleza.

Por lo tanto si tenemos en cuenta que el concepto de orientación sexual no se conoció sino hasta fines del siglo XIX, resulta claro que ninguno de los escritores bíblicos pudo haber estado en condiciones de abordar este tema en forma apropiada.

Lo que dice la Biblia:

La respuesta cristiana estará en la forma en que leemos la Biblia o en la que la Biblia es interpretada. Pues convengamos que la condena de la iglesia a la homosexualidad o a su práctica se hace con la Biblia misma y sobre la base de un puñado de no mas de cinco pasajes no muy claros en su alcance y muy discutidos entre los eruditos.

En tal sentido es muy importante prestar atención a las diferentes formas de leer y comprender un texto, especialmente cuando se trata de textos muy antiguos como es ciertamente nuestro caso. Las palabras pueden sugerirnos una cosa a nosotros hoy en el siglo XXI que puede haber significado algo diferente para quienes lo escribieron hace dos ó tres mil años, mas aún cuando el idioma hebreo en que fue escrito el Antiguo Testamento contaba con tan sólo 50.000 palabras contra unas 300.000 de nuestro español actual.

Existen en principio dos formas distintas de interpretación. La interpretación “literal” y la “histórica crítica”. La literal señala que un texto debe interpretarse simplemente por lo que dice -esta es la forma preferida por los fundamentalistas- El histórico crítico en cambio dice que un texto tiene el sentido que le quiso dar quien lo escribió.

O sea que para entender mejor un texto de la Biblia hoy, deberíamos primero comprender el texto en la situación original y luego aplicar su significado a la situación presente. Es importante destacar en este momento, que ambas formas de interpretación, aunque muy distintas, coinciden en que la Biblia es inspirada por Dios aunque humanamente transmitida, por lo que también queda sujeta a las limitaciones propias del ser humano.

La interpretación literal de muchos textos de la Biblia, tales como los que tienen que ver con la conducta homosexual, ha sido el arma mas contundente de condenación hacia los homosexuales por parte de la iglesia y que tantas heridas y dolor ha producido en aquellos que teniendo una orientación sexual diferente desean seguir a Cristo. Si bien muchas denominaciones cristianas mayormente se guían por la interpretación histórico crítica, en ciertos pasajes como ocurre con el tema que nos ocupa, con gran hipocresía rechazan este método. El método de interpretación se denomina histórico porque requiere llevar el texto a su contexto histórico-cultural original antes de decidir un significado y se denomina crítico porque requiere además un cuidadoso y serio análisis del mismo.

En este punto, podemos decir que a la luz de la interpretación histórico crítica de los pasajes relacionados con la conducta homosexual, las conclusiones no se corresponden con las que tradicionalmente se han enseñado. Se puede afirmar que los textos se refieren solamente a ciertos aspectos de la conducta homosexual y no a otros; mucho menos a la homosexualidad como posible orientación sexual de la vida práctica de las personas.

No debemos perder de vista que las Escrituras fueron escritas por mensajeros inspirados por Dios que escribieron influenciados por el contexto de su época y su propia comprensión del mundo y la cultura. Los textos bíblicos más directos y conocidos son cinco. El primero tiene que ver con el pecado de Sodoma (Ge. 19:1-11) cuya interpretación errónea lo ha convertido en el texto que mas ha confundido a los cristianos y mas daño ha causado a los homosexuales.

En segundo lugar aparece el único texto de todo el Antiguo Testamento que hace expresa mención a relaciones sexuales de hombre con hombre y que tradicionalmente se aplicó a todo tipo de relación homosexual. Se trata de Levítico 18:22 y 20:13

Finalmente debemos remitirnos al Nuevo Testamento donde el pasaje mas discutido está en el capítulo 1 de Romanos (específicamente 1:27) mas otros dos que encontramos en 1Corintios 6:9 y 1 Timoteo 1:10.

Lo más significativo es que en los Evangelios jamás aparece una sola referencia a la homosexualidad. Jesús nunca habló del asunto aunque repetidas veces lo hizo respecto de la prostitución y el adulterio. Este silencio de Jesús debería sorprendernos si su pensamiento hubiese sido que todas las relaciones homosexuales son intrínsecamente pecaminosas.

El Pecado de Sodoma
El relato bíblico que encontramos en Génesis 19:1-13, ha sido históricamente utilizado como un argumento contundente contra toda expresión homosexual como contraria a la voluntad de Dios. La interpretación errónea de este pasaje ha causado un inmenso daño a los homosexuales a lo largo de los siglos y aún hoy se lo sigue utilizando con frecuencia en forma equívoca y arbitraria.

El pecado de Sodoma fue específicamente el abuso y la ofensa en su forma más aberrante contra los extranjeros –los dos ángeles de Dios- hospedados por Lot y su familia (v.5 BJ). Queda claro que “todo el pueblo sin excepción” reunido frente a la casa de Lot deseaba asaltar sexualmente a los visitantes. Pero es igualmente claro y evidente que las intenciones eran la violación sexual lo cual nada tiene que ver con la relación sexual consensuada entre seres que se aman y respetan. El versículo 9 pone de manifiesto que se trata de un acto de singular maltrato: “pues ahora te vamos a tratar peor que a ellos...”. le dicen a Lot cuando se rehúsa a entregarlos ofreciendo a sus hijas a cambio de los visitantes lo que hoy se consideraría por cierto escandaloso. El silencio del escritor sobre este ofrecimiento, pone en evidencia el carácter relativo de la moral sexual muy ligado a la costumbre social propia de cada época de modo que lo que en un momento es éticamente aceptable en otro resultaría inaceptable y viceversa.

Algunos autores sugieren que el pecado de Sodoma fue la inhospitalidad en su peor y más aberrante expresión al incluir el asalto sexual. La hospitalidad era una virtud sagrada entre los antiguos. El pecado de Sodoma fue específicamente abuso y ofensa contra los extranjeros, los dos ángeles de Dios recibidos por Lot y su familia. El intento de violación de los ángeles, solamente agrega mayor ofensa al abuso, pero la historia misma y su contexto cultural demuestran que el interés del autor no estaba tan centrado en lo sexual sino en el acto de desprecio y humillación hacia los visitantes.

El punto de la historia no es particularmente la ética sexual. El punto de la historia es el abuso y el asalto cualquiera fuera su forma. Forzar sexualmente a los hombres, al igual que las mujeres era una práctica común que usualmente se ejercía como una forma muy aberrante de sometimiento y humillación mayormente sobre los vencidos en batalla. La mas clara definición del pecado de Sodoma sin embargo la encontramos en el libro de Ezequiel 16:49, un texto a menudo pasado por alto: “Esta fue la culpa de tu hermana Sodoma: ella y sus hijas fueron soberbias, con excesos de comida y de ocio, pero no de ayuda hacia el pobre o el necesitado”.

La confirmación acerca del carácter del pecado de Sodoma la encontramos también en el Nuevo Testamento justamente en la palabra de Cristo (Lc. 10:10-13) cuando hace específica referencia a la inhospitalidad.

A lo largo del Antiguo Testamento, Sodoma es siempre mencionada como símbolo de destrucción ocasionada por pecados de tal magnitud como para ser merecedores de semejante castigo. En ninguna cita sin embargo se indica que ese pecado fuera específicamente la actividad homosexual. De igual modo ninguno de los pasajes bíblicos que condenan ciertas conductas homosexuales la relacionan con la historia de Sodoma. Sin embargo la tradición -fundamentalmente a partir del segundo milenio de nuestra era- la ha vinculado con la homosexualidad como causa primaria de su destrucción.

La interpretación homofóbica de este pasaje hace aguas justamente porque la narrativa en nada sugiere el rechazo de la actividad homosexual. Lo que se está rechazando exclusivamente es el abuso sexual en la forma de asalto y violación, conductas obviamente reprobables y condenables. Pero es un grave y arbitrario error seguir utilizando este relato bíblico para condenar las relaciones homosexuales consensuadas entre adultos responsables.

Supongamos que los huéspedes hubiesen sido mujeres, entonces ¿se justificaría en ese caso la actitud del pueblo de Sodoma? Por cierto que la respuesta es no. En tal caso a nadie se le ocurriría culpar y condenar la heterosexualidad. De hecho existe un relato en Jueces cap. 19 que presenta similitud con el de Sodoma y Gomorra donde la víctima de la violación –en este caso consumada- es una mujer.

¿Alguien ha condenado a la heterosexualidad por ello?

levítico 18:22 y 20:13

La evidencia textual de la Biblia Hebrea (AT) que muchas iglesias utilizan para justificar su homofobia comprende solamente dos pasajes: la narrativa Génesis 19 concerniente a Sodoma y las prohibiciones legales sobre relaciones sexuales varón-varón que encontramos en Levítico 18:22 y 20:13.

Ya hemos hecho referencia a la lectura errónea del relato de Sodoma. Comprendemos ahora que esta historia tiene exclusivamente que ver con un intento de violación sexual como ejemplo extremo de oposición a los códigos sagrados de la hospitalidad.

Con respecto a los versículos de Levítico resulta pertinente destacar en primer lugar que de todos los códigos legales incorporados en las Escrituras de Israel, existe una única referencia que apenas toca el asunto del homoerotismo masculino. En tal dirección, Saúl Olyan sostiene que “Son las únicas leyes de su tipo en la Biblia Hebrea; absolutamente no existe una sola ley análoga en ninguna de las demás colecciones legales israelitas que conocemos, aunque esta característica única no ha sido debidamente reconocida por los eruditos”

Es razonable preguntarnos si una única cita –que como veremos nada tiene que ver con nuestra comprensión actual de la homosexualidad- puede ser suficiente para condenar todo tipo de relación entre personas del mismo sexo. Especialmente cuando ésa no es una característica propia de la Biblia como un todo, ya que cuando ésta condena, manda ó exhorta lo hace siempre en forma clara y repetitiva dejando muy poco lugar para la duda.

¿Pero que es lo que exactamente se prohíbe en Levítico? Con frecuencia estos textos se citan literalmente asumiendo una interpretación sin siquiera cuestionar su verdadero alcance y aplicación.

Según leemos en la versión española de la Biblia de Jerusalén (BJ): No te acostarás con varón como con mujer; es abominación (18:22)

Si alguien se acuesta con varón como se hace con mujer, ambos han cometido abominación: morirán sin remedio; su sangre caerá sobre ellos (20:13)

En primer lugar nos detendremos en la palabra “abominación” que en hebreo se lee toebah. Se trata fundamentalmente de un término técnico de culto que primariamente aparece en contextos de idolatría. En Ezequiel (donde toebah aparece más frecuentemente), tanto en Jeremías como en Deuteronomio se presenta en conexión con la idolatría y es mencionado en relación al sacrificio de niños (por ejemplo Ezequiel 16:36). También se lo usa en conexión con la prostitución cúltica masculina (1 Reyes 14:24; ver Anexo III) Por esta razón los estudiosos independientes están de acuerdo en que Levítico 18:22 y 20:13 se justifica en el contexto de la prostitución religiosa, un tema que se repite extensamente a lo largo del Antiguo Testamento especialmente en el Exodo y Deuteronomio. Sin embargo toebah aparece también en otros contextos no necesariamente idolátricos, por ejemplo en la mezcla de categorías o traspaso de límites que mencionaremos más adelante.

Fundamentalmente en Levítico, la relación hombre-hombre resulta abominable por razones de “pureza” religiosa. Un aspecto distintivo de la ley básica de Israel era su preocupación por la “pureza” física y en tal sentido define y diferencia específicamente lo que es puro de lo que es impuro. En realidad esta era una característica que permitía mantener al pueblo de Israel separado de las demás naciones vecinas para evitar “contaminarse” con sus costumbres paganas. El código de pureza y santidad del Levítico vincula las prácticas sexuales supuestamente perversas con la idolatría de los pueblos vecinos. El capítulo 18 comienza precisamente con “No… hagáis como se hace en la tierra de Canaán a donde os llevo; no debéis seguir sus costumbres …”, finalizando con: “ Porque todas estas abominaciones han cometido los hombres que habitaron el país antes que vosotros, y por eso el país se ha llenado de impurezas…no practicaréis ninguna de las costumbres abominables que se practicaban antes de vosotros, ni os hagáis impuros con ellas…”

En las religiones paganas de los tiempos bíblicos era común la creencia de que si uno podía brindar placer a los dioses usualmente a través de los prostitutos sagrados –masculinos y femeninos- entonces los dioses les recompensarían con abundancia y fertilidad tanto para ellos mismos como para sus animales y sus tierras. No deberá sorprendernos que en la antigua versión de la Vulgata Latina confeccionada por Jerónimo a fines del siglo IV y que tanto influenciara al mundo cristiano occidental, las personas referidas en el Levítico 18:22 y 20:13 son varones que ejercen la prostitución en el templo. Jerónimo vivió en una época muy cercana a los tiempos apostólicos cuando las Sagradas Escrituras eran solamente el Antiguo Testamento o Biblia Hebrea y por lo tanto puede haber tenido una comprensión más exacta del significado de este texto.

En ambos versículos encontramos dos partes que se relacionan entre si: la primera de ellas es “no te acostarás con”, que claramente hace referencia a un acto sexual: “tener sexo con” (comparar con Génesis 19:32). Sin embargo el texto completo, como la mayoría supone, no dice “no tendrás sexo con varones”. Lo que realmente se prohíbe no es simplemente cualquier forma de sexo con otro varón sino precisamente la forma de sexo que un varón tiene con una mujer. Lo cierto es que el autor utiliza una forma indirecta de hablar para referirse a la relación homogenital: “acostarse con un hombre como se hace con mujer”. En realidad el texto hebreo literalmente traducido es aún mas oscuro: “con un hombre no se acostará los acostamientos de una mujer”. En la prohibición de sexo con animales –tanto para el varón como para la mujer- el texto simplemente dice “no tendrás sexo con animales”; no dice al varón: “no tendrás sexo con una bestia como con una mujer”. En definitiva lo que se prohíbe es una forma particular de sexo: un varón no deberá tener sexo con otro varón de la manera que lo hace con una mujer.

La mayoría de los eruditos asume que ambos textos hacen referencia a la penetración anal. De hecho la penetración anal de las mujeres era el único método de control de la natalidad disponible. Habrá que notar además que para los antiguos no existía la idea de sexo sin penetración. En 18:22 parece claro que la ley hace referencia al “penetrador” y lo que se prohibiría es la feminización del compañero que normalmente se produce en la agresión fálica contra otros varones a quienes se los reduce a la posición de una mujer, siendo éstos en realidad varones (posiblemente heterosexuales). Comprendido así, el texto prohíbe cierto tipo de acto sexual entre varones que utiliza al otro varón como si fuera una mujer (de-masculinizándolo y según la concepción antigua también degradándolo). Si esto es lo que el texto prohíbe, entonces no se están prohibiendo las relaciones entre personas de igual sexo que responden a una expresión de deseo o de amor, que desea o se deleita en la masculinidad del compañero sexual. En resumen lo que el texto prohíbe es el uso del sexo para hacer violencia y degradar a otra persona.

No obstante, es importante prestar atención a la posibilidad de que lo que se esté prohibiendo aquí es ser penetrado por otro varón, aunque el texto no dice “no te acuestes con un varón como si fueras una mujer”. Sin embargo en 20:13 ambas partes resultan culpables. Esta prohibición cobra sentido si entendemos que toebah como anteriormente se indicó, puede además hacer referencia a la mezcla de categorías que la ley israelita prohíbe: el hombre que es penetrado estaría experimentando una “mezcla de categorías” ya que siendo varón, se hace como mujer, confundiendo las categorías sociales que la tradición hebrea se esfuerza en respetar. La mezcla de categorías se establece como una “mezcla” de roles y como el rol de varón era considerado superior al de la mujer, entonces se estaría en presencia de una mezcla impura o contaminante. Justamente gran parte de las reglas de pureza entre los antiguos hebreos estaban relacionadas con el hecho de mantener las cosas semejantes separadas de aquellas diferentes. Cuando se mezclaban cosas de diferente categoría, entonces el resultado era considerado impuro. Por ese motivo las leyes del Levítico prohíben sembrar dos tipos distintos de semilla en un mismo campo, tejer dos tipos de fibra en una misma prenda ó cruzar diferente ganado.

Este argumento cobra fuerza si pensamos que en las culturas antiguas la mujer era considerada un ser inferior sin prácticamente ningún derecho. En realidad la mujer era una propiedad ó bien del padre ó del esposo. Justamente esto explica en cierta forma el hecho de que la Biblia nada dice acerca de la actividad homosexual femenina ó lesbianismo y no porque no le interese la moral sexual de la mujer, pues sí por ejemplo se le prohíbe expresamente la práctica del bestialismo ó sexo con animales. Simplemente la actividad homosexual de la mujer que además no contempla la penetración carecería de particular interés.

Existen además otras razones culturales muy poderosas que dieron origen a las leyes del Levítico, las cuales eran necesarias para el funcionamiento y prosperidad de la comunidad hebrea. La continuidad de la línea familiar era de vital importancia tanto durante el período nómada como en el posterior asentamiento en la tierra de Canaán. La supervivencia dependía de la existencia de familias grandes donde se ayudaban unos a otros en los distintos trabajos y tareas. La familia era también muy importante porque los israelitas no conocían el concepto de la vida eterna que hoy nosotros tenemos en Jesús. Después de la vida existía solamente el Seol o mundo de los muertos. La continuación de la vida tenía sentido solamente en la descendencia y por tal motivo no se consideraba la posibilidad de que un hombre no contrajera matrimonio, a tal punto que en el idioma hebreo no había lugar para la palabra “soltero”, es decir este término literalmente no existía. Por la misma razón existía la ordenanza del “Levirato” por la cual la viuda sin hijos pasaba a ser la esposa del hermano del difunto. Al desconocer la idea de vida eterna, se creía que la retribución de la justicia divina solo tenía lugar en la vida presente, de tal modo que solamente los que prosperaban y tenían descendencia eran los que contaban con el favor de Dios, mientras que los pobres, los enfermos y los estériles debían su desgracia a la desobediencia. El conocimiento precientífico de los antiguos suponía además que el hombre (varón) era el depositario exclusivo de la “semilla” de la vida mientras que la mujer era vista como la incubadora. Por tal motivo si un hombre deliberadamente vertía su semen fuera de la mujer, cometía un pecado sumamente grave –considerado de muerte (ver Génesis 38:9-10).

¿Cómo se trataba entonces al hombre cuyos genitales estaban mutilados o dañados?, ¿compasivamente? Todo lo contrario, no solamente esta persona estaría condenada a una vida sin familia sino que además se lo excluía de la congregación (es decir del templo) ya que se consideraba que su infortunio era consecuencia de la desobediencia a Dios.

¿Cómo veían finalmente estas personas cualquier acto sexual que no fuera definitivamente procreativo? Obviamente era un crimen contra la tribu cuya supervivencia dependía de la procreación y contra Dios. Las personas que cometían tales actos eran merecedoras de la muerte por desobediencia al mandamiento de fructificar y multiplicarse, del mismo modo que el hijo que maldice a su padre o a su madre. (20:9). Es singular que un tema supuestamente de tanta importancia moral como las relaciones sexuales entre varones merezca una sola referencia en la Biblia Hebrea. Es sin lugar a dudas atípico: nunca Dios dijo “les diré esto una sola vez”.

Consideremos algunos pecados sexuales tales como el adulterio y la prostitución. No sólo son condenados en numerosas ocasiones sino hasta formaron parte del simbolismo espiritual de la infidelidad de Israel hacia Dios (Ezequiel cap.16 es un excelente ejemplo entre muchos otros). Comparando las leyes del Exodo/Levítico con las del Deuteronomio (denominado copia de la Ley) del mismo modo que se compara los libros de Reyes con el de Crónicas o los evangelios sinópticos en el Nuevo Testamento a los efectos de una mejor comprensión, en Deuteronomio la ley comparable a Levítico 18:22 tiene que ver inequívocamente con la prostitución masculina en el culto de los cananeos (Dt. 23:17-18). En la mentalidad judía, la conducta homosexual estaba asociada con la idolatría de los santuarios paganos o “lugares altos” y en consecuencia había una fuerte presión cultural para evitar cualquier forma de relación sexual que estuviera fuera del matrimonio heterosexual. El concepto de “pureza física” y sus correspondientes reglas fueron abolidas por el Nuevo Testamento (ver Romanos 14:14). En consecuencia la ética de la pureza física que prohibía las relaciones sexuales entre varones debería ser reemplazada por otras éticas que fueran pertinentes teniendo en cuenta la comprensión actual de la sexualidad humana.

Como en Levítico solamente se contemplan ciertos actos homoeróticos (penetración anal de un varón por otro varón) sin incluir el lesbianismo y desconociendo el concepto de orientación sexual, resulta erróneo suponer que esos textos hacen referencia a la homosexualidad. Queda claro que la influencia cultural de la ley ha sido enorme. No ha pasado un siglo –lo cual sería ya demasiado- ¡sino que han pasado miles de años! La mayoría de estas leyes han dejado de aplicarse desde hace siglos y son incompatibles con la mentalidad y conocimiento del ser humano actual.

La iglesia primitiva tuvo que resolver si las leyes hebreas debían aplicarse o no a los cristianos. Comenzaron a convertirse muchos gentiles que obviamente no estaban circuncidados ni tampoco seguían la Ley que Dios había dado a los israelitas. Los judíos se consideraban justificados delante de Dios por la observancia de la Ley. En la lectura de las cartas de Pablo a los Romanos, Gálatas, Corintios, Colosenses y Hebreos, encontramos un clamor consistente de que “nadie es justificado delante de Dios por la ley” (Gálatas 3:10). Pablo escribe: “Así también vosotros hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras vivíamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo el Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” (Romanos 7:4-6 Reina Valera, 1960) “Pero antes que viniese la fe estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo para ser llevados a Cristo a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. (Gálatas 3:23-26 Reina Valera, 1960).

Otros textos del Nuevo Testamento incluyen: 2 Corintios 3:6; Colosenses 2:13-15; Hebreos 8:8-13, Romanos 19:1-4. En el segundo capítulo de su carta a los Gálatas Pablo confronta a Pedro que había estado forzando a los gentiles a observar la ley judía (Gálatas 2:14) llegando al punto de decir: “Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. (Gálatas 2:15-16 Reina Valera, 1960).

Pablo fue perseguido por causa de su profundo convencimiento de que como cristianos, nosotros no estamos más sujetos a la ley hebrea sino que somos justificados por la fe en Cristo. Si no estamos “bajo la ley” ¿significa que podemos mentir, engañar, robar, etc.? En Romanos 6:15 Pablo mismo responde a esta pregunta, “ ¡De ninguna manera!” ¿Jesús mismo en Mateo 5:17 no dijo que el no vino a abolir la ley sino a cumplirla”

¿Entonces, en que consiste el cumplimiento de la ley?.
En una oportunidad le preguntaron a Jesús “Maestro, ¿Cuál es el mas grande mandamiento de la ley?”. Jesús replicó, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:36-40). Por lo tanto el cumplimiento de la ley es el amor. Más tarde el mismo Pablo se haría eco de esta idea cuando escribe en Romanos: “No debáis nada a nadie sino el amaros los unos a los otros; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque: no adulterarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Romanos 13:8-10 Reina Valera, 1960)

Dejamos para el final una consideración que puede ser relevante en el tratamiento de las conductas homosexuales en relación con la ley hebrea. Los textos de Levítico hacen referencia a la prohibición de tener relaciones sexuales (específicamente penetrativas) con otro varón. Pero la categorización actual de las personas en base a su orientación sexual era desconocida en la antigüedad ya que no existía el concepto de heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad. Simplemente se distinguían dos categorías de personas de sexo masculino: aquellos que tenían la capacidad de procrear hijos, a quienes se los designaba como “varones” y los que no estaban en condiciones de procrear que eran conocidos como “eunucos”. Dicho de otro modo, las categorías no se establecían en base la sexualidad sino a la habilidad procreativa. Sin embargo los textos de la ley solamente hacen referencia al sexo entre varones y no con eunucos, que al igual que para con las mujeres no tienen nada que decir. Por lo tanto el sexo con eunucos al igual que el sexo entre mujeres carecería de interés particular. En Mateo 19 Jesús hizo referencia a tres clases de eunucos, una de las cuales señala con el nombre de “eunucos de nacimiento” El estudioso Faris Malik dedicó muchos años de su vida a investigar los eunucos de nacimiento preguntándose quiénes eran en realidad esta clase de personas. La tarea de Malik consistió en buscar referencias a los eunucos de nacimiento en todas las fuentes de literatura antigua disponibles. Como resultado pudo descubrir que los eunucos de nacimiento a diferencia de los eunucos hechos por los hombres (castrados) tenían todos su órganos reproductivos intactos y funcionales, pero no sentían atracción por el sexo femenino y además disfrutaban tener relaciones sexuales con hombres. No será necesario explicar que se trata de lo que hoy conocemos como varones exclusivamente homosexuales que son incapaces de tener sexo con una mujer (y procrear). Por lo tanto cuando Jesús dice que no todas las personas son aptas para el matrimonio, está incluyendo una clase de personas homosexuales que la cultura consideraba “eunucos” y no “varones”. Siguiendo esa línea de pensamiento, nos damos cuenta que los textos de Levítico no estarían prohibiendo relaciones entre homosexuales sino relaciones entre “varones” heterosexuales, es decir lo que se prohíbe es la penetración de un varón heterosexual por parte de otro varón, que coincide justamente con lo que San Pablo parece señalar en el texto de Romanos 1:27 y que podemos relacionar con el sexo abusivo (con esclavos y menores) y con las relaciones características de los contextos idolátricos y de explotación (prostitución).

Romanos Capítulo 1: El argumento que mas se ha utilizado contra la actividad homosexual - ó mas bien homogenital- como intrínsecamente inmoral se encuentra en el Nuevo Testamento y proviene del pasaje de Romanos cap. 1 (Ro 1:26-27) donde se refiere a esta actividad como para-phisin, palabra que se traduce como “contra la naturaleza” ó simplemente “antinatural”.

En el uso corriente la palabra naturaleza (phisin) se interpretaba como “lo que es costumbre” o “lo usual”, pero sin lugar a dudas Pablo conoce también el sentido estoico heredado de los griegos que según los especialistas tiene que ver con lo que es innato (de nacimiento) o de la raza. (ver además Rom 2:14 y 3:27, en esta última varias traducciones por temor a que caiga mal ponen “físicamente” en lugar de “por naturaleza”)

Examinando las otras veces que Pablo emplea esta palabra sin embargo nos damos cuenta que en la mayoría de ellas no hace uso del sentido estoico como por ejemplo en el pasaje de 1 Corintios 14:14 donde dice : “ acaso la naturaleza misma no nos enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello”. Sin lugar a dudas lo natural es aquí lo que va de acuerdo con la costumbre social. Mientras tanto el término paraphisin (contra naturaleza) aparece solamente dos veces en todo el Nuevo Testamento y la segunda vez también está en Romanos donde Pablo señala que ¡Dios mismo actúa “contra naturaleza”! (11:24) al injertar a los gentiles en el bueno y verdadero olivo que es Israel.

El concepto de acto antinatural característico de la filosofía moral estoica que eventualmente introduce Pablo en este pasaje se justificaría al menos por dos razones: Porque desafía el pensamiento patriarcal judío basado en la superioridad del hombre sobre la mujer y por el cual las relaciones entre varones serían degradantes para la condición de varón, tal como se discutió en nuestro análisis del texto del Levítico, y Porque pondría en riesgo el mandamiento de procrear y multiplicarse pues si las relaciones homosexuales fueran materia de elección personal, tal como se suponía en ese entonces, luego si todos eligieran esta opción en el caso extremo la humanidad podría extinguirse.

Contrariamente a lo que muchos intentaron sugerir, parece evidente que en el verso 26 Pablo no se refiere al lesbianismo sino a mujeres (gentiles) que se ofrecen sexualmente a varones para relaciones anales que evitan la procreación. Singularmente en este texto a diferencia del verso 27 no se habla de “cambiar” compañeros sexuales masculinos por otros del mismo sexo. Los actos son “contra natura” porque van contra la ideología de la época que desaprueba evitar la procreación. Es relevante notar que ésta fue la interpretación de los padres de la iglesia entre los cuales figuran Clemente de Alejandría y San Agustín.

Las personas a las cuales se refiere el apóstol en el verso 27 no son homosexuales en lo que respecta a su orientación sino que se trata de personas que según la comprensión de esa época abandonaron o “cambiaron” el uso que para ellos era natural (es decir el sexo procreativo) para entregarse a actos homogenitales cambiando lo natural por lo antinatural (que no es intrínsecamente malo) lo que además responde a la antigua idea de elección sexual en contraste con la idea actual de identidad sexual.

Lo más importante es que la actividad homosexual en Romanos 1 se trata en el contexto de la idolatría (el no reconocimiento de Dios por parte de los paganos) de la misma manera que en el Levítico: Los actos homogenitales son el resultado de la idolatría y no la inversa, es decir según este pasaje una persona no es idólatra porque comete actos homosexuales sino que porque es idólatra –es decir por no reconocer y glorificar a Dios, ni darle gracias (Ro 1:21)- llega a cometer ciertos actos homosexuales. Indubitablemente este no es el caso de tantos homosexuales cristianos que luchan por un espacio dentro de la iglesia. Según la opinión de muchos estudiosos contemporáneos Romanos 1:26-27 hace específica referencia a conductas propias de ciertos cultos idolátricos que transgredían las normas culturales de género y sexualidad.

La cultura religiosa pagana entre la cual se movió el apóstol San Pablo estaba íntimamente relacionada con prácticas sexuales muy perversas. K. Kroeger en su trabajo “Journal of the Evangelical Theological Society” lo describe con particular crudeza: “Los hombres se vestían de mujer, usaban velos y larga cabellera como signo de su devoción al dios y las mujeres se lo quitaban y rapaban la cabeza. En una cerámica encontrada en Corinto, se observa la pintura de una mujer con órgano sexual masculino danzando delante de Dionisio, una deidad que había sido criada como niña y que se lo conocía como el varón-mujer” y en otro pasaje dice: “El intercambio sexual que caracterizaba el culto de diosas como Cibeles (Afrodita, Ishtar, etc.) y Artemisa de Efeso era aún mas horrendo. Muchos hombres voluntariamente se castraban y vestían con atuendos femeninos; una escultura proveniente de Roma muestra por ejemplo a un sumo sacerdote de Cibeles usando velo, joyas y ropaje femenino...”

Esta clase de prostitución religiosa pagana era bien conocida por el Apóstol Pablo a quien no le pasó inadvertida en sus viajes misioneros sino que por el contrario le era causa de gran preocupación, razón por la cual advierte enfáticamente a las comunidades de las ciudades mas idólatras (Roma, Corinto, Efeso) para evitar la contaminación de los discípulos. El paralelismo con Levítico es por demás evidente. Comprendido de este modo, queda bastante claro que Romanos 1:26-27 no hace referencia a la homosexualidad como orientación sexual y por lo tanto debería ser removido de toda discusión de la homosexualidad como alternativa cristiana.

Otro aspecto que destacan los estudiosos es que la preocupación primaria de Pablo no es primordialmente el género del compañero sexual sino el “excesivo deseo”, la pasión o la codicia que lleva a hacer daño al prójimo lo cual se desprende de los calificativos utilizados en 1:24 (epithumía, excesivo deseo), 1:26 (pathos, pasión), 1:27a (ekkaio, inflamarse, encenderse) y 1:27b (oreksis, apetitos, lascivia).

Entonces no se trata de deseos “desorientados” sino de deseos “desmesurados”

¿Porqué trae San Pablo en este pasaje el tema de la homogenitalidad?. Es interesante descubrir que detrás del capítulo 1 de Romanos existe un plan que el apóstol intenta desarrollar a lo largo del libro. En este capítulo, Pablo describe en forma bien diferenciada dos grupos de acciones contrarias a los principios de la Ley mosaica a los cuales califica respectivamente con adjetivos de distinto tenor.

El primer grupo corresponde a la clase de actos que la Ley denomina impuros (v.24) como ciertos actos sexuales entre varones para los cuales el calificativo no conlleva una connotación ética sino que está mas bien relacionado con la desaprobación social. En el verso 26 se usa el término atimia que se traduce como “degradante” (deshonroso o vergonzoso en RV) y en el verso 27 se utiliza el término aschemosyne que en RV también se traduce como vergonzoso.

Estos calificativos usados por Pablo no se corresponden con el vocabulario bíblico propio de “pecado” sino se refieren a actos impuros que parten del corazón de los gentiles idólatras. En cambio los actos del segundo grupo que se describen a partir del verso 28 son calificados con el lenguaje propio del pecado y son actos graves contrarios a la Ley moral que señalan hechos reprobables de maldad (adikia, injusticia/opresión) que se listan entre los versos 29 y 31 y entre los cuales no se incluye ningún acto de tipo sexual (KJV,NIV,BJ,JB). Resumiendo, del mismo modo que el Levítico incluye los actos homogenitales en la categoría de actos impuros, pero no específicamente pecaminosos, Pablo en este pasaje sugiere desaprobación o deshonra social mientras que Levítico indica desaprobación religiosa.

En este capítulo de Romanos Pablo separa los actos impuros de los actos inmorales de maldad pues según el mismo la idolatría de los gentiles tiene una doble consecuencia: impureza y maldad. De este modo repite una misma fórmula en cada caso: al no reconocer a Dios, se entregan a actos impuros (v.23, 24) y luego como no probaron tener en cuenta a Dios, éste los entrega a una mente reprobada para hacer todo tipo de mal (adikia), pecados éstos últimos que merecen la muerte. Entre los cristianos y judíos de la iglesia de Roma (como en otras tantas) existía una suerte de controversia acerca de guardar la Ley y especialmente los códigos de pureza entre los cuales estaba la circuncisión ó el no comer ciertos alimentos, entre muchos otros y Pablo quería poner fin a esas discusiones. Traer a colación estos temas tan sensibles hubiera sido inconveniente por parte de Pablo que quería atraer a los judíos cristianos y por ese motivo prefiere exponer el tema de la homogenitalidad como ejemplo de impureza bien conocido por los judíos que además no daría lugar a controversia. Para ponerlo en un lenguaje más sencillo, probablemente hubiera sido un recurso imprudente de su parte utilizar -por ejemplo- el tema de los alimentos prohibidos (es decir impuros) como un medio para alcanzar su propósito de mostrar que en Cristo no hay nada impuro en sí mismo. El planteo de Pablo tiene en definitiva un propósito muy claro el cual consiste en: Ganar la simpatía de los cristianos judíos tratando de mostrar que el desconocimiento de Dios lleva a cometer pecados graves y actos impuros sin mencionar aquellos que podían afectar la sensibilidad de estos nuevos creyentes.
Mostrarles que los judíos cristianos que se sienten superiores y más justos porque supuestamente cumplen la ley, son tan culpables de romper los mandamientos delante de Dios como cualquier otro. Mostrarles que todos somos pecadores y que la justicia de Dios ahora se ha manifestado por la fe en Jesucristo para todos los que creen “porque el hombre es justificado por la fe sin (necesidad) de las obras de la ley”.
Mostrarles que en Cristo la ley judía ha sido reemplazada por la “ley de la fe” y que el concepto de puro ó impuro de la ley mosaica ya no interesa.

Tratar que los judíos reciban sin ningún prejuicio a los gentiles cristianos. Reprender a los gentiles por los sentimientos de desprecio hacia los judíos que les obligaban a judaizar. La inclusión de la homogenitalidad como ejemplo de actos impuros propios de los gentiles idólatras es en definitiva un recurso retórico muy inteligente por parte de Pablo en sus presentación del “Evangelio de Dios” (Romanos 1:1) para mostrar que las reglas de impureza no tienen ninguna importancia en Cristo ya que según sus propias palabras mas adelante dice “yo sé y confío en el Señor Jesús que nada es impuro en sí mismo” (Romanos 14:14). Por la forma, la desaprobación de la actividad homogenital en el capítulo 1 de Romanos se relaciona con las conductas opresivas, abusivas (esclavos sometidos por sus amos) y la prostitución (porneia), un tema que se repite en varias de las epístolas paulinas.

Varios estudiosos modernos han destacado que en Rom. 1:24,26-27 Pablo introduce cuatro elementos: actos “impuros”, contra naturaleza”, “vergonzosos” y “la codicia o excesivo deseo que hace daño” para luego deconstruir los tres primeros a lo largo de la epístola y dejar el último intacto como norma para todas las iglesias el cual quedará vigente como principio de conducta para todos los cristianos. Algunos autores opinan que si en verdad San Pablo está condenando toda forma de homosexualidad, luego tendríamos que admitir que el apóstol se equivoca en su juicio del mismo modo que hoy admitimos que igualmente se equivocó en el tratamiento tolerante del tema de la esclavitud. Charles S. Cosgrove, profesor de Nuevo Testamento y Etica Cristiana en el Northen Baptist Theological Seminary (USA), en su reciente libro El Debate Moral en La Biblia concluye que “No se debería utilizar el texto de Romanos 1 como guía para establecer una posición cristiana contemporánea en el tema de la homosexualidad”

Los restantes textos del Nuevo Testamento: 1 Co 6:9 y 1 Ti 1:10
Finalmente tenemos dos textos muy utilizados para condenar la homosexualidad que leídos ligeramente parecen involucrar conductas homogenitales. Pero un estudio serio y profundo de los términos griegos empleados por el apóstol Pablo pone de manifiesto que los mismos hacen referencia a actividades sexuales abusivas y explotativas y nada tienen que ver con las relaciones consensuadas entre personas adultas del mismo sexo basadas en el amor y el mutuo compromiso. Sin embargo la mayoría de las versiones bíblicas conocidas utiliza palabras que sugieren la condena de la homosexualidad: los “Afeminados” y “los que se echan con varones” (RV), “los sodomitas” (NVI) y “homosexuales” (BJ,DHH,RSV) son algunos ejemplos. Aunque la traducción de los dos términos griegos en cuestión, malakoi y arsenokoitai ha variado a lo largo de los años, en el siglo XX con frecuencia se los ha interpretado como referidos a las personas homosexuales, pero más por razones de intereses ideológicos –la marginalización de gays y lesbianas- que por un estricto criticismo histórico.

Ambos términos son sin duda bastante difíciles de traducir, uno de ellos (arsenokoitai) por ser demasiado raro (sólo aparece dos veces en la Biblia) y el otro, (malakoi) por ser demasiado ambiguo. Por ello deberían leerse con mucha cautela, sabiendo que su interpretación errónea puede causar mucho daño a los creyentes homosexuales.

Arsenokoitai, que aparece en ambos pasajes es la más difícil de traducir. Se trata de una palabra compuesta formada por arseno -macho o varón- y koitai, -cama, que se interpreta como “acostarse con” o “echarse con”. La palabra compuesta haría referencia a una relación sexual, aunque literalmente no nos revela con certeza si se refiere a una relación con otros en general (mujeres/varones) o con varones exclusivamente, pues no sabemos si arseno se refiere en realidad al género del agente o al género del objeto sexual.

Algunos estudiosos como Boswell y Coutryman, entre otros creen que arsenokoitai puede referirse a prostitutos masculinos que trabajan con hombres o quizá indistintamente con hombres y mujeres o a los clientes que recurren a los prostitutos. En la cita de 1Ti 1:10 el término aparece entre medio de pornois, literalmente prostitutos (varones) y secuestradores, personas que secuestraban y traficaban esclavos y libres para explotarlos sexualmente. Por lo tanto arsenokoitai puede hacer referencia a los clientes de los prostitutos, en muchos casos varones secuestrados por traficantes inescrupulosos. Sin embargo Dale Martin nos muestra que en otras listas de vicios de la literatura extrabíblica, arsenokoitai tiene que ver sorprendentemente con conductas de abuso y explotación económica. Autores conservadores como D. Garland o R. Gagnon realizan una interpretación más general y suponen que se trata de “varones que penetran a varones”

Malakoi literalmente significa suave, blando, delicado o tierno (ver por ejemplo Lc 7:25). Durante varios siglos algunas traducciones interpretaron que malakoi hacía referencia a las personas que se masturban mientras que otras señalaban a los licenciosos y débiles de carácter. Sin embargo el término “afeminados” que usan algunas versiones puede ser una buena traducción mientras se considere el correcto significado que esta palabra tenía entre los antiguos. La palabra malakoi podía hacer referencia por ejemplo a las ropas delicadas y costosas, a las comidas sofisticadas, a la decadencia moral, a la liviandad y la falta de coraje, a los varones mujeriegos o aquellos que no gustaban de ir a la guerra sino que preferían el confort de los palacios. En un sentido literal, se la asociaba con lo “femenino” lo cual incluía también el aspecto sexual: las mujeres esencialmente eran para ser penetradas. Así un varón que se permitiría ser penetrado sería un malakos pero el término era mucho más amplio y complejo pues la feminidad no se definía exclusivamente en base a la penetración sino en tal caso la penetración venía a ser como una prueba o un signo de ella. Algunos autores conservadores entienden que los malakoi son exclusivamente varones penetrados por otros varones. Otros estudiosos creen que se trata de jóvenes (afeminados?) que se prostituyen efectuando el rol pasivo en la relación sexual (Catamitas, BJ).

Conclusión: la interpretación de estos términos reconoce que “homosexuales” (BJ, DHH, etc.) no es una traducción correcta, pues 1) sólo se refiere a una clase de conducta sexual entre varones (penetración) y no incluye a las lesbianas. 2) sólo se refiere a “actos” sexuales sin tener en cuenta la “orientación” sexual. 3) el contexto demuestra que se trata de actos de explotación y abuso: clientes de prostitutos que fueron secuestrados y mantenidos como esclavos (arsenokoitai) y posiblemente prostitutos pasivos (malakoi). Pero si ambos términos son difíciles de traducir, entonces encontramos que el contexto puede ser de gran ayuda para una mejor interpretación. Nos detendremos en dos contextos: el contexto histórico-cultural y las características propias de las listas de vicios (o mejor dicho de actos de injusticia/opresión) señalados por San Pablo. En cuanto al contexto histórico cultural, vale la pena transcribir lo que encontramos en 1Corinthians ECNT de Garland, David E. (2003) Notas Adicionales, pág. 217-18 (estudioso de trasfondo conservador): En el mundo antiguo el acto homosexual más común era la pederastia que sólo ocurría entre varones (Schrage 1991:432). Esto era porque el sexo era comprendido de acuerdo a los valores sociales (de propiedad sexual): “Los antiguos no clasificaban los tipos de deseo o comportamiento sexual en base a la igualdad o diferencia del sexo de las personas que intervenían en un acto sexual; más bien evaluaban los actos sexuales de acuerdo al grado en que los mismos violaban o se conformaban a las normas de conducta que se consideraban apropiadas para los participantes en el acto sexual ya sea por razones de género, edad, o status social” (Halperin,OCD 720;cf.Dover 1978:277). Lo que se consideraba aceptable o inaceptable estaba determinado por el rango o status social de la persona. Por un lado estaban los varones libres; por otro las mujeres y los esclavos. Era socialmente aceptado que un hombre libre tenía la libertad de elegir mujeres, hombres o muchachitos como objetos sexuales sin depreciar su status como varón. Sin embargo un hombre libre no podría “entregarse a actos haciendo un rol sexual pasivo como las mujeres o los esclavos” sin ser estigmatizado por ello (Stegema

Debes saber que existe la ley ritual que fue cumplida por Cristo, y una moral de la cual fuimos librados de la maldición. Los términos que usa Pablo: "arsenokoites" es literalmente "hombre-cama", no es una palabra que exista en el griego, no hay ninguna relación con el término, puede significar lo mismo que "Yaceres" de Levítico 18, y que está relacionado al incesto, la pedofilia y el sexo cúltico (que incluye la prostitución, trata y abuso sexual de esclavos y/o prisioneros de guerra), que se entiende desde la lectura de todo el capítulo. Y el homosexualismo, con respecto lo que traduces como "afeminado" Malakos en realidad significa "suave" aparece solo tres otras veces en el Nuevo Testamento, en Mateo 11:8 y Lucas 7:25. En estos dos pasajes su significado es “suave,” refiriéndose a “ropa suave.” “ropa elegante” ahí entra la interpretación de cada quién según sus propios prejuicios. Ninguno se refiere a la vida o la relación de 2 personas del mismo sexo.Y sobre lo que dices, sí es un derecho, la no discrimianción. pero nada, hermano, continúa con tu postura. Dios juzgará. Yo trato de conocerle y seguir su ejemplo, estar al lado de quien sufre, marginados. Bendiciones

Refutacion biblica y Medica
nuestros sentimientos o ideas estan por encima de la palabra de Dios ? ser homosexual es desaprobado completamene en la biblia, el hecho de decirle a un homosexual que esta mal su conducta no quiere decir que haya discriminacion u odio o intolerancia, he ahi el amor de Dios al mostrarles en privado y en publico la verdad: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” Mateo 5: 17-18 Cuál Escritura? Cuál ley y los profetas? Jesús se refería al Antiguo Testamento en su totalidad, y desde su perspectiva, todo lo que decía el Antiguo Testamento era verdad y por lo tanto, lo que Él afirmaba, incluyendo los pasajes en Levítico 18-20, que eran, obviamente parte de la Ley. Es decir, “Ni una jota ni una tilde pasarían del pasaje en Levítico 18-20 hasta que todo se haya cumplido.” Es claro, entonces, que Jesús indirectamente sí habló acerca de la homosexualidad. Cuál fue su posición? Si usamos una correcta hermenéutica debemos concluir que la posición del Señor Jesús era la misma que la del Antiguo Testamento, es decir, que la homosexualidad (tener relaciones sexuales con otro hombre como si fuera una mujer) es una abominación.

Pablo, quien sabemos fue un hombre bien educado tanto en el hebreo como en el griego, no limitó este término de una forma tan estrecha como lo quieren hacer otros. El apóstol estaba condenando, bajo la autoridad de Jesucristo, todo tipo de relaciones sexuales entre hombres. Cómo lo sabemos?

Como ha sido demostrado por los académicos, Pablo estaba muy familiarizado con la Septuaginta (la traducción al griego coiné del Antiguo Testamento) traducida 300 años antes de Cristo. Muy probablemente, como el apóstol a los gentiles, ésta versión era su Biblia. Lo interesante es que los judíos que hicieron la traducción de Levítico 18:22 del hebreo al griego, 300 años antes de Cristo, lo hicieron así: “meta arsenos ou koimethese koiten gunaikos” (No tendrás relaciones sexuales con otro hombre como si fuera mujer).