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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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martes, 14 de febrero de 2012

El Apocalipsis XII: La Mujer y el Dragón

La Mujer Vestida del Sol y el Dragón de Siete Cabezas por Albert Durero 1497

Apocalipsis: La mujer y el dragón

Escena 4: La mujer, el dragón y la bestia

La mujer y el dragón (12:1)
Guerra en el cielo (12:7)
El dragón persigue a la mujer (12:13)
La bestia del mar (13:1)
La bestia de la tierra (13:11)
El cordero y los 144.000 (14:1)
Los tres ángeles (14:6)
La cosecha de la tierra (14:14)

22. La mujer y el dragón (12:1)

(Ap. 12:1) Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. {2} Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. {3} También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; {4} y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. {5} Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. {6} Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí se sustenten por mil doscientos sesenta días.

Esta es la primera de varias visiones que forman un interludio entre las siete trompetas y las siete copas. Éstas revelan más detalles de la lucha entre el bien y el mal en el cielo y sus efectos consecuentes sobre el pueblo de Dios en la tierra. El diablo es revelado aquí como el antiguo enemigo del pueblo de Dios, seguido en cap. 13 por sus dos secuaces que hacen su voluntad en la tierra: la bestia del mar y la bestia de la tierra. Juan ve una cantidad de señales en el cielo. La primera señal es una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. Ella representa a la iglesia del Antiguo Testamento. Estaba a punto de dar a luz a un hijo varón, el Cristo. Luego apareció otra señal en el cielo, un enorme dragón escarlata que es el diablo. Él trató de matar a Cristo cuando nació, pero Jesús ascendió al cielo y a Dios y Su trono. La iglesia ha sido cuidada por Dios durante la era del evangelio. Ef. 6:12 nos dice que "no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes". Por lo tanto, es apropiado que antes que se presenten nuestros enemigos terrenales, o sea la bestia del mar, la bestia de la tierra y la prostituta, sea presentado y descrito Satanás.

En esta primera sección vemos que el propio pueblo de Dios hace que nazca el Mesías que fue prometido en Gn. 3:15, "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar". Satanás trata de impedir el nacimiento del Mesías que lo herirá en la cabeza, falla y el Mesías asciende al cielo y Satanás es desalojado del cielo y echado hacia la tierra donde hace guerra contra los santos.

v. 1 - Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas - Esta señal en el cielo anuncia una nueva sección. Esto debería estar conectado con la apertura del templo de Dios en el cielo en el versículo anterior (11:19). La "mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas" es una clara referencia al sueño de José (Gn. 37:9) y, por lo tanto, la mujer representa a las doce tribus de Israel. El sueño de José describe al sol y a la luna y a once estrellas inclinándose ante él. Esto se realiza cuando se vuelve el segundo de Faraón y sus hermanos se inclinaron ante él (Gn. 43:26-29). La mujer son los elegidos y, en particular, aquí son los elegidos del Antiguo Testamento que da a luz al Cristo (v. 5), y luego es los elegidos del Nuevo Testamento (v. 17). Juan ve un continuo entre los elegidos del AT y del NT (ver 21:12-14). Wilson dice "en las Escrituras no hay una línea divisoria marcada entre el verdadero Israel y el nuevo Israel, porque el pueblo de la promesa es un pueblo, sea que hayan vivido antes o después de la venida de Cristo". Pero aquí ella representa a los elegidos del AT, una de las pocas referencias en Apocalipsis a los elegidos del AT sólo. Compare la gloria celestial de esta mujer, que representa a los elegidos (la esposa, Ef. 5:22), con el brillo terrenal de la prostituta que representa al mundo (17:4). Esta mujer está en contraste con la prostituta y también con la Reina del cielo.

Johnson señala que otros ven un paralelismo consciente entre la historia y las actividades del emperador Domiciano, alrededor de 83 d.C. Después de la muerte de su hijo de diez años, Domiciano inmediatamente proclamó al niño como un dios y a su madre, la madre de dios. Algunas monedas de ese tiempo muestran a la madre, Domicia, como la madre de los dioses, parada con el cetro y la diadema de la reina del cielo. Otra moneda muestra a la madre con el niño delante de ella. En la mano izquierda del niño está el cetro de los dominios del mundo, y con su mano derecha él está bendiciendo al mundo. Todavía otra moneda muestra al niño muerto sentado sobre el globo del cielo, jugando con siete estrellas que representan a los siete planetas, simbólico del dominio celestial sobre el mundo. Sobre una cuarta moneda él representa al niño Zeus imperial, que ha sido exaltado para ser Señor de las estrellas y que anunciará la era de la salvación universal. Este tipo de simbolismo apenas puede ser accidental.

Pero mientras la emisión de Domiciano glorifica al hijo de Domicia como el señor del cielo y salvador del mundo, Ap. 12 lo presenta a Jesucristo, el Señor del cielo y la tierra, como Aquél que regirá con vara de hierro a todas las naciones (v. 5). Juan, en realidad, demitifica el mito de Domiciano presentando a Cristo como el verdadero y ascendido Señor del cielo, el que será el próximo Soberano y Salvador del mundo. Johnson también señala que la apariencia deslumbrante como el sol se relaciona con la gloria y el brillo del Señor (1:16) así como con su cualidad de llevar luz (1:20). Con la luna debajo de sus pies significando su permanencia (Sal. 72:5, 89:37, cf. Mt. 16:18) y una corona de doce estrellas sobre su cabeza indicando su identidad de elegida, aparece en su verdadero y glorioso carácter, a pesar de su frágil historia terrenal (v. 13-16). Ver también la descripción de la gloria de la nueva Jerusalén (21:11 ff.).

v. 2 - Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento - Ella gritaba por los dolores de parto (cf. Is. 26:17, 66:7-8, Miq. 4:10). Esto probablemente representa los diversos intentos de matar al niño, quien es Cristo, antes que diera a luz. Ver Gn. 3:15, donde hay enemistad entre la humanidad y el Diablo, y hay un linaje prometido que aplastará la cabeza de la serpiente. En v. 5 el Dragón personalmente actúa como una partera para destruir el niño al nacer. Satanás entonces trata de destruir la simiente prometida. Hay varios eventos registrados en el AT donde hubo intentos de destruir la línea de la cual habría de nacer el Cristo:

  • Caín mata a Abel, pero Set es levantado (Gn. 4)
  • Faraón ordena matar a los bebés varones (Ex. 1:15)
  • Saúl trata de matar a David (1 Sam. 18:11)
  • Cuando Atalía procedió a destruir toda la familia real (2 Reyes 11:1)
  • Amán trata de matar a los judíos pero interviene Ester (Est. 3:6, 7:3)
Hay también varios otros puntos en el AT en los que la línea que conducía al Mesías podría haber sido rota (Hendriksen):

  • Cuando Dios destruye a la gente de la tierra pero salva a Noé
  • Sara no puede concebir, pero el niño del milagro, Isaac, nace
  • El Señor ordena que Isaac sea sacrificado pero luego provee un sustituto
  • Rebeca, la esposa de Isaac, era infértil, pero concibe
  • Esaú amenaza matar a Jacob por robarle su derecho de primogenitura, pero al final no lo hace
  • El Señor quiere matar a los hijos de Israel, pero interviene Moisés como intercesor
v. 3 - También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas - Otra "señal" apareció en el cielo, así como vio la "señal" de la mujer, ahora ve la señal del dragón. Esto enfatiza la naturaleza simbólica de lo que vio. Esta es la primera aparición del dragón escarlata, que es la serpiente de Gn. 3:1. Esta es la introducción a uno de los dos enemigos externos de la Iglesia, Satanás y el Mundo. El enemigo interno es la carne, pero eso no de lo que trata este libro. Es escarlata por la sangre que ha vertido, porque ha sido un asesino desde el principio (Jn. 8:44). El dragón es identificado claramente tres veces en v. 9 como la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás. Los diez cuernos indican fuerza y las siete coronas significan su autoridad. Las coronas son coronas reales (diadema) en oposición a las coronas de victoria que usa la mujer. Las coronas reales sólo son usadas por el dragón aquí y por la bestia en 13:1, y por Cristo en 19:12. Sus siete cabezas (siete significa completo) probablemente indican su inteligencia, o podría indicar sus variadas formas. Compare con las siete cabezas de la bestia (13:1). Compárelo también con el Cordero (5:6) quien tenía siete cuernos pero sólo una cabeza. Nota: Faraón era llamado un dragón (Ez. 29:3).

v. 4 - y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra - "Su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo" probablemente indique los ángeles caídos, es decir demonios. Cuando Satanás fue echado del cielo se llevó sus demonios con él (12:7, Dn. 8:10).

v. 4 - Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese - Esto se refiere a Herodes quien trató de matar a Jesús cuando nació (Mt. 2:16). Herodes es un tipo del anticristo. Esto recuerda un incidente similar cuando Faraón trató de destruir toda la descendencia masculina (Ex. 1:15-16). Está tratando de impedir el nacimiento del que aplastaría su cabeza (Gn. 3:15). Trataron de matarlo a Cristo mientras estaba vivo pero sólo pudieron hacerlo cuando llegó Su tiempo. Esto es un paralelo de los dos testigos que son inviolables hasta que terminen sus testimonios.

v. 5 - Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones - Sin embargo, el Dragón no tuvo éxito en destruir el hijo varón. En caso de que tengamos alguna duda de quién es el niño, es un niño varón "que regirá con vara de hierro a todas las naciones", que es una referencia del salmo mesiánico (Sal. 2:9). El niño varón es Jesús. Este salmo mesiánico es utilizado también en 2:27 y 19:15 donde Jesús es también claramente el sujeto. La palabra "regir" de hecho significa pastorear, pero en el contexto de 19:15 este pasaje significa que derribará a las naciones cuando vuelva. Mounce da la siguiente explicación: "Regir con una vara de hierro significa destruir antes que gobernar en una forma severa. El pastor no sólo conduce a su manada al pasto sino que defiende a sus ovejas de las fieras de alrededor. Su vara es un arma de represalia. La vara del Mesías es una vara de hierro. Es decir que es fuerte y no cede en su misión de juicio".

v. 5 - y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono - Esto indica la ascensión del Señor (Mr. 16:19). El trono de Jesús aparece también en 3:21 y 22:3, entre otros lugares. Note el paralelismo con los dos testigos que después de tres días y medio suben al cielo. Este versículo también encapsula la resurrección, mediante el cual Satanás es derrotado (ver 12:8). Debemos notar que la cruz ni siquiera es mencionada, porque es la resurrección y la ascensión lo que importa. En la cruz, Satanás creyó que había derrotado al Mesías, pero cometió un gran error porque Jesús fue arrebatado de las manos del diablo y se levantó de los muertos y ascendió al cielo.

v. 6 - Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí se sustenten por mil doscientos sesenta días - El verso correspondiente para la iglesia del Nuevo Testamento está en 12:14. Cuando ella huye al desierto, donde sería cuidada por un tiempo, tiempos y medio tiempo, este período es sincrónico con los 1260 días (ver 11:2 para la discusión de este período). La mujer, es decir la iglesia, huyó al desierto que aquí representa un lugar de seguridad y nutrición. Considere la huida de los israelitas de Egipto y de Faraón (Dt. 32:10), cuando Dios la nutrió durante cuarenta años con el maná (el pan de los ángeles, Sal. 78:25), el agua sobrenatural de la roca y sus ropas que no se desgastaron (Neh. 9:20-21). 

Considere también la huida de Elías al desierto donde, por tres años y medio, fue alimentado por cuervos y la harina y el aceite de la viuda que milagrosamente no se agotó (1 Reyes 17:1-4) y por ángeles en otra ocasión (1 Reyes 19:1-8). Note que cuando fue alimentado por los cuervos y la viuda, fue durante una sequía que duró tres años y medio (Stg. 5:17). De aquí tenemos 1260 días (3,5 años x 12 meses x 30 días). Está también la figura de María y José con Jesús, yendo hacia Egipto para escaparse de Herodes. Los 1260 días son el período entre la ascensión (ver v. 3) y la segunda venida, el cual es también el tiempo del testimonio de la iglesia al mundo (ver 11:13, los dos testigos que profetizan por 1260 días). Es también el tiempo que la iglesia es perseguida por la bestia (13:5-7) pero aquí enfatiza su cuidado (sobrenatural) y provisión de Dios. Esto se enfatiza por el hecho de que Dios preparó un lugar para ella. El desierto es su hogar natural en esta vida. La iglesia no tiene un lugar permanente de descanso, como una ciudad, mientras está en la tierra. Su hogar es la Nueva Jerusalén (Heb.11:13-16).

22.1 Guerra en el cielo (12:7)

(Ap. 12:7) Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; {8} pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. {9} Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. {10} Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. {11} Y ellos han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. {12} Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Esta sección describe el desalojo de Satanás, en su papel de acusador, del cielo como consecuencia de la muerte y resurrección de Jesucristo. Su base para acusar a la humanidad ante Dios ha desaparecido porque Cristo cumplió con los requerimientos legales de Dios en beneficio del hombre. Jesús está levantado muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio. Habiendo sido desalojado del cielo, continúa su guerra contra Dios y su pueblo, y todas las personas sobre la tierra.

v. 7 - Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban con tra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles - Note que esto ocurre después de la ascensión. Miguel, el arcángel, es mencionado en Dn. 10:13, 20, 21, 12:1, donde es descrito como "el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo" y Judas 1:9 en donde disputa con el diablo el cuerpo de Moisés. Hay dos explicaciones posibles para esto. Primero, cuando Satanás pecó fue echado del cielo a la tierra junto con sus ángeles (Is. 14:12-15, Ez. 28:16-17). Pero los vs. 10-12 implican como alternativa que después de la resurrección Satanás fue derrotado y la base de su acusación es ahora nula, una vez que Jesús ha fue hecho la redención para los hombres, y ha sido arrojado a la tierra. La base de su acusación era que el hombre había pecado, pero ahora Jesús, como hombre y como el representante del hombre, vivió una vida sin pecado y pagó el castigo por el pecado del hombre. Por lo tanto, el derecho legal de Satanás de estar en el cielo y de acusar a los hombres ha desaparecido (ver también Job 1:6, Zac. 3:1). Después de la resurrección, Cristo fue colocado muy por encima de todo poder y dominio, incluyendo al diablo (Rom. 8:38, Ef. 1:21), cuando Dios lo levantó a Cristo por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio. Pasajes tales como Jn. 12:31 sugieren que Satanás fue echado fuera del cielo cuando Cristo fue crucificado (ver también Jn. 16:11). Cuando los discípulos informaron a Jesús que hasta los demonios se sometían a ellos en el nombre de Cristo, Jesús dijo, "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada los dañará..." (Lc. 10:17-19). En Mt. 28:18 Jesús dice, "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos...".

v. 8 - pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo - Esto sugiere que una vez el diablo y sus ángeles tenían un lugar en el cielo (ver Job. 1:6, cuando se presentó a Dios y Zac. 3:1, cuando Satanás acusa a Josué, el Sumo Sacerdote, de pecado). No sólo es Dios más fuerte que Satanás, sino que también lo es el arcángel Miguel (Lc. 11:22). Se nos recuerda aquí las palabras de 1 Jn. 4:4, "mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo". En Jn. 12:31, justo antes de su crucifixión, Jesús dice, "ahora el príncipe de este mundo será echado fuera", y en Jn. 16:11 dice, "el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado". Vemos aquí la primera parte de la derrota de Satanás. Primero, es echado del cielo a la tierra; luego, pierde su lugar en la tierra y terminará siendo echado al lago de fuego (20:10).

v. 9 - Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él - Aquí el dragón es identificado claramente, en caso de que no hayamos podido identificarlo ya. Satanás es mencionado similarmente como "el dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás" en 20:2. Gn. 3:1 y 3:13 están claramente indicados por la referencia a la antigua Serpiente que engañó a Eva. Satanás significa acusador (ver Job 1:6 ff., Zac. 3:1). Diablo, en griego, es Diabolos, que significa calumniador (cf. los falsos judíos que calumnian a los santos como su padre Satanás, 2:9, y el secuaz de Satanás que calumnia el nombre de Dios y su morada y los que viven ahí (13:6). Este título de tres partes o descripción del dragón lo muestra como el engañador, el calumniador y el acusador. Después que fue echado del cielo su derecho de acusar a los hombres ante Dios ha desaparecido, pero lo vemos activo todavía en Apocalipsis como el engañador y el calumniador por medio del falso profeta (13:14, 19:20), la bestia (13:6) y los falsos judíos (2:9). Mientras los hombres pecaban Satanás tenía una base legal para estar en el cielo para acusar a los hombres de pecar ante Dios. Después de la muerte y la resurrección de Cristo, cuando Él, como el representante del hombre, vivió una vida sin pecado y a la vez pago el castigo de muerte del pecado, Satanás no tiene ahora ninguna base legal para la acusación, ya que los pecados de los hombres están perdonados ahora. Él ha perdido su caso legal y por lo tanto su derecho legal de estar en el cielo. Satanás y sus ángeles son echados del cielo y arrojados a la tierra.

v. 10 - Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche - Hay ahora un interludio de regocijo en el cielo. La gran voz es de los santos o ancianos, quienes se regocijan porque Satanás, el acusador de nuestros hermanos, ha sido echado del cielo (12:9). Las descripciones clásicas de Satanás como acusador están dadas en Job (Job 1:6, 2:1) cuando Satanás lo acusa a Job de amar a Dios sólo por lo que Dios le da a Job, y en Zac. 3:1 en donde Satanás acusa a Josué, el Sumo Sacerdote, por sus pecados. Cuando Cristo murió como el representante del hombre, el precio de los pecados del hombre fue pagado, y por lo tanto la base legal para las acusaciones de Satanás en la corte del cielo fue perdida, y también el derecho de Satanás de estar ahí como el acusador del hombre, así que es echado del cielo. Como dice Rom. 8:33, "¿Quién acusará a los escogidos de Dios?" Es Dios quien justifica; contra esto, Satanás no tiene respuesta. Satanás es arrojado fuera del cielo y a la tierra, y en Lc. 10:18 Jesús lo ve a Satanás caer como un rayo del cielo. Jesús le da a sus seguidores autoridad sobre Satanás y sus demonios (Lc. 10:19). En Jn. 12:31 Jesús dice, "ahora el príncipe de este mundo será echado fuera". Una vez que Jesús murió y resucitó este mensaje del reino debía ser predicado a todo el mundo y ellos saldrían del reino de Satanás y serían transferidos al reino de Dios (Hch. 26:17-18, Col. 1:13). Aquellos que creen están libres de acusación (Col. 1:22). Toda autoridad le fue dada a Cristo y por lo tanto los discípulos debían proclamar el evangelio al mundo (Mt. 28:18-20). A los discípulos se les dio poder para proclamar el evangelio en Pentecostés (Hch.1:8). En un sentido Satanás perdió su poder sobre la humanidad cuando Jesús rechazó las tentaciones de Satanás, a diferencia del primer Adán (Lc. 4:1-13) (Mounce).

v. 11 - Y ellos han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte - Han vencido a Satanás por medio de la sangre del Cordero; han sido liberados de sus pecados por la sangre de Jesús (1:5). Por lo tanto, la base de su acusación ha desaparecido porque el castigo ha sido pagado por la sangre de Jesús, así que cuando los acusa, le señalan la sangre. De ahí Pablo puede escribir, "¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica" (Rom. 8:33). Ellos vencen las mentiras de Satanás en el mundo por medio de las palabras de su testimonio de Jesús. Lo vencen a Satanás porque al final están preparados para morir por su fe. Cuando Cristo murió en la cruz los santos estaban técnicamente en Cristo, y por lo tanto comparten su victoria (Rom. 6:5-14). Los resultados de esta victoria pueden verse en la exhortación de Santiago de resistir al diablo y que él huirá de ellos (Stg. 4:7). Se ve en la guerra espiritual de Ef. 6:11-18 donde el escudo de la fe es usada para apagar los dardos de fuego del maligno. Col. 2:15 nos dice que por la cruz Cristo ha despojado a los principados y a las potestades y ha triunfado sobre ellos.

Así como Jesús venció a Satanás por su muerte en la cruz, los seguidores de Cristo deben seguir Su ejemplo. La base de sus acusaciones se ha vuelto nulo porque han sido liberados de sus pecados por la sangre del Cordero (Ap. 1:5, 7:14, Col. 1:22, Rom. 8:33, 1 Jn. 1:7). Ellos testifican que Jesús es el Cristo (lo que resulta en su salvación, Rom. 10:9-10), y prueban la autenticidad de su fe al ser fieles hasta la muerte y ganar así su vida (2:10, 2:13, 6:9, 11:7, Lc. 14:26, 21:16). Aun la muerte no los derrota (6:9) porque así como Jesús consiguió la victoria sobre Satanás por medio de la muerte, los santos hacen lo mismo. Una vez más hay una referencia a los mártires, un tema recurrente del libro. Más adelante, en 13:7, encontramos a la bestia guerreando contra los santos y venciéndolos, pero en 15:2 también encontramos a aquellos que son victoriosos sobre la bestia en el cielo, cantando el canto de Moisés y del Cordero.

v. 12 - Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo - Los cielos pueden regocijarse porque Satanás ha sido echado, pero a la tierra, y esto significa (todavía) otro Ay, porque él tendrá su dominio allí y está furioso por haber perdido su posición en el cielo. Deberíamos notar que es de la tierra y del mar que surgen las dos bestias. Salen del mar y de la tierra porque ahí es donde está Satanás ahora. Él tratará de causar el mayor daño posible a la gente del mundo hasta que sea derrotado. El daño que causa a través de estas dos bestias está claro, especialmente para la iglesia:

la bestia del mar guerrea contra los santos (13:7); la bestia de la tierra engaña a la tierra por medio de milagros (13:14); coloca la imagen de la primera bestia y mata a los que se rehusan a adorarlo (13:15); fuerza a todos a recibir una marca sin la cual nadie puede comprar o vender (13:16). El diablo es arrojado sin ninguna ceremonia a la tierra junto con sus ángeles, para engañar al mundo entero (v. 9). Su destino fue sellado en la resurrección y fue echado del cielo y sabe que sólo falta un poco de tiempo para que Cristo vuelva a la tierra para reclamar su posesión legítima de ella. Su tiempo corto es la era del evangelio (ver v. 14) hasta la Segunda Venida, cuando será castigado. Él sabe que está derrotado (Mt. 8:29) y que su tiempo hasta ser juzgado y castigado en el lago de fuego es relativamente corto (20:10, 1 Cor. 7:29).

22.2 El dragón persigue a la mujer (12:13)

(Ap. 12:13) Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. {14} Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. {15} Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. {16} Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. {17} Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. {13:1} Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia.

La descendencia de la mujer ha herido la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15 cf. 13:3). La serpiente, habiendo perseguido a la mujer sin éxito, se vuelve contra el resto de su descendencia para herir su calcañar (o el talón) (Sweet). "Israel, la madre del Mesías, ahora aparece como el Israel de Dios, la iglesia, madre de "muchos hermanos" de los cuales Él es el "primogénito" (Rom. 8:29, Gal. 6:16)" (Sweet).

v. 13 - Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón - Siguió a la mujer que había dado a luz un hijo varón, es decir la iglesia sobre la tierra, a fin de perseguirla. Una vez más hay una referencia al éxodo con Faraón en persecución (Ex. 14:8). Como no pudo matar al Hijo, trata de dañar al Hijo por medio de la iglesia, así como la persecución de Saulo de la iglesia era una persecución a Cristo (Hch. 9:4, ver también Mt. 25:45). Él no puede dañar a los santos que están en el cielo.

v. 14 - Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar - Las dos alas de la gran águila son una referencia a Ex. 19:4 en donde Dios llevó a los israelitas fuera de Egipto sobre alas de águila. El desierto representa un lugar de seguridad, fuera de Faraón y de la influencia del mundo. Se nos recuerda que el pueblo de Dios somos peregrinos sobre la tierra; somos nómades sin una morada permanente en este mundo. Este versículo se refiere a la iglesia del Nuevo Testamento y corresponde al v. 6 que se refiere a la iglesia del Antiguo Testamento. Veremos, por lo tanto, que la mujer representa a la iglesia tanto del AT como del NT.

v. 14 - donde es sustentada - Los israelitas pasaron cuarenta años en el desierto y fueron alimentados con el maná celestial, es decir la palabra de Dios, que tenía que ser recogido para que no se echara a perder (Dt. 8:3). Fueron guiados por la columna de nube durante el día y la columna de fuego durante la noche. 

Recibieron maná y agua, sus vestiduras no se gastaron ni se hincharon sus pies (Neh. 9:19-21). También habla del cuidado sobrenatural que experimentó Elías durante la sequía que duró tres años y medio, cuando fue alimentado por cuervos (1 Reyes 17:4-7) y luego sobrenaturalmente por la viuda que tenía una tinaja de harina que no escaseó y una vasija de aceite que no menguó hasta que llovió (1 Reyes 17:14). Note que el período en que fue cuidado en forma sobrenatural Elías fue de tres años y medio, que son 1260 días (Stg. 5:17).

v. 14 - donde es sustentada por un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo - Este es el mismo período que es cuidada en el v. 6 (1260 días), es decir tres años y medio, o 42 meses, o 1260 días. Éste es tambien el tiempo de la predicción de Daniel para la profanación del templo por parte de Antíoco Epífanes (note que el nombre Epifanes=epifanía o aparición), quien es un tipo del anticristo (2 Tes. 2:4). Ver también Ap. 11:2 y 13:5 para períodos similares. Es también el tiempo de la persecución del pueblo de Dios (Dn. 7:25, 12:7). Es también el período del testimonio de la iglesia al mundo (Ap. 11:3) y su persecución de parte de la bestia (13:5). Así, este período de tiempo indica un tiempo que de cuidado sobrenatural de parte de Dios, el tiempo de su testimonio y el tiempo de su persecución. Está fuera del alcance del diablo, de tal forma que no la puede dañar directamente, "ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom. 8:38-39). En 1 Pedro 5:8-9 se nos dice que resistamos al diablo y él huirá, que no tiene poder real sobre los santos. En 1 Jn. 5:18 se nos dice que Satanás no puede dañar a los hijos de Dios porque Jesús los guarda. Es cuidada por Dios (ver comentario sobre v. 6).

v. 15 - Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río - Habiendo visto que la iglesia está fuera de su alcance intenta otra táctica para destruirla. ¿Qué es lo que sale de la boca del Diablo? Él es el padre de mentiras: "cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira" (Jn. 8:44, cf. los espíritus malos que salen de la boca del dragón, la bestia y el falso profeta (16:13). El agua es la doctrina de demonios o la falsa doctrina por medio de la cual trata de destruir a la iglesia. Recuerde al falso profeta y los falsos cristos (Mt. 7:15, 24:24, 2 Pedro 2:1). Si él no puede destruir a la iglesia por medio de la persecución tratará de destruirla por medio de la herejía y la falsa doctrina. Que los santos estén atentos de las artimañas de Satanás. También vimos esto en la calumnia de los judíos que son una sinagoga de Satanás en la carta a la iglesia de Esmirna (2:9) y en Filadelfia (3:9). Lo vemos a continuación en la bestia que calumnia el nombre de Dios y su morada y a aquellos en el cielo (13:6). También ya hemos visto la enseñanza falsa de la mujer Jezabel, los balaamitas y los nicolaítas (2:14-15, 20, 24). Calumnias desde afuera y falsos maestros desde adentro (Caird) son sus armas contra la iglesia. La próxima sección muestra cómo hace esto por medio de su falso profeta, la bestia de la tierra que se parece a un cordero pero habla palabras de Satanás. También muestra a la bestia del mar que guerrea contra los santos mediante la persecución. Ya hemos visto que sale fuego de la boca de los dos testigos (11:5). Es apropiado entonces que el dragón enfrente esto con agua; él enfrenta al evangelio con mentiras.

v. 16 - Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca - Una referencia al Canto de Moisés, que cantaron después que los egipcios murieron en el mar (Ex. 15:12). El mar les impedía a los israelitas escapar de los perseguidores egipcios hasta que se volvió tierra seca. Después que pasaron, sanos y salvos, el mar destruyó a los egipcios perseguidores. Aun la naturaleza está del lado del hombre que es fiel a Cristo. También podría ser una referencia a la tierra tragando a Coré y sus hombres, pero no ayuda a echar luz sobre este pasaje (Num. 16:30).

v. 17 - Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. {13:1} Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia - Satanás es impotente contra la iglesia en su totalidad, es decir la mujer, así que hace guerra contra su descendencia como individuos, en cambio. Su descendencia identifica claramente a los que obedecen los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús, quienes son comparados con aquellos que adoran a la bestia en 14:11-12. La mujer ha tenido éxito en dar a luz a Cristo, el primogénito. Su descendencia es la iglesia del Nuevo Testamento, que persigue el dragón (Rom. 8:29). "La mujer, como el templo, es la iglesia interior e invulnerable; pero la iglesia exterior, el resto de su descendencia, es entregada a los acólitos del dragón, como el patio exterior, 11:1" (Sweet). Este versículo presenta y nos prepara para la persecución del pueblo de Dios por los secuaces del Diablo, la bestia que sale del mar y la bestia de la tierra, en la próxima sección. El dragón está en la costa cuando su compañero, la bestia, sale del mar.

El dragón salió para guerrear contra el resto de su descendencia y usa a la bestia para hacer guerra contra los santos (13:7). También usa un acercamiento más sutil, la bestia del mar, que parece un cordero pero en realidad es un profeta falso que disemina la falsa doctrina y realiza señales milagrosas. Johnson destaca que la expresión " hacer guerra" (gr. poiesai polemon) es la misma expresión para el ataque de la bestia sobre los dos testigos en 11:7 y sobre los santos en 13:7. Hay una buena razón para correlacionar a los tres grupos y para indicar su identidad común bajo diferentes figuras. Note que esta sección indica que el dragón está todavía muy activo en este período haciendo guerra contra los santos y engañando a las naciones (v. 9). La bestia luego se demuestra que es el anticristo. Sin embargo, han venido muchos anticristos antes del último anticristo. En cap. 13 vemos las dos herramientas de Satanás, que trata de destruir a la iglesia por medio del poder político (persecución: esto requiere paciencia y fidelidad de parte de los santos) y la falsa doctrina, hasta realizar señales y maravillas para engañar a los elegidos si fuera posible. Estén los santos alertas.

Continua en El Apocalipsis XIII: La Bestia del Mar

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