Camp meeting metodista de 1839.
Siglo XIX (1800-1900)
Segundo Gran Despertar
El Segundo Gran Despertar o Segundo Gran Avivamiento (1790–1840) fue una época de inusitado reavivamiento o resurgimiento cristiano que se extendería hasta el periodo antebellum norteamericano, caracterizada por una actividad evangelizadora cristiana sin precedentes y grandes cifras de conversiones. Su nombre se debe al Gran Despertar, un periodo similar que había tenido lugar aproximadamente medio siglo antes. Produjo un hondo sentimiento en iglesias y congregaciones de toda Nueva Inglaterra, la zona medio-atlántica, el Noroeste y el sur de los Estados Unidos. Debido a ello predicadores como Charles Finney, Lyman Beecher, Barton Stone, Peter Cartwright y Asahel Nettleton acabaron haciéndose muy conocidos. Se intensificó la identificación de la evangelización con causas sociales, lo que caló en la vida estadounidense en terrenos tales como la reforma de prisiones, el abolicionismo y la promoción de la abstinencia.
Difusión del reavivamiento
En Nueva York, la atmósfera de reavivamiento espiritual propició el surgimiento del restauracionismo, así como de otros movimientos religiosos, especialmente los mormones y el Movimiento de Santidad. En las regiones occidentales del sur, especialmente en Can Ridge (Kentucky) y en Tennessee, este reavivamiento se tradujo en el crecimiento de metodistas y baptistas. Baptistas y metodistas también se fortalecieron en algunas partes del Tidewater, donde un número creciente de plantadores y esclavos pasó a engrosar sus congregaciones. Entre las tradiciones de la Norteamérica profunda se encontraban los camp meeting, de raigambre escocesa y presbiteriana.
Los congregacionalistas establecieron sociedades misioneras para evangelizar los territorios occidentales de la banda norte. Miembros de estos grupos hicieron las veces de apóstoles de la fe y de educadores y exponentes de la cultura urbana nororiental. Las sociedades educativas y de publicación promovieron la educación cristiana, destacándose entre ellas la Sociedad Bíblica Americana, fundada en 1816. El activismo social inspirado por el reavivamiento dio pie al surgimiento de grupos abolicionistas (antiesclavistas), así como de la Sociedad para la Promoción de la Abstinencia. Iniciaron campañas para la reforma de las prisiones y para que los minusválidos y enfermos mentales recibieran los cuidados adecuados. Creían en la perfectibilidad de las personas y todos sus empeños eran de carácter moralizador.
Los metodistas y baptistas, que también enviaron predicadores al sur, hicieron enormes progresos. Los presbiterianos ganaron miembros en menor medida. Entre las nuevas denominaciones que se formaron, y que aún en el siglo XXI siguen proclamando tener sus raíces en el Segundo Gran Despertar, se encuentran la Iglesia Cristiana Evangélica en Canadá, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), la Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Iglesia Presbiteriana Cumberland. Este fenómeno cultural también contribuyó al crecimiento de iglesias no denominacionales, como las Iglesias de Cristo, que insistían en el congregacionalismo como modo de gobierno eclesial, así como en el "regreso" a las primeras prácticas bíblicas. Muchos buscaron un retorno a lo que creían que eran conceptos fundamentales del cristianismo del Nuevo Testamento, apartándose de doctrinas y prácticas posteriores que se habrían gestado durante siglos de catolicismo europeo e inglés, ortodoxia y tradiciones protestantes diversas.
En el sur, baptistas y metodistas predicaron tanto entre esclavos como entre sus propietarios. Las conversiones y las congregaciones se habían iniciado en la época del Primer Gran Despertar, dando lugar a que los predicadores baptistas y metodistas ya tuviesen ascendiente entre esclavos y negros libres más de una década antes de 1800. Las primeras congregaciones estuvieron formadas por esclavos y negros libres en Carolina del Sur y Virginia. Especialmente en la Iglesia Baptista, se integró a los negros en todo tipo de cargos. Para principios de los años 1800, las congregaciones negras independientes se contaban por varios centenares en algunas ciudades del sur como Charleston (Carolina del Sur), Richmond y Petersburg (Virginia). Creciendo en congregaciones e iglesias, se formaron asociaciones baptistas en Virginia, Kentucky y otros estados. A pesar de los intentos de los blancos por controlar a las congregaciones negras independientes, especialmente a raíz de la revuelta de Nat Turner en 1831, un buen número de congregaciones negras consiguió conservar su separación, inclusive cuando se aprobaron leyes que exigían que siempre hubiese un hombre blanco presente en sus reuniones de culto.
La región de los Apalaches
En la región de los Apalaches, el despertar cabalgó a lomos de grandes concentraciones en camp meetings, tomando tintes similares a los del Primer Gran Despertar del siglo anterior. El camp meeting era un servicio religioso que duraba varios días; en él se presentaban varios predicadores. Los colonos de zonas poco pobladas esperaban con expectación las concentraciones de los camp meetings que significaban cierto escape a la rutina de la vida apartada en las regiones de frontera. La danza, los cantos y los gritos extrovertidos que estaban asociados a este tipo de reuniones tenían su origen en el gozo genuino de participar en un reavivamiento religioso junto a cientos, quizá miles de personas.
Los Santos de los Últimos días
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la principal denominación cristiana perteneciente al Movimiento de los Santos de los Últimos Días. Fue fundada por el estadounidense Joseph Smith el 6 de abril de 1830, en el oeste de Nueva York.3 Inicialmente Smith pretendió establecer la Nueva Jerusalén en América del Norte, llamada Sion. En 1831, la iglesia se trasladó a Kirtland, Ohio (el límite Este de Sion), y comenzó a establecer un puesto de avanzada en el condado de Jackson, Misuri (“centro de” Sion), donde planeaba eventualmente mover la sede de la iglesia.
Esta organización también se conoce como Iglesia mormona (apodo derivado del Libro de Mormón) o iglesia SUD, si bien dichos nombres no son autorizados por la organización y no recomiendan su uso.6 Sus miembros son usualmente llamados mormones, si bien ellos prefieren autodenominarse «santos de los últimos días».
Sus libros sagrados distintos de la Biblia, así como algunas de sus doctrinas personales y prácticas, son objeto de duras críticas por parte de diversas denominaciones protestantes y católicas más cercanas al cristianismo tradicional e histórico,7 algunas de las cuales no reconocen los bautismos practicados por esta Iglesia.
Tras la muerte de Joseph Smith, fueron surgiendo simultáneamente otras corrientes entre algunos miembros de la Iglesia, como por ejemplo la Comunidad de Cristo, con sus propios presidentes y congregaciones. También surgieron ciertas ramas más fundamentalistas, como la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, consideradas apóstatas, que mantuvieron la práctica de la poligamia,910 originalmente practicada por Smith.
Esta Iglesia actualmente posee más de 16 millones de miembros y 67 mil misioneros, distribuidos en 30 mil congregaciones (denominados barrios y/o ramas) ubicadas en alrededor de 140 países. El 46 % de los miembros reside en Estados Unidos y Canadá, y el 38 % en América Latina. Su centro religioso y espiritual es Salt Lake City, capital del estado de Utah, de manera análoga a Ciudad del Vaticano para los católicos. En dicho estado, donde también se encuentran el Coro del Tabernáculo Mormón y la Universidad Brigham Young, los mormones conforman el 60 % de la población.16
Historia
Esta iglesia fue fundada por el estadounidense Joseph Smith el 6 de abril de 1830 en la región occidental del estado de Nueva York, bajo el nombre de La Iglesia de Jesucristo. Smith pretendía restaurar una Nueva Jerusalén en Misuri, a la que llamaría Sión.
Según Smith, en 1820, en la localidad de Palmyra, estado de Nueva York, Dios y Jesucristo se contactaron con él para decirle que desaprobara y considerara como falsos todos los credos de las iglesias existentes hasta entonces. A este supuesto suceso actualmente se le conoce como «Primera Visión». Smith también dijo que el 21 de septiembre de 1823 recibió una segunda visión, esta vez de un ángel llamado Moroni, el cual le indicó que sobre una colina cercana a Palmyra encontraría enterrados unos manuscritos en planchas de oro, los cuales serían un compendio de profetas pertenecientes a la América antigua. Tales escritos, redactados en una lengua extraña, serían supuestamente traducidos por Smith gracias a unas piedras de vidente denominadas «Urim y Tumim». Este libro, denominado Libro de Mormón y según el cual Jesucristo habría visitado en persona América después de su resurrección, constituye uno de los textos canónicos de la religión. Smith, con la ayuda de Martin Harris, Oliver Cowdery y David Whitmer, publicó el libro por primera vez en 1830 en inglés. La primera traducción al castellano y otros idiomas apareció en 1886.
Entre 1832 y 1842, Smith escribió por lo menos cuatro relatos acerca de la «Primera Visión». Estos relatos son similares en muchos aspectos, pero difieren tanto en sus énfasis como en algunos detalles. El relato de 1838 fue publicado en el libro Perla de Gran Precio, otro de los libros de referencia de la Iglesia.
Migraciones y luchas
En 1831, Smith y sus primeros fieles se mudaron a Kirtland, Ohio, y establecieron un asentamiento en el Condado de Jackson, Misuri, donde pensaban establecer sus cuarteles generales. Sin embargo, en 1833 los colonos de Misuri los expulsaron violentamente y los mormones fracasaron en su subsiguiente operación paramilitar para recuperar la tierra. A pesar de lo anterior, la Iglesia consiguió expandirse durante un tiempo en Kirtland, pero debió irse de allí abruptamente en 1838, luego de un escándalo económico que provocó diversas desafecciones y por el cual Smith debió enfrentar varias demandas por enriquecimiento indebido y la creación de un banco ilegal. Smith reagrupó al resto de sus seguidores en un asentamiento denominado Far West, en Misuri, donde las tensiones con los antiguos colonos escalaron hasta llegar a conflictos violentos.
En 1839 los mormones se instalaron en la rivera del río Misisipi, donde fundaron la ciudad de Nauvoo, la cual comenzó a crecer rápidamente gracias al asentamiento de nuevos conversos traídos por los misioneros mormones. Por esta época, Joseph Smith comenzó a introducir la poligamia entre sus más allegados y a establecer nuevas ceremonias que supuestamente permitían a los justos convertirse en dioses.
Joseph Smith y su hermano Hyrum fueron asesinados el 27 de junio de 1844 mientras se encontraban detenidos en una cárcel de Carthage, Illinois. Debido a que Hyrum era el sucesor designado de Smith, se desató una crisis de sucesión que provocó varios cismas en la iglesia y de la que surgiría Brigham Young como líder de la mayoría de los mormones, primero radicado en Nebraska, y desde 1847 en el Utah. Las principales ramas del Movimiento de los Santos de los Últimos Días que surgieron fueron las siguientes:
-William Bickerton: Iglesia de Cristo
-Sidney Rigdon: «Rigdonites»
-Granville Hedrick: Iglesia de Cristo (Terreno del Templo)
-Joseph Smith III: Comunidad de Cristo
-James Strang: Iglesia SUD (Strangita)
-Brigham Young: Iglesia SUDIglesia IFSUDJoseph Smith, Jr. portrait owned by Joseph Smith III.jpgJoseph Smith
La doctrina de la poligamia impulsada originalmente por Smith se formalizó públicamente en 1852. Diez años después se comenzaron a promulgar en Estados Unidos diversas leyes en contra de esta práctica. En 1885, el estado de Idaho la prohibió, decisión ratificada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos en 1890. De este modo, los miembros de la Iglesia perdieron su derecho a voto. Bajo el liderazgo del presidente de la Iglesia Wilford Woodruff, se declaró un manifiesto, actualmente incluido en Doctrina y Convenios, en el que anunció oficialmente el término del matrimonio plural.
Siglo XX
Tras la anexión de Utah a los Estados Unidos de América en 1896 y estando bajo la aprobación y garantía de la Constitución de dicha nación, la Iglesia empezó a expandirse a estados vecinos, y posteriormente a todo el país. Actualmente ocupa el cuarto lugar en el amplio espectro religioso de los Estados Unidos. A mediados del siglo XX comenzó su expansión hacia América Latina y Europa. En la actualidad realiza un activo proselitismo en África, partes de Asia y Europa oriental.
Actualmente, los mormones ejercen una enorme influencia económica en el estado de Utah. Allí la Iglesia opera canales de televisión, estaciones de radio, periódicos, revistas y otros medios de comunicación. En la ciudad de Provo, junto a la Universidad Brigham Young, existe el Centro de Capacitación Misional (en inglés, Missionary Training Center, abreviado MTC), cuya labor es preparar a los jóvenes misioneros a obtener conversos en países de diversos idiomas.
Creencias y principios doctrinarios
Esta iglesia se considera a sí misma como «la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra».
Su fe se basa principalmente en la creencia de las enseñanzas de Jesucristo, y de que ellas fueron otorgadas por revelación divina al fundador Joseph Smith. Además de la Biblia (en su edición SUD), su cuerpo doctrinal se completa con los libros Libro de Mormón, Doctrina y convenios y Perla de Gran Precio, todos ellos publicados por Smith y considerados libros sagrados.
Los miembros de esta Iglesia creen en la Santísima Trinidad, en un plan divino y en la vida eterna, un estado de exaltación que se podrá conseguir luego del Juicio Final mediante una vida basada en la fe, la obediencia de los mandamientos, el arrepentimiento, el bautismo por inmersión y la confirmación por imposición de manos. Esta vida eterna se viviría en familia, y aquellos que la logren podrían tener en el Cielo hijos espirituales. Los mormones creen en un Dios cristiano de cuerpo tangible, que eligió a Jesucristo como su primer hijo antes de la creación del mundo y a partir de ahí creó al resto de los seres humanos a su imagen y semejanza. Su trono, además, se encontraría cercano a una estrella o planeta denominado Kólob.
Sus doctrinas y convenios litúrgicos están documentados en el libro Doctrina y convenios, publicado por Smith en 1835. Entre sus doctrinas importantes está la Palabra de Sabiduría, la cual describe el código de salud recomendado por la Iglesia. De acuerdo con esta doctrina, antes del bautismo es necesario privarse completamente del consumo de alcohol, café, té y tabaco, así como del uso y tráfico de drogas ilícitas. También se incluyen recomendaciones dietéticas, en las que por ejemplo se desaconseja el abuso de la carne.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se opone a la homosexualidad. También considera un pecado el aborto inducido. No obstante, acepta el aborto en casos excepcionales, por ejemplo, cuando la fecundación es provocada por violación o incesto, cuando la vida de la madre está en peligro o cuando el feto padece graves defectos que le impedirán vivir después de nacer.
Desde los comienzos de esta Iglesia, Joseph Smith permitió y practicó la poligamia, práctica que fue compartida y difundida por otros líderes mormones como Brigham Young y Heber C. Kimball, y que todavía se practica en algunas iglesias pertenecientes al Movimiento de los Santos de los Últimos Días. Sin embargo a los miembros de la La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días contemporánea se les prohíbe practicar la poligamia o matrimonio plural. Los mormones además celebran en sus templos una ceremonia denominada «sellamiento eterno», un matrimonio que se supone durará por la eternidad, y no solo hasta que la muerte separe a los cónyuges. Una ceremonia de vínculo eterno análoga se realiza para los hijos con sus padres.
Dentro de sus templos visten un tipo especial de ropa interior de color blanco. Allí también se realiza el «bautismo vicario» (realizado en nombre de sus antepasados) y otras ordenanzas como la confirmación, matrimonio y sacerdocio, pero destinadas a familiares fallecidos.
Organización y financiamiento
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recauda fondos mediante diezmos y ofrendas votivas de ayuno. Las ofrendas consisten en donar el dinero utilizado en dos comidas (almuerzo y cena) al mismo tiempo que se ayuna; se recaudan cada primer sábado o domingo de mes y es utilizado para beneficencia. De acuerdo con la revista de negocios BusinessWeek, un estudio realizado por Ryan Cragun, profesor de sociología en la Universidad de Tampa, calculó en 2012 que la Iglesia recibía anualmente alrededor de 8 000 millones de dólares por concepto de diezmo entre sus miembros, y que tenía un valor de aproximadamente 40 000 millones de dólares.
La Iglesia es dirigida por un sacerdocio conformado exclusivamente por varones, y que se dividen en dos tipos: el Sacerdocio de Melquisedec y el Sacerdocio aarónico o levítico.68 En cuanto a sus misioneros, la mayoría tiene entre 18 y 21 años de edad y su actividad proselitista dura dos años para los hombres, un año y medio para las mujeres, y tres años para los matrimonios mayores. Los centros de capacitación misional se encuentran en Provo, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Inglaterra, Guatemala, Japón, México, Nueva Zelanda, Perú, Filipinas, España y Corea del Sur.
Los mormones se reúnen cada semana en lugares que la membresia denomina capillas, en ellas llevan a cabo sus servicios que consisten en una primera reunión donde se reparte pan y agua (la santa cena), y los mismos miembros de la localidad pronuncian discursos sobre diferentes temas. Posteriormente se reúnen dependiendo de su edad y sexo en diferentes organizaciones.
Otro lugar de adoración de los Santos de los Últimos Días, son sus característicos templos, muchos de los cuales comparten una arquitectura en común. A estos templos solo pueden ingresar personas bautizadas en la Iglesia y previa obtención de un documento oficial de dos años de duración otorgado por dos autoridades: un obispo y un presidente de estaca.7063 Una característica distintiva de su arquitectura es la presencia de una estatua dorada en la punta más alta de cada edificio, la cual representa al ángel Moroni.
En marzo de 2014 el portal web de la Iglesia SUD ocupó el puesto número dos en sitios religiosos visitados en el mundo, según el contador Alexa.
El Segundo Gran Despertar o Segundo Gran Avivamiento (1790–1840) fue una época de inusitado reavivamiento o resurgimiento cristiano que se extendería hasta el periodo antebellum norteamericano, caracterizada por una actividad evangelizadora cristiana sin precedentes y grandes cifras de conversiones. Su nombre se debe al Gran Despertar, un periodo similar que había tenido lugar aproximadamente medio siglo antes. Produjo un hondo sentimiento en iglesias y congregaciones de toda Nueva Inglaterra, la zona medio-atlántica, el Noroeste y el sur de los Estados Unidos. Debido a ello predicadores como Charles Finney, Lyman Beecher, Barton Stone, Peter Cartwright y Asahel Nettleton acabaron haciéndose muy conocidos. Se intensificó la identificación de la evangelización con causas sociales, lo que caló en la vida estadounidense en terrenos tales como la reforma de prisiones, el abolicionismo y la promoción de la abstinencia.
Difusión del reavivamiento
En Nueva York, la atmósfera de reavivamiento espiritual propició el surgimiento del restauracionismo, así como de otros movimientos religiosos, especialmente los mormones y el Movimiento de Santidad. En las regiones occidentales del sur, especialmente en Can Ridge (Kentucky) y en Tennessee, este reavivamiento se tradujo en el crecimiento de metodistas y baptistas. Baptistas y metodistas también se fortalecieron en algunas partes del Tidewater, donde un número creciente de plantadores y esclavos pasó a engrosar sus congregaciones. Entre las tradiciones de la Norteamérica profunda se encontraban los camp meeting, de raigambre escocesa y presbiteriana.
Los congregacionalistas establecieron sociedades misioneras para evangelizar los territorios occidentales de la banda norte. Miembros de estos grupos hicieron las veces de apóstoles de la fe y de educadores y exponentes de la cultura urbana nororiental. Las sociedades educativas y de publicación promovieron la educación cristiana, destacándose entre ellas la Sociedad Bíblica Americana, fundada en 1816. El activismo social inspirado por el reavivamiento dio pie al surgimiento de grupos abolicionistas (antiesclavistas), así como de la Sociedad para la Promoción de la Abstinencia. Iniciaron campañas para la reforma de las prisiones y para que los minusválidos y enfermos mentales recibieran los cuidados adecuados. Creían en la perfectibilidad de las personas y todos sus empeños eran de carácter moralizador.
Los metodistas y baptistas, que también enviaron predicadores al sur, hicieron enormes progresos. Los presbiterianos ganaron miembros en menor medida. Entre las nuevas denominaciones que se formaron, y que aún en el siglo XXI siguen proclamando tener sus raíces en el Segundo Gran Despertar, se encuentran la Iglesia Cristiana Evangélica en Canadá, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), la Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Iglesia Presbiteriana Cumberland. Este fenómeno cultural también contribuyó al crecimiento de iglesias no denominacionales, como las Iglesias de Cristo, que insistían en el congregacionalismo como modo de gobierno eclesial, así como en el "regreso" a las primeras prácticas bíblicas. Muchos buscaron un retorno a lo que creían que eran conceptos fundamentales del cristianismo del Nuevo Testamento, apartándose de doctrinas y prácticas posteriores que se habrían gestado durante siglos de catolicismo europeo e inglés, ortodoxia y tradiciones protestantes diversas.
En el sur, baptistas y metodistas predicaron tanto entre esclavos como entre sus propietarios. Las conversiones y las congregaciones se habían iniciado en la época del Primer Gran Despertar, dando lugar a que los predicadores baptistas y metodistas ya tuviesen ascendiente entre esclavos y negros libres más de una década antes de 1800. Las primeras congregaciones estuvieron formadas por esclavos y negros libres en Carolina del Sur y Virginia. Especialmente en la Iglesia Baptista, se integró a los negros en todo tipo de cargos. Para principios de los años 1800, las congregaciones negras independientes se contaban por varios centenares en algunas ciudades del sur como Charleston (Carolina del Sur), Richmond y Petersburg (Virginia). Creciendo en congregaciones e iglesias, se formaron asociaciones baptistas en Virginia, Kentucky y otros estados. A pesar de los intentos de los blancos por controlar a las congregaciones negras independientes, especialmente a raíz de la revuelta de Nat Turner en 1831, un buen número de congregaciones negras consiguió conservar su separación, inclusive cuando se aprobaron leyes que exigían que siempre hubiese un hombre blanco presente en sus reuniones de culto.
La región de los Apalaches
En la región de los Apalaches, el despertar cabalgó a lomos de grandes concentraciones en camp meetings, tomando tintes similares a los del Primer Gran Despertar del siglo anterior. El camp meeting era un servicio religioso que duraba varios días; en él se presentaban varios predicadores. Los colonos de zonas poco pobladas esperaban con expectación las concentraciones de los camp meetings que significaban cierto escape a la rutina de la vida apartada en las regiones de frontera. La danza, los cantos y los gritos extrovertidos que estaban asociados a este tipo de reuniones tenían su origen en el gozo genuino de participar en un reavivamiento religioso junto a cientos, quizá miles de personas.
Los Santos de los Últimos días
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la principal denominación cristiana perteneciente al Movimiento de los Santos de los Últimos Días. Fue fundada por el estadounidense Joseph Smith el 6 de abril de 1830, en el oeste de Nueva York.3 Inicialmente Smith pretendió establecer la Nueva Jerusalén en América del Norte, llamada Sion. En 1831, la iglesia se trasladó a Kirtland, Ohio (el límite Este de Sion), y comenzó a establecer un puesto de avanzada en el condado de Jackson, Misuri (“centro de” Sion), donde planeaba eventualmente mover la sede de la iglesia.
Esta organización también se conoce como Iglesia mormona (apodo derivado del Libro de Mormón) o iglesia SUD, si bien dichos nombres no son autorizados por la organización y no recomiendan su uso.6 Sus miembros son usualmente llamados mormones, si bien ellos prefieren autodenominarse «santos de los últimos días».
Sus libros sagrados distintos de la Biblia, así como algunas de sus doctrinas personales y prácticas, son objeto de duras críticas por parte de diversas denominaciones protestantes y católicas más cercanas al cristianismo tradicional e histórico,7 algunas de las cuales no reconocen los bautismos practicados por esta Iglesia.
Tras la muerte de Joseph Smith, fueron surgiendo simultáneamente otras corrientes entre algunos miembros de la Iglesia, como por ejemplo la Comunidad de Cristo, con sus propios presidentes y congregaciones. También surgieron ciertas ramas más fundamentalistas, como la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, consideradas apóstatas, que mantuvieron la práctica de la poligamia,910 originalmente practicada por Smith.
Esta Iglesia actualmente posee más de 16 millones de miembros y 67 mil misioneros, distribuidos en 30 mil congregaciones (denominados barrios y/o ramas) ubicadas en alrededor de 140 países. El 46 % de los miembros reside en Estados Unidos y Canadá, y el 38 % en América Latina. Su centro religioso y espiritual es Salt Lake City, capital del estado de Utah, de manera análoga a Ciudad del Vaticano para los católicos. En dicho estado, donde también se encuentran el Coro del Tabernáculo Mormón y la Universidad Brigham Young, los mormones conforman el 60 % de la población.16
Historia
Esta iglesia fue fundada por el estadounidense Joseph Smith el 6 de abril de 1830 en la región occidental del estado de Nueva York, bajo el nombre de La Iglesia de Jesucristo. Smith pretendía restaurar una Nueva Jerusalén en Misuri, a la que llamaría Sión.
Según Smith, en 1820, en la localidad de Palmyra, estado de Nueva York, Dios y Jesucristo se contactaron con él para decirle que desaprobara y considerara como falsos todos los credos de las iglesias existentes hasta entonces. A este supuesto suceso actualmente se le conoce como «Primera Visión». Smith también dijo que el 21 de septiembre de 1823 recibió una segunda visión, esta vez de un ángel llamado Moroni, el cual le indicó que sobre una colina cercana a Palmyra encontraría enterrados unos manuscritos en planchas de oro, los cuales serían un compendio de profetas pertenecientes a la América antigua. Tales escritos, redactados en una lengua extraña, serían supuestamente traducidos por Smith gracias a unas piedras de vidente denominadas «Urim y Tumim». Este libro, denominado Libro de Mormón y según el cual Jesucristo habría visitado en persona América después de su resurrección, constituye uno de los textos canónicos de la religión. Smith, con la ayuda de Martin Harris, Oliver Cowdery y David Whitmer, publicó el libro por primera vez en 1830 en inglés. La primera traducción al castellano y otros idiomas apareció en 1886.
Entre 1832 y 1842, Smith escribió por lo menos cuatro relatos acerca de la «Primera Visión». Estos relatos son similares en muchos aspectos, pero difieren tanto en sus énfasis como en algunos detalles. El relato de 1838 fue publicado en el libro Perla de Gran Precio, otro de los libros de referencia de la Iglesia.
Migraciones y luchas
En 1831, Smith y sus primeros fieles se mudaron a Kirtland, Ohio, y establecieron un asentamiento en el Condado de Jackson, Misuri, donde pensaban establecer sus cuarteles generales. Sin embargo, en 1833 los colonos de Misuri los expulsaron violentamente y los mormones fracasaron en su subsiguiente operación paramilitar para recuperar la tierra. A pesar de lo anterior, la Iglesia consiguió expandirse durante un tiempo en Kirtland, pero debió irse de allí abruptamente en 1838, luego de un escándalo económico que provocó diversas desafecciones y por el cual Smith debió enfrentar varias demandas por enriquecimiento indebido y la creación de un banco ilegal. Smith reagrupó al resto de sus seguidores en un asentamiento denominado Far West, en Misuri, donde las tensiones con los antiguos colonos escalaron hasta llegar a conflictos violentos.
En 1839 los mormones se instalaron en la rivera del río Misisipi, donde fundaron la ciudad de Nauvoo, la cual comenzó a crecer rápidamente gracias al asentamiento de nuevos conversos traídos por los misioneros mormones. Por esta época, Joseph Smith comenzó a introducir la poligamia entre sus más allegados y a establecer nuevas ceremonias que supuestamente permitían a los justos convertirse en dioses.
Joseph Smith y su hermano Hyrum fueron asesinados el 27 de junio de 1844 mientras se encontraban detenidos en una cárcel de Carthage, Illinois. Debido a que Hyrum era el sucesor designado de Smith, se desató una crisis de sucesión que provocó varios cismas en la iglesia y de la que surgiría Brigham Young como líder de la mayoría de los mormones, primero radicado en Nebraska, y desde 1847 en el Utah. Las principales ramas del Movimiento de los Santos de los Últimos Días que surgieron fueron las siguientes:
-William Bickerton: Iglesia de Cristo
-Sidney Rigdon: «Rigdonites»
-Granville Hedrick: Iglesia de Cristo (Terreno del Templo)
-Joseph Smith III: Comunidad de Cristo
-James Strang: Iglesia SUD (Strangita)
-Brigham Young: Iglesia SUDIglesia IFSUDJoseph Smith, Jr. portrait owned by Joseph Smith III.jpgJoseph Smith
La doctrina de la poligamia impulsada originalmente por Smith se formalizó públicamente en 1852. Diez años después se comenzaron a promulgar en Estados Unidos diversas leyes en contra de esta práctica. En 1885, el estado de Idaho la prohibió, decisión ratificada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos en 1890. De este modo, los miembros de la Iglesia perdieron su derecho a voto. Bajo el liderazgo del presidente de la Iglesia Wilford Woodruff, se declaró un manifiesto, actualmente incluido en Doctrina y Convenios, en el que anunció oficialmente el término del matrimonio plural.
Siglo XX
Tras la anexión de Utah a los Estados Unidos de América en 1896 y estando bajo la aprobación y garantía de la Constitución de dicha nación, la Iglesia empezó a expandirse a estados vecinos, y posteriormente a todo el país. Actualmente ocupa el cuarto lugar en el amplio espectro religioso de los Estados Unidos. A mediados del siglo XX comenzó su expansión hacia América Latina y Europa. En la actualidad realiza un activo proselitismo en África, partes de Asia y Europa oriental.
Actualmente, los mormones ejercen una enorme influencia económica en el estado de Utah. Allí la Iglesia opera canales de televisión, estaciones de radio, periódicos, revistas y otros medios de comunicación. En la ciudad de Provo, junto a la Universidad Brigham Young, existe el Centro de Capacitación Misional (en inglés, Missionary Training Center, abreviado MTC), cuya labor es preparar a los jóvenes misioneros a obtener conversos en países de diversos idiomas.
Creencias y principios doctrinarios
Esta iglesia se considera a sí misma como «la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra».
Su fe se basa principalmente en la creencia de las enseñanzas de Jesucristo, y de que ellas fueron otorgadas por revelación divina al fundador Joseph Smith. Además de la Biblia (en su edición SUD), su cuerpo doctrinal se completa con los libros Libro de Mormón, Doctrina y convenios y Perla de Gran Precio, todos ellos publicados por Smith y considerados libros sagrados.
Los miembros de esta Iglesia creen en la Santísima Trinidad, en un plan divino y en la vida eterna, un estado de exaltación que se podrá conseguir luego del Juicio Final mediante una vida basada en la fe, la obediencia de los mandamientos, el arrepentimiento, el bautismo por inmersión y la confirmación por imposición de manos. Esta vida eterna se viviría en familia, y aquellos que la logren podrían tener en el Cielo hijos espirituales. Los mormones creen en un Dios cristiano de cuerpo tangible, que eligió a Jesucristo como su primer hijo antes de la creación del mundo y a partir de ahí creó al resto de los seres humanos a su imagen y semejanza. Su trono, además, se encontraría cercano a una estrella o planeta denominado Kólob.
Sus doctrinas y convenios litúrgicos están documentados en el libro Doctrina y convenios, publicado por Smith en 1835. Entre sus doctrinas importantes está la Palabra de Sabiduría, la cual describe el código de salud recomendado por la Iglesia. De acuerdo con esta doctrina, antes del bautismo es necesario privarse completamente del consumo de alcohol, café, té y tabaco, así como del uso y tráfico de drogas ilícitas. También se incluyen recomendaciones dietéticas, en las que por ejemplo se desaconseja el abuso de la carne.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se opone a la homosexualidad. También considera un pecado el aborto inducido. No obstante, acepta el aborto en casos excepcionales, por ejemplo, cuando la fecundación es provocada por violación o incesto, cuando la vida de la madre está en peligro o cuando el feto padece graves defectos que le impedirán vivir después de nacer.
Desde los comienzos de esta Iglesia, Joseph Smith permitió y practicó la poligamia, práctica que fue compartida y difundida por otros líderes mormones como Brigham Young y Heber C. Kimball, y que todavía se practica en algunas iglesias pertenecientes al Movimiento de los Santos de los Últimos Días. Sin embargo a los miembros de la La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días contemporánea se les prohíbe practicar la poligamia o matrimonio plural. Los mormones además celebran en sus templos una ceremonia denominada «sellamiento eterno», un matrimonio que se supone durará por la eternidad, y no solo hasta que la muerte separe a los cónyuges. Una ceremonia de vínculo eterno análoga se realiza para los hijos con sus padres.
Dentro de sus templos visten un tipo especial de ropa interior de color blanco. Allí también se realiza el «bautismo vicario» (realizado en nombre de sus antepasados) y otras ordenanzas como la confirmación, matrimonio y sacerdocio, pero destinadas a familiares fallecidos.
Organización y financiamiento
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recauda fondos mediante diezmos y ofrendas votivas de ayuno. Las ofrendas consisten en donar el dinero utilizado en dos comidas (almuerzo y cena) al mismo tiempo que se ayuna; se recaudan cada primer sábado o domingo de mes y es utilizado para beneficencia. De acuerdo con la revista de negocios BusinessWeek, un estudio realizado por Ryan Cragun, profesor de sociología en la Universidad de Tampa, calculó en 2012 que la Iglesia recibía anualmente alrededor de 8 000 millones de dólares por concepto de diezmo entre sus miembros, y que tenía un valor de aproximadamente 40 000 millones de dólares.
La Iglesia es dirigida por un sacerdocio conformado exclusivamente por varones, y que se dividen en dos tipos: el Sacerdocio de Melquisedec y el Sacerdocio aarónico o levítico.68 En cuanto a sus misioneros, la mayoría tiene entre 18 y 21 años de edad y su actividad proselitista dura dos años para los hombres, un año y medio para las mujeres, y tres años para los matrimonios mayores. Los centros de capacitación misional se encuentran en Provo, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Inglaterra, Guatemala, Japón, México, Nueva Zelanda, Perú, Filipinas, España y Corea del Sur.
Los mormones se reúnen cada semana en lugares que la membresia denomina capillas, en ellas llevan a cabo sus servicios que consisten en una primera reunión donde se reparte pan y agua (la santa cena), y los mismos miembros de la localidad pronuncian discursos sobre diferentes temas. Posteriormente se reúnen dependiendo de su edad y sexo en diferentes organizaciones.
Otro lugar de adoración de los Santos de los Últimos Días, son sus característicos templos, muchos de los cuales comparten una arquitectura en común. A estos templos solo pueden ingresar personas bautizadas en la Iglesia y previa obtención de un documento oficial de dos años de duración otorgado por dos autoridades: un obispo y un presidente de estaca.7063 Una característica distintiva de su arquitectura es la presencia de una estatua dorada en la punta más alta de cada edificio, la cual representa al ángel Moroni.
En marzo de 2014 el portal web de la Iglesia SUD ocupó el puesto número dos en sitios religiosos visitados en el mundo, según el contador Alexa.
Los cristadelfianos (del griego Christou Adelphoi: Hermanos en Cristo) constituyen una denominación cristiana, no Trinitaria. Normalmente se dice que los Cristadelfianos son la segunda organización que se desarraigó de los Testigos de Jehová, pero fuentes de los representantes del Cuerpo Gobernante (Testigos) lo rechaza, así como fuente de la Iglesia cristadelfiana. Sus doctrinas y prácticas son iguales que las de los Testigos de Jehová. que se desarrollaron en el Reino Unido y América del Norte en el siglo XIX. A pesar que no existe un censo oficial ni se han publicado cifras, la "Columbia Encyclopedia" proporciona una estimación de 50,000 cristadelfianos en 120 países alrededor del mundo, junto con miembros aislados. Se cuenta con algunas estadísticas que muestran como principales congregaciones a las existentes en: Reino Unido (18,000), Australia (9,987), Malaui (7,000), Mozambique (5,300), Estados Unidos (6,500), Canadá (3,375),Nueva Zelanda (1,782), Kenia (1,700), India (1,300) y Tanzania (1,000). Otras muchas comunidades pequeñas existen diseminadas en Europa, Asia y en América Latina, donde el grupo más numeroso se encuentra en Centroamérica.
Creencias
Los cristadelfianos afirman basar sus creencias enteramente en la Biblia y no aceptan otros textos como inspirados por Dios. Acreditan que Dios es el creador de todas las cosas y el Padre de los creyentes. Dios y Jesucristo no son un solo ser, sino dos diferentes. Entienden que el Espíritu Santo no es una persona, pero lo consideran el poder de Dios utilizado en la creación y para dirigir a las personas a la salvación. Este fue concedido a los creyentes para propósitos específicos en algún tiempo de la historia de la iglesia, no solo en el Nuevo testamento, sino a través de toda la historia de la nación de Israel. Por lo tanto, su accionar mediante los "dones espirituales" ha cesado.
Creen que las personas se separaron de Dios por causa de sus pecados, pero se pueden reconciliar con Él convirtiéndose en discípulos de Cristo. No creen que lo que salva es la muerte física de Cristo, sino siguiendo su ejemplo. Las personas no son salvadas por el simple hecho de que Cristo murió por los pecados de ellas, sino porque ellas "mueren con Cristo" diariamente al pecado dentro de su humanidad. Creen que una fe sin obras es una fe muerta y no salva, pero se trata de una fe basada en el razonamiento lógico de las Escrituras. La salvación, según ellos, no se obtiene simplemente aceptando una doctrina, sino bajo el conocimiento de lo que realmente Dios quiere de sus hijos.
Los cristadelfianos rechazan cierto número de doctrinas aceptadas por muchos otros cristianos:
-La inmortalidad del alma.
-El trinitarismo.
-Un reino de Dios en el cielo, ya que según ellos la Tierra será transformada, donde los justos vivirán para siempre.
-Un infierno de fuego, el castigo por el pecado para ellos es la muerte eterna.
-La preexistencia de Jesucristo.
-El bautismo infantil.
-La persona del Espíritu Santo y la posesión presente de los dones del Espíritu Santo entre otros.
Algo que los hace únicos entre el resto de grupos cristianos es el hecho de que creen que las palabras satán y diablo son palabras comunes usadas en los idiomas bíblicos que significan adversario y calumniador y que su significado depende del contexto pero que nunca son títulos personales o nombres de ningún ángel caído, puesto que nunca existió ninguna rebelión del mal en los cielos como lo cree el resto de las denominaciones cristianas. Para los cristadelfianos los ángeles, debido a su naturaleza espiritual, son perfectos y no pueden pecar. También explican que en el Nuevo Testamento bajo estas expresiones se personifica en la mayor parte del texto a la tendencia natural a pecar dentro de cada ser humano en oposición a Dios. Según los cristadelfianos, estos términos en el Antiguo Testamento se utilizan para referirse a personas, sistemas políticos o individuales específicos en oposición o conflicto.
El matrimonio y la familia son muy importantes. Las relaciones sexuales se limitan al matrimonio heterosexual idealmente entre creyentes bautizados dentro de la misma denominación. Los hijos deben educarse de tal manera que sean personas útiles a Dios y a la sociedad. Los cristadelfianos no participan en la policía y el ejército y son muy cuidadosos para escoger sus empleos, ya que estos no deben ir en contra de sus principios. Ellos creen que la única forma de obtener la salvación es conociendo el evangelio original predicado por la Iglesia del siglo I y viviendo una conducta basada en ese conocimiento.
Los cristadelfianos dan un especial valor al texto hebreo del Antiguo Testamento y al texto griego del Nuevo. Son lectores críticos de la escritura y celosos de que la interpretación sea apegada al sentido original, tomando en cuenta el tiempo y espacio en que se escribió, no basado en prejuicios, análisis superficiales o sensacionalistas, sino con suficiente evidencia contextual y documentada.
-El trinitarismo.
-Un reino de Dios en el cielo, ya que según ellos la Tierra será transformada, donde los justos vivirán para siempre.
-Un infierno de fuego, el castigo por el pecado para ellos es la muerte eterna.
-La preexistencia de Jesucristo.
-El bautismo infantil.
-La persona del Espíritu Santo y la posesión presente de los dones del Espíritu Santo entre otros.
Algo que los hace únicos entre el resto de grupos cristianos es el hecho de que creen que las palabras satán y diablo son palabras comunes usadas en los idiomas bíblicos que significan adversario y calumniador y que su significado depende del contexto pero que nunca son títulos personales o nombres de ningún ángel caído, puesto que nunca existió ninguna rebelión del mal en los cielos como lo cree el resto de las denominaciones cristianas. Para los cristadelfianos los ángeles, debido a su naturaleza espiritual, son perfectos y no pueden pecar. También explican que en el Nuevo Testamento bajo estas expresiones se personifica en la mayor parte del texto a la tendencia natural a pecar dentro de cada ser humano en oposición a Dios. Según los cristadelfianos, estos términos en el Antiguo Testamento se utilizan para referirse a personas, sistemas políticos o individuales específicos en oposición o conflicto.
El matrimonio y la familia son muy importantes. Las relaciones sexuales se limitan al matrimonio heterosexual idealmente entre creyentes bautizados dentro de la misma denominación. Los hijos deben educarse de tal manera que sean personas útiles a Dios y a la sociedad. Los cristadelfianos no participan en la policía y el ejército y son muy cuidadosos para escoger sus empleos, ya que estos no deben ir en contra de sus principios. Ellos creen que la única forma de obtener la salvación es conociendo el evangelio original predicado por la Iglesia del siglo I y viviendo una conducta basada en ese conocimiento.
Los cristadelfianos dan un especial valor al texto hebreo del Antiguo Testamento y al texto griego del Nuevo. Son lectores críticos de la escritura y celosos de que la interpretación sea apegada al sentido original, tomando en cuenta el tiempo y espacio en que se escribió, no basado en prejuicios, análisis superficiales o sensacionalistas, sino con suficiente evidencia contextual y documentada.
Historia
Las creencias características de los Cristadelfianos se originaron a partir de la reforma radical del siglo XVI, en particular los socinianos, y en el antitrinitarianismo inglés del siglo XVII, por ejemplo, John Biddle. Se les conocía como cristadelfianos. "Cristadelfiano" es la castellanización de dos palabras griegas, y significa "hermano en Cristo". Alrededor del año 1830 surgieron en los Estados Unidos unas personas religiosas que creían en la interpretación literal de las Santas Escrituras, excepto donde el contexto muestra que se trata de un símbolo o expresión figurada, y en el cumplimiento literal de las promesas reveladas en ellas "las promesas hechas a Abraham", "el pacto de Dios hecho con David", que formaban la base de sus creencias, principios y convicciones religiosas.
Entre las cosas más prominentes que creían y enseñaban están la segunda venida de Cristo y el establecimiento del reino de Dios en la tierra, donde vivirán todos los justos incluyendo aquellos que murieron antes de Cristo pero que creyeron y vivieron el evangelio "de la esperanza de Israel" fundamentado en las promesas judías citadas anteriormente.
Historia temprana
La historia de estas personas en los Estados Unidos empieza en 1832 con el Dr. John Thomas, a quien se le puede llamar el primer cristadelfiano que, junto con otro grupo muy reducido de personas, iniciaron un estudio y una revisión profunda de las creencias en ese momento.
El doctor empezó sus estudios de las Escrituras con ahínco, y pronto entró en contacto con muchos líderes y maestros religiosos, entre los cuales estaban Walter Scott (1796-1861) y Alexander Campbell. Incluso entró en el 'campbelismo', sin conocimiento alguno de la Verdad y sin siquiera saber lo que representaba el campbelismo de enseñanzas basadas en el análisis exhaustivo y la revisión de las diferentes creencias religiosas contra el texto bíblico. Los cristadelfianos en los Estados Unidos, y en realidad en el mundo entero, son el resultado directo o indirecto de sus esfuerzos por traer a luz "la Verdad" y difundir hacia otros países las buenas nuevas del "evangelio del reino de Dios".
Aunque el nombre 'cristadelfiano' sólo ha estado en uso desde la guerra civil norteamericana, todo verdadero creyente del Evangelio, en cada generación, es considerado un hermano o hermana en Cristo y, por lo tanto, un cristadelfiano, aunque él o ella hayan vivido antes de que se usara por primera vez este nombre. Los discípulos de Cristo en el siglo I, y todos desde entonces, e incluso antes de ese tiempo, todos los que han "andado en la fe de Abraham" eran cristadelfianos (es decir, hermanos en Cristo) tanto como cualquier fiel seguidor del Señor Jesucristo en el presente. Antes y después de la Guerra Civil los cristadelfianos en todas partes de los Estados Unidos empezaron a predicar las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo basados en las Escrituras, y la Verdad se difundió desde Maine hasta California, desde el Golfo incluso hasta Canadá, y se establecieron muchas asambleas conocidas como 'Iglesias cristadelfianas'.
Origen del nombre "Cristadelfiano"
El nombre fue adoptado cuando estalló la Guerra Civil en los Estados Unidos en 1861. El doctor John Thomas fue llamado a Freeport, Illinois, donde los hermanos estaban muy deprimidos por el inminente reclutamiento de soldados, ya que sus creencias y convicciones religiosas eran opuestas a la participación en la guerra. Pero como en aquel tiempo eran un cuerpo de creyentes que no tenían un nombre que los identificara como 'denominación', los oficiales no los eximirían como lo harían con los cuáqueros y otras sectas. Fue entonces en 1864 que surgió el nombre "Cristadelfiano" (del griego Cristo + Adelfos, “Hermanos en Cristo”, Colosenses 1:1-2). De este modo, los creyentes llegaron a ser conocidos como cristadelfianos, y tanto las fuerzas Confederadas como de la Unión les concedieron exención del servicio militar durante esa guerra por ser “objetores de conciencia”, es decir, personas que debido a sus principios religiosos no prestaban servicio militar.
Los cristadelfianos llaman a sus congregaciones "Ekklesia" en lugar de la palabra inglesa "church". "Ekklesia" es un término griego (ek: "fuera de"; kaleo: "llamar") que se ha traducido como 'iglesia'. La palabra expresa la idea de "una asamblea formada por aquellos que han sido llamados fuera de cierto lugar".
Organización
A pesar que tienen diferentes comités en varias partes del mundo, cuyo fin es centralizar la ayuda y expandir sus creencias, las iglesias cristadelfianas no tienen un cuartel general o una sede central como el resto de organizaciones de este tipo. Cada Iglesia en cada localidad es autónoma y se gobierna por un comité de "ancianos", cuyos miembros por lo general son los de más experiencia dentro del grupo de personas bautizadas.
No poseen "Ministros" o "pastores", es una comunidad laica donde las personas que ejercen un cargo dentro de la Iglesia no tienen paga alguna, puesto que cada uno sobrevive de su trabajo particular. Cada congregación se costea sus gastos y cada miembro posee un empleo que no tiene que ver nada con la organización religiosa. Generalmente las congregaciones son pequeñas, por lo que los lazos de hermandad se convierten en una de sus principales fortalezas, aunque se registran congregaciones particularmente grandes en Inglaterra, Australia y Norteamérica. Por principio no participan en política partidista debido a que ellos esperan el día en que "todos los reinos del mundo vengan a ser de nuestro Señor" y que algún día Jesús regresará para establecer un Reino eterno sobre esta tierra.
Iglesia Adventista del Séptimo Día
La Iglesia Adventista del Séptimo Díaa es una denominación cristiana protestante, distinguida por su observancia del sábadob como día de reposo y por su énfasis en la creencia de una inminente segunda venida de Jesucristo. La denominación surgió del movimiento millerita en Estados Unidos a mediados del Siglo XIX, y fue establecida formalmente en 1863. Entre sus fundadores destaca Ellen G. White, cuyos extensos escritos continúan siendo altamente valorados por la denominación.
Gran parte de la teología adventista corresponde a enseñanzas cristianas comunes, como la autoridad infalible de las Sagradas Escrituras y la Trinidad y la salvación por gracia. Sin embargo, presentan importantes creencias distintivas, como el estado inconsciente de los muertos, el juicio investigador, la observancia del sábado como día de reposo y la vigencia del don de profecía en el ministerio de Ellen G. White. La iglesia es conocida por su énfasis en la salud y la alimentación —promoviendo activamente el vegetarianismo—, la educación, la protección de la libertad religiosa, y sus principios y estilos de vida conservadores.
La iglesia mundial se rige de una manera democrática; esto significa que sus miembros escogen delegados cada cinco años para la elección de nuevos líderes, forman la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, con regiones más pequeñas administradas por divisiones, uniones, misiones/asociaciones y distritos. Actualmente cuenta con más de 20 millones de miembros, tiene una presencia misionera en más de 200 países y territorios y se diversifica étnica y culturalmente. La iglesia administra numerosas escuelas, universidades, hospitales, clínicas, institutos y casas editoriales en todo el mundo, así como una organización humanitaria, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales.
Historia
Antecedentes
El surgimiento del adventismo se enmarca dentro del Segundo Gran Despertar religioso, ocurrido durante la primera mitad del siglo XIX. La inestabilidad política y social provocada por las Guerras Napoleónicas suscitó un reavivamiento en el estudio de las profecías bíblicas por parte un grupo interdenominacional de protestantes, quienes consideraron acontecimientos como el terremoto de Lisboa de 1755, el día oscuro de Nueva Inglaterra en 1780 y la lluvia de meteoros de 1833, como señales del inminente retorno de Jesucristo. El interés profético fue estimulado por los estudios apocalípticos de Isaac Newton y por la obra La venida del Mesías en gloria y majestad del jesuita chileno Manuel Lacunza.
Uno de los creyentes más entusiastas fue William Miller, un granjero bautista de Nueva York que en 1818, tras dos años de intenso estudio de las profecías del libro de Daniel, llegó a la conclusión de que Jesucristo volvería a la tierra alrededor del año 1843. Para llegar a esta fecha, Miller se basó principalmente en el texto de Daniel 8:14: «Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado», interpretando la purificación del santuario como el fin del mundo, y considerando los dos mil trescientos días como un periodo de dos mil trescientos añosc que iniciaba el 457 a.C., fecha en que Artajerjes I emitió un edicto que permitía la reconstrucción de Jerusalén.
El movimiento millerita
En 1831, Miller comenzó a propagar sus ideas, recibiendo constantemente invitaciones para predicar en iglesias metodistas, bautistas y congregacionales de la costa este de Estados Unidos. El movimiento se masificó a partir de 1840 cuando uno de sus seguidores, el pastor bautista Joshua V. Himes, inició la edición de la revista Signs of the Times, y la publicación de numerosos libros, folletos y panfletos que anunciaban el inminente advenimiento de Jesucristo a la tierra.
Entre 1842 y 1844 se organizaron más de 125 reuniones campestres adventistas en distintos lugares de la costa este y el medio oeste de Estados Unidos. Se estima que la asistencia conjunta de todas las reuniones superó las quinientas mil personas. En una reunión campestre realizada en agosto de 1844, el predicador millerita Samuel S. Snow presentó una serie de cálculos basados en un estudio minucioso de las antiguas festividades judías, que demostraban que Jesús volvería el 22 de octubre de aquel mismo año. Sus cálculos fueron aceptados con entusiasmo por los adherentes del movimiento. El 22 de octubre de 1844, entre cincuenta mil y doscientas cincuenta mil personas esperaron ansiosamente la segunda venida de Cristo. Cuando nada extraordinario ocurrió aquel día, los milleritas quedaron profundamente decepcionados. El acontecimiento pasó a ser conocido como el Gran Chasco, y la mayoría de los creyentes abandonó el movimiento.
Organización de la iglesia
Un grupo minoritario continuó estudiando las profecías bíblicas, llegando a la conclusión de que los cálculos de Miller eran correctos, pero había errado en la interpretación de la «purificación del santuario» mencionada en Daniel 8:14. Basándose en pasajes como Hebreos 8-9 y Daniel 8-9, llegaron a la conclusión de que existe un santuario literal en el cielo, donde Cristo ministra como sumo sacerdote y mediador. Así, en 1844, Cristo habría comenzado la «purificación del santuario celestial», ingresando al lugar santísimo para realizar un juicio investigador en el que se examinarían los nombres registrados en el Libro de la Vida. Una vez finalizada esta tarea, Jesús volvería de forma literal y visible a la tierra, acontecimiento que los adherentes a esta postura continuaron considerando inminente, aunque evitaron en lo sucesivo señalar una fecha concreta. Lideraban este grupo Joseph Bates, James White y Ellen Harmon.
Joseph Bates era un marino jubilado que había invertido la mayor parte de su modesta fortuna en la propagación del mensaje millerita. En 1845 llegó a la convicción de que el sábado debía ser observado como día de reposo, y se convirtió en su principal promotor dentro del movimiento adventista. Esta creencia había sido adoptada de los bautistas del séptimo día, y fue aceptada progresivamente por los demás líderes adventistas.
James White era un joven maestro de escuela que se había unido al movimiento millerita en 1842, desempeñándose durante los dos años siguientes como predicador itinerante por iniciativa propia, periodo durante el cual fue ordenado como ministro por el movimiento restauracionista Conexión Cristiana.
Ellen Harmon era una joven de frágil salud y escasa educación que en 1843 había sido expulsada junto a su familia de la iglesia metodista a la que pertenecían debido a su convicción en las ideas del movimiento millerita. En diciembre de 1844, mientras participaba de una reunión de oración junto a algunas amigas, experimentó un estado de trance, durante el que afirmó haber visto a los milleritas en un camino estrecho que conducía a la Nueva Jerusalén. Después de experimentar una segunda visión alrededor de una semana después en la que se le instruía que informara a los demás lo que había visto, Ellen comenzó a hablar con pequeños grupos de creyentes milleritas, diciéndoles que —de acuerdo a su primera visión— estaban en el camino correcto, y debían permanecer fieles.
En 1845, Ellen conoció a James White, quien durante algún tiempo la acompañó a las reuniones donde compartía sus visiones. James y Ellen se casaron en agosto de 1846, y —junto a Bates— organizaron una serie de conferencias en Nueva Inglaterra y Nueva York a fines de la década de 1840 que forjaron las creencias centrales del movimiento adventista.
Inicialmente, los creyentes adventistas no tenían la intención del formar una nueva iglesia, pero tras el rápido crecimiento del movimiento se vieron en la necesidad de contar con una institución que coordinara la difusión de sus creencias. Cinco años antes de la creación oficial de la iglesia adventista, un grupo liderado por Gilbert Cranmer, anterior pastor de Conexión Cristiana e introducido a la observancia del sábado por Joseph Bates, se separó de los adventistas sabáticos a causa de discrepancia sobre la legitimidad de las profecías de Ellen G. White. Esto dio como resultado la creación de la Iglesia de Dios (Séptimo Día) en 1858.
En 1853 —como primer paso hacia una organización formal— se inició la entrega de credenciales pastorales, y en 1860 los creyentes acordaron la creación de una entidad que pudiera ser legalmente propietaria de las casas de culto y de una imprenta adquirida en 1855, que hasta ese momento se encontraban a nombre de James White. Durante una asamblea celebrada en Battle Creek, Míchigan, escogieron ser conocidos como adventistas del séptimo día. La organización oficial de la iglesia se realizó el 21 de mayo de 1863, al constituirse la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, que contaba inicialmente con 3500 miembros en 125 iglesias que eran lideradas por 30 pastores. Como primer presidente de la organización fue elegido en forma unánime James White, quien declinó el cargo, el cual fue ocupado finalmente por John Byington, un exministro metodista de sesenta y cinco años.
Consolidación y crecimiento
En los años posteriores a la organización formal de la iglesia, el desarrollo de un estilo de vida saludable se convirtió en una de las preocupaciones centrales de los adventistas del séptimo día. Ellen White escribió extensamente sobre el tema, promoviendo el vegetarianismo y la abstinencia del alcohol, el café y el tabaco. En 1866 fue fundado en Battle Creek el Instituto Occidental de Reforma pro Salud, el primero de cientos de instituciones de salud adventistas. En 1876, John Harvey Kellogg fue nombrado administrador general del Instituto, y pocos meses más tarde la institución fue renombrada como Sanatorio de Battle Creek. Bajo la dirección de Kellogg, el Sanatorio se transformó a fines del siglo xix en una de las instituciones de salud más prestigiosas del mundo.
Inicialmente, los adventistas limitaron sus esfuerzos misioneros casi exclusivamente a los Estados Unidos. Sin embargo, a principios de la década de 1870, los líderes de la iglesia se convencieron de que tenían la obligación de llevar su mensaje a todo el mundo, y en 1874 enviaron a J. N. Andrews —un expresidente de la Asociación General— a Suiza, como el primer misionero adventista.60 Otros misioneros fueron enviados durante los años siguientes; primero, a ciudades con grandes poblaciones de cristianos blancos en Europa, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, y —más tarde— a las poblaciones no blancas de África, Asia y América Latina.61 Hacia el año 1900, los adventistas contaban con casi quinientos misioneros en el extranjero, y más del quince por ciento de los más de setenta y cinco mil adventistas vivían fuera de América del Norte. En parte para satisfacer las crecientes necesidades de sus misiones en el extranjero, así como para proteger a sus jóvenes de las influencias seculares, la iglesia desarrolló un extenso sistema educativo. Para la segunda mitad del siglo XX, los adventistas estaban operando uno de los sistemas escolares protestantes más grandes del mundo.
La teología adventista sufrió un importante cambio en la década de 1880, cuando Alonzo T. Jones y Ellet J. Waggoner, editores de la revista The Signs of the Times, desafiaron el énfasis legalista que había caracterizado a la denominación. En oposición a los líderes de la Asociación General —quienes sostenían que la salvación dependía de la observancia de los Diez Mandamientos y, en especial, del día de reposo—, Jones y Waggoner argumentaban que la justificación era alcanzada únicamente gracias a la fe en Cristo. La controversia llegó a su clímax en el Congreso de la Asociación General de 1888, donde Ellen White respaldó la postura de Jones y Waggoner, desencadenando la renuncia del presidente de la Asociación General, George I. Butler. Durante los años posteriores, White, Jones y Waggoner realizaron una extensa campaña para transmitir la doctrina de la justificación por la fe a los miembros de la iglesia.
Hacia el año 1900, los misioneros de la denominación se habían extendido por todo el mundo y habían ganado muchos conversos. Los esfuerzos de evangelización de los adventistas en el extranjero tuvieron tanto éxito, que hoy la iglesia se encuentra presente en más de 200 países. Aunque continúan creyendo que el regreso de Cristo es inminente, la organización ha realizado grandes inversiones en instituciones médicas, educativas y de publicaciones en todo el mundo.
Creencias
Los adventistas del séptimo día basan su doctrina en el principio protestante de la Sola Scriptura: la Biblia como única norma de fe y práctica de los cristianos. Creen que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento fueron divinamente inspirados y —pese a estar formulados en palabras humanas— constituyen la Palabra de Dios revelada a la humanidad. Consideran que todas las creencias teológicas deben ser «juzgadas a la luz de las Escrituras», y que toda idea que no está en armonía con el mensaje bíblico, debe ser rechazada.
La Iglesia se ha mostrado reacia a la formalización de un credo, argumentando que «La Biblia y solo la Biblia» constituye su único credo. Sin embargo, debido a la necesidad de una publicación oficial que permitiera a la comunidad comprender mejor la fe adventista, un comité de la Asociación General preparó un documento que exponía en forma abreviada las principales enseñanzas de la denominación. Esta declaración —que incluía 22 afirmaciones— fue publicada por primera vez en el anuario institucional de 1931, y permaneció vigente hasta que, en 1980, fue reemplazada con un resumen similar pero más amplio, que contenía 27 párrafos publicados bajo el título de Creencias Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día. El año 2005 fue aprobada una declaración adicional, quedando resumida la doctrina de la iglesia en 28 creencias fundamentales. La aceptación pública de estas creencias es prerrequisito para el bautismo y —por lo tanto— para ser llegar a ser miembro de la Iglesia. Casi todas las creencias de la Iglesia Adventista son compartidas por uno o más grupos cristianos. Sin embargo, algunas son rasgos distintivos de esta denominación.
Creencias comunes con el cristianismo tradicional
Los adventistas del séptimo día comparten con los cristianos conservadores y los credos protestantes históricos la creencia en un solo Dios creador, sustentador y gobernante del universo, que es omnipotente, omnisciente y omnipresente. Profesan que la divinidad es una unidad de tres personas coeternas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios Espíritu Santo.69 Sostienen que las Sagradas Escrituras —que abarcan el Antiguo y el Nuevo Testamento— son la revelación inspirada de Dios a los hombres, y constituyen la única regla de fe y práctica.
Creen que Jesucristo es Dios y ha existido junto al Padre desde toda la eternidad; que se encarnó mediante una concepción milagrosa y un nacimiento virginal, y que vivió una vida sin pecado en la tierra.7172 Sostienen que la muerte vicaria y expiatoria de Cristo es suficiente por sí misma para la redención de la humanidad. Enseñan que, al tercer día, Jesús resucitó de la tumba, y posteriormente ascendió literal y físicamente al cielo, donde ejerce como mediador ante el Padre.73 Creen que Cristo regresará a la tierra en una segunda venida inminente, literal, personal, visible y de alcance mundial.
Consideran además que el hombre fue creado sin pecado, pero que —tras la caída de Adán y Eva— entró en un estado de separación, depravación y muerte. Sin embargo, la humanidad puede alcanzar la salvación por gracia divina mediante la fe en en el sacrificio de Jesús en la cruz. Sostienen que la entrada a la vida nueva en Cristo es mediante el bautismo, una confesión pública de la muerte del viejo hombre y del nuevo nacimiento. De esta forma, enseñan que el hombre es justificado por la fe, santificado por la morada interior de Cristo a través del Espíritu Santo, y será glorificado en la resurrección de los santos, cuando Jesucristo retorne a la tierra. Confían en que, en la Tierra Nueva, Dios proporcionará un hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida, el amor, el gozo y el aprendizaje eternos.
Creencias comunes con algunos grupos cristianos
En cuanto a ciertas doctrinas controvertidas entre los cristianos, los adventistas del séptimo día sostienen uno de entre dos o más puntos de vista.
Sobre el origen de la vida, los adventistas creen que Dios creó el mundo en seis días literales, rechazando que la creación se efectuara a lo largo de miles de millones de años o mediante procesos evolutivos.
Aseveran que los Diez Mandamientos son la norma de vida y conducta para los hombres de todos los tiempos, rechazando que el decálogo haya cambiado o que haya sido abolido. Comparten con los bautistas del séptimo día y otras denominaciones la creencia en que el séptimo día de la semana, el sábado, es el día de reposo bíblico. Niegan que haya sido abolido, que haya pasado a ser el primer día o que sea meramente una séptima parte del tiempo.
Manifiestan que la humanidad es libre para escoger o rechazar el ofrecimiento de salvación mediante Cristo, negando que Dios haya predeterminado que algunos hombres se salven y que otros se pierdan. Afirman que el hombre fue dotado en la creación de inmortalidad condicional, rechazando que las personas tengan inmortalidad innata o un alma inmortal. Enseñan que los malvados serán castigados con sufrimiento en un lago de fuego, donde serán completamente destruidos. No creen en un infierno que esté ardiendo eternamente, donde las almas serán atormentadas sin fin. Consideran que los creyentes son responsables por el uso adecuado del tiempo, de las capacidades y posesiones, y de las bendiciones de la tierra y sus recursos, los cuales Dios colocó bajo su cuidado. Promueven el diezmo como el plan de Dios para el sostenimiento de la iglesia, negando que este fuese instruido únicamente para los judíos. Además, promueven la abstinencia del uso de bebidas alcohólicas y del tabaco. Consideran que la indulgencia en estas cosas no es representativa del carácter de Dios. Creen que el bautismo debe administrarse únicamente por inmersión; no mediante aspersión, derramamiento, inmersión triple u otras formas. Enseñan que debe practicarse la ordenanza instituida por Cristo de lavarse los pies unos a otros en ocasión de la Cena del Señor; no creen que tal cosa fuera meramente un acomodo a las costumbres y necesidades de aquellos tiempos.
Respecto a la interpretación profética,d consideran que el punto de vista acertado es planteado de forma idónea por lo que se conoce como la escuela historicista,e frente a los sistemas seguidos por preteristasf y futuristas. Sostienen que la Iglesia y el Estado deberían actuar en esferas completamente separadas. Niegan que, en un esfuerzo por controlar la religión o las actividades religiosas de los hombres, la Iglesia deba dominar al Estado, o el Estado deba gobernar a la Iglesia.
Creencias distintivas
En algunas áreas del pensamiento cristiano, los adventistas del séptimo día presentan doctrinas distintivas, que no son compartidas por ninguna otra denominación.
Creen que hay un santuario en el cielo donde Cristo ministra como sumo sacerdote y mediador en dos fases diferenciadas, la primera de las cuales culminó en 1844.86 Consideran además que habrá un juicio investigador en el que se decidirán los destinos de todos los hombres antes de la segunda venida de Cristo. Afirman que el don profético —o «espíritu de profecía»— es uno de los dones del Espíritu prometidos a la iglesia de los últimos días, y que ese don fue manifestado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el ministerio de Ellen G. White.7088 Sus escritos son considerados «una permanente y autorizada fuente de verdad que proporciona consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia». Consideran que el sello de Dios y la marca de la bestia —mencionados en el libro de Apocalipsis— son símbolos de las fuerzas opuestas del bien y el mal en el último gran conflicto antes de que Cristo venga por segunda vez.90 Por último, enseñan que los tres ángeles de Apocalipsis 14 representan la proclamación del último mensaje de Dios al mundo en preparación para la venida de Cristo.
Prácticas y costumbres
Para santificar el sábado, los adventistas se abstienen de actividades laborales en dicho día. Además evitan participar en otras formas de recreación seculares como competencias deportivas, ir de compras o mirar programas de televisión. Sin embargo, paseos al aire libre, actividades orientadas a la vida familiar, trabajo caritativo y otras actividades de carácter compasivo son permitidas.
El viernes es usado en la preparación del sábado; por ejemplo, preparar la comida para el sábado, ordenar la casa, lavar y planchar, etc. Algunos adventistas se reúnen en sus iglesias el viernes después de la puesta del sol para recibir el sábado, ya que desde ese momento comienzan las horas sagradas del sábado.
Servicio de adoración
El sábado de mañana comienza con el estudio de la Biblia que en la mayoría de los países comenzará normalmente a las 9:30,con la «escuela sabática», la cual es un momento de estudio de la Biblia con un folleto como apoyo para el estudiante. Este folleto es distribuido a todas las iglesias adventistas en el mundo, teniendo un tema de estudio en común durante un trimestre.
Cada clase de escuela sabática consta con su propio folleto de estudio. Estos son, de acuerdo a la edad: Cuna (0-2 años), Infantes (3-5), Primarios (6-9), Intermediarios o Menores (10-12), Adolescentes o juveniles (13-15),Jóvenes (15-17) y Adultos (18 en adelante). En este estudio bíblico filial que puede incluir cantos, relatos misioneros, oraciones y el estudio de la Biblia que se extenderá hasta alrededor de las 10:45. Se forman varios grupos en los cuales los temas bíblicos y preguntas prácticas son discutidos con libertad. Luego de dar el informe misionero y los anuncios correspondientes a la iglesia, la congregación se reunirá nuevamente para un servicio de iglesia que sigue un formato evangélico que puede diferir de iglesia a iglesia pero que siempre tendrá un sermón como característica principal, lectura de la Biblia, entonación de himnos del Himnario Adventista, recolección de diezmos y ofrecimiento.
La Cena del Señor
Los miembros de la Iglesia Adventista practican la cena del Señor (conocida en otras denominaciones como eucaristía) unas cuatro veces al año, la cual es un servicio abierto para miembros y no-miembros de la iglesia, que consta de renovar votos con Dios ya que al ser bautizados se vuelve a nacer, basado en el Juan 13. El servicio incluye una ceremonia de lavamiento de los pies y la participación de la Cena del Señor que consiste de panes sin levadura y jugo de uva no fermentado. En algunas iglesias, los miembros y otros amigos pueden quedarse en ella para un almuerzo a la canasta, para el cual todos contribuyen con un plato. Las actividades del sábado de tarde pueden variar mucho dependiendo del contexto cultural, étnico y social.
Actividades misioneras
Las actividades de extensión misionera de la Iglesia Adventista apuntan tanto a no creyentes como a creyentes de otras denominaciones. Los Adventistas del Séptimo Día creen que Cristo ha llamado a los que creen en él para predicar en todo el mundo. Como tal, la Iglesia tiene presencia en más de 200 países en el mundo. Sin embargo, los adventistas son cautelosos para asegurarse de que el evangelismo no estorbe los derechos básicos del individuo. La libertad religiosa es una postura que la Iglesia Adventista del Séptimo Día apoya y promueve. Los esfuerzos evangélicos adventistas tradicionales consistían en misiones urbanas y la distribución de folletos como The Present Truth (La verdad presente), que fue publicada por James White desde 1849.
Los adventistas, como lo demuestra su distribución extensa de folletos, al igual que sus ancestros milleristas, por mucho tiempo han sido propulsores de los ministerios basados en los medios de difusión. Hasta que J. N. Andrews fue enviado a Suiza en 1874, los esfuerzos mundiales adventistas consistían enteramente en la circulación de folletos (como los de White) en muchos lugares. La lectura de dichos materiales fue la razón primaria por la cual Andrews eventualmente fue llamado para viajar ultramar. En el último siglo, dichos esfuerzos también han involucrado la utilización de los medios de comunicación modernos tales como la radio y la televisión. El primero de estos fue el programa radiofónico de H. M. S. Richards, Voice of prophecy (‘La voz de la profecía’), que inicialmente fue transmitido desde Los Ángeles en 1929.
Trabajo misionero con jóvenes
El Departamento de la Juventud de la Iglesia Adventista organiza clubes específicos para cada edad para niños y jóvenes de todo el mundo. Los clubes "Aventureros/Tizones" (6-9 años/5-10 años), "Castores/Cachorros" (4-5 años/3-4 años) y "Little Lambs" (2-3 años) son programas para niños más pequeños que participan en el programa Club de Conquistadores.
Los Conquistadores (en hispanoamérica)/Cadetes/Pioneros (en restante del mundo hispano) son un club para niños y niñas de 10 a 15 años/11 a 16 años. Es similar y se basa en parte en el movimiento escultista. Los Conquistadores/Cadetes y Pioneros exponen a los jóvenes a actividades tales como acampar, servicio comunitario, tutoría personal y educación basada en habilidades, y los entrena para el liderazgo en la iglesia. Los "Camporees" anuales se llevan a cabo en Conferencias individuales, donde los Conquistadores de la región se reúnen y participan en eventos similares a los Jamborees.
Después de que una persona complete 16 años de edad, él es elegible para unirse al liderazgo juvenil y / o al Club de Jóvenes. Normalmente, después de ser miembro de un club, pueden convertirse en "miembros del personal" de Conquistadores/Cadetes/Pioneros o Aventureros/Tizones y comenzar el programa Liderazgo Joven, que desarrolla líderes tanto para jóvenes como para conquistadores/Cadetes/Pioneros y aventureros/tizones.
Salud y dieta
Desde su fundación en 1863, la integridad y la salud han sido un énfasis de la Iglesia Adventista. Los Adventistas del Séptimo Día presentan un mensaje de salud que recomienda el vegetarianismo94 y se espera la abstinencia de carne de cerdo, sangre, crustáceos, y otros alimentos proscritos como «animales inmundos» en Levítico 11 y Deuteronomio 14:3-21, al igual que la abstinencia de alcohol y tabaco u otras drogas.95 Los adventistas se abstienen de estos alimentos como deseo de mantener un estilo de vida saludable honrando a Dios en el cuidado de sus cuerpos pues lo consideran, según 1 Corintios 3:16-17, templo del Espíritu Santo.
Los pioneros de la Iglesia tuvieron mucho que ver en la aceptación habitual de los cereales para el desayuno en la dieta occidental, y el "concepto moderno de cereales" se originó entre los adventistas.96 John Harvey Kellogg fue uno de los fundadores de la obra de la salud para los Adventistas. Su desarrollo de los cereales para el desayuno como un alimento saludable llevó a la fundación de la Compañía Kellog's por su hermano William. Tanto en Australia como en Nueva Zelanda, la "Sanitarium Health Food Company", propiedad de la iglesia, es un importante productor de alimentos saludables y/o vegetarianos, más prominentemente "Weet-Bix".
Según estudios la expectativa de vida promedio es de 88 años entre los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que practican estos principios.
Ética y sexualidad
La posición oficial de los adventistas con respecto al aborto es que no se aprueban los abortos por razones de control de natalidad, selección de sexo, u otras conveniencias, solo se permite cuando la vida de la madre se ve amenazada, se diagnostican severos defectos genéticos en el feto, y en caso de embarazos por violación y/o incesto, aclarando que '"la iglesia no debe servir como conciencia para los individuos".
Según una declaración oficial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, los adventistas no llevan a cabo matrimonios homosexuales.100101 Dentro del matrimonio el adulterio, la fornicación y el abandono del mismo por un cónyuge incrédulo, se consideran como causales de divorcio. Al usar la palabra "fornicación", el adventismo entiende que se mencionan las perversiones sexuales, el incesto, el abuso sexual de menores y las prácticas homosexuales, por lo tanto cualquiera de estas conductas y/o prácticas, son causa justa de separación o divorcio.
Los adventistas creen y animan a sus feligreses a abstenerse de tener relaciones prematrimoniales. La iglesia discrepa con las parejas de hecho, o dicho de otra manera, que las parejas convivan sin estar casadas.
Organización
La Iglesia Adventista del Séptimo Día está organizada con una estructura jerárquica bien definida, que concede poderes y responsabilidades a representantes y oficiales. Seis niveles definen la estructura de la Iglesia, desde el creyente individual hasta la organización mundial.
Educación
La Iglesia Adventista administra un sistema educacional unificado en que operan unas 7 806 escuelas primarias y secundarias, al igual que colegios, universidades, seminarios y escuelas de medicina en más de 145 países en el mundo. Este sistema educacional involucra unos 86 800 docentes y cerca de 1 700 000 estudiantes.
Salud
Los adventistas mantienen en funcionamiento 175 hospitales e instituciones relacionadas con la salud en todo el mundo. El más emblemático es Loma Linda University Medical Center, en Loma Linda, California.
Ayuda humanitaria
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, ADRA es la rama humanitaria mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, establecida con el propósito específico de desarrollar económica y socialmente comunidades desfavorecidas y ayudar a paliar efectos de desastres.
ADRA Internacional cumple su misión en 131 países,106 sin discriminación por raza, género o creencias políticas o religiosas. Opera en cinco actividades principales: seguridad alimenticia, desarrollo económico, primeros auxilios, respuesta a desastres y catástrofes y educación básica.
Desde hace más de 50 años la Iglesia Adventista ha estado activamente promoviendo la ayuda humanitaria a través del trabajo de la ADRA, que trabaja como una agencia no sectaria de ayuda humanitaria en 131 países del mundo. ADRA ha sido conferida el Estado Consultivo General por la comisión de Economía y Sociedad de las Naciones Unidas. En todo el mundo, ADRA emplea más de 4000 personas para ayudar tanto a proveer ayuda humanitaria en las crisis y el desarrollo en situaciones de pobreza.
ADRA está considerada por los organismos internacionales como una red de agencias de ayuda humanitaria y de desarrollo. Es una ONG confesional que, estando vinculada a la Iglesia Adventista, mantiene su estructura y organización administrativa de manera independiente. En los momentos actuales está actuando en más de 140 países.
Medios de comunicación
Los adventistas han estado en la vanguardia del evangelismo a través de los medios de comunicación. El programa It is written (‘Escrito está’) fue el primer programa religioso que fue transmitido en colores. Hoy, la iglesia cuenta con varios canales como The Hope Channel (‘Canal Esperanza’),108 3ABN o The Three Angels Broadcasting Network (‘La red de difusión de los tres ángeles’), los cuales operan internacionalmente, transmitiendo las 24 horas del día tanto por cable como por satélite. También cuentan con un estudio de televisión (Nuevo Tiempo) ubicado en la ciudad de San Pablo en Brasil, el cual transmite por su programación de radio, televisión e Internet tanto en español como en portugués.
En Chile cuenta con una red de 33 radiodifusoras109 Nuevo Tiempo Chile, y un canal de televisión abierta con el mismo nombre, que se puede sintonizar en las principales ciudades del país. En Costa Rica también cuenta con la emisora Radio Lyra 88.7 FM de cobertura nacional con sus oficinas en la provincia de Alajuela, en las instalaciones de la Universidad Adventista de Centroamérica. En El Salvador actualmente se encuentra Radio Adventista 96.5 FM, transmitiendo desde San Salvador. El 9 de agosto del 2003 se iniciaron las transmisiones de la red satelital Nuevo Tiempo Perú, desde la ciudad de Lima al presente, conforman esta red 17 emisoras a nivel nacional, dial en Lima 1038 AM. En Guatemala se inició la transmisión como repetidora de una radio centroamericana, luego creando su propia estación con el nombre de Unión Radio, obteniendo el permiso para transmitir en AM y FM. En República Dominicana cuenta con la emisora Radio Amanecer Internacional sintonizada en AM y en FM con más de una década en el aire, que se escucha en todo el país. En Puerto Rico cuenta con Radio Paraíso 92.9 FM, la cual cubre aproximadamente tres cuartas partes de la isla, y Radio Sol 92.1 FM, la cual cubre la zona restante.
Críticas
La Iglesia Adventista del Séptimo Día ha recibido diversas críticas en distintos ámbitos, incluyendo sus doctrinas, que incluso han sido catalogadas de heréticas. También se ha criticado el rol de profetisa de Ellen G. White dentro de la iglesia. Y por otra parte el punto de vista exclusivista de algunas de sus creencias.
Críticas a las doctrinas
Críticos como el teólogo calvinista Anthony Hoekema (quien sentía que los adventistas estaban más de acuerdo con el Arminianismo), sostenía que algunas de las doctrinas adventistas eran heréticas. Tales doctrinas de acuerdo a Hoekema incluyen, el punto de vista aniquilacionista del infierno, el juicio investigador (y una visión relacionada con la expiación en el cristianismo), el Sábado; además el autor afirma que la doctrina adventista sufre de legalismo.
Mientras que algunos críticos como Hoekema han clasificado al Adventismo como una secta sobre la base de sus doctrinas atípicas, ha sido aceptada como una iglesia por grupos evangélicos desde las reuniones y discusiones con los protestantes desde 1950.112 Notablemente, Billy Graham invitó a los adventistas a formar parte de sus cruzadas después de que la revista Eternity, una revista cristiana conservadora editada por Donald Barnhouse, publicara en 1956 que los adventistas son cristianos, incluso más tarde afirmó: "Son sensatos en las grandes doctrinas del Nuevo Testamento incluyendo la gracia y la redención a través del sacrificio vicario de Jesucristo 'de una vez y para siempre'".113 Walter Martin, quien es considerado por muchos como el padre del movimiento apologético anti-sectas dentro de las Iglesias evangélicas, escribió The Truth About Seventh-day Adventists(La verdad sobre los Adventistas del Séptimo Día) (1960) que marcó un cambio decisivo en la manera en que era visto el adventismo.
"...es perfectamente posible ser un Adventista del Séptimo Día y un verdadero seguidor de Jesús a pesar de los conceptos heterodoxos..." Walter Martin, Kingdom of the Cults.
Más tarde Martin planeó escribir un nuevo libro sobre el Adventismo, con la asistencia de Kenneth R. Samples. Samples subsiguientemente escribió "From Controversy to Crisis: An Updated Assessment of Seventh-day Adventism" (De la Controversia a la Crítica: Una evaluación actualizada del Adventismo), que defiende el punto de vista de Martin "para ese segmento del Adventismo que sostiene la posición de "Questions on Doctrine" (Preguntas sobre doctrina), y más adelante expresado en el Movimiento Adventista Evangélico de las últimas décadas". Sin embargo, Samples también aseguraba que el "Adventismo tradicional" estaba "cambiando su postura sobre algunas de las posiciones en Questions on Doctrine," y que al menos en Glacier View parece haber "tenido el apoyo de muchos administradores y líderes de la iglesia".
Críticas al estatus de Ellen White
El estatus de Ellen G. White como profetisa para los tiempos modernos también ha sido criticado. En la era de Questions on Doctrine, sectores evangélicos expresaron su preocupación concerniente a la interpretación Adventista de la relación de los escritos de White con el canon bíblico. Sin embargo, la iglesia aclara en la Creencia n° 18, de las 28 Creencias Fundamentales, que la Biblia es la norma de fe y práctica y por la cual se debe poner a prueba toda enseñanza y experiencia.
Una de las críticas más comunes a Ellen White, ampliamente difundida por Walter T. Rea y Ronald Numbers, entre otros, son las acusaciones de plagio en sus escritos a otros autores. Vincent L. Ramik, abogado independiente especializado en plagio, fue contratado para emprender un estudio de los escritos de Ellen White a comienzos de la década de los 1980s. En su informe concluyó que “Elena G. de White no fue plagiaria, y que sus obras no constituyen plagio, ni violaciones de los derechos de autor.” Cuando las acusaciones de plagio encendieron un debate significante a finales de los 1970s y a principios de los 1980s, la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día comisionó un importante estudio al Dr. Fred Veltman. El consiguiente proyecto fue conocido con el nombre de "'Life of Christ' Research Project" (Proyecto de Investigación "La vida de Cristo"). Durante 6 años el Dr. Veltman, analizó 15 capítulos al azar del libro El Deseado De Todas Las Gentes, concluyó que aproximadamente el 31% de las oraciones presentaban dependencia literaria. Los resultados están disponibles en los Archivos de la Asociación General. El Dr. Roger W. Coon, David J. Conklin, Dr. Denis Fortin, King y Morgan, y Morgan, entre otros, se hicieron cargo de las refutaciones de las acusaciones de plagio. En la conclusión del informe de Ramik, él afirma: "It is impossible to imagine that the intention of Ellen G. White, as reflected in her writings and the unquestionably prodigious efforts involved therein, was anything other than a sincerely motivated and unselfish effort to place the understandings of Biblical truths in a coherent form for all to see and comprehend. Most certainly, the nature and content of her writings had but one hope and intent, namely, the furthering of mankind's understanding of the word of God. Considering all factors necessary in reaching a just conclusion on this issue, it is submitted that the writings of Ellen G. White were conclusively unplagiaristic." "Es imposible imaginar que la intención de Ellen White, como se refleja en sus escritos y los indudablemente prodigiosos esfuerzos que conllevó, fuese otra que el esfuerzo sinceramente motivado y altruista de colocar los razonamientos de verdades bíblicas en una forma coherente para que todos vean y comprendan. Indudablemente, la naturaleza y el contenido de sus escritos tenían una esperanza e intención, específicamente, el incremento del conocimiento de la palabra de Dios para la humanidad. Considerando todos los factores necesarios para alcanzar una justa conclusión en este asunto, se demuestra que los escritos de Ellen G. White fueron concluyentemente no-plagiarios"
Exclusivismo
Finalmente, críticos han alegado que ciertas creencias y prácticas adventistas son exclusivistas por naturaleza y han despertado preocupación frente a la afirmación de los Adventistas de que son la "iglesia remanente" y que la Iglesia católica y el resto de las iglesias protestantes son la "Babilonia" del Apocalipsis. Estas actitudes, legitimizan el proselitismo de cristianos de otras denominaciones. En respuesta a las críticas, teólogos adventistas han sostenido que la doctrina del remanente no excluye la existencia de cristianos genuinos en otras denominaciones, sino que más bien se refiere a las instituciones como parte de Babilonia.
"We fully recognize the heartening fact that a host of true followers of Christ are scattered all through the various churches of Christendom, including the Roman Catholic communion. These God clearly recognizes as His own. Such do not form a part of the "Babylon" portrayed in the Apocalypse." "Reconocemos enteramente el hecho alentador de que una hueste de verdaderos seguidores de Cristo están esparcidos por todas las iglesias del cristianismo, incluyendo la Comunión Católica Romana. A estos, Dios claramente los reconoce como a los suyos. Aquellos no forman parte de la "Babilonia"descrita en el Apocalipsis." Questions on Doctrine, p. 197.
Ellen White por su parte escribió: "God has children, many of them, in the Protestant churches, and a large number in the Catholic churches, who are more true to obey the light and to do [to] the very best of their knowledge than a large number among Sabbathkeeping Adventists who do not walk in the light". "Dios tiene hijos, muchos de ellos, en las iglesias Protestantes, y un gran número en las Iglesias católicas, quienes son más genuinos en obedecer la luz y hacer lo mejor de acuerdo a su conocimiento, que un gran número de Adventistas observadores del sábado que no caminan en la luz". Ellen White.
La Iglesia Adventista del Séptimo Díaa es una denominación cristiana protestante, distinguida por su observancia del sábadob como día de reposo y por su énfasis en la creencia de una inminente segunda venida de Jesucristo. La denominación surgió del movimiento millerita en Estados Unidos a mediados del Siglo XIX, y fue establecida formalmente en 1863. Entre sus fundadores destaca Ellen G. White, cuyos extensos escritos continúan siendo altamente valorados por la denominación.
Gran parte de la teología adventista corresponde a enseñanzas cristianas comunes, como la autoridad infalible de las Sagradas Escrituras y la Trinidad y la salvación por gracia. Sin embargo, presentan importantes creencias distintivas, como el estado inconsciente de los muertos, el juicio investigador, la observancia del sábado como día de reposo y la vigencia del don de profecía en el ministerio de Ellen G. White. La iglesia es conocida por su énfasis en la salud y la alimentación —promoviendo activamente el vegetarianismo—, la educación, la protección de la libertad religiosa, y sus principios y estilos de vida conservadores.
La iglesia mundial se rige de una manera democrática; esto significa que sus miembros escogen delegados cada cinco años para la elección de nuevos líderes, forman la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, con regiones más pequeñas administradas por divisiones, uniones, misiones/asociaciones y distritos. Actualmente cuenta con más de 20 millones de miembros, tiene una presencia misionera en más de 200 países y territorios y se diversifica étnica y culturalmente. La iglesia administra numerosas escuelas, universidades, hospitales, clínicas, institutos y casas editoriales en todo el mundo, así como una organización humanitaria, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales.
Historia
Antecedentes
El surgimiento del adventismo se enmarca dentro del Segundo Gran Despertar religioso, ocurrido durante la primera mitad del siglo XIX. La inestabilidad política y social provocada por las Guerras Napoleónicas suscitó un reavivamiento en el estudio de las profecías bíblicas por parte un grupo interdenominacional de protestantes, quienes consideraron acontecimientos como el terremoto de Lisboa de 1755, el día oscuro de Nueva Inglaterra en 1780 y la lluvia de meteoros de 1833, como señales del inminente retorno de Jesucristo. El interés profético fue estimulado por los estudios apocalípticos de Isaac Newton y por la obra La venida del Mesías en gloria y majestad del jesuita chileno Manuel Lacunza.
Uno de los creyentes más entusiastas fue William Miller, un granjero bautista de Nueva York que en 1818, tras dos años de intenso estudio de las profecías del libro de Daniel, llegó a la conclusión de que Jesucristo volvería a la tierra alrededor del año 1843. Para llegar a esta fecha, Miller se basó principalmente en el texto de Daniel 8:14: «Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado», interpretando la purificación del santuario como el fin del mundo, y considerando los dos mil trescientos días como un periodo de dos mil trescientos añosc que iniciaba el 457 a.C., fecha en que Artajerjes I emitió un edicto que permitía la reconstrucción de Jerusalén.
El movimiento millerita
En 1831, Miller comenzó a propagar sus ideas, recibiendo constantemente invitaciones para predicar en iglesias metodistas, bautistas y congregacionales de la costa este de Estados Unidos. El movimiento se masificó a partir de 1840 cuando uno de sus seguidores, el pastor bautista Joshua V. Himes, inició la edición de la revista Signs of the Times, y la publicación de numerosos libros, folletos y panfletos que anunciaban el inminente advenimiento de Jesucristo a la tierra.
Entre 1842 y 1844 se organizaron más de 125 reuniones campestres adventistas en distintos lugares de la costa este y el medio oeste de Estados Unidos. Se estima que la asistencia conjunta de todas las reuniones superó las quinientas mil personas. En una reunión campestre realizada en agosto de 1844, el predicador millerita Samuel S. Snow presentó una serie de cálculos basados en un estudio minucioso de las antiguas festividades judías, que demostraban que Jesús volvería el 22 de octubre de aquel mismo año. Sus cálculos fueron aceptados con entusiasmo por los adherentes del movimiento. El 22 de octubre de 1844, entre cincuenta mil y doscientas cincuenta mil personas esperaron ansiosamente la segunda venida de Cristo. Cuando nada extraordinario ocurrió aquel día, los milleritas quedaron profundamente decepcionados. El acontecimiento pasó a ser conocido como el Gran Chasco, y la mayoría de los creyentes abandonó el movimiento.
Organización de la iglesia
Un grupo minoritario continuó estudiando las profecías bíblicas, llegando a la conclusión de que los cálculos de Miller eran correctos, pero había errado en la interpretación de la «purificación del santuario» mencionada en Daniel 8:14. Basándose en pasajes como Hebreos 8-9 y Daniel 8-9, llegaron a la conclusión de que existe un santuario literal en el cielo, donde Cristo ministra como sumo sacerdote y mediador. Así, en 1844, Cristo habría comenzado la «purificación del santuario celestial», ingresando al lugar santísimo para realizar un juicio investigador en el que se examinarían los nombres registrados en el Libro de la Vida. Una vez finalizada esta tarea, Jesús volvería de forma literal y visible a la tierra, acontecimiento que los adherentes a esta postura continuaron considerando inminente, aunque evitaron en lo sucesivo señalar una fecha concreta. Lideraban este grupo Joseph Bates, James White y Ellen Harmon.
Joseph Bates era un marino jubilado que había invertido la mayor parte de su modesta fortuna en la propagación del mensaje millerita. En 1845 llegó a la convicción de que el sábado debía ser observado como día de reposo, y se convirtió en su principal promotor dentro del movimiento adventista. Esta creencia había sido adoptada de los bautistas del séptimo día, y fue aceptada progresivamente por los demás líderes adventistas.
James White era un joven maestro de escuela que se había unido al movimiento millerita en 1842, desempeñándose durante los dos años siguientes como predicador itinerante por iniciativa propia, periodo durante el cual fue ordenado como ministro por el movimiento restauracionista Conexión Cristiana.
Ellen Harmon era una joven de frágil salud y escasa educación que en 1843 había sido expulsada junto a su familia de la iglesia metodista a la que pertenecían debido a su convicción en las ideas del movimiento millerita. En diciembre de 1844, mientras participaba de una reunión de oración junto a algunas amigas, experimentó un estado de trance, durante el que afirmó haber visto a los milleritas en un camino estrecho que conducía a la Nueva Jerusalén. Después de experimentar una segunda visión alrededor de una semana después en la que se le instruía que informara a los demás lo que había visto, Ellen comenzó a hablar con pequeños grupos de creyentes milleritas, diciéndoles que —de acuerdo a su primera visión— estaban en el camino correcto, y debían permanecer fieles.
En 1845, Ellen conoció a James White, quien durante algún tiempo la acompañó a las reuniones donde compartía sus visiones. James y Ellen se casaron en agosto de 1846, y —junto a Bates— organizaron una serie de conferencias en Nueva Inglaterra y Nueva York a fines de la década de 1840 que forjaron las creencias centrales del movimiento adventista.
Inicialmente, los creyentes adventistas no tenían la intención del formar una nueva iglesia, pero tras el rápido crecimiento del movimiento se vieron en la necesidad de contar con una institución que coordinara la difusión de sus creencias. Cinco años antes de la creación oficial de la iglesia adventista, un grupo liderado por Gilbert Cranmer, anterior pastor de Conexión Cristiana e introducido a la observancia del sábado por Joseph Bates, se separó de los adventistas sabáticos a causa de discrepancia sobre la legitimidad de las profecías de Ellen G. White. Esto dio como resultado la creación de la Iglesia de Dios (Séptimo Día) en 1858.
En 1853 —como primer paso hacia una organización formal— se inició la entrega de credenciales pastorales, y en 1860 los creyentes acordaron la creación de una entidad que pudiera ser legalmente propietaria de las casas de culto y de una imprenta adquirida en 1855, que hasta ese momento se encontraban a nombre de James White. Durante una asamblea celebrada en Battle Creek, Míchigan, escogieron ser conocidos como adventistas del séptimo día. La organización oficial de la iglesia se realizó el 21 de mayo de 1863, al constituirse la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, que contaba inicialmente con 3500 miembros en 125 iglesias que eran lideradas por 30 pastores. Como primer presidente de la organización fue elegido en forma unánime James White, quien declinó el cargo, el cual fue ocupado finalmente por John Byington, un exministro metodista de sesenta y cinco años.
Consolidación y crecimiento
En los años posteriores a la organización formal de la iglesia, el desarrollo de un estilo de vida saludable se convirtió en una de las preocupaciones centrales de los adventistas del séptimo día. Ellen White escribió extensamente sobre el tema, promoviendo el vegetarianismo y la abstinencia del alcohol, el café y el tabaco. En 1866 fue fundado en Battle Creek el Instituto Occidental de Reforma pro Salud, el primero de cientos de instituciones de salud adventistas. En 1876, John Harvey Kellogg fue nombrado administrador general del Instituto, y pocos meses más tarde la institución fue renombrada como Sanatorio de Battle Creek. Bajo la dirección de Kellogg, el Sanatorio se transformó a fines del siglo xix en una de las instituciones de salud más prestigiosas del mundo.
Inicialmente, los adventistas limitaron sus esfuerzos misioneros casi exclusivamente a los Estados Unidos. Sin embargo, a principios de la década de 1870, los líderes de la iglesia se convencieron de que tenían la obligación de llevar su mensaje a todo el mundo, y en 1874 enviaron a J. N. Andrews —un expresidente de la Asociación General— a Suiza, como el primer misionero adventista.60 Otros misioneros fueron enviados durante los años siguientes; primero, a ciudades con grandes poblaciones de cristianos blancos en Europa, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, y —más tarde— a las poblaciones no blancas de África, Asia y América Latina.61 Hacia el año 1900, los adventistas contaban con casi quinientos misioneros en el extranjero, y más del quince por ciento de los más de setenta y cinco mil adventistas vivían fuera de América del Norte. En parte para satisfacer las crecientes necesidades de sus misiones en el extranjero, así como para proteger a sus jóvenes de las influencias seculares, la iglesia desarrolló un extenso sistema educativo. Para la segunda mitad del siglo XX, los adventistas estaban operando uno de los sistemas escolares protestantes más grandes del mundo.
La teología adventista sufrió un importante cambio en la década de 1880, cuando Alonzo T. Jones y Ellet J. Waggoner, editores de la revista The Signs of the Times, desafiaron el énfasis legalista que había caracterizado a la denominación. En oposición a los líderes de la Asociación General —quienes sostenían que la salvación dependía de la observancia de los Diez Mandamientos y, en especial, del día de reposo—, Jones y Waggoner argumentaban que la justificación era alcanzada únicamente gracias a la fe en Cristo. La controversia llegó a su clímax en el Congreso de la Asociación General de 1888, donde Ellen White respaldó la postura de Jones y Waggoner, desencadenando la renuncia del presidente de la Asociación General, George I. Butler. Durante los años posteriores, White, Jones y Waggoner realizaron una extensa campaña para transmitir la doctrina de la justificación por la fe a los miembros de la iglesia.
Hacia el año 1900, los misioneros de la denominación se habían extendido por todo el mundo y habían ganado muchos conversos. Los esfuerzos de evangelización de los adventistas en el extranjero tuvieron tanto éxito, que hoy la iglesia se encuentra presente en más de 200 países. Aunque continúan creyendo que el regreso de Cristo es inminente, la organización ha realizado grandes inversiones en instituciones médicas, educativas y de publicaciones en todo el mundo.
Creencias
Los adventistas del séptimo día basan su doctrina en el principio protestante de la Sola Scriptura: la Biblia como única norma de fe y práctica de los cristianos. Creen que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento fueron divinamente inspirados y —pese a estar formulados en palabras humanas— constituyen la Palabra de Dios revelada a la humanidad. Consideran que todas las creencias teológicas deben ser «juzgadas a la luz de las Escrituras», y que toda idea que no está en armonía con el mensaje bíblico, debe ser rechazada.
La Iglesia se ha mostrado reacia a la formalización de un credo, argumentando que «La Biblia y solo la Biblia» constituye su único credo. Sin embargo, debido a la necesidad de una publicación oficial que permitiera a la comunidad comprender mejor la fe adventista, un comité de la Asociación General preparó un documento que exponía en forma abreviada las principales enseñanzas de la denominación. Esta declaración —que incluía 22 afirmaciones— fue publicada por primera vez en el anuario institucional de 1931, y permaneció vigente hasta que, en 1980, fue reemplazada con un resumen similar pero más amplio, que contenía 27 párrafos publicados bajo el título de Creencias Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día. El año 2005 fue aprobada una declaración adicional, quedando resumida la doctrina de la iglesia en 28 creencias fundamentales. La aceptación pública de estas creencias es prerrequisito para el bautismo y —por lo tanto— para ser llegar a ser miembro de la Iglesia. Casi todas las creencias de la Iglesia Adventista son compartidas por uno o más grupos cristianos. Sin embargo, algunas son rasgos distintivos de esta denominación.
Creencias comunes con el cristianismo tradicional
Los adventistas del séptimo día comparten con los cristianos conservadores y los credos protestantes históricos la creencia en un solo Dios creador, sustentador y gobernante del universo, que es omnipotente, omnisciente y omnipresente. Profesan que la divinidad es una unidad de tres personas coeternas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios Espíritu Santo.69 Sostienen que las Sagradas Escrituras —que abarcan el Antiguo y el Nuevo Testamento— son la revelación inspirada de Dios a los hombres, y constituyen la única regla de fe y práctica.
Creen que Jesucristo es Dios y ha existido junto al Padre desde toda la eternidad; que se encarnó mediante una concepción milagrosa y un nacimiento virginal, y que vivió una vida sin pecado en la tierra.7172 Sostienen que la muerte vicaria y expiatoria de Cristo es suficiente por sí misma para la redención de la humanidad. Enseñan que, al tercer día, Jesús resucitó de la tumba, y posteriormente ascendió literal y físicamente al cielo, donde ejerce como mediador ante el Padre.73 Creen que Cristo regresará a la tierra en una segunda venida inminente, literal, personal, visible y de alcance mundial.
Consideran además que el hombre fue creado sin pecado, pero que —tras la caída de Adán y Eva— entró en un estado de separación, depravación y muerte. Sin embargo, la humanidad puede alcanzar la salvación por gracia divina mediante la fe en en el sacrificio de Jesús en la cruz. Sostienen que la entrada a la vida nueva en Cristo es mediante el bautismo, una confesión pública de la muerte del viejo hombre y del nuevo nacimiento. De esta forma, enseñan que el hombre es justificado por la fe, santificado por la morada interior de Cristo a través del Espíritu Santo, y será glorificado en la resurrección de los santos, cuando Jesucristo retorne a la tierra. Confían en que, en la Tierra Nueva, Dios proporcionará un hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida, el amor, el gozo y el aprendizaje eternos.
Creencias comunes con algunos grupos cristianos
En cuanto a ciertas doctrinas controvertidas entre los cristianos, los adventistas del séptimo día sostienen uno de entre dos o más puntos de vista.
Sobre el origen de la vida, los adventistas creen que Dios creó el mundo en seis días literales, rechazando que la creación se efectuara a lo largo de miles de millones de años o mediante procesos evolutivos.
Aseveran que los Diez Mandamientos son la norma de vida y conducta para los hombres de todos los tiempos, rechazando que el decálogo haya cambiado o que haya sido abolido. Comparten con los bautistas del séptimo día y otras denominaciones la creencia en que el séptimo día de la semana, el sábado, es el día de reposo bíblico. Niegan que haya sido abolido, que haya pasado a ser el primer día o que sea meramente una séptima parte del tiempo.
Manifiestan que la humanidad es libre para escoger o rechazar el ofrecimiento de salvación mediante Cristo, negando que Dios haya predeterminado que algunos hombres se salven y que otros se pierdan. Afirman que el hombre fue dotado en la creación de inmortalidad condicional, rechazando que las personas tengan inmortalidad innata o un alma inmortal. Enseñan que los malvados serán castigados con sufrimiento en un lago de fuego, donde serán completamente destruidos. No creen en un infierno que esté ardiendo eternamente, donde las almas serán atormentadas sin fin. Consideran que los creyentes son responsables por el uso adecuado del tiempo, de las capacidades y posesiones, y de las bendiciones de la tierra y sus recursos, los cuales Dios colocó bajo su cuidado. Promueven el diezmo como el plan de Dios para el sostenimiento de la iglesia, negando que este fuese instruido únicamente para los judíos. Además, promueven la abstinencia del uso de bebidas alcohólicas y del tabaco. Consideran que la indulgencia en estas cosas no es representativa del carácter de Dios. Creen que el bautismo debe administrarse únicamente por inmersión; no mediante aspersión, derramamiento, inmersión triple u otras formas. Enseñan que debe practicarse la ordenanza instituida por Cristo de lavarse los pies unos a otros en ocasión de la Cena del Señor; no creen que tal cosa fuera meramente un acomodo a las costumbres y necesidades de aquellos tiempos.
Respecto a la interpretación profética,d consideran que el punto de vista acertado es planteado de forma idónea por lo que se conoce como la escuela historicista,e frente a los sistemas seguidos por preteristasf y futuristas. Sostienen que la Iglesia y el Estado deberían actuar en esferas completamente separadas. Niegan que, en un esfuerzo por controlar la religión o las actividades religiosas de los hombres, la Iglesia deba dominar al Estado, o el Estado deba gobernar a la Iglesia.
Creencias distintivas
En algunas áreas del pensamiento cristiano, los adventistas del séptimo día presentan doctrinas distintivas, que no son compartidas por ninguna otra denominación.
Creen que hay un santuario en el cielo donde Cristo ministra como sumo sacerdote y mediador en dos fases diferenciadas, la primera de las cuales culminó en 1844.86 Consideran además que habrá un juicio investigador en el que se decidirán los destinos de todos los hombres antes de la segunda venida de Cristo. Afirman que el don profético —o «espíritu de profecía»— es uno de los dones del Espíritu prometidos a la iglesia de los últimos días, y que ese don fue manifestado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el ministerio de Ellen G. White.7088 Sus escritos son considerados «una permanente y autorizada fuente de verdad que proporciona consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia». Consideran que el sello de Dios y la marca de la bestia —mencionados en el libro de Apocalipsis— son símbolos de las fuerzas opuestas del bien y el mal en el último gran conflicto antes de que Cristo venga por segunda vez.90 Por último, enseñan que los tres ángeles de Apocalipsis 14 representan la proclamación del último mensaje de Dios al mundo en preparación para la venida de Cristo.
Prácticas y costumbres
Para santificar el sábado, los adventistas se abstienen de actividades laborales en dicho día. Además evitan participar en otras formas de recreación seculares como competencias deportivas, ir de compras o mirar programas de televisión. Sin embargo, paseos al aire libre, actividades orientadas a la vida familiar, trabajo caritativo y otras actividades de carácter compasivo son permitidas.
El viernes es usado en la preparación del sábado; por ejemplo, preparar la comida para el sábado, ordenar la casa, lavar y planchar, etc. Algunos adventistas se reúnen en sus iglesias el viernes después de la puesta del sol para recibir el sábado, ya que desde ese momento comienzan las horas sagradas del sábado.
Servicio de adoración
El sábado de mañana comienza con el estudio de la Biblia que en la mayoría de los países comenzará normalmente a las 9:30,con la «escuela sabática», la cual es un momento de estudio de la Biblia con un folleto como apoyo para el estudiante. Este folleto es distribuido a todas las iglesias adventistas en el mundo, teniendo un tema de estudio en común durante un trimestre.
Cada clase de escuela sabática consta con su propio folleto de estudio. Estos son, de acuerdo a la edad: Cuna (0-2 años), Infantes (3-5), Primarios (6-9), Intermediarios o Menores (10-12), Adolescentes o juveniles (13-15),Jóvenes (15-17) y Adultos (18 en adelante). En este estudio bíblico filial que puede incluir cantos, relatos misioneros, oraciones y el estudio de la Biblia que se extenderá hasta alrededor de las 10:45. Se forman varios grupos en los cuales los temas bíblicos y preguntas prácticas son discutidos con libertad. Luego de dar el informe misionero y los anuncios correspondientes a la iglesia, la congregación se reunirá nuevamente para un servicio de iglesia que sigue un formato evangélico que puede diferir de iglesia a iglesia pero que siempre tendrá un sermón como característica principal, lectura de la Biblia, entonación de himnos del Himnario Adventista, recolección de diezmos y ofrecimiento.
La Cena del Señor
Los miembros de la Iglesia Adventista practican la cena del Señor (conocida en otras denominaciones como eucaristía) unas cuatro veces al año, la cual es un servicio abierto para miembros y no-miembros de la iglesia, que consta de renovar votos con Dios ya que al ser bautizados se vuelve a nacer, basado en el Juan 13. El servicio incluye una ceremonia de lavamiento de los pies y la participación de la Cena del Señor que consiste de panes sin levadura y jugo de uva no fermentado. En algunas iglesias, los miembros y otros amigos pueden quedarse en ella para un almuerzo a la canasta, para el cual todos contribuyen con un plato. Las actividades del sábado de tarde pueden variar mucho dependiendo del contexto cultural, étnico y social.
Actividades misioneras
Las actividades de extensión misionera de la Iglesia Adventista apuntan tanto a no creyentes como a creyentes de otras denominaciones. Los Adventistas del Séptimo Día creen que Cristo ha llamado a los que creen en él para predicar en todo el mundo. Como tal, la Iglesia tiene presencia en más de 200 países en el mundo. Sin embargo, los adventistas son cautelosos para asegurarse de que el evangelismo no estorbe los derechos básicos del individuo. La libertad religiosa es una postura que la Iglesia Adventista del Séptimo Día apoya y promueve. Los esfuerzos evangélicos adventistas tradicionales consistían en misiones urbanas y la distribución de folletos como The Present Truth (La verdad presente), que fue publicada por James White desde 1849.
Los adventistas, como lo demuestra su distribución extensa de folletos, al igual que sus ancestros milleristas, por mucho tiempo han sido propulsores de los ministerios basados en los medios de difusión. Hasta que J. N. Andrews fue enviado a Suiza en 1874, los esfuerzos mundiales adventistas consistían enteramente en la circulación de folletos (como los de White) en muchos lugares. La lectura de dichos materiales fue la razón primaria por la cual Andrews eventualmente fue llamado para viajar ultramar. En el último siglo, dichos esfuerzos también han involucrado la utilización de los medios de comunicación modernos tales como la radio y la televisión. El primero de estos fue el programa radiofónico de H. M. S. Richards, Voice of prophecy (‘La voz de la profecía’), que inicialmente fue transmitido desde Los Ángeles en 1929.
Trabajo misionero con jóvenes
El Departamento de la Juventud de la Iglesia Adventista organiza clubes específicos para cada edad para niños y jóvenes de todo el mundo. Los clubes "Aventureros/Tizones" (6-9 años/5-10 años), "Castores/Cachorros" (4-5 años/3-4 años) y "Little Lambs" (2-3 años) son programas para niños más pequeños que participan en el programa Club de Conquistadores.
Los Conquistadores (en hispanoamérica)/Cadetes/Pioneros (en restante del mundo hispano) son un club para niños y niñas de 10 a 15 años/11 a 16 años. Es similar y se basa en parte en el movimiento escultista. Los Conquistadores/Cadetes y Pioneros exponen a los jóvenes a actividades tales como acampar, servicio comunitario, tutoría personal y educación basada en habilidades, y los entrena para el liderazgo en la iglesia. Los "Camporees" anuales se llevan a cabo en Conferencias individuales, donde los Conquistadores de la región se reúnen y participan en eventos similares a los Jamborees.
Después de que una persona complete 16 años de edad, él es elegible para unirse al liderazgo juvenil y / o al Club de Jóvenes. Normalmente, después de ser miembro de un club, pueden convertirse en "miembros del personal" de Conquistadores/Cadetes/Pioneros o Aventureros/Tizones y comenzar el programa Liderazgo Joven, que desarrolla líderes tanto para jóvenes como para conquistadores/Cadetes/Pioneros y aventureros/tizones.
Salud y dieta
Desde su fundación en 1863, la integridad y la salud han sido un énfasis de la Iglesia Adventista. Los Adventistas del Séptimo Día presentan un mensaje de salud que recomienda el vegetarianismo94 y se espera la abstinencia de carne de cerdo, sangre, crustáceos, y otros alimentos proscritos como «animales inmundos» en Levítico 11 y Deuteronomio 14:3-21, al igual que la abstinencia de alcohol y tabaco u otras drogas.95 Los adventistas se abstienen de estos alimentos como deseo de mantener un estilo de vida saludable honrando a Dios en el cuidado de sus cuerpos pues lo consideran, según 1 Corintios 3:16-17, templo del Espíritu Santo.
Los pioneros de la Iglesia tuvieron mucho que ver en la aceptación habitual de los cereales para el desayuno en la dieta occidental, y el "concepto moderno de cereales" se originó entre los adventistas.96 John Harvey Kellogg fue uno de los fundadores de la obra de la salud para los Adventistas. Su desarrollo de los cereales para el desayuno como un alimento saludable llevó a la fundación de la Compañía Kellog's por su hermano William. Tanto en Australia como en Nueva Zelanda, la "Sanitarium Health Food Company", propiedad de la iglesia, es un importante productor de alimentos saludables y/o vegetarianos, más prominentemente "Weet-Bix".
Según estudios la expectativa de vida promedio es de 88 años entre los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que practican estos principios.
Ética y sexualidad
La posición oficial de los adventistas con respecto al aborto es que no se aprueban los abortos por razones de control de natalidad, selección de sexo, u otras conveniencias, solo se permite cuando la vida de la madre se ve amenazada, se diagnostican severos defectos genéticos en el feto, y en caso de embarazos por violación y/o incesto, aclarando que '"la iglesia no debe servir como conciencia para los individuos".
Según una declaración oficial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, los adventistas no llevan a cabo matrimonios homosexuales.100101 Dentro del matrimonio el adulterio, la fornicación y el abandono del mismo por un cónyuge incrédulo, se consideran como causales de divorcio. Al usar la palabra "fornicación", el adventismo entiende que se mencionan las perversiones sexuales, el incesto, el abuso sexual de menores y las prácticas homosexuales, por lo tanto cualquiera de estas conductas y/o prácticas, son causa justa de separación o divorcio.
Los adventistas creen y animan a sus feligreses a abstenerse de tener relaciones prematrimoniales. La iglesia discrepa con las parejas de hecho, o dicho de otra manera, que las parejas convivan sin estar casadas.
Organización
La Iglesia Adventista del Séptimo Día está organizada con una estructura jerárquica bien definida, que concede poderes y responsabilidades a representantes y oficiales. Seis niveles definen la estructura de la Iglesia, desde el creyente individual hasta la organización mundial.
- La iglesia local está compuesta de creyentes individuales.
- El distrito está compuesto por una o varias iglesias o filiales que son dirigidas por un pastor.
- El campo o misión/asociación, se compone de varios distritos en un territorio definido que puede abarcar toda una región o parte de ella.
- La unión se compone de campos y misiones/asociaciones dentro de un territorio mayor (frecuentemente un grupo de regiones o un país entero).
- La división se compone de las uniones, abarca un determinado número de países. Cabe resaltar que la Iglesia Adventista no considera las divisiones como un nivel de la organización ya que son una representación de la Asociación General en un determinado territorio.
- La Asociación General, es la unidad más extensa de la organización, se compone de todas las divisiones de todas partes del mundo. Estas uniones están agrupadas en divisiones de la Asociación General, con responsabilidad administrativa para áreas geográficas particulares, que abarcan normalmente continentes enteros o gran parte de ellos.
Educación
La Iglesia Adventista administra un sistema educacional unificado en que operan unas 7 806 escuelas primarias y secundarias, al igual que colegios, universidades, seminarios y escuelas de medicina en más de 145 países en el mundo. Este sistema educacional involucra unos 86 800 docentes y cerca de 1 700 000 estudiantes.
Salud
Los adventistas mantienen en funcionamiento 175 hospitales e instituciones relacionadas con la salud en todo el mundo. El más emblemático es Loma Linda University Medical Center, en Loma Linda, California.
Ayuda humanitaria
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, ADRA es la rama humanitaria mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, establecida con el propósito específico de desarrollar económica y socialmente comunidades desfavorecidas y ayudar a paliar efectos de desastres.
ADRA Internacional cumple su misión en 131 países,106 sin discriminación por raza, género o creencias políticas o religiosas. Opera en cinco actividades principales: seguridad alimenticia, desarrollo económico, primeros auxilios, respuesta a desastres y catástrofes y educación básica.
Desde hace más de 50 años la Iglesia Adventista ha estado activamente promoviendo la ayuda humanitaria a través del trabajo de la ADRA, que trabaja como una agencia no sectaria de ayuda humanitaria en 131 países del mundo. ADRA ha sido conferida el Estado Consultivo General por la comisión de Economía y Sociedad de las Naciones Unidas. En todo el mundo, ADRA emplea más de 4000 personas para ayudar tanto a proveer ayuda humanitaria en las crisis y el desarrollo en situaciones de pobreza.
ADRA está considerada por los organismos internacionales como una red de agencias de ayuda humanitaria y de desarrollo. Es una ONG confesional que, estando vinculada a la Iglesia Adventista, mantiene su estructura y organización administrativa de manera independiente. En los momentos actuales está actuando en más de 140 países.
Medios de comunicación
Los adventistas han estado en la vanguardia del evangelismo a través de los medios de comunicación. El programa It is written (‘Escrito está’) fue el primer programa religioso que fue transmitido en colores. Hoy, la iglesia cuenta con varios canales como The Hope Channel (‘Canal Esperanza’),108 3ABN o The Three Angels Broadcasting Network (‘La red de difusión de los tres ángeles’), los cuales operan internacionalmente, transmitiendo las 24 horas del día tanto por cable como por satélite. También cuentan con un estudio de televisión (Nuevo Tiempo) ubicado en la ciudad de San Pablo en Brasil, el cual transmite por su programación de radio, televisión e Internet tanto en español como en portugués.
En Chile cuenta con una red de 33 radiodifusoras109 Nuevo Tiempo Chile, y un canal de televisión abierta con el mismo nombre, que se puede sintonizar en las principales ciudades del país. En Costa Rica también cuenta con la emisora Radio Lyra 88.7 FM de cobertura nacional con sus oficinas en la provincia de Alajuela, en las instalaciones de la Universidad Adventista de Centroamérica. En El Salvador actualmente se encuentra Radio Adventista 96.5 FM, transmitiendo desde San Salvador. El 9 de agosto del 2003 se iniciaron las transmisiones de la red satelital Nuevo Tiempo Perú, desde la ciudad de Lima al presente, conforman esta red 17 emisoras a nivel nacional, dial en Lima 1038 AM. En Guatemala se inició la transmisión como repetidora de una radio centroamericana, luego creando su propia estación con el nombre de Unión Radio, obteniendo el permiso para transmitir en AM y FM. En República Dominicana cuenta con la emisora Radio Amanecer Internacional sintonizada en AM y en FM con más de una década en el aire, que se escucha en todo el país. En Puerto Rico cuenta con Radio Paraíso 92.9 FM, la cual cubre aproximadamente tres cuartas partes de la isla, y Radio Sol 92.1 FM, la cual cubre la zona restante.
Críticas
La Iglesia Adventista del Séptimo Día ha recibido diversas críticas en distintos ámbitos, incluyendo sus doctrinas, que incluso han sido catalogadas de heréticas. También se ha criticado el rol de profetisa de Ellen G. White dentro de la iglesia. Y por otra parte el punto de vista exclusivista de algunas de sus creencias.
Críticas a las doctrinas
Críticos como el teólogo calvinista Anthony Hoekema (quien sentía que los adventistas estaban más de acuerdo con el Arminianismo), sostenía que algunas de las doctrinas adventistas eran heréticas. Tales doctrinas de acuerdo a Hoekema incluyen, el punto de vista aniquilacionista del infierno, el juicio investigador (y una visión relacionada con la expiación en el cristianismo), el Sábado; además el autor afirma que la doctrina adventista sufre de legalismo.
Mientras que algunos críticos como Hoekema han clasificado al Adventismo como una secta sobre la base de sus doctrinas atípicas, ha sido aceptada como una iglesia por grupos evangélicos desde las reuniones y discusiones con los protestantes desde 1950.112 Notablemente, Billy Graham invitó a los adventistas a formar parte de sus cruzadas después de que la revista Eternity, una revista cristiana conservadora editada por Donald Barnhouse, publicara en 1956 que los adventistas son cristianos, incluso más tarde afirmó: "Son sensatos en las grandes doctrinas del Nuevo Testamento incluyendo la gracia y la redención a través del sacrificio vicario de Jesucristo 'de una vez y para siempre'".113 Walter Martin, quien es considerado por muchos como el padre del movimiento apologético anti-sectas dentro de las Iglesias evangélicas, escribió The Truth About Seventh-day Adventists(La verdad sobre los Adventistas del Séptimo Día) (1960) que marcó un cambio decisivo en la manera en que era visto el adventismo.
"...es perfectamente posible ser un Adventista del Séptimo Día y un verdadero seguidor de Jesús a pesar de los conceptos heterodoxos..." Walter Martin, Kingdom of the Cults.
Más tarde Martin planeó escribir un nuevo libro sobre el Adventismo, con la asistencia de Kenneth R. Samples. Samples subsiguientemente escribió "From Controversy to Crisis: An Updated Assessment of Seventh-day Adventism" (De la Controversia a la Crítica: Una evaluación actualizada del Adventismo), que defiende el punto de vista de Martin "para ese segmento del Adventismo que sostiene la posición de "Questions on Doctrine" (Preguntas sobre doctrina), y más adelante expresado en el Movimiento Adventista Evangélico de las últimas décadas". Sin embargo, Samples también aseguraba que el "Adventismo tradicional" estaba "cambiando su postura sobre algunas de las posiciones en Questions on Doctrine," y que al menos en Glacier View parece haber "tenido el apoyo de muchos administradores y líderes de la iglesia".
Críticas al estatus de Ellen White
El estatus de Ellen G. White como profetisa para los tiempos modernos también ha sido criticado. En la era de Questions on Doctrine, sectores evangélicos expresaron su preocupación concerniente a la interpretación Adventista de la relación de los escritos de White con el canon bíblico. Sin embargo, la iglesia aclara en la Creencia n° 18, de las 28 Creencias Fundamentales, que la Biblia es la norma de fe y práctica y por la cual se debe poner a prueba toda enseñanza y experiencia.
Una de las críticas más comunes a Ellen White, ampliamente difundida por Walter T. Rea y Ronald Numbers, entre otros, son las acusaciones de plagio en sus escritos a otros autores. Vincent L. Ramik, abogado independiente especializado en plagio, fue contratado para emprender un estudio de los escritos de Ellen White a comienzos de la década de los 1980s. En su informe concluyó que “Elena G. de White no fue plagiaria, y que sus obras no constituyen plagio, ni violaciones de los derechos de autor.” Cuando las acusaciones de plagio encendieron un debate significante a finales de los 1970s y a principios de los 1980s, la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día comisionó un importante estudio al Dr. Fred Veltman. El consiguiente proyecto fue conocido con el nombre de "'Life of Christ' Research Project" (Proyecto de Investigación "La vida de Cristo"). Durante 6 años el Dr. Veltman, analizó 15 capítulos al azar del libro El Deseado De Todas Las Gentes, concluyó que aproximadamente el 31% de las oraciones presentaban dependencia literaria. Los resultados están disponibles en los Archivos de la Asociación General. El Dr. Roger W. Coon, David J. Conklin, Dr. Denis Fortin, King y Morgan, y Morgan, entre otros, se hicieron cargo de las refutaciones de las acusaciones de plagio. En la conclusión del informe de Ramik, él afirma: "It is impossible to imagine that the intention of Ellen G. White, as reflected in her writings and the unquestionably prodigious efforts involved therein, was anything other than a sincerely motivated and unselfish effort to place the understandings of Biblical truths in a coherent form for all to see and comprehend. Most certainly, the nature and content of her writings had but one hope and intent, namely, the furthering of mankind's understanding of the word of God. Considering all factors necessary in reaching a just conclusion on this issue, it is submitted that the writings of Ellen G. White were conclusively unplagiaristic." "Es imposible imaginar que la intención de Ellen White, como se refleja en sus escritos y los indudablemente prodigiosos esfuerzos que conllevó, fuese otra que el esfuerzo sinceramente motivado y altruista de colocar los razonamientos de verdades bíblicas en una forma coherente para que todos vean y comprendan. Indudablemente, la naturaleza y el contenido de sus escritos tenían una esperanza e intención, específicamente, el incremento del conocimiento de la palabra de Dios para la humanidad. Considerando todos los factores necesarios para alcanzar una justa conclusión en este asunto, se demuestra que los escritos de Ellen G. White fueron concluyentemente no-plagiarios"
Exclusivismo
Finalmente, críticos han alegado que ciertas creencias y prácticas adventistas son exclusivistas por naturaleza y han despertado preocupación frente a la afirmación de los Adventistas de que son la "iglesia remanente" y que la Iglesia católica y el resto de las iglesias protestantes son la "Babilonia" del Apocalipsis. Estas actitudes, legitimizan el proselitismo de cristianos de otras denominaciones. En respuesta a las críticas, teólogos adventistas han sostenido que la doctrina del remanente no excluye la existencia de cristianos genuinos en otras denominaciones, sino que más bien se refiere a las instituciones como parte de Babilonia.
"We fully recognize the heartening fact that a host of true followers of Christ are scattered all through the various churches of Christendom, including the Roman Catholic communion. These God clearly recognizes as His own. Such do not form a part of the "Babylon" portrayed in the Apocalypse." "Reconocemos enteramente el hecho alentador de que una hueste de verdaderos seguidores de Cristo están esparcidos por todas las iglesias del cristianismo, incluyendo la Comunión Católica Romana. A estos, Dios claramente los reconoce como a los suyos. Aquellos no forman parte de la "Babilonia"descrita en el Apocalipsis." Questions on Doctrine, p. 197.
Ellen White por su parte escribió: "God has children, many of them, in the Protestant churches, and a large number in the Catholic churches, who are more true to obey the light and to do [to] the very best of their knowledge than a large number among Sabbathkeeping Adventists who do not walk in the light". "Dios tiene hijos, muchos de ellos, en las iglesias Protestantes, y un gran número en las Iglesias católicas, quienes son más genuinos en obedecer la luz y hacer lo mejor de acuerdo a su conocimiento, que un gran número de Adventistas observadores del sábado que no caminan en la luz". Ellen White.
Continua en Las Herejías XII: Sectas XI
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