Apologetica-Teologia-Ciencias Biblicas

Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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lunes, 14 de marzo de 2011

La Biblia y la Arqueología I

Mosaico de una Iglesia Bizantina datada del siglo V. Los mosaicos constituyen uno de los elementos destacados en los estudios bíblicos

Arqueología bíblica
La arqueología bíblica es la parte de la arqueología que se especializa en el estudio de los restos materiales que tienen relación directa o indirecta con los relatos bíblicos, sean estos del Antiguo (Tanaj) o del Nuevo Testamento, y con la historia y cosmogonía de las religiones judeocristianas. El lugar principal de esta parte de las ciencias arqueológicas es lo que en dichas religiones es denominado Tierra Santa, y desde la perspectiva occidental Medio Oriente. Si bien los elementos principales de la arqueología bíblica son referentes teológicos y religiosos en su mayoría, esta es una ciencia en toda su dimensión metodológica. Como sucede con otros registros históricos de otras civilizaciones, los manuscritos deben ser comparados con otras sociedades contemporáneas de Europa, Mesopotamia y África. Las técnicas científicas empleadas son las mismas de la arqueología en general como las excavaciones y la datación por radiocarbono, entre otras. En contraste, la arqueología del antiguo Medio Oriente trata simplemente del Antiguo Oriente Próximo, o Medio Oriente, sin particulares consideraciones acerca de si sus descubrimientos se relacionan con la Biblia.

La arqueología bíblica es una materia de estudio polémica, con varios puntos de vista sobre cuál es el propósito y las metas que esta tiene o debe tener. En la sección de comentarios profesionales se pueden encontrar diversos puntos de vista de destacados arqueólogos.

Arqueología e Historia y teoría de la Arqueología
Para comprender el significado de la arqueología bíblica, es necesario comprender primero dos conceptos: la arqueología como marco científico y la Biblia como objeto de investigación. La arqueología es una ciencia, no en sentido aristotélico cognitio per causas, sino en el sentido moderno como conocimiento sistemático.1​ Sobre este punto amplía Vicente Vilar que la arqueología es al mismo tiempo técnica y ciencia: como técnica busca los restos materiales de las civilizaciones antiguas y trata de reconstruir en lo posible el ambiente y las organizaciones de una o varias épocas históricas; como ciencia moderna es bastante reciente y, como dice Benesch, es una ciencia de apenas 200 años y, sin embargo, ha hecho cambiar definitivamente nuestra idea sobre el futuro.3​ Podría pensarse que la arqueología tendría que hacer caso omiso de los datos ofrecidos por las religiones y por muchos sistemas filosóficos. Contrariamente, aparte del mucho material factual que ellos producen como lugares de culto, elementos del orden sagrado y otras cosas científicamente observables, existen otros aspectos que son igualmente importantes para la investigación científica arqueológica como los ritos, libros sagrados y las costumbres. El mito es comúnmente utilizado en arqueología y en historia como una pista de lo que este esconde en su trasfondo, proceso llamado por Bultmann la «desmitificación» —el más notable ejemplo son los poemas de Homero y la ya no tan mítica ciudad de Troya—. Esta nueva percepción contemporánea del mito, desarrollada principalmente por Bultmann, motivó a ciencias como la arqueología a buscar en los territorios señalados en los relatos bíblicos.

Arqueología bíblica
La arqueología bíblica es la disciplina que se ocupa de la recuperación e investigación científica de los restos materiales de culturas pasadas que pueden iluminar los periodos y descripciones de la Biblia. Un amplio arco de tiempo que comprende entre el año 2000 a. C. y 100 d. C. Otros autores prefieren hablar de «arqueología de Palestina» y con ello determinan aquellos territorios que están al este y al oeste del río Jordán. Este último señalamiento lleva a concluir que la «arqueología bíblica», o de «Palestina», está circunscrita a los territorios que sirvieron de escenario en los relatos bíblicos.

La razón de ser de la arqueología bíblica radica en que permite un conocimiento científico de los pueblos que habitaron las llamadas tierras bíblicas, su historia, su cultura, su identidad y sus desplazamientos, lo que hace posible una ubicación concreta de los relatos y confrontarlos con su historicidad, no siempre coincidente. Sobre este punto dice Kaswalder que, anteriormente, la escuela estadounidense e israelí de arqueología bíblica recurría a la arqueología como prueba de la historicidad de los relatos bíblicos, como lo hacían autores de la talla de W.F. Albright, G.E. Wright y Y. Yadin. Hoy, en cambio, la arqueología no pretende probar las afirmaciones de la Biblia sino descubrir el mundo histórico en el cual los libros bíblicos tomaron consistencia y significado.7​ De esta orientación, anunciada por P. Kaswalder, se puede retener lo siguiente, de acuerdo a la clasificación presentada por el papirólogo catalán Joan Maria Vernet:

  • La arqueología bíblica puede iluminar los conocimientos que tenemos acerca de algunos datos históricos descritos en los relatos bíblicos como gobernantes, personajes, batallas y ciudades.
  • Esta puede describir algunos detalles concretos reflejados en los libros bíblicos, por ejemplo el Túnel de Ezequías, la piscina de Betesda, el Gólgota y otros que efectivamente corresponden a lo que describen los relatos bíblicos.
  • La arqueología bíblica presta una ayuda fundamental a los estudios exegéticos.

Espacio
El espacio geográfico en el que se circunscribe la arqueología bíblica es sin duda las tierras bíblicas, llamadas también de manera religiosa «Tierra Santa». Sobre este punto existen muchas perspectivas de los autores, pero de manera muy particular, los trabajos de arqueología bíblica se centran en la Tierra de Israel, Palestina y Jordania. Para muchos autores existen otros escenarios mencionados por los relatos bíblicos y de una gran importancia para su hilo conductor: Egipto, Siria y Mesopotamia en el cual coinciden sobre todo científicos interesados en el Tanaj. Asia Menor, Macedonia, Grecia y Roma tienen más conexión con los relatos neotestamentarios.

Tiempo
De la misma manera que los criterios espaciales varían según los diversos puntos de vista de autores diferentes, también sucede lo mismo con los criterios temporales. Kaswalder comenta:
  • Comprende un periodo que va del IX milenio a. C., que corresponde a las primeras dataciones neolíticas de Jericó, hasta el año 700 que marca los inicios de las invasiones musulmanas. Este arco de tiempo es considerado por algunos autores evidentemente muy amplio y discutible.
  • Un segundo periodo más estrecho y más delimitado por los relatos bíblicos, es decir, desde la Edad del Bronce medio, hacia el año 2000 a. C. que corresponde desde los Patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob), hasta finales del siglo I, con la muerte del último apóstol, Juan el Evangelista y el fin de la llamada «Iglesia Apostólica».
Historia
La historia de la arqueología bíblica es tan reciente como la de la arqueología en general y, lógicamente, su desarrollo tiene que ver con el descubrimiento de hallazgos antiguos de primera importancia para la misma. Los siguientes son los hallazgos arqueológicos bíblicos más importantes de las últimas décadas según la recopilación del Centro de Estudios Ratisbone de Jerusalén:

Etapas de la arqueología bíblicaEl desarrollo de la arqueología bíblica ha tenido diferentes periodos que la han marcado, a saber:
Antiguos: Aunque consideremos a la arqueología como una ciencia moderna, es necesario reconocer el hecho de que muchos autores a lo largo de la historia han dejado documentos valiosos que son hoy un elemento de trabajo imprescindible. Entre muchos de ellos los históricos más importantes son Flavio Josefo, Orígenes, Eusebio de Cesarea y el Diario de Etheria.

Antes del Mandato Británico: Las primeras exploraciones arqueológicas comenzaron en el siglo XIX primero por parte de europeos y después de israelíes. Uno de los arqueólogos bíblicos de esa época de renombre, entre muchos otros, fue Edward Robinson quien descubrió varias ciudades antiguas. En 1865, patrocinado por la Reina Victoria, se crea el Fondo para la Exploración de Palestina y en 1867 se llevan a cabo importantes trabajos alrededor del Templo de Jerusalén por parte de Charles Warren y Charles Wilson, de ahí viene el célebre "Arco de Wilson". En 1870 se funda la Sociedad Americana para la exploración de Palestina (American Palestine Exploration Society), mientras un joven francés de tan solo 21 años, Charles Clermont-Ganneau, llegaba a Tierra Santa para estudiar dos inscripciones notables: la Estela de Mesa en Jordania y la inscripción del Templo de Jerusalén. Para 1890 entraría en escena otra personalidad, que pasaría a la historia como el "padre de la arqueología palestina": Sir William Matthew Flinders Petrie quien, en un lugar llamado Tell-el-Hesi, sentaría las bases de la exploración metodológica, dando gran importancia al análisis de la cerámica como pista arqueológica. En efecto, los hallazgos de objetos o fragmentos servían para fijar una cronología con bastante precisión, porque en cada momento de la historia la cerámica fue elaborada de forma diferente, y con características propias. En 1889 los dominicos abrirían en Jerusalén un centro de estudios que llegaría a ser del primer orden en el plano de la arqueología bíblica: l’École Biblique et Archéologique Française,16​ en la cual se destacarían en sus inicios personajes como M-J. Lagrange y L. H. Vincent. Guillermo II de Alemania auspiciaría en 1898 la Deutsche Orient Geselschaft y así muchos otros abrieron las puertas al desarrollo de una disciplina naciente y entusiasta, aunque en este tiempo inicial las investigaciones estaban dirigidas sólo a demostrar la historicidad de los hechos bíblicos.

Durante el Mandato Británico de Palestina (1922 - 1948): La investigación y exploración de Tierra Santa aumentó considerablemente durante este tiempo y fue dominado en gran parte por la genialidad de William Foxwell Albright, C. S. Fischer, los jesuitas, los dominicos y muchos otros. Pero esta época de tanto avance y actividad para la arqueología bíblica se vería cerrada con broche de oro: el descubrimiento de Qumrán en 1947 y cuyas excavaciones serían dirigidas en especial por el francés Roland de Vaux.

Después del Mandato Británico:
1948 marca el inicio de una nueva época política y social para Tierra Santa con la fundación del Estado de Israel y con ello entran en escena los arqueólogos israelíes. En una primera fase las excavaciones se hicieron preferiblemente en territorio del Estado, pero después de la Guerra de los Seis Días estas se extendieron también a los territorios ocupados de Judea y Samaria. Destaca el nombre de la señora Kathleen Kenyon, que dirigió las excavaciones de Jericó y el Ofel de Jerusalén. La señora Chrystall Bennet condujo las excavaciones de Petra y la Ciudadela de Ammán. Destacan los museos arqueológicos de los franciscanos y de los dominicos de Jerusalén.

Escuelas arqueológicas
La arqueología bíblica es materia de permanente debate. Uno de los objetos de mayor disputa es el periodo de la monarquía en Israel y en general la historicidad de la Biblia frente a la cual se pueden definir vagamente dos escuelas del pensamiento: minimalismo y maximalismo bíblicos, así como el método no-histórico de leer la Biblia, es decir la tradicional lectura religiosa de esta. Debe notarse que las dos escuelas no constituyen unidades sino un espectro que hace difícil definir campos y límites, pero se pueden establecer puntos descriptivos.

Minimalismo bíblico
El minimalismo bíblico o Escuela de Copenhague enfatiza que la Biblia debe ser leída y analizada ante todo como una colección de narraciones y no como un cuidadoso recuento histórico de la prehistoria del Medio Oriente. En 1968 Niels Peter Lemche y Heike Friis escribieron dos ensayos en los que llamaban a una revisión completa en los modos en que se estaba leyendo la Biblia y sacando conclusiones históricas de la misma.

G. Garbini con su Historia e ideología del Israel antiguo,18​ T.L. Thompson con Historia antigua de los israelitas: de fuentes escritas y arqueológicas19​ y P.R. Davies con su obra En búsqueda del "Antiguo Israel, construyen las bases de lo que llegó a ser el minimalismo bíblico. Davies, por ejemplo, dice que el Israel histórico sólo puede ser encontrado en los restos arqueológicos, el Israel bíblico se percibe sólo en las Escrituras y el Israel antiguo como una amalgama de ambos. Thomson y Davies ven el Antiguo Testamento (Tanaj) como una creación mítica de una minoritaria comunidad de judíos en Jerusalén después del tiempo que la Biblia señala como el retorno del exilio de Babilonia (después del 539 a. C. en adelante). Para esta escuela del pensamiento, ninguno de los más primitivos recuentos bíblicos tiene una solidez histórica y sólo algunos de los más recientes poseen pequeños fragmentos de una genuina memoria histórica que son los únicos puntos respaldados por los descubrimientos arqueológicos. En consecuencia, los recuentos acerca de los patriarcas bíblicos son tenidos como ficción, las doce tribus de Israel nunca existieron, tampoco los reyes Saúl y David ni la unidad de la monarquía bajo David y Salomón.

Maximalismo bíblico
El término maximalismo puede generar confusiones dado que algunos lo relacionan con la «inerrancia bíblica»21​ y no todos los maximalistas pertenecen a dicha doctrina. La mayoría de los maximalistas bíblicos aceptan los descubrimientos de la arqueología y de los modernos estudios bíblicos. Sin embargo, los maximalistas sostienen que todo el conjunto de relatos bíblicos son en realidad referencias históricas y que los más recientes libros tienen mayor solidez histórica que los más primitivos.

La arqueología señala eras históricas y reinos, modos de vida y comercio, creencias y estructuras sociales: sin embargo, sólo en muy raros casos, los estudios arqueológicos presentan información acerca de familias individuales, por lo tanto, no es posible esperar ello de la arqueología. Hasta el momento, la arqueología no ha presentado ninguna prueba que asegure o niegue la existencia de los patriarcas. Los maximalistas están divididos en dos temas:
  • Unos sostienen que los patriarcas fueron en realidad personajes históricos, aunque los relatos bíblicos acerca de ellos no son siempre precisos, incluso en sentido amplio.
  • Otros señalan que algunos o todos los patriarcas pueden clasificarse como personajes ficticios que guardan una leve relación con distantes personajes históricos.
Los maximalistas bíblicos están de acuerdo en que las doce tribus de Israel existieron, aunque ello no signifique necesariamente que los recuentos bíblicos acerca de ellas correspondan del todo a la realidad histórica. También están de acuerdo en la existencia de grandes figuras como Saúl, David, Salomón, la monarquía de Israel y Jesús; pero la gama de posiciones dentro del maximalismo es amplia e incluso algunos autores pueden presentar leves diferencias con los minimalistas.

Conflictos entre minimalistas y maximalistas
En 2001 Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman publicaron La Biblia desenterrada: Nueva visión arqueológica del Israel Antiguo y el origen de sus textos sagrados donde expusieron un término medio hacia el minimalismo bíblico. El libro ocasionó una fuerte reacción entre los más conservadores. Durante el XXV Aniversario del magazín Biblical Archeological Review (Reseña de arqueología bíblica), en la edición de marzo-abril de 2001, el editor Hershel Shanks citó numerosas fuentes de arqueólogos y biblistas que insistían que el minimalismo estaba muriendo.​ En 2003, Kenneth Kitchen, un prominente maximalista, autor del libro Fiabilidad del Antiguo Testamento, criticó la obra de Finkelstein y Silberman. Jennifer Wallace diría de Israel Finkelstein en su artículo Tierra movida en la Tierra Santa: Él [Finkelstein] cita el hecho —ahora aceptado por la mayoría de los arqueólogos— que muchas de las ciudades que Josué se supone saqueó a finales del siglo XIII a. C. habían dejado de existir para ese tiempo. Hazor fue destruida a mediados de ese siglo, Ai fue abandonada antes de 2000 a. C.. Incluso Jericó, cuando se dice que Josué derribó las murallas después de dar siete vueltas a la ciudad con el retumbe de trompetas, fue destruida en 1500 a. C.. Ahora controlada bajo la Autoridad Palestina, los sitios de Jericó consisten en hoyos y trincheras desmoronados que testimonian un siglo de infructuosas excavaciones.

Sin embargo, los maximalistas ubican típicamente a Josué a mediados del segundo milenio y no en el siglo XIII a. C. como Finkelstein asegura y ven los estratos de destrucción de las murallas como una corroboración del relato bíblico. La destrucción de Hazor a mitad del siglo XIII es vista como una corroboración del relato bíblico como es registrado en el Libro de los Jueces. La localización que Finkelstein hace de Ai es generalmente descalificada como la «bíblica Ai», dado que se parte de la idea que esta fue destruida y enterrada en el tercer milenio y por lo tanto su ubicación era desconocida al autor del Libro de Josué.

Antiguo Testamento: Edificaciones Bíblicas Confirmadas

1 La Ciudad de Gabaón: Se ha hallado una serie de cartas, conocidas como Cartas de Amarna, que en muchas de ellas los hechos relatados coinciden y certifican lo expuesto en el libro de Josué. Esta carta, que según los historiadores fue escrita entre el 1387 y el 1366 a. C., es decir coincidiendo con la conquista de Josué de Canaan coincide con el relato de la batalla de Gabaón de Josué 10.

2 El Túnel de Ezequías: Un túnel de 533 metros fue construido para proveer a Jerusalén de agua subterránea en prevención de la invasión asiria de 701 a. C.

3 Las Murallas de Jericó: Una destrucción de las Murallas de Jericó data de aproximadamente 1550 a. C., al final del Bronce Medio a causa de un sitio o un terremoto en el contexto de un estrato quemado denominado Destrucción Ciudad IV. Existen discusiones acerca de si dicha destrucción corresponde a la descrita en la Biblia o no. De acuerdo con el relato bíblico, los israelitas destruyeron la ciudad después de que sus murallas cayeron alrededor de 1407 a. C. Las excavaciones de John Garstang, en 1930, datan la destrucción de Jericó hacia 1400 a. C., un dato por confirmar, pero las excavaciones de Kathleen Kenyon, en 1950, se dataron hacia 1550 a. C.. Bryant G. Wood criticó el trabajo de Kenyon después de que sus notas de campo estuvieron al alcance. Wood observó ambigüedades en las investigaciones y pruebas con el carbono 14 en el estrato quemado que daban como resultado el año 1410 a. C.,​ con 40 años de margen. En tal sentido Wood confirmó las conclusiones de Garstang. Desafortunadamente, dicha prueba de carbono fue el resultado de una mala calibración. En 1995Hendrik J. Bruins y Johannes van der Plicht utilizaron una prueba de radiocarbono de alta precisión para 18 muestras de Jericó, incluidas seis muestras de cereal carbonizado, del estrato quemado, que dieron como resultado una antigüedad superior, hasta 1562 a. C., con un margen de 38 años.

4 La Rampa del sitio de Lakís: La ciudad de Lakís fue capturada por el rey asirio Senaquerib en 701 a. C.

5 Piscina de Siloé: La piscina, ubicada al sureste de las murallas de la ciudad, es receptora de las aguas del Túnel de Ezequías.

6 Segundo Templo: Construido por Herodes el Grande.

7 Templo de Siquem: Datado en la Edad del Bronce, mencionado en Jueces 9.

8 Túmulos: 19 túmulos localizados al occidente de Jerusalén han sido datados sin dudas del tiempo de la Monarquía de Judea, pero es posible que representen sitios a la memoria de los reyes mencionados en 2 Crónicas 16:14; 21.19; 32:33 el Libro de Jeremías 34:5.

9 Palacio en la ciudad de Gezer: El edificio palaciego descubierto en Gezer tiene 3.000 años de antigüedad, época en la que la Biblia sitúa el próspero reino del hijo de David.

Un equipo de arqueólogos ha descubierto un edificio palaciego que data de la época del rey Salomón, del siglo 10 a.C., en la ciudad de Gezer, aunque no hay evidencia de quién era el que ocupaba este palacio o si fue utilizado por alguno de los reyes de Israel. El descubrimiento lo ha realizado un equipo de arqueólogos estadounidenses, que encontraron cerámica filistea entre los restos, lo que apoyaría el relato bíblico, que señala que la ciudad fue filistea hasta ser conquistada por el rey David. El complejo cuenta con un gran patio central, al igual que los edificios palaciegos contemporáneos que se han hallado en la zona. Aunque no se sabe quién gobernó desde ahí, si alguien lo hizo, el edificio es significativamente mayor que el tamaño de las casas normales de la época, explicó Steve Ortiz, director de la excavación, en representación del Museo Tandy del Seminario Teológico Bautista de Fort Worth, Texas. Entre las características que no se encuentran en las estructuras domésticas habituales está la sillería – grandes piedras labradas monolíticas de forma rectangular – en las esquinas de las habitaciones, explicó Ortiz. La característica principal es dos salas paralelas, largas o patios, rodeado por varias salas, que suman al menos 15. El palacio tiene dos entradas desde el este y el oeste. La entrada desde el oeste también se conecta este edificio a la monumental puerta de seis cámaras asociadas por la mayoría de los estudiosos con Salomón. Esta entrada está construida con más solidez que el resto del edificio. Tutmosis III registró su captura en las paredes del templo de Karnak. Más tarde Gezer tuvo un papel prominente en las cartas de Amarna, mencionada por su nombre al menos nueve veces. 

El faraón Merneptah se jactó en su estela que él “tomó Gezer”. Según el Antiguo Testamento, la ciudad también se asoció con los filisteos en el tiempo de David: el rey rompió su poder “desde Geba hasta Gezer” (2 Samuel 5:25; 1 Crónicas 14:16). Esta temporada de excavación ha demostrado el vínculo filisteo también, al encontrar los arqueólogos algunas piezas de cerámica con bicroma filisteo. Los arqueólogos también encontraron un fragmento revelador de un denominado “Ashdod” de cuello largo, una figurilla de aves con cara de mujer que muchos creen que representan una diosa egea. Este tipo de figurillas se han encontrado asociadas con los filisteos en otras excavaciones, como en Ashdod, Timna, Ecrón y Ascalón. El equipo de excavación llama al edificio “Palacio de Salomón”, debido a la tradición bíblica de Salomón de construir grandes proyectos en Jatzor, Meguido y Gezer. La Biblia dice que el poderoso monarca de Egipto dio Gezer como dote a la mujer de Salomón, y que el rey de Israel reconstruyó la ciudad: “Esta es la razón de la leva que el rey Salomón impuso para edificar la casa de Jehová, y su propia casa, y Milo, y el muro de Jerusalén, y Hazor, Meguido y Gezer: Faraón el rey de Egipto había subido y tomado a Gezer, y la quemó, y dio muerte a los cananeos que habitaban la ciudad, y la dio en dote a su hija la mujer de Salomón. Restauró, pues, Salomón a Gezer…” 1 Reyes 9:15-17a Las excavaciones han descubierto evidencias de que este pasaje bíblico se basa en hechos reales. La ciudad fue destruida a finales de la Edad del Hierro I (alrededor de 1200-1000) a. C.. Sobre las ruinas se alzó una nueva ciudad con fortificaciones, el famoso complejo del portón, y un palacio que data de la segunda mitad del siglo 10 a. C. – la época de Salomón. La magnitud y la artesanía del palacio muestra que sólo alguien con enormes recursos y una muy organizada plantilla de trabajadores cualificados podían permitirse la construcción de este complejo.

Objetos de excavaciones documentadas

El Obelisco Negro de Salmanasar III: que representa a Jehú, rey de Israel, según 2 Reyes 8-10, o a alguno de sus embajadores.

2 La Ostraca de Arad: La importante colección de óstracas escritas en arameo que se ha hallado,en Tel Arad (en hebreo תל ער) o Antiguo Arad, es una antigua ciudad cuyos restos se sitúan a 8 km de la ciudad israelita de Arad, en el desierto del Néguev, al oeste del mar Muerto que recogen un periodo histórico el cual coincide con el relato bíblico desde el tiempo de los jueces de Israel hasta la invasión babilónica, hay referencias a personajes bíblicos así como al "nombre de Dios" en la forma conocida como tetragrámaton.1 En ellas se hace referencia al templo como la Casa de Yahve.

3 Los textos de Balaam: Tinta sobre yeso, encontrados en Deir Allá en Jordania (Números 22-24).

4 Los archivos cuneiformes de Ebla (Tell Mardikh): Descubiertos en 1975 incluyen el nombre de tres personajes relacionados con los patriarcas bíblicos, entre ellos el de Ebrum, que algunos identifican con el patriarca bíblico Heber.

La Inscripción de Ecrón: Descubierta en 1993 en Tell Mique.

6 La Ostraca de Gath: 
  • Encontrada por A. Maeir cuando realizaba las excavaciones de Tel es-Safi en 2005.
  • Texto inciso, de nueve letras, que presenta dos nombres (אלות ולת) etimológicamente relacionados con Goliat (גלית).
7 Asas de Vasija GABAON (גבען): 
Fueron recuperadas de la piscina de Gabaon y tenían algunas inscripciones:
  • Algunas con la inscripción "Hananiah" que puede tener relación con la persona mencionada en Jeremías 28:1. 
  • Otros nombres inscritos son: Amariah, Azariah, Domla, Geder, Hananiah, Neri, Shebuel.
8 Sello de Gemariah ben Shaphan: Impresión en bula: Encontrada durante las excavaciones de Yigal Shiloh en 1983, probablemente perteneciente a la persona mencionada en Jeremías 36:10.

Jeremías 36:10 Y Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la casa de Jehová, en el aposento de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la puerta nueva de la casa de Jehová, a oídos del pueblo.

9 Inscripción de la Casa de David en la Estela de Tell Dan: Que consiste en tres fragmentos,
 el primero y más extenso fue descubierto en 1993 y dos fragmentos menores en 1994.

10 Ostraca de Izbet Sartah: Dos fragmentos encontrados en una excavación de 1976. Cinco líneas incisas de 80 a 83 letras: (Las lecturas de los editores varían) en donde la última línea corresponde a un abecedario.

11 Jaazaniah, siervo del Rey (ליאזניהו עבד המלך): sello con ícona de pelea de gallos: 
  • Encontrada en la tumba 19 en Tel en-Nasbeh (probablemente la bíblica Mispah).
  • Posiblemente perteneciente al capitán del ejército en Mizpah mencionado en 2 Reyes 25:23.
2 Reyes 25:23 Y oyendo todos los príncipes del ejército, ellos y su gente, que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías, vinieron a él en Mizpa; Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Seraías hijo de Tanhumet netofatita, y Jaazanías hijo de un maacateo, ellos con los suyos.

12 Jehucal ben Shelemia ben Shobi (יהוכל בן שלמיהו בן שבי): Sello estampa en bula: Encontrado en las excavaciones de Eilat Mazar en el supuesto palacio del Rey David en 2005. Probablemente perteneciente a la persona mencionada en el relato de Jeremías 37:3 y 38:1.

Jeremías 37:3 Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios.

Jeremías 38:1 Oyeron Sefatías hijo de Matán, Gedalías hijo de Pasur, Jucal hijo de Selemías, y Pasur hijo de Malquías, las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo:
Ostracas de Laquis: Textos descubiertos en 1930 que describen acontecimientos de finales del siglo VII, poco después del final de la conquista de los caldeos:

-Carta No. 3 menciona una advertencia del profeta.
-Carta No. 4 menciona Laquis y Azekah como los últimos lugares conquistados, tal como registra  Jeremías 34:7.
-Carta No. 6 describe una conspiración, reminiscencia de Jeremías 38:19 y 39:9, utilizando una fraseología casi idéntica a 38:4.

13 Tallas de Laquis: Del palacio de Senaquerib en Nínive, describiendo la conquista de esta ciudad.

14 El Cilindro de Nabonidus:
  • Inscripción cuneiforme encontrada en el Templo de Shamash en Sippara que menciona a Baltasar como hijo del último rey de Babilonia.
  • En los Capítulos V, VII y VIII de Daniel se menciona a Baltasar como rey, pero ello fue probablemente debido a la conversión aramáica (por ejemplo, la inscripción bilingüe en la estatua de Haddayishi de Gozan lo llama "gobernador" en acadio pero "rey" en arameo). También es de notar que Baltasar ofrece a Daniel el "tercer puesto" en el reino, como recompensa, en lugar del segundo.
15 Pim de peso (pesas):
  • Las primeras pesas fueron encontradas por R.A.S. Macalister en Gezer. Fueron encontrados desde entonces muchas más.
  • Palabra inscrita, desconocida, que permite una mejor traducción de 1 Samuel 13, 21.
16 La Conquista de Samaria por Sargón II (ANET 284): Encontrada por P.E. Botta en Khorsabad en 1843: "sitié y conquisté Samaría, deporté 27.290 habitantes de esta... Reconstruí el pueblo mejor de como era y establecí allí gente de otros países que yo mismo hube conquistado" (Cfr. 2 Reyes 17: 23-24).

18 Inscripciones de Tiglath-Pileser III: Encontradas por A.H. Layard en Nimrud: ANET 282: "Recibí el tributo de... Jehoahaz de Judea" (incidente no mencionado en la Biblia). ANET 283: "En cuanto a Menajem lo abrumé... puse a Oseas como rey sobre ellos" (perspectiva distinta a 2 Reyes 15:19 y 17:3).

19 La Piedra de Zayit: Piedra redondeada incisa con abecedario paleo-hebreo y numerosos restos con inscripciones encontrados en Zeitah (Tel Zayit) en un estrato datado en el siglo X a. C.

20 Sello de Ben Immer (ליהו [בן] אמר[?]): Estampado en bula: Encontrado el 27 de septiembre de 2005 cuando se analizaban cuidadosamente escombros provenientes del Templo Monte de Jerusalén de 1999. Es posible que se relacione con un sacerdote que sirvió en el Templo de Salomón según Jeremías 20:1.

Jeremías 20:1 El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras.

21 El Sello del Profeta Isaias
Un equipo israelí de arqueólogos podría haber descubierto la primera prueba física de la existencia del profeta Isaías del Nuevo Testamento. Los detalles del que podría ser uno de los hallazgos religiosos más importantes de la historia han sido publicados en la revista Biblical Archaeology Review.

La evidencia ha resultado ser los restos de una pequeña esfera de arcilla de tan solo 1,016 centímetros de ancho en la que se indica que pertenecía al 'profeta Isaías'. El descubrimiento ha tenido lugar en unas excavaciones en la colina de Ophel, un promontorio al sur del Monte del Templo.
Junto con los restos de arcilla se han encontrado pequeñas figuras de animales y fragmentos de marfil, explica en su investigación la arqueóloga y doctora de la Universidad Hebrea de Jerusalén Eilat Mazar. Este tipo de esferas, conocidas como 'bullae', se utilizaban hace 2.700 años en las transacciones comerciales, generalmente de ganado, y su portador las debía sellar con su firma. Las 'bullae' se usaban como pagarés: el comerciante guardaba en su interior el equivalente a lo que había vendido y se la entregaba al comprador quien, de esta forma y rompiendo la esfera, podía recordar los detalles del trato.

El libro de Isaías es el más citado por los autores del Nuevo Testamento. Para los cristianos, el profeta predijo la llegada del Mesías, la muerte de Jesucristo y el nacimiento de la Virgen María. Vivió en el Reino de Judá —en parte del territorio del actual Israel—, durante los tiempos del rey Ezequías, de quien Isaías llegó a ser consejero.

Piedras en el camino
Puesto que la 'bulla' encontrada no está completa, la firma tampoco. "[Entre las 'bullae' que encontramos estaba la de [un tal] 'Yesha'yah[ininteligible] Nvy[ininteligible]', lo que se traduce en un primer momento como 'El profeta Isaías'", señala Mazar en su investigación. Yesha'yahu es el nombre hebreo de Isaías en la escritura hebrea arcaica y las letras 'N', 'v' e 'y' corresponden a las tres consonantes que conforman la palabra 'profeta' en hebreo: 'navi'. Como la última letra —'aleph'— no figura, los arqueólogos no pueden descartar que perteneciese a alguien llamado Navi, un nombre muy común en aquella época, añade Mazar.

La arqueóloga advierte que la firma no puede ser, del todo, descifrada. Sin embargo, la teoría de que en efecto pertenecía al profeta cobra fuerza cuando se recuerda que, en 2015 y a escasos metros del lugar donde se ha desenterrado la esfera, los arqueólogos hallaron la 'bulla' del propio rey Ezequías. Que el Isaías de la Biblia llegase a ser su consejero y que la misteriosa esfera se encontrase al lado de la de Ezequías tampoco se les pasa por alto a los arqueólogos.
Se cree que el profeta Isaías fue el responsable de la descripción bíblica de los cielos (Isaías, 6). Muchos son los investigadores que señalan que la visión de Dios entronado en los cielos fundó los cimientos de las posteriores descripciones del reino celestial.

24 Los Manuscritos del Mar Muerto: Descubiertos en las cavernas de Qumrán en el año 1947 por beduinos y cuyas excavaciones se iniciaron en 1950.

25 El Papiro 12 de Wadi Daliyyat o Papiro de Samaria: De época persa, descubierta Entre 1962 y 1963

26 El Papiro de Ketej-Jericó: En 1964 se descubrió es de época persa-helenística.

27 La estela de Tel Dan
Descubierta en 1993, Dentro de los restos del muro de la ciudad, cerca del pórtico exterior, se encontró un fragmento que aparentemente correspondería a una estela. Este fragmento de basalto, conocido como Estela de Tel Dan, contiene una inscripción en arameo que se referiría a uno de los reyes arameos de Damasco, Hazael (c 840 a. C), aunque algunos estudiosos creen que se refiere a Ben-Hadad (c 802  a. C). Muy poco de la inscripción se mantiene, pero el texto contiene las letras 'ביתדוד' (BYTDWD) que algunos arqueólogos creen que quiere decir Casa de David (Beth David en hebreo). En la línea inmediatamente superior, se lee el texto 'MLK YSR'L', i.e. "Melek Yisrael" o sea "Rey de Israel" en hebreo (los escritos hebreos tanto de la época como de hoy no poseen vocales).

La estela de Tel Dan es una piedra sobreescrita descubierta entre 1993 y 1994 durante excavaciones llevadas a cabo en Tel Dan en el norte de Israel. Está formada por numerosos fragmentos que forman una inscripción triunfal en arameo, realizada con toda probabilidad por Hazael, del Damasco arameo, una importante figura internacional de finales del siglo IX a C.. Hazael (o más precisamente, el rey cuyo nombre no consta) alardea de sus victorias sobre el rey de Israel y su aliado el rey de la "Casa de David" (bytdwd), es la primera vez que el nombre de David y su dinastía ha sido encontrado fuera de la Biblia. La inscripción de Tel Dan generó un importante debate y una sucesión de artículos cuando apareció, dando pie incluso a acusaciones de falsificación, "pero se observa actualmente de modo amplio como a) genuina, y b) relativa a la dinastía de David y al Reino Arameo de Damasco".

Se encuentra actualmente en exposición en el Museo de Israel, en Jerusalén.

Texto
A continuación se recoge la transcripción del texto de la estela utilizando caracteres en hebreo tal y como han sido facilitados por Biran y Naveh. Las palabras separadas por puntos (como en el original), y los espacios en blanco separados por corchetes indican texto dañado o faltante, y el texto dentro de corchetes ha sido reconstruido por Biran y Naveh:

1.[ ]א]מר.ע[ ]וגזר ]
2.[ ]אבי.יסק[.עלוה.בה]תלחמה.בא--- ]
3.וישכב.אבי.יהך.אל[.אבהו]ה.ויעל.מלכי[ יש]
4.ראל.קדם.בארק.אבי[.ו]יהלך.הדד[.]א[יתי]
5.אנה.ויהך.הדד.קדמי[.ו]אפק.מן.שבע[ת---]
6.י.מלכי.ואקתל.מל[כן.שב]ען.אסרי.א[לפי.ר]
7.כב.ואלפי.פרש.[קתלת.אית.יהו]רם.בר[אחאב.]
8.מלך.ישראל.וקתל[ת.אית.אחז]יהו.בר[יהורם.מל]
9.ך.ביתדוד.ואשם.[אית.קרית.הם.חרבת.ואהפך.א]
10.ית.ארק.הם.ל[ישמן ]
11.אחרן.ולה[... ויהוא.מ]
12.לך.על.יש[ראל... ואשם.]
13.מצר.ע[ל. ]

La siguiente traducción línea por línea ha sido realizada por Lawrence J. Mykytiuk (publicado en 2004) siguiendo principalmente Biran y Naveh. El texto dañado o faltante se representa mediante corchetes vacíos "[ ]" y las palabras y letras dentro de los corchetes han sido reconstruidas. El "Hadad" mencionado en las primeras líneas es un dios (Los israelitas de esa época eran henoteístas como muchos pueblos vecinos):

1'. [ ]...[ ] y cortó [ ]
2'. [ ] mi padre fue hacia arriba [ ] y luchó en [...]
3'. Y mi padre se rindió; fue con sus [padres]. Ahora el rey de I[s]/rael había penetrado
4'. en la tierra de mi padre antes. [Pero entonces] Hadad me hizo rey,
5'. Y Hadad marchó delante de mí. Así que fui hacia el frente desde [el] séptim[...]/s
6'. de mi reinado, y maté a [sete]nta rey[es] que habían enjaezado mil[es de carr]/os
7'. y miles de caballos. [Y yo maté...]ram hijo de [...]
8'. el rey de Israel, y yo maté [...]yahu hijo de [... el re]/y de
9'. la Casa de David. Y yo llevé [sus ciudades en ruinas y convertí]
10'. su tierra en [desolación ...]
11'. otros y [...Entonces...me hice re]/y
12'. sobre Is[rael...Y entonces comencé]
13'. asedio contra [...]

28 La Inscripción del Tel Mikné: En 1996 se descubrió con el nombre de la ciudad filistea de Ekron y una lista de sus reyes.

29 Monasterio de Katisma: Descubierta en 1997 el antiguo monasterio.

30 La Sinagoga de Jericó: En 1998 se descubrió la sinagoga datada del año 75 a. C. (Ehud Netzer).

Sitios Arqueológicos Bíblicos

Kiryit Qumrán: Para muchos es quizá uno de los hallazgos más importantes de todos los tiempos. Compuesto del Kiryit o ruinas de lo que era el monasterio de la congregación judía de los esenios, las cavernas en donde se encontraron papiros y códices de Libros del Tanaj, no del Nuevo Testamento como sugerían algunos en principio, el cementerio de los monjes y muchos otros elementos que cambiaron la historia de los estudios bíblicos. De este sitio tan especial sale además la célebre polémica del 7Q5, un trozo diminuto de papiro de difícil identificación que el papirólogo catalán Josep O’Callaghan Martínez, respaldado por el exégeta alemán Carsten Peter Thiede, concluyó era un segmento de un texto neotestamentario y cuya polémica sigue en la actualidad.

Objetos de procedencia conocida, pero que no provienen de excavaciones
Los objetos del siguiente elenco vienen de estudios del siglo XIX  y colecciones indocumentadas cuya procedencia no es relevante a pesar de la genuina naturaleza de su contenido. En otras palabras, fueron descubiertos en un tiempo en el cual el conocimiento era limitado y no hay razones para creer que hubieran sido falsificaciones.

1 Los Papiros de Elefantina: Datados del periodo persa del archivo de una comunidad judía de Elefantina, Egipto. Uno fue escrito por uno en Jerusalén de nombre Ananías que pudo ser la persona mencionada en Nehemías 7:2.

2 El Monolito Kurkh de Salmanáser III: encontrado por J.E. Taylor, cónsul británico en Diyarbekir en 1861 en el cual se mencionan "2,000 carros, 10,000 soldados de infantería de Ahab el israelita" (incidente no mencionado en la Biblia).

3 Estela de Merenptah: también llamada Estela de la victoria o Estela de Israel, es una losa de granito gris, erigida por el faraón Amenhotep III e inscrita más tarde, en el reverso, por el faraón Merenptah para conmemorar su victoriosa campaña militar en tierras de Canaán hacia 1210 a. C. La piedra ha alcanzado gran notoriedad porque el texto grabado incluye la primera mención conocida a Israel (o a los israelitas), en la penúltima línea, dentro de la lista de pueblos derrotados por Merenptah.

4 Estela de Mesa: Inscripción moabita descubierta en Dhiban, Jordania en 1868 que menciona a un rey israelita, Omri  עמרי מלך ישראל (Omri rey de Israel). (Popularizada en el siglo XIX como la "Piedra Moabita") es un piedra de basalto negro, que muestra una inscripción del moabita rey Mesha del siglo IX a. C.. La inscripción de 34 líneas, la más extensa inscripción nunca recuperada de la antigua Palestina, fue escrita en alfabeto paleo-hebreo. Fue erigida por Mesha, alrededor de 850 a. C., como un registro y recuerdo de sus victorias en su revuelta contra el Reino de Israel, que emprendió tras la muerte de su gobernante, Ahab.

5 Inscripción de Siloam: Situada originalmente a la salida del Túnel de Ezequías. Sustraída de Jerusalén en 1880. La tablilla contiene la denominada inscripción de Siloam, donde se describe la época del primer templo de Jerusalén, destruido por el rey Babilonio Nabucodonosor en el año 586 a. C., y la construcción por el rey Ezequías del túnel en que fue hallada. Esta construcción, que aparece mencionada en el Antiguo Testamento, permitía transportar agua a Jerusalén desde un arroyo situado fuera de las murallas de la ciudadela en torno al año 700 d. C.

Continua en La Biblia y la Arqueología II
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