Apologetica-Teologia-Ciencias Biblicas

Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

Unete. Sígueme. Apoyame

lunes, 25 de febrero de 2019

Los Padres Reformados IV

Juan Calvino

Juan Calvino
teólogo francés
Juan Calvino, bautizado con el nombre de Jehan Cauvin, latinizado como Calvinus (Noyon, 10 de julio de 1509-cantón de Ginebra, 27 de mayo de 1564), fue un teólogo y filósofo francés, considerado como uno de los autores y gestores de la Reforma protestante. Las doctrinas fundamentales de posteriores reformadores se identificarían con él, llamando a estas doctrinas «calvinismo». Los «cinco puntos del calvinismo» surgen de los discípulos de Calvino como contraposición a las doctrinas de los discípulos de Jacobo Arminio. Además, revisó y publicó la Biblia de Ginebra (francesa) en 1564.

Biografía
Juan Calvino nació en Noyon (Picardía, a unos cien kilómetros al norte de París, Francia) y era hijo de Gérard Cauvin y Jeanne Lefranc.​ Fue excelente en sus estudios y muy religioso desde su juventud en 1532.

Sus primeros estudios estuvieron destinados a la carrera eclesiástica. Su formación inicial la recibió en el Collège de la Marche y en el Collège de Montaigne (allí estudiaron también Erasmo de Róterdam e Ignacio de Loyola). El padre de Calvino era abogado y en 1523 envió a Juan, que por entonces tenía catorce años, a la Universidad de París a estudiar humanidades y derecho. A instancias de su padre, que pretendía que Juan siguiera el camino de las leyes, se matriculó en las universidades de Orleans y Bourges donde tuvo por condiscípulo al humanista Andrea Alciato. En 1532, se doctoró en Derecho en Orleans. Durante su paso por los claustros universitarios tomó contacto con las ideas humanistas y reformadas de la teología de Martín Lutero. En abril de 1532, cuando contaba 22 años, publicó un comentario sobre el De clementia de Séneca, trabajo que puso en evidencia sus dotes como pensador.

De acuerdo con una biografía escrita en 1577 por Jérôme-Hermès Bolsec —contrario a las ideas calvinistas sobre la predestinación— siendo joven sacerdote, Calvino habría sido condenado en Noyon por el delito de sodomía, que se castigaba con la hoguera. Sin embargo, la sentencia le habría sido conmutada por la de hierro candente, por lo que habría portado la marca de una flor de lis en el hombro. De acuerdo con Bolsec, años después tendría Calvino también en Ginebra a su adonis, el cual lo habría abandonado después de robarle. La presunta homosexualidad de Calvino persistiría durante siglos, recordada por sus opositores.

Conversión
No se sabe con certeza cuándo ni cómo fue su mudanza, pero el primero de noviembre de 1533 ocurrió un suceso que muestra un cambio drástico en sus convicciones religiosas. El rector de la Universidad de París, Nicolas Cop, amigo de Calvino, pronunció un discurso en ocasión de la apertura del año académico; pero más que eso, fue un sermón que mostraba una clara influencia tanto de Erasmo como de Martín Lutero. En este sermón, Cop defendió la doctrina de la justificación por los méritos de Cristo, a la vez que protestó contra los ataques y persecuciones de que eran objeto los que disentían de la Iglesia de Roma: «Herejes, seductores, impostores malditos, así tienen la costumbre el mundo y los malvados de llamar a aquellos que pura y simplemente se esfuerzan en insinuar el evangelio en el alma de los fieles (...) Ojalá podáis, en ese periodo infeliz, traer la paz a la Iglesia más bien con la palabra que con la espada».

El discurso cayó como una bomba en la universidad y en otros sectores; el Parlamento inició un proceso contra él. Comenzó a correr el rumor de que la mano de Calvino estaba detrás de su redacción. Si Calvino no escribió el discurso, por lo menos lo influyó en tono y contenido, que era muy protestante.[cita requerida] Un mes más tarde, cuando Cop se dirigía al Parlamento para responder el sumario en su contra, un amigo diputado le envió una nota advirtiéndole que debía escapar por su vida, pues el Parlamento era presionado por la Corona para que fuese condenado. Calvino y Cop escapan de París.

Con poco más de veinte años, adoptó los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad de la iglesia de Roma por derecho divino, negando la sucesión apostólica desde el apóstol Pedro, y dando primordial importancia a la Biblia como única regla de fe y conducta («Sola fides, sola Scriptura»), destacando la doctrina de la justificación del hombre por medio de la gracia.

De modo que la conversión de Calvino al protestantismo surge después del discurso de Cop cuando huye de Francia para escribir acerca de teología que terminaría por sistematizar gran parte de la Teología Reformada que comenzó con Martín Lutero.

Calvino en Ginebra
La reforma continuaba en Europa gracias a la labor de algunos reformadores. Tal vez uno de los más extraordinarios fue el pastor de origen francés Guillaume Farel, quien después de ser perseguido y apedreado debido a sus convicciones, logró influir en la expulsión de Ginebra de la Iglesia de Roma. Así, el 21 de mayo de 1536 consiguió en la plaza pública de Ginebra, mediante la institución de la teocracia, que todos aceptaran vivir «según el Evangelio y la palabra de Dios», lo cual le abre las puertas de un poder enorme: el de unir el Evangelio y la palabra de Dios al gobierno, creando así el cantón de Ginebra.

Al enterarse Farel de que Calvino en su viaje a Saboya pernoctaba en Ginebra, lo visitó donde se hospedaba y lo convenció de que permaneciese en Ginebra para realizar la obra que Farel reconocía superior a sus fuerzas. Calvino, de 26 años, era ya reconocido en toda Europa por su obra recién publicada y que trataba sobre el asentamiento institucional del cristianismo reformado.

Calvino se establece en Ginebra como lector de la Santa Escritura en la iglesia de San Pedro. Pero Calvino y Farel no se limitaron a la obra en Ginebra. A finales de septiembre de 1536 viajaron a la ciudad de Lausana, donde se encontraba Pierre Viret (íntimo amigo de Calvino) trabajando como pastor. La razón de su viaje era participar en un debate auspiciado por la ciudad de Berna, con el propósito de decidir cuál religión habría de predominar en los territorios circundantes que Berna había conquistado del Duque. Viret y Farel serían los exponentes del lado protestante (se suponía que Calvino no tomaría parte activa en la discusión); y de los 174 sacerdotes que aceptaron la invitación del lado católico, solo cuatro participaron en el debate.

La catedral de Lausana se abarrotó de personas. Cinco diputados de Berna acudieron para darle un carácter oficial al asunto; contaron con secretarios que debían copiar la discusión palabra por palabra. Farel fue el primero en hablar; durante una semana presentó diez tesis que eran rebatidas por el lado católico, quienes acusaron a los protestantes de ignorar la tradición de los primeros padres de la iglesia sobre el asunto de la presencia de Cristo en la Eucaristía. «Si conocierais lo que los padres dijeron, veríais que vuestra posición es falsa y condenada». Calvino se sintió exasperado por esa declaración.

Las horas que había pasado estudiando los primeros padres de la iglesia, cuando era estudiante en París, le fueron de gran ayuda. Se levantó y empezó a refutar al orador católico. Con asombrosa memoria empezó a citar a San Cipriano, Tertuliano, San Juan Crisóstomo, San Agustín y muchos otros. No se limitaba a mencionar el autor, sino que Calvino identificaba y citaba el libro y el capítulo en el cual el Padre de la Iglesia había escrito sobre tal tema. Argumentaba de una forma intachable. Cuando terminó, la multitud estaba muy excitada. El pueblo se apretujaba y aclamaba con entusiasmo al joven orador desconocido.

Un fraile franciscano alzó la voz diciendo que esta era la verdadera doctrina. Pidió a Dios que le perdonara sus pecados por haber estado enseñando y siguiendo los falsos dogmas de Roma durante tantos años. Muchos otros estuvieron de acuerdo con él, a pesar de que no se expresaron en forma tan efusiva. En los meses que siguieron, ciento veinte sacerdotes y ochenta monjes de los distritos circundantes se sumaron a la confesión reformada luterana, que había pasado a ser la religión oficial en tales territorios.

Mientras, en Ginebra, Calvino se había convertido en el principal colaborador de Guillermo Farel en la tarea de proseguir en el proceso de reforma. Para tales fines, en noviembre de 1536 Calvino presentó ante el Consejo una confesión de fe de veintiún artículos que el pueblo debía aceptar bajo juramento. A mediados de enero de 1537, los dos predicadores presentaron otro documento en el que pedían cuatro reformas básicas para la Iglesia de Ginebra:

1. Que nadie participase de la Eucaristía si no es con verdadera piedad y genuina reverencia. «Por tal razón y a fin de mantener la integridad de la Iglesia, es necesaria la disciplina». Calvino también pedía que la Eucaristía se celebrara con más frecuencia.
2. Que se reformaran las leyes concernientes al matrimonio según la Palabra, «ya que el Papa las ha confundido de tal modo, dictando decretos a su antojo».
3. Que los niños fuesen catequizados por sus padres, y que en ciertas ocasiones del año comparecieran ante los pastores para asegurarse de que en verdad aprendían la Palabra de Dios.
4. Que el pueblo participara en los servicios de adoración cantando salmos. «Hay salmos que deseamos sean cantados en la iglesia. Si se adopta la reforma, la gente tendrá que cantar en las iglesias. No han cantado durante siglos. Ni siquiera han entendido el latín cantado por los sacerdotes».

El consejo aceptó sin problemas los últimos tres puntos; pero el asunto de la excomunión era otra cosa. Los magistrados se resistían a «cambiar lo que ellos consideraban como tiranía clerical católica por un nuevo yugo protestante». Calvino, por su parte, se sentía cada vez más decepcionado por el estado moral del pueblo.

La tensión llegó a tal punto que el Consejo de la ciudad ordenó a Farel y a Calvino que dejasen de predicar; pero ambos desobedecieron y se negaron a administrar el sacramento, por lo que el Consejo decidió expulsarlos de Ginebra. El 25 de abril de 1538, Calvino y Farel abandonaron la ciudad.

Exilio en Estrasburgo
Portada de Institución de la religión cristiana.
Al salir de Ginebra los dos se dirigieron a Berna, la cual envió una delegación a Ginebra para tratar de resolver el asunto. Las discusiones no llegaron a nada, por lo que Calvino y Farel tomaron rumbo hacia Basilea, a unos 200 km, llegando a finales de mayo de 1538. En una carta que Calvino envió a un amigo le daba a conocer lo difícil que fue aquel viaje. Muy pronto, Farel recibió una invitación de urgencia a la ciudad de Neuchatel, que había aceptado la reforma. Calvino, habiéndose quedado solo en Basilea, fue invitado por algunos pastores de Estrasburgo a que aceptara el pastorado de una iglesia de refugiados franceses. Ahora, con veintinueve años, pasó tres años en Estrasburgo, donde sirvió como pastor hasta 1541, disfrutando de un tiempo de mucha tranquilidad y sosiego. Allí se dedicó a escribir, componiendo un himnario con 18 salmos, el credo apostólico con música, diecisiete capítulos de su libro Institución de la religión cristiana, un estudio sobre la Carta a los romanos, entre otros. El francés que usó en su segunda edición de sus Instituciones fue hermoso y pulido, tanto que Calvino ha venido a ser conocido como padre del francés moderno, del mismo modo que Lutero por su traducción de la Biblia ha sido llamado padre del alemán moderno.

En 1539, Calvino contrajo matrimonio con Idelette de Bure, una viuda que tenía un hijo y una hija de su matrimonio anterior con un anabaptista en Estrasburgo. Calvino e Idelette tuvieron un hijo que murió a las dos semanas de nacer. Idelette murió en 1549.

Retorno a Ginebra
Durante su estancia en Estrasburgo, la situación en Ginebra se tornaba cada vez peor, de tal manera que el Concilio General de la Ciudad le pidió a Calvino que retornara como pastor. Calvino recibió la carta estando en la ciudad de Worms, donde había sido enviado por la ciudad de Estrasburgo como representante en cuatro Dietas convocadas de nuevo por el emperador Carlos V, entre los años 1539 al 1541 (allí Calvino desarrolló una muy buena amistad con Philipp Melanchthon que duró 24 años, hasta la muerte de este). Al leer la carta, Calvino estalló en llanto. «Preferiría cien otras muertes antes que aquella cruz, sobre la cual tendría que morir mil veces al día». Era una decisión muy difícil para él, pero después de 10 meses de mucha lucha, decidió regresar.

Calvino regresó a Ginebra el 13 de septiembre de 1541 para no salir de allí nunca más. Al subir al púlpito por primera vez, abrió su Biblia en el mismo versículo que continuaba en su exposición que quedó suspendida tres años antes. Predicaba varias veces el domingo y, durante algunas semanas, todos los días. Durante este tiempo un hombre llamado Denis Raquenier comenzó a tomar notas de los sermones de Calvino en taquigrafía para su propio provecho; su labor fue tan precisa y completa (casi no dejaba escapar palabra), que gracias a ese esfuerzo contamos hoy con una inmensa cantidad de sus sermones.

En 1551, tuvo una disputa teológica con el médico y teólogo ex-dominico francés Jérôme-Hermès Bolsec. Bolsec se había manifestado como contrario a la idea de predestinación, defendida por Calvino, en una discusión pública con Jean de Saint André. Bolsec no sabía que entre el público se encontraba Calvino en persona, y este se levantó para refutar punto por punto las tesis del médico. Tras la discusión, Bolsec fue arrestado por orden de Calvino, y tras el juicio condenado al exilio, al considerar el tribunal que su punto de vista no se podía calificar como herejía, y que por tanto no merecía un castigo mayor.

En 1553, Miguel Servet publicó su obra Christianismi restitutio. Servet ya había mantenido años antes un intercambio de cartas con Calvino, en las que Servet le instaba a que rechazase el dogma de la Santísima Trinidad. Había leído el libro de Calvino y había realizado anotaciones muy críticas en sus márgenes, devolviendo la copia corregida a Calvino, lo que desagradó mucho al reformador. En una carta dirigida a Farel en 1546, afirmaba que, si Servet ponía los pies en Ginebra, «no saldría vivo». Calvino suspendió ese intercambio epistolar considerando las ideas de Servet como heréticas, y cuando más tarde se publicó Christianismi restitutio, sin el consentimiento de Calvino, se hicieron llegar a la Inquisición francesa, por medio de su ayudante De Trye, algunas de las cartas que le había remitido el español. Ese año fue detenido por la Inquisición de Lyon, interrogado y encarcelado en Vienne; el 7 de abril logró evadirse y partió en dirección a Italia. Durante su camino, hizo escala en Ginebra, donde el 13 de agosto fue reconocido en la iglesia donde predicaba Calvino y fue detenido y juzgado por herejía.

El consejo ginebrino instigó el juicio en contra de Miguel Servet por herejía (por su negación de la Trinidad y por su defensa del bautismo a la edad adulta). Consultados los cantones de Zúrich, Schaffhausen, Berna y Basilea, el acusado fue condenado y sentenciado a morir en la hoguera. Fue quemado junto con sus libros el 27 de octubre de 1553 en la plaza de Champel.

Muchos luteranos que escaparon de Francia, de Escocia y de Inglaterra, huyeron hacia Ginebra, con lo que, en poco tiempo, la población se duplicó, a más de veinte mil personas. Entre los protestantes escoceses se encontraba John Knox, quien llegó a decir de la Iglesia en Ginebra que era la más perfecta escuela de «Cristo que alguna vez haya habido en la tierra desde los días de los apóstoles». Durante su estancia allí, Knox formó parte de un equipo que publicó la llamada Biblia de Ginebra, para el pueblo de habla inglesa. Fue la primera Biblia con notas teológicas al margen, muchas de las cuales no eran más que una extensión del ministerio de predicación de Calvino. Esta vino a ser la versión predominante entre los puritanos ingleses durante los próximos cien años, y fue la Biblia que los peregrinos del Mayflower llevaron a América.

Ginebra se convirtió en una escuela de preparación de cuadros. La academia de Ginebra se estableció en 1559 y, para el tiempo en que el sucesor de Calvino, Teodoro de Beza, se retiró, se habían formado allí unos mil seiscientos aspirantes para el ministerio. De igual manera, inspirada por la visión de Calvino, Ginebra se convirtió en un núcleo misionero muy importante. Este esfuerzo produjo resultados, sobre todo en Escocia (con John Knox) y en Francia. En 1555 solo había una iglesia Reformada organizada en Francia. Siete años más tarde eran cerca de dos mil, algunas de ellas de un tamaño considerable. Durante la década de 1560, más de dos millones de franceses pertenecían a tales iglesias (en una población de veinte millones).

No fue este un tiempo de paz para Calvino. Aparte de todas las aflicciones físicas que padecía, Calvino era atacado por los miembros del partido de los libertinos, quienes se vanagloriaban de su vida licenciosa, pero al mismo tiempo pretendían participar de la Eucaristía, algo que Calvino nunca permitió. En cierta ocasión, un miembro de este partido, Philibert Berthelier, fue excomulgado por su promiscuidad sexual y, por lo tanto, se le prohibió participar de la Eucaristía. El Concilio de la Ciudad revocó la decisión, de modo que Berthelier se apareció en la iglesia con hombres armados con espada y dispuestos a pelear. Calvino descendió del púlpito, se interpuso entre la turba y la mesa de la Comunión, y les dijo: «Pueden quebrar estas manos, pueden cortar estos brazos, pueden tomar mi vida, mi sangre es vuestra, pueden derramarla; pero nunca me forzarán a dar las cosas santas al profano y deshonrar esta mesa de mi Dios». Los libertinos no tuvieron más remedio que salir de la iglesia.

Calvino falleció a los cincuenta y cuatro años, en mayo de 1564, en brazos de Teodoro de Beza, su sucesor. Su cuerpo fue expuesto al público pero ante la afluencia de visitantes, los reformadores temieron ser acusados de promover la veneración de santos, por lo que fue enterrado al día siguiente en una tumba anónima, en el cementerio de los Reyes de Ginebra. Se desconoce la ubicación de la tumba, pero se colocó una piedra funeraria en el siglo XIX para marcar la ubicación considerada como su lugar de descanso.

Testamento de Calvino
Ante la proximidad de su muerte, Calvino redactó su testamento:

Doy testimonio de que vivo y me propongo morir en esta fe que Dios me ha dado por medio de Su Evangelio, y que no dependo de nada más para la salvación que la libre elección que Él ha hecho de mí. De todo corazón abrazo Su misericordia, por medio de la cual todos mis pecados quedan cubiertos, por causa de Cristo, y por causa de Su muerte y padecimientos. Según la medida de la gracia que me ha sido dada, he enseñado esta Palabra pura y sencilla, mediante sermones, acciones y exposiciones de esta Escritura. En todas mis batallas con los enemigos de la verdad no he empleado sofismas, sino que he luchado la buena batalla de manera frontal y directa.

Calvino mantuvo su salario de cien coronas y rehusó aceptar más. Después de vivir cincuenta y cuatro años, solo dejó trescientas coronas a sus herederos, además de su biblioteca, que se vendió a gran precio. Cuando abandonó Estrasburgo para volver a Ginebra, quisieron darle los privilegios de ciudadano libre de su ciudad y el salario de un prebendado, que le había sido asignado. Aceptó lo primero, pero rehusó lo segundo. Llevó consigo a uno de sus hermanos a Ginebra, pero no se esforzó porque se le diera un puesto honorífico. Cuidó de la honra de la familia de su hermano, consiguiéndole la libertad de una mujer adúltera y licencia para que pudiera casarse otra vez. Sus enemigos cuentan que le hizo aprender el oficio de encuadernador de libros, en lo que trabajó luego toda su vida.

Su nombre figura en el Calendario de Santos Luterano, conmemorado el 26 de mayo, y el 28 de mayo por la Iglesia episcopal de EE. UU.

Teodoro de Beza
teólogo francés
Teodoro de Beza o Théodore de Bèze (Vézelay, 24 de junio de 1519-Ginebra, 13 de octubre de 1605) fue un humanista y teólogo calvinista francés. Tradicionalmente se le considera una de las figuras más prominentes, junto a François Hotman, Duplessis-Mornay y Johannes Althusius, de los llamados pensadores monarcómanos protoliberales.

Biografía
Primeros años
Teodoro de Beza nació en Vézelay, en Borgoña, Francia. Su padre, Pierre de Beze, gobernador real de Vézelay, descendía de una distinguida familia borgoñesa; Su madre, Marie Bourdelot, era conocida por su generosidad. El padre de Beza tenía dos hermanos; Nicolás, que fue miembro del Parlamento en París; y Claude, que fue abad del monasterio cisterciense de Froimont en la diócesis de Beauvais. Nicolás, que no estaba casado, durante una visita a Vézelay estaba tan contento con Teodoro que, con el permiso de sus padres, lo llevó a París para educarlo allí. Desde París, Teodoro fue enviado a Orleans en diciembre de 1528 para recibir las enseñanzas del famoso maestro alemán Melchior Wolmar. Fue recibido en la casa de Wolmar, y el día en que tuvo lugar fue celebrado después como un segundo cumpleaños. El joven Beza pronto siguió a su maestro a Bourges, llamado por la duquesa Margarita de Angulema, hermana de Francisco I. En ese momento, Bourges era el foco del movimiento de la Reforma protestante en Francia. En 1534, después de que Francisco I emitiera su edicto contra las innovaciones eclesiásticas, Wolmar regresó a Alemania. Beza, de acuerdo con el deseo de su padre, regresó a Orleans para estudiar derecho y pasó allí cuatro años (1535-39). El estudio de las leyes tenía poco atractivo para él; Disfrutó más con la lectura de los clásicos, especialmente Ovidio, Catulo y Tibulo. Recibió el grado de licenciado en derecho el 11 de agosto de 1539 y, como su padre lo deseaba, fue a París, donde comenzó a practicar. Para apoyarlo, sus parientes obtuvieron para él dos beneficios, los ingresos de los cuales ascendían a setecientas coronas de oro al año; y su tío le había prometido convertirlo en su sucesor. Beza pasó dos años en París y ganó una posición prominente en círculos literarios. Para escapar de las muchas tentaciones a las que estuvo expuesto, con el conocimiento de dos amigos, en el año 1544 se comprometió con una joven de ascendencia humilde, Claudine Denoese, a la que prometió casarse con ella tan pronto como las circunstancias lo permitieran.

En 1548 publicó una colección de poesía latina, Juvenilia, que lo hizo famoso y fue considerado uno de los mejores escritores de poesía latina de su tiempo. Hay quienes han advertido contra la búsqueda de detalles biográficos en sus escritos. Philip Schaff argumentó años más tarde que era un error «leer entre sus líneas lo que nunca tuvo la intención de poner allí» o imaginar «delitos de los que no era culpable ni siquiera en el pensamiento». Poco después de la publicación de su libro enfermó y su enfermedad, según se dijo, le hizo ver sus necesidades espirituales. Poco a poco llegó a aceptar la salvación en Cristo, que levantó sus espíritus. Luego resolvió cortar sus conexiones con la época y se fue a Ginebra, la ciudad suiza que servía de refugio para los franceses evangélicos (adherentes del movimiento de Reforma), a donde llegó con Claudine el 23 de octubre de 1548. Profesor en Lausana Fue recibido por Juan Calvino, quien ya lo había conocido en la casa de Wolmar. Beza no tenía una ocupación inmediata, por lo que fue a Tubinga para ver a su antiguo profesor Wolmar. En su camino, visitó a Pierre Viret en Lausana, quien llevó a cabo su nombramiento como profesor de griego en la academia allí establecida en noviembre de 1549. Beza encontró tiempo para escribir un drama bíblico, El sacrificio de Abraham, en el que contrastaba el catolicismo con el protestantismo, y el trabajo fue bien recibido. El texto de algunos versos incluye instrucciones para la interpretación musical, pero la música no ha sobrevivido. Después de la muerte de Clément Marot en 1544, Juan Calvino le pidió que completara sus traducciones métricas francesas de los Salmos. Treinta y cuatro de sus traducciones fueron publicadas en la edición de 1551 del Psalterio de Ginebra y seis más fueron agregadas en ediciones posteriores.

Casi al mismo tiempo publicó Passavantius, una sátira dirigida contra Pierre Lizet, expresidente del Parlamento de París, e impulsor principal de la "cámara ardiente" (chambre ardente), quien en ese momento (1551), era abad de San Víctor, cerca de París, y había publicado varios escritos polémicos. De un carácter más serio fueron dos controversias en las que Beza estuvo involucrado en este momento. La primera hacía referencia a la doctrina de la predestinación y la controversia de Calvino con Jérome-Hermès Bolsec. La segunda en relación con la quema de Miguel Servet en Ginebra el 27 de octubre de 1553. En defensa de Calvino y los magistrados de Ginebra, Beza publicó, en 1554, la obra De haereticis a civili magistratu puniendis (traducida al francés en 1560).

Viajes en nombre de los protestantes
En 1557, Beza se interesó especialmente por los valdenses de Piamonte, Italia, que estaban siendo acosados por las autoridades francesas. En su nombre, fue con Guillermo Farel a Berna, Zúrich, Basilea y Schaffhausen, luego a Estrasburgo, Mömpelgard, Baden y Göppingen. En Baden y Göppingen, Beza y Farel hicieron una declaración con respecto a los puntos de vista de los valdenses sobre el sacramento el 14 de mayo de 1557. La declaración escrita establecía claramente su posición y fue bien recibida por los teólogos luteranos, pero fue fuertemente desaprobada en Berna y Zúrich. En el otoño de 1558, Beza emprendió un segundo viaje con Farel a Worms a través de Estrasburgo con la esperanza de lograr la intercesión de los príncipes evangélicos del imperio en favor de los hermanos perseguidos en París. Con Melanchthon y otros teólogos reunidos en el Coloquio de Worms, Beza propuso la unión de todos los cristianos protestantes, pero Zúrich y Berna rechazaron decididamente la propuesta. Informes falsos llegaron a los príncipes alemanes de que las hostilidades contra los hugonotes en Francia habían cesado y que no se había enviado ninguna embajada a la corte de Francia. Como resultado, Beza emprendió otro viaje con Farel, Johann Franz Buddeus y Gaspard Carmel a Estrasburgo y Fráncfort, donde se decidió el envío de una embajada a París.

Estancia en Ginebra
A su regreso a Lausana, Beza se sintió muy perturbado. En unión con muchos ministros y profesores de la ciudad y el país, Viret pensó finalmente en establecer un consistorio y en introducir una disciplina eclesial que debería aplicar la excomunión, especialmente en la celebración de la comunión. Pero el bernés, entonces en control de Lausana, no tendría un gobierno de iglesia calvinista. Esto causó muchas dificultades, y Beza pensó que lo mejor era establecerse en Ginebra en 1558. Aquí se le dio la cátedra de griego en la academia de reciente creación, y después de la muerte de Calvino también la de teología. También se vio obligado a predicar. Completó la revisión de la traducción de Pierre Olivetan del Nuevo Testamento, que comenzó algunos años antes. En 1559, emprendió otro viaje en interés de los hugonotes, esta vez a Heidelberg. Casi al mismo tiempo, tuvo que defender a Calvino contra Joachim Westphal en Hamburgo y Tilemann Heshusius. Más importante que esta actividad polémica fue la declaración de Beza de su propia confesión. Originalmente, fue preparado para su padre en la justificación de sus acciones y publicado en forma revisada para promover el conocimiento evangélico entre los compatriotas de Beza. Fue impreso en latín en 1560 con una dedicación a Wolmar. Se publicó una traducción al inglés en Londres 1563, 1572 y 1585. También se emitieron traducciones al alemán, neerlandés e italiano.

Eventos entre 1560-63
Mientras tanto, las cosas tomaron tal forma en Francia que parecía posible el futuro más feliz para el protestantismo. El rey consorte de Navarra, Antonio de Borbón, cediendo a las urgentes peticiones de los nobles evangélicos, declaró estar dispuesto a escuchar a un prominente maestro de la Iglesia. Beza, un noble francés y director de la academia en la metrópolis del protestantismo francés, fue invitado al castillo de Nérac, pero no pudo plantar la semilla de la fe evangélica en el corazón del rey. En el año siguiente, 1561, Beza representó a los evangélicos en el Coloquio de Poissy, y de una manera elocuente defendió los principios de la fe evangélica. El coloquio fue sin resultado, pero Beza como jefe y defensor de todas las congregaciones reformadas de Francia fue venerado y odiado al mismo tiempo. La reina insistió en otro coloquio, que se inauguró en St. Germain el 28 de enero de 1562, once días después de la proclamación del famoso edicto de enero, que otorgaba importantes privilegios a los de la fe reformada. Pero el coloquio se rompió cuando se hizo evidente que el partido católico se estaba preparando (después de la Masacre de Vassy, el 1 de marzo) para derrocar al protestantismo. Beza apresuradamente emitió una carta circular (25 de marzo) a todas las congregaciones reformadas del imperio, y fue a Orléans con el líder hugonote Conde y sus tropas. Era necesario proceder de forma rápida y enérgica. Pero no había soldados ni dinero. A petición de Conde, Beza visitó todas las ciudades hugonotes para obtener ambas. También escribió un manifiesto en el que argumentaba la justicia de la causa reformada. Como uno de los mensajeros para recolectar soldados y dinero entre sus correligionarios, Beza fue designado para visitar Inglaterra, Alemania y Suiza. Fue a Estrasburgo y Basilea, pero se encontró con el fracaso. Luego regresó a Ginebra, donde llegó al 4 de septiembre. Apenas había estado allí catorce días cuando D'Andelot lo llamó una vez más a Orléans. La campaña fue cada vez más exitosa; pero la publicación del desafortunado decreto de pacificación que Conde aceptó (12 de marzo de 1563) llenó de horror a Beza y a toda la Francia protestante.

Sucesor de Calvino
Durante veintidós meses, Beza estuvo ausente de Ginebra, y los intereses de la escuela y de la Iglesia allí y, especialmente, la condición de Calvino hicieron necesario que regresara, ya que no había nadie que ocupara el lugar de Calvino, que estaba enfermo e incapaz de trabajar. Calvino y Beza hicieron arreglos para realizar sus tareas conjuntamente en semanas alternas, pero la muerte de Calvino ocurrió poco después (27 de mayo de 1564). Por supuesto, Beza fue su sucesor. Hasta 1580, Beza no solo fue moderador de la Compañía de Pastores, sino también el alma real de la gran institución de aprendizaje en Ginebra que Calvino había fundado en 1559, y que consistía en un gimnasio y una academia. Mientras vivió, a Beza le interesaba la educación superior. El joven protestante durante casi cuarenta años atestó su sala de conferencias para escuchar sus conferencias teológicas, en las que expuso la ortodoxia calvinista más pura. Como consejero, fue escuchado por magistrados y pastores. Fundó una escuela de derecho en Ginebra en la que François Hotman, Jules Pacius y Denys Godefroy, los más eminentes juristas del siglo, dieron conferencias a su vez (cf. Charles Borgeaud, L'Academie de Calvin, Ginebra, 1900).

Acontecimientos después de 1564
Como sucesor de Calvino, Beza tuvo mucho éxito, no solo en el desempeño de su trabajo sino también en dar paz a la Iglesia en Ginebra. Los magistrados se habían apropiado completamente de las ideas de Calvino, y la dirección de los asuntos espirituales, cuyos órganos eran los "ministros de la palabra" y "el consistorio", se fundó sobre una base sólida. No surgió ninguna controversia doctrinal después de 1564. Las discusiones se referían a cuestiones prácticas, sociales o eclesiásticas, como la supremacía de los magistrados sobre los pastores, la libertad de predicación y la obligación de los pastores de someterse a la mayoría de la Compañía. Beza no forzó su voluntad sobre sus asociados, y no tomó medidas severas contra colegas imprudentes o temerarios, aunque a veces tomó sus casos en la mano y actuó como mediador; y, sin embargo, a menudo experimentó una oposición tan extrema que amenazó con renunciar. Aunque estaba inclinado a tomar parte de los magistrados, sabía cómo defender los derechos y la independencia del poder espiritual cuando surgía la ocasión, sin embargo, sin otorgarle una influencia tan preponderante como lo hizo Calvino. Beza no creía prudente que la Compañía de Pastores tuviera una cabeza permanente. Convenció a la Compañía para que solicitara al Consejo pequeño que tuviera términos limitados para el puesto de moderador. En 1580, el Consejo acordó una presidencia rotativa semanal. Su actividad fue genial. Medió entre la compañía y la magistratura. este último continuamente le pedía consejo incluso en cuestiones políticas. Mantuvo correspondencia con todos los líderes del partido reformado en Europa. Después de la masacre del día de San Bartolomé (1572), utilizó su influencia para dar a los refugiados una acogida hospitalaria en Ginebra. En 1574, escribió su De jure magistratuum (Derecho de los magistrados), en el cual protestó enfáticamente contra la tiranía en asuntos religiosos, y afirmó que es legítimo que un pueblo se oponga a una magistratura indigna de una manera práctica y si es necesario usar armas. y deponerlos. Sin ser un gran dogmático como su antecesor, ni un genio creativo en el ámbito eclesiástico, Beza tenía cualidades que lo hicieron famoso como humanista, exegeta, orador y líder en asuntos religiosos y políticos, y lo calificó para ser el guía de los calvinistas en toda Europa. En las diversas controversias en las que se sintió atraído, Beza mostró a menudo un exceso de irritación e intolerancia, de lo cual Bernardino Ochino, pastor de la congregación italiana en Zúrich (a causa de un tratado que contenía algunos puntos objetables sobre la poligamia), y Sebastian Castellio en Basilea (debido a sus traducciones de la Biblia en latín y francés) tuvo que sufrir especialmente.

Beza continuó manteniendo las relaciones más estrechas con la Francia reformada. Fue el moderador del sínodo general que se reunió en abril de 1571 en La Rochelle y decidió no abolir la disciplina eclesiástica o reconocer al gobierno civil como jefe de la Iglesia, como exigían el ministro de París, Jean Morel y el filósofo Pierre Ramus; también decidió confirmar de nuevo la doctrina calvinista de la Cena del Señor (por la expresión: "sustancia del cuerpo de Cristo") contra el zwinglianismo, que provocó una disputa entre Beza y Ramus y Heinrich Bullinger. En el año siguiente (mayo de 1572) tomó una parte importante en el sínodo nacional de Nîmes. También le interesaron las controversias sobre la Confesión de Augsburgo en Alemania, especialmente después de 1564, sobre la doctrina de la Persona de Cristo y la Santa Cena, y publicó varias obras contra Westphal, Hesshusen, Selnecker, Johannes Brenz y Jakob Andrea. Esto hizo que fuera odiado por todos aquellos que se adhirieron al luteranismo en oposición a Melanchthon, especialmente después de 1571.

El coloquio de Montbéliard
El último conflicto polémico de importancia que Beza encontró con los luteranos fue en el Coloquio de Montbéliard, del 14 al 27 de marzo de 1586, al que había sido invitado por el conde luterano Federico de Württemberg por deseo de los residentes francófonos y reformados así como por los nobles franceses que habían huido a Montbéliard. Por supuesto, la unión intencionada que era el propósito del coloquio no se llevó a cabo; sin embargo, provocó serios desarrollos dentro de la Iglesia Reformada. Cuando se publicó la edición de los actos del coloquio, tal como fue preparado por Jakob Andrea, Samuel Huber, de Burg, cerca de Berna, que pertenecía a la facción luterana del clero suizo, se ofendió tanto por la doctrina supralapsaria de predestinación propuesta en Montbéliard, de Beza y Musculus, consideró que era su deber denunciar a Musculus ante los magistrados de Berna como un innovador en la doctrina. Para ajustar el asunto, los magistrados organizaron un coloquio entre Huber y Musculus (2 de septiembre de 1587), en el que el primero representaba el universalismo, el segundo el particularismo, de la gracia. Como el coloquio no tuvo resultados, se organizó un debate en Berna, del 15 al 18 de abril de 1588, en el que la defensa del sistema de doctrina aceptado se puso al principio en manos de Beza. Los tres delegados de los cantones helvéticos que presidieron el debate declararon al final que Beza había fundamentado la enseñanza propuesta en Montbéliard como la ortodoxa, y Huber fue despedido de su cargo.

Últimos días
Después de ese tiempo, la actividad de Beza se limitó cada vez más a los asuntos de su hogar. Su esposa Claudine había muerto sin hijos en 1588 después de cuarenta años de matrimonio, pocos días antes de ir a la Disputa de Berna. Contrató, por consejo de sus amigos, un segundo matrimonio con Catharina del Piano, una viuda genovesa, para tener una compañera de ayuda en sus últimos años. Hasta su sexagésimo quinto año disfrutó de una excelente salud, pero después de eso se hizo perceptible un hundimiento gradual de su vitalidad. Estuvo activo en la enseñanza hasta enero de 1597. La experiencia más triste en sus viejos tiempos fue la conversión del rey Enrique IV al catolicismo, a pesar de sus más serias exhortaciones (1593). En 1596, los jesuitas de Alemania, Francia, Inglaterra e Italia difundieron un informe falso de que Beza y la Iglesia de Ginebra habían regresado al seno de Roma, y Beza respondió en una sátira que mostraba que todavía poseía su antiguo fuego de Pensamiento y vigor de la expresión. Murió en Ginebra. No fue enterrado, como Calvino, en el cementerio general, Plain-Palais (porque los Savoyards habían amenazado con secuestrar su cuerpo en Roma), sino en dirección a los magistrados, en el monasterio de St. Pierre.

Nuevo testamento en griego de Beza
No menos importancia son las contribuciones de Beza a la erudición bíblica. En 1565 publicó una edición del Nuevo Testamento griego, acompañada en columnas paralelas por el texto de la Vulgata y una traducción propia (ya publicada desde 1556). Se agregaron anotaciones, también publicadas anteriormente, pero ahora las enriqueció y amplió enormemente. En la preparación de esta edición del texto griego, pero mucho más en la preparación de la segunda edición que publicó en 1582, Beza pudo haber recurrido a la ayuda de dos manuscritos muy valiosos. Uno se conoce como el Codex Bezae o Cantabrigensis, y más tarde fue presentado por Beza a la Universidad de Cambridge, donde permanece en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge; el segundo es el Codex Claromontanus, que Beza había encontrado en Clermont-Ferrand (ahora en la Bibliothèque Nationale de France en París). Sin embargo, no fue a estas fuentes que Beza estaba principalmente endeudado, sino más bien a la edición anterior del eminente Robert Estienne (1550), basada en gran medida en una de las ediciones posteriores de Erasmo. Las labores de Beza en esta dirección fueron sumamente útiles para quienes vinieron después. Lo mismo puede afirmarse con la misma verdad de su versión latina y de las copiosas notas con las que se acompañó. Se dice que el primero ha sido publicado más de cien veces. Aunque algunos sostienen que el punto de vista de Beza sobre la doctrina de la predestinación ejerció una influencia excesivamente dominante sobre su interpretación de las Escrituras, no hay duda de que agregó mucho a una comprensión clara del Nuevo Testamento.

Obras teológicas
Pero todos estos estudios humanísticos e históricos son superados por sus producciones teológicas (contenidas en Tractationes theologicae). En estos Beza aparece como el alumno perfecto o el alter ego de Juan Calvino. Su visión de la vida es determinista y la base de su pensamiento religioso es el reconocimiento de la predestinación como un efecto de la voluntad absoluta, eterna e inmutable de Dios, de modo que incluso la caída de la raza humana lo manifiesta. Lo esencial del plan divino del mundo de Beza, en forma tabular, aclara a fondo los puntos de vista religiosos que emanaba un modo de pensamiento supralapsario fundamental. Esto lo añadió a su altamente instructivo tratado "Summa totius Christianismi".

"De vera excommunicatione and Christiano presbyterio" de Beza (1590), escrita como respuesta a "Explicatio gravissimae quaestionis utrum excommunicatio de Thomas Erastus", contribuyó con una importante defensa del derecho de las autoridades eclesiásticas (y no a las autoridades civiles) a excomulgar.

Obras
  • Poemata Varia, sin año, versos ligeros inspirados en Ovidio y Catulo y dirigidos a la juventud que sus detractores le reprocharon muy a menudo haber compuesto; confesó que él era el primero en lamentarlo.
  • 1550: Abraham sacrifiant, tragedia de tema bíblico.
  • 1574: Du droit des Magistrats sur leurs sujets, escrito monarcómano en el cual justifica el derecho de los hugonotes a resistir a la tiranía.
  • 1580: Histoire ecclésiastique des Églises Réformées de France, en la que se propone la idea de ley fundamental.
  • 1581: Chrestiennes Meditations, donde se medita sobre los salmos penitenciales. Están escritas en forma de paráfrasis, género literario muy desarrollado en el siglo XVI

lunes, 4 de febrero de 2019

Los Padres Reformados III

Retrato por Lucas Cranach el Viejo, en 1543

Philipp Melanchthon
Felipe Melanchthon, de nacimiento Philipp Schwartzerdt (Bretten, 16 de febrero de 1497-Wittenberg, 19 de abril de 1560) fue un teológo y erudito alemán, figura central en la historia de la Reforma Protestante. Colaborador cercano de Martín Lutero, Melanchthon fue el primer teólogo sistemático del movimiento reformista, jugando un papel crucial en la articulación y desarrollo de sus doctrinas teológicas. Además de su labor religiosa, Melanchthon tuvo profunda influencia particularmente en el ámbito de la educación, donde sus diseños curriculares y visiones pedagógicas sentaron las bases para los sistemas educativos modernos.

Junto a Lutero y Juan Calvino, se le considera reformador, teólogo y forjador del protestantismo.

Biografía
Cursó estudios en las universidades de Heidelberg y Tubinga. Al ingresar en el primero de estos dos centros, a los 12 años de edad, su tío, el humanista y hebraísta Johannes Reuchlin, le aconsejó que cambiara su nombre por Melanchthon (su apellido en griego, que significa "tierra negra"). Gracias a la influencia de su tío, en 1518 obtuvo la cátedra de lengua griega en la Universidad de Wittenberg. El discurso que pronunció al acceder a la misma atrajo notablemente la atención de Martín Lutero, catedrático de Teología Bíblica en Wittenberg desde 1512 y que ejerció una profunda influencia en él. Estudió Teología y se licenció en 1519. En 1521 escribió Loci communes rerum theologicarum, una disertación en favor de la Reforma protestante, y reemplazó a Lutero como líder de esta causa en Wittenberg cuando su mentor fue confinado en el castillo de Wartburg. En 1526 se convirtió en catedrático de Teología y participó, con otros 27 delegados, en la unificación de las constituciones de las iglesias reformadas de Alemania.

Melanchthon y Lutero estaban comprometidos con el seguimiento de Cristo, pero encontraban muchos problemas dentro de la Iglesia católica. Denunciaban lo que consideraban un culto exagerado a los santos y la coacción de la conciencia en el sacramento de la penitencia (confesión y absolución). Creían que esto no podía ofrecer la certeza de la salvación; en su lugar, afirmaban la justificación por la fe. Ambos rechazaban la doctrina de la transubstanciación, es decir, que el pan y el vino de la eucaristía son convertidos por el Espíritu Santo en la carne y la sangre de Cristo. Sin embargo, afirmaban que el cuerpo y la sangre de Cristo están presentes con los elementos de pan y vino en el sacramento de la Cena del Señor. Esta visión luterana de la unión sacramental contrasta con la concepción de la Iglesia católica de que el pan y el vino dejan de ser pan y vino en su consagración (aunque conservando las apariciones de ambos).

Melanchthon hizo de su diferencia entre la ley y el evangelio el núcleo del luteranismo evangélico. Utilizó los términos "ley" y "evangelio" indistintamente para referirse a los mandatos de Dios tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

En 1529 acompañó a Juan de Sajonia a la Dieta de Espira y fue uno de los firmantes de la Protesta de Espira, por la cual los príncipes luteranos en minoría del Imperio reclamaron la tolerancia religiosa al emperador Carlos V, acto del cual tomó su nombre el protestantismo.

Melanchthon fue el creador de la palabra psicología para designar la disciplina a la que se refería como "el estudio del alma". Partiendo del radical griego psykho' "alma", derivado a su vez de psykhé "soplo de vida", 'aliento', más el sufijo logia "ciencia", "disciplina", 'tratado' (formado a partir de logos 'palabra'). A partir del siglo XVII, con la oposición de los pensadores de la época a la palabra creada por Melanchthon, comenzó a usarse como "estudio del funcionamiento de la mente humana" o del "comportamiento humano". Hasta el segundo cuarto del siglo XIX la disciplina no fue aceptada en el ámbito científico.

Como representante de la Reforma ante la Dieta de Augsburgo (ciudad del Sacro Imperio Romano Germánico), en 1530 presentó las Confesiones de Augsburgo, 28 artículos de fe redactados en colaboración con Lutero. El tono de este credo era tan conciliador que sorprendió incluso a los católicos. Un año después publicó Apología, en defensa de la Confesión de Augsburgo, profundizando en algunos de sus aspectos específicos en Variaciones (1540). Debido a su intención de lograr un entendimiento entre protestantes y católicos o, al menos, entre las distintas facciones protestantes, los seguidores más estrictos del luteranismo consideraron heréticas sus opiniones. Fue comprensivo con la doctrina evangélica y durante un tiempo conservó la mayoría de las ceremonias católicas por considerarlas adiaphora (del griego, "cosas indiferentes"), es decir, materias de escasa trascendencia que era mejor tolerar, por lo cual a sus seguidores les llamaron adiaforistas.

Profesor en Wittenberg
Melanchthon y Lutero con Cristo crucificado en medio
Reconocido ya como reformador, se le opuso en Tubinga. Aceptó la llamada de Martín Lutero a la Universidad de Wittenberg por recomendación de su tío abuelo, y se convirtió en profesor de griego allí en 1518 a la edad de 21 años. Estudió la Escrituras, especialmente de Pablo, y la doctrina de la evangélica. Asistió a la Debate de Leipzig (1519) como espectador, pero participó con sus propios comentarios. Después de que sus opiniones fueron atacadas por Johann Eck, replicó basándose en la autoridad de las Escrituras en su Defensio contra Johannem Eckium (Wittenberg, 1519).

Disputas teológica
A principios de 1521, Melanchthon defendió a Lutero en su Didymi Faventini versus Thomam Placentinum pro M. Luthero oratio (Wittenberg, s.f.). Argumentó que Lutero sólo rechazaba las prácticas papales y eclesiásticas que estaban en desacuerdo con las Escrituras. Pero mientras Lutero estaba ausente en el castillo de Wartburg, durante los disturbios provocados por los profetas de Zwickau, Melanchthon vaciló.

La aparición de la obra de Melanchthon Loci communes rerum theologicarum seu hypotyposes theologicae (Wittenberg y Basilea, 1521) fue de importancia posterior para la Reforma. Melanchthon discutió los "pensamientos principales" de la Carta a los Romanos de Pablo y utilizó esta plataforma para presentar una nueva doctrina del cristianismo; una en la que la fe en Dios era más importante que las buenas obras. Loci communes contribuyó al auge gradual de la tradición Escolástica luterana, y los teólogos posteriores Martin Chemnitz, Mathias Haffenreffer, y Leonhard Hutter lo ampliaron. Melanchthon continuó dando conferencias sobre los clásicos.

En un viaje en 1524 a su ciudad natal, se encontró con el legado papal, Cardenal Lorenzo Campeggio, quien intentó apartarlo de la causa de Lutero. En su Unterricht der Visitatorn an die Pfarherrn im Kurfürstentum zu Sachssen (1528) Melanchthon presentó la doctrina evangélica de la salvación, así como reglamentos para iglesias y escuelas.

En 1529, Melanchthon acompañó al elector a la Dieta de Espira. Sus esperanzas de persuadir al Sacro Imperio Romano Germánico para que reconociera la Reforma no se cumplieron. Una actitud amistosa hacia la Suiza en la Dieta fue algo que cambió más tarde, llamando a la doctrina de Huldrych Zwingli sobre la Cena del Señor "un dogma impío".

Sus últimos días
El carácter humanista de Melanchton fue muy resistido por los teólogos luteranos ortodoxos, veteranos de las primeras batallas. Así y todo, logró reunir gran cantidad de discípulos que mantuvieron, propagaron e incluso perfeccionaron sus propuestas.

Felipe Melanchton, el reformador, amigo leal de Lutero, valioso protagonista en la traducción de la Biblia y padre de la Educación Alemana, falleció en Wittenberg, cuna de la Reforma Protestante, el 19 de abril de 1560. Murió orando por la unión de las Iglesias "en Cristo" y quejándose por la rabies theologorum (la rabia de los teólogos) de su propio campo, que desde la muerte de Lutero habían librado batalla contra él.

Varios artistas de la época lo retrataron: Durero le hizo un grabado en 1526 y Lucas Cranach el Joven una xilografía en 1561, basada seguramente en un boceto que tomó en su capilla ardiente

Su nombre figura entre las celebraciones del Calendario de Santos Luterano.

Obras
Loci communes (título completo "Loci communes rerum theologicarum seu hypotyposes theologicae") (1521)
Confesiones de Augsburgo (1530)
Apología (1531)
Variaciones (1540)

Felipe Melanchton: la mano derecha de Lutero y autor de la Confesión de Augsburgo

¿QUIÉN FUE FELIPE MELANCHTHON? Algunos sostienen que fue un firme defensor de la fe luterana. Otros opinan que fue un débil profesor cuyo grito de guerra era «¿Por qué no podemos llevarnos todos bien?» La respuesta puede ser que se tratara de ambas cosas. Todos coinciden que fue un brillante académico y teólogo sistemático.

Melanchthon asistió a la Universidad de Heidelberg, obteniendo el título de licenciatura en 1511. A los 17 años recibió un título de maestría en la Universidad de Tubinga. Su tío abuelo Johann Reuchlin lo recomendó a Federico el Sabio, que buscaba un profesor de griego para su recientemente formada universidad en Wittenberg. Melanchthon llegó el 25 de agosto de 1518, diez meses después de que Lutero clavara las 95 tesis. Melanchthon era un joven de sólo 21 años, pequeño y de contextura delgada. No era una figura imponente, pero un día el mundo llegaría a conocerlo como un gigante de la Reforma.

Lutero reconoció y admiró inmediatamente los dones del nuevo profesor. Las clases de Melanchthon eran muy concurridas, no solo por estudiantes sino por pueblerinos y nobles que colmaban la sala para escuchar al excepcional orador. Él se resistió a las frecuentes solicitudes de Lutero para que alcanzara un título de doctor en teología, pero sólo accedió a una licenciatura en teología. Terminó ese grado en su primer año en Wittenberg.

A pesar de que Melanchthon permaneció siendo un laico, él y Lutero fueron amigos muy cercanos por el resto de sus vidas. No estaban de acuerdo en todo, pero eran mutuamente leales y admiraban y dependían de los dones que el otro había recibido. Melanchthon fue el sistemático en la teología de Lutero. Lutero una vez dijo: «nací para ir a la guerra y dar batalla a las sectas y demonios. Es por ello que mis libros son tormentosos y belicosos… Pero el maestro Felipe viene suave y pulcramente, cultiva y planta, siembra y riega con placer, ya que Dios le ha dado en abundancia los talentos.»

Se lo conoce como el Preceptor Germano por su rol en la formación del sistema educativo de Alemania y también por su Loci Communes, un libro de teología luterana organizado por contenidos. Lo más notorio es que él fue el autor de la Confesión de Augsburgo, la explicación principal de la fe luterana y uno de los documentos principales de la Reforma Luterana.

En la primavera de 1530 el emperador convocó una dieta que tendría lugar en Augsburgo. Lutero, Melanchthon y su compañero reformador Juan Bugenhagen se pusieron en camino hacia Augsburgo. Lutero no pudo asistir en persona porque el Edicto de Worms lo había convertido en un bandido en esa parte del país. En vez de ir allí, se quedó en Coburgo para sentarse y elucubrar mientras los demás partieron viaje. El 25 de junio, el canciller Beyer leyó en voz alta la Confesión de Augsburgo al emperador Carlos V en la Dieta de Augsburgo. Aquí, los príncipes protestantes de Alemania jurarían lealtad a las Confesiones.

A menudo, los historiadores hablan sobre el deseo de Melanchthon de unificación tanto con católicos como con calvinistas. A veces es descrito como alguien de carácter débil en su defensa a las enseñanzas de Lutero, con la esperanza de encontrar un terreno en común con diferentes puntos de vista. Con el paso del tiempo, modificó sus obras anteriores, incluyendo la Confesión de Augsburgo. Esto provocó la ira de los que no estaban de acuerdo con sus alteraciones. Hasta el día de hoy, congregaciones en la Iglesia Luterana – Sínodo de Misuri se suscriben a la Confesión de Augsburgo Inalterada, en inglés ICA. Estas letras pueden ser encontradas en la piedra angular de su iglesia.

Fuente: lutheranreformation.org
Traducción: Ana Laura Schuckmann, Buenos Aires, Argentina.

Felipe (Philipp) Melanchthon
Philipp Melanchthon
Melanchthon al lado de Lutero en Wittenberg

Melanchthon se acostumbró muy rápidamente en Wittenberg. Un factor decisivo fue seguramente su encuentro con Martín Lutero. La relación entre Melanchthon y Lutero fue siempre de gran intensidad. Desde muy temprano, su trabajo conjunto en la universidad se había transformado en una íntima amistad. Cuán intensa fue esta relación, queda claro en la siguiente frase de Melanchthon sobre su amigo Lutero: "Preferiría morir antes que estar separado de este hombre."

Lutero no tuvo problemas para convencer a Melanchthon de la Reforma. La relación entre los colegas académicos y compañeros en la lucha por la Reforma estuvo caracterizada por un "amistoso espíritu de cuerpo" (Heinz Scheible).

Melanchthon y la teología
Ya en 1518, al escuchar el discurso inaugural de Melanchthon en la universidad de Wittenberg, Lutero quedó impresionado por las cualidades del jóven profesor de griego. Melanchthon continuó en Wittenberg sus estudios de teología y obtuvo un grado académico en esta disciplina. Dictó numerosas cátedras en los ramos bíblicos, y también en asuntos teológicos se convirtió para Lutero en un solicitado perito e interlocutor.

El sabio universal
Como científico y erudito universitario que también se ocupaba de filosofía, historia, medicina e incluso física, prefirió permanecer durante toda su vida en la facultad más "baja", la de filosofía.

Debido a esto Melanchthon se convirtió en el autor más leído por los estudiantes de su tiempo. Algunas de sus obras fueron textos de estudios en las escuelas y universidades hasta 1800.

Lutero introdujo a Melanchthon a la teología reformista, y éste, en cambio, enseñó a Lutero el idioma griego. El fue también quien motivó a Lutero a traducir la Biblia a un alemán comprensible para todos. (Véase también: Lutero en el castillo de Wartburg)

Melanchthon en las disputas y negociaciones religiosas
Ya durante el primer gran conflicto entre Lutero y la iglesia de Roma, la disputa de Leipzig de 1519, Melanchthon está presente. Durante esta disputa con Juan (Johannes) Eck , un avezado teólogo pontificio, Melanchthon le pasa a Lutero papelitos con citas bíblicas que refutan la supremacía del papa, el tema en discusión. También en todas las negociaciones futuras, Melanchthon fue un colaborador importante, y cuando el reformador proscrito no podía aparecer en persona, actuaba también como líder de los protestantes.

Lutero, este profeta entre los reformadores, trabajó incansablemente en la nueva teología, pero muchas veces le faltaba la sistemática. Esta es la tarea de Melanchthon: en 1521 redacta la primera recopilación de las ideas reformatorias, los "Loci Communes". Tan entusiasmado queda Lutero con este libro que hasta considera incluírlo en la Biblia.

Durante la Dieta de Augsburgo en el año 1530, Melanchthon representa la causa de la Reforma, ya que Lutero está proscrito y no puede salir del electorado de Sajonia. Las difíciles negociaciones con la contraparte católica romana son magistralmente llevadas por Melanchthon. Sobre la base de varios textos preparados con anterioridad, y los resultados de las negociaciones, Melanchthon redacta el primer gran credo de la reforma, la "Confessio Augustana". Hasta el día de hoy, en su ordenación los pastores evangélicos se comprometen a ser fieles a esta confesión, entre otras.

Después de la muerte de Lutero, Melanchthon se convierte en el portavoz de la reforma. Si bien no exento de críticas, Melanchthon se mantuvo hasta el fin de sus días como el exponente más sobresaliente de la reforma en Alemania.

Notas biográficas:
1497 nace Melanchthon (el appellido es la forma latinizada del propio alemán "Schwarzerd" -tierra negra) en Bretten
1509 comienza sus estudios en la universidad de Heidelberg
1511 Bachillerato (primer grado académico)
1512 se traslada a Tubinga (Tübingen)
1514 Magister Artium
1518 llega a Wittenberg como profesor de griego; remarcable discurso inaugural;
Melanchthon toma parte en todas las negociaciones importantes de los protestantes
Es el colaborador más importante de Lutero
Realiza en el electorado de Sajonia una profunda reforma escolar y universitaria que servirá de modelo a otros países
Por eso ya en vida recibe el apodo de "Praeceptor Germaniae" (maestro de Alemania)
Es autor de los "Loci Communes" (primera dogmática evangélica, 1521) y la "Confessio Augustana" (Confesión de Augsburgo, credo de la reforma, 1530)
Después de la muerte de Lutero asume el liderazgo de la Reforma-
Fallece en Wittenberg en 1560

https://www.luther.de/es/themen/melanch.html

Martín Bucero
teólogo reformista alemán
Martín Bucero (en alemán Martin Bucer, escrito en alto alemán moderno Martin Butzer; Schlettstadt, 11 de noviembre de 1491. jul. - Cambridge, 28 de febrero de 1551 jul.) fue un teólogo alemán involucrado en la Reforma protestante en Estrasburgo y que influyó en las doctrinas y prácticas luteranas, calvinistas y anglicanas. Originalmente era miembro de la Orden de Predicadores, pero después de conocer a Martín Lutero en 1518 hizo arreglos para anular sus votos monásticos. Seguido a esto, comenzó a trabajar para la Reforma con el apoyo de Franz von Sickingen, caballero del Sacro Imperio.

Sus esfuerzos para reformar la Iglesia en Wissembourg condujeron a su excomunión de la Iglesia católica y se vio obligado a huir a Estrasburgo. Allí, Bucero se unió a un grupo de reformistas que incluía a Matthäus Zell, Wolfgang Capito y Caspar Hedio. Actuó como mediador entre los líderes reformistas Lutero y Zuinglio, quienes diferían sobre la doctrina de la eucaristía. Más tarde, Bucero trató de interceder en discusiones sobre los artículos comunes de la fe, como la Confesión Tetrapolitana y la Concordia de Wittenberg —en esta última tuvo una importante colaboración de Felipe Melanchthon—.

Bucero creía que se podría convencer a los católicos del Sacro Imperio a unirse a la Reforma. A través de una serie de conferencias organizadas por el emperador Carlos V, trató de unir a protestantes y católicos para crear una iglesia nacional alemana independiente de la autoridad papal. No pudo lograr esto, ya que varios acontecimientos políticos condujeron a la Guerra de Esmalcalda y el retroceso del protestantismo en el Sacro Imperio. En 1548, Bucero fue persuadido, bajo coacción, a firmar el llamado «Interim de Augsburgo», que impuso ciertas prácticas de origen católico. Sin embargo, continuó promoviendo reformas hasta que Estrasburgo aceptó el «Interim», ya que fue expulsado de la ciudad durante el proceso.

En 1549 se exilió en Inglaterra, en donde, bajo la dirección de Thomas Cranmer, influyó en la segunda revisión del Libro de Oración Común. Murió en Cambridge a los 59 años. Aunque su ministerio no creó una nueva denominación cristiana, muchas corrientes protestantes le han reconocido como uno de sus fundadores y le consideran como uno de los pioneros del ecumenismo.

Contexto histórico
En el siglo XVI, el Sacro Imperio Romano Germánico era un importante Estado centralizado. El imperio se dividía en muchos principados y ciudades-Estado que proporcionaron un poderoso control sobre el gobierno del emperador del Sacro Imperio. La división de poderes entre el emperador y los diversos estados hizo posible la Reforma en Alemania, ya que las entidades federadas defendieron a los reformistas dentro de sus territorios.​ En el electorado de Sajonia, Martín Lutero recibió el apoyo del elector Federico III y sus sucesores, Juan y Federico. Felipe I de Hesse —cuyas posesiones estaban a medio camino entre Sajonia y Renania— también apoyó la Reforma y ocupó un lugar destacado en la vida de Lutero y Bucero. El emperador Carlos V tuvo que equilibrar las demandas de sus súbditos imperiales. Al mismo tiempo, se distraía por las guerras con Francia, el Imperio otomano y en Italia. La rivalidad política tuvo gran influencia en los acontecimientos eclesiásticos dentro del Sacro Imperio.

Además de los principados, las ciudades imperiales libres —nominalmente bajo el control del emperador, pero realmente gobernados por concejos que actuaron como gobiernos soberanos— estaban esparcidos por todo el Sacro Imperio. A medida que la Reforma se establecía, se produjeron enfrentamientos en muchas ciudades, entre reformistas locales y magistrados conservadores de las ciudades. En una ciudad imperial libre (Estrasburgo) Martín Bucero comenzó su obra. Situada en la frontera occidental del Sacro Imperio, esta ciudad era aliada de poblaciones suizas al borde del dominio imperial. Algunas habían adoptado una religión reformada distinta del luteranismo, en la que los conceptos sociales humanistas y la ética comunitaria desempeñaban un papel más importante. Junto a un grupo de ciudades imperiales libres en el sur y oeste del territorio alemán, Estrasburgo siguió este modelo de Reforma. Era administrada por un gobierno local complejo bajo el control de unas cuantas familias poderosas y gremios acaudalados. En el tiempo de Bucero, el malestar social crecía a medida que los artesanos de bajo estrato resentían su inmovilidad social y la disparidad de ingresos. Los ciudadanos no tenían prevista la revolución, pero eran receptivos a nuevas ideas que pudieran transformar sus vidas.

Infancia y juventud
Martín Bucero nació en Schlettstadt (Alsacia), una ciudad imperial libre del Sacro Imperio. Su padre y abuelo, ambos llamados Claus Butzer, construían barriles para el comercio. No hay datos sobre la madre.​ Probablemente, Bucero asistió a una prestigiosa escuela de gramática de Schlettstadt, donde los artesanos enviaban a sus hijos.​ Completó sus estudios en el verano de 1507 y se inició su noviciado en la Orden de Predicadores. Más tarde, afirmó que su abuelo le había obligado a entrar a la Orden. Después de un año, fue consagrado como acólito en la iglesia de San Guillermo de Estrasburgo —administrada por los guillermitas— e hizo sus votos como fraile dominico. En 1510, fue consagrado diácono. Hacia 1515 estudiaba teología en un monasterio de los dominicos en Heidelberg. Al año siguiente, tomó un curso de dogmática en Maguncia, donde fue ordenado sacerdote. Volvió a Heidelberg en enero de 1517 para inscribirse en la universidad. En esta época fue influido por el humanismo y empezó a comprar libros publicados por Johann Froben y Erasmo.​ En 1518, el catálogo de libros de Bucero incluía las principales obras de santo Tomás de Aquino,​ líder de la escolástica medieval y la Orden de Predicadores.

En abril de 1518, Johann von Staupitz, vicario general de los agustinos, invitó Martín Lutero a Wittenberg para discutir su teología en la disputa de Heidelberg.​ Allí, Bucero se reunió por primera vez con Lutero. En una larga carta a su mentor, Beato Renano, Bucero le contó lo que aprendió y comentó sobre algunas de las noventa y cinco tesis de Lutero. Estaba de acuerdo con gran parte de ellas y percibía que las ideas de Lutero y Erasmo estaban en concordancia. Debido a que reunirse con Lutero era riesgoso en ese momento, pidió a Renano que guardara la carta para que no cayera en manos equivocadas. También redactó su testamento, que contenía el inventario de sus libros. A principios de 1519, Bucero recibió el grado de baccalaureus. Sin embargo, en verano de ese año, manifestó sus opiniones teológicas en una disputa en la facultad en Heidelberg y reveló su ruptura con la doctrina de Aquino y la escolástica. Los eventos que le obligaron a abandonar la Orden surgieron del acercamiento a nuevas ideas y el creciente contacto con otros humanistas y reformistas. Uno de sus compañeros, Jacob van Hoogstraaten, gran inquisidor de Colonia, trató de perseguir al erudito humanista Johannes Reuchlin. Otros estudiosos, como el noble Ulrich von Hutten y el caballero imperial Franz von Sickingen, se posicionaron del lado de Reuchlin. La cacería de Hoogstraten fue frustrada, pero después empezó a planear un ataque contra Bucero. En una carta fechada el 11 de noviembre de 1520, Bucero advirtió al reformista Wolfgang Capito que Hoogstraaten amenazaba con hacerlo un ejemplo de castigo, como había hecho con un seguidor de Lutero meses atrás. Para escapar de la jurisdicción dominica, necesitaba liberarse de sus votos monásticos. Capito y otros pudieron acelerar la anulación de los votos y, el 29 de abril de 1521, Bucero se liberó formalmente de la Orden de Predicados.

En los siguientes dos años, estuvo protegido por Sickingen y Hutten.​ También trabajó durante un tiempo en la corte del elector palatino Luis V como capellán de Federico, su hermano menor. Sickingen era una figura importante en la corte de Luis. Este nombramiento permitió que Bucero viviera en Núremberg, la ciudad más poderosa del Sacro Imperio y cuyos funcionarios de gobierno eran mayoritariamente reformistas. Allí conoció a muchas personas que compartían sus puntos de vista, como los humanistas Willibald Pirckheimer y Andreas Osiander, futuro reformista de esa ciudad. En septiembre de 1521, Bucero aceptó una oferta de trabajo de Sickingen como pastor en Landstuhl —donde el caballero imperial tenía un castillo— y se trasladó a esa localidad de mayo de 1522. En el verano de 1522, se casó con una ex monja católica, Elisabeth Silbereisen.

Sickingen también le ofreció financiamiento de sus estudios en Wittenberg. En su camino, Bucero se detuvo en la ciudad de Wissembourg, cuyo líder reformista, Heinrich Motherer, le pidió que fuera su capellán. Accedió a interrumpir su viaje y comenzó a trabajar de inmediato, con sermones diarios en los que atacaba las prácticas tradicionales de la Iglesia católica y las órdenes monásticas. De acuerdo a sus creencias, la Biblia era la única fuente de conocimiento para alcanzar la salvación (sola scriptura) y la misa no debía considerarse como una «recrucificación de Cristo», sino un recibimiento del don de la salvación divina a través de Cristo. Además, acusó a los monjes de crear reglas adicionales a lo que estaba establecido en la Biblia. Resumió sus convicciones en seis tesis y pidió una disputación pública. Sus oponentes —los franciscanos y dominicos locales— lo ignoraron, pero sus prédicas incitaron a la gente del pueblo a amenazar a los monasterios de la ciudad. El obispo de Espira le respondió con la excomulgación y, aunque el ayuntamiento continuó apoyándolo, otros acontecimientos amenazaron la vida de Bucero. Su benefactor, Sickingen, fue derrotado y asesinado durante la Revuelta de los Caballeros de 1522, mientras que Hutten huyó a Suiza. El ayuntamiento pidió a Bucero y Motherer que se fueran y, el 13 de mayo de 1523, ambos escaparon a la cercana Estrasburgo.

Reformista en Estrasburgo
Excomulgado y sin medios de subsistencia, se encontraba en una situación precaria cuando llegó a Estrasburgo. No era ciudadano de la ciudad, una condición que concedía la protección por parte de las autoridades. El 9 de junio de 1523, Bucero escribió una carta urgente al reformista de Zúrich (Ulrico Zuinglio), pidiéndole una llegada segura a Suiza. Para su suerte, el Concejo de Estrasburgo estaba bajo la influencia del protestante Matthäus Zell y, durante los primeros meses, Bucero trabajó como su capellán no oficial y dando clases sobre los libros de la Biblia. El 24 de agosto de 1523, el gremio más grande en la ciudad, Gärtner o «los jardineros», le designó como el pastor de la iglesia de Santa Aurelia.[42]​ Un mes más tarde, el concejo aceptó su solicitud de ciudadanía. Durante su estancia en Estrasburgo, se unió a un grupo de reformistas notables: Zell —quien hacía de predicador en las misas—, Wolfgang Capito —el teólogo más influyente en la ciudad— y Caspar Hedio —el predicador de la catedral—. Una de las primeras acciones de Bucero en la causa de la Reforma fue un debate con Thomas Murner, un monje que había criticado a Lutero en sátiras. Mientras el ayuntamiento trataba de no meterse en asuntos religiosos, el número de personas que apoyaban la Reforma y la hostilidad hacia los clérigos tradicionales había crecido considerablemente.

El antagonismo llegó a su cúspide cuando Conrad Treger, el prior provincial de los agustinos, denunció a los predicadores reformistas y burgueses de la ciudad como herejes. El 5 de septiembre de 1524, turbas enfurecidas irrumpieron en los monasterios y saquearon y destruyeron las imágenes religiosas. Muchos opositores de la Reforma fueron arrestados, incluyendo a Treger. Luego de que el concejo solicitó una declaración oficial de los reformistas, Bucero elaboró doce artículos que resumían las enseñanzas de la Reforma, como la justificación por la fe (sola fide). Rechazó la misa y conceptos católicos como los votos monásticos, la veneración de santos y el purgatorio. Se negó a reconocer la autoridad papal y, en su lugar, enfatizó la obediencia al gobierno local. El 12 de octubre, Treger fue liberado y huyó de Estrasburgo. Con su partida, la oposición abierta a la Reforma terminó en la ciudad.

El primer logro de los reformistas fue la creación de un nuevo culto de adoración —en ese momento, los que vivían en Estrasburgo siguían la liturgia de Zuinglio—. Presentaron propuestas para unificar los cultos de adoración del movimiento de la Reforma desarrollados por los teólogos de Wittenberg y Zúrich. En Grund und Ursach (Fundamentos y causas), publicado en diciembre de 1524, Bucero atacó la doctrina de la misa como un «sacrificio» y rechazó las vestiduras litúrgicas, el altar mayor y cualquier forma de ritual. Para mayo de 1525, las reformas se habían aplicado en las iglesias parroquiales de la ciudad, pero el ayuntamiento decidió permitir que la misa continuara en la catedral y las colegiatas de Santo Tomás, San Pedro el Joven y San Pedro el Viejo.

Conversaciones con Lutero y Zuinglio
A partir de 1524, se concentró en el tema que dividía a los líderes reformistas: la eucaristía. En esta discusión, trató de mediar entre Martín Lutero y Ulrico Zuinglio. Los dos teólogos estaban en desacuerdo sobre si el cuerpo y la sangre de Cristo estaban, verdaderamente, presentes en el pan y el vino durante la celebración de la Cena del Señor. Lutero creía en la presencia real de Jesús, pero Zuinglio consideraba que era una presencia simbólica. A finales de 1524, Bucero había abandonado la idea de la presencia real y, después de algunos estudios exegéticos, aceptó la interpretación de Zuinglio. No obstante, no creía que la Reforma dependiera de cualquiera de las posiciones, sino sobre la fe en Cristo y otros asuntos secundarios. En este sentido, se diferenció de la postura de Zuinglio.

En marzo de 1526, Bucero publicó Apologia, en la que defendió sus puntos de vista. Propuso una fórmula que esperaba satisfacer ambas partes: las diferentes interpretaciones de las Sagradas Escrituras eran aceptables y la unidad de la iglesia estaba asegurada, siempre y cuando ambas partes tuvieran «fe como de la un niño en Dios». Bucero indició que su interpretación y la de Zuinglio sobre la eucaristía eran las únicas correctas, mientras que la de los teólogos de Wittenberg podrían estar en un error, pero los aceptó como hermanos que estaban de acuerdo en los mismos fundamentos de fe. También publicó dos traducciones de obras de Lutero y Johannes Bugenhagen, con una interpolación de su propia interpretación de la Cena del Señor en el texto. Esto indignó a los teólogos de Wittenberg y dañó sus relaciones con Bucero.​ En 1528, cuando Lutero publicó Vom Abendmahl Christi, Bekenntnis (lit., El compromiso de la Santa Cena de Cristo), en la que detalla su concepto de la unión sacramental. Bucero respondió con el tratado Vergleichnung D. Luthers, und seins gegentheyls, vom Abendmal Christi (Conciliación entre el Dr. Lutero y sus oponentes en cuanto a la Cena de Cristo), que tomó la forma de un diálogo entre dos mercaderes: en Núremberg apoyaron a Lutero y en Estrasburgo a Bucero y, aparentemente, este último venció. Bucero señaló que mientras Lutero había negado la impanación —la idea de que Cristo «se hizo pan»—​ no existía desacuerdo entre él y Zuinglio, porque entonces creía en una presencia espiritual de Cristo en la eucaristía. Lutero rechazó con dureza esta interpretación de Bucero.

Durante este tiempo, Bucero y Zuinglio permanecieron en cercano contacto, discutieron otros aspectos teológicos, como el uso de imágenes religiosas y la liturgia. En ocasiones, Bucero no dudada en expresar su desacuerdo a Zuinglio, aunque la unidad entre Estrasburgo y las iglesias suizas tenía prioridad sobre esas diferencias. En 1527, Bucero y Capito asistieron a una disputación en Berna para decidir si la ciudad debía aceptar doctrinas y prácticas reformadas. Bucero dio un fuerte apoyo al liderazgo de Zuinglio en la disputación, que finalmente introdujo la Reforma a esa ciudad suiza.​ La última reunión entre Zuinglio y Lutero fue en la disputa de Marburgo (en octubre de 1529), organizada por Felipe I de Hesse y a la que asistieron varios líderes reformistas, incluyendo a Bucero. Lutero y Zuinglio coincidieron en 13 de los 14 temas que se trataron, pero el segundo teólogo no aceptó la doctrina de la presencia real, en la que Lutero no cedió. Luego que se interrumpió la conversación entre los dos, Bucero intentó salvar la situación, pero Lutero dijo: «Es obvio que no tenemos un mismo espíritu». La reunión terminó en un fracaso. Al año siguiente, Bucero escribió su decepción por la inflexibilidad doctrinaria: Por mi parte, no he conocido a dos personas que creyeran exactamente lo mismo. Esto también sucede en la teología.

Competencia entre denominaciones protestantes
La división teológica entre los reformistas se hizo evidente cuando el emperador Carlos V les pidió que presentaran sus puntos de vista en la dieta de Augsburgo (1530).[62]​ Felipe Melanchthon, el principal delegado de Wittenberg, preparó rápidamente un proyecto que, con el tiempo, se convirtió en las confesiones de Augsburgo. Los teólogos de Wittenberg rechazaron los intentos de Estrasburgo por adoptarlo sin el artículo sobre la Cena del Señor. En respuesta, Bucero escribió una nueva confesión: la Confesión Tetrapolitana (Confessio Tetrapolitana), llamada así porque solo cuatro ciudades la adoptaron —Estrasburgo y otras tres ciudades del sur de Alemania: Constanza, Memmingen y Lindau—. Se utilizó una copia del proyecto de Melanchthon como punto de partida y el único cambio importante fue la redacción en el artículo sobre la eucaristía. Según Eells, el artículo sobre la eucaristía en la Confesión Tetrapolitana decía: «En este sacramento, su verdadero cuerpo y verdadera sangre son verdaderamente dados para comer y beber, como alimento para sus almas [de los creyentes] y para la vida eterna, para que permanezcan en Él y Él en ellos». La palabra verdaderamente es ambigua y no se definió con exactitud.

Sin embargo, el emperador decretó el 22 de septiembre que los reformistas debían reconciliarse con la fe católica o usaría la fuerza militar para reprimirlos. Esto provocó que Melanchthon se reuniera con Bucero y, después de largas discusiones, se acordaron nueve tesis, que enviaron a Lutero y Estrasburgo. Los magistrados de esa ciudad también las enviaron a Basilea y Zúrich. Bucero se reunió con Lutero en Coburgo, entre el 26 y 28 de septiembre. Aunque seguía rechazando sus tesis, le animó a continuar con la búsqueda de la unidad. Luego, viajó a varias localidades del sur de Alemania —Ulm, Isny de Algovia, Constanza, Memmingen y Lindau, entre otras— y las ciudades suizas de Basilea y Zúrich. En esta última, el 12 de octubre, presentó los artículos a Zuinglio, quien ni se opuso ni estaba de acuerdo con él.​

En febrero de 1531, los príncipes y ciudades protestantes del Sacro Imperio crearon la Liga de Esmalcalda para defender la religión reformada. En Estrasburgo, Jakob Sturm von Sturmeck negoció la inclusión de la ciudad debido a su adhesión a la Confesión Tetrapolitana.​ En ese momento, la relación de Bucero con Zuinglio se estaba deteriorando. Los acuerdos políticos de la ciudad con el elector de Sajonia y el apoyo teológico parcial de Bucero a Lutero eran demasiado para Zuinglio. El 21 de febrero de 1531, escribió a Bucero poner fin a su amistad. Cuando los delegados de las ciudades del sur de Alemania se reunieron en Ulm entre el 23 a 24 de marzo de 1532 para discutir su alianza con la Liga de Esmalcalda, Bucero les aconsejó que firmaran la Confesión de Augsburgo si eran presionados a hacerlo. Según Bucero, recomendar la confesión de sus rivales sobre su propia versión sorprendió a las ciudades suizas. Lutero continuó sus críticas polémicas a Bucero, pero este se mantuvo impasible. «En cualquier caso, debemos buscar la unidad y amor en nuestras relaciones con los demás —escribió—, independientemente de cómo se comporten para con nosotros». En abril y mayo de 1533, volvió a recorrer las ciudades del sur de Alemania y Suiza. En estas últimas no quedaron convencidos y no se unieron a la alianza protestante.

Organizador de la iglesia en Estrasburgo
Mientras se desarrollaban aquellos acontecimientos, los reformistas de Estrasburgo estaban progresando poco a poco. Su presión sobre el concejo de prohibir todas las misas finalmente tuvo éxito.​ El 20 de febrero de 1529, Estrasburgo abrazó abiertamente la Reforma cuando se suspendió oficialmente la práctica de la misa. En su lugar, celebraban dos oficios de predicación (Predigtgottesdienste) cada domingo en todas las iglesias parroquiales. El 5 de enero de 1530, cuando Estrasburgo se unió a la alianza de las ciudades suizas, la Coburguesía Cristiana (Christliches Burgrecht), el concejo eliminó sistemáticamente las imágenes y altares laterales de las iglesias.[76]​ Bucero fue el primero en tolerar esas imágenes en los lugares de culto, siempre y cuando no fueran venerados. Más tarde, llegó a pensar que debían quitarse debido a su potencial abuso y abogó en un tratado para su retiro. En primer lugar, tuvo que obtener la autoridad de los magistrados y luego trató de instruir al pueblo a que abandonara la devoción a las imágenes.

Su prioridad en la ciudad era inculcar disciplina moral en la iglesia. Para este fin, los guardianes especiales (Kirchenpfleger), elegidos entre los laicos, eran asignados a cada congregación para supervisar la doctrina y su práctica. Esta preocupación fue motivada por los efectos de una población de refugiados en rápido crecimiento, atraídos por las leyes flexibles de asilo de Estrasburgo. La afluencia de refugiados, sobre todo después de 1528, causaron la aparición de varios predicadores revolucionarios. Estos hombres estaban inspirados en una variedad de doctrinas apocalípticas y místicas y, en algunos casos, por la hostilidad hacia el orden social y la noción de una iglesia oficial. Un número significativo de refugiados eran anabaptistas y espiritistas, como los seguidores de Melchor Hoffman, Kaspar Schwenkfeld von Ossig y Clemens Ziegler.​ Bucero tomó la responsabilidad de atacar a estos y otros predicadores populares para minimizar su influencia y asegurar su expulsión y la de sus seguidores. El 30 de noviembre de 1532, los pastores y guardianes de la iglesia pidieron al concejo hacer cumplir las normas éticas, decretar oficialmente la fe reformada y refutar las doctrinas «sectarias». Las autoridades en el poder, que habían permitido que las congregaciones sectarias prosperaran entre los refugiados y las órdenes menores, solo expulsaron a los alborotadores importantes, pero Bucero insistió en que el concejo debía tomar el control de todo culto cristiano en la ciudad por el bien común.

En respuesta, el concejo creó una comisión para formar un sínodo ciudadano. Para este encuentro, Bucero proporcionó un borrador con dieciséis artículos sobre la doctrina de la iglesia. El sínodo se reunió el 3 de junio de 1533 en la iglesia de Santa Magdalena para debatir ese texto, que finalmente aceptaron en su totalidad. Los líderes de las sectas fueron llevados ante el sínodo e interrogados por Bucero. A Ziegler le prohibieron predicar —si bien le permitieron permanecer en Estrasburgo—, Hoffmann era considerado peligroso para la ciudad y decidieron encarcelarlo, mientras que Schwenckfeld abandonó la ciudad por su propia voluntad.

Luego el sínodo, el concejo de la ciudad dio largas al asunto durante varios meses. La comisión del sínodo, que incluía a Bucero y Capito, tomó la iniciativa y elaboró un proyecto de orden para la regulación de la iglesia. Propusieron que el concejo asumiera el control casi absoluto de la iglesia y se responsabilizara de supervisar la doctrina, nombrar a los guardianes de la iglesia y mantener las buenas costumbres. Aun así, el concejo se retrasaba y condujo a los pastores al borde de la dimisión. Solo cuando los seguidores de Hoffman tomaron el poder en Münster, el concejo actuó, por temor a un incidente similar en la ciudad.​ El 4 de marzo de 1534, el ayuntamiento anunció que la Confesión Tetrapolitana de Bucero y sus dieciséis artículos sobre la doctrina de la iglesia, eran las declaraciones oficiales de la fe de la iglesia. Todos los anabaptistas debían suscribirse a estas leyes o salir de la ciudad. La decisión estableció una nueva iglesia en Estrasburgo. Capito más tarde declaró: «Bucero es el obispo de nuestra iglesia».

Campaña por la unidad protestante
Para 1534, Bucero era una figura clave en la Reforma alemana. En repetidas ocasiones, tomaba la iniciativa de garantizar un acuerdo doctrinal entre Wittenberg y las ciudades del sur de Alemania y Suiza. En diciembre de 1534, sostuvo una serie de conversaciones con Melanchthon en Kassel y, a partir de esto, redactó diez tesis que aprobaron los teólogos de Wittenberg.​ En octubre de 1535, Lutero solicitó una reunión en Eisenach para alcanzar un acuerdo definitivo entre las facciones protestantes. Bucero convenció a los alemanes meridionales a que asistieran, pero los suizos, liderados por Heinrich Bullinger, sucesor de Zuinglio, se mostraron escépticos a sus intenciones. En su lugar, se reunieron en Basilea el 1 de febrero de 1536 para redactar su propia confesión de fe. Bucero y Capito asistieron e instaron a los suizos a que adoptaran un texto de compromiso sobre la eucaristía para no ofender a los luteranos. La presencia real de Cristo fue reconocida, pero se rechazó una unión natural o terrenal entre Cristo y los elementos (pan y vino). El resultado fue la Primera Confesión Helvética, que levantó el ánimo de Bucero para su próximo encuentro con Lutero.

La reunión comenzó el 21 de mayo de 1536, pero se trasladó a Wittenberg porque Lutero estaba enfermo. Para sorpresa de los alemanes meridionales, Lutero comenzó a criticarlos y exigió que abandonaran esa noción falsa sobre la eucaristía. Capito intervino para calmar las cosas y Bucero comentó que Lutero había malinterpretado las opiniones sobre el tema. Los luteranos insistieron en que los incrédulos que participaban de la eucaristía verdaderamente recibían el cuerpo y la sangre de Cristo. Bucero y los alemanes meridionales creían que solo se reciben los elementos del pan y vino. Bugenhagen formuló un arreglo, aprobado por Lutero, que distinguía entre los «indignos» (indigni) y los «incrédulos», no creyentes o impíos (impii). Los alemanes meridionales aceptaron que los indignos reciben a Cristo, pero la cuestión de los impíos quedó sin respuesta. Las dos partes trabajaron fluidamente en otros temas y, el 28 de mayo, firmaron la Concordia de Wittenberg. Estrasburgo aprobó rápidamente el documento, pero Bucero necesitó de mucha persuasión para convencer a todas las ciudades del sur de Alemania. Los suizos eran resistentes, en particular Zúrich. Incluso, rechazaron una pequeña declaración sobre la unión de Cristo con los elementos de la eucaristía. Bucero aconsejó a los suizos que celebraran un sínodo nacional para hablar sobre el asunto, con la esperanza de que al menos pudiera convencer a Berna y Basilea. El sínodo se reunió en Zúrich entre el 28 de mayo y el 4 de abril de 1538, pero Bucero no pudo conseguir el apoyo de ni una sola ciudad. Los suizos nunca aceptaron o rechazaron la Concordia de Wittenberg.[99]​[100]​Bucero creía que la Concordia de Wittenberg permitía a una verdadera reconciliación entre protestantes y una futura hegemonía doctrinal del luteranismo.

Finalmente, Bucero pudo influir indirectamente en los suizos. En el verano de 1538, invitó a Juan Calvino, futuro reformista de Ginebra, a dirigir una congregación de refugiados franceses en Estrasburgo.​ Teológicamente, ambos tenían mucho en común y mantuvieron una larga amistad.​ Actualmente, los estudiosos modernos discuten el grado en que Bucero influenció a Calvino,[104]​ pero concuerdan que muchas de las reformas que el teólogo francés implementó después en Ginebra, como la liturgia y organización de la iglesia, las desarrolló primero en Estrasburgo.

Asesor de Felipe I de Hesse
En 1538 la ley de Felipe I de Hesse que protegía a los judíos en su territorio quedó sin efecto, por lo que encargó a Bucero la creación de una nueva política. Felipe le entregó un borrador tolerante en la regulación de ese asunto. Bucero rechazó las condiciones favorables y recomendó prohibir que los judíos participaran en las relaciones comerciales, excepto las que proporcionaban la subsistencia mínima. Además, en su tratado Consejo sobre los judíos (Judenratschlag) incluía sus primeros estereotipos negativos de ese grupo étnico. La nueva ordenanza de Felipe (1539) hizo un arreglo. Permitió a los judíos que practicaran el comercio y participaran en las actividades financieras, pero añadió normas estrictas sobre sus asociaciones con cristianos. Existía la posibilidad de una aplicación arbitraria de la nueva política y, como resultado, muchos judíos optaron por irse de Hesse. Por esto, Bucero compartió parte de la culpa.

En noviembre de 1539, Felipe le pidió crear una defensa teológica de la bigamia, ya que había decidido contraer matrimonio bígamo. Bucero aceptó a regañadientes, pero con la condición de que ese matrimonio debía mantenerse en secreto. Primero consultó a Lutero y Melanchthon, luego los tres reformistas presentaron a Felipe una declaración de asesoría (Wittenberger Ratschlag); entonces, Bucero elaboró sus propios argumentos a favor y en contra de la bigamia. Aunque el documento especificaba que este tipo de matrimonio podría ser castigado bajo condiciones excepcionales, Felipe lo consideró como la aprobación de su matrimonio con la dama de compañía de su hermana. Cuando se propagaron rumores del matrimonio, Lutero le dijo a Felipe que lo desmintiera, mientras que Bucero le aconsejó que ocultara a su segunda esposa y no mencionara el asunto. Algunos eruditos han notado una posible motivación para este notorio consejo: los teólogos creían que habían aconsejado a Felipe como pastor a su feligrés y que una mentira estaba justificada para proteger la privacidad de sus consejos confesionales.​ El escándalo que siguió al matrimonio bígamo causó que Felipe perdiera influencia política y la Reforma dentro del Sacro Imperio se vio seriamente comprometida.

Temas doctrinales
A finales de 1538, poco antes de la muerte del duque católico Jorge de Sajonia, se celebró un coloquio religioso en Leipzig para discutir posibles reformas dentro del ducado. El electorado de Sajonia envió a Melanchthon, mientras Felipe de Hesse delegó a Bucero. El ducado estuvo representado por Georg Witzel, exluterano reconvertido al catolicismo. En las discusiones, del 2 a 7 de enero de 1539, Bucero y Witzel acordaron dar una prórroga a puntos controversiales de la doctrina, pero Melanchthon se retiró, pues estimó que la unidad doctrinal era un requisito previo de un plan de reforma. Witzel coincidió en quince artículos, que cubrían diversos temas de la vida eclesial. Sin embargo, Bucero no hizo concesiones doctrinales: permaneció en silencio en temas cruciales como la misa y el papado. Su enfoque ecuménico provocó duras críticas de otros reformistas.

Carlos V intentó recuperar a los príncipes protestantes en una serie de coloquios y dietas imperiales. Cuando la reconciliación fracasó, trató de reprimir la resistencia protestante en la Guerra de Esmalcalda.
En la tregua de Fráncfort (1539), Carlos V y los dirigentes de la Liga de Esmalcalda acordaron en un coloquio resolver todas las cuestiones religiosas dentro del Sacro Imperio. Bucero puso grandes esperanzas en esta reunión: creyó que podría convencer a la mayoría de católicos alemanes que aceptaran la doctrina de sola fide, como punto de partida para el debates de otros temas secundarios. Bajo diferentes seudónimos, publicó folletos que promovían una iglesia nacional alemana.​ El 12 de junio de 1540 comenzó una conferencia en Haguenau, pero luego de un mes de discusiones las dos partes no lograron ponerse de acuerdo en un punto de partida común. Decidieron volver a reunirse en Worms. Melanchton dirigió a los protestantes y Bucero tuvo una gran influencia tras bastidores. Cuando el coloquio volvió a estancarse, el canciller imperial, Nicolás Perrenot de Granvela, sugirió negociaciones secretas. En ese momento, Bucero empezaba a trabajar con Johann Gropper, un delegado de Hermann von Wied, arzobispo de Colonia. Consciente de los riesgos de esa aparente colusión, estaba decidido a forjar la unidad entre las iglesias alemanas. Ambos coincidieron en veintitrés artículos en los que Bucero había cedido a la posición católica. Estos incluían la justificación, los sacramentos y la organización de la iglesia. Quedaron inconclusas cuatro cuestiones en disputa: veneración de los santos, misas privadas, confesión auricular y transubstanciación. Los resultados fueron publicados en el Libro de Worms, que confidencialmente presentaron a un príncipe de cada bando de la división religiosa: Felipe I de Hesse y Joaquín II, elector de Brandeburgo.

El Libro de Worms sentó las bases para las últimas negociaciones en la dieta de Ratisbona (1541). El emperador creó un pequeño comité, compuesto por Johann Eck, Gropper y Julius von Pflug en el lado católico y Melanchthon, Bucero y Johann Pistorius en la parte protestante. El punto de partida de la discusión fue el Libro de Ratisbona —esencialmente la misma publicación de Worms, pero con modificaciones del legado papal Gasparo Contarini y otros teólogos católicos—. Ambas partes tenían pensado un buen comienzo y llegar a un acuerdo sobre la cuestión de la justificación por la fe, pero no pudieron acordar algo sobre la autoridad de enseñanza de la Iglesia, ya que los protestantes insistían en que era la Biblia y los católicos imponían al magisterio —en otras palabras, el papa y sus obispos—. En el artículo sobre la misa y la Cena del Señor, Contarini trató de insertar el concepto de la transubstanciación, que era inaceptable para los protestantes. Como resultado, el coloquio llegó a un punto muerto. Para salvar algunos de los acuerdos alcanzados, Carlos V y Granvela ordenaron reimprimir el Libro de Ratisbona con artículos adicionales que permitían a los protestantes presentar sus puntos de vista. No obstante, Lutero en Wittenberg y la corte papal en Roma habían visto el libro y ambos rechazaban públicamente el artículo sobre la justificación por la fe. El fracaso de la conferencia fue un duro revés para Bucero.​

Tras su regreso de Ratisbona, la ciudad de Estrasburgo fue azotada por la peste.​ Su amigo y colega, Wolfgang Capito, sucumbió a la enfermedad; a continuación, su esposa, Elisabeth, murió el 16 de noviembre de 1541. Se desconoce cuántos hijos tuvo Elisabeth, aunque varios murieron durante el parto o a una edad joven.​ Uno de los hijos, Natanael, sobrevivió hasta la edad adulta —aunque débil física o psíquicamente— y permaneció con la familia Bucero el resto de su vida. En las horas finales de Elisabeth, pidió a Bucero que cuando muriera se casase con la viuda de Capito, Wibrandis Rosenblatt. Efectivamente, Bucero se casó con ella el 16 de abril de 1542; se trataba del cuarto matrimonio de Rosenblatt, pues había sobrevivido a Ludwig Keller, Juan Ecolampadio y Wolfgang Capito. Trajo a sus cuatro hijos de matrimonios anteriores. La nueva pareja tuvo una hija, a quien llamaron Elisabeth.

Reforma en el electorado de Colonia
El 5 de febrero de 1542, Bucero y Gropper se reunieron con Hermann von Wied, arzobispo-elector de Colonia, para discutir la introducción de la Reforma en la Iglesia de su arquidiócesis. Como uno de los siete electores del Sacro Imperio, el arzobispo de Colonia era una figura política clave para el emperador y los reformistas. Después de consultar a la dieta territorial, el arzobispo encargó a Bucero que liderara la reforma y se trasladara a Bonn, la capital del electorado (hecho que ocurrió el 14 de diciembre). Su selección produjo consternación en el cabildo catedralicio de Colonia, es decir los clérigos que asistían el arzobispo. La hostilidad del clero causó un distanciamiento entre Bucero y Gropper. El 19 de diciembre, el cabildo catedralicio presentó una protesta formal contra el nombramiento de Bucero, pero Wied apoyó a su nuevo protegido y a Bucero se le permitió quedarse. Lideró una pequeña congregación en la catedral de Bonn, donde predicaba tres veces a la semana, aunque su principal responsabilidad era planificar las reformas.

En enero de 1543, empezó a trabajar en un documento importante para Wied: Einfältiges Bedenken, worauf eine christliche, im Worte Gottes gegründete Reformation ... anzurichten sei (Consideración simple sobre el establecimiento de una Reforma cristiana evidenciada en la Palabra de Dios). Melanchthon llegó a Bonn en mayo y Caspar Hedio un mes después para ayudar a redactar el documento. A principios de julio, Bucero discutió el proyecto con el arzobispo, quien, después de estudiarlo, presentó los progresos a la dieta territorial el 23 de julio. Aunque el cabildo catedralicio lo rechazó rotundamente, la dieta se pronunció a favor del programa de reformas. El documento final tenía más de trescientas páginas y cubría varios temas sobre doctrina, leyes de la Iglesia y liturgia. Algunos de los principios propuestos incluían la justificación por la fe, la aceptación del bautismo y la Cena del Señor como los únicos sacramentos válidos, la ofrenda de la copa a los laicos, la celebración de servicios religiosos en lengua vernácula y la autorización del matrimonio en los sacerdotes.

Estos primeros adelantos hacia la consolidación de la Reforma se suspendieron en 17 de agosto de 1543, cuando Carlos V y sus tropas entraron en Bonn. El emperador estaba comprometido en una recia campaña para hacer valer su derecho sobre las tierras disputadas por Guillermo, duque de Jülich-Cléveris-Berg. Bucero tuvo que regresar a Estrasburgo poco después. Cuando el cabildo catedralicio antirreformista y la universidad apelaron al emperador y el papa por la protección contra su arzobispo, Carlos V se puso de su parte. Bucero escribió varios tratados para defender el plan de reforma de Wied y un libro de seiscientas páginas, Beständige Verantwortung (Defensa de Steadfast), pero no pudo influir en el curso de los acontecimientos. Wied fue excomulgado el 16 de abril de 1546 y entregó formalmente sus títulos de elector el 25 de febrero de 1547. La congregación protestante en Bonn expresó su consternación por este desastre. Bucero les aseguró que «los cristianos que se humillan ante Dios» finalmente recibirán su protección.

Oposición al «Interim de Augsburgo»
Con el inicio de la Guerra de Esmalcalda en 1546, los protestantes tenían pérdidas graduales en el Sacro Imperio. El 21 de marzo de 1547, Estrasburgo se rindió al ejército imperial y, al mes siguiente de la decisiva victoria imperial en la batalla de Mühlberg, cayó la mayoría de la resistencia protestante. En esa ciudad, Bucero y sus colegas, entre ellos Matthäus Zell, Paul Fagius y Johann Marbach, siguieron presionando al concejo para traer más disciplina e independencia de la iglesia. Carlos V anuló sus esfuerzos en la dieta de Augsburgo, que tuvo lugar entre septiembre de 1547 y mayo de 1548. La dieta produjo un decreto imperial, el provisiorio «Interim de Augsburgo», que impuso los ritos y ceremonias católicas en todo el Sacro Imperio, con algunas excepciones a la Reforma.​ Para hacer más aceptable este documento a los protestantes, Carlos V necesitaba una figura destacada con el respaldo de ellos, por lo que seleccionó a Bucero. El 30 de marzo de 1548, llegó a Augsburgo por su propia voluntad y, el 2 de abril, después de que le mostraron el documento, anunció su intención de ratificarlo si se realizaban ciertos cambios; pero el tiempo para las negociaciones había terminado y Carlos V insistía en su firma. Cuando Bucero se negó, fue puesto bajo arresto domiciliario el 13 de abril y poco después en confinamiento. El 20 de abril, firmó el «Interim» y fue liberado inmediatamente.

A pesar de esta capitulación, Bucero continuó luchando. De regreso a Estrasburgo, intensificó sus ataques contra los ritos y ceremonias católicas y, el 2 de julio, publicó Ein Summarischer vergriff der Christlichen Lehre und Religion (Resumen conciso de doctrina y religión cristiana), una declaración confesional que pedía a Estrasburgo el arrepentimiento y defensa de los principios reformados descritos en veintinueve artículos. Carlos V ordenó destruir todos los ejemplares. La tensión creció en Estrasburgo, pues sus opositores temían que llevara a la ciudad a la destrucción. Muchos comerciantes huyeron para evitar un posible enfrentamiento con las fuerzas imperiales. El 30 de agosto, funcionarios de los gremios votaron para iniciar las negociaciones de adoptar el «Interim». Bucero se mantuvo firme; incluso luego de la ciudad de Constanza se rindió y aceptó el «Interim», llamó a rechazarlo incondicionalmente. En enero de 1549, con planes en marcha para la aplicación del «Interim» en Estrasburgo, Bucero y sus colegas continuaron oponiéndose y elaboraron un memorándum sobre cómo mantener la fe protestante bajo sus directivas. Sin apoyo significativo, Bucero y Fagius finalmente fueron relevados de sus cargos y expulsados de la ciudad el 1 de marzo de 1549. El 5 de abril salió al exilio, como había llegado veinticinco años antes. Se refugió durante tres semanas en casa de la esposa de Zell, Catalina.

Exilio en Inglaterra
Thomas Cranmer dio refugio en Inglaterra a Bucero hasta el final de sus días. Recibió varias ofertas de asilo, como la de Melanchthon en Wittenberg y Calvino desde Ginebra. Aceptó la invitación del arzobispo Thomas Cranmer en Inglaterra. Ya que Cranmer en su correspondencia nombraba a varios ingleses poderosos, Bucero creyó que la Reforma anglicana había avanzado con cierto éxito. El 25 de abril de 1549, llegó junto a Fagius y otros a Londres, donde Cranmer los recibió con todos los honores.​ Unos días más tarde, Bucero y Fagius fueron presentados a Eduardo VI y su corte.​ La esposa de Bucero, Wibrandis, y su hijastra Agnes Capito (hija de Wolfgang) llegaron en septiembre. Al año siguiente, Wibrandis organizó el viaje del resto de sus hijos y su anciana madre.

Bucero ocupó la posición de Regius Professor of Divinity (profesor de Religión) en la Universidad de Cambridge donde conoció a Matthew Parker. En junio entró en una polémica cuando Pedro Mártir Vermigli, otro refugiado que tomó un puesto equivalente en la Universidad de Oxford, debatió con sus colegas católicos sobre el tema de la Cena del Señor. Vermigli le pidió a Bucero su apoyo, pero este último no estaba completamente de acuerdo con la posición de Vermigli y pensó que la exposición de las diferencias no ayudaría a la causa de la Reforma. No dispuesto a que el conflicto de la eucaristía se repitiera en Inglaterra, le dijo Vermigli que no tomaría partido, sea católico, luterano o zuingliano. Bucero dijo: «Debemos aspirar con mucho celo edificar a tantas personas como nos sea posible en la fe y en el amor de Cristo, no de ofender a los demás». En 1550, surgió otro conflicto cuando John Hooper, el nuevo obispo de Gloucester, se negó a ponerse la ropa tradicional de su consagración. La controversia de las vestimentas enfrentó a la autoridad de Cranmer, quien apoyaba el uso de prendas en el oficio, contrario a Hooper, Vermigli y Jan Łaski, pastor de la Dutch Church en Londres. Como Bucero había reformado los oficios de la iglesia en Estrasburgo —para emular la sencillez de la iglesia primitiva—, Hooper espera el apoyo de Bucero. Sin embargo, este último intentó mantenerse al margen, con el argumento de que había asuntos más importantes que tratar, como la escasez de predicadores y atención pastoral, la necesidad de instrucción catequística y la aplicación de disciplina a la iglesia. Hooper no estuvo dispuesto a ceder y fue encarcelado en la Torre de Londres hasta que aceptó las exigencias de Cranmer.​

Bucero tenía objetivos ambiciosos en la expansión de la Reforma en Inglaterra, pero acabó decepcionado cuando, estando en el poder, no le consultaban. Los ingleses tenían la costumbre de presentar un memorando al rey cada nuevo año, por lo que trabajó en un tratado que entregó como un borrador a su amigo John Cheke el 21 de octubre de 1550. De Regno Christi (En el Reino de Cristo) era la culminación de muchos años de trabajo, un resumen de su pensamiento y la teología que formaría parte de su legado; en él, instaba a Eduardo VI a tomar el control de la Reforma anglicana y propuso que el Parlamento introdujera catorce leyes, que abarcan asuntos tanto eclesiásticos como civiles. En su opinión, la Reforma no solo abarcaba a la iglesia, sino todos los ámbitos de la vida. Tomando nota de las condiciones sociales difíciles en Inglaterra, Bucero promovió el papel de los diáconos en el cuidado de los pobres y necesitados, describió el matrimonio como un contrato social en lugar de un sacramento —de ahí que permitía el divorcio, una idea moderna considerada demasiado avanzada para su época—, abogó por la reestructuración de los sistemas económicos y administrativos y sugirió la mejora de la industria, agricultura y educación. Su sociedad ideal era claramente autoritaria, con un fuerte énfasis en la disciplina cristiana. De Regno Christi nunca fue aplicado en la Reforma anglicana, como Bucero pretendía; incluso no fue impresa en Inglaterra, sino en Basilea, en 1557. Su última contribución importante a la Reforma anglicana fue un tratado sobre la edición original del Libro de Oración Común (1549). Cranmer había pedido su opinión sobre cómo debería revisarse el libro y Bucero presentó su respuesta el 5 de enero de 1551. Hizo un llamamiento a la simplificación de la liturgia y señaló elementos no esenciales: ciertos días festivos en el calendario litúrgico, acciones de piedad como genuflexiones y ceremonias como misas privadas, se enfocó en la congregación y cómo la gente iba a adorar y ser enseñados. Se desconoce cuánto de esta crítica influyó en la segunda edición del Libro de Oración Común (1552). Los estudiosos están de acuerdo en que, si bien el impacto de Bucero en la Iglesia de Inglaterra no debe ser sobrestimado, ejerció su mayor influencia en la revisión del Libro de Oración Común.

Muerte y legado
En su estancia en Inglaterra padeció varias enfermedades, como reumatismo, tos y enfermedades intestinales. Síntomas como vómitos, escalofríos y sudoración sugieren una tuberculosis grave. En febrero de 1551, su estado de salud finalmente colapsó y, el día 22, dictó una adición a su testamento: nombró a Walter Haddon y Matthew Parker como albaceas, felicitó a sus seres queridos a Thomas Cranmer y agradeció a su hijastra, Agnes Capito, por haberlo cuidado. El 28 de febrero, después de animar a los que se le acercaban a hacer todo lo posible por realizar su visión expresada en De Regno Christi, murió a los 59 años. Fue enterrado en la iglesia de Santa María la Grande, en Cambridge, ante una gran multitud de profesores y estudiantes universitarios. Dejó a su esposa Wibrandis una herencia significativa, que consistió principalmente en el hogar y su gran colección de libros. Wibrandis volvió a Basilea, donde murió el 1 de noviembre de 1564 a los 60 años de edad.

En una carta a Pedro Mártir Vermigli, John Cheke escribió: We are deprived of a leader than whom the whole world would scarcely obtain a greater, whether in knowledge of true religion or in integrity and innocence of life, or in thirst for study of the most holy things, or in exhausting labour in advancing piety, or in authority and fulness of teaching, or in anything that is praiseworthy and renowned.

Se nos priva de un líder que este mundo apenas volvería a tener uno mayor, ya sea en conocimiento de la verdadera religión o en la integridad e inocencia de la vida o de la sed por el estudio de las cosas más santas, o en el trabajo agotador sobre la promoción de la piedad, o en la autoridad y la plenitud de la enseñanza, o en cualquier cosa que sea digna de alabanza y renombre.

Cuando la católica María llegó al trono de Inglaterra, Bucero y Fagius fueron enjuiciados póstumamente por herejía como parte de los esfuerzos para restaurar el catolicismo. Los ataúdes fueron desenterrados y sus restos quemados, junto con copias de sus libros. El 22 de julio de 1560, Isabel rehabilitó formalmente a ambos reformistas. Una placa de bronce en el piso de la iglesia de Santa María la Grande marca el sitio original de la tumba de Bucero.

Tras su muerte, se continuaron traduciendo, reproduciendo y difundiendo sus escritos en todo el continente. No existe una denominación cristiana que lleve su nombre, probablemente porque nunca se desarrolló una teología sistemática como Melanchthon tenía para la iglesia luterana y Calvino para las iglesias reformadas. Varios grupos, como los anglicanos, puritanos, luteranos y calvinistas, le reivindican como uno de los suyos. La capacidad de adaptación de su teología a cada punto de vista confesional también llevó a los polemistas a criticarlo como demasiado complaciente. Wright resumen su teología como práctica y pastoral más que teórica. Bucero no estaba tan preocupado por apostar un declaración doctrinal per se, sino que dejó alternativas con el fin de discutir y ganarse a sus opositores. Al mismo tiempo, su posición teológica se basaba en las condiciones de su época, en la que imaginó que la sociedad ideal debía ser dirigida por un gobierno iluminado y centrado en Dios con todas las personas unidas bajo la confraternidad cristiana. Martín Bucero es recordado por su promoción de la unidad doctrinal (ecumenismo) y su lucha para crear una iglesia inclusiva.

Wolfgang Musculus
Wolfgang Musculus, nacido "Müslin" o "Mauslein" (Dieuze, Lorena, Francia, 10 de septiembre de 1497 - Berna, Suiza, 30 de agosto de 1563) fue un teólogo y reformador alemán.

Vida
Nació en la aldea de Dieuze, Mosela, en una zona de habla alemana (desde la Guerra de los Treinta Años es una zona de habla francesa). A los 15 años de edad ingresó en un convento benedictino cerca de Lixheim y a los 20 años predicaba en el convento y sus parroquias. En 1518 leyó las obras de Martín Lutero, iniciador de la Reforma protestante, y se hizo seguidor de este movimiento. En 1527 dejó el convento y se casó con una sobrina de su antiguo prior; posteriormente sirvió como diácono de la Catedral de Estrasburgo y predicador asistente de Matthäus Zell. Allí aprendió el idioma hebreo y conoció a Martín Bucero y a Wolfgang Capito. Viajó a Augsburgo en 1531. Al cabo de 17 años de servicio, dejó la ciudad después del Interim de Augsburgo y se mudó a Suiza, donde enseñó teología en Berna desde 1549. Allí escribió varios comentarios bíblicos y Loci communes sacrae theologiae (Lugares comunes de la sagrada teología), una obra de teología sistemática.

El compositor alemán Johann Sebastian Bach usó el himno de Musculus de 1530, una paráfrasis del Salmo 23, como el texto para su cantata coral Der Herr ist mein getreuer Hirt, BWV 112, que fue interpretada por primera vez en Leipzig en 1731.

Juan Ecolampadio
Johannes Hausschein, Hursgen o Husschin, latinizado como Johannes Œcolampadius y castellanizado como Juan Ecolampadio (Weinsberg, Alemania, 1482 - Basilea, Suiza, 24 de noviembre de 1531) fue un reformador religioso suizo-alemán, cuyo verdadero nombre era Hussgen o Heussgen. Después cambió su nombre por Hausschein (que significa “faro”) y luego a su equivalente en griego Œcolampadius.

Biografía
Nació en Weinsberg, una pequeña ciudad al norte de lo que hoy es Baden-Wurtemberg, pero que entonces era parte del Palatinado. Fue a la escuela en Weinsberg y Heilbronn, y más tarde a la Universidad de Bolonia, con la intención de estudiar Derecho, pero pronto regresó a Heidelberg para cursar estudios de Teología. Entusiasta acerca de la nueva enseñanza, pasó del estudio del griego al del hebreo, ganando su grado de bachiller en 1503. Se convirtió en el predicador de la Catedral en Basilea en 1515, sirviendo bajo el obispado del humanista Christoph von Utenheim.

Obras
Desde el inicio, los sermones de Ecolampadio se centraron en la doctrina de la expiación, y sus ansias de reforma se revelaron por primera vez en una protesta contra la introducción de historias alegóricas en los sermones de Pascua (De risu paschali, 1518). En 1520 publicó su Gramática Griega. El mismo año recibió una invitación para ser predicador de la Iglesia Alta en Augsburgo. Alemania estaba en llamas con las cuestiones suscitadas por Las 95 tesis de Martín Lutero, y la introducción de Ecolampadio en este ambiente, cuando se volvió el defensor de la posición de Lutero, especialmente en su anónimo Canonici indocti (1519), parece haberle inducido a un serio examen de conciencia, por lo que terminó entrando en la vida monástica. Una corta experiencia le llevó a convencerse de que este no era el ideal de la vida cristiana (“amisi monachum, inveni Christianum” – “He perdido al monje, pero he encontrado al Cristiano”), y en febrero de 1522 se mudó a Ebernburg, cerca de Creuznach, donde fue capellán de un pequeño grupo de hombres que sostenían las nuevas opiniones que se venían imponiendo bajo el liderazgo de Franz von Sickingen.

Ecolampadio regresó a Basilea en noviembre de 1522, como vicario de San Martín, y en 1523 fue designado lector de la Sagrada Escritura en la Universidad de Basilea. Dando clases sobre Isaías condenó los abusos eclesiásticos de la época, y en una disputa pública (2 de agosto de 1523) obtuvo tanto éxito que Erasmo escribió a Zúrich refiriendo que «Ecolampadio es la mano más alta entre todos nosotros». Se volvió asistente de Ulrico Zuinglio, y tras más de un año de rica predicación y cuatro disputas públicas en que el veredicto popular se volvió a favor de Ecolampadio y sus amigos, las autoridades de Basilea comenzaron a ver la necesidad de la Reforma. Ecolampadio tuvo por fin la oportunidad de abolir algunas prácticas que él consideraba supersticiosas. Basilea se demoraba mucho en aceptar los ideales de la Reforma. Las noticias sobre la Guerra de los campesinos alemanes y los avances de los anabaptistas evitaron un progreso más acelerado, pero, para 1525, daba la impresión de que las autoridades estaban resueltas a idear un plan para restaurar la pureza del trabajo y la enseñanza.

Matrimonio
En 1528, Ecolampadio contrajo matrimonio con Wibrandis Rosenblatt, una viuda 22 años menor que él, y la diferencia de edad con la novia provocó un hervidero de críticas. Incluso el conocido humanista y jurista Bonifacio Amerbach escribió: «Recientemente Ecolampadio ha llevado a casa una esposa. Un hombre avanzado en años, con la cabeza temblorosa, delgado y agotado, como un cadáver viviente. ¿No habría que llamarlo memo?"». Incluso Erasmo de Róterdam escribió sobre el matrimonio de su amigo: «Hace unos días, Ecolampadio se ha casado con una atractiva muchacha. ¡Está ansioso por comer carne tierna después de la Cuaresma!» En opinión de Ecolampadio, ella era demasiado joven, pero buena cristiana y de familia humilde. Un año después de su matrimonio, escribió a Wolfgang Capito: «Mi esposa es lo que siempre he deseado. Es dócil, poco habladora y buena ama de casa». Capito tomó buena nota, porque años después se casaría con ella. En resumen, Wibrandis era una mujer como querían los antiguos reformadores: muy trabajadora, con pocos conocimientos, obediente y lectora de la Biblia. De este matrimonio nacieron tres hijos. Tras la muerte de Ecolampadio, Wibrandis se volvió a casar con Wolfgang Fabricius Capito y, después de la muerte de este, con Martín Bucero.

Disputas
En enero de 1528, Ecolampadio y Zuinglio tomaron parte en la disputa de Berna, que llevó a la adopción de la nueva fe por parte de dicho cantón, y en el año siguiente, a la supresión de la misa en Basilea. En 1529, se convirtió en el Antistes oficial de la Iglesia Reformada en Basilea. Los anabaptistas citaban a Ecolampadio para justificar sus puntos de vista, pero en una disputa con ellos, éste se alejó de la mayoría de las posiciones de aquellos. Murió el 24 de noviembre de 1531.

Ecolampadio no fue un gran teólogo como Lutero, Ulrico Zuinglio o Juan Calvino, aunque sí fue un líder religioso confiable. Junto con Zuinglio representó a Suiza en la Disputa de Marburgo. Sus posturas sobre la Eucaristía sostenían la interpretación alegórica sobre la interpretación literal de la palabra “cuerpo”, así como la participación de los creyentes en el sacramento más por la salvación de otros que por la propia, aunque luego enfatizó esto como uno de los significados de la gracia en la vida cristiana. Contra la doctrina de Lutero sobre la ubicuidad del Cuerpo de Cristo, opuso la de la presencia y actividad del Espíritu Santo en la iglesia. No desarrolló un profundo análisis de la doctrina de la predestinación como Lutero, Calvino y Zuinglio, contentándose con la máxima “Nuestra Salvación es el Señor; nuestra perdición, nosotros mismos."

Wolfgang Capito
Wolfgang Köpfel, llamado Fabricius Capito (Haguenau, 1478-Estrasburgo, 4 de noviembre de 1541), fue un clérigo alemán, notorio reformador religioso.

Vida
Nacido en una humilde familia alsaciana, asistió a la escuela de latín en Pforzheim. Estudió Medicina y Derecho en las universidades de Ingolstadt, Heidelberg y Friburgo, obteniendo el grado de Maestría en Ingolstadt y el doctorado en Medicina y jurisprudencia en Friburgo (1498).

Tras la muerte de su padre, obtuvo recursos financieros suficientes para dedicarse a la teología, aplicándose con pasión y doctorándose también en esta materia. Tras entrar en la orden de los Benedictinos, se dedicó por algún tiempo a la enseñanza en la ciudad de Friburgo. El obispo de Espira le nombró en 1512 rector del Monasterio de Bruchsal, y, al cabo de tres años, fue trasladado a la iglesia catedral de Basilea (1515). Allí obtuvo una cátedra en la Universidad de Basilea como profesor de teología, conoció a Ulrico Zuinglio y se dedicó al estudio del griego y el hebreo, así como de los escolásticos.

En 1518 comenzó a cartearse con un destacado monje agustino de la Universidad de Wittenberg, Martín Lutero, y a dar conferencias de exégesis bíblica. Aunque admiraba al reformador y sus ideas, compartía con Erasmo de Róterdam el rechazo a su radicalismo. Esta tibieza le hizo merecedor del desprecio de Lutero.

En 1519 se trasladó a Maguncia a requerimiento del arzobispo de esa ciudad, Alberto de Brandeburgo, que pronto le convirtió en su canciller. En tal cargo intentó negociar con Lutero, rebelde a la autoridad de su obispo. Por este motivo viajó en dos ocasiones a Wittenberg y habló ante la Dieta de Worms (1521).

En 1523 se instaló en Estrasburgo —donde permanecería hasta el final de sus días— como párroco de la iglesia de Santo Tomás. Incapaz de conciliar la fe católica con las nuevas ideas, a partir de 1524 se convirtió en uno de los líderes locales del culto reformado, junto con Mateo Zell, Caspar Hedio y Martín Bucero.

Tuvo un papel destacado en las controversias eclesiales del momento, participando en la Segunda Conferencia de Zúrich y en la Disputa de Marburgo. Fue asimismo coautor, junto con Martín Bucero, de la Confessio Tetrapolitana, presentada ante el Emperador Carlos V en la Dieta de Augsburgo (1530) como una alternativa a la Confesión de Augsburgo, redactada por Melanchton. También estuvo presente en el Sínodo de Berna de 1532, el Coloquio de Worms de 1540 y la Dieta de Ratisbona de 1541. Al principió se mostró conciliador con los anabaptistas, pero en 1534 se pronunció con determinación en contra suya.

Capito estaba más preocupado por la unidad espiritual que por las formulaciones dogmáticas. Sus esfuerzos por conciliar a luteranos y zuinglianos le hicieron sospechoso a ojos de ambos grupos, en tanto que su intimidad con Martín Cellarius y miembros de la Escuela Sociniana le llevaron a ser acusado de Arrianismo.

Familia
El 1 de agosto de 1524 se casó con Agnes Röttele, que venía de una de las familias más distinguidas de Estrasburgo. Ella murió en 1531.

En 1532 esposó a Wibrandis Rosenblatt, viuda de Juan Ecolampadio, la cual, a su muerte, se casó con un tercer líder de la Reforma, Martín Bucero. Murió en 1541 a causa de la peste.

Obras
  • Institutionum Hebraicarum libri duo (1518).
  • Divi Io. Chrysostomi Homilia, De Eo Quod Dixit Apostolus, Utinam Tolerassetis Paululum Quiddam Insipientiae Meae / Fabritio Capitone Interprete (1519).
  • Verwarnung der Diener des Wortes zu Straßburg an die Brüder von landen und stetten (1524).
  • Antworten auf Bruder Conrads Vermahnung (1524).
  • Daß die Pfaffheit schuldig sey, burgerlichen Eyd zu thun (1524).
  • An gemeinde stend, jetzund zu Speier versamlet (1526).
  • Enarrationes in Habacuc et Hoseam Prophetas (1527).
  • Kinderbericht…vom Glauben (1529).
  • Una vida de Ecolampadio y crónica del Sínodo de Berna (1532).
  • Una edición de la Ilíada.