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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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sábado, 7 de octubre de 2017

Teología II: Hermenéutica











Hermenéutica
La hermenéutica (del griego ἑρμηνευτικὴ τέχνη [hermeneutiké tejne], ‘arte de explicar, traducir o interpretar’) es el arte o teoría de interpretar textos, especialmente las escrituras sagradas y los textos filosóficos y artísticos.

La hermenéutica fue inicialmente aplicada a la interpretación, o exégesis, de la escritura sagrada. Emergió como una teoría de la comprensión humana a finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX a través de las obras de Friedrich Schleiermacher y Wilhelm Dilthey. La hermenéutica moderna incluye comunicación tanto verbal como no verbal así como: semiótica, presuposiciones y precomprensiones. En filosofía (particularmente en la de Hans-Georg Gadamer), la hermenéutica representa una teoría de la verdad y el método que expresa la universalización del fenómeno interpretativo desde la historicidad concreta y personal.

Para Mario Bunge es la interpretación de textos en la teología, la filología y la crítica literaria; y, en la filosofía, es la doctrina idealista según la cual los hechos sociales (y quizás también los naturales) son símbolos o textos que deben interpretarse en lugar de describirse (representarse) y explicarse objetivamente. La necesidad de una disciplina hermenéutica está dada por las complejidades del lenguaje, que frecuentemente conducen a conclusiones diferentes e incluso contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. La hermenéutica intenta descifrar el significado detrás de la palabra y, con ello, intenta la exégesis de la razón misma sobre el significado.

A veces exégesis y hermenéutica son usados como términos sinónimos, pero hermenéutica es una disciplina más amplia que abarca comunicación escrita, verbal, y no verbal. La exégesis se centra principalmente en los textos. Hermenéutica, como sustantivo singular, se refiere a un método particular de interpretación (ver, en contraste, doble hermenéutica).

Algunos intelectuales, como Murray Rothbard, consideran la hermenéutica un «sinsentido mistificante» e «incomprensible». «Consistencia hermenéutica» se refiere al análisis de textos para lograr una explicación coherente de estos. Hermenéutica, en filosofía, se refiere principalmente a la teoría del conocimiento iniciada por Martin Heidegger y desarrollada por Hans-Georg Gadamer en su libro Verdad y método. A veces, también, se refiere a las teorías de Paul Ricoeur.

Origen y evolución de la hermenéutica
El término hermenéutica proviene del verbo griego ἑρμηνεύειν (jermenéuein) que significa interpretar, declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir. Significa que alguna cosa se vuelve comprensible o se lleva a la comprensión. Se considera que el término deriva del nombre del dios griego Hermes, el mensajero, al que los griegos atribuían el origen del lenguaje y la escritura y al que consideraban patrono de la comunicación y el entendimiento humano. El término originalmente expresaba la comprensión y explicación de una sentencia oscura y enigmática de los dioses u oráculo, que precisaba una interpretación correcta.... El término hermenéutica deriva directamente del adjetivo griego ἑρμηνευτικἡ, que significa (saber) explicativo o interpretativo, especialmente de las Sagradas Escrituras, y del sentido de las palabras de los textos, así como el análisis de la propia teoría o ciencia volcada en la exégesis de los signos y de su valor simbólico.

Antecedentes
Evémero de Mesene (siglo IV a. C.) realizó el primer intento de interpretar racionalmente las leyendas y mitos griegos reduciendo su contenido a elementos históricos y sociales (evemerismo). En el siglo VI a. C. Teágenes de Regio intentó una empresa parecida para interpretarlos de forma alegórica y extraer su sentido profundo.

Hermenéutica y teología
Pero el origen de los estudios hermenéuticos se encuentra realmente en la teología cristiana, donde la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros sagrados de la Biblia, que, como revelados por Dios pero compuestos por hombres, poseían dos significados distintos: el literal y el espiritual, este último dividido en tres: el anagógico, el alegórico y el moral:

-El Sentido Literal es el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis filológica que sigue las reglas de la justa interpretación. Según Tomás de Aquino, en Summa Theologiae I, q. 1, a. 10, ad 1: Et ita etiam nulla confusio sequitur in sacra Scriptura, cum omnes sensus fundentur super unum, scilicet litteralem. Jeff nomen meum.. ...Y de este modo no existe confusión en las Escrituras, puesto que todos los sentidos se fundamentan en uno, el literal.
-El Sentido Espiritual, infuso por Dios en el hombre según la creencia cristiana, da un sentido religioso suplementario a los signos, dividido en tres tipos diferentes:
El sentido alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; de esa manera el paso del mar Rojo simboliza la victoria de Cristo y el bautismo. (véase 1 Corintios 10:2).
El sentido moral, por el cual los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducir a un obrar justo; su fin es la instrucción (1 Corintios 10:11; véase Epístola a los hebreos 3-4,11).
El sentido anagógico (o sentido místico) por el cual los santos pueden ver realidades y acontecimientos de una significación eterna, que conduce (en griego
anagogue) a los cristianos hacia la patria celestial. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. (véase Apocalipsis 21,1-22,5)

Romanticismo y Friedrich Schleiermacher
Después de permanecer recluida durante varios siglos en el ámbito de la teología, la hermenéutica se abrió en la época del romanticismo a todo tipo de textos escritos. En este contexto se sitúa Friedrich Schleiermacher (1768-1834), que ve en la tarea hermenéutica un proceso de reconstrucción del espíritu de nuestros antepasados. Así, Schleiermacher plantea un círculo hermenéutico para poder interpretar los textos, postula que la correcta interpretación debe tener una dimensión objetiva, relacionada con la construcción del contexto del autor, y otra subjetiva y adivinatoria, que consiste en trasladarse al lugar del autor. Para Schleiermacher la hermenéutica no es un saber teórico sino práctico, esto es, la praxis o la técnica de la buena interpretación de un texto hablado o escrito. Trátase ahí de la comprensión, que se volvió desde antaño un concepto fundamental y finalidad de toda cuestión hermenéutica. Schleiermacher define la hermenéutica como «reconstrucción histórica y adivinatoria, objetiva y subjetiva, de un discurso dado».

Historicismo diltheiano
Esta perspectiva influirá en la aparición del historicismo diltheiano. Wilhelm Dilthey (1833-1911) cree que toda manifestación espiritual humana, y no sólo los textos escritos, tiene que ser comprendida dentro del contexto histórico de su época. Si los acontecimientos de la naturaleza deben ser explicados, los acontecimientos históricos, los valores y la cultura deben ser comprendidos. Según Wilhelm Dilthey, estos dos métodos serían opuestos entre sí: explicación (propia de las ciencias naturales) y comprensión (propia de las ciencias del espíritu o ciencias humanas):

Esclarecemos por medio de procesos intelectuales, pero comprendemos por la cooperación de todas las fuerzas sentimentales en la aprehensión, por la inmersión de las fuerzas sentimentales en el objeto.

Wilhelm Dilthey fue el primero en formular la dualidad entre las «ciencias de la naturaleza» y las «ciencias del espíritu», que se distinguen respectivamente por el uso de un método analítico esclarecedor, una, y el uso de un procedimiento de compresión descriptiva, la otra. Comprensión y aprehensión de un significado y sentido es lo que se presenta a la comprensión como contenido. Sólo podemos determinar la compresión por el sentido y el sentido apenas por la comprensión. Toda comprensión es aprehensión de un sentido. Para Dilthey todo conocimiento de las ciencias del espíritu es una comprensión y un conocimiento histórico. Este conocimiento es posible porque la vida (el objeto de estudio de las ciencias del espíritu) genera estructuras, ya sean desde una obra pictórica a una literaria; entonces concede a la hermenéutica el papel de disciplina encargada de interpretar dichas estructuras, permitiendo el conocimiento en las ciencias del espíritu.

Martin Heidegger
Ya en el siglo XX, Martin Heidegger, en su análisis de la comprensión, afirma que, cualquiera que sea, presenta una «estructura circular»: Toda interpretación, para producir comprensión, debe ya tener comprendido lo que va a interpretar.

Esta reciprocidad entre texto y contexto es parte de lo que Heidegger llama el círculo hermenéutico. Otro pensador central en el desarrollo de este concepto es el sociólogo Max Weber.

Heidegger introduce nuevos derroteros en la hermenéutica al dejar de considerarla únicamente como un modo de comprensión del espíritu de otras épocas y pensarla como el modo fundamental de situarse el ser humano en el mundo: existir es comprender. De esta forma, cambia el foco de la hermenéutica desde la interpretación a la comprensión existencial, la cual es tratada como un modo de ser en el mundo más directo, no-mediado -por lo tanto más auténtico- que simplemente como un «modo de conocer». Por ejemplo, sostuvo la necesidad de una «hermenéutica especial de la empatía» para disolver el clásico problema filosófico de las «otras mentes», poniendo el problema en el contexto del estar-con del modo de relacionarse humano. (A pesar de que el mismo Heidegger no completó este proyecto.) Desde entonces su hermenéutica de la facticidad se convierte en una filosofía que identifica la verdad con una interpretación históricamente situada (Hans-Georg Gadamer).

Los seguidores de este enfoque sostienen que algunos textos y las personas que los producen no pueden ser estudiados por medio del uso de los mismos métodos científicos que son usados por las ciencias naturales, llegando a posturas parecidas a las del antipositivismo. Incluso, sostienen que esos textos son expresiones convencionalizadas de la experiencia del autor. Por lo tanto, la interpretación de aquellos textos revelará algo acerca del contexto social en el cual se formaron, y, más significativamente, proveerá al lector un medio para compartir las experiencias del autor. Por estas razones, la hermenéutica es considerada la escuela de pensamiento opuesta al positivismo.

Paul Ricoeur
Paul Ricoeur (Essais d’herméneutique, París: Seuil, 1969) supera en su aporte a las dos corrientes anteriores, y propone una «hermenéutica de la distancia», lo que hace que surja una interpretación es el hecho de que haya una distancia entre el emisor y el receptor. De esta hermenéutica surge una teoría cuyo paradigma es el texto, es decir, todo discurso fijado por la escritura. Al mismo tiempo este discurso sufre, una vez emitido, un desarraigamiento de la intención del autor y cobra independencia con respecto a él. El texto ahora se encuentra desligado del emisor, y es una realidad metamorfoseada en la cual el lector, al tomar la obra, se introduce. Pero esta misma realidad metamorfoseada propone un «yo», un «Dasein», que debe ser extraído por el lector en la tarea hermenéutica. Para Ricoeur interpretar es extraer el ser-en-el-mundo que se halla en el texto. De esta manera se propone estudiar el problema de la «apropiación del texto», es decir, de la aplicación del significado del texto a la vida del lector. La reelaboración del texto por parte del lector es uno de los ejes de la teoría de Paul Ricoeur.

Mircea Eliade
Mircea Eliade, como un hermeneuta, entiende la religión como «experiencia de lo sagrado», e interpreta lo sagrado en relación al profano. El filósofo rumano subraya que la relación entre lo sagrado y lo profano no es de oposición, sino de complementariedad, después de haber interpretado el profano como hierofanía. La hermenéutica del mito es una parte de la hermenéutica de la religión. La gente no debe interpretar el mito como una ilusión o como una mentira, porque hay verdad a redescubrir en el mito. El mito es interpretado por Mircea Eliade como «historia sagrada». Eliade introduce el concepto de «hermenéutica total».

Mauricio Beuchot
La propuesta de hermenéutica analógica hecha por Mauricio Beuchot surge a partir del Congreso Nacional de Filosofía, llevado a cabo en la ciudad de Cuernavaca (estado de Morelos, México), en 1993, sintetizada en su obra Tratado de hermenéutica analógica (1997). Influenciado por el filósofo argentino Enrique Dussel y el llamado método analéctico, para posteriormente retomar ideas de la analogía en Peirce, Mauricio Beuchot propone un proyecto hermenéutico denominado hermenéutica analógica o también hermenéutica analógico-icónica.

La hermenéutica analógica, basada en el concepto de analogía, se estructura como intermedia entre la univocidad y la equivocidad. La univocidad tiende a la identidad entre el significado y su aplicación, es una idea positivista y fuerte que pretende objetividad. Por ejemplo la hermenéutica de Emilio Betti. Mientras que la equivocidad es la diferencia del significado y de aplicación, tiende al relativismo y subjetivismo. Por ejemplo la filosofía de Richard Rorty. La hermenéutica analógica trata de evitar posturas extremas, abriendo el margen de las interpretaciones, jerarquizándolas de una manera ordenada de modo que exista una interpretación que sea el analogado principal y otras interpretaciones que sean analogados secundarios. Así se plantea como una postura moderada, que recupera la noción aristotélica de la frónesis, y puede plantearse como la interpretación de textos que permite una postura ni equivocista (lo que no es) ni univocista (lo que es), sino prudente en un punto medio.

Hermenéutica diatópica
Por otro lado, la Hermenéutica diatópica es un término utilizado en la sociología y la antropología y que describe los espacios de argumentación intercultural necesarios para favorecer un diálogo alejado de posiciones etnocéntricas. Este procedimiento parte de la base de que todas las culturas son incompletas, y que para alcanzar el máximo grado de plenitud es necesario este intercambio de argumentaciones.

Estructuras básicas de la comprensión

Estructura de horizonte: el contenido singular y aprendido en la totalidad de un contexto de sentido, que es preaprendido y coaprendido.
Estructura circular: la comprensión se mueve en una dialéctica entre la precomprensión y la comprensión de la cosa, es un acontecimiento que progresa en forma de espiral, en la medida que un elemento presupone otro y al mismo tiempo hace como que va adelante.
Estructura de diálogo: en el diálogo mantenemos nuestra comprensión abierta, para enriquecerla y corregirla.
Estructura de mediación: la mediación se presenta y se manifiesta en todos los contenidos, pero se interpreta como comprensión en nuestro mundo y en nuestra historia.

Crítica bungeana a la hermenéutica
Para Mario Bunge, la hermenéutica filosófica se opone al estudio científico de la sociedad. En particular, desprecia la estadística social y los modelos matemáticos. Dado que considera lo social como si fuera espiritual, la hermenéutica desprecia los factores ambientales, los biológicos y los económicos, al mismo tiempo que rechaza abordar los hechos macrosociales, como la pobreza y la guerra. De este modo, la hermenéutica constituye un obstáculo a la investigación de las verdades acerca de la sociedad y, por tanto, de los fundamentos de las políticas sociales.

Aplicación en educación
La hermenéutica es una especie de llave maestra con el que el devenir histórico ha logrado cargarse de sentidos y significados valiosos. Su uso en casi todas las disciplinas por el sentido del término que se ocupa del arte de explicar textos o escritos, obras artísticas, hacer descripciones e interpretaciones entre otras características que rodean al concepto. Este ha logrado construirse socioculturalmente por sus diversas funciones y aplicaciones.

Así mismo el concepto es transhistórico ya que ha permitido exponer, publicar, resignificar y analizar aquello de lo que se ocupe. La palabra es adjetivo pues su acompañamiento permite modificar a las cosas materiales o inmateriales (abstractas o imaginarias) cuando esta ciencia interviene ya que a través de esta herramienta se expresan cualidades o circunstancias o bien concreta el significado mediante relaciones de lugar, tiempo, posición, cantidad y otros elementos que se pueden considerar de acuerdo a lo que se estudia.

La importancia de la recuperación del proceso de investigación, aplicación y reflexión utilizando las herramientas de la hermenéutica se ha trabajado recientemente como lo describe este investigador: su «artículo sugiere la importancia del conocimiento y / o compromiso del investigador para el desarrollo de la comprensión de la experiencia. Una forma de comprensión teórica derivada investigadores tierra es llevar a cabo un estudio piloto. El círculo hermenéutico, como se describe por Heidegger, proporciona un marco para la comprensión de la importancia de los estudios piloto; sugiere que una persona debe tener un sentido práctico del dominio en el que un fenómeno se encuentra con el fin de desarrollar la comprensión. En este artículo, 1 presentan las numerosas revisiones significativas al marco teórico y una metodología que un estudio piloto me ha permitido hacer dentro del proyecto de investigación. Dos consecuencias importantes que contribuyen a la investigación en educación superior y en la práctica se ofrecen:
(1) que ilustra la importancia de conectar a tierra el proceso de investigación en la actividad práctica, y
(2) que pone de relieve cómo la reflexión puede ayudar a mejorar nuestra práctica de la investigación.» (Kezar, 2000)

«Una propuesta educativa adecuada puede contribuir a la aparición de grupos de investigación que proporcionan una forma singular de practicar la investigación más humano y humanizador, se centró en el mundo de la vida y el significado y el sentido de la experiencia.» (Raquel, 2016) Así pues se requiere una ruta, un camino que sirva de guía para su aplicación básica: la lectura como elemento fundamental de aquello que es su foco de interés, el conocimiento de reglas mínimas sobre el aspecto que lo aplica, su interpretación.

Se trata de comprender la complejidad, del fenómeno tanto con la intuición que da el conocimiento, como recuperar el trabajo objetivo del autor-texto por medio de la reflexión. La hermenéutica recurre al simbolismo que es una construcción y estructura en sí mismo, aprovechando la cultura como matiz junto con el contexto.

Es una realidad que la hermenéutica ha ampliado su campo de acción por su función de traducir, además de sumar puntos a favor recurriendo a su aplicación en problemas actuales con las nuevas tecnologías, al mismo tiempo que se le juzga por su metodología flexible. «Esta contribución investiga la afirmación de que el establecimiento de la pedagogía hermenéutica como paradigma dominante en ciencias de la educación después de 1918 es particularmente abajo a los espacios de reflexión, que los principales defensores de este paradigma ofrecen para el tratamiento de los problemas centrales en los sistemas educativos. La obra de Eduardo Spranger, Erich Weniger y Herman NOHL será discutido en relación con los tres problemas principales de estos sistemas funcionalmente diferenciados - selección, plan de estudios y profesión. Se puede demostrar que una explicación para el “éxito” de estos científicos hermenéuticas se encuentra en su aceptación de las tradiciones semánticas, sino que también modifica estos en el reconocimiento de los problemas reales-históricos de la educación.» (Felicitas, 2006)

Un campo de acción en el que es importante la incorporación de la hermenéutica es el de la imagen y los medios de comunicación actuales «El análisis hermenéutico sugiere la comprensión de textos a través de los medios de comunicación», (Alexander, 2015) «la comparación con la tradición y la realidad histórica y cultural; la penetración de su lógica; mediante comparación de las imágenes de los medios en el contexto histórico y cultural mediante la combinación de análisis de la, la trama, ético, ideológico, estereotipos iconográficos estructurales / visuales de medios y análisis de los medios, los caracteres de texto. Un análisis de este tipo de textos de comunicación audiovisual, en nuestra opinión, es especialmente importante para la educación en medios en la formación de los futuros historiadores, la cultura, historiadores del arte, sociólogos, lingüistas, teólogos, psicólogos y educadores.» (Alexander, 2015).

Círculo Hermenéutico
Un círculo hermenéutico es un recurso explicativo de tipo dialógico (es decir basado en una estructura dialogal) que intenta dar razón de los aspectos generales para el entendimiento suscitando de esta forma una nueva retroalimentación que hace discursivo el entendimiento en todo proceso hermenéutico.
«Tanto en el campo filosófico como en el teológico, se hace referencia al círculo hermenéutico para designar la estructura circular de la intelección o entendimiento»

Historia del conceptoFriedrich Schleiermacher (1768 - 1834), filósofo y teólogo protestante alemán del siglo XIX, fue el primero en hacer frente a la naturaleza circular de la comprensión (Verstehen). El mismo concepto de hermenéutica , pero sólo de una manera mencionada, ya estaba presente en la filología helenística .
Un interés especial al círculo hermenéutico fue expresada por los exégetas bíblicos desde la época de la Contrarreforma. En filosofía el término hermenéutica fue especialmente señalado por Wilhelm Dilthey en el "Origen de la hermenéutica" (1900) y fue revivido en el siglo XX por diversos filósofos como Martin Heidegger (1927) y Hans-Georg Gadamer (1960).

Schleiermacher
Schleiermacher habla de una “esfera” o un “círculo” para designar una reciprocidad entre el todo y lo singular, o bien de lo especial y lo general, en que se mueve la intelección. Esto sucede del mismo modo para la intelección histórica o de las ciencias del espíritu refiriendo de este modo a la posibilidad de salida del recurso antinómico esclarecimiento-entendimiento, el primero referido a las ciencias de la naturaleza y el segundo a las ciencias del espíritu; entendiéndose de este modo que lo singular debe ser entendido en el todo e igualmente en lo singular. Se entiende de este modo, haciendo un recurso al elemento comprensivo, que se sugiere una pre-comprensión del todo que contiene la comprensión de lo singular. Las ideas de Schleiermarcher influyeron en la hermenéutica de Wilhelm Dilthey y particularmente en el criterio de las cosmovisiones (Weltanschauungen) planteado por Dilthey.

Por lo tanto, su hermenéutica enfatiza la importancia del intérprete en el proceso de interpretación. Se centra en la importancia de que el intérprete entienda el texto como una fase necesaria para interpretarlo. Entender, para Schleiermacher, no implica solamente leer el texto, sino que involucra conocimiento del contexto histórico del texto así como de la psicología del autor.

Heidegger
En su obra “El Ser y el Tiempo” Martin Heidegger establece que el círculo hermenéutico es la ley fundamental de la intelección que pertenece a los dominios esenciales (ónticos) de la existencia y se mueven como un todo en el dominio de lo que es la existencia humana como entidad comprensiva: «la interpretación se funda en la intelección y ésta no surge de aquella»

Se da un elemento de recomposición en donde la intelección es guiada por la interpretación de los sentidos originarios en la existencia. Lo entendido es entendido fundamentalmente “un algo como algo” y allí expresa una “como estructura” que expresa la constitución apriorística de la intelección. Se expresa así un ser que nos sale al encuentro pero de igual manera un ser que no es percibido de manera pasiva sino que en la intencionalindad del individuo es intelegido de manera activa por el sujeto cognoscente dándose una dinámica dialógica entre el sujeto y el objeto del entendimiento ya que ambos se expresan en un proceso de retroalimentación que se hace efectivo en el contexto de la existencia. Ese diálogo es una comunicación de sentido que en palabras de Heidegger “sentido es lo existencial de la existencia, sólo la existencia tiene sentido” De aquí resulta el círculo de intelección: « “Toda interpretación que implique comprensión debe haber entendido ya lo que pretende interpretar” » Surge de este modo un problema referido al campo científico en cuanto ésta obviamente no puede presuponer principios axiomáticos preestablecidos para formular sus postulados y sitúa al círculo hermenéutico en una disyuntiva fundamental, en un vicio que re-sitúa la necesidad de acceder a la posibilidad del uso del mismo dentro del campo de las ciencias exactas ya que visto desde este punto de vista se convertiría en un recurso inacabable. Se dispone así de un imperativo de usar el círculo no como un vicio sino como herramienta en cuanto los intentos de asumir los saberes no implican la pre-suposición de ningún principio, razón por la cual el evidente vicio de comprensión quedaría superado.

Hermenéutica bíblica
Hermenéutica bíblica es la hermenéutica aplicada a la Biblia, es decir, la interpretación de la Biblia o exégesis bíblica. Además de los términos “exégeta” y “hermeneuta”, también se utiliza el término biblista para denominar al experto en las Sagradas Escrituras. El arte de interpretarlas depende de lo adecuado del método utilizado; especialmente el método gramático-histórico, que tiene en cuenta tanto la crítica filológica como el impacto del contexto sobre el texto. Hermenéutica (del griego ερμηνευτική τέχνη [ermeneutiké tejne], ‘interpretar’, ‘traducir’, ‘explicar’), es el conocimiento y arte de la interpretación de los textos, para determinar el significado exacto de las palabras mediante las cuales se ha expresado un pensamiento. Exégesis (del griego ἐξήγησις [exéguesis], de ἐξηγεομαι [exegueomai], ‘explicar’) implica la interpretación crítica y completa de un texto. La distinción entre exégesis y hermenéutica es muy sutil, pues no son términos que tengan necesariamente un significado diferente; de hecho se utilizan de forma intercambiable en la mayor parte de los casos. Según la intención del que use los términos, se puede dar a “hermenéutica” el rasgo de búsqueda de significados espirituales, y a “exégesis” el de una interpretación bíblica centrada en la literalidad del texto y en la reconstrucción de su significado original en el momento de su redacción; pero también puede darse a entender que “exégesis” sea la explicación de la Biblia y “hermenéutica” el conjunto de reglas que se siguen para llegar a tal explicación.

Historia
Interpretación de la Biblia desde la propia Biblia

La evidencia de la interpretación bíblica se remonta al propio Antiguo Testamento, donde aparece una de las mejores ilustraciones de este concepto, así como de su práctica: es el caso de Esdras, fiel sacerdote judío que públicamente leía al pueblo “en el libro de la ley de Dios, aclarando e interpretando el sentido para que comprendieran la escritura”. Los judíos que retornaron del cautiverio babilónico hablaban arameo, y se vieron en la necesidad de acceder a los textos que constituían las Sagradas Escrituras de su religión, conocidas como Halajá (la Ley de Moisés),9​ que estaban escritas en hebreo; de modo que los levitas (que cumplían la función sacerdotal) hacían la traducción e interpretación del hebreo al arameo, procurando conservar el sentido correcto de la ley.

En el Nuevo Testamento aparecen numerosos ejemplos de interpretación del Antiguo Testamento: algunas por el propio Jesucristo, al que se requiere explícitamente para ello; otras por los redactores de los Evangelios, para encontrar el “cumplimiento de las Escrituras” en los hechos de la vida de Jesús; y otras por los redactores de las Epístolas, para dar orientaciones a las primeras comunidades cristianas.

Hermenéutica bíblica judía
Las formas tradicionales de hermenéutica o exégesis en el judaísmo aparecen a través de la literatura rabínica, que incluye el Mishná, los dos Talmudes y la literatura midrash. Los exégetas o hermeneutas judíos reciben el título de mefarshim (comentadores).

El Midrash forma una exposición de la exégesis bíblica del Torá y sus párrafos relacionados con la Ley, que también es un objeto de análisis. La Halajá comprende una exégesis de la Ley escrita. La Agadá es una exégesis de partes del Torá no conectadas a la Ley.

El Mikra comprende el estudio exegético de la Torá, los Nevi'im (“profetas”) y los Ketuvim (“escritos”), las tres divisiones de la Biblia hebrea (no idéntica a lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento). La Mesorá es la exégesis que determinó las reglas y principios que gobiernan los textos bíblicos. La redacción del Talmud resulta de estudios exegéticos, y el Talmud en sí se ha convertido en objeto de estudio y análisis. La exégesis judía no terminó con la redacción del Talmud; continuó durante el resto de la Edad Antigua, la Edad Media y el Renacimiento. En el siglo XVII Baruch Spinoza (que fue expulsado de la comunidad judía de Ámsterdam por su racionalismo filosófico) fue uno de los precursores de la hermenéutica bíblica moderna.

En el judaísmo la hermenéutica o exégesis sigue siendo objeto de estudio hoy en día, pues se considera una herramienta importante en el entendimiento de las Escrituras. En cada comunidad judía de cualquier parte del mundo hay centros para estudios exegéticos.

Hermenéutica bíblica cristiana
Edad Antigua

Entre los exégetas antiguos se cita a:
Orígenes (185-254),
Juan Crisóstomo (347-407),
Teodoreto de Ciro (393-458),
Hilario (c. 410-468),
Ambrosio de Milán (340-397) y, principalmente,
Jerónimo de Estridón (340-420).


En la Edad Media, la exégesis estuvo representada por:
Gregorio Magno (540-604),
Bernardo de Claraval (1090-1153),
Buenaventura de Fidanza (1218-1274),
Alberto Magno (1193/1206–1280) y
Tomás de Aquino (1225-1274).

Edad Moderna
En la Edad Moderna, con el humanismo del Renacimiento y, sobre todo desde el siglo XVI a ejemplo de Lutero, salieron a la palestra infinidad de intérpretes racionalistas de la Biblia que fueron contrarrestados entre otros por los católicos Cornelio a Lapide (1567-1637) y Dom Calmet (1672-1757). Desde los siglos XVII y XVIII se aplica la hermenéutica a una interpretación objetiva y comprensible de la Biblia. Ésta pretende indagar en el contexto histórico bíblico, y en su connotación, pertinencia y relevancia, teniendo en cuenta el ámbito actual. Esta rama de la hermenéutica intenta trazar un puente de comprensión entre el pasaje bíblico (palabra escrita) y la realidad presente. La hermenéutica bíblica siempre respeta el sentido histórico y literario del texto, pero abre las puertas para una interpretación sólida y pertinente, sin violentar lo que se quiso decir inicialmente.

Pero el origen de los estudios hermenéuticos se encuentra realmente en la teología cristiana, donde la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros sagrados de la Biblia, que, como revelados por Dios pero compuestos por hombres, poseían dos significados distintos: el literal y el espiritual, este último dividido en tres: el anagógico, el alegórico y el moral:

-El Sentido Literal es el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis filológica que sigue las reglas de la justa interpretación. Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal.
-El Sentido Espiritual, infuso por Dios en el hombre según la creencia cristiana, da un sentido religioso suplementario a los signos, dividido en tres tipos diferentes:
El sentido alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; de esa manera el paso del mar Rojo simboliza la victoria de Cristo y el bautismo.
El sentido moral, por el cual los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducir a un obrar justo; su fin es la instrucción.
El sentido anagógico (o sentido místico) por el cual los santos pueden ver realidades y acontecimientos de una significación eterna, que conduce (en griego anagogue) a los cristianos hacia la patria celestial. Así, la Iglesia en la tierra (Iglesia militante) es signo de la Jerusalén celeste (Iglesia triunfante).

El paso del siglo XVIII al XIX ofrece en las "Ciencias Eclesiásticas" de Juan Andrés, en el marco de la tardía Ilustración cristiana, la síntesis madura de la Hermenéutica bíblica junto a la Teología.

Edad Contemporánea
En la Edad Contemporánea, dentro del catolicismo el Concilio Vaticano II indicó criterios para una interpretación de la Sagrada Escritura conforme al Espíritu que la ha inspirado:

-Unidad de toda la Escritura.
-Leer la Escritura en el contexto de la tradición viva de toda la Iglesia.
-La analogía de la fe, es decir, la cohesión de las verdades de fe individuales entre ellas y con el plano completo de la Revelación.

Exégesis en otras religiones y en otros textos
A pesar de que la utilización más extendida del término "exégesis" es para la interpretación de los textos sagrados judeocristianos, existe también el análisis de textos de otras religiones, como los del islam, e incluso de libros no religiosos.

En el derecho
En el campo jurídico la exégesis es uno de los métodos de hermenéutica jurídica que tuvieron su auge con el Código napoleónico.

Básicamente la exégesis pretende limitar la acción del juez, pues luego de la revolución francesa se considera que todos los hombres son iguales. El juez en la monarquía era un instrumento importante de poder; por lo tanto estaba en la capacidad de interpretar las normas a su gusto. Desde la revolución francesa, y a través de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, se considera que la ley es la emanación de la voluntad general (concepto de Rousseau). Dada la igualdad de los individuos, el juez no debía interpretar la ley pues esto sería darle más importancia a la voluntad particular del juez sobre la voluntad general.

Finalmente, la exégesis consiste en hacer una paráfrasis directa del texto; es tomar casi textualmente lo que dice la ley sin capacidad de salirse de esta. La exégesis y el conceptualismo hicieron parte del formalismo jurídico de principios del siglo XIX.

Este método llegó a Latinoamérica a través del Código civil chileno realizado por el venezolano Andrés Bello (inspirado en el Código napoleónico, en los tratados de los juristas Domat y Pothier, y en la tradición romana clásica), que luego fue fuente de inspiración para otros países, entre ellos Colombia, Nicaragua Y Venezuela.

Continua en Teología III: Exegesis y Eisegesis
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La “hospitalidad de Abraham”, de Andréi Rubliov: los tres ángeles representan a las tres personas de Dios.

Teologia 
La teología (del griego θεος [theos], ‘Dios’, y λογος [logos], ‘estudio’, ‘razonamiento’, por lo que significaría ‘el estudio de Dios y, por ende, ‘el estudio de las cosas o hechos relacionados con Dios’) es la disciplina que estudia el conjunto de conocimientos acerca de Dios, sus atributos y sus perfecciones. La Teología parte del hecho de la existencia inequívoca de Dios. Es por ello que la Teología no se ocupa de la demostración empírica de su existencia, puesto que da por hecho esta afirmación. Este término fue usado por primera vez por Platón en La República para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de sus poetas coetáneos. Más tarde, Aristóteles empleó el término en numerosas ocasiones con dos significados:

1 Teología al principio como denominación del pensamiento mitológico inmediatamente previo a la Filosofía, en un sentido peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a los pensadores antiguos no-filósofos (como Hesíodo y Ferécides de Siros).

2 Teología como la rama fundamental y más importante de la Filosofía, también llamada filosofía primera o estudio de los primeros principios, más tarde llamada Metafísica por sus seguidores y que para distinguirla del estudio del ser creado por Dios, nace la filosofía teológica que se la denomina también teodicea o teología filosófica. (véase Teodicea).

San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran obra «Antiquitates rerum divinatum», de Marco Terencio Varrón, como única teología verdadera de entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la natural. Sobre esta, situó la teología sobrenatural (theologia supernaturalis), basada en los datos de la revelación y por tanto considerada superior. La teología sobrenatural, situada fuera del campo de acción de la Filosofía, no estaba por debajo, sino por encima de esta, y la consideraba su sierva, que la ayudaría en la comprensión de Dios.

Teodicea es un término empleado actualmente como sinónimo de teología natural. Fue creado en el siglo XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal», si bien Leibniz se refería con teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios.

Teología abrahámica
Teología cristiana
Apología cristiana
La apología cristiana es el área de la teología que se especializa en usar argumentos racionales para defender y difundir el Cristianismo. Los apologistas cristianos, al igual que los de otras religiones como el Islam, defienden su punto de vista por medio de evidencia histórica, argumentos filosóficos, evidencia científica, razonamiento lógico, entre otros. Sin embargo, no consideran que esos mismos argumentos son empleados por apologistas de otras religiones. A pesar de que algunos creacionistas son considerados apologistas, generalmente son una minoría en esta área de la teología.

La apología cristiana ha evolucionado durante los siglos, y se remonta al apóstol Pablo, e incluye célebres filósofos medievales como Agustín de Hipona. Algunos apologistas modernos fueron C.S. Lewis y G. K. Chesterton. En el presente, algunos apologistas destacados son el filósofo y teólogo William Lane Craig y el célebre biólogo genetista Francis Collins, ex-director del Proyecto Genoma Humano.

Apologistas modernos
Entre los apologistas cristianos modernos (siglo XIX a siglo XXI), algunos de los más destacados son católicos como: G. K. Chesterton, Ronald Knox, Frank Morera, Karl Keating y el Dr. Scott Hahn. De otras denominaciones, están el evangélico, Norman Geiser, William Lane Craig y el Dr. Ravi Zacharias, el anglicano C. S. Lewis (popular por su Trilema), el luterano John Warwick Montgomery, el presbiteriano Francis Schaeffer. Actualmente, algunos apologistas utilizan sitios de Internet como YouTube o Facebook para difundir su mensaje.

Historia
La apología cristiana nació de la necesidad de que la religión cristiana adoptase una base racional helenística. Esto supuso lo que para ellos era una ventaja sobre las religiones paganas, las cuales se basaban en poemas épicos como la Eneida o la Ilíada, que carecían de una teología racional.

Algunos de los primeros apologistas cristianos fueron Justino Mártir (100 - 165 DC), Orígenes (185 - 250 DC), y el autor de la epístola A Diogneto,​ una muy importante obra de la apología cristiana temprana. San Agustín fue un conocido apologista de la época Patrística,​ durante la cual se organizaron los libros del Nuevo Testamento.

Teología católica
El término teología, por tanto, no es inicialmente de origen cristiano. Solo a través de un proceso progresivo se impone tanto en Oriente como en Occidente el uso cristiano del término «teología». Para Clemente de Alejandría, indica el «conocimiento de las cosas divinas». Para Orígenes expresa la «verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como Salvador». Corresponde a Eusebio el privilegio de haber aplicado por primera vez el atributo theologos a Juan el Evangelista, ya que en su evangelio escribió una «eminente doctrina sobre Dios». A partir de él, la Iglesia Católica afirma que la teología indica la verdadera doctrina, la cristiana, en oposición a la falsa doctrina que enseñaban los paganos y los herejes.

El término teología es una palabra compuesta que, en su significado literal, puede indicar un hablar de Dios, o bien un discurso sobre Dios. Si en términos generales la teología es una reflexión sobre Dios (y en este sentido existe también una teología filosófica), en el sentido más corriente de la Iglesia católica es una reflexión que intenta conocer y comprender la fe a partir de la razón. Así pues, la teología católica presupone la fe como fundamento experiencial e intenta en ella y a través de ella el conocimiento y la comprensión de la fe. En otras palabras, es una actividad intelectual, metódica y crítica que presupone la adhesión a la fe católica. Para indicarla sintéticamente, se resume a menudo a la fórmula de Anselmo de Canterbury: "Fides quaerens intellectum": "La fe busca entender" (la teología es la voluntad de la fe de comprender).

En la constitución del saber teológico católico pueden indicarse su objeto, sus fuentes y su lugar. El «objeto» de la teología es Dios —de manera directa—, y el mundo y el hombre a la luz de Dios. Las «fuentes del conocimiento teológico» y sus criterios de verdad son la razón humana y la revelación divina, de manera privilegiada. El «lugar» de la teología es la Iglesia como comunidad de fe y de cristianismo. De aquí deriva que la Iglesia tiene que poder establecer de forma autorizada criterios para la reflexión teológica. Según la Iglesia católica, la investigación y el trabajo teológico se inscriben dentro de un saber racional, cuyo objeto es dado por la «revelación» —es decir, la Palabra de Dios— transmitida e interpretada por la Iglesia bajo la autoridad del Magisterio —ya que es imposible evitar la mediación de la Iglesia—, y acogida por la fe (importancia del asentimiento de la comunidad). La teología en algunos casos llegó a un alto nivel de especulación y elaboración. Este saber racional ha sido considerado ciencia por los teólogos y por no-teólogos en el pasado medieval y en épocas contemporáneas, aunque para otros del pasado o contemporáneos no es una ciencia. En gran medida, esto se explica porque el concepto de ciencia ha variado y aún en diferentes épocas no es homogéneo.

La Teología se pregunta acerca de la naturaleza, las propiedades y la esencia de Dios usando como fuente la Revelación y como método la lógica trinitaria. En este sentido la Teología católica es en su mayor parte igual que otra teología cristiana. También estudia otras cuestiones, como por ejemplo la soteriología, la mariología, la predestinación, la escatología, la ética teológica y, según algunos autores, la apologética.

El primer milenio después de Cristo se caracterizó por la unidad entre el saber teológico y el ministerio pastoral de los obispos. Algunos de los mayores teólogos fueron los grandes doctores de la Iglesia. Y éstos, con algunas excepciones, fueron obispos. El magisterio del obispo se desarrollaba siendo teólogo y viceversa; poniendo de manifiesto la unidad y la complementariedad de las dos funciones. La teología era considerada como comentario y esfuerzo de penetración en la Palabra de Dios para poder vivirla concretamente.

En Occidente, es sobre todo Agustín el que mantuvo con vigor el sentido religioso de teología: se comprende así la teología como el esfuerzo por penetrar cada vez más en la inteligencia de la Escritura y de la Palabra de Dios. Anselmo de Aosta avanzó en la comprensión de la teología y consideró el principio básico de la teología: quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam (busco entender para creer, pero creo para poder entender).

En el medioevo surgieron múltiples cismas en torno a la naturaleza de Cristo y en referencia a la virginidad de María. Con respecto a ésta última, la controversia en parte giraba en que en Mateo 1:23 el ángel anuncia el nacimiento en condición virginal, mientras que Isaías en su profecía alude a una almah que en hebreo significa niña o jovencita, pero no a una bethulah que significa virgen. Éste es un pequeño ejemplo de las dificultades de la teología, al tener que encontrar la no contradicción entre los argumentos filológicos y filosóficos, y las afirmaciones dogmáticas del Magisterio de la Iglesia católica, sostenidas por ser «asistidas por el Espíritu Santo».

Teología protestante
A partir de Lutero inició un nuevo recorrido teológico, separado e independiente respecto de la teología tradicional católica. Surge así la teología protestante, que difiere de la católica en cuestiones doctrinales que son consideradas fundamentales:

-La Biblia es considerada infalible Palabra de Dios y el texto más importante de todos los libros del mundo. No existen documentos diferentes a la Biblia que sean aceptados como infalibles. Además, de estar basada en el llamado canon de palestina o canon hebreo que consta de 39 libros, a diferencia de la Biblia católica que contiene 46 libros, pues está tomada del canon de Alejandría que contiene siete libros más, llamados apócrifos por la tradición protestante y, también llamados libros deuterocanónicos por la tradición católica.
-No se acepta adoración a ninguna clase de imagen ni a persona humana alguna. Por lo tanto, no se acepta la postración frente a imagen alguna.
-No se acepta la existencia del purgatorio.
-No se acepta el bautismo de niños o infantes, sino hasta que el individuo tiene formada una conciencia de lo moral.
-No se reconoce a la Virgen María ni a ningún otro personaje bíblico o histórico como intercesor ante Dios.

Cabe mencionar que, dentro de la Teología protestante, se destacan 5 puntos que resumen la Teología o creencias:

Sola Fide
Sola Gratia
Sola Scriptura
Solus Christus
Soli Deo Gloria

Lo cual significa que la Salvación es por la Sola Fe (Sola Fide), por la Sola Gracia de Dios (Sola Gratia), por la Única Obra intercesora de Cristo (Solus Christus), dando así la Gloria Solamente a Dios (Soli Deo Gloria) pues el hombre no tiene parte en la salvación. Asimismo, se enfatiza la suficiencia de la Palabra de Dios expresada en la Biblia, con el fin de conocer al Dios verdadero al revelarse este hacia los hombres (Sola Scriptura).

Teología ortodoxa
La teología ortodoxa oriental se caracteriza por su trinitarismo monoteísta, la creencia en la encarnación del Logos (hijo de Dios), un equilibrio entre la teología catafática y apofática, una hermenéutica definida de la tradición sagrada, una eclesiología concreta, y una soteriología terapéutica.

Los cristianos ortodoxos creen en un único Dios que es a la vez uno y trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), aunque apunta que se trata de “una esencia indivisible” presente en los tres. La sagrada trinidad está formada por tres personas distinguibles y distintas (hipóstasis), que comparten una esencia divina (ousia) no creada, inmaterial y eterna. El padre es la fuente eterna de divinidad, de la que el hijo la obtuvo y también del padre la obtuvo el espíritu santo. La ousia de Dios es algo que está más allá de la comprensión humana y no puede ser definida ni tratada por el entendimiento humano.6​

Teología islámica
Kalam (علم الكلم) es una de las ciencias religiosas del Islam. En árabe, la palabra significa ‘discusión’ y se refiere a la tradición islámica de buscar principios teológicos por medio de la dialéctica. Un estudioso del Kalam es llamado mutakallam.

Teología en religiones no-abrahámicas
Mitología clásica, mitología grecorromana o grecolatina es la mitología de la civilización clásica grecorromana, un cuerpo de narraciones míticas esencialmente común (tras adaptar los romanos el panteón de la religión griega a su propia religión original -religión romana-), aunque los nombres de los dioses sean distintos en griego y en latín. Ambas mitologías convergieron en el siglo I a. C.

En la antigüedad grecolatina existieron eruditos paganos que escribieron obras filosóficas en donde trataban el tema del politeísmo de manera racional, como bien son el De natura deorum de Cicerón, o algunos textos de Epicuro como la Carta a Meneceo.7​ También entran aquí textos como De divinatione de Cicerón, De la naturaleza de las cosas de Lucrecio, y Meditaciones de Marco Aurelio.

Religión germánica
La mitología nórdica era una colección de creencias e historias compartidas por los pueblos germanos septentrionales. Es importante señalar que esta mitología no era compartida por los pueblos nórdicos de etnia urálica (fineses, estonios y lapones) ni báltica (lituanos y letones), quienes poseían una propia (aunque parecida). No era una religión revelada, pues no había una verdad entregada por los divinos a los mortales (a pesar que tiene relatos de personas normales aprendiendo las historias de los dioses de una visita de, o a, ellos), y no tenía un libro sagrado. Esta mitología era transmitida oralmente en forma de una larga y regular poesía. Dicha transmisión continuó durante la era vikinga, y nuestro conocimiento sobre ella está basado principalmente en las Eddas y otros textos medievales escritos durante o después de la cristianización.

En tiempos recientes ha habido un resurgir de las creencias de los antiguos pueblos vikingos; sus adeptos, quienes se consideran como odinistas o asatruar han escrito obras y artículos en defensa de un paganísmo racional. En una entrevista en 1992, Jörmundur Ingi Hansen expresó su visión sobre varios temas teológicos, incluido la naturaleza de los dioses y la base de sus creencias paganas:

Desde mi perspectiva, el mundo en su naturaleza se divide en dos, las fuerzas constructivas, Æsir, y las fuerzas destructivas que nosotros llamamos Jötnar. <…> Ásatrú o paganismo es, básicamente, solo para darse cuenta de esta dicotomía y tomar partido por el flanco de los Æsir. La mejor manera de hacer eso, en mi opinión, es ser auto-consistente, vivir en armonía con la naturaleza, asociarse a ella con respeto y someterse al orden público. <...> Los dioses forman las moradas de la gente, la tierra y el sistema solar a partir del material que ya existe. En este contexto podemos considerar a las fuerzas de la naturaleza como los dioses en sí mismos y en gran medida, eso es lo que la gente hacía en la antigüedad.

Teología egipcia
La religión del Antiguo Egipto comprende las varias creencias religiosas y rituales practicados en el Antiguo Egipto por más de tres milenios: desde el período predinástico hasta la adopción del cristianismo en los primeros siglos de esta era. Estas creencias se centraban en la adoración de múltiples deidades que representaban varios aspectos de la naturaleza, simbolizando ideas y funciones de poder, expresados por medio de complejos y variados arquetipos.

La religión egipcia tuvo como principal objetivo la interacción entre los seres humanos y los dioses. Se creía que estos dioses estaban presentes en todos los aspectos del mundo natural, aunque su verdadera naturaleza se mantuvo. también eran muy sensibles por su sexualidad.

Estas deidades eran adoradas con ofrendas y oraciones por los faraones, en los santuarios de los templos. El pueblo los veneraba durante las procesiones, expuestos en templetes exteriores, sobre barcas rituales portadas por los sacerdotes. Apoyados por la realeza, destacaron diferentes dioses en diversos períodos de la historia egipcia y los mitos asociados con ellos cambiaron con el tiempo, así que Egipto nunca tuvo una jerarquía coherente de deidades o una mitología unificada; sin embargo, la religión contenía muchas creencias generales. Entre ellas se encuentra la divinidad del faraón, que ayudaba a unificar políticamente el país, y creencias más complejas sobre una vida más allá, que dio lugar a la elaboración de las complejas costumbres funerarias egipcias: embalsamamiento, momificación, enterramientos rituales en ricos complejos funerarios, con templos funerarios, pirámides, mastabas, etc.

Teología sistemática
Teología sistemática, es una disciplina de la teología cristiana, cuyo fin es formular una coherente, ordenada y racional presentación de la fe y creencias cristianas, inherentes a un sistema de pensamiento teológico que se desarrolla con un método, que puede aplicarse tanto en lo general y como en lo particular. Si bien una teología sistemática debe tener en cuenta los textos sagrados de su fe, también debe mirar a la historia, la filosofía, la ciencia, la ética. Clásicamente la teología sistemática se divide en la doctrina de la Palabra de Dios, la doctrina de Dios, la doctrina del Hombre, la doctrina de Cristo, la doctrina del Espíritu Santo, la doctrina de la Redención, la doctrina de la Iglesia y la doctrina del futuro, en esta teología se puede mencionar como representante principal a Martin Lutero.

Continua en La Biblia XI: Tanaj
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