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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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lunes, 14 de mayo de 2012

El Apocalipsis XVIII: La Caída de Babilonia

La Ramera de Babilonia por Alberto Durero


Apocalipsis: La caída de Babilonia

30. La caída de Babilonia (18:1)

(Ap. 18:1) Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. {2} Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, Ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. {3} Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. {4} Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; {5} porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. {6} Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. {7} Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; {8} por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.

Como trasfondo hay que ver los siguientes pasajes:

La Caída de Lucifer descrita en Is. 14:12
Una endecha contra el rey de Tiro (Ez. 27:1-11)
Canto de destrucción de Babilonia (Is. 13:19-22)
Canto de destrucción de Edom (Is. 34:11-15)
Cantos de destrucción de Babilonia (Jer. 50:39, ver también Jer. 51 que contiene muchos de los pensamientos de Ap. 18:3
Canto de destrucción de Nínive (Sof. 2:13-15)

v. 1 - Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. {2} Y clamó con voz potente - El ángel tiene una gran autoridad delegada por Dios, así como Satanás le dio a la bestia una gran autoridad. El ángel debe anunciar la caída de la gran ciudad que es la ciudad de la bestia. La tierra fue alumbrada con su gloria que viene de la gloria de Dios cuando el ángel estuvo en la presencia de Dios en el cielo. Así como el rostro de Moisés brilló con la gloria después de que estuvo en la presencia de Dios. El ángel es similar en su descripción al de Ez. 43:1-2 donde la tierra estaba radiante con la gloria de Dios. La gloria del ángel es apropiada a la grandeza de su anuncio y su autoridad para proclamar la palabra de Dios relacionada con la caída de Babilonia.

v. 2 - diciendo: Ha caído, Ha caído la gran Babilonia - El ángel anuncia la caída de Babilonia la Grande. Esto es una repetición del anuncio del ángel en 14:8 (ver también Is. 21:9, "Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra"). Esto nos recuerda también de la caída de un antiguo rey de Babilonia, Belsasar, en Dn. 5:26, "Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin". La repetición de "Ha caído" indica la certeza del juicio.

v. 2 - y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible - Después de su destrucción estará desierta. Esto es ampliado por el ángel en 18:21-24. Ya está habitada por espíritus inmundos que provocan a los hombres a acciones impuras (xxxx). Después que el hombre ya no está ahí, los demonios andan dando vueltas buscando descanso (Lc. 11:24). La descripción en este versículo es una clásica descripción bíblica de una ciudad desolada (Jer. 9:11, 50:39, 51:37, Is. 13:29-22, 34:8-15).

v. 3 - Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites - El ángel da las razones para su destrucción. Ella sedujo a las naciones, a los reyes y a los mercaderes para que sean infieles a Dios (ver también 17:2). Ver Jer. 51:7, "Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones." Los reyes se unen a ella en sus pecados contra Dios. También comparten su poder y su lujo (ver v. 9). Los mercaderes también se hacen ricos de su deseo de más y más lujo. Vemos esto ahora en el mundo; los ricos se vuelven más ricos y los pobres, más pobres. Lo que se condena aquí es el lujo excesivo. Los mercaderes lamentarán la pérdida de un comercio redituable (18:11, 15, 23).

v. 4 - Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas - Esto es claramente una advertencia a los santos. Hay dos significados aquí. Primero, para que salgan, en el sentido de separarse de sus pecados; segundo, de huir a fin de evitar su juicio (ver 1 Cor. 11:32, Jer. 51:6, 45). Así como Lot huyó de Sodoma antes de su destrucción (Gn. 19:12 ff. ), los israelitas huyeron de Egipto, el pueblo de Dios huyó de Babilonia (Jer. 51:45) y la iglesia primitiva huyó de Jerusalén para evitar la persecución antes de su destrucción, así al pueblo de Dios se le dice que deje Babilonia antes que venga la destrucción sobre ella. Este es un mandamiento personal de Dios. Esto tiene un eco a lo largo de las Escrituras, comenzando desde Abraham, al que se le dijo que dejara su tierra (Gn. 12:1). Estaba esperando una tierra mejor, celestial, y Dios le había preparado una ciudad para él (Heb. 11:8-16). Esto encuentra su cumplimiento con la Jerusalén celestial más adelante en Apocalipsis. Encuentra un eco en 2 Cor. 6:16 donde el pueblo de Dios es llamado fuera; es decir deben ser un pueblo santo, separado del mundo y de su pecado. Note que la palabra iglesia en el Nuevo Testamento es ekklesia, lo que significa una Asamblea de los llamados afuera por Dios. Esto debería ser leído junto con las advertencias a las iglesias de Pérgamo (Balaam idolatría, inmoralidad) y Tiatira (Jezabel, idolatría, inmoralidad) en mente. Los santos no pertenecen al mundo, pero han sido escogidos del mundo (Jn. 15:19, cf. Stg. 4:4 y 1 Jn. 2:15-17).

v. 5 - porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades - Así como el hombre trató de hacer la torre Babel para llegar hasta el cielo (Gn. 11:4), ahora sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades; no se ha olvidado (cf. Jer. 51:9). En la séptima copa Dios se acordó de Babilonia la Grande y le dio la copa llena del vino de Su ira (16:19). Note que esto está en contraste con los santos, de cuyos pecados Él no se acordará más. (Heb. 8:12, 10:17, Jer. 31:33).

v. 6 - Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble - En Ex. 22:4 un ladrón debe pagar el doble de la propiedad que fue robada (v.4, 7, 9). Babilonia debe ser pagada por sus obras, su castigo debe ser de acuerdo con sus acciones (Jer. 50:29, Sal. 137:8). En Jer. 16:18 se les paga el doble por su pecado de idolatría (cf. Is. 40:2). De la misma forma que usó la copa de oro para tentar al mundo a que se aleje de Dios, así será usada para juzgarla (cf. Ap. 17:2, 4, 18:3, Jer. 25:15, 51;7) y beberá de la copa llena del vino de la furia de su ira (16:19) que involucra la destrucción de las ciudades del mundo por un terremoto.

v. 7 - Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto - Vemos aquí que su castigo es justo. Consigue tanta tortura y aflicción como la gloria y el lujo que se dio a sí misma. "dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto" (cf. Is. 47:5-12). Ella es arrogante, pero Dios lo ve todo y la juzga como corresponde. La caída de Babilonia se describe en Is. 47. Esto es también una denuncia de la Reina del Cielo (Jer. 7:18, 44:17). Es también una advertencia a la iglesia de Laodicea que tenía la misma actitud, y decía, "Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad" (3:17). Juan está usando a la prostituta para mostrar a la iglesia, especialmente a los cómodos laodicenses, la verdadera naturaleza de la prostituta. El cristiano no debe amar al mundo ni las cosas que están en el mundo. El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Jn. 2:15-17).

v. 8 - por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga - El "por lo cual" se refiere a v. 4-7. El "un día" indica lo repentino de su juicio. Las plagas son probablemente las siete copas, especialmente la séptima pero también la quinta. Dios la juzga según sus palabras "Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto". Se sienta como una reina y le viene la muerte. No soy una viuda y le llega el luto. Vivía en el lujo y le llega el hambre. Consigue una doble porción de su propia copa (v. 6). Dios usa la bestia y los diez reyes para juzgarla. Ellos comerán sus carnes y la quemarán con fuego (17:16, Zac. 9:4, Is. 47:9). En Lev. 21:9 el castigo para la hija de un sacerdote que se vuelve prostituta es ser quemada en el fuego. Finalmente, note que no importa cuán poderosa es Babilonia, es el Señor Dios el que la juzga (como lo muestra el ángel con gran autoridad en v. 1) es más poderoso que ella.

30. 1. Lamento por Babilonia (18:9)

Esto tiene mucho en común con el lamento por Tiro en Ez. 26 y 27. Babilonia es descrita como una ciudad de poder y de gran riqueza. En una hora pierde ambos. Ver también Is. 23:1-18 para un lamento sobre Tiro. Note el triple énfasis dado por reyes, mercaderes y marineros de la hora de su caída y ruina (v. 10, 17, 19). Este es otro ejemplo del uso de tres para describir la estructura de la ciudad (cf. 11:8, 16:19, Milligan). Como la gente ha basado su vida y su esperanza en la mujer que representa la riqueza y los placeres de esta vida, cuando es destruida su esperanza desaparece y por lo tanto ellos lamentan su desaparición. Esta gente estaba enamorada del mundo y de las cosas de este mundo (ver 18:12 ff.) y por lo tanto lamentan su desaparición (1 Jn. 2:15-17). Esto está en contraste con los santos que se alegran sobre su destrucción porque el mundo la persiguió (18:20, 19:2).

Los reyes hacen lamento por su pérdida de poder y lujo. Los mercaderes y marinero hacen lamento por su pérdida de riqueza mediante el comercio con las cosas del mundo. Note que los mercaderes llevan a cabo su comercio por tierra mientras que los marineros comercian en el mar; de esta forma cubren todo el mundo. Jesús nos advierte que la vida de un hombre no consiste en la abundancia de sus posesiones (Lc. 12:15 ff.)

30. 1. 1. Los reyes de la tierra hacen lamento (18:9)

(Ap. 18:9) Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, {10} parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!

v. 9 - Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella - Los reyes compartieron su lujo que ahora es destruido. Por lo tanto, lloran y hacen lamento sobre ella (cf. Ez. 26:16, 27:35). Le humo de su fuego aparece porque es destruida con fuego (ver versículo anterior y 17:16). Juan usa una expresión similar, "humo de su tormento" para describir el tormento de aquellos que adoran a la bestia (14:11). En 19:3 los santos, los apóstoles y los profetas que habían sido perseguidos por ella gritan "¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos". Note que la bestia, el falso profeta y el dragón son arrojados al lago de fuego (20:10).

v. 10 - parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! - Los reyes hacen lamento por su pérdida de poder. Sin ella, su poder se ha ido. Están aterrados porque se ha ido su seguridad. Habían cometido adulterio con ella y por lo tanto estaban unidos a ella en su destino (xxxx, cf. aquellos que cometieron adulterio con Jezabel y que comparten su destino a menos que se arrepientan de sus caminos, 2:20-23). Los reyes de la tierra son despachados más tarde (19:19-21). Babilonia ha perdido su poder en una hora, que es el mismo tiempo que los reyes reciben autoridad como reyes, junto con la bestia (17:12). Su pena es la pena del mundo, no la pena santa que lleva al arrepentimiento (2 Cor. 7:10). Su pena está totalmente centrada en ellos mismos. Caird comenta que la hora de persecución (17:12) está equilibrada por la hora de retribución. Esto supone que los diez reyes son los mismos que los reyes de la tierra. Debe tenerse en mente también que los diez reyes ayudan a destruir a la prostituta, así que es improbable que sean el mismo grupo. Considere el lamento sobre la destrucción de Egipto (Ez. 32:10, "y dejaré atónitos por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída".

30.1.2. Los mercaderes hacen lamento (18:11)

(Ap. 18:11) Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más mercaderías; {12} mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; {13} y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. {14} Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. {15} Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, {16} y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! {17} Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas.

v. 11-13 - Hay siete categorías de bienes, la mayoría artículos de lujo:

Tesoros

Oro, plata, piedras preciosas y perlas

Telas finas

Lino fino, púrpura, seda y tela escarlata

Materiales de construcción de lujo

Todo tipo de madera olorosa, artículos de todo tipo de marfil, madera costosa, bronce, hierro y mármol

Especias, etc.

Cargas de canela, especias, incienso, mirra y olíbano

Alimentos

De vino, aceite de oliva, harina fina y trigo

Ganado

Bestias, ovejas, caballos y carros

Esclavos

Y almas de hombres

v. 11 - Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más mercaderías - los mercaderes hacen lamentación no sobre Babilonia sino porque han perdido su comercio. Sigue una lista de siete partes de las mercancías que comerciaban los mercaderes.

v. 12 - mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol - La mujer estaba decorada con muchas de estas cosas. Estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba resplandeciente con oro, piedras preciosas y perlas

 (17:4). Compare con su descripción dada por los mercaderes en 18:16, "¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!" Comerciaban en perlas pero se perdieron la perla de gran precio que les hubiera dado entrada a la Nueva Jerusalén (Mt. 13:45, Ap. 21:21).

v. 13 - y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres - El vino y el aceite no fueron dañados por el tercer sello (6:6); el trigo escaseaba y la cebada no era comerciado por los mercaderes porque es una comida de pobres, no es un lujo.

v. 14 - Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás - "Los frutos codiciados" es probable que sean aquellas cosas listadas en los versículos anteriores. Ellos toman nota de lo final de su destrucción.

v. 15 - Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando - Ellos harán lamentación porque han perdido la fuente de su riqueza (18:3). Su tormento es ser quemada en el fuego (17:16, 18:8, 9). Se paran lejos de ella, a una distancia prudencial de su quema, como hicieron los reyes. Ellos podrían ser los próximos en unirse a ella en su castigo, ya que se hicieron ricos de sus lujos.

v. 16 - y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! - Su riqueza, descrita en el versículo anterior, se ha arruinado en poco tiempo, una hora (cf. 18:10, los reyes lamentan; 18:19, los marineros lamentan). La hora corresponde al período de autoridad de los diez reyes, junto con la bestia (17:12) que la llevan a su ruina (17:16).

30.1.3Los hombres de mar hacen lamentación (18:17)

(Ap. 18:17) Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; {18} y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? {19} Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! {20} Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.

v. 17 - Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos - Los hombres de mar se mencionan acá porque complementan a los que comercian en tierra, los mercaderes. Así, en conjunto, comercian en tierra y en mar, que es el reino del diablo ("¡Ay de los moradores de la tierra y el mar!, porque el diablo ha descendido a vosotros...", 12:12). Ellos hacen lamentación, como los mercaderes, porque han perdido su fuente de riqueza (Ez. 27:25). Ellos también, como los reyes y los mercaderes, se paran lejos, aterrorizados por su tormento.

v. 18 - y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad - Los reyes de la tierra también vieron el humo de su incendio (18:9). Ver también el lamento sobre Tiro en Ez. 27:32.

v. 19 - Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! - Tomado del lamento sobre Tiro en Ez. 27:30. Ellos lloran y hacen lamentación por su pérdida de riqueza más que por sus pecados.

v. 20 - Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella - Compare con Jer. 51:48, "Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia, porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová". En contraste con el lamento de los reyes, los mercaderes y los hombres de mar, el pueblo de Dios en el cielo es llamado a alegrarse sobre ella por que Dios la ha juzgado por la forma en que trató a los santos mientras estaban en la tierra. Esto es sólo una orden inicial para que los que están en el cielo se regocijen sobre su destrucción. Sigue una descripción de su destrucción. Después de esto, en 19:1, el cielo estalla en una gran voz, gritando la alabanza a Dios porque ha condenado a la gran prostituta y ha vengado la sangre de Sus siervos. Hay un regocijo similar en el cielo cuando Satanás es expulsado (12:12). Son los del cielo los que han sido perseguidos por la gran ciudad. Su sangre ha sido vengada, así que ahora deben regocijarse. Ella ha muerto a los santos (17:6) y a los profetas (18:24). Dios finalmente ha reivindicado a Sus siervos, los mártires, cuando clamaron por justicia y para que su sangre sea vengada (6:9, 19:2).

Esta es la única vez que los apóstoles de Dios se mencionan en este libro. Se los incluye porque ellos han sido perseguidos también, junto con los santos y los profetas (Lc. 11:49, Ap. 18:24). Los profetas se mencionan más que los apóstoles porque hay una tradición más fuerte de profetas siendo perseguidos (Mt. 5:12). Tanto apóstol como profeta es un ministerio de la iglesia (1 Cor. 12:28). Dios la ha tratado de la misma forma que ella ha tratado a Su pueblo. Este principio se ve también en 18:6, "Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras". Es el principio de sembrar y segar (Gal. 6:7).

30. 2. Destrucción final (18:21)

(Ap. 18:21) Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. {22} Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. {23} Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. {24} Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.

Note las seis frases que indican la completa destrucción de Babilonia (Hendriksen):

Babilonia... nunca más será hallada
[la música] ... no se oirá más en ti
ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti
ni ruido de molino se oirá más en ti
luz de lámpara no alumbrará más en ti
ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti

v. 21 - Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada - Esto está basado en el rollo sobre el que Jeremías había escrito todos los desastres que vendrían sobre Babilonia. El principal camarero, Seraías, debía leerlo y atarlo a una piedra y arrojarlo al río Éufrates y debía decir, "Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y será rendidos" (Jer. 51:60-64). Esto es seguido por la declaración en seis partes de lo que no se encontrará más en ella (Ez. 26:21). Esto nos debería recordar también de lo que dijo Jesús, "cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar" (Mt. 18:6). El verdadero crimen de la prostituta es que tienta al pueblo de Dios a pecar.

v. 22 - Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti - Compare esto con las palabras del Señor a Tiro en Ez. 26:13 y a los habitantes de la tierra en Is. 24:8. Contraste la falta de música con los redimidos (14:2) que tocan sus arpas

v. 23-24 - Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. {24} Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra - "Luz de lámpara no alumbrará más en ti" está en contraste con la Nueva Jerusalén donde la gloria de Dios da luz y el Cordero es su lámpara (21:23). En la Nueva Jerusalén, el Cordero es el novio y la iglesia su novia y las voces serán muy evidentes (ver 19:6). Sus mercaderes eran los grandes hombres del mundo (Is. 23:8) que hicieron lamento por ella en 18:11-17.

 Compare esto con las palabras de Jeremías al pueblo de Judá cuanto estaban por ir a la cautividad porque no obedecieron al Señor ni escucharon a Sus profetas (Jer. 25:10, "y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara"). Contraste esto con la bienaventuranza de las bodas del Cordero (19:9). Esto nos recuerda también de dos juicios anteriores: en los días de Noé la gente estaba comiendo, bebiendo y casándose, y el diluvio los destruyó a todos; en los días de Lot la gente estaba comiendo y bebiendo, comprando y vendiendo, plantando y edificando (note que no se menciona el casamiento) pero luego fueron destruidos por fuego y azufre del cielo. Entonces Jesús nos recuerda que será igual que esto cuando Él venga de nuevo (Lc. 17:26-30). Un ejemplo contemporáneo sería Pompeya, en 70 d.C. (Sweet). Las razones que se dan para el juicio son:

Por su hechizo mágico todas las naciones se descarriaron (cf. Nahum 3:4). En ella se encontró la sangre de los profetas y de los santos, todos los cuales habían sido muertos en la tierra (cf. las almas debajo del altar, 6:9, y en 19:2 donde es vengada en ella la sangre de Sus siervos (Jer. 51:49).

Nínive era conocida por derramar sangre, por hechicería y brujería (Nahum 3:4, "a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos". El v. 24 es similar en su pensamiento a Jer. 51:49, "por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra". 

Nínive y Jerusalén (Mt. 23:37) son tipos de Babilonia descritos acá por Juan. En ella se encontró la sangre de los profetas y de los santos. En 17:6 vimos que la mujer estaba ebria con la sangre de los santos. Ella persiguió a los santos y consiguió su retribución justa. No es sólo una perseguidora sino que es responsable por la sangre de todos los que han sido muertos en la tierra. Así que es mucho más que la iglesia apóstata; ella representa el deseo de poder y riqueza que hace que las naciones vayan a la guerra por estos motivos. Ella reina sobre los reyes de la tierra y es, por lo tanto, en su ambición, responsable de todas las guerras.

Continua en El Apocalipsis XIX: Aleluya


domingo, 6 de mayo de 2012

El Apocalipsis XVII: La Mujer Sobre La Bestia

La ramera de Babilonia cabalgando sobre la bestia de siete cabezas (grabado ruso del siglo XIX).

Apocalipsis: La mujer sobre la bestia

Escena 6: Babilonia la prostituta

La mujer sobre la bestia (17:1)
El misterio de la mujer y la bestia explicado (17:7)
La caída de Babilonia (18:1)
Lamento por Babilonia (18:9)
Aleluya (19:1)
Bienaventurados aquellos que son invitados a la cena de las bodas del Cordero (19:9)

29. La mujer sobre la bestia (17:1)

(Ap. 17:1) Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían la siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; {2} con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. {3} Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. {4} Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; {5} y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. {6} Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro

El capítulo 16 describe el castigo de aquellos que adoran a la bestia. Los capítulos 17 y 18 describen la destrucción de Babilonia. El capítulo 19 describe la destrucción de la bestia y el falso profeta. Y el capítulo 20 describe el final de Satanás. Compare con Heb. 10:12-13 en donde Cristo espera a que sus enemigos se conviertan en estrado de sus pies.

La clave para leer este pasaje en Apocalipsis, cap. 17-18, por primera vez es entender que Dios se está refiriendo a Roma como la mujer y al emperador (o imperio) como la bestia. El Imperio Romano se extendía sobre una gran área geográfica y había conquistado muchos reinos. Estos reinos debían extender su lealtad a Roma. El emperador vivía en forma extravagante como la mayor parte de Roma, y grandes cantidades de artículos de lujo y de esclavos eran importadas hacia Roma. De aquí el lamento sobre su caída por parte de los mercaderes y pilotos de barcos que habían perdido sus negocios. Para entonces había una gran inmoralidad dentro de Roma y ésta se había extendido a las provincias circundantes, por ejemplo Corinto. Las cartas a los Corintios fueron escritas para corregir muchos de los problemas que esto traía aparejado. Encontramos en Apocalipsis a la mujer Jezabel que se da como ejemplo de esto dentro de la iglesia de Tiatira (2:20). Roma también persiguió a los santos, lo que se menciona en este capítulo. Recuerde que Juan estaba en Patmos por su fe. Recuerde también que emperador e imperio son intercambiables. Así que Roma y su imperio son su modelo para estos capítulos. Sin embargo, hay un significado más profundo porque Juan está usando el término general, Babilonia, y no específicamente Roma, así que no se aplica sólo a aquellos tiempos sino que se extiende hacia delante en el tiempo para cubrir todos los futuros regímenes impíos de los que Roma es su ejemplo corriente, pero que alcanzarán su clímax con el imperio del anticristo.

La mujer es la personificación de aquella ciudad terrenal que puede verse en contraste con la ciudad celestial de Nueva Jerusalén. Ella es una falsificación terrenal de la ciudad celestial. Está cubierta de joyas preciosas, perlas y oro, al igual que la Nueva Jerusalén. Se la debe contrastar con la mujer del capítulo 12 que representa a los elegidos de Dios y que está vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y una corona de las doce estrellas sobre su cabeza. Ella es la copia terrenal de la sociedad celestial de Dios, que es Su iglesia. Ella es el mundo que es la sociedad humana, organizada independientemente y que desafía a Dios. La vemos en Caín, que asesinó a su hermano y salió de la presencia del Señor para fundar una ciudad (Gn. 4:16-17). La vemos en Babel en donde la humanidad, en rebelión contra Dios, conspiró en conjunto para hacer una torre que llegara hasta el cielo (Gn. 11:4), una religión de obras. Vemos que mujer y la ciudad son una ciudad compuesta: Egipto, Sodoma y la Jerusalén terrenal (11:8). Siendo un ejemplo, representa la religión falsa o apóstata como la Jerusalén terrenal que persiguió a los profetas y crucificó a nuestro Señor. También representa al mundo con los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida (1 Jn. 2:16). 

Representa el poder mundial, las riquezas del mundo, el comercio mundial, las religiones del mundo y el comercio y la cultura del mundo. Su destrucción ocurre con la séptima copa (16:17) cuando un terremoto gigantesco hace que las grandes ciudades de la naciones sean destruidas, la gran ciudad de Babilonia es partida en tres. En Babel comenzaron a construir una ciudad con una torre que llegaba hasta el cielo a fin de hacerse un nombre para ellos, pero Dios los había esparcido alrededor del mundo, y aun hoy todas las principales ciudades del mundo compiten para construir rascacielos más altos que el otro. Uno sólo tiene que pensar en Manhattan con sus grandes rascacielos, las torres gemelas del World Trade Center, que son monumentos a los logros del hombre. Cuando estos sean destruidos el comercio será destruido y los que lo usaban para enriquecerse harán luto por su desaparición. Hailey comenta que ella es el tercer método que usa Satanás para destruir a la iglesia, después de las dos bestias que representan el poder político y la religión falsa o la doctrina falsa. Ella representa el mundo de la lujuria, todo lo que apela a la carne, a la mente o nos induce o seduce lejos de Dios, de la misma forma que ha seducido exitosamente a los reyes y a los habitantes de la tierra lejos de Dios.

Al considerar la identidad de la mujer, deben considerarse los siguientes puntos:

1. Se la describe como la prostituta, lo que contrasta con la novia (la iglesia)
2. Babilonia, la ciudad terrenal, debe ser contrastada con la ciudad celestial, la nueva Jerusalén
3. La gran ciudad es descrita figurativamente como "Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado" (11:8)
4. Se sienta sobre muchas aguas, que son pueblos, multitudes, naciones y lenguas
5. Se la debe distinguir de la bestia sobre la cual se sienta y que la destruye
6. Es la ciudad de poder, lujo excesivo y gran riqueza
7. Ella persiguió a los santos
8. Gobierna sobre los reyes de la tierra
9. Está asociada con la música, el comercio, la agricultura, el matrimonio, los mercaderes y la persecución
10. Con ella los reyes de la tierra cometen adulterio y los habitantes son intoxicados con el vino de sus adulterios
11. En vista del énfasis del libro en que sólo Dios debe ser adorado, debe ser vista como la tentadora que tienta a los hombres a alejarse de Dios


v. 1 - Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían la siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas - Esto da comienzo a una nueva escena. La destrucción de la gran ciudad ya ha sido mencionada en la séptima copa (16:19). Esto se amplía ahora en estos dos capítulos. Uno de los siete ángeles que tenía las siete copas llena de las siete plagas le mostró a Juan el castigo de la gran prostituta. Compare esto con el mismo ángel que le mostró a Juan la novia, la esposa del Cordero. Una es castigada; la otra se convierte en la esposa del Cordero (ver 21:9). La palabra griega para castigo (krima) se traduce en otras partes como juzgado (18:20 cf. 20:4). La gran prostituta claramente debe ser contrastada con la novia, la esposa del Cordero, la Nueva Jerusalén y podría ser entonces la iglesia apóstata, aunque no parece haber mucho aspecto religioso en ella (es mucho más probable que la iglesia apóstata sea llamada adúltera). Hay varias referencia a la gente que se prostituye. Algunas son sobre los paganos (Ex. 14:15) pero otros están relacionados con el pueblo de Dios (Dt. 31:16, Ez. 16:15). La raíz de la prostitución mencionada aquí es la idolatría, la avaricia (Col. 3:5); es tremendamente rica. Una prostituta vende su cuerpo por dinero. Babilonia vende su alma por la riqueza y el poder sobre los reyes de la tierra que son sus amantes. Uno se acuerda de las palabras de Jesús en Mt. 16:26, "¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" Se la llama la "gran" prostituta. Compare esto con la expresión "Babilonia la grande". Sin embargo se da una referencia velada a Babilonia en 11:8 donde la gran ciudad es donde yacen los cuerpos de los dos testigos (la iglesia) y la gran ciudad es descrita como "en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado". Hay aquí una referencia a la Jerusalén terrenal, el hogar de los fariseos que Jesús castiga en términos que no admiten dudas. Babilonia está también asociada estrechamente con la bestia que tienen a la vez poder político y eclesiástico como se muestra en el capítulo 13. Así, la gran prostituta es la gran ciudad, que es Babilonia. Representa el sistema mundial que incluye a la iglesia apóstata que es tan mundana que es parte del mundo. Se sienta sobre muchas aguas que luego se explican como "pueblos, multitudes, naciones y lenguas" (17:15). Esta expresión en cuatro partes significa que gobierna todo el mundo.

En la Biblia otras ciudades son descritas como prostitutas. Nínive por su brutalidad (Nah. 3:4) y Tiro por su mundanalidad que involucraba el comercio con todas las naciones (Is. 23:15-15, Caird). Jerusalén es condenada por su injusticia (Is. 1:21-23, "¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel?" Adorar a otros dioses es asemejado a la prostitución (Ex. 34:14-17, Lev. 17:6-7). La idolatría es también prostitución (Lev. 17:6-7, Ez. 16:17, 23:49). La mayoría de las referencias en el Antiguo Testamento a la prostitución se refieren a la apostasía espiritual en la adoración de ídolos de Israel o Jerusalén (ver Ez. 16:1 ff., Lev. 20:4-6, Dt. 31:16, 2 Cr. 21:11, Jer. 2:19-21, Jer. 3:1-3, Ez. 23:49, Oseas 9:1. En Num. 15:38-39 a los israelitas se les dice que obedezcan los mandamientos de Dios y que no se prostituyan yendo detrás de sus corazones y de sus ojos.

Como con otras descripciones figurativas de la gran ciudad, como Egipto, Sodoma y Jerusalén (16:19), Babilonia es una ciudad compuesta como Nínive, Tiro y Jerusalén indican más arriba. Las endechas de lamentación sobre la destrucción de Babilonia en el próximo capítulo son tomadas principalmente de los cantos de ruina sobre Tiro, Nínive y Babilonia en el Antiguo Testamento. No hay ninguna evidencia concluyente que sugiera que Babilonia sea la iglesia apóstata. Esta idea es más probable que haya surgido de la escuela historicista durante los tiempos de la Reforma, que veía a la Iglesia Católica Romana como Babilonia. Aunque debería ser contrastada por cierto con la Nueva Jerusalén (la iglesia), Walvoord dice que el capítulo 17 se refiere a la Babilonia eclesiástica, y el capítulo 18 a la Babilonia política. Su argumento principal es que está sentada sobre la bestia, la que representa el poder político, y que en consecuencia ella debe representar el poder eclesiástico. Que esté sentada encima de la bestia sugiere que la bestia la sostiene y, por otro lado, que está en un papel dominante, al menos exteriormente. Ha habido sugerencias también de que Babilonia es el falso profeta o la segunda bestia que ya no es necesario para sostener el poder de la primera bestia. Esto haría que la trama tenga sentido, pero no hay evidencia sustancial que apoye este punto de vista. Que la iglesia apóstata sea parte de Babilonia es cierto. Sin embargo, el modelo de Egipto, Sodoma y Jerusalén indica esto también, así como la Jerusalén apóstata es llamada prostituta junto con Nínive y Tiro.

v. 1 - Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas - El ángel quiere mostrarle a Juan su castigo y destrucción, que son descritas en v. 16 y en la séptima plaga (16:19) y en 18:8. Encontramos aquí, en los capítulos 17 y 18, tanto una descripción como un castigo de uno de los enemigos de la iglesia. La destrucción y castigo del resto de sus enemigos se tratan después. No debe ser confundido con la mujer de Ap. 12 La mujer es la ciudad de Babilonia (ver v. 18). Es insolente, orgullosa e idólatra. Se llama a sí misma la reina eterna (Is. 47:7). Ver también la descripción de Tiro en Ez. 27, 28. Tiro es también un tipo de Babilonia. Un lamento sobre la caída de Tiro se usa como base para el lamento de los mercaderes y los capitanes de barcos en 18:11-19. Babilonia indica el mundo de la industria, comercio, arte y cultura que intentan inducir y seducir al creyente lejos de Dios. La descripción del rey de Tiro en Ez. 28:12 se piensa a menudo que describe el origen de Satanás (ver también Is. 47:7-13 para una descripción de Babilonia y Is. 23, especialmente v. 17, donde Tiro "volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra". Se la describe en Ap. 17:18 como "la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra". En el tiempo de Juan sería Roma, que había conquistado a muchas naciones. Como prostituta, seduce a la gente fuera de Dios y hace que sean infieles, así como una prostituta seduce a los hombres de sus esposas, ella hace multiplicar a los infieles entre los hombres (Prov. 23:28). Las aguas son explicadas en 17:15, como "pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas." Note esta descripción en cuatro partes, que indica que su reino se extiende sobre los Cuatro Rincones del mundo. Sin embargo, muchas aguas es probablemente una referencia a los canales de irrigación de la antigua Babilonia (Jer. 51:13). Ella también está sentada sobre la bestia del agua (muchas aguas) que tiene autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación (13:7).

v. 2 - con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación - El adulterio aquí es su adulterio espiritual, que es seguir a los ídolos y los deseos de sus propios corazones en vez de obedecer los mandamientos de Dios. Se menciona también la avaricia como idolatría (Col. 3:5) como en el materialismo del mundo moderno. La mujer se prostituyó en desafío de Dios y los reyes y las naciones la siguen en desobedecer los mandamientos de Dios. Al hacerlo se intoxican como con vino y no entienden sus propias acciones. Un ejemplo de la prostituta es el comercio de Tiro (Is. 23:17, "y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra") cuyo pecado básico es el materialismo. Los reyes de la tierra se unen a la mujer en sus pecados, y al hacerlo son infieles a su Creador. Los reyes se unen a Roma en buscar riqueza y poder. Swete habla de reyes de la tierra como gobernadores de territorios, que han sido absorbidos por el Imperio o son aliados a él, y han promovido sus objetivos. El adulterio del que son culpables estos reyes es compra el favor de Roma al aceptar su soberanía y con ella sus vicios y sus idolatrías. Si Roma era la tentadora, las naciones y sus gobernantes se mostraron listos para satisfacerla. Pocos reyes de este tipo quedaban dentro del Imperio, pero Juan está hablando del pasado. Él podía recordar, por ejemplo, los príncipes de la familia de Herodes. Los reyes se han unido a ella en sus pecados, como lo hace el resto del mundo que sigue el ejemplo de los reyes. Dos veces más, en 18:3 y 18:9, hay referencias a los reyes de la tierra que cometen adulterio con ella. En ambas hay referencias a sus lujos, es decir su materialismo. Jesús advierte a sus discípulos que estén en guardia contra todo tipo de avaricia, y que la vida del hombre no consiste en la abundancia de sus posesiones (Lc. 12:15).

v. 2 - y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación - No sólo los reyes sino los habitantes de la tierra están ebrios con su vino. Los habitantes de la tierra agregan esto a sus pecados. Están ebrios con su vino, así como persiguen a los santos (6:10), se regodean sobre su muerte (11:10), adoran a la bestia (13:8) y en 17:8 están aquellos cuyos nombres no están en el libro de la vida del Cordero. En 14:8 ya hemos oído la descripción de Babilonia como la ciudad que hizo que las naciones bebieran el vino enloquecedor de sus adulterios. Ver la descripción de Jeremías de su caída en Jer. 51:7, "Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones". El mundo es seducido por su esplendor y la copa de oro en su mano que está llena de cosas abominables. En Ef. 5:18 se nos recuerda que su embriaguez lleva a la disolución (pecado desenfrenado). En Nahum 3:1-7, Nínive es condenada porque "seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos" (v. 4); era una "ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y rapiña, sin apartarse del pillaje" (v. 1); se la describe como que tiene "la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra de hechizos" (v. 4). Podemos ver de aquí de dónde Juan consiguió parte de su lenguaje. Hughes comenta que aun una gran ciudad que una vez fue fiel (Jerusalén) puede volverse una prostituta (Is. 1:21). De aquí la distinción entre la vieja Jerusalén que se ha vuelto la ciudad de este mundo caído y la nueva Jerusalén, la ciudad de Dios, que viene de arriba y es libre y pura (Gal. 4:25, Heb. 11:10, 16, 12:22, 13:14, Ap. 3:12, 21:2). La fornicación y la prostitución que se mencionan acá son simplemente la infidelidad a Dios, que se vuelve una expresión de orgullo no santo y la ambición centrada en el humano, en odio y violencia, en vicio e inmoralidad, y en todo tipo de idolatría que, sea adoración a las imágenes o adoración del dinero o del poder mundial, es la adoración de la criatura en vez del Creador (Hughes)

En términos simples podemos decir que el mundo es mundano; se ha entregado a las cosas de este mundo en vez de a las cosas de Dios (1 Jn. 2:15 ff. , Col. 3:2). El engaño de la riqueza y el deseo de otras cosas vienen a distraer a una persona de Dios (Mr. 4:19).

v. 3 - Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos - Juan fue llevado en el Espíritu (ver también 1:10, 4:2, 21:10). En el desierto, donde no hay distracciones y está a salvo de ella, la ve como realmente es (xxxx). La ve sentada sobre la bestia, lo mismo que la bestia del mar (13:1). En el cap. 13 la bestia es descrita como teniendo "siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuerpos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo". Su color escarlata también la conecta con la mujer que está vestida de escarlata. Algunos relacionan el escarlata con el rojo del dragón, pero en realidad las palabras griegas son distintas. Sin embargo las siete cabezas y los diez cuernos están de acuerdo con la descripción del dragón en 12:3. La cercanía de la mujer a la bestia está indicando una conexión cercana entre ambos. La bestia está cubierta de nombres blasfemos (cf. 13:1, 5) lo que indica su desprecio por Dios y Su pueblo, a quienes la mujer persigue (17:6). La mujer está sentada sobre la primera bestia del mar, es decir que está apoyada por el poder político de la bestia, y por tanto por Satanás. El hecho que esté sentada sobre la bestia indicaría que está en control, pero esto es ilusorio. Tenemos que pasar tiempo en el desierto sin distracciones mundanas para verla tal como realmente es (xxxx). Hay claramente una relación estrecha entre la mujer y la bestia, porque la mujer está sentada sobre la bestia. Ella está ebria con la sangre de los santos (ver v. 6) y la bestia también hace guerra contra los santos (13:7). Ambos persiguen a la iglesia; actúan en conjunto. Algunos ven en esto la alianza entre la iglesia y el estado; la mujer eclesiástica monta a la bestia y está en control de la bestia, o el estado.

v. 4 - Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación - La tela púrpura y escarlata era muy cara y sólo sería usada por los ricos (ver el hombre rico en Lc. 16:19). Su riqueza también se indica por el hecho que brillaba con oro, piedras preciosas y perlas (ver también la descripción de Tiro en Ez. 27:22). Los mercaderes en 18:16 describen a la gran ciudad como "vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas". Debe notarse que estaba "adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas" y por lo tanto tiene alguna similitud con la Nueva Jerusalén que es descrita también como hecha de oro puro, decorada con todo tipo de piedra preciosa y perlas (21:18-21). Es, por lo tanto, una copia terrenal de la nueva Jerusalén, la ciudad de Dios. Es una falsificación; Satanás copia lo que Dios crea (xxxx). En 17:18 la mujer es descrita como la gran ciudad que gobierna sobre los reyes de la tierra, lo que es una alusión a la Roma del tiempo de Juan. La Roma de ese día era muy rica y extravagante. Las perlas era apreciadas en especial, y para mostrar su riqueza la gente solía disolver una perla preciosa en vino y la tomaría (Barclay).

En v. 2 encontramos que "los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación"; ahora vemos la copa de oro en su mano de la cual la gente tomó, que estaba "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación". La mujer tiene el atractivo de su apariencia atrayente pero su copa de oro está lleno de inmundicia (Jer. 51:17). La copa de oro parece atractiva por afuera y tiene éxito en seducir a los hombres lejos de Dios, que en consecuencia se vuelven sucios. Juan está describiendo el espíritu del mundo y "todo lo que brilla". La ve como Dios la ve, tal como es. El mundo y su atractivo están descritos por Juan en 1 Jn. 2:16, "todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo". Algunos también señalan que la púrpura y la escarlata son la vestidura eclesiástica de la Iglesia Católica Romana, que en algunas ocasiones involucra joyas brillantes y, por supuesto, la copa de oro. El lado eclesiástico de la prostituta se encuentra también en v. 6, donde esta ebria con la sangre de los santos. En su mano hay una copa de oro, otro símbolo de lujo y riqueza, de donde uno esperaría una bebida pura y deliciosa. Pero, en cambio, está "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación (xxxx)". "Esto resume las cosas detestables de su adoración de los ídolos, sus vicios y las corrupciones que el mundo ofrece y por el cual quiere seducir a la humanidad. El mundo podrá servir su bebida en una copa de oro, pero lo que ofrece es abominable a la vista de Dios, y conduce a la degradación y a la muerte (Prov. 9:13-18). Contiene todo lo que apela a los deseos de la carne, el deseo de los ojos, la vanidad de la vida, pero resulta en consecuencias sucias y bajas. Aunque Babilonia ofrece la copa al mundo, ella a su vez se vuelve una copa de oro en la mano de Dios para enloquecer a las naciones (Jer. 51:7). Ella tiene en su mano la copa de su propia auto-destrucción a medida que las consecuencias de sus pecados se vuelven contra ella (cf. v. 16)," (ver Hailey). La raíz de sus abominaciones está en la idolatría (Dt. 7:25, 2 Pedro 4:3). Un ejemplo contemporáneo de la copa de la inmundicia del mundo es la televisión que muestra muchas cosas que a los ojos de Dios son una abominación, "lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación" (Lc. 16:15). Caird señala que la palabra griega bdelygma (obscenidad) es la misma palabra usada en "abominación desoladora" (Mr. 13:14).

Jesús usó la metáfora de la copa para describir a los fariseos que parecían justos por afuera (limpiaban la parte de afuera de la copa) pero por dentro estaban llenos de avaricia y auto-indulgencia (Mt. 23:25). También usó la metáfora de una copa para describir su propio sufrimiento, cuando tuvo que tomar la copa que Dios le había dado (Mt. 26:39, Jn. 18:11). En la comunión también tomamos de la copa para recordarnos de Su sufrimiento cuando tomó de la copa del Padre hasta el final (1 Cor. 11:25), para que no tengamos que tomar la copa de la ira de Dios.

La copa de oro contiene aquellas cosas que seducen e inducen a los hombres lejos de Dios. La copa promete placer, poder y riquezas pero tomar de la copa de ella resulta en destrucción. La forma de Dios es tomar la copa de la negación propia y su bebida resulta en la vida eterna. El uso de la copa aquí, llena de inmundicia, también contrasta con la copa de vino de la furia de Su ira, que le dio a Babilonia la grande (16:19). En 18:6 el ángel dice que Dios le preparará una porción doble de su propia copa. En 14:10 la misma metáfora es usada, los que adoran a la bestia beberán también de la copa del vino de la ira de Dios. De la misma forma que ella le ofreció al mundo tomar de la copa de su inmundicia y sus abominaciones, así ella y aquellos que toman de su copa tomarán de la copa de la ira de Dios. Tanto los que pecan como aquellos que causan el pecado serán castigados por igual (Mt. 18:7).

v. 5 - y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA - Su nombre revela su verdadero carácter. Esto presenta a la mujer como Babilonia, la gran ciudad. Babilonia ya ha sido mencionada por el segundo ángel en 14:8 y en la séptima copa cuando un terremoto partió a la gran ciudad (Babilonia) en tres. Babilonia la grande es entonces presentada. Babilonia es mencionada también más figurativamente como "Sodoma, y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado" (11:8). Ahí encontramos una definición de Babilonia que consiste en inmoralidad, crueldad y persecución. Las ciudades concentran todo lo peor de la humanidad. Babilonia está identificada como la gran ciudad en 18:10 y se la describe como la ciudad de poder. La mujer es también identificada claramente por el ángel como la gran ciudad en 17:8, "la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra." En 18:17 se la describe como teniendo gran riqueza. Se la llama la madre de las prostitutas, y multiplica los que son infieles a Dios (Prov. 23:27). Una madre produce más de su propio tipo. Una prostituta vende su cuerpo por dinero. Babilonia vendió su alma por la riqueza y el poder (Mt. 16:26, "¿qué aprovechará el hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"). La palabra misterio no debería ser parte de su nombre. Misterio, en el sentido bíblico, significa algo desconocido para los no iniciados pero que será obvio para los iniciados. Le misterio es revelado por el ángel, empezando en v. 7. Otros grupos tienen nombres sobre sus frentes, los que tienen la marca de la bestia (13:16, 14:9), los 144.000 que tienen el nombre de su Padre escrito sobre su frente (14:1, 22:4). Varios autores señalan que las prostitutas romanas usaban sobre sus cejas rótulos inscritos con sus nombres (Morris).

De acuerdo con Horton, el nombre "Babilonia" es la forma griega de la palabra hebrea Babel, que se deriva del hebreo balal, "confundir", que produjo el sustantivo Balbel, que evolucionó para que la primera l fuera asimilada a la segunda b (ver Gn. 11:9). Los griegos solían agregar terminaciones a sus nombres, así que la cambiaron a Babilonia. Babilonia estaba construida en el sitio de Babel. Ellos quisieron construir una ciudad con una torre (Gn. 11:4). La torre representa la religión humana del esfuerzo propio. También representa la unión de la política y la religión. Milligan destaca que Babilonia significa "ciudad de confusión" (ver Gn.11:9). La mujer debe ser vista como la ciudad de la bestia que es Babilonia. La primera ciudad fue fundada por un asesino, Caín, que no entendió los principios de la verdadera religión como lo hizo Abel (Gn. 4:17). Abel reconoció que se requería un sacrificio para agradar a Dios. Está también el vínculo con la mujer Maldad de Zac. 5:6-11 que fue transportada en una cesta para medir a la tierra de Babilonia donde se le construiría una casa; la implicación es que Babilonia es donde mora toda la maldad. En el versículo que estamos estudiando Babilonia la Grande es la madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra. En 18:23 se la describe como la ciudad que por sus hechizos mágicos engañó a las naciones. En 14:8 hizo que todas las naciones bebieran el vino enloquecedor de sus adulterios. 

Cuando las lenguas de la gente en Babel fueron confundidas, su maldad se extendió alrededor del mundo, así que todas sus religiones e idolatría también se extendieron alrededor del mundo. El reino de la bestia ejercita poder político y religioso como se muestra en capítulo 13: la bestia del mar (político) y la bestia de la tierra (religioso). Así, la bestia intenta terminar el proyecto y crear un reino que Dios dijo que no debía ocurrir. Para hacer esto la bestia usa la religión (la imagen de la bestia) para unificar al mundo, en tanto que anteriormente el mundo estaba unificado por una sola lengua.

v. 6 - Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús - No sólo hace que otros se embriaguen (14:8, 17:2) sino que ella misma está ebria con la sangre de los santos. Estar ebrio con sangre es una figura del deseo de violencia. La ciudad es descrita figurativamente como Sodoma, Egipto y Jerusalén en 11:8. Jerusalén significa la religión de los fariseos y saduceos que matan a los profetas y apedrean a los enviados a ella, además de crucificar a nuestro Señor. Ella persigue a los santos, tipificada por la vieja Jerusalén que mataba a los profetas (Mt. 23:37, Ap. 11:8). Ebria porque no saben lo que hacen (Lc. 23:34). Juan probablemente tiene en mente especialmente al sumo sacerdote y a principales sacerdotes que crucificaron a Jesús (11:8, cf. Jn. 19:15). Pero no sólo Jesús fue crucificado sino Sus seguidores también lo serán (Mt. 23:34). Roma persiguió a los santos especialmente durante el tiempo de Nerón y Domiciano, y más tarde durante la Reforma. Si bien es principalmente la riqueza y el comercio de Babilonia que se describe aquí, hay un costado religioso en ella que persigue a los santos. Ella los persigue por que no beben su vino y por medio de sus vidas la condenan. Se siente sobre la bestia quien hace guerra ella misma contra los santos (13:7) y en este respecto hace alianza con ella y lleva a cabo su trabajo, haciendo la obra de Satanás que está haciendo guerra contra los que obedecen los mandamientos de Dios (12:17).

v. 6 - y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro - El asombro de Juan era porque ve a la mujer montada sobre la bestia espantosa, y ve la atracción del mundo tal como es. Estaba en el Espíritu en ese momento así que vio la realidad espiritual. La vio como Dios la ve. Quiera Dios abrir nuestros ojos espirituales también.

29. 1. El misterio de la mujer y la bestia, explicado (17:7)

(Ap. 17:7) Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. {8} La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será. {9} Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, {10} y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. {11} La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a perdición. {12} Y los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. {13} Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. {14} Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de Señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. {15} Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, y muchedumbres, naciones y lenguas. {16} Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; {17} porque Dos ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. {18} Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.

v. 7 - Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos - Juan se asombra de la mujer y la bestia, el ángel lo reprende apenas a Juan, y explica el misterio de la mujer y la bestia. Esto probablemente traiga más problemas que los que soluciona. El ángel describe con detalle a la bestia primero porque es el más importante. La caída de la mujer se describe en detalle más adelante. La bestia es la que sale del mar (13:1) y sobre la que se sienta la mujer (17:3).

v. 8 - La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición - "La bestia que has visto" es la bestia de 17:3. La descripción de la bestia que "era, no es, y será" está en contraste con Dios que es, era y vendrá (1:4, 1:8, 4:8). La carrera de la bestia parodia la del Cordero, porque el Cordero desciende del cielo y vuelve al cielo, en tanto que la bestia asciende del Abismo y luego desciende allí. Por lo tanto, puede ser considerado "un" o "el" anticristo. Anti no significa "contra" sino la antítesis (opuesto), o "en vez de"; es una falsificación. Juan lo define como el hombre que niega que Jesús sea el Cristo (1 Jn. 2:22) y Pablo dice que, "se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (2 Tes. 2:4). La bestia "no es" significa que no está ahora en la escena mundial que anticipa su aparición futura, y es por lo tanto una advertencia a la iglesia. De la misma forma el v. 10 los coloca en el reino del sexto rey. La bestia sube del Abismo y vuelve a su destrucción en el Abismo o infierno. Esto enfatiza la naturaleza satánica de la bestia al venir del pozo del infierno y recibir su autoridad de Satanás (13:2, cf. 9:1, 9:11, 11:7, 20:3). Esto podría ser una referencia a Nerón que una vez fue, ahora no es (se suicidó) y vendrá de nuevo, una referencia quizás a una persecución renovada bajo Domiciano. Es más probable que se refiera al anticristo final o el hombre de pecado que está destinado a su destrucción (2 Tes. 2:3) del cual Nerón y Domiciano serían tipos. En 13:3 encontramos que la bestia tenía una herida mortal que había sido sanada.

v. 8 - y está para subir del abismo - Ver 11:7: cuando los dos testigos han terminado su testimonio, entonces la bestia que sube del Abismo los atacará y los vencerá. Es la misma bestia que hace guerra contra los santos y los vence (13:7). Sale del Abismo, que es la morada de los demonios. El hecho de que salga del Abismo lo vincula con Satanás que es el ángel del abismo (9:11).

v. 8 - e ir a perdición - Será arrojado al lago de fuego, junto con el falso profeta y, más tarde, Satanás (ver 19:20).

v. 8 - y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será - Juan estaba asombrado cuando vio a la mujer. El mundo se asombrará cuando vea a la bestia (ver también 13:3, donde el mundo se asombra de la herida mortal que había sido sanada). Esto podría ser una referencia al mito de Nerón redivivo, en que Domiciano sería visto como Nerón resucitado. Hay algo acerca de la reaparición de la bestia que asombra al mundo, probablemente porque será tan inesperado como lo será la Segunda Venida de Cristo. Será una sorpresa para el mundo que hará lamentación por Su venida. Pero los santos que están en el libro de la vida no serán engañados por él; aquellos conocen a su Dios lo resistirán firmemente (Dn. 11:32).

v. 9 - Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer - Por segunda vez en el libro se requiere sabiduría, así como se requiere sabiduría para calcular el número de la bestia (13:18). La bestia tiene siete cabezas que son los siete montes sobre la que se sienta la mujer. Esto la identifica con la Roma del tiempo de Juan. La gran ciudad es más que sólo Roma, pero Roma era el ejemplo supremo en ese tiempo. Su lujo excesivo, su orgullo y su persecución eran bien conocidos, como sus siete montes. Johnson señala que la palabra traducida acá como montes (oros: G3735) se traduce en otras partes de Apocalipsis como montaña. También señala que los siete montes se refieren a la bestia y no a la mujer. Las montañas alegóricamente se refieren a los poderes del mundo en los Profetas (Is. 2:2, Jer. 51:25, Dn. 2:35, Zac. 4:7). Ver Dn. 2:35, "mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra". La expresión en el próximo versículo que son también siete reyes identifica a las montañas como siete reyes.

v. 10 - y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo - Se requiere sabiduría una vez más. Las siete cabezas de la bestia son siete montes y también siete reyes. Son siete encarnaciones de la bestia y el número siete debe ser tomado simbólicamente. Cinco han caído y uno es y otro aún no ha venido. Así que una de las cabezas es actualmente un rey, pero note que en v. 11 la bestia no es. Es posible que Juan se esté proyectando hacia atrás al reino de Vespasiano. Los cinco que habían sido son, por tanto, Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón; el que "es" es Vespasiano; el que aún no ha venido es Tito (Barclay). Hay muchas permutaciones más posibles, y ninguna es satisfactoria. Las dificultades surgen de tomar "siete reyes" como un siete literal en vez de significar completo, una serie completa de emperadores. Están viviendo en el tiempo del sexto rey y es mayormente un tiempo de quietud. Hay un solo mártir contemporáneo (Antipas) y parte de la iglesia está dormida. Está colocando a sus lectores en el tiempo del sexto por razones simbólicas: a la sexta trompeta y la sexta copa, las fuerzas se reúnen para la demostración final, en tanto que cada una de las séptimas describen un tiempo corto pero crucial de crisis. Si no se mantienen despiertos ahora, cuando venga la crisis estarán entre los habitantes de la tierra cautivados por la bestia - el Anticristo que no discernieron (Sweet). El otro no ha venido, pero cuando venga "es necesario que dure un breve tiempo". Esto muestra el conocimiento previo y la voluntad de Dios. Es más probable que el rey "que es" sea Domiciano, un tipo del anticristo venidero. El séptimo rey no es la bestia, que es el octavo rey. Uno debe recordar también que los reyes tienen reinos, así que los siete reyes pueden interpretarse también como una sucesión de (no necesariamente siete) imperios. En el próximo versículo encontramos que la bestia es un octavo rey y que pertenece a los siete. Por lo tanto los siete reyes deben ser tomados como una serie de imperios tiránicos que persiguen a la iglesia. Son proto-bestias. Recuerde que estas siete cabezas son las cabezas de la bestia, siendo el octavo rey el anticristo.

v. 11 - La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a perdición - La bestia no es el séptimo rey que debe permanecer por un tiempo. Pero pertenece a los siete y va hacia su destrucción. Su destrucción aparece en 19:20 y también en 2 Tes. 2:7-8. Note la repetición del v. 8, "la bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición". Reaparecerá en el futuro del pozo del infierno e irá a su destrucción. Apocalipsis está diseñado para mostrarnos la victoria final del bien sobre el mal. Él es la encarnación suprema de los siete reyes anteriores. Siete representa lo completo y no debe tomarse literalmente. Ocho es uno más que siete, y ocho es el número de Cristo; él es la falsificación de Cristo (ver 13:18). La bestia pertenece a una serie completa de siete reyes, estuvo presente una vez en el mundo pero no está aquí ahora, sino que reaparecerá en el futuro en una forma nueva. Hay alguna validez en el concepto de que podría aparecer en un imperio romano redivivo o aun en un imperio papal. La bestia probablemente debe ser identificada con la cuarta bestia de Dn. 7:23, "la cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará". Su destrucción se muestra en Dn. 7:26 (ver también Dn. 11:45).

v. 12 - Y los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia - Diez es un número simbólico y los diez reyes es un número completo de reyes, no necesariamente diez. Reinan por una hora, un tiempo corto según lo ve Dios. Esta hora es la última hora mencionada en su carta (1 Jn. 2:18). Se unirán al anticristo para la última batalla que se menciona en v. 14 y también en 16:14, 19:19. Podrían ser los reyes del este (16:12). Los diez reyes pueden ser también los diez reyes de Daniel que vienen del reino de la cuarta bestia (Dn. 7:24). También pueden ser los reyes de la tierra mencionados en 19:19. Sea quienes sean, son "figuras puramente escatológicas que representan a la totalidad de los poderes de todas las naciones sobre la tierra que han de someterse al anticristo" (Beckwith, citado por Mounce). El número diez es simbólico e indica algo completo. No apunta a diez reyes específicos ni a diez reinos europeos o a un imperio romano redivivo (Mounce).

v. 13 - Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia - El propósito que tienen en común es hacer guerra contra el Cordero (v. 14) y para hacer esto le dan su poder y autoridad a la bestia que es otro rey. Sin embargo, los propósitos de Dios son diferentes a sus propósitos, que es que ellos destruyan a Babilonia (17:16-17).

v. 14 - Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de Señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles - El título Señor de señores y Rey de reyes se remite atrás a Dt. 10:17 (también Sal. 136:3, Dn. 2:47, 1 Tim. 6:15) y se repite en 19:16 que es presumiblemente la misma batalla. En 1:5 se lo describe como "el soberano de los reyes de la tierra" y encontramos su cumplimiento aquí. Así como la bestia hace guerra contra los santos (13:7) y los vence, ahora hace guerra contra el Cordero pero pierde. Esto se menciona en 19:19 que es la segunda venida. Los elegidos del Cordero, seguidores elegidos y fieles son llamados su ejército (19:14). Esta es llamada también al batalla de Armagedón de la sexta copa (16:14). Esta es claramente la segunda venida (v. 15). Esto debe identificar a la bestia como el anticristo a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tes. 2:7-8). Una vez más hay una referencia al salmo mesiánico 2:1-5. Para sus seguidores elegidos y fieles, ver los ejércitos del cielo (19:14) y los 144.000 de 14:4.

v. 15 - Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, y muchedumbres, naciones y lenguas - Habiendo descrito a la bestia, el ángel ahora dirige su atención a la mujer. "Las aguas que has visto" se refiere atrás al v. 1 donde vio a la gran prostituta que se sienta sobre muchas aguas. Estas son interpretadas como los pueblos del mundo, los que adoran a la bestia y de donde surge la bestia. La bestia surge del mar que es también las naciones. Note la descripción en cuatro partes, que indica que ella gobierna sobre los cuatro rincones de la tierra.

v. 16 - Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego - En su deseo de poder la bestia y los diez reyes (diez cuernos) destruirán el mundo, su comercio y su brillo, y así cumplirán con el propósito de Dios. Nerón, el emperador, de hecho incendió a Roma, lo que tipifica lo que está por venir. La bestia... aborrecerá a la prostituta... y la quemarán con fuego.

 En Lev. 21:9 el castigo por ser una prostituta era ser quemada en el fuego. Su fin es el fuego, del que el humo que sale sube por los siglos de los siglos (19:3). También corresponde al fin de los otros enemigos de Dios, el diablo, el falso profeta y la bestia que son arrojados al lago de fuego y azufre (20:10), y de los que adoran a la bestia y a su imagen (14:11, 20:15). Estos reyes devoran sus carnes así como las aves comen la carne de los reyes y los generales más adelante en la gran cena de Dios (19:17). La destrucción de Babilonia también coincide con la séptima plaga (16:17). Los diez reyes reciben autoridad por una hora junto con la bestia y luchan contra el Cordero (17:14, ver también 19:19 que ubica la destrucción de Babilonia cerca de la segunda venida de Cristo). Si Babilonia se toma como el poder eclesiástico, entonces habiendo conseguido lo que necesitaba de ella, que hiciera que el mundo adorara a la bestia, ahora la destruye. Milligan, que ve a la mujer como la religión falsa, da un ejemplo que Juan conocería, donde la iglesia falsa y la bestia persiguen a la verdadera iglesia pero luego la bestia destruye a la iglesia falsa. Cuando lo crucificaron a Jesús, Pilato les dijo a los judíos, "¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César" (Jn. 19:15). Tenemos un ejemplo de la mujer que monta o controla a la bestia, y sin embargo en 70 d.C. los ejércitos romanos tuvieron éxito en destruir a Jerusalén por completo y todos los que estaban en ella.

v. 17 - porque Dos ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios - Ellos, la bestia y los diez cuernos, son ayudantes dispuestos. Su propósito es hacer guerra contra Cristo y Su ejército (ver v. 14) pero Dios los usa para llevar a cabo sus propósito a fin de destruir a la prostituta.

v. 18 - Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra - En el Antiguo Testamento la dos ciudades indicadas como "gran ciudad" son Nínive y Jerusalén, y está también la "gran Babilonia". La interpretación de la mujer como la gran ciudad, significa Babilonia (ver 18:2, 10, 21, es decir Babilonia la grande). En el tiempo de Juan era Roma, un tipo de Babilonia. Roma representa todo lo que es del mundo. Babilonia gobierna sobre los reyes de la tierra, como lo hacía Roma y todas las otras ciudades capitales de los imperios del mundo. Probablemente se la coloca última a fin de presentar la próxima sección sobre su destrucción. Deberíamos ver a la gran ciudad, que es el mundo, como una falsificación de la Nueva Jerusalén que es, por supuesto, la Iglesia. La gran ciudad es una ciudad compuesta. La vimos primero en 11:8 que es donde yacen los cuerpos de los dos testigos. La ciudad es llamada figurativamente Sodoma y Egipto donde su Señor fue también crucificado. También sabemos que estaba ebria con la sangre de los santos (17:6). La ciudad terrenal gobierna el mundo; la Jerusalén celestial es gobernada por Cristo (xxxx).

Continua en El Apocalipsis XVIII: La Caída de Babilonia