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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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lunes, 25 de octubre de 2010

Dios III: Elohim

Elohim creando a Adán por William Blake

ELOHIM es una palabra hebrea (אֱלׂהִים) de la cual muchos eruditos judíos y eclesiásticos indican que sería el plural Mayestático, o el Superlativo de Dios (en hebreo Elאֵל, o Eloha, אֱלׂהַּ). El, sería literalmente "Dios"y como el plural derivado de El, Elohim (en hebreo) conllevaría el concepto de "Dioses" o de "Ángel de Dios". Este dios todopoderoso llamado El, se denomina en hebreo Elohim o "dioses", porque está en plural y su singular es El, o dios. Eelohiym (el-o-heem') es la palabra #430 del Strong's Hebrew Bible Dictionary. Allí se puede leer que puede tomar el significado de "Angel".

Nos encontramos ante un plural muy especial, un plural que se usa unido a un singular, salvo algunas excepciones que se pueden explicar por el contexto de los pasajes como Éxodo 32:4, 8; 1 Samuel 4:8; 1 Reyes 12:28. La mejor explicación a este plural según Dietrich es tratarlo como un plural cuantitativo, que es usado para denotar la ilimitada grandeza en el שמים (cielo) y מים (agua). El plural significa por tanto, la infinita plenitud de Fuerza y Poder que descansa en el ser Divino. El plural Elohim אלחימ es peculiar en el Antiguo Testamento; aparece solo en hebreo antiguo y no en ninguna otra lengua semítica. Es a lo largo del Antiguo Testamento el nombre general de Dios y de hecho es usado con especial énfasis en los salmos Elohísticosllamados así por su uso. Pero añadiendo algo más a los misterios que rodean al uso de todos los nombres de Dios en el Antiguo Testamento, tenemos que אלחימ puede ser usado también para designar a dioses paganos e incluso es usado una vez para nombrar una manifestación supernatural de terror en 1 de Samuel 28:13.

EL en diversas Civilizaciones
Abajo: Cuchillo de Gebel el-Arak (Vista Trasera). En la escena se observa la influencia mesopotamica, muestra al dios El vestido con ropajes mesopotámicos, flanqueado por dos leones, que simbolizan las estrellas de la mañana y de la tarde, actualmente ambas identificadas con el planeta Venus.

El (en ugarítico 𐎛𐎍, en fenicio 𐤀𐤋, en siriaco ܐܠ, en hebreo אל, en árabe إل o إله, cognado del acadio ilu) es una palabra semítica del noroeste, que tradicionalmente se traduce como ‘Dios’, refiriéndose a la máxima deidad. Algunas veces, dependiendo del contexto, permanece sin traducción (quedando simplemente El) para referirse al nombre propio de un dios.

Los Cananeos: Orígenes del dios El
En la Mitología Cananea, El era el nombre de la deidad principal y significaba «padre de todos los dioses» (en los hallazgos arqueológicos siempre es encontrado al frente de las demás deidades). En todo el Levante mediterráneo era denominado El o IL, al dios supremo, padre de la raza humana y de todas las criaturas, incluso para el pueblo de Israel pero con interpretaciones distintas a los cananeos.

Para los pueblos cananeos Él era la deidad principal, el rey, creador de todas las cosas, el juez que dictaba lo que debían hacer tanto los hombres como los dioses. Su esposa primaria fue Ashera o Asera, la madre de los dioses, representada en los santuarios cananitas con árboles ornamentados. Pero tuvo otra esposa: Anat hermana de Hadad (Baal Raman (el trueno, señor del trueno)), esta última, era llamada «la amante de los dioses» (ambas eran diosas de la fertilidad). Para los cananeos Él es el padre de la «divina familia» y presidente de la asamblea de los dioses en el Monte de la Reunión. Es llamado «toro» por su fortaleza y potencia creativa, es el «Anciano de Días», la «Roca de las Edades», está representado en una roca en Ras Shara. En los mitos Ugaríticos Él es llamado Bny Bnwt, que significa ‘creador de todas las cosas creadas’, aunque algunos lo traducen como ‘dador de potencia’. En las dos inscripciones halladas en Ugarit, hoy Ras Shamra, Él es retratado como un dios frío y distante, «en el flujo de los [dos] ríos», posiblemente el Edén, de donde un río fluía para formar a los ríos Tigris, Éufrates, Guijón y Pisón., tal como describen al Eden en la Biblia. Aparte de ser llamado «el creador», El también era llamado «el bondadoso», «el compasivo» en los mitos Ugaríticos (títulos que aparecen en la Biblia para referirse a Yahvé). Esta deidad no es de quien se escribe en la Biblia, ya que la deidad llamada Él tiene este nombre propio y en la Biblia «El, traducida como el Altísimo», se llama Yahvé. Sólo la adoración de Yahvé nunca fue estigmatizada en la Biblia ni por los patriarcas. De hecho Abraham dio los diezmos a un sacerdote del Altísimo (El) llamado Melquisedec, rey de Salem.

En Canaán el rey era nombrado «siervo de El» (de forma similar, en Israel, el rey era nombrado como siervo de Dios; David «El siervo de Dios»). Esto describía el estatus de los reyes antiguos como ejecutores de la voluntad divina. Este título era visto como un privilegio y no como una carga.

En los tiempos de Palestina, «los hijos de El» significaban ‘los dueños de los ganados, adoradores del dios-toro El’, y «las hijas de Adán» significaría ‘las mujeres de Adama [la tierra, el suelo]’; Adama era una diosa de la agricultura. Las hijas de Adama eran notorias por sus orgías (prostitución ritual). En aquellos tiempos era común que hubiesen sacerdotisas sexuales, que sirviesen en los templos, es posible que de aquí venga la historia de El seduciendo a dos mujeres mortales, y éstas dándole hijos semidivinos, llamados Shalem (‘perfecto’), y Shahar (‘amanecer’), que posee alas (según el salmo 139:9), y su hijo fue el ángel caído Helel (según Isaías 14:12).

Esa mitología cananea se introdujo en las creencias del pueblo de Israel. La Biblia muestra ese sincretismo en muchos pasajes, por ejemplo la concepción de Yahveh como presidente en la «corte de los dioses» o «la divina asamblea» (BeneEl), también es para referirse a la divina familia de El, en Deuteronomio 32 , empieza con Israel en sus lapsus de fe y termina con el aserto de la destrucción de sus enemigos. En Deuteronomio 32:8 se representa la primera etapa de los israelitas en su adaptación del concepto del Yahveh al mando de la «asamblea de dioses» de la mitología cananea; la concepción de Yahveh como simplemente el principal entre todos los dioses. A lo largo de la historia de Israel primero nombró a Yahveh como el «altísimo» entre la asamblea de «los hijos de El» (o «hijos de IsraEl» según la Septuaginta) aunque se disputa la fecha de este poema, más tarde (en el 900 a. C.) se hizo desparecer la corte completa de dioses y se condenó esa idea como apostasía.

Dioses padres casados o solteros
El dios El ―de donde proviene la idea original de Yahveh ― llegó a tener una descendencia de más de 70 deidades. La unión entre los dioses y las mortales se encuentra en casi todas las religiones del mundo, excepto en el islamismo (es inapropiado decir que Dios, como se revela en el islamismo, es soltero o casado; simplemente, para los creyentes de esa religión Dios está más allá de cualquier comparación creada que podamos hacer, por eso, además, afirmar en el islamismo que Dios es Padre no solo es erróneo sino una blasfemia) en el judaísmo y en el cristianismo.

En el cristianismo Jesucristo es el Hijo Eterno de Yahveh (anterior a la creación del mundo) que una vez más no está ni soltero ni casado; la palabra revelada de Dios y su espíritu son un solo y único dios, y tres personas divinas. La concepción virginal de Jesús no debe entenderse como fruto de la unión de Dios con una mujer (la Virgen María), sino que la mujer fue un medio para la encarnación de Jesús, mediante la acción del Espíritu Santo. En el mundo antiguo se creía que los miembros de las clases dirigentes eran hijos de los dioses. Estas creencias se encuentran en el Mediterráneo y en todo el Oeste de Asia, sin contar las demás partes del mundo. Los emperadores romanos, a los que se rendía culto aún en vida, estaban convencidos de que tras la muerte iban a convertirse en dioses. En algún momento el judaísmo hizo a un lado a todas las deidades, y dejó solo a Yahvé, que como queda dicho no está ni soltero ni casado, pues, al igual que en el islamismo, no entra en esas categorizaciones humanas, y por lo tanto nunca tuvo ningún hijo. Desde ese momento, llamarse «hijo de Dios» fue anatema.

En el siglo II d. C., el rabino Shimon ben Yohai maldijo a todo aquel que ―al leer la Torá (el Antiguo testamento de los cristianos) o cualquier libro― entendiera el término bene elohim (‘los hijos de los dioses’) en el sentido ugarítico. Desde ese momento, Elohim no significó ‘dioses’ (en plural) sino ‘dios único’. ¿Y acaso ―respondió Jesús― no está escrito en su ley: «Yo he dicho que ustedes son dioses»? Evangelio de Juan 10:34

Los Sumerios
Estos tenían un Dios equivalente al de la mitología cananea, llamado Anu. En el uso semítico, El era el nombre especial o título de un dios particular que era distinguido de otros dioses como «el dios», lo que en el sentido monoteísta sería Dios. La raíz IL corresponde a apelativos semíticos muy conocidos, como la palabra original semita para ‘Dios’ es decir, El. En ciertas regiones, el apelativo IL [literalmente ‘dios’] era la referencia al dios Sumerio Anu. Con el mismo apelativo IL [literalmente ‘dios’] se lo designaba al dios de los cereales DaganEn Ugarítico, Dagan sería Dgn (que probablemente se vocalizaba como Dagnu) y en Acadio como Dagana. El culto a Dagan era propio de los Amorreos del siglo XXII a. C. y luego de la conquista Elamita sobre la tercera dinastía de Ur, se difundió entre Asirios y Babilonios. En Asiria llegó a estar en equivalencia con Anu. En las tablas de Ugarit, ese dios primigenio figura también como el esposo de la diosa Asera; conocida entre los Babilonios como Ishtar [originalmente llamada Athirat (o Afdirad) que en la Biblia recibe el nombre de Astoret. La forma griega es Astarté (la cual es la madre de todos los dioses, la esposa celestial, la reina del cielo).

Representaciones del dios El se ha encontrado en las ruinas de la Biblioteca Real de la civilización Ebla, en el yacimiento arqueológico de Tell Mardikh (Siria), que data del 2300 a. C.. En algún momento de la historia pudo haber sido un dios del desierto, pues un mito dice que tuvo dos esposas y que con ellas y sus hijos construyó un santuario en el desierto. El ha sido el padre de muchos dioses,  setenta en total, los más importantes fueron Baal Raman (Hadad), He, Yam y Mot, los cuales tienen atributos similares a los dioses Zeus, Poseidón o Ofión, Hades o Tánatos respectivamente, los antiguos mitógrafos griegos identificaron a El con Crono, el rey de los titanes.

Por lo general, El se representa como un toro, con o sin alas. También lo llamaban Eloáh, Eláh, que en árabe se convirtió en Allah). El dios El preside sobre el monte G'r kvsi, que a veces se traduce como Khurshan-Zur-Kas (Kjúrshan zur kas).

Los Hebreos
Los hebreos utilizaron varios términos para nombrar a Dios: El, Eloah y Elohim; además usaban el nombre propio YaHWeH.

Libro de Génesis 1:1 En el principio creo Elohim los cielos y la tierra.

Unicidad
YHWH es un solo individuo y no una pluralidad de dioses o personas es una constante que nos encontramos a lo largo de las Escrituras Hebreas. Moisés declara a los hijos de Israel en:

Libro de Deuteronomio 6:4 
YHWH, nuestro Dios, YHWH uno es. 

Si YHWH fuera una pluralidad de dioses o personas ¿
qué sentido tendría que nos diga que Él es "uno"?. Merece la pena notar que no dice que YHWH es uno de algo (un dios, una persona). Él simplemente es "uno", con todo el sentido de la palabra. Del mismo modo, el Profeta Zacarías nos dice sobre el culto universal de YHWH al final de los días en el:

Libro del Profeta Zacarias 14:9 
YHWH será rey sobre toda la tierra. En aquel día, YHWH será uno, y uno será su nombre.

Zacarías está diciendo que hoy las personas multiplican a YHWH pero en el tiempo del fin toda la humanidad sabrá que YHWH es un solo Dios, un solo individuo con un solo nombre. Se nos enseña en el Libro de Isaías que YHWH es uno y sólo en:

Libro del Profeta Isaias 43:11 Yo, yo soy YHWH, y fuera de mí no hay quien salve. 

En otra parte en Isaías, YHWH propone la pregunta retórica,

¿Hay Eloha (Dios) aparte de mí? Libro del Profeta Isaias 44:8.

Del mismo modo leemos en:

Libro de los Salmos 
18:31 Porque ¿quién es Eloha (Dios) sino sólo YHWH? ¿Y qué roca (=salvador), hay fuera de nuestro Elohim?

En estos versículos la palabra para "Dios" es Eloha, la forma singular del plural Elohim. Estos pasajes están diciendo que YHWH es un Eloha y que a parte de Él no hay ningún otro Eloha. De hecho, YHWH es llamado Eloha en singular (Dios) unas 47 veces a lo largo de las Escrituras Hebreas, lo que demuestra que Él no es plural o multiple. Esto y el hecho de que los verbos y adjetivos que acompañan a Elohim siempre van en singular confirma nuestra conclusión de que Elohim es un plural intensivo que denota a un individuo singular pero con una connotación de grandeza.

Hipótesis del Plural Mayestático
Según la hipótesis del plural mayestático, el estrato Elohista es relativamente moderno (siglo VIII a. C.) respecto al Yahvista (siglo X a. C.), ya que en sus escritos se observa una mayor elaboración teológica. Destaca la relación exclusiva entre el Dios de Israel y pueblo que pertenece a ese Dios.

Hipótesis del Plural "Dioses"
El término Elohim ha sido explicado como el plural derivado de El, o una forma plural de Eloah. A pesar del desacuerdo respecto al método de derivación, se supone que en el temprano hebreo, el singular de la palabra que significaba Dios era El, y su forma plural Elohim "Aquellos que vinieron del cielo". Solamente en épocas posteriores se acuñó la forma singular Eloah, dando lugar a un gramaticalmente correcto Elohim. Lagrange sostiene que Elohim y Eloah son derivados de El. Los antiguos Semitas (los habitantes de Aram, Asiria, Babilonia, Siria, Canaán, incluidos los hebreos, y Fenicia) creían que el mundo estaba rodeado, penetrado y gobernado por Elohim, incontables seres activos, análogos a los espíritus de los nativos. Referente a la hipótesis de la palabra Elohim como el plural "dioses", según los partidarios de la hipótesis del plural mayestático, sería difícil de mantener en un texto como el del Pentateuco= Torah, que representaría una apología contra el politeísmo. La palabra Elohim es un título, no un nombre personal. En los textos hebreos, cuando se refiere al Dios de Israel es acompañado por el artículo definido siempre en número singular y no en plural, como correspondería a la concordancia gramatical. "ha" "el, la, los, las " "Ha Elohim" se traduce literalmente como "los Dioses". No obstante es interpretado como "el Dios" y cuando se asigna un atributo a Elohim éste está en número singular, por ejemplo en:

Libro de los Salmos 7:9-11
9... Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón. 10 Mi escudo está en Dios, Que salva a los rectos de corazón. 11 Dios es Juez justo,...

Elohim tsaddiq (Literalmente: "Dioses justo". Se traduce apropiadamente: "Dios justo"). En las treinta y cinco veces que aparece en el relato de la creación el verbo que describe lo que dijo o hizo está cada vez en singular. El hebreo bíblico tiene la característica de expresar en plural no únicamente la multiplicidad, sino también la magnitud, la extensión o hasta la dignidad. Se trataría simplemente de lo que se conoce en gramática como «pluralis excellentiae» o «pluralis maiestatis», una forma de plural abstracto, que resume las características variadas inherentes al concepto, más el sentido secundario de intensificación del significado original. También el título "rey" recibe un uso similar al aplicarse en plural a un único rey humano.

Títulos del dios El
Toro, el padre del tiempo, el rey, el creador de todo, el santo y compasivo, el bueno o noble.
Athtar (Aftar), el Maravilloso.
Yamu (Yam, Yahm, Yom, Yamm) (el mar o el océano).
Tiamat (las aguas) y Apsu (el agua dulce). Estas dos deidades podrían ser la misma persona, y a veces son representados como mujeres o varones. En la mitología cananea, Apsu es llamado el príncipe de las aguas. A veces en Ugarit se le llamaba «mar». Los «otros yo» del mar, posiblemente sus hijos, u otros hijos de El (no está claro), son:

Tannin (dragón).
Lotán, Letáno o Leviatán
Rabbim (aguas, olas, deseo o juez)
Horón (Jorón), dios del inframundo.
Yadi Yalha o Iadi Ialja
He o Jí (Helios), dios del Sol.

La familia del dios El
En los textos ugaritícos de Ras Shamra, pertenecientes a Ilimilku de Shubani (sumo sacerdote de Baal), los cuales fueron dictados por Atanu Purliani y subsidiados por el rey Niqmad II (1375-1345 a. C.).

El puede significar ‘fuerte’ o ‘primero’, entre otras traducciones. Su cognado árabe Alá (Dios o ‘el dios’) también contiene los mismos epítetos de su contraparte hebrea y mesopotámica de Alá el bueno, el misericordioso y compasivo. La morada de Él es una montaña de la cual fluyen dos ríos, que son las fuentes de todas las «aguas vivas» en el mundo. El equivalente griego de esa montaña sería el Olimpo. Compárese con Ezequiel 47:1, Zacarias 14:8, y Apocalipsis 22:1.

Los acadios llamaron a sus predecesores «las gentes de Shumer», este término corresponde al hebreo «las tierras de Shin'ar» (‘la tierra de los vigilantes’), los egipcios la llamaron «Ta Neter» (T’Ntr, ‘la tierra de los ancestros/dioses’), que emigraron hacia Egipto, a esta tierra también la llamaron Ta Ur (antigua Ur, ciudad extraña o alejada). La Biblia la nombra como Ur de los Caldeos (en Mesopotamia), desde donde provino Abraham. Así los primeros dioses saldrían de las tierras de Shem.

Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas; la mitad de ellas hacia la mar oriental, y la otra mitad hacia la mar occidental, en verano y en invierno. Zacarías 14:8, en la Biblia Reina-Valera antigua

Ahí vive en una tienda de campaña (¿el tabernáculo?) como todo patriarca, con su familia y ahí los hijos de El (Bene ha Elohim) forman la «asamblea divina», la cual preside El. Compárese con Salmos 74:4, Daniel 7:9, 13, 22 y Apocalipsis 4:4, 10, 5:8, 14, 11:16, 19:4.

Dios preside en el consejo de los dioses; en medio de los dioses dicta sentencia. Salmos 82:1 Biblia Reina-Valera, 1995
Elohim ha tomado su lugar en la asamblea de los elohim, en medio de los elohim él gobierna.
Traducción literal
Yo les he dicho: «Ustedes son elohim; todos ustedes son ben he elyion (hijos de El).
Salmos 82:6

Bene elohim (y variantes) se traduce como ‘hijos de los dioses’, ‘hijos de Dios’, ‘asamblea de los hijos de Dios’ o ‘asamblea de los dioses’, El término fue usado extensamente en las religiones semíticas del Oeste (ver Génesis 6:2). En la cultura ugarítica ―tanto en restos arqueológicos de Fenicia con en restos amonitas― se han encontrado inscripciones sobre «los hijos de Dios», que eran divinidades menores o subordinadas a El.

En el arte ugarítico, el dios Él es representado como un patriarca barbudo y muy bebedor de vino en festines (una imagen que los hebreos comparaban con su dios El, eterno abstemio y soltero). Hasta la fecha no se ha encontrado un templo construido en honor del dios El ugarítico, aunque por supuesto no se ha excavado toda la zona. Esto podría hacer pensar que ―al igual que el dios El hebreo―, era un «dios que no habitaba en templos hechos por manos de hombres». Aparte de ser juez, el dios El podía sanar, como cuando curó a su hijo Kirta. Incluso el dios Baal acudía a buscar su ayuda cuando se encontraba en problemas, ayudando a su siervo Danel (el Danel antiguo de la Biblia), siervo de Baal, así cualquier cosa primero se le tenía que pedir permiso para hacerla como en el caso de Anat para tomar venganza.

Él es llamado «padre de los dioses» de todos modos, a los personajes que designa como su parentela son:

Asera, la madre de todos los dioses, originalmente llamada Athirat (o Afdirad).
el fuego («la ramera de El»), al parecer un desliz del dios. Según la mitología ugarítica, El tendría varias amantes, lo que causaría la ira de Asera, y tendrían problemas con él, hasta llegar a una posible separación.
La muerte, el mar y el deseo son los hijos preferidos de El. Se les llama «los queridos de El».

Shahar (Shajar) (hijo de otro desliz de El con otra mortal).
el rey Kirta (el muchacho de El).
Shalem o Shalim (‘perfecto’), hijo de El con una mortal.
la palabra shalom proviene de este Shalem.
también proviene de este el nombre de la actual Jerusalén, ciudad de Salem del rey Melquisedec.
Pescador, hijo adoptivo de la dama Asera del mar.
Mot (‘muerte, esterilidad’).

Los nietos del dios El
Ilihu (Iliju), Thitmanit y Yassib son hijos del rey Kirta y de su esposa Hurriya (la hija del rey Pabil).
Kothar Wa Hasis (Kjoftar Wa Jasís) o Jotar, hijo del mar. Su equivalente en Egipto era Ptah, palabra que no tiene significado en idioma egipcio sino en idioma acádico (y en otros idiomas semitas), en el que significa ‘el quien crea las cosas por medio de la escultura y abriéndolas’. Era el artesano de los dioses. Sus hermanas eran las sabias mujeres o las siete diosas de la sabiduría

Verdad Trinitaria
Igualmente, según algunas teologías cristianas trinitarias, la palabra Elohim sería utilizada por la Biblia para dar una misteriosa preparación al mundo antiguo para la Revelación final del Nuevo Testamento, de las tres Personas en la naturaleza Divina. En Génesis cuando Jacob peleo con el Ángel del Señor, (con mayúscula) da a entender que en realidad no es un simple ángel sino que es un Ángel, que parece mimetizarse con YWHW, se da a entender que son el mismo ser divino y a la vez uno diferente. "por que has peleado con Dios" por lo tanto la palabra "Elohim" no significa dioses, sino que es unas de las palabras que revelan la naturaleza del Dios divino y omnipotente Padre (creador), Hijo o Ángel de Jehova (redentor de la raza humana y único intercesor entre Dios y los hombres), y Espíritu Santo (dulce ayudador y consolador, ademas de ser quien esta con nosotros a nuestro lado). La primera vez que la palabra "Dios" es mencionada en la Escritura (Génesis 1:1), es traducida del hebreo Elohim. Esta palabra hebrea que aparece 2250 veces en el Antiguo Testamento, es traducida "Dios" cuando se usa en referencia al único Dios verdadero [en los cinco primeros libros de la Biblia, Elohim es usado 682 veces. En cientos de estas, la referencia es al único Dios verdadero de Israel].

También es traducido "dios" cuando se usa en referencia a un dios falso (Jueces 8:33, 11:24, 16:23; 2. Reyes 1:3, 19:37), o "dioses" para indicar una multiplicidad de deidades falsas (Génesis 31:30, 32; 35:2, 4; Éxodo 12:12; 18:11; 20:3, 23; 22:28; 23:13, 24, 32-33; 32:1, 4, 8, 23, 31, 34:15-17; Levítico 19:4; Números 25:2; 33:4; Deuteronomio 4:28; 5:7; 6:14; 7:4, 16, 25; 8:19; 10:17; 11:16, 28; 12:2-3, 30, 31; 13:2, 6-7, 13; 17:3; 18:20; 20:18; 28:14, 36, 64; 29:18, 26; 30:17; 31:16, 18, 20; 32:17, 37). Asimismo se traduce "dios" o "dioses", en referencia a "seres humanos" (Éxodo 7:1; Salmo 82:6), "ángeles" (Salmo 8:5) y "jueces" (Éxodo 21:6; 22:8-9) poderosos.

Se usa en referencia a los "príncipes humanos" (Génesis 23:6), a los "truenos" (Éxodo 9:28), y significando "grande" en referencia a la pugna de Raquel con su hermana (Génesis 30:8). Es esencial entender como Elohim se usa para el Dios verdadero, con el fin de entender como este término es utilizado de maneras diferentes. Elohim es un sustantivo masculino plural. La forma singular de la palabra Elohim es Eloah, y aparece en el Antiguo Testamento 54 veces, siendo usada también en referencia tanto al Dios verdadero como a los dioses falsos. Eloah proviene de la raíz hebrea EL-, que aparece 226 veces. EL- significa fuerza y poder. El "im" sobre la terminación de una palabra hebrea (como en Elohim) la hace un plural, tal como cuando se pone una "s" al final de muchas palabras españolas. Pero a diferencia del idioma español, la forma plural de una palabra hebrea no significa necesariamente más de uno. Aunque el plural en el hebreo seguramente puede referirse a más de uno (y el idioma hebreo también tiene una terminación doble, significando dos), igualmente el hebreo usa formas plurales cuando sólo un sujeto está en vista, para indicar intensidad (algo como el "ísimo" terminando sobre algunas palabras españolas, como santísimo, excelentísimo, etc.), plenitud, engrandecimiento o multiplicidad de atributos.

C. L. Seow, indica que cuando Elohim es usado "como un nombre propio, o referido al Dios de Israel, es tratado como singular. De otra manera debería ser traducido como 'dioses'". Cuando Elohim es usado para el Dios de Israel, "la forma del sustantivo es plural, pero la referencia es singular. Esto es a veces llamado 'plural de majestad'". Aunque Elohim sea plural, debe estar acompañado por modificantes plurales y formas verbales plurales para funcionar como un sustantivo plural. En caso de estar acompañado de modificantes singulares y formas verbales singulares, este funciona como un sustantivo singular. Con exactitud, Elohim puede ser traducido de dos maneras: el singular "Dios" (o "dios") o el plural "dioses". Para el único Dios verdadero, la forma plural de la palabra no debe ser tomada para indicar una pluralidad de dioses, sino una pluralidad de sus atributos majestuosos y que Él es sumamente poderoso. Para el caso donde Elohim se refiere al único Dios verdadero, la terminación plural hace una palabra plural que no se refiere a más de uno, sino que hace más intenso el singular. Entonces gramaticalmente hablando, el plural Elohim no sugiere que el Dios de Israel sea más de uno. Si la razón de la terminación plural fuera indicar más de uno, la palabra debería ser traducida "dioses". Esto no es aceptable al monoteísmo del Antiguo Testamento (ver por ejemplo Deuteronomio 6:4). Siempre que Elohim se refiere al único Dios verdadero, está acompañado por verbos singulares, aunque Elohim sea plural. De otro lado, siempre que Elohim se refiere a más de un dios falso, es acompañado por verbos plurales.

Esto es significativo gramaticalmente hablando, pues aunque la palabra Elohim sea plural, esta se refiere a un solo Dios verdadero. La razón nos comprueba que si los escritores bíblicos hubieran usado Elohim queriendo indicar que el Dios verdadero es más de uno, tendrían que haberlo acompañado de verbos plurales, pero ellos no lo hicieron así. Por ejemplo, en el primer versículo de la Biblia, encontramos que el verbo singular "creó", es usado con Elohim. Ya que el verbo es singular, indica que Aquel que hizo la creación es singular. En este caso, la única opción que tenemos para explicar la forma plural de Elohim, es que Elohim se refiere a la plenitud e intensidad de los muchos atributos majestuosos del único Dios verdadero. En Éxodo 32:4, donde Elohim es usado para una pluralidad de dioses falsos, el verbo "sacaron" apunta a la tercera persona del plural. El verbo plural exige que Elohim se refiera a más de un dios falso. Aunque en este caso sólo se registra que fue hecho un becerro de oro, este al parecer representó para los israelitas la adoración de todo el ganado vacuno, considerado sagrado por los egipcios. Así el becerro representó para ellos más que un solo dios, pues este representó a los dioses de los egipcios. En Deuteronomio 4:28, una serie de verbos plurales, tales como "ven", "oyen", "comen" y "huelen", son usados para describir las incapacidades de los dioses falsos (Elohim). Esto confirma que si la intención de Elohim es la de indicar más de uno, serán usados verbos plurales, mientras que si la intención de Elohim es la de indicar sólo uno, serán usados verbos singulares. Es provechoso notar, que cuando el griego inspirado del Nuevo Testamento cita textos del Antiguo Testamento donde Elohim es usado en referencia al único Dios verdadero, el griego Theos (Dios) aparece en singular (comparar el Salmo 45:6-7 con Hebreos 1:8-9). Cuando el Nuevo Testamento hace citas del Antiguo Testamento donde Elohim se refiere a personas o a los dioses falsos, usa la forma plural de Theos (comparar el Salmo 82:6 con Juan 10:34-35 y Éxodo 32:1 con Hechos 7:40). El idioma griego no usa los plurales de la misma manera como el hebreo, es decir indicando intensidad, plenitud y pluralidad de atributos. Ya que ambos, el Testamento Hebreo y el Testamento Griego son inspirados, si Elohim hubiera querido indicar que el Dios verdadero es más de uno, entonces el griego usaría la forma plural del sustantivo pero no lo hace. El hecho de que el griego use el singular Theos donde las escrituras hebreas usan el plural Elohim para referirse al Dios verdadero, despeja cualquier cuestionamiento relacionado con la singularidad del Dios verdadero. De verdad, en el ejemplo del Salmo 45:6, Elohim es usado para referirse solamente al Mesías. Hay sólo un Mesías, pero el sustantivo plural es usado para indicar su majestad inmensurable.

Todo esto nos ayuda a entender el plural "nosotros" en Génesis 1:26; 3:22; 11:7 e Isaías 6:8. Algunos podrían suponer que estos pronombres plurales indican más de un Dios o que Dios es de algún modo más de uno. Pero la gramática de los pasajes no indica nada de esto. En Génesis 1:26, Elohim [plural] dijo [referido a la tercera persona singular masculina], "Hagamos [referido a la primera persona del plural] al hombre [sustantivo masculino singular] a nuestra imagen ["imagen" es un sustantivo masculino singular pospuesto a la primera persona del plural], conforme a nuestra semejanza ["semejanza" es un sustantivo femenino singular pospuesto a la primera persona del plural]". Gramaticalmente, las palabras "hagamos" y "nuestra" en este versículo, no pueden referirse solamente a Elohim, pero el verbo conectado directamente con Elohim ("dijo") es singular. La doctrina de la inspiración plenaria de la Biblia, implica que la inspiración se extiende a cada palabra de la Biblia. Esto quiere decir que aún la intensidad y el número del verbo son inspirados. Si en dicho versículo, Elohim hubiera tenido la intención de que todo apuntara sólo hacia sí mismo, Él habría usado verbos y pronombres singulares. Si Elohim fuera más de uno, lo apropiado hubiera sido usar la forma plural "hagamos" y el pronombre plural “nuestra”, pero en este caso, el verbo "dijo" obligatoriamente tendría que ser plural (algo que no ocurre en el texto bíblico). Así, la gramática aclara que cuando el singular Elohim habló, Él incluyó a alguien más en su declaración. La gente judía, que desde luego es estrictamente monoteísta, ha sostenido desde hace mucho tiempo que en Génesis 1:26, Elohim se dirigió a los ángeles en una amable consideración para los asistentes de su tribunal celestial, cuando Él dijo, "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Esto no es irrazonable, pues Job 38:7 indica que los ángeles estuvieron presentes en la creación y se regocijaron en las obras de Dios. Otros proponen que deberíamos tomar los pronombres plurales del mismo modo como el plural Elohim, es decir como plurales de majestad. Apelan a Esdras 4:18 como apoyo. Aquí, en respuesta a una carta, el rey Artajerjes dice, "la carta que nos enviasteis fue leída claramente delante de mí". La carta fue dirigida solamente a Artajerjes, y en la misma frase él usa tanto un pronombre plural como un pronombre singular para referirse a sí mismo. Históricamente, los reyes de la tierra han usado los pronombres plurales para referirse a sí mismos. Quizá ese sea el empleo que el Gran Rey hace de verbos y pronombres plurales en aquellos pocos versículos de la Escritura donde estos aparecen. Pero uno tiene que preguntarse, ¿por qué en miles de casos Elohim usa para Él verbos y pronombres singulares, y por qué en sólo cuatro versículos de la Biblia entera Él usa verbos y pronombres plurales? ¿Por qué Él no usa verbos y pronombres singulares exclusivamente, o verbos y pronombres plurales exclusivamente?. El escaso empleo de los verbos y pronombres plurales, deben indicar algún objetivo específico, limitado. La explicación más simple y que está más estrechamente de acuerdo con la gramática inspirada, es que en estos pocos versículos, cuando Elohim habla, incluye gentilmente a otros, a los seres angelicales. En realidad, los ángeles no hicieron al hombre, así como los creyentes no son los que realmente hacen los milagros (ver Juan 14:12; Mateo 10:8); Dios gentilmente ha permitido que nosotros le colaboremos a Él (1 Corintios 3:9). Quizás haya aquí alguna semejanza del modo en que Dios incluyó a los ángeles en su trabajo. Pero independientemente del significado exacto de Génesis 1:26, esto no puede significar que Elohim sea más de uno.

En Éxodo 20:2, el Dios de Israel declaró, "Yo soy el Señor tu Dios". La palabra "Señor" es "Yhwh", la tercera persona del singular en la forma del verbo hebreo para "ser" (HAYAH). "Yhwh" significa "Él es". Otra vez, una palabra singular es unida a Elohim, que es plural. Gramaticalmente, el significado de "Yo soy el Señor tu Dios", no puede ser, "Yo soy el 'Él es' tus 'dioses'". Una palabra singular no puede tener un objeto plural, a no ser que – en el cuidado con el uso común hebreo – el plural deba indicar intensidad, plenitud o multiplicidad de atributos, pero no pluralidad de personas o cosas. Cada versículo que conduce hacia Génesis 1:26, emplea verbos y pronombres singulares (ver los pronombres singulares en los versículos 5 y 10) que muestran que la obra de creación fue exclusiva de Dios. Esto mismo se evidencia en el verbo singular ("dijo") del versículo 26. La introducción de un verbo plural ("hagamos") y un pronombre plural ("nuestra") en el mismo versículo, debe significar el hecho de que el único Dios incluye a otros en su declaración. Ya que no había ningunos otros seres inteligentes creados hasta aquel entonces excepto los ángeles, sus palabras deben haber sido dirigidas a ellos. Génesis 3:22 tiene una construcción gramatical similar a Génesis 1:26. Y dijo El Señor [YHWH, forma hebrea de la tercera persona del singular para el verbo "ser"] Dios (Elohim) [referido a la tercera persona del singular masculino], "He aquí el hombre es como uno de nosotros [primera persona del plural], sabiendo el bien y el mal". Gramaticalmente el "nosotros", debe incluir a alguien más que a Dios, pues un pronombre plural no puede referirse a un sujeto singular. Otra vez, Dios debe haber incluido a los ángeles en su declaración; ellos seguramente eran conscientes de los asuntos del bien y del mal, pues Lucifer ya se había rebelado contra Dios antes de esto (ver Ezequiel 28:11-16).

El hecho de que después de su declaración: "el hombre es como uno de nosotros", Dios colocara querubines (ángeles) al oriente del jardín del Edén con una espada encendida para impedir al hombre volver al jardín, apoya la idea de que Dios usó el plural "nosotros", para incluir a los ángeles en su declaración. La gramática de Génesis 11:6-7 también cuenta. [La Biblia de las Américas, traduce Génesis 11:7 así:Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.”]. o en la biblia de las américas dice: Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro. Aquí, Elohim no aparece. Yahvé (traducido "SEÑOR"), cuyo nombre es la forma hebrea de la tercera persona singular del verbo "ser", es registrado como habiendo dicho [referido a la tercera persona singular masculina] "Vamos" [referido a la segunda persona singular masculina], bajemos [referido a la primera persona del plural] y confundamos [referido a la primera persona del plural] allí su lengua". Es fascinante notar que la palabra traducida "vamos" (HAVAH), es un imperativo, una orden. Es un imperativo referido a la segunda persona singular masculina, que es entendido para significar "USTED [la segunda persona del singular] vaya". También podría ser traducido "venga", como en una orden imperativa, "venga USTED". "usted" es entendido como singular, no plural. Gramaticalmente, aquí Yahvé habla a otro sujeto, dando a aquel sujeto una orden.

No hay nada, según la gramática, que indique que una "persona divina" hable a otra "persona divina". Parecería verdaderamente extraño, si una "persona divina" mandara a otra "persona divina" a hacer algo. En cambio, Yahvé habla a alguien más. Cuando Yahvé dice "descendamos", la forma verbal está referida a la primera persona del plural. Así, cuando Yahvé (el único Dios verdadero, cuyo nombre es la forma de la tercera persona singular del verbo ser) baja y confunde la lengua de la gente, Él es acompañado por alguien más. Al parecer, en este caso Él fue acompañado por un sólo ángel. Esto no debe parecernos extraño, ya que en Génesis 18, Abraham fue visitado por tres "hombres" (versículo 2). Uno resultó ser el SEÑOR ("Yahvé") en una teofanía; Dios en forma de ángel (versículos 10, 13-15, 17) y los otros dos quienes eran ángeles (versículos 18:16 y 19:1). Si Dios desea ser acompañado por ángeles en cualquiera de las actividades que son de su prerrogativa, y si Él desea hablarles para incluirlos en su actividad, Él indudablemente usará palabras plurales para hacerlo así. Isaías 6:8, es el otro único caso de la Escritura donde es usado un pronombre plural de un modo en que algunos piensan que implica una pluralidad [de personas divinas] en Dios. Aquí Isaías dice, "Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quien enviaré [referido a la primera persona del singular], y quién irá por nosotros [primera persona del plural]?" El pronombre plural "nosotros", no puede tener el singular "Yo" como su antecedente. Es evidente del contexto de Isaías 6:1-7, que hay mucha actividad angelical en esta visión. Al parecer, el único Dios verdadero incluye otra vez al tribunal celestial en su declaración. Es significativo que sólo Dios es quien envía, pero se necesitaba de alguien que fuera de parte de todos los habitantes del cielo. Dios no dice, "¿A quien vamos nosotros a enviar?", sino que dice "¿A quien voy yo a enviar?". La preocupación de los ángeles por la santidad de Dios como es subrayada en el contexto, muestra que la misión de Isaías dentro del rebelde Israel, fue de interés para ellos así como lo fue para Dios. Verdaderamente, la declaración que Isaías oyó en el verso 8, era dirigida por el Señor a sus ángeles. En Isaías 6:7, un ángel habla directamente a Isaías. En el versículo 8, no hay ninguna indicación de que el Señor se estuviera hablando directamente a sí mismo.

En cambio, el Señor se dirige a su tribunal angelical, cuando Isaías ofrece su servicio. Esto refuerza que en Génesis 1:26, 3:22 y 11:7, Dios se dirige a ángeles. El hecho de que Dios se dirige realmente a su tribunal celestial, es indicado por 1 Reyes 22:19-23. Aquí, Yahvé se sienta sobre su trono (ciertamente en una teofanía), con los ángeles que están de pie a su derecha y a su izquierda. Yahvé pregunta, "¿Quien inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?." Varios ángeles contestaron de formas diferentes, hasta que vino un ser espiritual y estando delante de Yahvé dijo, "yo le induciré". Yahvé le contestó, "¿de qué manera?" El espíritu respondió, "Yo saldré, y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas". Yahvé contestó, "Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así". La gramática de la Escritura es inspirada. Cuando Elohim se refiere al único Dios verdadero, son usados verbos y pronombres singulares. Cuando el único Dios verdadero incluye a otros en sus actividades, son usados verbos y pronombres plurales. Estos no indican ninguna pluralidad de dioses o que el Dios verdadero sea más de uno. "Cuando [Elohim] se refiere al Dios de Israel, el concepto es siempre singular, aunque se trate de un plural masculino".

Entonces Elohim acaba con el sufijo plural masculino –im “ים”. A partir de esto nosotros podríamos llegar a la conclusión de que Elohim es un plural numérico (es decir que denota pluralidad) y de acuerdo a esto traducirlo como dioses. Pero antes de que determinemos si el mundo fue creado por un solo Dios o por varios dioses, debemos considerar si Elohim es realmente un plural numérico. En hebreo, un substantivo plural en cuanto a número tiene tres características:

-Va acompañado de un sufijo plural;
-Va acompañado de un verbo plural;
-Va acompañado de un adjetivo plural.

La primera característica, el sufijo plural, resulta familiar para el hispanoparlante. En Español, los nombres llevan el sufijo plural “s” o “es”. Por ejemplo, perro es el singular mientras que perros es el plural. El Hebreo, como el Español, agrega otra dimensión emparejando adjetivos y verbos al substantivo. En hebreo, el substantivo plural va acompañado de un verbo en plural y de un adjetivo en plural. por ejemplo:

En Español:
Singular: El perro grande guardaba.
El plural: Los perros grandes guardaban.

En Hebreo:
Singular: El perro (sing.) grande (sing) guardaba:
El plural: Los perros (pl.) grandes (pl.) guardaban:

Así que la primera cosa que nosotros debemos verificar sobre Elohim es si va acompañado de un adjetivo plural y de un verbo en plural, porque esto nos dirá si es o no es un plural numérico que denota pluralidad. En el primer versículo de la Torah leemos: que significa: “Elohim creó (él)”. Si fuera Elohim un plural numérico, el versículo tendría que decir “Elohim crearon (ellos). De hecho, la palabra Elohim aparece en su forma plural más de 2000 veces a lo largo de las Escrituras Hebreas y absolutamente en cada caso va acompañada un verbo singular. Siempre es “Elohim habló (él) a Moisés” y nunca “Y Elohim hablaron (ellos) a Moisés”. El mismo fenómeno puede verse con el adjetivo. El adjetivo para Elohim es singular, no un plural. Así nos encontramos “Elohim justo (en sing.)” (Salmos 7:9) y no “Elohim justos (pl)”.

¿Luego, por qué Elohim va acompañado de un sufijo plural si es numéricamente singular y como tal va acompañado de un verbo singular y un adjetivo singular?.Resulta que en Hebreo hay un tipo especial de plural que va acompañado un sufijo plural aunque es numéricamente singular y va acompañado de un verbo singular y de un adjetivo singular. Estos nombres se llaman plurales intensivos. El significado del sufijo plural en el plural intensivo no es que el sujeto substantivo sea más de uno, sino que el nombre es "grande, absoluto, o majestuoso". Por ejemplo, significa "amo" mientras que:

Libro del Profeta Isaias 19:4 Y entregaré a Egipto en manos de señor duro, y rey violento se enseñoreará de ellos, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

Libro del Profeta Malaquias 1:6 El hijo honra al padre, y el siervo a su Señor. Si, pues, soy yo Padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes...

Con el sufijo plural masculino significa: “gran amo, señor”. Así leemos, “Entregaré a Egipto en manos de un amo duro, y un rey violento se enseñoreará de ellos” (Isaias 19:4). En este versículo el rey feroz que esclavizará Egipto es descrito como un “un amo (pl.) duro (sing.). En este versículo, el sufijo plural que acompaña a la palabra no lo convierte en un plural numérico (“amos”) sino que magnifica el significado ("gran amo, señor"). Porque es un plural intensivo que recibe el adjetivo singular (duro) y no el adjetivo plural que se requeriría para un plural numérico. La palabra también significa "amo" mientras que en el:

Libro de Éxodo 21:29 Pero si el buey fuere acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño se le hubiere notificado, y no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer, el buey será apedreado, y también morirá su dueño. 

Con el sufijo plural masculino significa "gran amo, dueño". Por ejemplo, en Éxodo 21 el dueño del "buey corneador" es repetidamente llamado "dueño". La palabra lleva el sufijo plural aunque el dueño sea una sola persona. En este caso el sufijo plural magnifica el nombre y le confiere una connotación de "dueño absoluto, amo completo". Ya que "dueño" es un plural intensivo va acompañado de un verbo en singular. Así que leemos acerca del dueño negligente cuyo buey ha matado, "el buey será apedreado, y también morirá su dueño (él en singular)". El verbo con el significado de "morirá" va en singular a pesar de que la palabra lleva el sufijo plural.

La característica común de los plurales intensivos es que llevan el sufijo plural con un significado de substantivo singular y como resultado reciben adjetivos y verbos en singular. Elohim אֱלׂהִים simplemente es un ejemplo del plural intensivo y significa "Gran Dios". Hay que hacer notar que la palabra Elohim no siempre es un plural intensivo. Al referirse a los dioses paganos, el término Elohim normalmente es un plural numérico. Por ejemplo, el segundo mandamiento nos prohíbe que rindamos culto a "otros (pl) dioses". En esta frase, el término Elohim no sólo lleva el sufijo plural, sino que va acompañado de un adjetivo plural otros (pl). Esto nos dice que en el segundo mandamiento Elohim no se usa como un plural intensivo sino como un plural numérico que denota pluralidad. La prohibición no es contra "otro (sing.) dios" específico sino contra cualesquiera "otros (pl) dioses". Elohim es usado muchas veces a lo largo de la Tanaj para referirse a los dioses paganos y en la mayoría de estos casos es un plural numérico que denota pluralidad (falsos) los dioses. Cuando el Tanaj habla sobre el Tetragramaton YHWH usa Elohim con el plural intensivo con el significado de "Gran Dios" pero cuando habla sobre dioses paganos usa Elohim con el plural numérico significando "dioses". En ambos casos los verbos y adjetivos que les acompañan nos revelan de qué significado se trata.

¿La forma plural intensiva de Elohim implica que haya algo múltiple sobre Dios?
Para aclararnos podemos mirar varias citas donde el plural intensivo es usado para referirse a algún otro distinto a YHWH. El ejemplo más claro de esto está en:

Libro del Exodo 7:1 Mira, yo te he constituido Elohim para el Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.

Ciertamente esto no significa que YHWH convirtió a Moisés en un dios, sino que él hablaría a Faraón con autoridad a través de Aaron, quien serviría como su portavoz de la manera en que los profetas sirven como portavoces de YHWH. No hay claramente ninguna pluralidad en Moisés, aunque él fue constituido un Elohim para Faraón. Incluso en raras ocasiones Elohim es usado como plural intensivo al referirse a dioses paganos:

Libro de 1 Reyes 11:33 Por cuanto me ha dejado y ha adorado a Astoret, Elohim de los Sidonios, a Quemos, Elohim de Moab, y a Moloc, Elohim de los hijos de Amón.

Aquí vemos tres divinidades paganas a cada una de las cuales se les llama Elohim. -Obviamente el Libro de Reyes no está diciendo que cualquiera de estas falsas divinidades sea un "gran Dios". Al contrario, el versículo continúa para reprender a los Israelitas por rendirles culto. El significado es que los Sidonios, los Moabitas, los Amonitas miraban a sus divinidades como a grandes Dioses y en este caso la Escritura emplea el mismo término que los paganos usaban para referirse a sus propias divinidades. Al mismo tiempo debemos observar que Astoret, Quemos, y Moloc son cada uno llamados Elohim aunque no hay nada múltiple en ninguno de ellos. Claramente la palabra Elohim, cuando se refiere a YHWH, es un plural intensivo que es numéricamente singular, yendo acompañada de un verbo singular y un adjetivo singular. Este plural intensivo simplemente es una forma gramatical que denota grandeza y que en absoluto implica que el objeto al que se refiere sea plural o multiple. Si mantenemos que Elohim implica pluralidad debemos admitir entonces que Moisés también era una pluralidad junto con Quemos la divinidad pagana de los MoabitasMoloc la divinidad pagana de los Amonitas.

El uso de la Palabra Elohim
Los hebreos utilizaron varios términos para nombrar a Dios: El, Eloah y Elohim; además usaban el nombre propio Yahveh. Se encuentra escrito en el Antiguo Testamento: Elohim, 2570 veces; Eloah, 57 veces; El, 226 veces y Elim, 9 veces. YHWH algo más de 6 mil veces. El término Elohim no se encuentra en todas las razas semitas; sólo los arameos parecen haber tenido una forma análoga (Elahín). Se ha sugerido que el nombre Elohim debe haberse formado después que los descendientes de Sem se hubieron separado en diferentes naciones.

Pluralidad del nombre Elohim
El principal punto que se torna en malinterpretacion de este Nombre es en lo referente a que se encuentra en forma plural, lo cual ha desencadenado una multitud de interpretaciones, varios casos como si acaso es la trinidad, o si acaso se refiere a un angel, etc. Cuando analizamos el pensamiento judío por medio del cual se deriva este nombre vemos que en la Torah nuestro Elohim es claro en que el es Ejad (unidad, uno y unico), la derivación plural de El; Elohim lo que demuestra es la pluralidad de las manifestaciones y el poder omnipotente, omnipresente y omnisciente de YHWH, esto se refiere a que en la pluralidad de todas las manifestaciones de poder y autoridad de YHWH El se encuentra como una unidad y completud en si mismo.

El, como el Ángel de Dios
Muchos estudiosos discuten acerca del alcance de la "lucha" en la que se vio envuelto el patriarca Jacob: El nombre Israel (IsraEl) significa ‘el que lucha con (tra) El’, según el pasaje de:

Libro de Génesis 32:24-29
24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. 25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. 26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. 27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Noten que al patriarca se le dijo "ya no te llamaras Jacob sino Israel, por que has luchado con Elohim (Dios) y con los hombres, y has vencido".

Dado que ese Elohim (ángel) le dijo: Y dijo: Déjame, porque raya el alba.[No puede tratarse del 'ángel' del Dios Yahvé, pues le tiene miedo a la luz…"

A su vez, el profeta Oseas brinda más información:

Libro del Profeta Oseas 12:3-4 
3…y con su poder venció al ángel. 4 Venció al ángel, prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí hablo con nosotros.

(ver Job 24:17)]. Y si se acepta este postulado la palabra Elohim estaría tomando el significado de "ídolo". De acuerdo con ello en:

Libro de Génesis 35:9-11
9 Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo. 10 Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. 11 También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.

Jacob estaría siendo un ejemplo contra la idolatría, lo cual harían posteriormente sus descendientes (el pueblo del Antiguo Israel).

Elohim es la denominación con las característica para referirse a Dios, que utiliza la tradición Elohista en el Pentateuco. En el relato Yahvista de la creación Génesis 2 y en Éxodo 9:30 aparece la expresión Yahveh-Elohim. Parece originarse por adición de Elohim a Yahveh, que pertenece al estrato literario más primitivo.

¿Qué quiere decir la Biblia por “vosotros sois dioses?
Libro de los Salmos 82:6 Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo;

Evangelio de Juan 10:34-35
34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),

La palabra hebrea traducida como “dioses” en el Salmo 82:6 es Elohim. Usualmente se refiere al Único Dios Verdadero, pero tiene otros usos. El Salmo 82:1 dice, “Dios está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga.” Viendo los tres siguientes versos, es claro que la palabra “dioses” se refiere a magistrados, jueces y otras personas que mantienen posiciones de autoridad y gobierno. En la antigüedad, a los jueces se les daba el calificativo de dioses, porque se les consideraba divinos debido a su autoridad delegada por Dios. De hecho, en el Antiguo Testamento, la palabra hebrea elohim, está asociada a la palabra jueces en varios pasajes, por ejemplo, Éxodo 21:5-6 y Éxodo 22:7-8.

El llamar a un Humano un “dios” en la Biblia indica tres cosas:

1) El tiene autoridad sobre otros seres humanos,
2) El poder que ejerce como una autoridad civil, es para ser temido,
3) El recibe su poder y autoridad de Dios Mismo, quien es visto como el que juzga a toda la tierra en el verso 8.

La palabra hebrea Elohim tiene tres connotaciones diferentes:

-Puede referirse al Único Dios,
-A dioses falsos o a los gobernantes o
-Jueces de una nación, porque son los encargados de impartir justicia.

Entonces, ¿cómo se determina el uso de una de las tres connotaciones?

El uso lo determina el contexto del escrito, esto quiere decir, que debemos leer el pasaje completo para entender a qué se está refiriendo. Este uso de la palabra dioses para referirse a humanos es raro, pero se encuentra en otras partes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, cuando Dios envío a Moisés a Faraón, Él dijo:

Libro de  Éxodo 7:1 El Señor dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.

Esto significa simplemente que Moisés, como mensajero de Dios, estaba hablando las palabras de Dios y por lo tanto sería el representante de Dios ante el rey. La palabra hebrea Elohim se traduce como “Jueces” en Éxodo 21:6 y 22:8, 9 y 28.

El punto principal en el Salmo 82, es que los jueces terrenales deben actuar con imparcialidad y verdadera justicia, porque aún los jueces deberán comparecer un día ante EL Juez. Los versos y 7 advierten a los magistrados humanos, que también ellos deben ser juzgados: 

Salmo 82:6 Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo, pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis.

Este pasaje está diciendo que Dios ha puesto al hombre en posiciones de autoridad en las cuales (en este aspecto) ellos son considerados como dioses entre la gente. Debe recordarse que, aunque sean representantes de Dios en este mundo, ellos son mortales y eventualmente deberán dar cuentas a Dios por la manera en que usaron esa autoridad.

Seréis como  Dios
En contraste, tenemos la mentira de satanás usando a la serpiente para hablarle a Eva en el Jardín del Edén, en:

Libro de Génesis 3:5 serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

Era una verdad a medias. Sus ojos fueron abiertos (verso 7), pero ellos no se volvieron como Dios. De hecho, perdieron toda autoridad, más que ganarla. Satanás engañó a Eva acerca de su habilidad para convertirse en semejanza del Único y Verdadero Dios, y así la condujo a la mentira. Jesús
defendió Su afirmación de ser El Hijo de Dios, sobre un terreno semántico y bíblico – hay un sentido en el que los hombres influyentes puede ser tenidos como dioses; sin embargo, el Mesías puede con toda autoridad aplicar el término a Sí Mismo. Los seres humanos no son “dioses” o “pequeños dioses" en el sentido de Divinidad. Dios es Dios, y nosotros, quienes conocemos a Cristo, somos sus hijos.

¿Quiénes son los encargados de juzgar?
Obviamente los jueces y magistrados, y los gobernantes. Aquí no se refiere a ningún otro ser, ni a los ángeles, ni a seres sobrenaturales, pues. ¿Acaso los jueces y magistrados no son los encargados de hacer justicia a los pobres y a los débiles, como dice el resto del Salmo?.

Y que esto es así lo demuestran las siguientes advertencias. Dios les declara en el verso 6 “Yo les dije dioses sois”, eso es lo que está escrito en el versículo 1, eran dioses no porque tuvieran la esencia divina, sino porque actuaban en nombre de Dios para ejercer autoridad sobre los hombres. El comentario de Mattew Henry dice al respecto el término dioses “se refiere a los jueces injustos, quienes, como capacitados para juzgar participan del divino privilegio de hacer juicio y justicia”. 

De la misma manera el comentario de William McDonald dice: “Se les llama dioses porque son representantes de Dios, ordenados por Él para ser sus siervos y así mantengan el orden en la sociedad". Aunque no conozcan personalmente a Dios, todavía son agentes de Dios en sentido oficial y por lo tanto dignificados aquí con el nombre de dioses. El sentido fundamental de esta palabra “dioses” es: “los fuertes” o “seres poderosos”.

Ahora, que no se trata de dioses en ningún sentido sobrenatural se dejar ver claramente en la forma como Dios los reprende. Dios se encargará de enviarles sus juicios y caerán como caen el resto de los príncipes y gobernantes de la tierra si obran mal. Aunque tengan cierta preeminencia sobre los hombres, siendo que la justicia está en sus manos, esto no los librará de sufrir como cualquier otro hombre bajo la poderosa mano del Señor, pues, no han cumplido con la función divina de hacer justicia a los pobres y débiles, sino que se han vendido ante las riquezas de los impíos para hacer agravio a los necesitados del pueblo. Esto es una clara advertencia para todos los que ejercen alguna clase de autoridad, sean gobernantes civiles, militares, jueces, magistrados, cenadores o líderes religiosos, todos tienen la responsabilidad de actuar con equidad y justicia, de lo contrario un día serán sorprendidos por la justicia divina que no pasa en alto ninguna de estas faltas. La dignidad del oficio de magistrado es reconocida por Dios. Al participar, en cierto modo, de la naturaleza divina deberían conformar su modo de juzgar al de Su Padre celestial. Dios había delegado en ellos, con el poder de juzgar, el poder de regir la sociedad mediante la justicia y su producto, que es la paz pública. A pesar de estos privilegios, en cierto modo divinos, estos jueces se habían comportado tan mal que a continuación se les sentenció a morir como los demás hombres.

Jesús y los "dioses"
Ahora, veamos cómo utiliza Jesús este pasaje. Jesús acaba de declarar que es el Hijo de Dios:

Evangelio de Juan 10:25-30
25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos. 

Los incrédulos judíos responden acusando a Jesús de blasfemia, puesto que Él asegura ser Dios

Evangelio de Juan 10:33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 

Jesús entonces cita el Salmo 82:6, recordándoles a los judíos que la ley se refiere a simples hombres – aunque sean hombres de autoridad y prestigio – como “dioses.”

El punto de Jesús es este: ustedes me acusan de blasfemia basándose en el uso que hago del titulo “Hijo de Dios”; sin embargo su propia Escritura aplica el mismo término a los magistrados en general. Si aquellos que tienen un nombramiento por decreto divino pueden ser considerados "dioses" ¿cuánto más puede serlo Aquel a quien Dios ha elegido y enviado?.

Las Cartas de Pablo
Es preciso que miremos con mas detenimiento algunas declaraciones de Pablo con respecto a los magistrados y jueces, para poder entender el sentido del Salmo 82. Los creyentes del Antiguo y del Nuevo Testamento tenían muy en claro que los jueces, magistrados y el rey, es decir, toda autoridad civil y militar, eran ejercidas con autoridad divina, incluyendo los gobernantes no creyentes, como era el caso del imperio romano en el tiempo de Pablo. No obstante Pablo considera que estos jueces, magistrados y reyes son: Establecidos por Dios mismo (es decir, son servidores de Dios), servidores de Dios para el mantenimiento del orden social. Es por eso que ellos son sostenidos con nuestros impuestos, porque son necesarios para el bienestar de las sociedades.

Romanos 13:1-4
1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. 3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; 4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. 

Las Escrituras Sagradas en ninguna parte enseñan que los cristianos seamos divinos o tengamos facultades divinas. Los profetas y apóstoles, que pudieron hacer grandes milagros y portentos, no lo hacían por algún poder inherente a ellos, sino solo por la acción de Dios. La Biblia nos presenta a Dios como la única fuente de poder.

Partícipes de la naturaleza divina
Desde muy tempranas épocas, y a lo largo del desarrollo de las doctrinas cristianas, el tema de la participación del hombre en la naturaleza divina ha sido objeto de amplias discusiones y especulaciones.

Clemente de Alejandría (150-216 d. C.) fue el primero en aplicar el término “deificar” (theopoien) para referirse a la finalidad de la salvación. Gregorio de Nacianzo (329-389 d. C), por su parte, fue quien inauguró el término “theosis“, el cual llegó a ser el punto central de muchos debates subsiguientes. Sin entrar en detalles de las numerosas e intrincadas discusiones que desde entonces se han suscitado en diversos círculos cristianos respecto a este asunto necesitamos hacer aquí seis observaciones importantes.

Primero. Las elaboraciones que sobre el tema hicieron los llamados “padres de la iglesia” y que luego tomaron mayor cuerpo entre los ortodoxos orientales heredaron una fuerte influencia griega, ausente en los escritos del Nuevo Testamento. De hecho en el Nuevo Testamento no se habla de deificación, ni se usan los términos “theosis” o “theopoien“. Sin embargo, entre los griegos antiguos, así como entre los latinos, caldeos y egipcios, la divinización de los poderosos y virtuosos era una idea comúnmente aceptada. De ahí las ceremonias de apoteosis en dichas culturas. No es de extrañar, pues, que pensadores cristianos, empapados todavía de su cultura y filosofía hablaran de la esperanza del evangelio como una theosis o  deificación de los creyentes.

Segundo. La Biblia mantiene claramente su enseñanza respecto a la trascendencia de Dios. Él es completamente otro. Él ha compartido con nosotros rasgos de su naturaleza como su amor, conocimiento, libertad, etc., pero eso no nos hace dioses. La creación en el marco bíblico es un acto libre, soberano, y externo de Dios. Todas las cosas y todos los seres fueron creados por Dios y permanecen fuera de él y completamente sujetos a Él. Ni las cosas, ni ninguno de los seres que existen por voluntad de Dios son extensiones o emanaciones de Él. La Biblia no enseña ningún tipo de panteísmo. El hombre fue creado imagen de Dios, pero no es Dios. Es ícono de Dios, pero no ser divino. El evangelio, nos abre la oportunidad de recobrar ese privilegio en plenitud, mas no nos deifica. Por medio de Jesucristo, Dios nos hace partícipes de su naturaleza, es decir, comparte con nosotros su gracia redentora, su conocimiento, su santidad, su vida eterna, y nos recibe en su seno como hijos, haciéndonos semejantes a Él, pero no con ello nos convierte en seres divinos. 

Tercero. Según la Biblia el gran problema humano es que Adán y sus descendientes, no conformes con ser icono de Dios, queremos ser nosotros mismos Dios. Esta fue la fatal ilusión que acarreó la gran caída causante del caos cósmico, del que Dios nos quiere rescatar. No contentos con ser representantes de Dios en el gobierno de la creación, queremos ser gobernantes autónomos con los mismos poderes de Dios. De hecho en la descripción Bíblica de la tentación adámica ocupan un lugar central la serpiente y la mujer, símbolos precisamente del poder mágico en las religiones paganas. La armonía o “el descanso” de la salvación no se logra mediante el ejercicio del poder autónomo por parte del hombre, ni con la deificación de las criaturas, sino mediante la completa sujeción de la criatura a su Creador. Por eso, la frase del autor y consumador de nuestra fe debe convertirse en nuestro lema: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. Por consiguiente, ser participantes de la naturaleza divina no implica ni garantiza en manera alguna que tengamos poderes sobrenaturales autónomos.

Cuarto. El milagro no es prerrogativa nuestra sino de Dios. Por ejemplo, si Él quiere sanar, sana.
Si quiere hacerlo mediante procesos extraordinarios, lo hace. Pero igual si decide usar procesos «normales», como por ejemplo las manos de un cirujano o el efecto de un medicamento; lo hace. Desde la perspectiva bíblica tanto la obra extraordinaria como los fenómenos comunes y cotidianos son actos de Dios. Todo está en sus manos y depende de Su Voluntad soberana. Las cosas que hoy nosotros tratamos de explicar mediante relaciones de causa y efecto en el plano físico, son según la Escritura obra de Dios. No por tomar un medicamento, deja de ser obra de Dios la recuperación de un enfermo. ¿Puede Dios sanar sin el recurso de ningún medicamento?. ¡Claro que sí!. Pero no por ello la sanidad que nos llega por medio de algún remedio es menos obra de Dios. Cuando los cristianos damos gracias a Dios por una persona que salió bien del hospital, creemos firmemente que fue Dios quien la sanó. 

Quinto. «Ser participantes de la naturaleza divina» es la intención cierta de las promesas que hemos recibido. Notemos que Pedro no dice que somos o hemos llegado a ser participantes de la naturaleza divina, sino que se han «dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina». Para que tal cosa suceda es necesario huir de la «corrupción que hay en el mundo». Los creyentes participamos ya de algunos rasgos de la naturaleza divina, pero todavía esperamos la consumación plena de las promesas que hemos recibido. Veamos lo que enseña la Biblia: Hemos recibido la semilla de una vida totalmente nueva, la vida eterna (Juan 1:12; 1 Pedro 1:23). Tenemos el Espíritu Santo que mora en nosotros, lo cual significa la morada de Dios en nuestro interior (Hechos 2:38, 5:32, 1 Corintios 6:19, Gálatas 4:6). 

Vivimos conforme al Espíritu y «la ley del Espíritu de Vida nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte» (Romanos 8:1-2, 9). Ya no vivimos nosotros, sino Cristo vive en nosotros (Gálatas 2:20). Estamos revestidos de un «nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» que «se va renovando hasta el conocimiento pleno» (Efesios 4:24, Colosenses 3:10). «Somos hechos participantes de Cristo» y del Espíritu Santo (Hebreos 3:14, 6:4). Somos permanente transformados «de gloria en gloria.. como por el Espíritu del Señor» (2 Corintios 3:18 ). Dios nos disciplina para que participemos de Su Santidad (Hebreos 12:10). Cristo va siendo formado en nosotros (Gálatas 4:19). El Espíritu Santo vivificará nuestros cuerpos mortales (Romanos 8:11). Llevaremos la imagen del hombre celestial, Cristo, cuando nuestros cuerpos sean transformados en la resurrección (1 Corintios 15:49, 51). «Cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es» (1 Juan 3:2).

Sin embargo, ninguna de estas cosas nos hace divinos. 

Sexto. El poder de Cristo es divino (2 Pedro 1:3) puesto que Cristo es Dios (1 Pedro 2:1). Mediante el conocimiento de Cristo, los apóstoles recibieron «todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad». Notemos el contraste entre la primera y la segunda persona del plural en estos versículos. En el verso 1, la fe de los lectores (habéis –2da. Persona– alcanzado… una fe) es igualmente preciosa que la de los apóstoles (la nuestra –1ra. Persona–: la de Pedro y los demás apóstoles). En el verso 3 los apóstoles recibieron «todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad» («nos han sido dadas –1ra. Persona–» – ver 1:16-18 y Juan 16:13) para que los lectores llegasen a ser participantes de la naturaleza divina (llegaseis – Segunda Persona–). Por eso, según el verso 5 también los lectores debemos: añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; También Pedro nos pide a los lectores que «tengáis –Segunda Persona–memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles» (2 Pedro 3:2).

La Nueva Era
Que las personas pueden ser dioses lo enseñan diferentes sectas como la Nueva Era, los mormones, los gnósticos, el Hinduismo, Creciendo en Gracia, solo para citar algunos ejemplos. Que los cristianos somos dioses o Dios en pequeño, es una enseñanza que se está popularizando gracias a personajes como el fallecido Myles Munroe, Creflo Dollar, entre otros. La Nueva Era es un movimiento que está ganando mucho campo en todas las esferas de la sociedad debido a que también insiste en presentar al hombre como un ser casi divino. Sabemos que muchas personas hoy, incluyendo a predicadores y líderes religiosos, están usando este salmo y la cita que Jesús hace de él en Juan 10:34-35 como un argumento para creer en la divinidad del hombre.Esta enseñanza acerca de que los cristianos somos dioses, es muy popular hoy en día, y gusta mucho, porque son palabras que endulzan el oído, entusiasman el corazón y aquel que anda con la autoestima baja, sale del lugar muy embelesado. Pero nuevamente insistimos en que para interpretar de manera correcta, y conforme a la revelación de Dios, cualquier pasaje bíblico, es indispensable que tengamos en cuenta todo el contexto. La Biblia es un libro coherente que no tiene contradicciones, ni cada versículo puede ser interpretado de manera aislada, sino que toda la Palabra de Dios debe ser tenida en cuenta a la hora de interpretar cualquier texto.

Continua en Dios IV: YHWH
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