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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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jueves, 28 de abril de 2016

Los Rollos del Mar Muerto II: Los Esenios

Ruinas de Qumrán

¿Quiénes eran estos Esenios?
Los esenios eran un movimiento judío, establecido probablemente desde mediados del siglo II a. C., tras la revuelta macabea y cuya existencia hasta el siglo I está documentada por distintas fuentes.
Los Esenios eran una comunidad espiritual de Palestina que se origino en el 300 a. C. Los Rollos de Escrituras encontrados en el Mar Muerto ofrecen testimonio de sus creencias. Las narraciones de los historiadores contemporáneos informaban sobre unas comunidades que observaban unas reglas particulares. Unas comunidades que tenían unas creencias especiales, con conceptos morales distintos y que interpretaban de manera singular las palabras de las antiguas escrituras.  Algunas de las descripciones surgieron por interpretaciones erróneas y por las envidias que provocaban esas gentes ya que, debido a sus facultades especiales estaban capacitados para sanar y tenían poderes mediúmnicos. De ello se puede deducir que las enseñanzas de Jesús y las de los cristianos originales nada tenían que ver con las enseñanzas habituales.

Sus antecedentes inmediatos podrían estar en el movimiento hasideo, de la época de la dominación seléucida (197 a 142 a. C.). Su nombre en hebreo asaim (עשים), esto es "hacedores", ya que ellos decían: "Si laTorah lo dice, lo hacemos", del verbo hacer=laasot (לעשות), y del plural en masculino= im (ים), griego era «εσσηνοι» (essenoi), «εσσαιοι» (essaioi) u «οσσαιοι» (ossaioi).

Sobre el origen de la palabra «esenio» se han tejido varias hipótesis: 
puede provenir del vocablo griego «ὅσιος» (ossios: ‘santo’, ossa: ‘santos’), o ser una referencia al griego hasidei (‘piadosos’), en arameo hesé. Escritos árabes se refieren a ellos como magaritas (‘de las cuevas’).

Aquel nombre de esenios que se habían dado, procedía de la palabra siriaca: Asaya, médicos; en griego, terapeutas; porque su único ministerio, para el público, era el de curar las enfermedades físicas y morales. "Estudiaban con gran cuidado, dice Josefo, ciertos escritos de medicina que trataban de las virtudes ocultas de las plantas y de los minerales" (Referencia: Edouard Schuré. Los grandes iniciados. pag. 318)

Referencias
Durante mucho tiempo fueron conocidos solo por las referencias de autores antiguos, tales como Plinio el Viejo, Flavio Josefo, Filón de Alejandria, Dión Crisóstomo, Hipólito de Ostia y Epifanio de Constanciaaunque para algunos estudiosos, los esenios eran un grupo de ascetas que vivían aislados en comunidades separadas. Probablemente la mayoría de los varios miles de miembros del credo vivían en pueblos y ciudades y una importante comunidad esenia vivía en Jerusalén, en cuyas murallas se encontraba la «puerta de los esenios», que ha sido encontrada ya por los arqueólogos.

Uno de los grupos más estudiados en los últimos años ha sido el de los esenios. Tenemos amplia información acerca de cómo vivían y cuáles eran sus creencias a través de Flavio Josefo, y sobre todo de los documentos en papiro y pergamino encontrados en Qumrán, donde parece que se instalaron algunos de ellos.

Tras la revuelta macabea (166-159 a. C.), que habían apoyado pero cuyos resultados finales no compartieron, se retiraron al desierto para «preparar el camino del Señor», bajo el mando de un nuevo líder, el Maestro de Justicia.

Si esos rollos componían la biblioteca de Qumrán, ¿quiénes residían allí?. El profesor Eleazar Sukenik, que obtuvo tres rollos para la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1947, fue el primero en proponer que habían pertenecido a una comunidad de esenios.

Este grupo era una secta judía de la que hablaron escritores del siglo I a. C., como Josefo, Filón de Alejandría y Plinio el Viejo. El origen exacto de aquel movimiento es motivo de especulación, pero parece que surgió durante el conflictivo período que siguió a la revuelta de los Macabeos, en el siglo II a. C., Josefo se refirió a la existencia de la secta durante esa época cuando detalló las diferencias entre sus creencias religiosas y las de los fariseos y saduceos. Plinio ubicó la comunidad de los esenios cerca del mar Muerto, entre Jericó y En-guedí.

El profesor James VanderKam, especialista en los Rollos del mar Muerto, indica que “los esenios que vivían en Qumrán eran tan solo una pequeña parte del movimiento”, el cual, según Josefo, ascendía a unas cuatro mil personas. Aunque no encaja perfectamente con todos los detalles, la imagen que proyectan los textos de Qumrán parece aproximarse más a los esenios que a cualquier otro grupo judío de la época.

Hay quienes han afirmado que el cristianismo tuvo su origen en Qumrán. Sin embargo, al comparar las creencias religiosas de la secta de Qumrán y las de los cristianos primitivos se ven muchas y llamativas diferencias. Los escritos de Qumrán revelan reglas del sábado muy estrictas y una preocupación casi obsesiva por la pureza ceremonial (Mateo 15:1-20; Lucas 6:1-11). Lo mismo puede decirse de la vida de los esenios al margen de la sociedad, su creencia en el destino y la inmortalidad del alma, la importancia que daban al celibato y las ideas místicas sobre la adoración junto con los ángeles. Todo ello pone de manifiesto que este grupo estaba en total desacuerdo con las enseñanzas de Jesús y las de los cristianos primitivos (Mateo 5:14-16; Juan 11:23, 24; Colosenses 2:18; 1 Timoteo 4:1-3).

Existe muchos mitos y desinformación sobre la comunidad de los Esenios y su papel en la vida y en la formación de Jesús. Eran una comunidad como otras en el variado panorama de las escuelas político-filosóficas en el judaísmo antiguo, pero no una secta de tipo esotérico. Nos ayuda a aclarar este tema el profesor Simone Paganini, que además de participar en el Festival Bíblico de Vicenza, recientemente ha publicado un libro con este tema, “Qumran, las ruinas de la luna”, de los Dehonianos.

Paganini es profesor de hebreo, arameo, exégesis del Antiguo y del Nuevo Testamento y judaísmo antiguo en la universidad local , el profesor Paganini nos habla de una realidad más concreta y, por tanto, más interesante.

 Nosotros conocemos a los esenios por las referencias mencionadas y sobre todo gracias a la historiografía de Giuseppe Flavio o Flavio Josefo, que se ocupa de restituir una imagen del judaísmo a caballo entre el siglo I a. C. y el siglos I d. C.. Él divide la sociedad judía en tres grandes escuelas filosófico-culturales: Los Fariseos, los Saduceos y los Esenios. Flavio Josefo los describe como judíos creyentes que viven en comunidad, dedicados al estudio de las Escrituras, pero también de la medicina y de otras ciencias, algunos casados, otros no y por tanto no la definiremos como una “comunidad monástica”. Lo más interesante es la exclusividad de la fuente, solo Flavio Josefo nos habla de ellos, pero no los Evangelios, al menos no con esa definición.

¿Cómo entran, entonces, en el debate científico?
A partir de 1946 se encuentran en 22 grutas del desierto judío muy cerca del antiguo asentamiento de Qumran, los llamados “manuscritos del Mar Muerto”. En algunas de estas obras se describe una comunidad con características similares a las enunciadas por Josefo con respecto a los Esenios. La comunidad científica de los años ’50 y ’60 comenzó a pensar que podía existir una correlación entre el grupo descrito en los manuscritos –identificado enseguida, pero seguramente de forma equivocada, con los habitantes de Qumran- y el grupo descrito por Flavio Josefo. Hoy, gracias a la profundización de la investigación, se tiene una visión más completa y diferenciada que pone en discusión esta teoría que parecía ser un dato probado.

¿Es decir?
Sintéticamente podemos afirmar que en Qumran no vivían solo los Esenios por tres motivos:

-Los manuscritos no hablan solo de un único grupo, el corpus literario es muy variado para ser producto de una sola corriente de pensamiento.
-Los documentos encontrados no fueron escritos en Qumran. El lugar fue habitado durante 120 años, por un grupo muy pequeño, que no puede, materialmente, haber escrito 1500 documentos. Es más probable que este haya sido el resto de una biblioteca más grande llevada allí para defenderla de la invasión romana. Recordemos que la destrucción del Templo en Jerusalén es del 70 d. C., compatible con el periodo en el que se produjo el asentamiento.

-Finalmente, la investigación nos dice que probablemente Qumran no era otra cosa que una gran “industria agrícola” en la que se producían objetos de cerámica ritualmente pura. En todo caso el en interior del asentamiento no se ha encontrado ni siquiera un fragmento de pergamino escrito.

¿Por qué se habían retirado al desierto, imitando al profeta Isaías?
Una característica específica de los esenios consistía en el rechazo del culto que se hacía en el templo de Jerusalén, ya que era realizado por un sacerdocio que se había envilecido desde la época asmonea. En consecuencia, los esenios optaron por segregarse de esas prácticas comunes con la idea de conservar y restaurar la santidad del pueblo en un ámbito más reducido, el de su propia comunidad.

La retirada de muchos de ellos a zonas desérticas tiene como objeto excluir la contaminación que podría derivarse del contacto con otras personas. La renuncia a mantener relaciones económicas o a aceptar regalos no deriva de un ideal de pobreza, sino que es un modo de evitar contaminación con el mundo exterior para salvaguardar la pureza ritual. Consumada su ruptura con el templo y el culto oficial, la comunidad esenia se entiende a sí misma como un templo inmaterial que reemplaza transitoriamente al Templo de Jerusalén mientras que en él se siga realizando un culto que consideran indigno.

Según se desprende de otro texto encontrado en Qumrán, (la Regla de la Guerra), se llamaban a sí mismos Los Hijos de la Luz, se habían retirado para purificarse, y esperaban volver a Jerusalén “al final de los tiempos”, después de haber vencido a Los Hijos de las Tinieblas.

Los Miembros de la Comunidad
Si alguien deseaba ser miembro de la comunidad (yahad) debía ser instruido, aceptado y luego pasar dos años de prueba para ingresar definitivamente. A los que hacían el juramento y entraban en la comunidad se les exigía una vida entera de estudio de la Ley, humildad y disciplina. No volvían a jurar, pues estaban obligados a decir siempre la verdad. Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad y, al igual que los frutos del trabajo personal, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras de edad, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos que, sin ser integrantes de la comunidad, requirieran ayuda. Se imponía también la observancia de un estricto código de disciplina, cuya base era la corrección fraterna mutua. Por lo general, las mujeres no eran aceptadas dentro de la comunidad, y los hombres practicaban el celibato toda su vida, aunque según Josefo, una parte de los esenios sí permitían el matrimonio y entre las normas de Qumrán se reconoce claramente la opción de casarse, pero se exige monogamia estricta para todas las personas, incluso los reyes. Administraban la interpretación última de la Ley que había sido revelada a su fundador, a quien se hace referencia en sus escritos como el Maestro de Justicia. Este personaje, del que se especula más gracias a los manuscritos del mar Muerto, actuó hacia el 150 a. C. y se habría opuesto al sumo sacerdote
Jonatán Macabeo, hermano de Judas Macabeo, al considerar que había abandonado la fidelidad a Dios.

Sus seguidores marcharon a Qumrán, sitio que los integrantes de la comunidad llamaron Damasco.
La arqueología muestra que la ocupación de Qumrán fue intensa del 103 al 76 a. C., durante los reinados de Aristóbulo I Alejandro Janeo, quienes persiguieron cruelmente a sus opositores.

El esenismo no se limitó a Qumrán. Se sabe que en el siglo I en Jerusalén había un barrio esenio. Muchos esenios ―unos 4000, según Flavio Josefo―, vivían en las ciudades, de una forma particular, pacifista, en comunidad de bienes, manifestando su doctrina.
Según este autor, parte de los esenios no se casaban, pero otros por el contrario sí lo hacían. Entre estos últimos estaban los de Qumrán, que debían contraer matrimonio a la edad de 20 años.
La comunidad de Qumrán se autosostenía con los trabajos agrícolas. En las ruinas es notable el número de depósitos de agua. Estos eran imprescindibles para las necesidades físicas de la comunidad en medio del desierto, pero también desempeñaban una parte importante de su ritual, que incluía numerosos lavados. Algunos han supuesto que, como los terapeutas egipcios, dentro de sus leyes y deberes los esenios eran vegetarianos, pero no hay absolutamente nada que indique tal cosa en los rollos de Qumrán. Se ha especulado con que Jesús de Nazaret y Juan el Bautista tenían relación con ellos o incluso pertenecían al credo:

Parece que Juan el Bautista y tal vez también Jesús y su familia fueron cercanos a esta comunidad. En cualquier caso, en los manuscritos de Qumrán hay múltiples puntos de contacto con el mensaje cristiano. No puede descartarse que Juan el Bautista viviera un tiempo en esta comunidad y haya recibido en ella, en parte, su formación religiosa.

Entre ellos se ha querido ver el germen del cristianismo y Ernest Renán llegó a escribir que «el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante». Quienes niegan la relación entre Jesús y los esenios citan una referencia en el evangelio de Juan 10:22-23, donde habla que Jesús asistió a la Fiesta de la Dedicación (o Jánuca), de la cual se cree que los esenios no participaban, por considerar dicha fiesta ilegal, ya que no era ordenada por la Tanaj. Sin embargo, Jesús estaba en Jerusalén desde dos meses antes, cuando había ido a la Fiesta de las Tiendas (Juan 7:2-10). Respecto a si Jesús perteneció a la congregación de los esenios o compartió sus puntos de vista, se sabe por los evangelios sinópticos que es posible que Jesús haya celebrado la Pésaj (Pascua Judía) en la fecha indicada en el calendario seguido en Qunram, ya que los mismos indican claramente que la última cena fue una celebración de Pascua (Mateo 26:17-19, Marcos 14:12-16, Lucas 22:7-15) y además que la unción de Betania ocurrió dos días antes de la fiesta de los panes sin levadura y la Pascua (Marcos 14:1-9), mientras que el evangelio de Juan indica que la unción de Betania fue seis días antes de la Pascua (Juan 12:1) y Jesús murió el día anterior a la Pascua oficial (Juan 16:31). La Biblia, sin embargo, no menciona el término «esenio»; tampoco se ha encontrado una fuente histórica en hebreo o arameo que designe a alguna comunidad o credo con el nombre griego de «esenios», y los rollos de Qumrán usan designaciones como «comunidad de los santos», «congregación de los pobres» y «asamblea de los numerosos».

¿Eran esenios quienes residían en Qumrán?
Si esos rollos componían la biblioteca de Qumrán, ¿quiénes residían allí? El profesor Eleazar Sukenik, que obtuvo tres rollos para la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1947, fue el primero en proponer que habían pertenecido a una comunidad de esenios.

Este grupo era una secta judía de la que hablaron escritores del siglo I a. C., como Josefo, Filón de Alejandría y Plinio el Viejo. El origen exacto de aquel movimiento es motivo de especulación, pero parece que surgió durante el conflictivo período que siguió a la revuelta de los Macabeos, en el siglo II a. C., Josefo se refirió a la existencia de la secta durante esa época cuando detalló las diferencias entre sus creencias religiosas y las de los fariseos y saduceos. Plinio ubicó la comunidad de los esenios cerca del mar Muerto, entre Jericó y En-guedí.

El profesor James VanderKam, especialista en los Rollos del mar Muerto, indica que “los esenios que vivían en Qumrán eran tan solo una pequeña parte del movimiento”, el cual, según Josefo, ascendía a unas cuatro mil personas. Aunque no encaja perfectamente con todos los detalles, la imagen que proyectan los textos de Qumrán parece aproximarse más a los esenios que a cualquier otro grupo judío de la época.

Hay quienes han afirmado que el cristianismo tuvo su origen en Qumrán. Sin embargo, al comparar las creencias religiosas de la secta de Qumrán y las de los cristianos primitivos se ven muchas y llamativas diferencias. Los escritos de Qumrán revelan reglas del sábado muy estrictas y una preocupación casi obsesiva por la pureza ceremonial (Mateo 15:1-20; Lucas 6:1-11). Lo mismo puede decirse de la vida de los esenios al margen de la sociedad, su creencia en el destino y la inmortalidad del alma, la importancia que daban al celibato y las ideas místicas sobre la adoración junto con los ángeles. Todo ello pone de manifiesto que este grupo estaba en total desacuerdo con las enseñanzas de Jesús y las de los cristianos primitivos (Mateo 5:14-16; Juan 11:23, 24; Colosenses 2:18; 1 Timoteo 4:1-3).

Controversias
En el siglo XIX, los esenios fueron popularizados por los escritos del espiritista Allán Kardec (1804-1869) y la teósofa Madame Blavatsky (1831-1891).

Estudios divulgados entre 1995 y 2009, particularmente los relacionados con el profesor Norman Golb (de la Universidad de Chicago) y la Dra. Rachel Elior (de la Universidad Hebrea de Jerusalén), sugieren que los manuscritos del Mar Muerto (o rollos de Qumrán) no fueron escritos por los esenios, sino por sacerdotes saduceos expulsados del templo de Jerusalén. Para Elior, los saduceos, un credo descendiente del sumo sacerdote Sadoc que ungió a Salomón como rey, son los verdaderos autores de los rollos de Qumrán, los mismos que pertenecieron al Templo y se trasladaron al Mar Muerto con la intención de protegerlos. Rachel Elior también afirma que los Esenios fueron introducidos por el historiador Flavio Josefo, mientras que no existe mención alguna de los Esenios en los manuscritos del Mar Muerto; a la vez que no se encuentra testimonio histórico de los Esenios en fuentes hebreas o arameas. Considera atípico que personas que hubiesen coexistido en vida comunitaria de manera parca y frugal ―contrario a la ley de la Torá― no aparezcan mencionados en fuentes hebreas o griegas. La autoría saducea de los rollos del Mar Muerto ha sido refutada por varios expertos, ya que las reglas de Qumran y el Documento de Damasco exigen explícitamente la comunidad de bienes como requisito de ingreso, lo cual era opuesto a las prácticas saduceas. Los qumranitas se designaban como «los pobres», mientras los saduceos pertenecían a la crema de la sociedad rica y aristocrática. Aunque los autores de los rollos encontrados reclaman su origen sacerdotal y por tanto un origen común con los saduceos, también denuncian que el Templo fue contaminado por la corrupción de los sacerdotes que quedaron allí, por lo cual es imposible que fueran estos últimos al huir quienes hayan preservado los rollos. Durante los años de control saduceo del Templo (del 134 al 76 a. C.), bajo los reinados de Juan Hircano, Aristóbulo I Alejandro Janneo, los autores de los rollos fueron severamente perseguidos; por lo tanto es claro que no eran saduceos, sino sus contradictores.

La angelología, así como la insistencia de los diversos rollos en seguir el calendario solar del Libro de los jubileos y del Primer Libro de Henoc, excluyen también la posibilidad de una autoría saducea.

Según The Interpreter’s Dictionary of the Bible, los esenios eran aún más exclusivos que los fariseos y «a veces podían ser más farisaicos que estos mismos». Sin embargo, mientras los fariseos, para salvar una propiedad, permitían que en sábado se sacara de un pozo a una res accidentada («vosotros» Mateo 12:11), pero se oponían a curar a las personas en sábado, los esenios en cambio se oponían a rescatar una vaca de un pozo el sábado, pero a la vez si se trataba del accidente de una persona un sábado, exigían quitarse las ropas y rescatar con ellas a quien fuera que hubiera caído al agua, inmediatamente, el mismo sábado. (Documento de Damasco XI:12-15). 

¿Estaba Jesús entre los Esenios?
Hoy día son numerosas las escuelas esotéricas y muchísimos seguidores de la Nueva Era que sostienen que Jesús fue esenio, pero tras el descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto, ¿puede seguirse afirmando eso? ¿Acaso existen pruebas de que Jesucristo era esenio o tales pruebas son sólo hipótesis sin base?. Aunque el trasfondo religioso o teológico, y apocalíptico, de los esenios es el mismo del pueblo judío y el de Jesùs, hay notables diferencias entre el pensamiento de Jesucristo, sus ordenanzas rituales y las doctrinas y las prácticas esenias. Las diferencias encontradas son tantas y tan esenciales que se ha concluido entre los eruditos del tema que Jesús no fue miembro de la Comunidad de Qumran ni de ninguna otra rama del esenismo del siglo I. El problema ahora lo tendrán las escuelas rosacruces, teosóficas y otras, que por más de 140 años han afirmado que Jesús sí fue esenio. Autores famosos como Eduardo Shuré con Los Grandes Iniciados, han quedado descalificados por los descubrimientos de los manuscritos de Qumran. Pero como los errores tardan en morir, se observa que muchos seguirán repitiendo como papagayos la monserga de que Jesús sí era un maestro esenio aunque los documentos digan lo contrario.

¿Por qué estos manuscritos son importantes? ¿Cuál es su relación con los Evangelios?
Simone Paganini nos dice: Los manuscritos son importantes porque nos ayudan a entender a la sociedad judía en el periodo inmediatamente precedente a la descripción de los Evangelios. Jesús interpreta la Ley como un “Rabí” de su tiempo, o al menos en línea con algunas de las escuelas de pensamiento. Su interpretación es ciertamente innovadora y radical, como por ejemplo, sobre el matrimonio, cuando ablole la practica del repudio, pero la actividad de interprete no es nueva, losEvangelios son, también, documentos históricos que nos permiten reconstruir no sólo las biografías, sino también la sociedad de la época. Todos los escritos del Mar Muerto son antecedentes a la escritura del Evangelio, hay algunas semejanzas pero son mucho más importantes las diferencias. Las semejanzas están relacionadas con bases teológicas similares, así como las referencias escriturales.

Las diferencias son mucho más profundas: los Esenios de Flavio Josefo eran un grupo cerrado de solo judíos. Mientras que la comunidad “de Jesús” era abierta: abierta a los no judíos y a toda una categoría considerada impura por el judaísmo (pescadores, prostitutas, leprosos). Los Esenios estaban cerrados para conservar la pureza y la salvación, la comunidad que está al lado de Jesús es abierta, incluso para Pablo la circuncisión no era esencial para la salvación. Por tanto los años de “vacío”, que van desde que Jesús adolescente está en el Tempo y el inicio de la predicación pública,

¿No los pasó en una comunidad esenia?
Jesús tuvo contacto con los fariseos y los saduceos, pero los Evangelios no hablan de Esenios. La vida de Jesús se desarrolla en Galilea, los Esenios tenían su centro principal en Jerusalén. En la cultura literaria antigua si no se dice una cosa es porque no se la considera esencial. El “vacío” de sucesos se atribuye a la no esencialidad de ese periodo, no hay ningún ocultamiento esotérico, los contactos formativos no fueron fundamentales. Es necesario deshacer esta especie de “mito”. Los Evangelistas no querían esconder nada y no presentan una doctrina esotérica.

¿Y Juan Bautista?
Juan Bautista vivía en el desierto. De él tenemos testimonios bíblicos y extra bíblicos y esto es muy importante porque también de él tenemos la certeza de su existencia histórica. Es una figura carismática que lleva a una innovación: el perdón de los pecados individuales con el bautismo. Todavía hoy esto no existe en el judaísmo ortodoxo. En el judaísmo está la ceremonia del Yom Kippur que es un momento de expiación colectiva, del pueblo en su conjunto. En el judaísmo existía el lavado ritual con el que se quitaba la impuridad ritual. También los Esenios hacían esto, con gran frecuencia, pero no se trata de un rito comparable al del Bautista. Los Esenios vivían en condiciones de pureza ritual muy estricta. Juan, sin embargo, no estaba interesado en la observancia de estos preceptos. Sobre todo porque sale de la Tierra Prometida, superando el Jordán sale de la autoridad de Jerusalén, una cosa inconcebible para la interpretación esénica: no hay salvación lejos de la Tierra de Abraham. Ya sea Jesús que el Bautista viven su ser  judíos de una forma distinta a los demás, lo quieren reformar, quieren destacar elementos que habían sido olvidados o poco considerados, pero no lo quieren superar o abolir.

¿Vivían cristianos juntos con esenios y luego se separaron?
El hecho es que Pablo escribió que fue al Desierto y volvió a Damasco, completando tres años.

Gálatas 1:17-18
17 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. 18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; 

Tiempo de iniciación y prueba de los Esenios, tanto según Flavio Josefo como según los Manuscritos del Mar Muerto (1QS VI 14-23): el primer año como tiempo de iniciación e instrucción para la afiliación provisional y luego dos años de prueba.

Los Esenios de Damasco, como la oposición galilea y los Celotas de Masada, enfatizaron su disidencia celebrando las fiestas religiosas con un calendario diferente al oficial: el antiguo hebreo, de origen cananeo o amonita (Morgenstern 1955), dispuesto en El Libro de los JubileosEl Libro de Enoc, 4Q 327 y el "Rollo del Templo" (una serie de disposiciones para las fiestas y sacrificios).

Así, Jesús celebró su última cena en Pésaj según el calendario de Damasco (Jaubert 1957; ver: Mateo 26:17-20; Marcos 14:12-17; Lucas 22:7-14). Era un martes por la noche según nuestro punto de vista o el inicio del miércoles según el punto de vista judío y no un jueves como dice la tradición. Luego, Jesús murió el día (miércoles o tal vez un jueves) en cuya noche se celebraba la cena de la Pascua oficialista (Juan 18:28, 39; Juan 19:31) según el calendario lunar (de origen babilónico-griego), rechazado por la Comunidad de Qumrân y por los Rollos.

Jesús habría sido así el Cordero sacrificado para la Pascua oficial, pero él celebró la Pascua según el calendario Esenio, que además es el mismo que siguen la mayoría de los libros del Tanaj, por ejemplo Ezequiel (no así Ester que no ha sido encontrado en Qumrán).

Como demostró Jaubert (1953), el calendario Esenio era el observado por los redactores sacerdotales de las Crónicas y por el Pentateuco y, se usó en Judea durante toda la época de la hegemonía Persa y según Barthélemy (1955), hasta que comenzó la época Helénica. Las disputas por el calendario no estaban aisladas de las cuestiones más candentes de la época, sino que simbolizaban el debate sobre el seguimiento a la voluntad de Dios en la vida social y política. Así, el Libro de los Jubileos no se limita a proclamar un calendario, sino que abiertamente ataca a la monarquía y dice (11:2) que la corrupción de los descendientes de Noé se hizo evidente porque propiciaron el dominio de un hombre sobre los otros, establecieron la monarquía e hicieron la guerra de una nación contra otra. Gira en torno al Jubileo, institución socioeconómica que expresa el amor mutuo que Dios quiere entre el pueblo y afirma (23:21) que quienes son movidos por la riqueza y la avaricia no invocan a Dios con justicia y verdad (ver Juan 4:23 y 4Q176). El descubrimiento y estudio de obras antes desconocidas que eran propiedad de la comunidad de Qumrán en las proximidades del mar Muerto, han puesto en evidencia que el Documento de Damasco provino de esa comunidad y que debiera ser clasificado con la literatura de Qumrán. Entre los Rollos del Mar Muerto aparecen fragmentos de este Documento, a los cuales se ha llamado Fragmentos sadoquitas.

El Maestro de Justicia
En los manuscritos de los esenios se mencionaba la figura de un jefe carismático llamado el Maestro de Justicia, quien había recibido la revelación de los Textos Sagrados y, de forma escatológica, conduciría a esta comunidad a la victoria “al final de los tiempos”.

¿Era Jesús el Maestro de Justicia?. ¿Acaso no coincidían los 17 años que se pierden de la vida de Jesús con su estancia entre los esenios?

El célebre periodista e historiador Edmund Wilson coqueteó con esta idea en su célebre libro sobre los manuscritos de Qumrán. Pero se dejó llevar por el periodismo más que por el rigor. La respuesta de los expertos es rotunda: Jesús no convivió con los Esenios. Los textos de Qunram no mencionan a Jesús porque son anteriores a él. La comunidad (para algunos, secta) de los esenios sí vivió en tiempos de Jesús, como confirma el historiador Flavio Josefo, coetáneo de Jesucristo. Pero sus textos se escribieron antes y no tienen ninguna relación con el Nuevo Testamento.

Con frecuencia se trató de identificar a Jesús de Nazaret con el Maestro de Justicia que fundó la congregación Esenia autora de los manuscritos, pero el nombre de Jesús no se menciona allí ni una sola vez, ni siquiera mediante alusión o clave y tanto los análisis de la antigüedad de los rollos encontrados, como los estudios arqueológicos y el análisis histórico muestran que el Maestro de Justicia vivió a comienzos del siglo II a. C.

Otra cosa es la evidencia real de que algunas enseñanzas de los manuscritos son similares o antecedentes teológicos de las aparecidas posteriormente en el Evangelio de Juan y otros libros del Nuevo Testamento. Se puede afirmar entonces que los manuscritos y especialmente la corriente espiritual y el testimonio de vida de los esenios autores del Manuscritos del Mar Muerto fueron una fuente del cristianismo primitivo y prepararon en el desierto el camino de Jesús. La propia vida de Juan el Bautista en las cercanías de Qumrán, podría llegar a interpretarse como un elemento que preparó el camino para el mensaje del nazareno.

Diferencias entre Jesús y los Esenios

No tocar Muertos
Las normas levíticas que seguían rigurosamente los esenios les impedían tocar a los muertos, fueran cadáveres de animales o de personas, pues se contaminarían con esa acción, tanto en sentido material como espiritual (ver Números 19:11-22). Sin embargo, Jesús toca los cadáveres de aquellos que va a resucitar de modo habitual, sin temor a contaminarse ritual ni espiritualmente. Ver a ese respecto la resurrección de la Hija de Jairo y la resurrección del hijo de la Viuda de Naín. (Respectivamente Marcos 5:40-43 y Lucas 7:11-15).

Baños Rituales
Los esenios se bañaban religiosamente tres veces al día, para sacarse del cuerpo toda impureza ritual y espiritual que les impidiera participar de sus ritos sagrados en el comedor de la comunidad y en sus ceremonias de invocación de ángeles, a Dios y en sus ritos de iniciación, todos los días. Y si faltaban a sus obligaciones para con la hermandad y para con sus superiores eran privados de su derecho a participar de esos baños sacros de purificación, y tampoco podían usar sus túnicas blancas. Pero Jesús impuso a sus seguidores un solo baño ritual iniciático, para nacer del agua y del espíritu, una sola y definitiva ceremonia de bautismo para ser discípulo del Señor. Lo demás era cuestión de higiene de cada uno y de sus posibilidades de conseguir agua.

El Mesias esperado
Los esenios esperaban para el futuro, no a un mesías, sino a tres mesías, a saber:

-Un mesías rey y guerrero,
-Un segundo mesías profeta y
-Un tercero, el mesías sacerdote.

En cambio Jesús en el Nuevo Testamento aparece como rey, profeta y sacerdote. Las tres funciones encarnadas en su sola persona.

Además, esos mesías no eran ungidos sufrientes, sino seres triunfantes, que no expiaban personalmente el pecado con su sufrimiento. En cambio, Jesús se identificó con el Siervo sufriente descrito por el profeta Isaías 52-53. y pagó con su muerte por los pecados de los hombres.

Para los esenios el o los mesías eran hombres de carne, tocados y escogidos por el Espíritu Santo para cumplir sus funciones en el seno de la comunidad israelita, pero nunca eran seres divinos o de origen divino u hombres sobrenaturales, unificados con Dios, o encarnaciones de Dios. En cambio la persona de Jesucristo es de origen divino, un avatar al estilo hindú, una encarnación divina en forma de hombre. (Avatar: "el que desciende").

Por eso es que Jesús nos dice en el evangelio de Juan 6:51 que él es el pan vivo que descendió del cielo para la salvación del mundo. Y en otros textos del mismo evangelio de Juan, Jesús nos dice que él salió o emanó de Dios, y que a él debe volver. (Ver Evangelio de Juan 16:27-28 y Juan 17:8).

Un Solo Pueblo
A diferencia de los cristianos, los esenios excluían de la comunidad a los locos, a los endemoniados, a los cojos, a los ciegos, a los inválidos, a los niños, y a los lisiados, y el pan y el vino que compartían era sólo para los iniciados en la secta. Y, además, la predicación es sólo para los miembros de la comunidad y jamás se predicaba en público a todas las gentes.

En cambio, en el evangelio de Lucas 14:16 -24, por ejemplo, Jesús narra la parábola de la gran cena, en la que los invitados no quisieron asistir, entonces el dueño de casa dijo a su criado: ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad y trae a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y aún había lugar en la gran casa. Entonces el Señor de la casa dijo: ve por los caminos y los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.

El Sábado
Los esenios eran particularmente rigurosos respecto de las normas de respeto por el sabat, como día de reposo absoluto, no andaban mas de 200 metros, ni trabajaban, ni cocinaban en ese sagrado día. Solo oraban, alababan a Yahvè desde la puesta del sol, y leían las santas Escrituras en dicho día.
Pero en cambio Jesús era liberal respecto del sábado, respetando su espíritu pero violaba todas las formalidades acostumbradas que seguían en aquel tiempo los judíos. Se atrevía a hacer milagros en día sábado, permitía que sus discípulos caminaran y trabajaran por comer en día sábado, y, lo peor es que agregaba una horrible blasfemia. Afirmaba que EL ERA SEÑOR DEL SÁBADO, Y QUE EL SABADO HABIA SIDO HECHO PARA EL HOMBRE Y NO EL HOMBRE PARA EL SABADO. Asì puede leerse en Mateo 12:8-14, 12:1-8, Marcos 2:27 y en Lucas 6,6-11.

El Templo
Otra cuestión, no menor, es que Jesús desarrollo casi toda su misión apostólica alrededor del Templo de Jerusalen, visitándolo con frecuencia desde niño, y al ver conductas inapropiadas en el atrio del santuario, las reprendió enérgicamente y purifico el lugar con un látigo en sus manos.

También predico muchas veces a sus puertas, y nunca pidió a sus seguidores que se apartaran de visitar el templo. En cambio, los Esenios, guiados por el Maestro de Justicia, se apartaron para siempre del santuario nacional, negándose a enviar ofrendas o a visitarlo en fechas sagradas obligatorias para todo judío piadoso. Pensaban que solo al final de los tiempos, tras la batalla final entre los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas, el templo sería purificado y restituido a sus sagradas funciones.

La actitud positiva de Jesús respecto del Templo fue seguida rigurosamente por sus discípulos, Juan y Pedro, por ejemplo, en la narración de los Hechos de los Apóstoles. Tal conducta fue seguida con rigor incluso por Pablo. Eso muestra cuan diferente es la actitud y la conducta de Jesús y los apóstoles respecto de la que seguían los esenios. Cuando el Templo fue destruido por los Romanos en el año 70 d. C. los seguidores de Jesús se hicieron independientes de esa costumbre y se esparcieron por la cuenca del Mediterráneo igual que hicieron los Judíos que huían de la catástrofe nacional y de la matanza.

Los Sacerdotes
Como corolario puede agregarse que la fraternidad esenia es una organización liderada por sacerdotes levitas, desde el principio hasta el fin. Todos sus mas altos dirigentes deben ser hijos o descendientes de Levi y de Aaron. En cambio el sacerdocio dentro de la iglesia primitiva es algo que depende del llamado de Dios y de los videntes o profetas de la comunidad, quienes llaman y nombran para esas funciones a cualquier hombre, sea o no hijo de Levi o de Aaron, el mismo Cristo no es hijo o descendiente de sacerdotes, como si lo es su primo Juan. Y a Jesús le corresponde el sacerdocio supremo, según la epístola a los Hebreos. A pesar de ser hijo de Judà, a ellos, por ser descendientes de David, les corresponde el poder político, no el sacerdocio.

Siete poderosas razones que nos indican claramente que Jesús no fue un esenio. Y si alguien, a pesar de lo dicho sigue creyendo en esa hipótesis, que escriba siete poderosas razones que demuestren con los documentos del Mar Muerto y con la Biblia en la mano que Jesús si fue un maestro esenio.

Ademas, los textos de Qumran nunca nombran a Jesús de Nazaret, ni se copian in extenso en las páginas del Nuevo Testamento. Y si se encuentran algunas frases semejantes a los contenidos de esos documentos arqueològicos es simplemente por tener un tronco cultural-religioso común con el judaísmo de la época, no por paternidad literaria o espiritual directa. Un grupo ultrafariseo y ultramosaico como los esenios tiene poca relación o ninguna, con la actitud amplia e independiente de Jesús de Nazaret, respecto de Moisès y sus reglamentos levíticos rigurosos.

En diversos lugares de los Evangelios Jesús se desmarca de Moisès, para poner énfasis en cuestiones de fondo e interiores respecto a la exterioridad de los mandamientos del profeta legislador. Sobre el divorcio, el lavado de manos, el trabajar o caminar o hacer el bien en el día sábado, los alimentos impuros, etc, Jesús es claramente contrario a Moisès y se enfoca en el Génesis, o en el sentido común, o en el sentido interior de la observancia de la ley. Les reprocha a los judíos su dureza de corazón y les destaca la importancia de no ser un reino dividido, que comete adulterio en el sus corazones, aunque si se abstienen de practicarlo en los hechos. Que se lavan las manos rigurosamente pero no se han lavado por dentro del alma.

Los Esenios odian a sus enemigos, pero Jesús insta a perdonarlos pues El Padre hace llover sobre buenos y malos y hace salir su sol sobre justos y pecadores. E insiste en que cada criatura racional es deudor frente a Dios, por sus muchos pecados de cada día, que Dios perdona y ejerce su misericordia y su providencia salvífica sobre todos los seres y no solo sobre el pueblo judío solamente.

La biblioteca de Qumran contiene un libro de astrología con predicciones de diversos tipos referidas a personas, pero Jesús jamas avala tal doctrina en sus predicas y parábolas. En los evangelios solo se menciona la astrología tangencialmente en el episodio de los reyes magos que buscan a Jesús para adorarlo porque han visto su estrella en oriente. Es tan solo un marco circunstancial y un signo material de origen divino importante para otros seres, no para el ni para su familia.

En la Biblioteca de Los Esenios no se halla ningún documento sobre medicina, excepto lo que ya traen los propios textos de la biblia sobre códigos sanitarios y alimenticios, ni sobre procedimientos de sanación oculta. Por lo tanto el Jesús taumaturgo y prolífico curador de diversas dolencias humanas no obtuvo su conocimiento entre esos monjes judíos. O los supo por revelación directa, como Mikao Usui, el creador del Reiki, o estudio en otra parte, tal vez entre los llamados Terapeutas egipcios, que tenían su sede cerca de Alejandrìa, según el testimonio de Filòn.

Profundizando un poco mas en este rubro, en un libro rosacruz de Amorc, llamado La Vida Mística de Jesús, se afirmaba que el Señor no había muerto en la cruz del patíbulo, sino que solo se había desvanecido, y que tras bajarlo de la cruz en la tarde del viernes santo los esenios se lo habían llevado a su monasterio y lo habían reanimado con medicinas tradicionales y poderes ocultos. Sin embargo esa afirmación carece de toda base, tanto desde el punto de vista fisiológico de lo que sucede en una crucifixiòn, como del rigor de la historia de los suplicios romanos, que comprobaban objetivamente de la muerte de sus ajusticiados, como por la ausencia total de conocimientos especiales de medicina, que caracterizaba a los esenios.

Otros aspectos secundarios del culto esenio que marcan diferencia con los cristianos y con Jesucristo tiene que ver con los ángeles y con el culto al sol. Los qumranianos al amanecer miran hacia el oriente y ruegan al astro rey para que aparezca, y no se orientan hacia el santuario de Jerusalen al elevar sus oraciones rituales, como es lo propio de las devociones judías tradicionales, y de la kibla musulmana, que al comienzo de las predicas de Mahoma eran hacia Jerusalen y que después se mudo hacia la mekka.

Justamente los cristianos primitivos se orientaban para orar mirando hacia Jerusalen, lo mismo que queda registrado en el libro del Apocalipsis de Juan 2-3, en que se menciona las siete ciudades de Asia, de ese magno libro, si uno las sitúa en el mapa de Turquia de Hoy o de la Anatolia de esa época, observamos que las ciudades dibujan una línea que apunta hacia Jerusalen, no hacia la salida del sol. El mismo fenómeno se observa en las catedrales medievales europeas construidas por los masones, todas tienen el altar mayor apuntando hacia Jerusalen. Sòlo los Brahmanes y los Parsis tienen un ritual semejante de orientación al sol para hacer algunas de sus devociones. Eso marca una notable diferencia entre Cristianos y esenios.

Respecto de los los ángeles, Jesús les menciona, pero no autoriza un culto especial de invocación a ellos y a sus nombres, como lo hacen los esenios. Diferencias que, añadidas a las que ya hemos anotado nos fuerzan a concluir que ni Jesús ni los discípulos de Cristo se dejaron influir por el pensamiento y las doctrinas esenias. De lo dicho solo nos queda reafirmar que quienes sigan aseverando la pertenencia de Jesús a la secta esenia lo hacen de un modo irracional y romántico, en contra de toda la evidencia recogida por los especialistas en la materia.

Continua en Los Rollos del Mar Muerto III: Isaias-Habacuc
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