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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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domingo, 19 de abril de 2009

Fiestas Judías V: Fiestas que no están en la Tora


Varias Menorah Usadas para la Hanuka desde el siglo XII al siglo XIX

El Janucá o Hanuka
Janucá (hebreo: חֲנֻכָּה y sin puntuación diacrítica חנוכה), llamada también la Fiesta de las Luces o Luminarias, es una festividad judaica. Celebrada durante ocho días, conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos seléucidas, y la posterior purificación del Segundo Templo de Jerusalén de los íconos paganos, en el siglo II a. C. La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá (uno por cada uno de los días más un brazo «piloto»). La festividad acontece el 25 de Kislev del calendario judío, fecha que acaece entre fines de noviembre y fines de diciembre del calendario gregoriano.

Etimología
El nombre Janucá deriva del verbo hebreo חנך, que significa 'dedicar' o 'inaugurar'. En la Janucá, los judíos recobraron el control de Jerusalén y reinauguraron el Templo. El nombre de la festividad recibió también varias interpretaciones homiléticas:

El nombre puede descomponerse en חנו כ"ה, 'ellos descansaron [el] veinticinco', refiriéndose al hecho de que los judíos detuvieron su lucha el 25 de Kislev, el día que comienza la festividad.

חנוכה (Janucá) es también un acrónimo de ח נרות והלכה כבית הלל'Ocho velas, y la halajá según la Casa de Hilel'. Esta es una referencia a una diferencia de opinión entre dos importantes escuelas de pensamiento rabínico —la Casa de Hilel y la Casa de Shamai— sobre el orden en el que las velas de Janucá deben ser encendidas. Shamai opina que ocho velas deben ser encendidas la primera noche, siete la segunda y así sucesivamente, mientras que Hilel estaba a favor de encender una vela la primera noche y una vela más cada noche, hasta alcanzar las ocho. La Ley Judía adoptó la postura de Hilel.

Origen
Los Macabeos se rebelaron con éxito contra Antíoco IV Epífanes. Según el Talmud, el templo fue purificado y las mechas de la menorá ardieron milagrosamente durante ocho días a pesar de que sólo había aceite suficiente para la iluminación de un solo día. Existe una canción referida a la Janucá, que dice: «La Janucá llega una vez al año, trayendo historias de días antiguos; contando la historia maravillosa de cómo la lámpara [del Templo] quedó encendida durante ocho días completos aunque contenía aceite para un solo día». La festividad de la Janucá es desde la época de la hegemonía helénica en Israel, comenzada con la conquista de Alejandro Magno el año 332 a. C.; según puede leerse en los libros de I y II Macabeos, aunque no se hace mención a ella en el Tanaj hebreo. Cuando se corona como rey de Siria a Antíoco IV Epífanes (175 y 164 a. C.), éste decide helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndole así a los judíos seguir sus tradiciones y costumbres. Un grupo de judíos conocido como los Macabeos (dado que su líder era Yehudá Macabi), provenientes de la zona de Modi'ín, comenzaron a rebelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en contra de su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, y eran minoría contra el ejército griego; sin embargo su estrategia, decisión y fe los condujeron al milagro de Janucá: ganar pocos contra muchos.

Según el Talmud (Gemara, Shabbat 21), al terminar la guerra, los Macabeos regresan a Jerusalén y encuentran el Santo Templo profanado, con la menorá (un candelabro de siete brazos) apagada, y aceite ritualmente puro suficiente para encenderla un solo día. Tardaron ocho días en conseguir más aceite; y sin embargo, el poco que tenían mantuvo encendida la menorá durante todo ese tiempo.

Contexto
Judea era parte del reino ptolemaico de Egipto hasta el año 200 a. C., cuando el rey Antíoco III el Grande de Siria derrotó a Ptolomeo V Epifanes de Egipto en la Batalla de Panio. Judea se convirtió entonces en parte del Imperio seléucida de Siria. El rey Antíoco III el Grande, en un intento por conciliar con sus nuevos súbditos judíos, les garantizó el derecho a «vivir de acuerdo a sus costumbres ancestrales» y continuar con la práctica de su religión en el Templo de Jerusalén. Sin embargo, en el año 175 a. C., Antíoco IV Epifanes, el hijo de Antíoco III, invadió Judea, aparentemente a pedido de los hijos de Tobías.

Los tobíades, quienes lideraron la facción helenista judía en Jerusalén, fueron expulsados de Siria alrededor del 170 a. C., cuando el sumo sacerdote Onias y su facción proegipcia les arrebataron el control. Los tobíades exiliados cabildearon con Antíoco IV Epifanes y lo convencieron de recapturar Jerusalén. Según el testimonio del historiador judío Flavio Josefo, el rey «acordó con ellos, y vino sobre los judíos con un gran ejército, y tomó su ciudad por la fuerza, y asesinó a una gran multitud de aquellos que favorecían a Ptolomeo, y envió a sus soldados a saquear la ciudad sin piedad. También profanó el templo, y puso fin a la práctica constante de ofrecer un sacrificio de expiación diariamente por tres años y seis meses».

Visión tradicional
Cuando el segundo templo de Jerusalén fue saqueado y los servicios interrumpidos, el judaísmo fue efectivamente convertido en ilegal. En el año 167 a. C., Antíoco Epifanes ordenó la construcción de un altar a Zeus en el Templo. También prohibió la circuncisión y ordenó el sacrificio de cerdos en el altar del Templo. Las acciones de Antíoco Epifanes probaron ser equivocadas, cuando fueron desobedecidas masivamente y provocaron una revuelta de gran escala. Matatías, un kohen (sacerdote judío) y sus cinco hijos —Yojanán, Simón, Eleazar, Jonatán y Judas— lideraron la rebelión contra Antíoco. Judah fue conocido por el nombre de Judah haMacabí ('Judah el Martillero'). En el año 166 a. C. Matatías fallece, y Judah toma su lugar como líder de la rebelión. En el año 165 a. C. la rebelión contra el monarca seléucida triunfa, y el templo es liberado y rededicado. La festividad de Janucá es instituida por Judah el Macabeo y sus hermanos para celebrar este evento. Después de recuperar Jerusalén y el Templo, Judah ordenó que el templo fuera limpiado, y que se construyese un nuevo altar en lugar del altar contaminado, y que nuevos utensilios fuesen preparados también. Según el Talmud, se necesitaba aceite de oliva para encender la Menorah del Templo, que debía permanecer encendida toda la noche, cada noche. Pero solo se encontró suficiente aceite para encenderla un día solo, y —milagrosamente— este aceite alcanzó para ocho días, el tiempo necesario para preparar nuevo aceite para la Menorah. Una festividad de ocho días fue instaurada por los Sabios para conmemorar este milagro. La versión de la historia que figura en Macabeos I, por otro lado, indica que una celebración de ocho días con cánticos y sacrificios fue proclamada cuando se rededicó el altar, y no hace mención alguna al milagro del aceite. Varios historiadores creen que la razón de esta celebración de ocho días fue, en realidad, una celebración tardía de las festividades de Sucot y Shemini Atzeret, en esa época las festividades más importantes del año. Esto debido a que durante la guerra los judíos no pudieron celebrar apropiadamente estas festividades, y no solo que la duración combinada de ambas es de ocho días, sino que durante la festividad de Sucot se encendían lámparas en el templo.

En los libros I Macabeos y II Macabeos se puede leer sobre la institución de la Janucá. El primero narra: «Durante ocho días celebraron la dedicación del altar... Entonces Judas y sus hermanos y toda la asamblea de Israel, decidieron que la consagración del nuevo altar se debía celebrar cada año con gozo y alegría durante ocho días, a partir del día veinticinco del mes de kislev» (I Macabeos 4:56-59). De acuerdo con II Macabeos (10:6-8), «lo celebraron con alegría durante ocho días, a la manera de la fiesta de los Tabernáculos... toda la asamblea aprobó y publicó un decreto en el que se ordenaba que todo el pueblo judío celebrara cada año estos días de fiesta».

El martirio de Hannah y sus siete hijos también ha sido relacionado con la Janucá. Según una historia del Talmud (Tratado de Gittin 57b) y II Macabeos 7, una mujer judía llamada Hannah y sus siete hijos fueron torturados y ejecutados por Antíoco por negarse a comer cerdo, lo que hubiera sido una violación de la ley judía.

La festividad del invierno
El Talmud y el Midrash Raba sugieren también otro origen para la festividad. Según estas fuentes, la Janucá es una manifestación de la festividad del solsticio de invierno, que es el momento en que los días dejan de acortarse y comienzan a alargarse. El Talmud relata historias de Adán, el primer hombre, que vio ponerse al sol por primera vez en su vida y entró en pánico, y conectan esta historia con la festividad del solsticio de invierno. Según el relato, el primer año ayunó durante ocho días, y luego —al comenzar a alargarse los días nuevamente— festejó durante otros ocho; pero el segundo año, al comprender que este era el orden natural, solo festejó (Talmud, Tratado de Avodá Zará, 8a).

La Janucá acontece alrededor del 22 de diciembre, fecha del solsticio en el hemisferio norte. Este relato explicaría el motivo central de la festividad: el encendido de luminarias, que simboliza la expulsión del invierno. El Midrash Breshit Raba menciona también el fuego, que Dios habría regalado al hombre, dado el temor de este último a la oscuridad, relato que podría estar conectado con el mito griego de Prometeo.

Origen agrícola
Según el rabino Yoel Ben Nun la festividad de la Janucá está relacionada con la finalización de la cosecha de aceitunas y su prensado para la obtención del aceite de oliva. Según la Mishná (Bikurim 1:6) la Janucá marca el final de la ofrenda de las primicias del olivo. Según Ben Nun esta era una festividad agrícola en la que se encendían luminarias con aceite de oliva, ya desde la época del primer templo de Jerusalén. También el dr. Israel Rozenson opina que antes de la revolución de los hasmoneos existía una festividad del aceite, que fue reinterpretada luego de la victoria hasmonea.

Interpretaciones modernas
Algunos académicos modernos opinan que el rey estaba interviniendo en una guerra civil interna entre los judíos tradicionalistas y los judíos helenistas en Jerusalén. Estas facciones competían violentamente por el cargo de Sumo Sacerdote, donde los tradicionalistas, quienes portaban nombres hebreos/arameos como Onias, se enfrentaban a sacerdotes con nombres helenistas, como Jasón y Menelao. En particular, las reformas helenistas de Jasón podrían haber sido un factor decisivo que llevaron al eventual conflicto entre las facciones. Otros autores señalan posibles factores socioeconómicos, que se sumarían a los factores religiosos detrás de la guerra civil. Lo que en muchos aspectos comenzó como una guerra civil, escaló cuando el Reino Helenista de Siria se alió con la facción helenista judía en su conflicto contra los tradicionalistas. Cuando el conflicto escaló, Antíoco se puso del lado de los helenistas prohibiendo las prácticas religiosas que los tradicionalistas promovían. Esto podría explicar por qué el rey, en contra de la práctica seléucida registrada en otros lugares y momentos, prohibió la religión tradicional.

Línea de tiempo
198 a. C.: ejércitos del rey seléucida Antíoco III el Grande expulsan a Ptolomeo V Epifanes de Judea y Samaria.
175 a. C.: Antíoco IV Epifanes asciende al trono seléucida.
168 a. C.: bajo el reinado de Antíoco IV, el templo es saqueado, los judíos son masacrados y el judaísmo es declarado ilegal.
167 a. C.: Antíoco ordena la construcción de un altar a Zeus en el Templo de Jerusalén. Matatías, y sus cinco hijos, lideran una rebelión en su contra. Judah, hijo de Matatías, se hace conocido como Judah haMacabí (Judas el Martillero).
166 a. C.: Matatías muere, y Judah toma su lugar como líder de la revuelta. Comienza el Reino hasmoneo, que dura hasta el 63 a. C.
165 a. C.: la revuelta judía contra el monarca seléucida triunfa. El Templo es liberado y rededicado. Nace la festividad de Janucá.
142 a. C.: establecimiento del segundo reino judío. Los seléucidas reconocen la autonomía judía, mientras que el rey seléucida mantiene el señorío formal, el cual es reconocido por los hasmoneos. Esto inicia un período de gran expansión territorial, crecimiento poblacional, religioso, cultural y social.
139 a. C.: el Senado romano reconoce la autonomía judía.
131 a. C.: Antíoco VII muere. El Reino judío expulsa al dominio sirio definitivamente.
130 a. C.: Antioco VIII sitia Jerusalén, pero se retira.
96 a. C.: comienza una guerra civil de ocho años.
83 a. C.: se consolida el reino en el territorio al este del río Jordán.
63 a. C.: el reino judío hasmoneo llega a su fin por la rivalidad entre los hermanos Aristóbulo II e Hircano II. Ambos solicitan la intervención de Roma, lo que motiva el envío del general romano Pompeyo el Grande. Doce mil judíos son masacrados cuando los romanos ingresan a Jerusalén. Los sacerdotes del Templo son abatidos en el altar. Roma anexiona Judea.

La Mishná
La historia de Janucá, junto con sus leyes y costumbres, está prácticamente ausente de la Mishná, fuera de algunas menciones tangenciales (Bikurim 1:6, Rosh HaShanah 1:3, Megilah 3:6, Bava Kama 6:6). Rav Nissim Gaon sugiere, en su obra Hakdamah leMafteaj haTalmud que la información relacionada a la festividad era tan conocida que la Mishná no encontró motivo para incluirla. Reuvein Margolies22 sugiere en cambio que dado que la Mishná fue redactada después de la revuelta de Bar Kojba, sus editores prefirieron no incluir una mención explícita a una festividad que celebraba otra revuelta —relativamente reciente— contra un dominante extranjero, por temor a enfrentarse a los romanos.

El Talmud
El milagro de Janucá está descrito en el Talmud. La Guemará, en el Tratado de Shabat, página 21, mientras habla sobre las velas de Shabat se refiere también al tema de las velas de Janucá y dice que después de que las fuerzas de Antíoco IV fueran expulsadas del Templo, los Macabeos descubrieron que casi todo el aceite ritual había sido profanado. Ellos encontraron una sola vasija con el sello del Sumo Sacerdote todavía intacto, con suficiente aceite como para mantener encendida la Menorá en el Templo durante un solo día. Los Macabeos utilizaron este aceite y, milagrósamente, el mismo ardió durante ocho días (el tiempo que tomaba preparar aceite nuevo).

El Talmud presenta tres opciones:

La ley requiere solamente una luminaria cada noche en cada hogar,
Una mejor práctica es la del encendido de una luminaria cada noche por cada miembro del hogar,
La mejor de las prácticas es la de variar el número de luminarias a encender en cada noche.

Las luminarias deben ser ubicadas fuera de la puerta del hogar, en el lado opuesto al de la Mezuzá, o en la ventana más cercana a la calle, salvo en épocas en las que los judíos son víctimas de persecuciones. Rashi, en su comentario sobre la página 21b del Tratado de Shabat, dice que la intención de esta ubicación es la de hacer público el milagro ocurrido.

Relato de Flavio Josefo
El historiador judío Flavio Josefo relata en su libro Antigüedades judías XII, como el victorioso Judah el Macabeo ordenó, luego de reconsagrar el Templo de Jerusalén que había sido profanado por Antíoco IV Epífanes, que todos los años se celebrase durante ocho días con pompas. Josefo nombra a estos festejos el «Festival de las Luminarias»:

Y Judah celebró el festival de la restauración de los sacrificios del Templo durante ocho días, y no omitió ningún tipo de placer; sino que los festejó con ricos y espléndidos sacrificios; y honró a Dios, y lo deleitó con himnos y salmos. Estaban tan alegres con el restablecimiento de sus contumbres cuando, luego de un largo intervalo, inesperadamente recuperaron su libertad de culto, que hicieron ley para la posteridad el guardar esta festividad, en recuerdo de la restauración de su Templo de culto, durante ocho días. Y desde ese entonces y hasta ahora es que celebramos esta festividad, y la llamamos Luces. Yo supongo que la razón fue debido a que esta libertad que estaba más allá de nuestras esperanzas se nos presentó, y por lo tanto este nombre fue dado a la festividad. Judah también reconstruyó las murallas alrededor de la ciudad, y construyó torres de gran altura en contra de las incursiones de los enemigos, y puso guardias en ellas. Y también fortificó la ciudad de Bet Sura, para que pueda servir como citadela en contra de cualquer peligro que pudiese venir de nuestros enemigos.

Otras fuentes antiguas
La historia de Janucá se menciona en los libros Macabeos 1 y Macabeos 2, pero la festividad no es específicamente mencionada. En su lugar, una historia de similar contenido, pero de obvia posterior data, es mencionada en Macabeos 2 1:18, donde se habla del reencendido del fuego del altar por Nejemia, el cual fue posible por un milagro ocurrido el 25 de Kislev, y que parecería indicarse que fuera la razón por la cual la reconsagración del Templo por Judah el Macabeo ocurriese en esa fecha.

Otra fuente es la Meguilat Antiocus. Esta obra, también conocida como Meguilat haHashmonaim, Meguilat Janucá o Meguila Ievanit, fue escrita originalmente en arameo y luego traducida literalmente al hebreo. Académicos modernos datan el original en algún momento entre los siglos 2 y 5 d. C., y la traducción al habreo en el siglo 7 d. C. El texto fue publicado por primera vez en Mantua en 1557. Saadia Gaon, quien la tradujo al árabe en el siglo IX, se la adjudica a los propios Macabeos.

La Celebracion
La festividad de Janucá se celebra durante ocho días, del 25 de kislev al 2 de tevet (o el 3 de tevet, cuando kislev cuenta con solo 29 días). Durante esta festividad se prende una januquiá o candelabro de ocho brazos (más uno mayor). En la primera noche únicamente se prende el brazo mayor y una vela, y cada noche se va aumentando una vela, hasta el último día en el que todo el candelabro se enciende completo. Este hecho conmemora el milagro de que el aceite duró ocho días.

La liturgia indica adiciones especiales al servicio diario de oraciones, así como un agregado especial a la bendición después de las comidas. Según la Halajá (ley judía), Janucá no es una festividad como Shabat, en el sentido de que no existe prohibición de realizar los tipos de tareas prohibidas en Shabat.28 Quienes observan la festividad trabajan normalmente, y no existe motivo religioso para que las escuelas cierren, aunque en Israel las mismas están cerradas desde el segundo día de la festividad y hasta su finalización. Es costumbre reunirse con familiares o amigos para el encendido de la januquiá e intercambiar presentes. Es costumbre entre los asquenazí que los niños jueguen con un dreidel o sevivon, el cual es un tipo de perinola. También se acostumbra comer levivot o latkes y sufganiot, tortas de patata y bolitas de masa rellenas de mermelada, y otras preparaciones fritas.

Encendido de las luminarias
Las luminarias de Janucá se encienden al atardecer, momento en el que —según la tradición judía— comienza el día. La tradición prevaleciente es la de encender progresivamente las luminarias, una la primera noche, dos la segunda, y así hasta completar las ocho. Una luminaria extra, llamada shamash (lit. ‘servidor’ o ‘cuidador’) se enciende primero, y se utiliza como llama piloto para encender a las demás. El shamash tiene una ubicación distinta al resto de las luminarias, usualmente más alta, más baja o al costado de las ocho luminarias de la festividad. El propósito de esta luminaria piloto es adherir a la prohibición indicada en el Talmud, según la cual las luminarias de Janucá no pueden ser utilizadas para nada más que recordar la historia de Janucá y meditar sobre ella. En este sentido, las luminarias de Janucá difieren de las velas de Shabat, que son utilizadas para iluminar. De esta forma, si se necesitase iluminación en Janucá, el shamash cumpliría esta función y evitaría el uso de las luminarias de Janucá para iluminación, evitando infringir la prohibición.

El shamash no cuenta entonces entre las luminarias de Janucá, por lo que de hecho, la primera noche se encienden dos luminarias (el shamash y la primera luminaria), el segundo día se encienden tres, y así sucesivamente. En total, al finalizar los ocho días, se encendieron 44 luminarias (36 sin contar el shamash). Las luminarias pueden ser velas o lámparas de aceite. En casos en los que una llama abierta no está permitida, se puede —y a veces se hace— utilizar luminarias eléctricas. La mayoría de los hogares judíos tienen un candelabro especial para Janucá. Las intención de las luminarias de Janucá no es la de «iluminar adentro de la casa» sino «iluminar afuera de la casa», de forma que los transeúntes puedan ver las luminarias y recordar el milagro de la festividad. Por esto, las luminarias se ubican en una ventana prominente o cerca de la puerta que da a la calle. Entre los ashkenazi se acostumbra a que cada miembro de la familia tenga su propia janukiá, mientras que los sefardíes tienen una para todo el hogar. En épocas y lugares donde los judíos son víctimas de persecuciones y antisemitismo, las luminarias se esconden de la vista del público. La mayoría de los grupos jasídicos encienden las lámparas en un pasillo o zaguán, no necesariamente a la vista del público. La tradición indica que las luminarias se ubican en el lado opuesto a la mezuzá, para que cuando la persona atraviese la puerta esté rodeado por la santidad de ambos preceptos.

Tiempo de encendido
Las luminarias de Janucá deben arder por lo menos media hora luego de que oscurezca. La costumbre del Gaón de Vilna, observada por muchos residentes de Jerusalén como la costumbre de la ciudad, es la de encender las luminarias con la caída del sol, mientras que la mayoría de los jasidim las encienden más tarde, incluyendo en Jerusalén. Muchos maestros jasídicos las encienden mucho más tarde, para cumplir con la obligación de difundir el milagro, al contar con la presencia de sus seguidores en el momento de su encendido. Es común adquirir paquetes de 44 velas de Janucá, que arden aproximadamente media hora, por lo que en la mayoría de los casos el precepto se cumple encendiendo las luminarias cuando ya está oscuro. La noche del viernes, sin embargo, representa un problema. Dado que las luminarias de Janucá no pueden encenderse en Shabat, las mismas deben ser encendidas antes de la caída del sol. Sin embargo, deben permanecer encendidas al menos media hora después de que oscurezca, por lo que las velas de Janucá comunes no alcanzan. Una solución simple es la de utilizar velas más largas o las tradicionales lámparas de aceite. A fin de no infringir con la prohibición de encender fuego en Shabat, las luminarias de Janucá se encienden antes que las de Shabat.

Bendiciones sobre las luminarias
Al encender las luminarias, se recitan las siguientes bendiciones:
בָּרוּך אַתָּה ה', אֱ-לֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, אֲשֶׁר קִדְּשָׁנוּ בְּמִצְוֹתָיו, וְצִוָּנוּ לְהַדְלִיק נֵר חֲנוּכָּה. (נוסח אחר: נֵר שֶׁל חֲנוּכָּה או שֶׁלַּחֲנוּכָּה).
Baruj Ata Adonai Eloheinu Melej haOlam Asher Kidshanu beMitzvotav veTzivanu Lehadlik Ner Janucá (otras versiones: Ner Shel Janucá o Shel Janucá).

Bendito eres tu Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos santificó con sus preceptos y nos ordenó el encendido de la vela de Janucá (otras versiones: el encendido de Janucá).

בָּרוּך אַתָּה ה', אֱ-לֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁעָשָׂה נִסִּים לַאֲבוֹתֵינוּ, בַּיָּמִים הָהֵם בַּזְּמַן הַזֶּה (נוסח אחר: וּבַזְּמַן הַזֶּה).
Baruj Ata Adonai Eloheinu Melej haOlam she'Asá Nisim laAvoteinu, baYamim haHem baZman haZé (otra versión: uBaZman haZé).

Bendito eres tu Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que hizo milagros a nuestros patriarcas, en aquellos días en este tiempo (otra versión: y en este tiempo). Además, la primera noche que una persona enciende las velas debe recitar:

בָּרוּך אַתָּה ה', אֱ-לֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְמָנוּ וְהִגִּעָנוּ לַזְּמַן הַזֶּה
Baruj Ata Adonai Eloheinu Melej haOlam, sheHejeianu veKimanu veHiguianu laZman haZé

Bendito eres tu Adonai, Dios nuestro, Rey del universo,que nos mantuvo con vida, y nos sostuvo, y nos hizo llegar a este momento. Esta bendición se recita para marcar ocasiones especiales, que tienen lugar por única vez en la vida, una vez al año, o con poca frecuencia, y no es específica de la festividad de Janucá.

Hanerot Halalu
Además de las bendiciones, se recita el himno Hanerot Halalu, del cual existen varias versiones. La siguiente es una de las más comunes entre las comunidades ashkenazies.

Ma'oz Tzur
Luego del encendido de las luminarias, mientras las mismas todavía están a la vista, es costumbre entre algunos ashkenazim (y, en décadas recientes, también entre algunos sefaradim y mizrajim en países occidentales), entonar el himno Maoz Tzur, escrito en la Alemania medieval. El himno contiene seis estrofas. La primera y la última tratan sobre temas generales de salvación divina, y las cuatro intermedias hablan de eventos de persecución de los que los judíos fueron víctimas, alabando a Dios por su supervivencia a pesar de esas tragedias: el éxodo de Egipto, el cautiverio babilónico, el milagro de Purim y la victoria Hasmonea.

Dreidel
El dreidel, o sevivon en hebreo es una perinola de cuatro lados con la que los niños acostumbran a jugar en Janucá. Esta perinola de Janucá tiene cuatro caras, cada una de ellas con una letra en hebreo:

נ (Nun).
ג (Guímel).
ה (He).
ש (Shin) o פ (Pei).

Las cuatro letras son las siglas de Nes gadol haia sham, lo que quiere decir: 'Un gran milagro ocurrió allá'. En Israel la cuarta letra suele ser פ en vez de ש, y las siglas son de Nes gadol haia po, lo cual se traduce como 'Un gran milagro ocurrió aquí'. Algunos comentaristas adjudican un significado simbólico a las letras del dreidel, por ejemplo, conectando las cuatro letras con los cuatro exilios sufridos por el pueblo judío: Babilonia, Persia, Grecia y Roma. En muchos hogares judíos se acostumbra a jugar con el dreidel después de encender la janukiá. Cada jugador comienza con unas 10 o 15 monedas (es común utilizar monedas de chocolate), nueces, pasas, caramelos u otras golosinas, y coloca una golosina en el «pozo». Se hace girar el dreidel, y se gana o se pierde según la letra que salga, según palabras en idish:

Nun–nisht, 'nada'–no pasa nada, y es el turno del siguiente jugador
Guimel–gants, 'todo'–el jugador se lleva todo el pozo
He–halb, 'mitad'–el jugador toma la mitad del pozo, redondeando para arriba si hay un número impar
Shin–shtel ayn, 'poner'–el jugador pone una golosina en el pozo

Según otra versión:

Nun–nim, 'toma'–el jugador toma una golosina del pozo
Guimel–gib, 'dar'–el jugador pone una golosina en el pozo
He–halb, 'mitad'–el jugador toma la mitad del pozo, redondeando para arriba si hay un número impar
Shin–shtil, 'pausa'–no pasa nada y es el turno del siguiente jugador
El juego continúa hasta que un jugador haya ganado todo.

Algunos indican que el juego conmemora un juego ideado por los judíos para esconder el hecho de que estaban reunidos estudiando Tora, algo prohibido por los griegos. Los judíos se reunían en cuevas para estudiar, y un centinela avisaba si se acercaban soldados griegos. Si estos eran avistados, los judíos escondían los rollos de la Tora y hacían girar trompos, para que los soldados pensasen que estaban apostando y no estudiando.

Janucá guelt
Guelt en idish significa dinero, y es costumbre en Janucá obsequiar a los niños un Janucá guelt como parte de la celebración. Usualmente se regalan monedas de pequeña denominación, aunque hay quienes obsequian cifras más importantes. En Israel, el guelt es conocido como dmei Janucá. Muchos maestros jasídicos distribuyen monedas a quienes los visitan en Janucá. Los judíos jasídicos consideran esto un auspicio de bendiciones por parte del maestro, y un amuleto para el éxito. El rabino Abraham P. Bloch escribió que «la tradición del Janucá guelt es muy antigua. La costumbre tiene su origen en la práctica de los judíos polacos del siglo XVII, en la que daban monedas a los niños para que las distribuyeran a sus maestros. Con el tiempo, los niños comenzaron a demandar su propio regalo, y se comenzó a dar monedas a los niños para que las conservasen para ellos. Muy pronto, los adolescentes también comenzaron a venir para recibir su parte. Según Maguen Avraham (siglo XVIII), era costumbre que los alumnos pobres de las yeshivot visitaran las casas de sus benefactores judíos, quienes distribuían dinero de Janucá (Oraj Jaim 670). Los rabinos aprobaron la costumbre de obsequiar dinero en Janucá porque de esta forma se difundía la historia del milagro del aceite».

Caraísmo y Janucá
El judaísmo caraíta no reconoce la celebración de Janucá como una obligación religiosa, ya que fue instaurada en tiempo de los macabeos y no es de precepto. Algunos caraítas la reconocen como fiesta civil, y otros, por imitación, la siguen pero no de manera obligatoria y de guardar, como lo hacen la mayoría del judaísmo.

Otras costumbres
Además de las bendiciones y el entonado de Ma'oz Tzur, es costumbre cantar otras canciones de Janucá. Algunas tradiciones jasídicas y sefaradíes indican plegarias adicionales que deben ser recitadas antes y después del encendido de las luminarias. Esto incluye el recitado de varios salmos, particularmente los salmos 30, 67 y 91. Muchos jasídicos recitan este último siete veces luego del encendido, siguiendo las enseñanzas del Baal Shem Tov, fundador de dicho movimiento. También se acostumbra a intercambiar presentes o dar presentes a los niños. Muchas familias incentivan también a los niños a realizar donaciones.

Fechas
Las fechas de la Janucá están determinadas por el calendario hebreo. Janucá comienza el 25 de Kislev y termina el 2 o 3 de Tevet (Kislev puede tener 29 o 30 días). Para el judaísmo, el día comienza con la puesta del sol, por lo que el primer día de Janucá comienza la noche anterior a la fecha indicada en el calendario gregoriano. Por ejemplo, en el 2012 Janucá comienza el 9 de diciembre, es decir, el 8 de diciembre al atardecer.

Anochecer del 8 de diciembre de 2012
Anochecer del 27 de noviembre de 2013
Anochecer del 16 de diciembre de 2014
Anochecer del 6 de diciembre de 2015
Anochecer del 24 de diciembre de 2016
Anochecer del 12 de diciembre de 2017
Anochecer del 2 de diciembre de 2018
Anochecer del 22 de diciembre de 2019
Anochecer del 10 de diciembre de 2020

Tu Bishvat
Tu Bishvat o Tu Bi'Shevat (Hebreo: ט"ו בשבט). Ésta es una fiesta menor en el calendario hebreo. El nombre Tu Bishvat viene a partir de la fecha del día de fiesta, el décimo quinto día de Shevat (שבט). Shevat es el nombre del mes del calendario hebreo y las letras ט y ו, leído como “Tu” es el número 15 representado con la numeración hebrea. El 15 de Shevat (mes equivalente a enero o febrero), en Israel comienzan a asomarse los primeros brotes de vegetación. En consecuencia, se salía a plantar árboles. Por eso, ésta es una fiesta de la naturaleza. Se comen frutos y en el Estado de Israel salen grupos de alumnos a festejar al aire libre y plantar árboles. es uno de los cuatro Rosh Hashanot (Años Nuevos) mencionados en el Mishnah, la base del Talmud. La Torá enseña que la naturaleza debe ser respetada, aún en tiempos de guerra. No deben ser destruidos los árboles ni los bosques. En distintos círculos tradicionales, se reúnen el 15 de Shevat y se realiza un acto en el que se leen pasajes bíblicos relacionados con los árboles y la naturaleza. Se recitan bendiciones especiales y se comen frutos de diversos árboles. Los judíos de Haredi llaman el día por su nombre completo original, Jamishah Asar BeShevat (חמישה עשר בשבט) - El decimoquinto de Shevat.

Porque el 15 de Shvat Esta época del año marca el punto medio del invierno cuando la fuerza del frío disminuye, la mayoría de las lluvias del año ya cayeron y la savia de los árboles comienza a subir. Por ello se celebre el año nuevo de los árboles justo en esa fecha.

Los Jaredi
Los jaredíes (en hebreo חרדים, jaredim), también conocidos como ultraortodoxos o como los que temen a Dios, son judíos ortodoxos cuya práctica religiosa es especialmente devota. Los jaredíes afirman, al igual que todo el judaísmo ortodoxo, que la Torá entregada en el Monte Sinaí por Dios, con sus respectivas leyes, constituye el "manual de instrucciones del mundo". En otras palabras, la Torá es el código que permite, en términos fundamentales, el comportamiento armónico de la Creación y los creados, la regulación sus leyes y principios, y los métodos que llevarán a cada individuo a unirse a Dios para disfrutar de deleite infinito, máximo objetivo de la creación del mundo. Sin embargo, a pesar de que otros grupos judíos ortodoxos (ya sean jasídicos u ortodoxos modernos) aceptan esta afirmación, hay diferencias entre todos los grupos en cuanto al comportamiento en ámbitos no legales; es decir, en el ámbito de la cosmovisión individual y colectiva, que no está reglamentada por la Torá. Los jaredíes suelen vivir al margen de las sociedades laicas que los rodean, incluyendo las judías, debido a que intentan poner en práctica los preceptos bíblicos en un ámbito no-hostil. Hoy en día muestran una fuerte presencia en Israel, donde cuentan con su propios barrios (e, incluso, sus ciudades), sus partidos políticos, sus comercios y sus escuelas. También existen grupos de jaredíes en muchas comunidades judías de la diáspora, particularmente en Estados Unidos y Europa Occidental. Los jaredíes tienen sus propios periódicos, el más importante de los cuales es Hamodia ("El Anunciador"). Desde finales del siglo XIX, el sector israelí de los jaredíes rechaza parcialmente la «modernidad» occidental, tanto en lo que se refiere a costumbres como en lo que toca a la ideología. Sin embargo, esta postura no es unánime en el mundo jaredí. Por caso, aquellos oriundos de EE.UU. poseen una visión más inclusiva de la modernidad que la que prevalece entre los israelíes.

El porque de Tu Bishvat
La Torá compara al hombre con un árbol, y al Tzadik (hombre justo y santo) con una floreciente palmera datilera. En una interesante afirmación del Talmud, nuestros Sabios declaran que el Tzadik vive para la eternidad, ..."tal como su semilla está viva, así también él está vivo". ("Semilla" es utilizada en este caso, como concepto de descendencia, hijos, discípulos). Al elegir la palabra "semilla" para esta comparación, los Sabios nos transmiten las ideas e imágenes que surgen por sí mismas. Una de las ideas es el maravilloso proceso de crecimiento que transforma a una pequeña semilla en un múltiple agente reproductor de su especie, sea una espiga de granos, o en un árbol frutal. Educar a un niño es como sembrar una semilla. Debemos nutrir "potenciales árboles frutales", que darán origen a generaciones de su misma especie. Es por ese motivo que debemos dedicar mucho tiempo y esfuerzo, para asegurarnos que "la semilla reciba la nutrición necesaria", es decir "que nuestros hijos reciban una enseñanza pura, correcta y completa de Torá". Otro pensamiento que el Talmud nos relata, utilizando la palabra "semilla", es acerca del cuidado que una joven planta requiere en el proceso de crecimiento, y en cómo el efecto de un poco de cuidado extra a una temprana edad, se multiplica en el producto final.

Por otra parte, si se práctica una incisión en un árbol maduro, el corte no se esparce y el daño queda confinado al lugar donde se practicó el mismo, pero si se hace un pequeño corte en una semilla antes de ser plantada, ésta podría no prosperar en su crecimiento, o bien todo el árbol podría deformarse como resultado de la incisión. Familiarmente, si un hombre adulto debiera , bajo ciertas circunstancias, omitir el cumplimiento de alguna Mitzvá (precepto) -Dios no lo permita-, podría suceder que el entrenamiento y el hábito arraigados desde temprana edad, eventualmente prevalecieran y volviera a un cumplimiento completo de las Mitzvot. Como contrapunto de esto, si nuestra juventud crece solamente con el aporte de la cultura que cotidianamente nos circunda, se verá carenciada del cálido entusiasmo por una vida llevada a cabo de acuerdo a la Torá, "el árbol podría deformarse" debido a la marca efectuada en la "semilla". No podemos dejar que esto suceda, nuestro objetivo debe basarse en que "el semillero" esté siempre lleno de "buenas semillas" que den paso a fuertes y nobles árboles, en una renovación constante, de acuerdo al cumplimiento de los sagrados preceptos de la Torá.

El Purim
La fiesta de Purim (en hebreo:פורים, Pûrîm = suertes) es una festividad judía, celebrada anualmente el 14 del mes judío de Adar (o 15 de Adar en las ciudades amuralladas) en conmemoración del milagro relatado en el Libro de Ester en el que el pueblo judío logra sobrevivir a un intento de ser aniquilado bajo el mandato del rey persa Asuero, identificado por algunos historiadores como Jerjes I, alrededor del 450 a. C. 

Asuero (hebreo: אחשורוש—Ajashverosh) es el nombre que recibe en el libro de Ester el rey persa con quien la joven hebrea contrajo matrimonio por consejo de su tutor y tío Mardoqueo. Se le ha identificado con Jerjes I. Poseía 127 provincias que se extendían desde la India hasta Etiopía. Asuero se había divorciado de su esposa anterior, Vashti, quien lo había dejado en ridículo frente a varios embajadores. Aparentemente Asuero poseía además varias concubinas; sin embargo, de acuerdo con el libro o rollo que lleva el nombre de su mujer, Ester sí fue la reina principal y —su esposo— el rey Asuero, la amó más que cualquiera de sus otras mujeres (Ester 2:17-18, 22).

Consortes
Vasti, una mujer insumisa, fue revocada como reina en el tercer año del reinado de Asuero. Ester, una hermosa doncella judía quien, habiendo sido adoptada por su tío Mardoqueo, se convirtió en reina en el séptimo año del reinado de Asuero.

El origen de la Fiesta del Purim está descrito en la Biblia desde el Libro de Esther, texto del Tanaj o Antiguo Testamento (según la Iglesia Católica ha canonizado y sacramentado por situar su historicidad en el judaísmo). En él puede leerse cómo una joven judía llamada Esther, ocultando sus orígenes judíos, Jerjes I), en vez de matar a todos los judíos de su reino, como le había pedido Amán, dé muerte al Primer Ministro Amán, a sus diez hijos y a más de 75.000 persas que planeaban matar a los judíos, muchos de ellos mientras dormían, colocando en su lugar a Mardoqueo, pariente de Esther. A pesar de que Purim es considerado uno de los días más alegres del calendario hebreo, los judíos tienen la obligación de ayunar y orar en la víspera, en recuerdo de los judíos persas que ayunaron ante el inminente conflicto que podría haberlos llevado a su exterminio.

En Purim se lee la Meguilá (en hebreo מְגִילַת אֶסְתֵּר, Meguilat Ester o el "Rollo de Ester", refiriéndose ambos al Libro de Ester). Esta lectura se realiza a gran velocidad, y los que escuchan deben hacer ruido con matracas u otros elementos en el momento de pronunciarse el nombre de Amán, para que dicho nombre sea borrado. Esto logra hacer participar a los niños. Tras el ayuno, se hace un gran banquete en el que se acostumbra a beber vino y recitar cánticos, entre ellos suele recitarse la plegaria conocida como Shoshanat Ya'akov, que ha sido grabada por muchos cantantes judíos de Israel y la Diáspora. Asimismo, es obligación enviar regalos a los amigos (en hebreo:משלוח מנות, Mishlóaj Manot) y dar caridad a los pobres (en hebreo: לאביונים מתנות, Matanot La'evionîm) y también se acostumbra a disfrazar a los niños pequeños.

La fiesta de Purim ha sido siempre muy apreciada por el judaísmo; algunos han argumentado que cuando se olviden todas las obras proféticas y hagiográficas, el Libro de Esther todavía será recordado, y por lo tanto la festividad de Purim seguirá siendo observada. Del mismo modo que Janucá, Purim tiene un carácter más nacional que religioso, y su condición de festividad tiene un nivel menor al de las de la sagrada Torá. Por lo tanto, las transacciones de negocios e incluso el trabajo manual se permiten en Purim, aunque en algunos lugares se impusieron restricciones sobre el trabajo. Una oración especial ("Al ha-Nissim" "Por los Milagros") se inserta en la Amidá durante el servicio de la noche, por la mañana y por la tarde, y está incluida en el Birkat Hamazón ("Bendición después de las comidas").

La Meguilá o Rollo de Ester
El Rollo de Ester es el bíblico Libro de Ester en forma de pergamino enrollado que es leído en la sinagoga durante las celebraciones de Purim. narra la historia de cómo la Reina Ester y su tío Mordejai salvaron las vidas de los judíos de Persia de un intento de asesinarlos, explicando que Mordejai estableció la celebración de Purim los días 14 y 15 del mes de Adar de modo de recordar y celebrar el evento. La lectura pública de la Meguilá es de suma importancia cuando se celebra Purim. Tal como ocurre con la Torá, la Meguilá o Rollo de Ester puede ser empleada con fines rituales solo si se presenta en forma manuscrita.

La Universidad de Yale posee una colección de Meguilot Ester italianas dieciochescas que en el pasado perteneció al escritor Sholem Asch.

Edward Rothstein nota que mientras los manuscritos con textos religiosos hebreos tienden por lo general a ser abstractos y atemporales, su iluminación los transforma, de modo tal que lo sagrado se vuelve específico tanto en tiempo como en espacio: dado que incorpora al texto religioso en la historia, e incluso, en la propia biografía, es por medio de la iluminación que en el manuscrito miniado "lo sagrado se vuelve personal".

La tradición judía se siente poco a gusto ante cualquier tipo de ilustración que pueda llegar a ser asociada con la idolatría o con la representación de la Divinidad. Esta última, observa Rothstein, permanece en el misterio, mientras que la humanidad es en sí un terreno fértil para la especulación y la ilustración. Rothstein explica que en el judaísmo no son los textos religiosos tradicionales los que se ilustran, sino aquellos textos que narran los episodios épicos del pueblo hebreo: la Hagadá de Pésaj y la Meguilá de Ester en particular son ilustradas con gran entusiasmo y es en ellas precisamente donde los artistas despliegan sus conocimientos e imaginación en materia de conciencia histórica y de experiencia personal.

Regalos, comida y caridad
El Libro de Ester prescribe "el envío de parte de un hombre a otro, y dádivas a los pobres" (9:22). De acuerdo a la halajá, cada adulto tiene que dar dos diferentes comidas para una persona, y dos donaciones caritativas a dos personas pobres. Los paquetes de alimentos se llaman mishloaj manot ("el envío de partes"), y en algunos círculos la costumbre se ha convertido en un importante evento de la entrega de regalos. Para Purim se preparan dulces especiales, llamados "Orejas de Aman". Los varones están autorizados a tomar vino hasta el nivel de "confundir los nombres de Amán y Mardoqueo".

Lag Ba Omer
Iyar (hebreo: אִייָּר; del idioma acadio ayaru "luz, luminosidad", por ser un mes soleado de plena primavera (boreal), es el octavo mes del calendario hebreo moderno, cuyo cómputo comienza a partir del mes de Tishrei según la fecha de la Creación del mundo, y el segundo mes según el ordenamiento de los meses en la Biblia, que comienza por el mes de Nisán, en conmemoración de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto.

El nombre otorgado al mes de Iyar en la Biblia es simplemente "el segundo mes", siguiendo la numeración ordinal, al igual que el resto de los meses del año hebreo en la Torá. Es nombrado por primera vez en el Libro del Éxodo"Partieron de Elim, y toda la comunidad de los israelitas llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida del país de Egipto" (Éxodo 16:1).

En una ocasión, la Biblia se refiere a él también como "el mes de Ziv" (hebreo: חודש זיו, literalmente "el mes del resplandor"(1 Reyes 6:1): "En el año 480 de la salida de los israelitas de la tierra de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, que es el segundo mes, emprendió la construcción de la Casa de Yahveh"; también en 1 Reyes 6:37.

El nombre de "mes de Ziv" proviene según se cree del idioma fenicio, ya que el mes de Iyar es así mencionado solo en el contexto de las relaciones comerciales entre Salomón rey de Israel, y Hiram rey de Fenicia, y se cree que fue el nombre utilizado por los antiguos habitantes de Canaán, que llamaban a sus meses con terminología relacionada a la agricultura y al clima.

Su nombre actual, Iyar, tiene sus orígenes en los nombres de los meses de la antigua Babilonia, provenientes según lo dicho del acadio, y de aquí fueron adoptados por los judíos allí desterrados entre 586 a. C. y 536 a. C., luego de haber sido llevados al exilio por el rey Nabucodonosor II. El nombre Iyar no figura en la Biblia -sólo siete de los doce meses aparecen en ella con sus nombres babilónicos: Nisán, Siván, Elul, Kislev, Tevet, Shevat y Adar-; Iyar solo lo hará por primera vez con este nombre, en el Talmud.

Iyar es un mes de primavera (boreal), que cuenta siempre con 29 días, y es paralelo a los meses gregorianos de abril y mayo, según el año. Su signo del Zodíaco es Tauro, debido a que las praderas en esta época están verdes, ofreciendo abundante pastura al ganado.

Conmemoraciones y festividades judías en Iyar
Yom Hashoah, el día 27 de Nisán del Calendario hebreo, día de duelo y conmemoración recordado anualmente como día en memoria de las víctimas del Holocausto, siendo feriado nacional en Israel.
Yom Hazikarón, el día de duelo nacional por los caídos - 4 de Iyar, fecha establecida por ley de la Knéset del año 1963, inmediatamente antes del día de la Independencia, para resaltar el dolor por los caídos y el sacrificio realizado para conseguir y mantener la independencia del Estado de Israel.
Yom Ha'atzmaut, el día de la Independencia de Israel - 5 de Iyar, en que se festeja el aniversario de la declaración de la independencia, el día 5 de Iyar de 5708 (14 de mayo de 1948), el mismo día en que se retiraron de Palestina las tropas británicas, poniendo así fin al Mandato británico de 26 años (1922 - 1948). Tanto el Yom HaZikarón como el Yom Ha'Atsma'ut, pueden adelantarse uno o dos días, o postergarse un día, para evitar que alguno de ellos coincida con el Shabat. Lag Ba'Ómer, el día número 33 en la cuenta del Ómer (Sefirat Ha'omer) - 18 de Iyar, que conmemora la victoria de la Rebelión de Bar Kojba sobre los romanos, el 18 de Iyar del año 3893 (133 del calendario gregoriano). Yom Yerushalayim, el día de la reunificación de Jerusalén - 28 de Iyar, en recordación a la reunificación de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días, el día 28 de Iyar de 5727 (7 de junio de 1967).

Tu Be Av
Av (אָב; del acadio abu "cañas, juncos", que se recolectaban para estas fechas; llamado también Menajem Av; del hebreo menajem "el que consuela", por las desgracias y calamidades acaecidas a los judíos en este mes a lo largo de la historia), es el undécimo mes del calendario hebreo moderno, que comienza su cómputo a partir del mes de Tishrei con la Creación del mundo, y el quinto mes según el ordenamiento de los meses en la Biblia, que comienza por Nisán, en conmemoración de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto. El nombre de este mes en la Biblia es simplemente "el quinto mes", siguiendo la numeración ordinal, del mismo modo en que es llamado el resto de los meses del año hebreo en la Torá: "El sacerdote Aarón subió a Hor de la Montaña, según la orden de Yahveh, y murió allí, el año cuarenta de la salida de los israelitas de Egipto, el mes quinto, el primero del mes" (Números 33:38). Su nombre actual, Av, tiene sus orígenes en los nombres de los meses de la antigua Babilonia, provenientes del idioma acadio, y de aquí fueron adoptados por los judíos allí desterrados entre 586 a. C. y 536 a. C., luego de haber sido llevados al exilio por el rey Nabucodonosor II. Av no aparece en la Biblia con su nombre babilónico, sino que lo hará en la literatura eclesiástica posterior: la Mishná y el Talmud. Es un mes del que se dice, por contraposición al mes de Adar, que "desde que comienza Av, se escatima en alegría" (Mishná, Tratado de Ta'anit ("Ayunos"), 4:1); y de ahí que se le llame también "Menajem Av", en referencia al consuelo que el pueblo judío recibirá a sus sufrimientos, recordados en este mes, cuando llegue el Mesías, que según la tradición nacerá en el mes de Av.

Av es siempre un mes completo de 30 días, y cae en pleno verano (boreal), paralelo a los meses gregorianos de julio y agosto, según el año. Su signo del Zodíaco es Leo, el rey de los animales; por haberse dicho de Israel que "he aquí que el pueblo se levanta como leona, se yergue como león" (Números 23:24), y se levantará airoso como león de sus catástrofes.

Festividades judías en Av
El Ayuno del 9 de Av, es uno de los dos días de ayuno mayor (es decir que, como el Yom Kipur, es observado de crepúsculo a crepúsculo), y es el segundo de los ayunos enlistados en el libro de Zacarías, llamado "el ayuno del quinto mes" (Zacarías 8:19). Fue instituido en principio en señal de duelo por la caída de Jerusalén y la destrucción del primer Templo por Nabucodonosor, el 9 de Av de 586 a. C., y el posterior exilio de Babilonia"Incendiaron la Casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén: pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada, los llevó cautivos a Babilonia" (2 Crónicas 36:19-20). Más adelante, se sumó al duelo la destrucción del segundo Templo a manos de los romanos al mando de Tito, el día 9 de Av del año 70. A partir de entonces es día de duelo nacional por todas las calamidades acaecidas al pueblo judío a lo largo de la historia, algunas de las cuales se atribuye haber acontecido en la misma fecha, como la expulsión de los judíos de España, en 1492Tu B'Av - el día 15 de Av, "día del Amor", en que se dice que "las doncellas salían a danzar vestidas de blanco a los viñedos, y los mozos las cortejaban bajo la luna llena" (Mishná, Tratado de Ta'anit ("Ayunos"), 4:18). En el Israel actual, es la fecha más popular entre las parejas para celebrar su boda.

Continua en Fiestas Judías VI:
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