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Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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martes, 10 de marzo de 2009

Fiestas Judías III: El Sabbat


Yahvé descansando sobre la Tierra (1851-1860), por Julius Schnorr von Carolsfeld


Sábado
El sábado es el sexto día de la semana civil y el séptimo de la semana litúrgica en la mayoría de las tradiciones cristianas. Está situado entre el viernes y el domingo. El sábado es parte del fin de semana.

Etimología
El término español «sábado» proviene del latín bíblico sabbătum, este del griego σάββατον (sábbaton), este del hebreo יום השבת (shabat), ‘reposo’, ‘día de reposo’, que deriva del verbo shâbath: ‘cesar [de trabajar]’, ‘descansar’, ‘guardar el sábado’, y este del acadio šabattum, ‘descanso’. Viene de sa bot en sumerio: calma el corazón.

Estos son algunos de los nombres que recibe el sábado en distintos idiomas:
IdiomaNombreEtimología
alemánSamstag,
Sonnabend (día antes del domingo)
día del shabat
aimarasawaru
españolsábado
tagalosábado
catalándissabte
francéssamedi
gallegosábado
indonesiosabtu
italianosabato
leonéssábadu
polacosobota
rumanosâmbătă
rusoсуббота
portuguéssábado
ucranianoсубота
asturianosábadu
griego modernoΣάββατο
árabeالسبت (as-sabt)
hebreoשבת (shabbat)‘descansar’o "cese al trabajo"
anglosajónsæternesdægdía de Saturno
gaélicosatharn
galéssadwrn
neerlandészaterdag
inglésSaturday
latíndíes saturni
japonés
coreano
土曜日 (doyōbi)
토요일 (toyoil)
día de la tierra
danéslørdagdía de bañarse
finlandéslauantai
islandéslaugardagur
noruegolaurdag/lørdag
suecolördag
chino星期六 (xīng qī liù)sexto día de la semana
quechuak'uychichaw o samanchaydía del arcoíris, día del descanso
euskeralarunbata,
zapatua
Proviene de lauren bat, cuarto de luna -> Día de la media luna
Cambio de sábado a domingo
En la antigüedad el sábado era el séptimo día de la semana. El 7 de marzo del 321, el emperador romano Constantino I el Grande decretó que el domingo (el día del Señor​) fuera considerado como el principal día de la semana, en reemplazo del sábado (‘día de reposo’).

Descansen todos los jueces, la plebe de las ciudades, y los oficios de todas las artes el venerable día del sol. Pero trabajen libre y lícitamente en las faenas agrícolas los establecidos en los campos, pues acontece con frecuencia, que en ningún otro día se echa el grano a los surcos y se plantan vides en los hoyos más convenientemente, a fin de que con ocasión del momento no se pierda el beneficio concedido por la celestial providencia. Código de Justiniano, libro 3, título 12, párrafo 2 (3)

El emperador Constantino, en el año 321, fue el primero que ordenó una rigurosa observación del domingo, prohibiendo toda clase de negocios jurídicos, ocupaciones y trabajos; únicamente se permitía a los labradores que trabajaran los domingos en faenas agrícolas, si el tiempo era favorable. Una ley posterior del año 425 prohibió la celebración de toda clase de representaciones teatrales, y finalmente en el siglo VIII se aplicaron en todo su rigor al domingo cristiano las prohibiciones del sábado judaico. «Domingo», artículo en el Diccionario enciclopédico hispanoamericano

Según el texto Catecismo doctrinal, en 1566 el Concilio de Trento transfirió el descanso al primer día: «Complace a la Iglesia de Dios, que la celebración religiosa del día shabat se debe transferir al Día del Señor: el domingo».

Tiempo antes de Constantino, Ignacio de Antioquia, cristiano de la iglesia primitiva, declara en una carta lo siguiente sobre el día domingo.

«Ahora bien, si los que se habían criado en el antiguo orden de cosas vinieron a la novedad de esperanza, no guardando ya el sábado, sino viviendo según el domingo, día en que también amaneció nuestra vida por gracia del Señor y mérito de su muerte, misterio que algunos niegan, siendo así que por él recibimos la gracia de creer y por él sufrimos, a fin de ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo Maestro, ¿cómo podemos nosotros vivir fuera de Aquel a quien los mismos profetas, discípulos suyos que eran ya espíritu, le esperaban como su Maestro? Y por eso, el mismo a quien justamente esperaban, venido que fue, los resucitó de entre los muertos... Absurda cosa es llevar a Jesucristo entre vosotros y vivir judaicamente. Porque no fue el cristianismo el que creyó en el judaísmo, sino el judaísmo en el cristianismo, en el que se ha congregado toda lengua que cree en Dios.»

El emperador Constantino decretó la libertad de culto en el Edicto de Milán en el año 313, pero ya se han visto testimonios de más de 250 años antes de que los cristianos celebraban la Eucaristía el domingo y no guardaban el sábado.

El sábado en la Biblia
Según la Biblia, el sábado es el séptimo y último día de la semana, Génesis 2:2-3. De hecho es el único día mencionado por un nombre. El resto son nombrados por su orden en la semana: el domingo es el primer día (Mateo 28:1), el lunes es el segundo, y así sucesivamente.

Algunas confesiones cristianas poseen la creencia de que el sábado es el único día de reposo y lo relacionan con los diez mandamientos, diciendo que el reposo sabático es el cuarto mandamiento. Entre estas denominaciones se encuentra la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Bautista del Séptimo Día, la Iglesia de Dios (Israelita) y la Iglesia Israelita del Nuevo Pacto en Chile y Argentina, todas ellas basadas en el libro de Levitico 23, donde señala: "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán éstas: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis".

"Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras." (Isaías 58:13 Reina Valera, 1909).

Sin embargo, en la versión de la Biblia de Reina-Valera de 1960 no aparece en ninguno de sus libros la palabra "sábado" como tal, sino que se le denomina por el eufemismo "día de reposo".

Shabat
El sabbat —frecuentemente escrito también shabat (en hebreo: שבת: shabbath, 'cesar') o su variante en yidis, shabbos (שאבּעס), es el séptimo día de la semana, siendo a su vez el día sagrado de la semana judía.

El sabbat se observa desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas, la noche del sábado. Según las prescripciones de la Torá, debe ser celebrado en primer lugar mediante la abstención de cualquier clase de trabajo. En el ethos judío, el sabbat es una señal de la relación entre Yahveh y el pueblo judío. La celebración del sabbat está prescrita entre los Diez Mandamientos recibidos por Moisés, así como una fiesta semanal.

Según Génesis 2:2 (texto de la Biblia escrito aproximadamente en el siglo VII a. C.): «vaYshbot baYom haShevi'i» ('Y en el séptimo día Dios terminó el trabajo que había hecho, y descansó' [vaYshbot]).

Etimología
Shabat deriva del verbo hebreo shavát. Aunque con frecuencia se traduce como "descanso" o "descansar", otra traducción de estas palabras es "cesar [de trabajar]". La palabra relacionada shevita, usada en el hebreo moderno con el significado de "huelga laboral", tiene la misma consideración al referirse, más que a la abstinencia pasiva de trabajo, al acto de no trabajar. El concepto de cesación activa del trabajo también es considerado como más coherente con una actividad omnipotente de Dios el séptimo día de la creación.

Recordar y cuidar
En la versión de los diez mandamientos del Deuteronomio 5:12-15, la palabra «acuérdate» (zajor) es sustituida por «cuida» (shamor). De aquí se aprenden los dos principales elementos de la observancia del sabbat: recordarlo y honrarlo por medio de rituales y cosas placenteras; y cuidarlo por medio de la abstención de los trabajos prohibidos en él. Actividades prohibidas para los ortodoxos.

El Talmud, en el tratado «Shabat», capítulo 7, mishná 2, trae una lista de las 39 categorías de actividades prohibidas en sabbat. Estas fueron establecidas poco tiempo antes de la aparición del cristianismo (periodo que los cristianos llaman intertestamentario). 

Estas se derivan de los diferentes tipos de trabajo que eran necesarios para construir el Tabernáculo, conocidos como avot melajá. Estas son:

plantar
arar
cosechar
atar poleas acanaladas
trillar
aventar
seleccionar
moler
tamizar
amasar
hornear
trasquilar lana
lavar lana
batir lana
pintar lana
hilar lana
tejer
hacer dos lazos
unir dos hilos
separar dos hilos
amarrar
desamarrar
coser
romper
atrapar un animal
matar a un animal
despellejar a un animal
curtir pieles
raspar pieles
marcar pieles
moldear pieles
escribir dos o más letras
borrar dos o más letras
construir
demoler
apagar fuego
prender fuego
tocar un instrumento musical
terminar la preparación de un utensilio nuevo
transportar un objeto de áreas públicas a áreas privadas y viceversa, o cargarlo 4 cúbitos o más en un área pública.
hacer coladas.

De estas categorías principales (avot) se derivan otras actividades similares (toldot), por ejemplo, dentro de la categoría de hornear se derivan prohibiciones de cocinar, freír, etc. Aparte de las actividades prohibidas por la Torá, existen algunas prohibiciones de origen rabínico, como el utilizar o mover un objeto que se usa para trabajos prohibidos, al que se le llama muktze; y el pedir a una persona no judía que haga un trabajo prohibido dentro de ciertas circunstancias. 

La primera aparición de la palabra «shabat» en la Torá se encuentra en Éxodo 16:21-30, en relación con la milagrosa caída del maná antes de la llegada de Israel al monte Sinaí. Se nota aquí que Dios puso énfasis en la importancia del séptimo día de la semana como día de descanso, al proporcionar una doble ración en el día sexto y nada en el séptimo. Este «milagro» semanal comenzó el segundo mes después de la partida de los israelitas de Egipto (Éxodo 1:14-15), y duró 40 años, hasta el mes primero, (según Josué 5:10-12; cf Éxodo 12:2-11;16:35), es decir, más de 2000 sábados semanales sucesivos.

Esta es una de las muchas transcripciones del cuarto mandamiento:

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en el obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Éxodo 20:8-11. R. V. 1960.

En el monte Sinaí, Moisés dijo que Dios había prescrito la observancia del reposo del séptimo día con las palabras del cuarto mandamiento del Decálogo (Éxodo 20:8-11). La palabra «acuérdate», con que comienza el mandamiento relativo al sábado, no quiere decir que la observancia del cuarto mandamiento es más importante que la de los otros 9, porque todos son iguales (Santiago 2:10-11). El pueblo de Yahweh tenía que «acordarse» del sábado porque «en seis días hizo Elohim los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día». (Génesis 2:1-3; Hebreos 4:4). Quizás con esto le estaba diciendo al hombre que ese día era un monumento recordativo del Creador y de la creación.

Aparte de los sábados semanales (Levítico 23:3) la Torá menciona que había siete sábados ceremoniales por año, diseminados a lo largo del calendario litúrgico:

1 y 2) Los días primero y último de la fiesta de los panes sin levadura (Levítico 23:7-8).
3) Shavuot (Levítico 23:21).
4) El primer día del séptimo mes (Levítico 23:24).
5) El Día de la Expiación (Levítico 23:27).
6 y 7) Los días primero y último de la fiesta de Suckot (Levítico 23:34-36).

Los sábados ceremoniales podían caer en cualquier día de la semana, y de vez en cuando coincidían con el sábado semanal. Además de los sábados semanales y anuales, cada siete años había un año sabático, durante el cual no se trabajaba la tierra (25:3-7). Cada 50 años se proclamaba un jubileo, que duraba un año, durante el cual las propiedades volvían a sus dueños originales.

La preeminencia del sabbat sobre los demás días de la semana se acentuó en el ritual del antiguo tabernáculo y del templo mediante la ofrenda de un cordero adicional (Números 28:9-10) y de la renovación en ese día de los panes de la proposición (Levítico 24:5-8; 1 Crónicas 9:32). De acuerdo con la ley levítica, la sanción que merecía la violación del sábado era la muerte (Éxodo 31:14-16), y a lo menos se registra un caso de ajusticiamiento de alguien que violó el sábado voluntariamente (Números 15:32-36).

Actividades permitidas
La conversación y la lectura están permitidas. El judaísmo afirma que cuando un esposo y su esposa se unen carnalmente en kadosh, allí mora la presencia divina. Kadosh y sexualidad no son excluyentes en el judaísmo; por eso, este es el mejor día para recordar la libertad y la creación del mundo haciendo el amor. También bailando y cantando.

Violación del sabbat
Cuando los israelitas fueron cautivos de los babilonios, creyeron que era un castigo divino por algún pecado grave, y supusieron que había sido la violación del sabbat (Libro de Jeremías 17:19-27). Tal como Jeremías, el profeta Ezequiel se lamentaba porque en sus días el sabbat era ignorado en gran medida (Ezequiel 20:12-24; 22:8, 26; 23:38). Al escrutar el futuro, Isaías previó que extranjeros se unirían al pueblo judío guardando el pacto del Sinaí y prometió una bendición para quienes guardaran el sabbat (Isaias 56:2-6; cf 58:13). Después del cautiverio los judíos cayeron de nuevo en el descuido con respecto a la observancia del sabbat, y Nehemías impulsó una reforma con el fin de fomentar dicha observancia (Nehemías 10:31; 13:15-22).

Honrar el sabbat
Hay varias maneras, para los judíos, de honrar el sabbat. Una de ellas es consagrarlo a su principio y su final: El kidush de la noche del viernes y la havdalah de la noche del sábado. Otro mandamiento, de carácter rabínico, es el encendido de velas el viernes por la tarde, antes de iniciar el sabbat. Este mandamiento fue hecho preferentemente para la mujer, aunque en caso de no haber ninguna mujer en la casa puede hacerlo un varón. Se acostumbra prender un mínimo de dos velas, aunque se llegan a prender más según diferentes costumbres.

Otras maneras de honrar el sabbat son comiendo y vistiendo de una manera agradable. Se suele comer pescado, así como carne en las comidas de sabbat y comida caliente (que se ha dejado calentando desde antes del sabbat según las leyes apropiadas). Se acostumbra comer tres comidas en sabbat (a diferencia de la costumbre de comer dos comidas al día en la antigüedad). Para cumplir con este precepto, se prepara una comida ligera llamada seuda shelishit (tercera comida) en hebreo o bien shalosh seudos en yidis —en las comidas de sabbat, se acostumbra cantar canciones tradicionales llamadas zemirot, así como canciones jasídicas—. Se suele usar ropa limpia en sabbat, y antiguamente se acostumbraba usar prendas blancas; hoy en día esto es inusual. Los varones jasidíes visten de manera especial, con un sombrero de piel llamado shtreimel y un saco largo de seda llamado bekishe. En algunas otras comunidades se usa vestimenta formal.

En el judaísmo conservador y reformista
En teoría, el judaísmo conservador difiere muy poco del ortodoxo en lo referente a la observancia del sabbat. Por muchos años, el movimiento conservador permitió, a diferencia de la ortodoxia, el viajar en automóvil para trasladarse a la sinagoga cuando la distancia era demasiado grande, aunque esta postura ya ha sido retractada.

El judaísmo conservador, en contraposición a los ortodoxos, autoriza el uso de luz eléctrica argumentado que no involucra fuego, lo que sí tiene cierto precedente en la Halajá. A su vez, el movimiento reformista reconoce la observancia del sabbat ortodoxo, solo que cada individuo puede decidir si seguirlo o no.

Importancia del sabbat
La práctica del sabbat es una de las más representativas costumbres judías. El sabbat, lejos de ser solo un día dedicado al rezo, es un día de descanso y, potencialmente, de enriquecimiento espiritual. El famoso escritor polaco Ajad Ha'am dijo: «Más que guardar Israel el sabbat, el sabbat ha guardado a Israel».

Con el correr del tiempo, la práctica y conservación del sabbat se hizo el símbolo para el cumplimiento de los preceptos del judaísmo. Durante la larga historia del pueblo judío, los judíos han enfatizado la observancia del sabbat. Aun así el sabbat se puede violar para salvar la vida, por lo que algunas acciones normalmente prohibidas se permiten a personal médico, servicios de seguridad y en ocasión de una emergencia.

El sabbat en el mundo no judíoTomando como base al judaísmo, se aceptó la idea de un día de descanso y observancia religiosa en las otras religiones monoteístas —el domingo en el caso del cristianismo y el viernes en el caso del islam—. Si bien el sabbat judío y el domingo cristiano mantienen cierta similitud, no es correcto pensar que son lo mismo. 

En español, sabbat puede entenderse como sinónimo del sábado; de hecho, el término proviene del latín sabbatum, y éste su vez del hebreo shabat. Para los adventistas del Séptimo Día y para el judeocristianismo, el sábado no ha dejado de ser el «día de reposo»:
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día e instituyó el sábado para todas las personas, como recordatorio de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia de este sábado del séptimo día como día de descanso, adoración y ministerio, en armonía con la enseñanza y práctica de Jesús, el señor del sábado.
Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día.

Es muy importante recordar que el cristianismo tiene su origen en el judaísmo. Jesús guardaba el sabbat aunque dándole una interpretación muy personal ya que «el Hijo del Hombre es señor del sábado» (Lucas 6:5) según la cual hacía y permitía algunos comportamientos que, en opinión de algunos rabinos, suponían una violación del sabbat (cfr. Lucas 6:1). El apóstol Pablo en el sabbat hablaba de Yashúah a sus compatriotas en las sinagogas para ganar discípulos para Yashúah. Además de hablar de Jesús en las sinagogas en el sabbat, había reuniones en otros días donde se presentaba la predicación del evangelio a los gentiles. De esto atestigua Hechos de los Apóstoles 20:7. Conforme a la ortodoxia hebrea, los gentiles cristianos no guardaban la Torá sino solo las leyes noájidas6 (Hechos cap 15), por lo que la observancia del sabbat al estilo judío les estaba prohibida en tanto no fueran prosélitos. Por esta razón, la observancia de un día de descanso fue paulatinamente reemplazada por la del domingo.

Con el tiempo, llegó a existir un gran cuerpo de legislación sobre el descanso dominical lado a lado con la eclesiástica: Comenzó con un edicto de Constantino, el primer emperador cristiano, quien prohibió a los jueces celebrar sesiones y a la gente trabajar en domingo; solo se hizo una excepción a favor de la agricultura. El violar la «ley del descanso dominical» era castigado por la legislación anglosajona en Inglaterra como otros crímenes y delitos menos graves.

El sabbat según Erich Fromm

El shabat es un día de alegría, porque ese día el individuo es plenamente él mismo. Por ello el Talmud llama al shabat la anticipación del tiempo mesiánico, y al tiempo mesiánico el shabat interminable: el día en que la propiedad, el dinero y la aflicción y la tristeza no tiene cabida; un día en que es abolido el tiempo, y solo domina el ser puro espiritual. Su predecesor histórico, el shapatu babilónico, fue un día de tristeza y de temor. El domingo moderno es un día lleno de consumo y de huir de sí mismo.

Continua en Fiestas Judías IV: La Luna Nueva I
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