Imagen del Papiro 87 (en la numeración Gregory-Aland), con un fragmento de los versículos 13-15 de la Epístola a Filemón. Data del año 250.
Primera epístola a Timoteo
La primera epístola a Timoteo es una carta pastoral del Nuevo Testamento que forma un grupo homogéneo con la Segunda epístola a Timoteo y la epístola a Tito. Su estilo y vocabulario son diferentes de los demás escritos paulinos por lo que la mayoría de los teólogos consideran que no fueron escritas por el apóstol Pablo o que no fue él mismo quien les dio su forma literaria, sino alguno de sus discípulos.
La primera carta o epístola a Timoteo tiene un enfoque ético, a partir del cual hace recomendaciones prácticas para la vida sana de la Iglesia y de sus integrantes. Además, expresa una preocupación por la palabrería y discusiones sin fin de falsos doctores que se apartan de las palabras de Jesucristo, "están cegados por el orgullo y no saben nada". La carta fundamentalmente es doctrina (enseñanza) de las prácticas cristianas. Existe a tal fin un capítulo (capítulo 3) entero sobre el orden eclesiástico de sus conductores y sus condiciones, refieriéndose a los obispos (capítulo 3, versículo 5) de la siguiente manera: pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?. Usa gobernar (PROISTEMI) para la casa del obispo y cuidar (EPIMELOMAI) para la iglesia, y esta palabra en griego es la misma que se usa para quien cuida amorosamente de un enfermo o herido como en la parábola del buen samaritano (cúidalo hasta mi regreso), mientras que para la palabra griega gobernar refiriéndose a su casa usa Proistemi que significa hacer cumplir las reglas.
El autor comenta el problema de la falsa ciencia. Por entonces había un grupo de cristianos muy importante, que estaba siendo llevado por la doctrina de los gnósticos.
Asimismo el capítulo 2 de esta epístola, a partir del versículo 9 condena a la mujer por haber sido la culpable del pecado original, considerándola inferior respecto al varón y colocándola en una posición de sumisión, al afirmar en el versículo 11 y 12 que "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio."
Fecha
La fecha de la carta es tema de discusión. Quienes creen que es de autoría paulina, opinan que fue escrita alrededor del año 61 d. C., posiblemente desde Roma donde Pablo habría salido recientemente de la llamada primera prisión en Roma. Por el contrario, quienes consideran que la carta no está escrita por Pablo, creen que fue escrita por algún discípulo suyo tras su muerte.
La carta es mencionada en escritos de Ignacio, Policarpo y Tertuliano en el siglo II.
Biografía de Timoteo
Se sabe que Timoteo fue discípulo de Pablo de Tarso y que era hijo de madre judía y padre griego (Hechos de los apóstoles capítulo 16:1). Originario de la ciudad de Listra, su madre se llamó Eunice y su abuela Loida (2 Timoteo 1:5). El vocablo Timoteo es una palabra griega que significa el que honra a Dios (timo Theus). Pablo le circuncidó, pues en aquella época había judíos celosos del rito y para que Timoteo fuese bien aceptado en esos círculos debió hacerlo (Hechos de los apóstoles 16:3). Acompañó a Pablo en sus viajes misioneros, existiendo relatos del año 49 d. C. donde se menciona. La importancia de la carta y el interés pastoral de Pablo de enseñarla a Timoteo era porque Timoteo representaba la primera generación de cristianos que no habían tenido relación directa con los hechos de Jesús. Timoteo habría conocido la fe de su madre y de su abuela (2 Timoteo 1:5) quienes por lo encontrado en la Segunda epístola a Timoteo habrían sido judeocristianas. Timoteo representaba a la generación que estaba pasando de la era apostólica a la no apostólica y de la judaica mesiánica a la universal. Timoteo se había convertido con el ministerio de Pablo, fue su compañero en los viajes misioneros, y llegó a ser pastor de la iglesia en Efeso. Pablo fue como su padre y mentor espiritual.
Timoteo
Timoteo, a quien el libro de los Hechos de los Apóstoles describe como un «discípulo», «hijo de una mujer judía creyente y de padre griego» (Hechos 16:1.), fue un cristiano del siglo I citado en numerosos pasajes del Nuevo Testamento, siempre asociado con la figura de Pablo de Tarso. Fue sin duda uno de los más fieles colaboradores del Apóstol, tanto en sus viajes misioneros en los que formó parte del equipo misional paulino, como también en calidad de portador de sus mensajes o de sus epístolas, o incluso comitente de alguna de sus cartas auténticas, tal el caso de la Epístola a Filemón. Mencionado 6 veces en los Hechos de los Apóstoles, 17 veces en las epístolas paulinas, y 1 vez en la Epístola a los hebreos, 2 Timoteo tuvo sin dudas una marcada importancia histórica a los ojos del apóstol Pablo, quien llegó a considerarlo casi como un alter ego, como se infiere del gran elogio que traza de él en su Epístola a los filipenses, su comunidad dilecta:
Espero en el Señor Jesús poder enviaros pronto a Timoteo, para quedar también yo animado con vuestras noticias. Pues a nadie tengo de tan iguales sentimientos que se preocupe sinceramente de vuestros intereses [...] Vosotros conocéis su probada virtud, pues como un hijo junto a su padre ha servido conmigo en favor del Evangelio. Pablo de Tarso, Epístola a los filipenses 2:19-22
Más aún, el hecho de que Timoteo haya sido destinatario de dos escritos neotestamentarios, la Primera y la Segunda epístola a Timoteo escritas por Pablo o por autores que recurren a la autoridad de la tradición paulina (si se tratara de escritos pseudoepigráficos), muestra la importancia que Timoteo tuvo como pastor en el siglo I.
Según la Historia Ecclesiae (3 ,4) de Eusebio de Cesarea, Timoteo fue constituido obispo de Éfeso por el propio Pablo. Se lo venera como santo en la Iglesia católica, en la Iglesia copta y en la Iglesia ortodoxa. La información que se tiene sobre él proviene mayormente de la Biblia.
Hipótesis
Richard G. Fellows sostuvo que Timoteo y Tito (otro discípulo de Pablo) fueron en realidad la misma persona, tratada en el segundo caso con un nombre informal. La mayoría de los especialistas paulinos desestiman esta hipótesis al considerar a Timoteo y Tito como dos personas distintas, en consonancia con el pasaje la Segunda epístola a Timoteo que, teniendo a Timoteo por destinatario, menciona que Tito se ha marchado a Dalmacia (2 Timoteo 4:9-10)
Segunda epístola a Timoteo
La Segunda epístola a Timoteo forma parte de las cartas pastorales del Nuevo Testamento de la Biblia, junto con la Primera epístola a Timoteo y la Epístola a Tito
En ella Pablo, de forma dramática dice: "a mí ya me sacrifican, y el tiempo de mi partida está cercano". Al borde de ser ejecutado por su fe, el autor declara que de Dios "no se recibe un espíritu de temor o cobardía, sino de fortaleza, de amor y sobriedad". Tras afirmar que "todos" los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecuciones, desea a sus enemigos que "la conversión les haga conocer plenamente la verdad y se liberen del lazo del diablo".
Advierte sobre los egoístas, avaros, fanfarrones y otros que son "más amantes de placeres que de Dios y tienen apariencia de piedad pero niegan su eficacia".
Dudas de Timoteo
La resurrección gnóstica
2 Timoteo 2:16-18
16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.
Es evidente que el escritor de 2 Timoteo, hablaba en contra de los gnósticos de esa época ya que en otro versículo advierte sobre la falsa ciencia (gnosis o conocimiento). Teniendo claro ese detalle vemos aquí algo sorprendente. ¿Que resurrección enseñaban los gnósticos?, ¿la espiritual o la física?, resulta obvio que alguien que se haya tomado un poquito de trabajo de investigar a los antiguos gnósticos (nada que ver con los actuales), se daría inmediatamente cuenta que los gnósticos, de los primeros siglos enseñaban la resurrección espiritual, el conocimiento interior, es mas ellos desechaban todo lo carnal o físico, pensaban al igual que Pablo que el problema del ser humano estaba en la carne o cuerpo, motivo por el cual seria insólito pensar que Hemineo y Fileto, enseñaran que ya había ocurrido una resurrección física, ellos como maestros gnósticos enseñaban la resurrección del espíritu. Y Pablo enseñaba lo mismo. Esto lo vemos en:
Efesios 2:5-6
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
¿Quién es el Pablo auténtico? ¿el que enseña que la 1 resurrección (la espiritual YA HA ACONTECIDO) ¿o el Pablo que en 2 Timoteo ataca duramente a los maestros gnosticos Himineo y Fileto por enseñar lo mismo y a todo lo que huele a gnóstico?, ¿quien es el Pablo autentico? ¿aquel que enseñaba que fue "Abducido" al tercer cielo, clara enseñanza gnostica, que no seria entendida por una persona de esa época pero si por un iniciado gnostico, el mismo Pablo dice que no sabe como subio al tercer cielo, si en cuerpo o en espíritu, dando a entender que subió en espíritu, el mismo Pablo enseña en innumerables versículos cosas gnósticas: 1 Corintios 13:12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
El mismo Pablo enseña que todo lo carnal o terrenal ES ADVERSARIO O SATANÁS DE DIOS, al igual que los gnósticos, el mismo Pablo enseña una resurrección ESPIRITUAL, como los GNÓSTICOS, ¿y entonces? porque en Timoteo LOS ATACA.
La solución seria que TIMOTEO NO FUE ESCRITO POR PABLO. Los estudiosos de hoy opinan que muchas de las epístolas atribuidas a Pablo no son de Pablo. De las trece epístolas que contiene el Nuevo Testamento, sólo siete se aceptan hoy como auténticas en su mayor parte.
Como mencionamos antes, la opinión general es que las epístolas a Timoteo y a Tito, las llamadas «pastorales», no son de Pablo. Estudios realizados con ordenadores han confirmado de forma indudable que el autor de las pastorales no es el de las epístolas a los Galatas, los Romanos y los Corintios, que se consideran escritas realmente por Pablo.
En la colección más antigua de epístolas atribuidas a Pablo no están las pastorales. De hecho, ni siquiera oímos hablar de las pastorales hasta Ireneo de Lyon (c. 190). No aparecen como parte del canon cristiano hasta después de esta fecha. Ni tan siquiera Eusebio, el gran propagandista ortodoxo, las incluye en su Biblia, (c. 325).
Este detalle es importante, toda vez que sólo en las pastorales se muestra Pablo contrario a los gnósticos. A diferencia de las epístolas paulinas auténticas, las pastorales presentan a Pablo como organizador de la Iglesia, puntal de su disciplina y enemigo inquebrantable de todos los herejes. Condena los mitos gnósticos como «fábulas profanas y cuentos de viejas» y recomienda a sus seguidores que no presten «su atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios». Obviamente, a finales del siglo I la imagen de Pablo como maestro gnóstico ya era una amenaza suficiente para que alguien sintiese la necesidad de responder a ella creando un Pablo indiscutiblemente literalista.
Este Pablo es creado para dar consejos específicos: «Guarda el propósito de la fe. Evitando las palabrerías profanas, y también las objeciones de la falsa ciencia; algunos que la profesaban se han apartado de la fe». También nos lo muestran autoritario cuando impone el poder de la jerarquía de la Iglesia, y escribe: «A los culpables, reprende los delante de todos, para que los demás cobren temor». Ataca en particular a «Himeneo y Fileto», dos maestros gnósticos que «se han desviado de la verdad» y enseñan la doctrina gnóstica afirmando «que la resurrección ya ha sucedido»; ¡Aunque en sus epístolas auténticas Pablo afirma que él mismo ya ha «resucitado», y que todo creyente también como así esta declarado en Efesios 2:5-6.
Ya hemos visto que Timoteo NO FUE ESCRITO POR PABLO Y QUE ENCIMA CONTRADICE LAS ENSEÑANZAS DE ESTE, aparte Timoteo minimiza la acción de la mujer en una clara expresión machista del escritor de Timoteo , aquí en este escrito lo veremos mas claro.
Entre las cartas auténticas de Pablo están 1 Tesalonicenses, Gálatas, Filipenses, 1 y 2 de Corintios, Romanos y Filemón. Las cartas de la cautividad (Colosenses, Efesios y quizás 2 Tesalonicenses), parece que no proceden del mismo Pablo, sino de su círculo, las podemos llamar "postpaulinas". Las cartas pastorales (1 y 2 Timoteo y Tito), reflejan un momento posterior y más institucionalizado de la Iglesia, se suelen llamar "deuteropaulinas". Las cartas postpaulinas, deuteropaulinas y 1 Pedro reflejan en parte la imagen del matrimonio y la familia que tenía aquella cultura ambiental. Sus autores pretenden realizar un difícil equilibrio entre la cultura ambiental y el mensaje de Jesús.
Actividad pastoral de la mujer en las primeras comunidades Las mujeres desempeñaron en las primeras comunidades cristianas algunas actividades importantes en el anuncio y en la práctica de la fe. Son muchas las mujeres que, en lenguaje paulino, "trabajaron duro" por el Señor (Romanos 16:12).
Los Hechos de los Apóstoles nos hablan de Lidia (Hechos 16:14-15), negociante de púrpura, la primera convertida en Filipo, muy activa en la comunidad. Mencionan también a Dámaris, (17:34), a algunas profetisas (21:9), y a unas que confeccionan ropa para los pobres (9:36-37).
Pablo revela a través de sus cartas que diversas mujeres participan activamente en el movimiento cristiano, al mismo nivel que los varones, y ejercen funciones misioneras, de enseñanza y de liderazgo de las comunidades. Conocemos a Ninfa que, junto con Filemón y Arquipo, eran líderes de una iglesia en su casa (Colosenses 4:15). Evodia y Síntique son dos mujeres importantes en la actividad pastoral de Filipo. Pablo les pide que se pongan de acuerdo, puesto que "lucharon conmigo al servicio del Evangelio" (Filipenses 4:2-3). Priscila, con su marido Aquila, son los jefes de una iglesia en Efeso primero (1 Corintios 16:19) y en Roma después (Romanos 16:3-5). Este matrimonio precedió a Pablo en la tarea misionera y colaboró con él en diversas partes, pero nunca estuvo subordinado a él. Se les menciona siete veces y en cuatro ocasiones se nombra primero a la mujer. Además, Priscila siempre es nombrada por su nombre y no por el de su marido, señal de que era muy conocida en su actividad pastoral. Era mujer instruida, pues intervino en la enseñanza cristiana de Apolo, que era un hombre muy culto (Hechos 18:26).
En Romanos, Pablo saluda a María, Trifena, Trifosa y Perside, de las que dice que "han trabajado mucho en el Señor" (Romanos 16:6, 12). Saluda a la madre de Rufo, "que ha sido para mí como una segunda madre" (Romanos 16:13). De una mujer, Junías, junto con su marido Andrónico, dice Pablo que "son compañeros de cárcel, apóstoles notables y se entregaron a Cristo antes que yo" (Romanos 16:7). Saluda a otras dos parejas, Folólogo y Julia, Nereo y su hermana, que seguramente son también misioneros (Romanos 16:15).
Especial mención merece Febe, que probablemente es la portadora de la carta a los Romanos; de ella Pablo dice que es "diaconisa de la Iglesia de Cencrea", y pide que la ayuden "en todo lo que sea necesario, puesto que ella ayudó a muchos y entre ellos a mí", dice él. En el sentido paulino, el diácono era responsable de una Iglesia, con el oficio de misionar y enseñar. Por Pablo sabemos también que diversos apóstoles y el mismo Cefas misionaban acompañados de "alguna mujer hermana" (1 Corintios 9:5). O sea, que en tiempo de Pablo diversas mujeres aparecen colaborando con él en la enseñanza, como misioneras itinerantes o responsables de una Iglesia, como apóstoles y diáconos. Y Pablo las estima y se alegra de ello. Tanto es así, que hoy día hay quienes designan a Pablo como promotor de la actividad pastoral de la mujer.
Igualdad de la mujer
El movimiento de Jesús había producido una verdadera revolución en lo referente a la dignificación de la mujer. Pablo nos trasmite la gran proclama de este movimiento misionero, anterior a él: "Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre quien es esclavo y quien es hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús" (Gálatas 3:2). Es ésta una magnífica expresión del entusiasmo de entrada en una nueva forma de existencia, tan distinta a la de la sociedad reinante. Muchas mujeres entraron entusiasmadas en el cristianismo, pues en él encontraban posibilidades de participación y protagonismo, que les eran negadas en la sociedad en general.
Algunos textos de Pablo han sido interpretados como menospreciadores de la mujer y, por consiguiente, contrarios a su igualdad con el varón. Veamos algunos casos, generalmente mal interpretados por no considerarlos dentro del contexto histórico y, además, por verlos desde la perspectiva de los textos deuteropaulinos.
1. Ciertamente él alguna vez aconseja a las jóvenes que no se casen (1 Corintios 7:32-34). Pero este consejo hay que situarlo en su contexto histórico. En primer lugar, en aquel ambiente tan machista, a veces era la única forma de poder servir al Señor en las comunidades. Se trata de un consejo de sentido común. Pero además debemos saber que se trataba de un consejo subversivo según el orden reinante en Roma. El emperador Augusto había dado un decreto por el que imponía sanciones y fuertes impuestos a los solteros; y a las viudas sólo se les permitía permanecer en su estado si habían cumplido más de cincuenta años. Más tarde, Domiciano reforzaría aún más esta legislación. El consejo de Pablo era un desafío a las leyes y a los valores culturales dominantes, pues se dirigía especialmente a personas de los centros urbanos del imperio.
Pero Pablo no sólo afirma las ventajas del celibato. También defiende el matrimonio en contra de las tendencias ascéticas que lo negaban. El énfasis con que subraya la reciprocidad y la igualdad de las relaciones entre los sexos es notable y no encuentra parangón ni en la sociedad judía ni en la pagana de su tiempo (ver 1 Corintios 7:3-5, 10-11). En esto Pablo recoge fielmente la tradición de Jesús. Y, por cierto, nunca pone la unión matrimonial en función de la procreación. Pablo hace aún más.
Defiende la estabilidad del matrimonio incluso cuando uno de los cónyuges se hace cristiano y el otro no (1 Corintios 7:12-13), a pesar de que el judaísmo, en este caso, consideraba roto el vínculo.
2. En cuanto al problema del velo de las mujeres, ciertamente se trata de un texto enrevesado y ambiguo (1 Corintios 11:2-16), pero se encuentran en él aportes interesantes. El primer dato es la constatación del hecho de que algunas mujeres oraban y profetizaban en el culto como dirigentes (1 Corintios 11, 5). El problema está en si deben hacerlo con la cabeza descubierta o no. Pues las mujeres corintias expresaban su conciencia de igualdad y libertad actuando públicamente sin velo. Así rompían la costumbre de entonces y con ello producían grave escándalo entre los cristianos no instruidos y entre los paganos. Ante esto Pablo quiere que se respeten las conciencias más débiles, como acababa de decir en la misma carta, en el capítulo 8, refiriéndose al hecho de que algunos cristianos comían carne sacrificada a los ídolos. El principio que da entonces, vale también para lo del velo: "Es cierto que somos libres, pero cuídense que esa misma libertad no haga caer a los débiles" (1 Corintios 8:9). En el caso del velo, comienza usando un argumento sacado de la cultura y la filosofía ambiental: la subordinación de la mujer al hombre; pero enseguida se corrige afirmando que "bien es verdad que en el Señor no se puede hablar del varón sin la mujer, ni de la mujer sin el varón. Pues si Dios ha formado del hombre a la mujer, el hombre nace de la mujer, y ambos vienen de Dios" (1 Corintios 11:11-12). En toda esta sección de la carta (caps. 11-14) habla Pablo de la "edificación de la comunidad". En ella reconoce la igualdad de los dos sexos y admite las funciones dirigentes de las mujeres en las asambleas, pero les pide por prudencia que no hagan ostentación de su libertad con un comportamiento externo que planteaba graves problemas a la evangelización.
Las cartas paulinas posteriores a Pablo
El pensamiento de Pablo es desarrollado después de él en una línea en la que cada vez predomina más el punto de vista masculino machista. En las cartas a los Colosenses y a los Efesios y en la 1 de Pedro encontramos los famosos "códigos domésticos" que, en sustancia, legitiman la estructura patriarcal de la familia y el puesto del padre como señor absoluto (Colosenses 3:18 - 4,1; Efesios 5:21 - 6:9; 1 Pedro 2:18 - 3:7; 5:1-5). Y se exige la sumisión de la mujer a su marido (1 Pedro 3:1; Tit 2:,5).
Más tarde, en las cartas pastorales, el proceso de institucionalización está bastante avanzado y, lógicamente también, el de patriarcalización. Ahora la mujer debe oír en silencio; ya no puede enseñar (1 Timoteo 2:11-12), LO QUE SE OPONE A LA COSTUMBRE DE PABLO, Y la justificación que da el autor es ciertamente, DESPRECIATIVA (1 Timoteo 2:13-14). El Pablo auténtico no veía nunca a la mujer ni como tentación para el hombre ni como responsable del primer pecado (Romanos 5:12-19). El autor de 1 Timoteo acaba restringiendo el papel de la mujer a la mera maternidad (1 Timoteo 2:15), cosa que PABLO en 1 corintios NUNCA MENCIONA.
En estas cartas deuteropaulinas la legitimación del orden patriarcal va acompañada de la aceptación del orden político del imperio (1 Timoteo 2:1-2; Tito 3:1). El modelo de la casa patriarcal sirve para configurar la vida y las relaciones internas de la comunidad cristiana. Por eso se pide que se elija como obispo a un padre de familia probado y de buena casa (1 Timoteo 3:2-7; Tito 1:7-9).
Al hablar del problema de las viudas (1 Timoteo 5:2-16) se habla de ellas con cierta rudeza y se quiere reducir su número. A las jóvenes se les ordena casarse. Y sólo se puede aceptar oficialmente a las viudas después de haber cumplido sesenta años y haber dado muestras de vivir los valores de la sociedad patriarcal (1 Timoteo 5:9-10). En 1 Timoteo 2:12 el autor dice de forma contundente: "A la mujer no le consiento enseñar ni imponerse a los hombres; le corresponde estar quieta, porque Dios formó primero a Adán y luego a Eva. Además, a Adán no lo engañaron; fue la mujer quien se dejó engañar y cometió el pecado".
ESTE TIPO DE ARGUMENTACIÓN CONTRARIA A LA DE PABLO, se repetirá continuamente en ambientes eclesiásticos, incluso hasta nuestros días. Pero en aquel tiempo, hasta este texto tan duro tenía su explicación. El autor de tamaña prohibición se está refiriendo a un grupo de señoras ricas de Efeso, recién convertidas, que opinaban y discutían de todo, como si fueran grandes doctoras, con lo que creaban serios problemas en su comunidad. Por eso se les pide seriamente que sean más modestas y se pongan a aprender con humildad.
Como resumen, podemos decir que en las cartas posteriores a Pablo (ENTRE LAS QUE ESTAN LAS DE TIMOTEO) SUS AUTORES SE DEJARON INFLUENCIAR POR LA CULTURA DE SU TIEMPO Y ENSEÑARON COSAS CONTRARIAS A LAS QUE REALMENTE ENSEÑABA PABLO. Nos encontramos constantemente con dos datos en tensión: el dato dignificante y liberador propio de Jesús y el dato discriminatorio de aquel ambiente cultural. Por un lado asumen la novedad introducida por Jesús en relación con la igualdad de la mujer; por otro, no consiguen hacer valer esa novedad en su cultura y sigue pensando en la sumisión de la mujer. Mantienen una ambiguedad entre el elemento cultural y el que procede de Jesús.
Referente a los que dicen de que en la biblia no esta todo y hay algo que no debiera estar (como por ejemplo las cartas machistas y anti resurrección del espíritu de Timoteo), asi debe ser. Resulta increíble que en el canon bíblico no estén las cartas HISTÓRICAS DE LOS MACABEOS, una verdadera fuente de riqueza histórica y que sin embargo estén las cartas de Timoteo,escritas tiempo después de los escritos de Pablo y que contradicen a este.
Las epístolas fraudulentas de Timoteo son el principal argumento que esgrimen los machistas a fin de desacreditar a las mujeres y hacerlas inferior a los hombres, estas epístolas en donde se denigra a la mujer y se la minimiza fueron en realidad escritas por personas contrarias a Pablo, en el cual veían un peligroso contrincante que no solo decía que la ley había sido abolida y clavada en la cruz,de que el y los cristianos ya estábamos resucitados y sentados en lugares celestiales,sino que también igualaba al hombre y a la mujer diciendo que ya no hay varón ni hembra ni judío ni griego. Pablo se estaba transformando en una amenaza popular. Pablo según los hebreos era un apostata de la fe hebrea, y encima daba igual lugar a la mujer, motivo por el cual se escribió Timoteo a fin de dejar a la mujer en un muy bajo lugar, en una actitud machista y anticristiana.
En Efesios 5,22-24 dice que la mujer debe estar sometida a su esposo como lo está al Señor, ya que el esposo es la cabeza de la mujer como Jesús lo es de la Iglesia" ¿ Tampoco Efesios Es Inspierado Ni Escrito Por Pablo apóstol ?
EN 1 Corintios, capítulo 11, versículo 3, Pablo vuelve a repetir más o menos lo mismo sobre que el hombre manda sobre la mujer como Jesús manda sobre el hombre. spyrebel ¿ Tampoco los Corintios son de Pablo y tampoco son inspirados?
Tampoco Timoteo es tan machista exacerbado, en el capitulo 5 v. 8 dice que el hombre debe atender a la familia y si no lo hace es peor que uno que repudia la fe o que no tenga fe, por lo que a la mujer no se le degrada pues tiene que estar bien atendida si se quiere ser un buen cristiano.
Siguiendo esta línea, me dirás que los libro de 1a y 2a de Pedro tampoco son ni de Pedro ni inspirados, puesto que Pedro en 1ªde Pedro 3,7 afirma que la mujer es el vaso debil. ¿tampoco los libros de Pedro son de Pedro o no son Inspirados? !!
Para el creyente es importante saber si un evangelio o libro de la bíblia es realmente de un escritor que demostró tener fe en Jesús, puesto que si no , lo que leyera no podría ser inspirado. Así si se demuestra que Timoteo no es de Pablo, pues no puede ser inspirado, porque a Pablo si se le supone guiado por el Espiritu Santo al ser elegido apostol.
Hasta Josefo, que sabía de otros libros no canónicos, da el número exacto de cuales eran los libros sagrados para los Hebreos: 22 libros, que se transforman en 39 en la versión moderna. Para los judios, sólo son canónicos aquellos escritos mientras había una clara identificación en la sucesión de los profetas, y cuando se escriben los MACABEOS, esa sucesión ya no se conoce con exactitud y por ello no los incluyen ni los mismos hebreos. El hecho que en las versiones antiguas de la Septuaginta se incluyeran, no es ninguna prueba feaciente, puesto que ni están en todas ni se conserva ningún original de las que lo incluyen para certificarlo. Y el motivo no es otro que cuando se escribieron las primeras septuagintas no existian la mayoria de los apócrifos. En contra de su canonización está el hecho de que algunas versiones de los judios "de habla griega" de Alejandría si que los incluían, pero nunca los judíos de palestina los incluyeron. Como es feaciente que el concilio judio de Jamnia (+-90 a.C.) los rechazo como "de origen divino" y no los incluyó en el canon.
Luego tenemos la mayor de las pruebas: NINGÚN ESCRITOR DEL NUEVO TESTAMENTO LOS CITA, así como si lo hacen de casi todo los canónicos, "casualmente" no citan ni a los MACABEOS ni ningún otro apócrifo del Antiguo Testamento, para mi, eso es concluyente.
En los posteriores "Padres de la Iglesia" como Orígenes, Atanasio, Cirilo de Jerusalén, Gregorio Nacianceno y Anfíloco los ponían como libros de segundo orden o los ignoraban directamente. Luego está el que escribió la VULGATA, Jerónimo, que no los incluyo tampoco. Siendo Jerónimo el primero que los llamó "apócrifos".
Agustín era partidario de incluirlos, pero finalmente dijo que era muy diferentes al canon hebreo y por ello en su canon tampoco aparece. El mismo libro es prueba de que no es "inspirado":
a) Los MACABEOS se dividen en dos libros, si se compara uno con el otro se ve que no pudo ser el mismo autor el escritor de ambos.
Primera epístola a Timoteo
La primera epístola a Timoteo es una carta pastoral del Nuevo Testamento que forma un grupo homogéneo con la Segunda epístola a Timoteo y la epístola a Tito. Su estilo y vocabulario son diferentes de los demás escritos paulinos por lo que la mayoría de los teólogos consideran que no fueron escritas por el apóstol Pablo o que no fue él mismo quien les dio su forma literaria, sino alguno de sus discípulos.
La primera carta o epístola a Timoteo tiene un enfoque ético, a partir del cual hace recomendaciones prácticas para la vida sana de la Iglesia y de sus integrantes. Además, expresa una preocupación por la palabrería y discusiones sin fin de falsos doctores que se apartan de las palabras de Jesucristo, "están cegados por el orgullo y no saben nada". La carta fundamentalmente es doctrina (enseñanza) de las prácticas cristianas. Existe a tal fin un capítulo (capítulo 3) entero sobre el orden eclesiástico de sus conductores y sus condiciones, refieriéndose a los obispos (capítulo 3, versículo 5) de la siguiente manera: pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?. Usa gobernar (PROISTEMI) para la casa del obispo y cuidar (EPIMELOMAI) para la iglesia, y esta palabra en griego es la misma que se usa para quien cuida amorosamente de un enfermo o herido como en la parábola del buen samaritano (cúidalo hasta mi regreso), mientras que para la palabra griega gobernar refiriéndose a su casa usa Proistemi que significa hacer cumplir las reglas.
El autor comenta el problema de la falsa ciencia. Por entonces había un grupo de cristianos muy importante, que estaba siendo llevado por la doctrina de los gnósticos.
Asimismo el capítulo 2 de esta epístola, a partir del versículo 9 condena a la mujer por haber sido la culpable del pecado original, considerándola inferior respecto al varón y colocándola en una posición de sumisión, al afirmar en el versículo 11 y 12 que "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio."
Fecha
La fecha de la carta es tema de discusión. Quienes creen que es de autoría paulina, opinan que fue escrita alrededor del año 61 d. C., posiblemente desde Roma donde Pablo habría salido recientemente de la llamada primera prisión en Roma. Por el contrario, quienes consideran que la carta no está escrita por Pablo, creen que fue escrita por algún discípulo suyo tras su muerte.
La carta es mencionada en escritos de Ignacio, Policarpo y Tertuliano en el siglo II.
Biografía de Timoteo
Se sabe que Timoteo fue discípulo de Pablo de Tarso y que era hijo de madre judía y padre griego (Hechos de los apóstoles capítulo 16:1). Originario de la ciudad de Listra, su madre se llamó Eunice y su abuela Loida (2 Timoteo 1:5). El vocablo Timoteo es una palabra griega que significa el que honra a Dios (timo Theus). Pablo le circuncidó, pues en aquella época había judíos celosos del rito y para que Timoteo fuese bien aceptado en esos círculos debió hacerlo (Hechos de los apóstoles 16:3). Acompañó a Pablo en sus viajes misioneros, existiendo relatos del año 49 d. C. donde se menciona. La importancia de la carta y el interés pastoral de Pablo de enseñarla a Timoteo era porque Timoteo representaba la primera generación de cristianos que no habían tenido relación directa con los hechos de Jesús. Timoteo habría conocido la fe de su madre y de su abuela (2 Timoteo 1:5) quienes por lo encontrado en la Segunda epístola a Timoteo habrían sido judeocristianas. Timoteo representaba a la generación que estaba pasando de la era apostólica a la no apostólica y de la judaica mesiánica a la universal. Timoteo se había convertido con el ministerio de Pablo, fue su compañero en los viajes misioneros, y llegó a ser pastor de la iglesia en Efeso. Pablo fue como su padre y mentor espiritual.
Timoteo
Timoteo, a quien el libro de los Hechos de los Apóstoles describe como un «discípulo», «hijo de una mujer judía creyente y de padre griego» (Hechos 16:1.), fue un cristiano del siglo I citado en numerosos pasajes del Nuevo Testamento, siempre asociado con la figura de Pablo de Tarso. Fue sin duda uno de los más fieles colaboradores del Apóstol, tanto en sus viajes misioneros en los que formó parte del equipo misional paulino, como también en calidad de portador de sus mensajes o de sus epístolas, o incluso comitente de alguna de sus cartas auténticas, tal el caso de la Epístola a Filemón. Mencionado 6 veces en los Hechos de los Apóstoles, 17 veces en las epístolas paulinas, y 1 vez en la Epístola a los hebreos, 2 Timoteo tuvo sin dudas una marcada importancia histórica a los ojos del apóstol Pablo, quien llegó a considerarlo casi como un alter ego, como se infiere del gran elogio que traza de él en su Epístola a los filipenses, su comunidad dilecta:
Espero en el Señor Jesús poder enviaros pronto a Timoteo, para quedar también yo animado con vuestras noticias. Pues a nadie tengo de tan iguales sentimientos que se preocupe sinceramente de vuestros intereses [...] Vosotros conocéis su probada virtud, pues como un hijo junto a su padre ha servido conmigo en favor del Evangelio. Pablo de Tarso, Epístola a los filipenses 2:19-22
Más aún, el hecho de que Timoteo haya sido destinatario de dos escritos neotestamentarios, la Primera y la Segunda epístola a Timoteo escritas por Pablo o por autores que recurren a la autoridad de la tradición paulina (si se tratara de escritos pseudoepigráficos), muestra la importancia que Timoteo tuvo como pastor en el siglo I.
Según la Historia Ecclesiae (3 ,4) de Eusebio de Cesarea, Timoteo fue constituido obispo de Éfeso por el propio Pablo. Se lo venera como santo en la Iglesia católica, en la Iglesia copta y en la Iglesia ortodoxa. La información que se tiene sobre él proviene mayormente de la Biblia.
Hipótesis
Richard G. Fellows sostuvo que Timoteo y Tito (otro discípulo de Pablo) fueron en realidad la misma persona, tratada en el segundo caso con un nombre informal. La mayoría de los especialistas paulinos desestiman esta hipótesis al considerar a Timoteo y Tito como dos personas distintas, en consonancia con el pasaje la Segunda epístola a Timoteo que, teniendo a Timoteo por destinatario, menciona que Tito se ha marchado a Dalmacia (2 Timoteo 4:9-10)
Segunda epístola a Timoteo
La Segunda epístola a Timoteo forma parte de las cartas pastorales del Nuevo Testamento de la Biblia, junto con la Primera epístola a Timoteo y la Epístola a Tito
En ella Pablo, de forma dramática dice: "a mí ya me sacrifican, y el tiempo de mi partida está cercano". Al borde de ser ejecutado por su fe, el autor declara que de Dios "no se recibe un espíritu de temor o cobardía, sino de fortaleza, de amor y sobriedad". Tras afirmar que "todos" los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecuciones, desea a sus enemigos que "la conversión les haga conocer plenamente la verdad y se liberen del lazo del diablo".
Advierte sobre los egoístas, avaros, fanfarrones y otros que son "más amantes de placeres que de Dios y tienen apariencia de piedad pero niegan su eficacia".
Dudas de Timoteo
La resurrección gnóstica
2 Timoteo 2:16-18
16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.
Es evidente que el escritor de 2 Timoteo, hablaba en contra de los gnósticos de esa época ya que en otro versículo advierte sobre la falsa ciencia (gnosis o conocimiento). Teniendo claro ese detalle vemos aquí algo sorprendente. ¿Que resurrección enseñaban los gnósticos?, ¿la espiritual o la física?, resulta obvio que alguien que se haya tomado un poquito de trabajo de investigar a los antiguos gnósticos (nada que ver con los actuales), se daría inmediatamente cuenta que los gnósticos, de los primeros siglos enseñaban la resurrección espiritual, el conocimiento interior, es mas ellos desechaban todo lo carnal o físico, pensaban al igual que Pablo que el problema del ser humano estaba en la carne o cuerpo, motivo por el cual seria insólito pensar que Hemineo y Fileto, enseñaran que ya había ocurrido una resurrección física, ellos como maestros gnósticos enseñaban la resurrección del espíritu. Y Pablo enseñaba lo mismo. Esto lo vemos en:
Efesios 2:5-6
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
¿Quién es el Pablo auténtico? ¿el que enseña que la 1 resurrección (la espiritual YA HA ACONTECIDO) ¿o el Pablo que en 2 Timoteo ataca duramente a los maestros gnosticos Himineo y Fileto por enseñar lo mismo y a todo lo que huele a gnóstico?, ¿quien es el Pablo autentico? ¿aquel que enseñaba que fue "Abducido" al tercer cielo, clara enseñanza gnostica, que no seria entendida por una persona de esa época pero si por un iniciado gnostico, el mismo Pablo dice que no sabe como subio al tercer cielo, si en cuerpo o en espíritu, dando a entender que subió en espíritu, el mismo Pablo enseña en innumerables versículos cosas gnósticas: 1 Corintios 13:12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
El mismo Pablo enseña que todo lo carnal o terrenal ES ADVERSARIO O SATANÁS DE DIOS, al igual que los gnósticos, el mismo Pablo enseña una resurrección ESPIRITUAL, como los GNÓSTICOS, ¿y entonces? porque en Timoteo LOS ATACA.
La solución seria que TIMOTEO NO FUE ESCRITO POR PABLO. Los estudiosos de hoy opinan que muchas de las epístolas atribuidas a Pablo no son de Pablo. De las trece epístolas que contiene el Nuevo Testamento, sólo siete se aceptan hoy como auténticas en su mayor parte.
Como mencionamos antes, la opinión general es que las epístolas a Timoteo y a Tito, las llamadas «pastorales», no son de Pablo. Estudios realizados con ordenadores han confirmado de forma indudable que el autor de las pastorales no es el de las epístolas a los Galatas, los Romanos y los Corintios, que se consideran escritas realmente por Pablo.
En la colección más antigua de epístolas atribuidas a Pablo no están las pastorales. De hecho, ni siquiera oímos hablar de las pastorales hasta Ireneo de Lyon (c. 190). No aparecen como parte del canon cristiano hasta después de esta fecha. Ni tan siquiera Eusebio, el gran propagandista ortodoxo, las incluye en su Biblia, (c. 325).
Este detalle es importante, toda vez que sólo en las pastorales se muestra Pablo contrario a los gnósticos. A diferencia de las epístolas paulinas auténticas, las pastorales presentan a Pablo como organizador de la Iglesia, puntal de su disciplina y enemigo inquebrantable de todos los herejes. Condena los mitos gnósticos como «fábulas profanas y cuentos de viejas» y recomienda a sus seguidores que no presten «su atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios». Obviamente, a finales del siglo I la imagen de Pablo como maestro gnóstico ya era una amenaza suficiente para que alguien sintiese la necesidad de responder a ella creando un Pablo indiscutiblemente literalista.
Este Pablo es creado para dar consejos específicos: «Guarda el propósito de la fe. Evitando las palabrerías profanas, y también las objeciones de la falsa ciencia; algunos que la profesaban se han apartado de la fe». También nos lo muestran autoritario cuando impone el poder de la jerarquía de la Iglesia, y escribe: «A los culpables, reprende los delante de todos, para que los demás cobren temor». Ataca en particular a «Himeneo y Fileto», dos maestros gnósticos que «se han desviado de la verdad» y enseñan la doctrina gnóstica afirmando «que la resurrección ya ha sucedido»; ¡Aunque en sus epístolas auténticas Pablo afirma que él mismo ya ha «resucitado», y que todo creyente también como así esta declarado en Efesios 2:5-6.
Ya hemos visto que Timoteo NO FUE ESCRITO POR PABLO Y QUE ENCIMA CONTRADICE LAS ENSEÑANZAS DE ESTE, aparte Timoteo minimiza la acción de la mujer en una clara expresión machista del escritor de Timoteo , aquí en este escrito lo veremos mas claro.
Entre las cartas auténticas de Pablo están 1 Tesalonicenses, Gálatas, Filipenses, 1 y 2 de Corintios, Romanos y Filemón. Las cartas de la cautividad (Colosenses, Efesios y quizás 2 Tesalonicenses), parece que no proceden del mismo Pablo, sino de su círculo, las podemos llamar "postpaulinas". Las cartas pastorales (1 y 2 Timoteo y Tito), reflejan un momento posterior y más institucionalizado de la Iglesia, se suelen llamar "deuteropaulinas". Las cartas postpaulinas, deuteropaulinas y 1 Pedro reflejan en parte la imagen del matrimonio y la familia que tenía aquella cultura ambiental. Sus autores pretenden realizar un difícil equilibrio entre la cultura ambiental y el mensaje de Jesús.
Actividad pastoral de la mujer en las primeras comunidades Las mujeres desempeñaron en las primeras comunidades cristianas algunas actividades importantes en el anuncio y en la práctica de la fe. Son muchas las mujeres que, en lenguaje paulino, "trabajaron duro" por el Señor (Romanos 16:12).
Los Hechos de los Apóstoles nos hablan de Lidia (Hechos 16:14-15), negociante de púrpura, la primera convertida en Filipo, muy activa en la comunidad. Mencionan también a Dámaris, (17:34), a algunas profetisas (21:9), y a unas que confeccionan ropa para los pobres (9:36-37).
Pablo revela a través de sus cartas que diversas mujeres participan activamente en el movimiento cristiano, al mismo nivel que los varones, y ejercen funciones misioneras, de enseñanza y de liderazgo de las comunidades. Conocemos a Ninfa que, junto con Filemón y Arquipo, eran líderes de una iglesia en su casa (Colosenses 4:15). Evodia y Síntique son dos mujeres importantes en la actividad pastoral de Filipo. Pablo les pide que se pongan de acuerdo, puesto que "lucharon conmigo al servicio del Evangelio" (Filipenses 4:2-3). Priscila, con su marido Aquila, son los jefes de una iglesia en Efeso primero (1 Corintios 16:19) y en Roma después (Romanos 16:3-5). Este matrimonio precedió a Pablo en la tarea misionera y colaboró con él en diversas partes, pero nunca estuvo subordinado a él. Se les menciona siete veces y en cuatro ocasiones se nombra primero a la mujer. Además, Priscila siempre es nombrada por su nombre y no por el de su marido, señal de que era muy conocida en su actividad pastoral. Era mujer instruida, pues intervino en la enseñanza cristiana de Apolo, que era un hombre muy culto (Hechos 18:26).
En Romanos, Pablo saluda a María, Trifena, Trifosa y Perside, de las que dice que "han trabajado mucho en el Señor" (Romanos 16:6, 12). Saluda a la madre de Rufo, "que ha sido para mí como una segunda madre" (Romanos 16:13). De una mujer, Junías, junto con su marido Andrónico, dice Pablo que "son compañeros de cárcel, apóstoles notables y se entregaron a Cristo antes que yo" (Romanos 16:7). Saluda a otras dos parejas, Folólogo y Julia, Nereo y su hermana, que seguramente son también misioneros (Romanos 16:15).
Especial mención merece Febe, que probablemente es la portadora de la carta a los Romanos; de ella Pablo dice que es "diaconisa de la Iglesia de Cencrea", y pide que la ayuden "en todo lo que sea necesario, puesto que ella ayudó a muchos y entre ellos a mí", dice él. En el sentido paulino, el diácono era responsable de una Iglesia, con el oficio de misionar y enseñar. Por Pablo sabemos también que diversos apóstoles y el mismo Cefas misionaban acompañados de "alguna mujer hermana" (1 Corintios 9:5). O sea, que en tiempo de Pablo diversas mujeres aparecen colaborando con él en la enseñanza, como misioneras itinerantes o responsables de una Iglesia, como apóstoles y diáconos. Y Pablo las estima y se alegra de ello. Tanto es así, que hoy día hay quienes designan a Pablo como promotor de la actividad pastoral de la mujer.
Igualdad de la mujer
El movimiento de Jesús había producido una verdadera revolución en lo referente a la dignificación de la mujer. Pablo nos trasmite la gran proclama de este movimiento misionero, anterior a él: "Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre quien es esclavo y quien es hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús" (Gálatas 3:2). Es ésta una magnífica expresión del entusiasmo de entrada en una nueva forma de existencia, tan distinta a la de la sociedad reinante. Muchas mujeres entraron entusiasmadas en el cristianismo, pues en él encontraban posibilidades de participación y protagonismo, que les eran negadas en la sociedad en general.
Algunos textos de Pablo han sido interpretados como menospreciadores de la mujer y, por consiguiente, contrarios a su igualdad con el varón. Veamos algunos casos, generalmente mal interpretados por no considerarlos dentro del contexto histórico y, además, por verlos desde la perspectiva de los textos deuteropaulinos.
1. Ciertamente él alguna vez aconseja a las jóvenes que no se casen (1 Corintios 7:32-34). Pero este consejo hay que situarlo en su contexto histórico. En primer lugar, en aquel ambiente tan machista, a veces era la única forma de poder servir al Señor en las comunidades. Se trata de un consejo de sentido común. Pero además debemos saber que se trataba de un consejo subversivo según el orden reinante en Roma. El emperador Augusto había dado un decreto por el que imponía sanciones y fuertes impuestos a los solteros; y a las viudas sólo se les permitía permanecer en su estado si habían cumplido más de cincuenta años. Más tarde, Domiciano reforzaría aún más esta legislación. El consejo de Pablo era un desafío a las leyes y a los valores culturales dominantes, pues se dirigía especialmente a personas de los centros urbanos del imperio.
Pero Pablo no sólo afirma las ventajas del celibato. También defiende el matrimonio en contra de las tendencias ascéticas que lo negaban. El énfasis con que subraya la reciprocidad y la igualdad de las relaciones entre los sexos es notable y no encuentra parangón ni en la sociedad judía ni en la pagana de su tiempo (ver 1 Corintios 7:3-5, 10-11). En esto Pablo recoge fielmente la tradición de Jesús. Y, por cierto, nunca pone la unión matrimonial en función de la procreación. Pablo hace aún más.
Defiende la estabilidad del matrimonio incluso cuando uno de los cónyuges se hace cristiano y el otro no (1 Corintios 7:12-13), a pesar de que el judaísmo, en este caso, consideraba roto el vínculo.
2. En cuanto al problema del velo de las mujeres, ciertamente se trata de un texto enrevesado y ambiguo (1 Corintios 11:2-16), pero se encuentran en él aportes interesantes. El primer dato es la constatación del hecho de que algunas mujeres oraban y profetizaban en el culto como dirigentes (1 Corintios 11, 5). El problema está en si deben hacerlo con la cabeza descubierta o no. Pues las mujeres corintias expresaban su conciencia de igualdad y libertad actuando públicamente sin velo. Así rompían la costumbre de entonces y con ello producían grave escándalo entre los cristianos no instruidos y entre los paganos. Ante esto Pablo quiere que se respeten las conciencias más débiles, como acababa de decir en la misma carta, en el capítulo 8, refiriéndose al hecho de que algunos cristianos comían carne sacrificada a los ídolos. El principio que da entonces, vale también para lo del velo: "Es cierto que somos libres, pero cuídense que esa misma libertad no haga caer a los débiles" (1 Corintios 8:9). En el caso del velo, comienza usando un argumento sacado de la cultura y la filosofía ambiental: la subordinación de la mujer al hombre; pero enseguida se corrige afirmando que "bien es verdad que en el Señor no se puede hablar del varón sin la mujer, ni de la mujer sin el varón. Pues si Dios ha formado del hombre a la mujer, el hombre nace de la mujer, y ambos vienen de Dios" (1 Corintios 11:11-12). En toda esta sección de la carta (caps. 11-14) habla Pablo de la "edificación de la comunidad". En ella reconoce la igualdad de los dos sexos y admite las funciones dirigentes de las mujeres en las asambleas, pero les pide por prudencia que no hagan ostentación de su libertad con un comportamiento externo que planteaba graves problemas a la evangelización.
Las cartas paulinas posteriores a Pablo
El pensamiento de Pablo es desarrollado después de él en una línea en la que cada vez predomina más el punto de vista masculino machista. En las cartas a los Colosenses y a los Efesios y en la 1 de Pedro encontramos los famosos "códigos domésticos" que, en sustancia, legitiman la estructura patriarcal de la familia y el puesto del padre como señor absoluto (Colosenses 3:18 - 4,1; Efesios 5:21 - 6:9; 1 Pedro 2:18 - 3:7; 5:1-5). Y se exige la sumisión de la mujer a su marido (1 Pedro 3:1; Tit 2:,5).
Más tarde, en las cartas pastorales, el proceso de institucionalización está bastante avanzado y, lógicamente también, el de patriarcalización. Ahora la mujer debe oír en silencio; ya no puede enseñar (1 Timoteo 2:11-12), LO QUE SE OPONE A LA COSTUMBRE DE PABLO, Y la justificación que da el autor es ciertamente, DESPRECIATIVA (1 Timoteo 2:13-14). El Pablo auténtico no veía nunca a la mujer ni como tentación para el hombre ni como responsable del primer pecado (Romanos 5:12-19). El autor de 1 Timoteo acaba restringiendo el papel de la mujer a la mera maternidad (1 Timoteo 2:15), cosa que PABLO en 1 corintios NUNCA MENCIONA.
En estas cartas deuteropaulinas la legitimación del orden patriarcal va acompañada de la aceptación del orden político del imperio (1 Timoteo 2:1-2; Tito 3:1). El modelo de la casa patriarcal sirve para configurar la vida y las relaciones internas de la comunidad cristiana. Por eso se pide que se elija como obispo a un padre de familia probado y de buena casa (1 Timoteo 3:2-7; Tito 1:7-9).
Al hablar del problema de las viudas (1 Timoteo 5:2-16) se habla de ellas con cierta rudeza y se quiere reducir su número. A las jóvenes se les ordena casarse. Y sólo se puede aceptar oficialmente a las viudas después de haber cumplido sesenta años y haber dado muestras de vivir los valores de la sociedad patriarcal (1 Timoteo 5:9-10). En 1 Timoteo 2:12 el autor dice de forma contundente: "A la mujer no le consiento enseñar ni imponerse a los hombres; le corresponde estar quieta, porque Dios formó primero a Adán y luego a Eva. Además, a Adán no lo engañaron; fue la mujer quien se dejó engañar y cometió el pecado".
ESTE TIPO DE ARGUMENTACIÓN CONTRARIA A LA DE PABLO, se repetirá continuamente en ambientes eclesiásticos, incluso hasta nuestros días. Pero en aquel tiempo, hasta este texto tan duro tenía su explicación. El autor de tamaña prohibición se está refiriendo a un grupo de señoras ricas de Efeso, recién convertidas, que opinaban y discutían de todo, como si fueran grandes doctoras, con lo que creaban serios problemas en su comunidad. Por eso se les pide seriamente que sean más modestas y se pongan a aprender con humildad.
Como resumen, podemos decir que en las cartas posteriores a Pablo (ENTRE LAS QUE ESTAN LAS DE TIMOTEO) SUS AUTORES SE DEJARON INFLUENCIAR POR LA CULTURA DE SU TIEMPO Y ENSEÑARON COSAS CONTRARIAS A LAS QUE REALMENTE ENSEÑABA PABLO. Nos encontramos constantemente con dos datos en tensión: el dato dignificante y liberador propio de Jesús y el dato discriminatorio de aquel ambiente cultural. Por un lado asumen la novedad introducida por Jesús en relación con la igualdad de la mujer; por otro, no consiguen hacer valer esa novedad en su cultura y sigue pensando en la sumisión de la mujer. Mantienen una ambiguedad entre el elemento cultural y el que procede de Jesús.
Referente a los que dicen de que en la biblia no esta todo y hay algo que no debiera estar (como por ejemplo las cartas machistas y anti resurrección del espíritu de Timoteo), asi debe ser. Resulta increíble que en el canon bíblico no estén las cartas HISTÓRICAS DE LOS MACABEOS, una verdadera fuente de riqueza histórica y que sin embargo estén las cartas de Timoteo,escritas tiempo después de los escritos de Pablo y que contradicen a este.
Las epístolas fraudulentas de Timoteo son el principal argumento que esgrimen los machistas a fin de desacreditar a las mujeres y hacerlas inferior a los hombres, estas epístolas en donde se denigra a la mujer y se la minimiza fueron en realidad escritas por personas contrarias a Pablo, en el cual veían un peligroso contrincante que no solo decía que la ley había sido abolida y clavada en la cruz,de que el y los cristianos ya estábamos resucitados y sentados en lugares celestiales,sino que también igualaba al hombre y a la mujer diciendo que ya no hay varón ni hembra ni judío ni griego. Pablo se estaba transformando en una amenaza popular. Pablo según los hebreos era un apostata de la fe hebrea, y encima daba igual lugar a la mujer, motivo por el cual se escribió Timoteo a fin de dejar a la mujer en un muy bajo lugar, en una actitud machista y anticristiana.
Afortunadamente hay gracias a los eruditos y gracias a la ayuda de la computación, vemos que Timoteo NO FUE ESCRITO POR PABLO y que dichas epístolas CONTRADICEN SERIAMENTE LAS ENSEÑANZAS DE PABLO, y si la contradicen es que REALMENTE NO SON INSPIRADAS Y NO DEBERÍAN ESTAR EN LA BIBLIA Y SI EN UN CESTO DE BASURA, estas e`pistolas lo único que han hecho es crear GRAN POLÉMICA Y DEBATE TEOLÓGICO EN QUE SI LA MUJER ES INFERIOR AL HOMBRE, cosa que no es así, ya que para dios el hombre y la mujer son una sola carne. La verdad tarde o temprano sale a luz.....si hay libros en la biblia que no son inspirados hay que denunciarlos....y si hay algunos son INSPIRADOS y no están en la biblia, también hay que denunciarlo....como los libros de LOS MACABEOS.
Colosenses esta entre las cartas QUE NO SON ESCRITAS POR PABLO, se ha demostrado que debido al lexico...las palabras comunes usadas por pablo...el fondo....la doctrina...etc...estas cartas...entre las cuales esta colosences NO FUERON ESCRITAS POR PABLO (demostracion científica por computadora y por sabios eruditos que asi lo demuestran). Precisamente eso es una de las cosas mas GRAVES...que diga que es una carta de PABLO y que luego mediante su escritura habitual se demuestre que no la escribio Pablo(esta teoria hoy esta aceptada incluso por judios mesianicos....ya sabemos que los judios no mesianicos son enemigos de pablo.....pero el hecho de que los judios mesianicos digan que esas cartas no son de pablo ya dan credito. Hay una cosa muy importante del machismo exacerbado del escritor, dice que eva se salvara si se mantiene en sumisión y si tiene hijos ¿?. Sin embargo NO DICE NADA DEL PECADO DE ADAN....y encima le hecha todo el fardo a EVA.....diciendo: Adan NO FUE ENGAÑADO¿? SINO QUE EVA SIENDO ENGAÑADA INCURRIÓ EN TRANSGRESIÓN. MAS CLARO AGUA ......MACHISMO PURO. EL DECIR QUE EVA SE SALVARA SI SE MANTIENE EN SUMISIÓN Y TENIENDO HIJOS es una clara blasfemia a la obra redentora de Yeshua y contraria a toda enseñanza bíblica de salvación...lo que demuestra que timoteo NO ES UN LIBRO INSPIRADO
Todos conocemos EL DOBLE LENGUAJE BÍBLICO DE PABLO, el mismo dice que a los judios se hizo judio, al gentil se hizo gentil, al griego, griego, eso es como decir ¡chicos tengo varias caras cual quereis ver hoy?. Pablo en 1 corintios 11 demuestra su machismo, pero en muchos versos demuestra que la mujer es igual al hombre, pero lo de Timoteo es de risa, es una verdadera vejación a la mujer, y encima dice que la mujer SE SALVARA ENGENDRANDO HIJOS Y MANTENIÉNDOSE EN SUMISIÓN, ¡ESO YA ES EL COLMO¡. ESO NO PUEDE SER INSPIRADO POR DIOS NO SABIA YO ENTONCES QUE EL SACRIFICIO DE YESHUA NO SERVIA PARA NADA. NO SABIA YO QUE TENIENDO HIJOS YA ERES SALVA ...de saberlo hubiera pedido ser mujer en esta vida...aunque Timoteo INSINUA QUE ADAN YA ES SALVO....ya que dice que EL NO FUE ENGAÑADO¿?. Y NO DICE NADA QUE DEBE DE HACER ALGO PARA SER SALVO....¡¡¡¡¡¡¡POR FAVOR¡¡¡¡¡ ¿NO SE DAN CUENTA QUE ESTOS VERSOS CONTRADICEN LA SALVACION BIBLICA QUE ES POR MEDIO DE YESHUA Y NO POR TENER HIJOS?.
Respuesta
Sin entrar en el contenido de las 2 epístolas de Timoteo, ya Policarpo (69 d.c.), Ignacio y Clemente de Roma (muerto en el 100 d.c), afirman que son auténticas de Pablo. No se cuales son los primeros catálogos bíblicos para ti, pero para los que sé ya estaban contenidas ambas epístolas.
¿ Qué explicación hay para que en el tiempo más próximo a Pablo no hubiera duda de su autenticidad y las haya ahora que el ateísmo está más beligerante ante el hecho religioso?
No sólo en Tímoteo Pablo denuncia el gnosticismo sino también en las cartas de "la cautividad". Leer Colosenses 2,8 (BJ)" Mirad que nadie os esclavice mediante la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo."
Pablo dice lo mismo en Timoteo que en otros escritos del gnósticismo. Si uno no es "inspirado" tampoco el otro ¿con cual nos quedamos?.
Sin entrar en el contenido de las 2 epístolas de Timoteo, ya Policarpo (69 d.c.), Ignacio y Clemente de Roma (muerto en el 100 d.c), afirman que son auténticas de Pablo. No se cuales son los primeros catálogos bíblicos para ti, pero para los que sé ya estaban contenidas ambas epístolas.
¿ Qué explicación hay para que en el tiempo más próximo a Pablo no hubiera duda de su autenticidad y las haya ahora que el ateísmo está más beligerante ante el hecho religioso?
No sólo en Tímoteo Pablo denuncia el gnosticismo sino también en las cartas de "la cautividad". Leer Colosenses 2,8 (BJ)" Mirad que nadie os esclavice mediante la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo."
Pablo dice lo mismo en Timoteo que en otros escritos del gnósticismo. Si uno no es "inspirado" tampoco el otro ¿con cual nos quedamos?.
Tanto al iniciar Colosenses como al concluir, Pablo se cita a si mismo como el escritor. Nunca había leído de Colosenses qu no fuera de Pablo el escritor, si hasta pone que esta preso, cosa totalmente aceptada.
Aquí puedes leer que Colosenses ya estaba incluida como epistola adjudicada a Pablo, se cita una fuente del 200 d.c.:
Aquí puedes leer que Colosenses ya estaba incluida como epistola adjudicada a Pablo, se cita una fuente del 200 d.c.:
En Efesios 5,22-24 dice que la mujer debe estar sometida a su esposo como lo está al Señor, ya que el esposo es la cabeza de la mujer como Jesús lo es de la Iglesia" ¿ Tampoco Efesios Es Inspierado Ni Escrito Por Pablo apóstol ?
EN 1 Corintios, capítulo 11, versículo 3, Pablo vuelve a repetir más o menos lo mismo sobre que el hombre manda sobre la mujer como Jesús manda sobre el hombre. spyrebel ¿ Tampoco los Corintios son de Pablo y tampoco son inspirados?
Tampoco Timoteo es tan machista exacerbado, en el capitulo 5 v. 8 dice que el hombre debe atender a la familia y si no lo hace es peor que uno que repudia la fe o que no tenga fe, por lo que a la mujer no se le degrada pues tiene que estar bien atendida si se quiere ser un buen cristiano.
Siguiendo esta línea, me dirás que los libro de 1a y 2a de Pedro tampoco son ni de Pedro ni inspirados, puesto que Pedro en 1ªde Pedro 3,7 afirma que la mujer es el vaso debil. ¿tampoco los libros de Pedro son de Pedro o no son Inspirados? !!
El autor de esas cartas dice que son inspiradas, por ejemplo 2 Tim.3,16 (RV1960):" Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia, ".
Los escritores no dicen que escriben por su propia motivación, sino que cuando lo hacen, cuando escriben, lo hacen empujados por la fuerza de dios o, lo que se le llama ·"espiritu santo"·, al menos eso es lo que se puede leer en 2 Pedro 1,20-21(RV'60)"entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo
Si eso fue así, pues nos encontrariamos ante una "escritura inspirada por dios".... Todo esto es válido para el creyente,para el cree sentir la fe, puesto que el ateo puede negar que Jesús existiera, y si lo admitiera como que realmente existió, no admitira que fuera "hijo de dios" sino un simple hombre que creía serlo.
Los escritores no dicen que escriben por su propia motivación, sino que cuando lo hacen, cuando escriben, lo hacen empujados por la fuerza de dios o, lo que se le llama ·"espiritu santo"·, al menos eso es lo que se puede leer en 2 Pedro 1,20-21(RV'60)"entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo
Si eso fue así, pues nos encontrariamos ante una "escritura inspirada por dios".... Todo esto es válido para el creyente,para el cree sentir la fe, puesto que el ateo puede negar que Jesús existiera, y si lo admitiera como que realmente existió, no admitira que fuera "hijo de dios" sino un simple hombre que creía serlo.
Para el creyente es importante saber si un evangelio o libro de la bíblia es realmente de un escritor que demostró tener fe en Jesús, puesto que si no , lo que leyera no podría ser inspirado. Así si se demuestra que Timoteo no es de Pablo, pues no puede ser inspirado, porque a Pablo si se le supone guiado por el Espiritu Santo al ser elegido apostol.
No hay doble lenguaje del Apostol Pablo, sino que es la demostración que Jesús venía a abrir el mensaje y la salvación no sólo al pueblo judío, sino también al resto de las naciones, de hay que cuando se dirija a gentiles o griegos cambie el lenguaje, pero el mensaje es el mismo para todos.
Piensa que Pablo pasó por varias cárceles y en diferentes partes del Mediterráneo a lo largo de su vida, eso creo que puede ser el motivo de los diferentes estilos de escritura en el apóstol Pablo.
Piensa que Pablo pasó por varias cárceles y en diferentes partes del Mediterráneo a lo largo de su vida, eso creo que puede ser el motivo de los diferentes estilos de escritura en el apóstol Pablo.
No hay machismo en Timoteo, ni más ni menos. También en la 2 a los Corintios habla de Eva como la engañada, léelo en el cap. 11 v. 3. ¿Dice Timoteo que la mujer para ser salva ha de tener hijos?
en el anterior mensaje cité Timoteo 5,8 dónde al hombre que no cuide de su esposa sería considerado como alguien que rechaza la fe o alguien sin fe algulan. No me parece eso de risa.
Que la mujer siempre está sujeta a la autoridad del hombre es una constante tanto en el A.T como en el N.Testamento, ya sea Pablo o Pedro.
Que la mujer siempre está sujeta a la autoridad del hombre es una constante tanto en el A.T como en el N.Testamento, ya sea Pablo o Pedro.
El relato del Génesis dice que fue Eva la engañada, y que Eva persuadió a Adán a que le siguiera, por lo que no sería contradictorio. Y lo que debe hacer el Hombre para ser salvo está toda la Bíblia a su disposición. La Bíblia no está dirigida a la salvación de la MUJER, sino para todos, Hombres incluidos. Los libros de los MACABEOS jamás estuvieron en el canón hebreo.
Es más, hoy día tampoco los hebreos lo incluyen, si para ellos no son sagrados ¿ porqué lo van a ser para los cristianos?
Es más, hoy día tampoco los hebreos lo incluyen, si para ellos no son sagrados ¿ porqué lo van a ser para los cristianos?
Hasta Josefo, que sabía de otros libros no canónicos, da el número exacto de cuales eran los libros sagrados para los Hebreos: 22 libros, que se transforman en 39 en la versión moderna. Para los judios, sólo son canónicos aquellos escritos mientras había una clara identificación en la sucesión de los profetas, y cuando se escriben los MACABEOS, esa sucesión ya no se conoce con exactitud y por ello no los incluyen ni los mismos hebreos. El hecho que en las versiones antiguas de la Septuaginta se incluyeran, no es ninguna prueba feaciente, puesto que ni están en todas ni se conserva ningún original de las que lo incluyen para certificarlo. Y el motivo no es otro que cuando se escribieron las primeras septuagintas no existian la mayoria de los apócrifos. En contra de su canonización está el hecho de que algunas versiones de los judios "de habla griega" de Alejandría si que los incluían, pero nunca los judíos de palestina los incluyeron. Como es feaciente que el concilio judio de Jamnia (+-90 a.C.) los rechazo como "de origen divino" y no los incluyó en el canon.
Luego tenemos la mayor de las pruebas: NINGÚN ESCRITOR DEL NUEVO TESTAMENTO LOS CITA, así como si lo hacen de casi todo los canónicos, "casualmente" no citan ni a los MACABEOS ni ningún otro apócrifo del Antiguo Testamento, para mi, eso es concluyente.
En los posteriores "Padres de la Iglesia" como Orígenes, Atanasio, Cirilo de Jerusalén, Gregorio Nacianceno y Anfíloco los ponían como libros de segundo orden o los ignoraban directamente. Luego está el que escribió la VULGATA, Jerónimo, que no los incluyo tampoco. Siendo Jerónimo el primero que los llamó "apócrifos".
Agustín era partidario de incluirlos, pero finalmente dijo que era muy diferentes al canon hebreo y por ello en su canon tampoco aparece. El mismo libro es prueba de que no es "inspirado":
a) Los MACABEOS se dividen en dos libros, si se compara uno con el otro se ve que no pudo ser el mismo autor el escritor de ambos.
b) Contradice la armonía de la Bíblia que no hay tortura del pecador tras la muerte. Eso ha sido doctrina de la Iglesia Católica hasta el siglo XX, ahora el Vaticano ha echado marcha atrás y niega que le pecador sufra tortura al morir.
c) Este libro avala la intersección de "los santos", cosa contraria a que la única intersección entre el cristiano y Dios es su hijo Yeshua. (el Vaticano lo utiliza para la doctrina de intersección de los santos)
d) El relato apoya el orar por los muertos, cuando toda la Bíblia hace hincapié que los muertos nada sienten, por lo que nada puede hacerse por ellos.
e) El escritor en 2 de Macabeo afirma que no escribe inspirado, como bien deja claro al acabar el libro: "Yo también terminaré aquí mismo mi relato. Si ha quedado bello y logrado en su composición, eso es lo que yo pretendía; si imperfecto y mediocre, he hecho cuanto me era posible". (2 Macabeos 15:37, 38, BJ.) Tras esto creo que no cabe seguir argumentando si es o no "inspirado"
Y el hecho que hasta el 1546 -Concilio de Trento-, la Iglesia Católica los incluyeran en el canón Bíblico no es ningún motivo de "inspiración".
d) El relato apoya el orar por los muertos, cuando toda la Bíblia hace hincapié que los muertos nada sienten, por lo que nada puede hacerse por ellos.
e) El escritor en 2 de Macabeo afirma que no escribe inspirado, como bien deja claro al acabar el libro: "Yo también terminaré aquí mismo mi relato. Si ha quedado bello y logrado en su composición, eso es lo que yo pretendía; si imperfecto y mediocre, he hecho cuanto me era posible". (2 Macabeos 15:37, 38, BJ.) Tras esto creo que no cabe seguir argumentando si es o no "inspirado"
Y el hecho que hasta el 1546 -Concilio de Trento-, la Iglesia Católica los incluyeran en el canón Bíblico no es ningún motivo de "inspiración".
Epístola a Tito
La Epístola a Tito es una breve carta de Pablo de Tarso a Tito, enviada desde Nicópolis a Creta, donde el mismo Pablo lo había puesto como obispo en la Iglesia. Está incluida en el Nuevo Testamento de la Biblia y es una de las tres epístolas pastorales, junto con la primera epístola a Timoteo y la segunda epístola a Timoteo.
Introducción
Tito era un gentil que se había convertido al cristianismo; fue uno de los compañeros de Pablo en su trabajo misionero (Segunda de Corintios 7.6-16 ; 8.6-16-17;23; Gálatas 2.1-3 y Segunda Timoteo 4.10). Pablo lo había dejado en la isla de Creta para que organizara y dirigiera las iglesias de allí (Tito 1.5). En la epístola a Tito, el apóstol habla acerca de los deberes y la manera de actuar de los dirigentes de las iglesias; habla también acerca de las responsabilidadades del mismo Tito en sus relaciones con los varios grupos de personas de las iglesias. El apóstol recomienda que use su autoridad para bien del pueblo de Dios y que su manera de actuar sea tan recta que sirva de ejemplo para todos (Tito 2.7). Dice que la vida cristiana es posible por la bondad y el amor de Dios; el cual <nos salvó no por obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho sino por su misericordia> Tito 3.5
Contenido
Después de los saludos (1.1-4) Pablo trata 3 asuntos importantes:
1) el carácter y las responsabilidades de los líderes de las iglesias (1.5-16)
2) los consejos que Tito, de acuerdo con la verdadera doctrina del evangelio (2.1), debe dar a los grupos de iglesia (2.2-10)
3) cómo deben comportarse los cristianos en medio de un pueblo pagano e inmoral (3.1-11)
Al final de la carta se trata de asuntos personales (3.12.14) y manda saludos a Tito y a otros cristianos en creta.
Mensaje: Conducta cristiana: en todo tiempo y lugar sin avergonzarse del evangelio. Los líderes deben comportarse con responsabilidad para dar el ejemplo.
Doctrina cristiana: las falsas doctrinas son un peligro y la iglesia tiene la responsabilidad de trasmitir las verdades del evangelio de Cristo.
Certeza cristiana: somos salvos no por nuestros propios esfuerzos humanos sino por la Gracia de Dios.
Fecha y lugar
Lo único que se puede decir es que esta carta fue escrita antes de la segunda carta a timoteo.
Pablo no dice exactamente donde estaba cuando se escribió la carta; al parecer no estaba preso. Menciona sus planes de ir a Nicópolis para pasar el invierno.
Tito
Tito (fallecido hacia el año 69) es un personaje bíblico, destinatario de la Epístola a Tito de Pablo de Tarso y mencionado en otras de sus cartas. De origen griego, probablemente fue convertido al cristianismo por el propio Pablo, quien se dirigió a él con el apelativo de verdadero hijo en la fe común (Tito 1:4.).
Pese a que no se menciona a Tito en los Hechos de los Apóstoles, de las epístolas de Pablo se puede deducir que Tito tuvo una relación estrecha con el apóstol y que le acompañó en sus viajes. En torno al año 50, Tito acompañó a Bernabé y a Pablo al Concilio de Jerusalén, donde se discutió sobre la libertad de adhesión a la ley hebrea para los nuevos conversos de origen pagano (Galatas 2:9.).
Por la Epístola a Tito se conoce que Tito había sido puesto al frente de la iglesia de Creta; posteriormente se encargó de la de Nicópolis en el Epiro.
Según la tradición, murió siendo obispo de Gortina, en Creta. En dicha ciudad se conservan las ruinas de una basílica dedicada a él. En la capital de la isla, Heraclión, tiene una iglesia bajo su advocación, en la que se conservan sus reliquias desde 1966 (anteriormente estuvieron en Venecia, donde se trasladaron durante el dominio turco de la isla de Creta).
Tito/Timoteo
Richard G. Fellows sostiene que el Tito mencionado en la Segunda epístola a los corintios y en la epístola a los gálatas en realidad es Timoteo, tratado con un nombre informal. Según su teoría, el personaje aludido en 1 Corintios 4:17, 1 Corintios 16:10, 2 Corintios 2:13, 2 Corintios 7:6, 2 Corintios 7:13, 2 Corintios 7:14, 2 Corintios 12:18, y Hechos 19:22, se refieren a un mismo viaje con un único Tito/Timoteo.
Sin embargo, la gran mayoría de los especialistas paulinos desestiman esta hipótesis al considerar a Timoteo y Tito como dos personas distintas, en consonancia con el pasaje la Segunda epístola a Timoteo que, teniendo a Timoteo por destinatario, menciona que Tito se ha marchado a Dalmacia (2 Timoteo 4, 9-10.).
Festividad
La Iglesia Ortodoxa celebran su festividad el 25 de agosto. La Iglesia Católica tradicionalmente lo hacía el 4 de enero, hasta que el papa Pío IX la trasladó al 6 de febrero. En 1969, con la reforma del calendario de los santos de Pablo VI, san Tito pasó a celebrarse el 26 de enero, el mismo día que otro discípulo de Pablo, Timoteo.
Epístolas a Timoteo
Las dos Epístolas de Pablo a Timoteo, junto con la escrita a Tito, forman un grupo peculiar en el epistolario paulino, llamado en el siglo XVIII epístolas pontificales, y desde el siglo XVIII epístolas o cartas pastorales.
Están muy relacionadas entre sí por el fondo, por la forma y por sus circunstancias históricas, por lo que los autores suelen estudiarlas en bloque. Como las demás epístolas paulinas, son inspiradas y forman parte del Nuevo Testamento. Aunque el Apóstol buscaba con estas cartas el bien e instrucción de las comunidades cristianas, las epístolas llamadas pastorales no las escribe directamente a ellas, sino a los pastores que las dirigen, dándoles instrucciones para el mejor ejercicio de su ministerio.
En las tres, más que precisar el contenido del mensaje cristiano, que ya es conocido, recuerda San Pablo la obligación de conservarlo íntegro y defenderlo de los falsos maestros u profetas, y para ello la de cuidar la organización y orientación de la vida cristiana de la comunidad de fieles; de este modo, algunos quieren ver en ellas ciertos testimonios del derecho eclesiástico primero. También las epístolas pastorales llenan providencialmente con datos históricos de interés el vacío que existe entre el final de los Hechos de los Apóstoles y la muerte de Pedro y Pablo, aparte de los puntos doctrinales que tocan... (Las dos Epístolas a Timoteo se citarán abreviadamente como 1 Tim y 2 Tim).
Timoteo
El destinatario inmediato de las dos Epístolas era natural de Listra de Licaonia, de padre gentil y madre judía (Hechos 16:1) y educado desde niño en el conocimiento y amor a la Sagrada Escritura por su madre, Eunice, y su abuela Loida (2 Timoteo 1:5; 3:15). Probablemente convertido y bautizado por el propio San Pablo en su primera visita a Listra, se le asoció como compañero en el segundo viaje apostólico, sometiéndose antes a la costumbre judìa, es decir a la circuncisión, por disposición del Apóstol, para ser mejor recibido por los judíos y no obstaculizar su conversión (Hechos 16,3). Pablo encomendó a este discípulo de toda su confianza (cfr. Filipenses 2:19-23) misiones especiales en Tesalónica (1 Tesalonicences 3:2-6), en Corinto (1 Corintios 4:17; 16:10), en Macedonia (Hechos 19,22), en Filipos (Filipenses 2:19-24) y sobre todo en Éfeso (1 Timoteo 1:3). Es posible que acompañase a Pablo en su último viaje a Jerusalén, durante la prisión de Cesarea y en la travesía marítima hacia Roma. Ciertamente está a su lado en la primera cautividad romana y prueba de ello es que el nombre de Timoteo aparece junto al de Pablo en el saludo de las cartas a los Filipenses, Colosenses y Filemón. Se ignora si acompañó al Apóstol, liberado ya de sus cadenas, en su viaje a España, pero con él andaba sin duda en sus nuevos viajes por el Oriente, quedándose por petición de su maestro en Éfeso, para atender las necesidades de la Iglesia allí. Requerido urgentemente por Pablo, que de nuevo se encuentra prisionero en Roma (2 Timoteo 4:9-21), acude a su lado, asistiéndole y sirviéndole de consuelo verosímilmente hasta el último momento.
Fue indudablemente Timoteo figura destacada en la Iglesia del primer siglo y en sus relaciones con el Apóstol. Destinatario de dos cartas, su nombre aparece además citado 6 veces en el Libro de los Hechos y 18 en las Epístolas de Pablo. Su salud no era fuerte (cfr. 1 Timoteo 5:23) y se le considera de carácter tímido (cfr. 1 Cor 16,10). Su entrega, desinterés, humildad y fidelidad dieron pie el aprecio de su maestro, que a duras penas prescindía de su compañía. Se le venera como obispo de Éfeso, y según una tradición tardía, murió mártir el año 97. Recientemente se ha creído descubrir sus reliquias en Térmoli (cfr. A. Ferrua, Le reliquie di San Timoteo, « Civiltá Cattolica» 1947, 3,328-336).
Primera epístola
Ocasión y fecha de redacción
De la lectura de la carta se deduce que Pablo ha estado recientemente en Éfeso y ha observado el estado de cosas en la comunidad cristiana: hay falsos predicadores que ponen en peligro la fe de aquellos fieles; éstos están necesitados de una mejor formación religiosa; hay que hacer una elección esmerada de los ministros sagrados; el culto cristiano está necesitado de mejor organización. Pablo tiene que ir a Macedonia y, al partir con intención de volver, ruega a Timoteo que se quede en Éfeso para ir solucionando estos problemas, comenzando por el de los falsos doctores (1,3; 4,13). Ausente de Éfeso, sin saber cuándo volverá, decide escribir esta carta: «Esto te escribo con la esperanza de ir a verte pronto, para que, si tardo, veas cómo te conviene conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad» (3,14-15). La preocupación de Pablo por la Iglesia en Éfeso, donde ha evangelizado durante tres años, el deseo de echar una mano al discípulo querido en su difícil apostolado, su ausencia forzada y la urgencia de los problemas son los motivos que dieron ocasión a esta preciosa carta, escrita con toda probabilidad desde Macedonia.
Pero ¿cuándo la escribió? Los hechos que hemos citado hay que compaginarlos con los minuciosos datos recogidos por Lucas en Act (cap. 19 y 20), referentes a la evangelización de Éfeso, salida de Pablo para Macedonia, adonde antes había enviado a Timoteo, para continuar más tarde viaje a Jerusalén, sin haber vuelto a Éfeso (Act 20, 16), y de Jerusalén volverá el Apóstol a Roma en calidad de prisionero. Es, pues, evidente que la situación histórica que supone la primera carta no pudo tener lugar antes de la cautividad romana de Pablo, sino después de ella. Por otra parte, la gran difusión de las doctrinas erróneas y la recomendación hecha a Timoteo de no elegir para el episcopado a ningún neófito (3,6) indican y hacen suponer que la Iglesia no se ha fundado allí recientemente, sino que está bastante desarrollada, y esto nos lleva igualmente a una época de tiempo posterior a la primera cautividad de Pablo. Por eso, hay que poner, como reconocen la tradición y los diversos autores, la composición de la carta en los a. 63-66, más probablemente ca. 64-65.
Contenido
Aunque la carta sea sobre todo pastoral, también contiene enseñanzas doctrinales, a veces importantes. Como el que no quiere, o mejor, como el que no puede menos, Pablo va sembrando su carta de afirmaciones: «Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores» (1,15), «uno es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos» (2,5-6), «la Iglesia, columna y fundamento de la verdad» (3,15), «toda criatura de Dios es buena» (4,4). Además, de las mismas instrucciones pastorales brotan enseñanzas interesantes, por ejemplo, sobre la vida y organización de la Iglesia, que se presenta no amorfa y carismática, sin relaciones mutuas de los miembros entre sí, sino por el contrario organizada y jerarquizada, como «una casa o familia» de Dios con superiores y súbditos. Pero la carta es eminentemente pastoral a base de instrucciones, normas, avisos, exhortaciones y consejos, que se refieren a:
1) los falsos doctores (1,3-11; 4,1-7; 6,1-10);
2) los ministros sagrados (3,1-16; 5,17-25);
3) la comunidad de fieles (2,1-15; 5,1-16; 6,1-2.17-19);
4) la persona de Timoteo (1,18-20; 4,7-16; 6,11-16.20).
-Honda preocupación sentía el Apóstol por algunos, que «alardean de doctores de la Ley, sin entender lo que dicen o lo que afirman», que enseñan «doctrinas extrañas, fábulas y genealogías inacabables», «prohíben las bodas y se abstienen de alimentos», son «embaucadores e hipócritas», que tienen la piedad «por materia de lucro» y se dejan llevar por la avaricia, «se extravían de la fe y a sí mismos se atormentan con muchos dolores». Estas extrañas doctrinas no son las doctrinas gnósticas de mediados del siglo II, sino especulaciones en torno a la Ley y a las genealogías bíblicas, con mezcla de elementos judíos y helenistas, como parece que hubo entre los colosenses y antes entre los esenios de Oumrán. T. ha de oponerse a estos falsos maestros «nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina», «desechando las fábulas profanas y los cuentos de viejas», «evitando las palabrerías vanas y las contradicciones de la falsa ciencia», y requiriendo a los que lo hacen no sigan enseñando esas doctrinas, más aptas «para engendrar disputas que para el plan de salud de Dios mediante la fe» (1,4).
Pablo recuerda la importancia de la elección de ministros sagrados (obispos, presbíteros, diáconos) como encargados de la predicación y de la enseñanza (cfr. 5,17). Expone las cualidades humanas, sociales y pedagógicas de que deben estar adornados, y desde luego morales, si bien se dan por supuestas las virtudes estrictamente cristianas. Entre otras cualidades, exige el Apóstol que sea una sola vez casado (no en segundas nupcias), «capaz de enseñar», y que en su casa haya manifestado tener dotes de gobierno, «pues quien no sabe gobernar su casa, ¿cómo va a cuidar de la Iglesia de Dios?» (3,5). Excluye también a los «neófitos», por no considerarlos suficientemente maduros y estar más expuestos a peligros, y considera conveniente que gocen de buena fama «ante los de fuera». Que Pablo daba mucha importancia a la buena selección de los que estaban al frente de los fieles se deduce del grave consejo que da a Timoteo: «No seas precipitado en imponer las manos a nadie, no vengas a participar de los pecados ajenos. Guárdate puro» (5,22); estas palabras son desde luego referentes a la ordenación, y no al perdón de los pecadores.
-Con relación a la comunidad de los fieles y cómo debe tratar a las diversas clases de personas que la forman, Pablo da a Timoteo instrucciones muy concretas y oportunas: que en sus reuniones oren «por todos los hombres, por los reyes y por todos los constituidos en dignidad», los hombres «levantando las manos puras», las mujeres con recato y modestia, no enseñando sino aprendiendo en silencio; que trate a los ancianos con todo respeto, a los jóvenes como a hermanos, a las jóvenes como a hermanas, «con toda castidad»; le da normas particulares sobre el comportamiento con las viudas, según las tres distintas situaciones en que pueden encontrarse (5,3-16); le aconseja honre a los presbíteros y no reciba acusación contra un presbítero «si no fuese apoyada por dos o tres testigos»; a los siervos debe inculcarles respeto y sumisión a sus amos, y a los ricos que «no sean altivos ni pongan su confianza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios» (6,17).
-Finalmente, esparcidos entre las diversas instrucciones están consejos muy particulares, que como un padre a su hijo querido da Pablo a su discípulo: «Ejercítate en la piedad» (4,7); «que nadie tenga en poco tu juventud; antes sirvas de ejemplo a los fieles en la palabra, en la conversación, en la caridad, en la fe, en la castidad» (4,12); «no descuides la gracia, que posees, conferida por la imposición de manos de los presbíteros» (4,14); «combate los buenos combates de la fe, asegúrate la vida eterna» (6,12); y el último consejo antes de despedirse: «guarda el depósito a ti confiado» (6,20).
Segunda epístola
Ocasión y fecha de composición
Por la carta sabemos que Pablo está prisionero, abandonado de todos, excepto de Lucas, sin esperanza de liberación, antes bien, presintiendo cercano su fin (4,6.10-11). En esas angustiosas circunstancias, Pablo piensa en el discípulo predilecto Timoteo, «por quien ora sin cesar y a quien está deseoso de ver» (1,3-4). El Apóstol considera necesaria su presencia, juntamente con la de Marcos, en esos momentos y se decide a escribirle. Dos veces le dice: «date prisa en venir a mí» (4,9.21). Además, no le sufría el corazón en aquella soledad no comunicar al discípulo su crítica situación y las novedades ingratas.
Podía quizá pensar también Pablo que sus postreras palabras antes de la inmolación fortalecerían el ánimo de Timoteo, inclinado a la timidez, que no contaría ya en adelante con su apoyo y autoridad; y finalmente, el Apóstol querría insistir una vez más en sus recomendaciones para que con toda valentía se opusiera a las falsas corrientes doctrinales. Cuanto acabamos de decir pudo muy bien dar ocasión a esta carta, testamento espiritual de aquel gran enamorado de Cristo y apóstol por el mundo de su mensaje de salvación.
En cuanto a la fecha y lugar en que fue escrita, los autores coinciden en afirmar que fue en Roma algunos meses antes de la muerte de San Pablo, probablemente hacia el verano u otoño del 66, en su segunda cautividad romana. A esta conclusión cierta conducen los datos, que aporta esta carta, sobre su desamparo y ninguna esperanza de liberación (cfr. 1,15; 4,10.16-18), que reflejan una situación totalmente distinta de la que rodeaba a Pablo en la primera cautividad romana, según aparece en Act y en las epístolas de la cautividad, por donde sabemos que le acompañaban gran número de fieles colaboradores, y él esperaba verse pronto en libertad (cfr. Act 28, 30-31; Phil 1,12.25-26; 2,23-24; Col 4,7-14; Philm 2224). Además, a Tráfimo no pudo Pablo dejarle enfermo en Mileto (cfr. 4,20) sino después de verse libre de la prisión, no antes, puesto que sabemos estaba con el Apóstol en Jerusalén (cfr. Act 21,29), y desde allí vino Pablo prisionero a Roma sin pasar por Mileto. Este dato y otros de 1 Tim y de la de Tito, amén de los testimonios explícitos de la tradición (Clemente R., Fragmento de Muratori) llevan a admitir como un hecho que el Apóstol disfrutó, después de dos años de prisión, de un periodo de libertad, por lo menos provisional, y de actividad apostólica, que terminó con una nueva prisión en Roma, pero ignorando en qué circunstancias, cómo y cuándo fue hecho prisionero.
Contenido
Es más breve que 1 Tim, pero con un carácter personal de intimidad mucho más acusado. Su contenido puede sintetizarse en estos tres capítulos:
1) exhortaciones y recomendaciones a Timoteo;
2) instrucciones sobre la conducta a observar con los nuevos doctores;
3) noticias personales directa o indirectamente.
-Al discípulo joven, que tiene que enfrentarse con un apostolado difícil, le exhorta a ser valiente en el ejercicio de su ministerio (1,6-2,13), haciendo revivir la gracia de la ordenación, donde recibió «no un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de templanza»; le ayudarán a sentirse animado el recuerdo de su elección divina y el ejemplo de Cristo y de Pablo, de quienes no debe avergonzarse; «fiado en el poder de Dios», «confiado en la gracia de Cristo» debe entregarse totalmente al ministerio, como se entregan a lo suyo el soldado, el atleta y el labrador. Le recomienda guardar «el buen depósito», y lo que oyó de Pablo debe encomendarlo «a hombres fieles capaces de enseñar a otros» (1,14; 2,2).
-Con relación a los nuevos doctores, que falsean la verdad, le da instrucciones concretas positivas y negativas (2,14-4,8): que no se ocupe «en disputas vanas, que para nada sirven»; que evite «las cuestiones vanas y tontas, sabiendo que engendran altercados», y que se guarde de esos hombres impíos, «que siempre están aprendiendo, sin lograr jamás llegar al conocimiento de la verdad» (3,7). Positivamente le recomienda: «permanece en lo que has aprendido y te ha sido confiado, considerando de quiénes lo aprendiste» y le recuerda las utilidades de la S. E., divinamente inspirada, en el ministerio (3,14-17); vendrá un tiempo «en que no sufrirán la sana doctrina» y se volverán a las fábulas, «pero tú vela en todo, soporta los trabajos, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio» (4,3-5).
-Al principio y al final de la carta le da noticias muy personales (1,3-5; 15-18; 4,9-22): Pablo se acuerda de Timoteo en sus oraciones todos los días y está deseoso de verle; le comunica su inminente muerte: «a punto estoy de derramarme en libación, siendo ya inminente el tiempo de mi partida» (4,6-8); le da cuenta de dónde están algunos discípulos y de cómo otros le han abandonado, «sólo Lucas está conmigo», y le ruega que se dé prisa en venir a su lado y traiga consigo a Marcos y lo que dejó olvidado en casa de Carpio.
Autenticidad de las Epístolas
Desde el principio la tradición cristiana, cuyos testimonios implícitos y explícitos son en número abrumador en este caso, ha atribuido la paternidad de las dos cartas a Timoteo al apóstol Pablo. Eusebio de Cesarea, gran investigador del canon del Nuevo Testamento, cataloga las dos cartas entre los escritos «omologumenos», es decir, reconocidos por todas las iglesias, sin discusión ninguna, como divinamente inspirados y como auténticos del Apóstol. En 1804, por vez primera en la historia, el protestante Schmidt expuso dudas sobre el origen paulino de 1 Tim, y tres años más tarde Schleiermacher lo niega en absoluto. Eichorn extiende la negación a las tres cartas pastorales en 1812, y diversos críticos racionalistas y protestantes liberales seguirán esa opinión, considerando las dos cartas como escritas por un autor anónimo hacia la mitad o a principios del siglo II. Dicha opinión carece de pruebas, y hoy muchos seguidores de la corriente protestante liberal admiten, como ya hizo Harnack, mayor o menor cantidad de fragmentos auténticamente paulinos, sobre todo en la 2 Tim. Aparte de la cuestión indubitable de que son inspiradas y forman parte del Nuevo Testamento, todos los autores católicos y bastantes del campo acatólico mantienen la tesis tradicional que reconoce la paternidad paulina, por no haber razones de peso para abandonarla. En esa línea se expresó la Pontificia Comisión Bíblica en su Respuesta de 12 jun. 1913 (Denz. 2172).
Epístola a Filemón
La Epístola de Pablo a Filemón, conocida simplemente como Filemón, es uno de los libros del Nuevo Testamento cristiano. Es una carta co-escrita por el apóstol Pablo, mientras se encontraba prisionero, y Timoteo, y dirigida Filemón, un líder en la iglesia de Colosas. Se ocupa de los temas del perdón y la reconciliación. Pablo no se identifica a sí mismo como un apóstol con autoridad, sino como «prisionero de Jesucristo», llamando a Timoteo «nuestro hermano», y tratando a Filemón como «colaborador» y «hermano». Onésimo, un esclavo que se había apartado de su amo Filemón, regresaba con esta epístola donde Pablo rogaba a Filemón que lo reciba como un «querido hermano».
Filemón era un cristiano acomodado, posiblemente obispo (Pablo lo llama "nuestro querido amigo y colaborador" en Filemón 1:1) de su ciudad, Colosas. Esta carta es la más corta de las atribuidas a Pablo, consta sólo de 445 palabras y 25 versículos.
Autenticidad y significado
Sobre su autenticidad, según el orientalista Ernest Renan, aunque existen sobre ella "objeciones serias", la Carta a Filemón pertenece al conjunto de las epístolas "probables", lo mismo que la Epístola a los colosenses, de la que se considera un apéndice. A su juicio, si la Epístola a los colosenses es falsa, también la misiva a Filemón lo es, aunque esta última sea calificada por él como "una pequeña obra maestra". Según Renan, "pocas páginas tienen un acento de sinceridad tan pronunciada".
La mayoría de estudiosos no comparten las sospechas de Renan y consideran la Epístola a Filemón dentro de las siete cartas indudablemente escritas por san Pablo. Martín Lutero, en su Biblia (1534), señala el amor cristiano como el tema fundamental de la Carta a Filemón y así lo explica en su introducción:
Esta epístola nos da un ejemplo magistral y tierno del amor cristiano. Vemos cómo san Pablo toma partido por el pobre Onésimo y, con su mejor habilidad, defiende su causa ante su amo. (...) Lo que Cristo hizo por nosotros ante Dios Padre, lo hace san Pablo por Onésimo ante Filemón. Porque Cristo se despojó a sí mismo de sus derechos y logró conmover al Padre con amor y humildad, y así el Padre descartó imponer sus derechos y su ira, y nos recibirá en su seno gracias al favor de Cristo, que defendió nuestra causa y tomó partido por nosotros completamente. Todos somos sus Onésimos si creemos. Martín Lutero
El problema de la esclavitud
Durante los primeros cuatro siglos de la era cristiana se creyó que Pablo escribió esta carta a Filemón para rogarle que fuera clemente con su esclavo evadido, Onésimo, que volvía a su casa. Esa lectura parece parcial, ya que lo que hace realmente san Pablo, con habilidad y delicadeza, es rogarle a Filemón que le deje quedarse con él:
Yo querría retenerlo a mi lado para que me ayudase en tu lugar en mi prisión por el Evangelio; pero nada he querido hacer sin tu consentimiento. Carta a Filemón, 1:13
Tampoco hay en la carta ninguna pista que induzca a pensar que Filemón fuera un amo severo que necesitara ser aplacado.8 Ni siquiera dice explícitamente que Onésimo se hubiera escapado. La traducción católica dice que "se separó"9 y la protestante de Casiodoro de Reina dice: "se apartó de ti por algún tiempo".
Históricamente, sin embargo, siempre se creyó que se escapó de Filemón y así lo cuenta Gabriel Pérez, de la Universidad Pontificia de Salamanca, en sus comentarios a la carta:
Se escapó de la casa de su señor, habiéndole robado alguna cosa. Huyendo de la justicia, llega a Roma, donde tuvo la suerte de encontrarse con Pablo, que le convierte a Cristo. (...) Pablo ruega en nombre de los más delicados sentimientos cristianos a Filemón que lo reciba de nuevo con toda la amabilidad.
La imprecisión del texto ha propiciado todo tipo de comentarios por parte de los exégetas cristianos. El teólogo protestante suizo Jean-Fréderic Ostervald destaca el buen proceder de san Pablo al devolver lo que no es suyo (un esclavo), y añade que "aunque la Religión Cristiana no abole las diferentes relaciones que hay entre los hombres, y permite que subsistan estas condiciones, ella [la Religión] los vuelve a todos iguales ante Dios y respecto a la salvación".
Este tipo de interpretación ha llevado a profesores como Diarmaid MacCulloch, de la Universidad de Oxford, a considerar la Epístola a Filemón como "un documento cristiano fundacional de la justificación de la esclavitud".
Existe, sin embargo, la interpretación contraria. Así la explica Peter T. O'Brien, del Moore Theological College de Sídney, Australia: "Si (nótese el quizás10) el propósito de Dios está detrás de todo esto, entonces la intención divina era que Filemón debería recibir a Onésimo en una nueva relación (como un hermano cristiano) para siempre libre".
Debido a su ambigüedad, durante el siglo XIX la epístola fue esgrimida en el debate sobre la abolición de la esclavitud, primero en el Reino Unido y luego en Estados Unidos. Ambas posturas, la esclavista y la abolicionista, utilizaron la Epístola a Filemón como prueba.
Según algunos estudiosos, el versículo fundamental de la carta es el 16, cuando san Pablo pide a Filemón que no reciba a Onésimo como un esclavo: y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo: como un hermano querido, que, siéndolo mucho para mí, ¡cuánto más lo será para ti, no sólo como amo, sino también en el Señor! Filemón 1:16
A juicio de Pérez, este pasaje "encierra la solución que el Evangelio trae al problema de la esclavitud. Pablo no podía suprimirla, pero da el principio que contiene el germen de su abolición: en Cristo no hay esclavo y libre, siervo y señor. Somos todos hijos de un mismo padre, hermanos todos de Jesucristo".
El papa Benedicto XVI se refirió a esta epístola en su segunda encíclica, Spe salvi, haciendo hincapié en el poder del cristianismo como poder transformador de la sociedad: Los hombres que, según su estado civil se relacionan entre sí como dueños y esclavos, en cuanto miembros de la única Iglesia se han convertido en hermanos y hermanas unos de otros: así se llamaban mutuamente los cristianos. Habían sido regenerados por el Bautismo, colmados del mismo Espíritu y recibían juntos, unos al lado de otros, el Cuerpo del Señor. Aunque las estructuras externas permanecieran igual, esto cambiaba la sociedad desde dentro. Benedicto XVI
Filemón
Filemón († 68) es un cristiano de las primeras comunidades, líder de la Iglesia en Colosas, a quien Pablo destina una de sus cartas. Dicha carta, que lleva su nombre, hace parte de los textos canónicos del Nuevo Testamento de la Biblia.
Al convertirse al cristianismo, Filemón vivía en Colosas, junto a su esposa Apia, al parecer eran ricos, porque poseían algunos esclavos, entre ellos Onésimo, el cual se había escapado de su amo, y es el motivo por el que Pablo le escribe la carta, para que Filemón acogiera a Onésimo no más como esclavo, sino como hermano en Cristo. En su casa acogía una comunidad cristiana. Según se deduce de la carta escrita por Pablo, debía ser un signo de fortaleza y ejemplo de fe, para los cristianos de Colosas.
La tradición señala que Filemón fue uno de los setenta discípulos escogidos por Jesús para la predicación evangélica, junto a otros miembros de su familia, entre ellos, Arquipo, también mencionado en la carta a Filemón.
Las iglesias de Colosas y de Gaza lo mencionan en su episcopologio, como obispo fundador de ambas diócesis. Así mismo, la iglesia le venera como mártir, junto a la memoria de su mujer Apia y del esclavo Onésimo, quienes padecerían el martirio, hacia el año 68, bajo la persecución del emperador Nerón. El Martirologio romano señala la fiesta, para la Iglesia católica, junto con la memoria de su esposa Apia, el 22 de noviembre, mientras que la Iglesia ortodoxa la celebra en varias fechas (4 de enero (junto a la de los otros 69 discípulos de Cristo), 19 de febrero, 6 de julio y 22 de noviembre). La Iglesia apostólica armenia lo conmemora el 5 de junio y los luteranos el 19 de febrero.
Apia
Apia es una cristiana de las primeras comunidades, mencionada como una de los destinatarios de la Epístola a Filemón, del apóstol Pablo, uno de los libros canónicos del Nuevo Testamento de las escrituras cristianas.
Según la tradición, avalada por Juan Crisóstomo, Apia era esposa de Filemón, líder de la iglesia de Colosas que se reunía en la casa del matrimonio. Arquipo, mencionado también como destinario de Pablo, podría ser su hijo.
Toda la familia de Apia, incluido su esclavo Onésimo, padecerían el martirio, durante la persecución de Nerón. Fueron condenados a muerte por lapidación, por no haber ofrecido sacrificios a los dioses. Las iglesias cristianas tradicionales, que aceptan el culto de los santos, los veneran como tales. La memoria de Apia, es recogida por el Martirologio romano actual, para el día 22 de noviembre.
Onésimo
Onésimo († ca. 90-95), también conocido como Onésimo de Bizancio y, en algunas iglesias ortodoxas, el Sagrado Apóstol Onésimo, era un sirviente de Filemón, personaje importante e influyente de Colosa de Frigia, convertido al cristianismo por Pablo.
Onésimo, cuando huía de la justicia por haberle robado a su amo, se encontró con Pablo, quien se hallaba entonces prisionero en Roma. El apóstol lo convirtió al Cristianismo, lo bautizó y lo envió a la casa de Filemón con una carta de recomendación, que decía lo siguiente:
Te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión. Antes, él no te prestó ninguna utilidad, pero ahora te será muy útil, como lo es para mí. Te lo envío como si fuera yo mismo. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario. Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor. Pablo, Carta a Filemón
Según parece, Filemón perdonó y concedió la libertad a Onésimo por haberse arrepentido, y lo mandó a reunirse de nuevo con Pablo. Según cuenta Jerónimo de Estridón, Onésimo se volvió un predicador cristiano y luego Obispo de Éfeso por orden del Apóstol Pablo.
A toda vuestra comunidad recibí, en el nombre de Dios, en Onésimo, varón de calidad inenarrable y obispo vuestro según la carne. Votos le hago a Dios por que le améis según Jesucristo ¡Y ojalá que todos os asemejéis a él! Porque bendecido sea Aquél que os hizo gracia de que merecierais poseer obispo como ese...
Onésimo levanta al cielo, con sus alabanzas, vuestra disciplina en Dios. Ignacio de Antioquía, en su Carta a los Efesios.
Posteriormente, Onésimo fue apresado y llevado a Roma, donde murió lapidado. Venerado como Santo, su fiesta es el 16 de febrero.
Continua en La Biblia XXIII: A los Hebreos
Introducción
Tito era un gentil que se había convertido al cristianismo; fue uno de los compañeros de Pablo en su trabajo misionero (Segunda de Corintios 7.6-16 ; 8.6-16-17;23; Gálatas 2.1-3 y Segunda Timoteo 4.10). Pablo lo había dejado en la isla de Creta para que organizara y dirigiera las iglesias de allí (Tito 1.5). En la epístola a Tito, el apóstol habla acerca de los deberes y la manera de actuar de los dirigentes de las iglesias; habla también acerca de las responsabilidadades del mismo Tito en sus relaciones con los varios grupos de personas de las iglesias. El apóstol recomienda que use su autoridad para bien del pueblo de Dios y que su manera de actuar sea tan recta que sirva de ejemplo para todos (Tito 2.7). Dice que la vida cristiana es posible por la bondad y el amor de Dios; el cual <nos salvó no por obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho sino por su misericordia> Tito 3.5
Contenido
Después de los saludos (1.1-4) Pablo trata 3 asuntos importantes:
1) el carácter y las responsabilidades de los líderes de las iglesias (1.5-16)
2) los consejos que Tito, de acuerdo con la verdadera doctrina del evangelio (2.1), debe dar a los grupos de iglesia (2.2-10)
3) cómo deben comportarse los cristianos en medio de un pueblo pagano e inmoral (3.1-11)
Al final de la carta se trata de asuntos personales (3.12.14) y manda saludos a Tito y a otros cristianos en creta.
Mensaje: Conducta cristiana: en todo tiempo y lugar sin avergonzarse del evangelio. Los líderes deben comportarse con responsabilidad para dar el ejemplo.
Doctrina cristiana: las falsas doctrinas son un peligro y la iglesia tiene la responsabilidad de trasmitir las verdades del evangelio de Cristo.
Certeza cristiana: somos salvos no por nuestros propios esfuerzos humanos sino por la Gracia de Dios.
Fecha y lugar
Lo único que se puede decir es que esta carta fue escrita antes de la segunda carta a timoteo.
Pablo no dice exactamente donde estaba cuando se escribió la carta; al parecer no estaba preso. Menciona sus planes de ir a Nicópolis para pasar el invierno.
Tito
Tito (fallecido hacia el año 69) es un personaje bíblico, destinatario de la Epístola a Tito de Pablo de Tarso y mencionado en otras de sus cartas. De origen griego, probablemente fue convertido al cristianismo por el propio Pablo, quien se dirigió a él con el apelativo de verdadero hijo en la fe común (Tito 1:4.).
Pese a que no se menciona a Tito en los Hechos de los Apóstoles, de las epístolas de Pablo se puede deducir que Tito tuvo una relación estrecha con el apóstol y que le acompañó en sus viajes. En torno al año 50, Tito acompañó a Bernabé y a Pablo al Concilio de Jerusalén, donde se discutió sobre la libertad de adhesión a la ley hebrea para los nuevos conversos de origen pagano (Galatas 2:9.).
Por la Epístola a Tito se conoce que Tito había sido puesto al frente de la iglesia de Creta; posteriormente se encargó de la de Nicópolis en el Epiro.
Según la tradición, murió siendo obispo de Gortina, en Creta. En dicha ciudad se conservan las ruinas de una basílica dedicada a él. En la capital de la isla, Heraclión, tiene una iglesia bajo su advocación, en la que se conservan sus reliquias desde 1966 (anteriormente estuvieron en Venecia, donde se trasladaron durante el dominio turco de la isla de Creta).
Tito/Timoteo
Richard G. Fellows sostiene que el Tito mencionado en la Segunda epístola a los corintios y en la epístola a los gálatas en realidad es Timoteo, tratado con un nombre informal. Según su teoría, el personaje aludido en 1 Corintios 4:17, 1 Corintios 16:10, 2 Corintios 2:13, 2 Corintios 7:6, 2 Corintios 7:13, 2 Corintios 7:14, 2 Corintios 12:18, y Hechos 19:22, se refieren a un mismo viaje con un único Tito/Timoteo.
Sin embargo, la gran mayoría de los especialistas paulinos desestiman esta hipótesis al considerar a Timoteo y Tito como dos personas distintas, en consonancia con el pasaje la Segunda epístola a Timoteo que, teniendo a Timoteo por destinatario, menciona que Tito se ha marchado a Dalmacia (2 Timoteo 4, 9-10.).
Festividad
La Iglesia Ortodoxa celebran su festividad el 25 de agosto. La Iglesia Católica tradicionalmente lo hacía el 4 de enero, hasta que el papa Pío IX la trasladó al 6 de febrero. En 1969, con la reforma del calendario de los santos de Pablo VI, san Tito pasó a celebrarse el 26 de enero, el mismo día que otro discípulo de Pablo, Timoteo.
Epístolas a Timoteo
Las dos Epístolas de Pablo a Timoteo, junto con la escrita a Tito, forman un grupo peculiar en el epistolario paulino, llamado en el siglo XVIII epístolas pontificales, y desde el siglo XVIII epístolas o cartas pastorales.
Están muy relacionadas entre sí por el fondo, por la forma y por sus circunstancias históricas, por lo que los autores suelen estudiarlas en bloque. Como las demás epístolas paulinas, son inspiradas y forman parte del Nuevo Testamento. Aunque el Apóstol buscaba con estas cartas el bien e instrucción de las comunidades cristianas, las epístolas llamadas pastorales no las escribe directamente a ellas, sino a los pastores que las dirigen, dándoles instrucciones para el mejor ejercicio de su ministerio.
En las tres, más que precisar el contenido del mensaje cristiano, que ya es conocido, recuerda San Pablo la obligación de conservarlo íntegro y defenderlo de los falsos maestros u profetas, y para ello la de cuidar la organización y orientación de la vida cristiana de la comunidad de fieles; de este modo, algunos quieren ver en ellas ciertos testimonios del derecho eclesiástico primero. También las epístolas pastorales llenan providencialmente con datos históricos de interés el vacío que existe entre el final de los Hechos de los Apóstoles y la muerte de Pedro y Pablo, aparte de los puntos doctrinales que tocan... (Las dos Epístolas a Timoteo se citarán abreviadamente como 1 Tim y 2 Tim).
Timoteo
El destinatario inmediato de las dos Epístolas era natural de Listra de Licaonia, de padre gentil y madre judía (Hechos 16:1) y educado desde niño en el conocimiento y amor a la Sagrada Escritura por su madre, Eunice, y su abuela Loida (2 Timoteo 1:5; 3:15). Probablemente convertido y bautizado por el propio San Pablo en su primera visita a Listra, se le asoció como compañero en el segundo viaje apostólico, sometiéndose antes a la costumbre judìa, es decir a la circuncisión, por disposición del Apóstol, para ser mejor recibido por los judíos y no obstaculizar su conversión (Hechos 16,3). Pablo encomendó a este discípulo de toda su confianza (cfr. Filipenses 2:19-23) misiones especiales en Tesalónica (1 Tesalonicences 3:2-6), en Corinto (1 Corintios 4:17; 16:10), en Macedonia (Hechos 19,22), en Filipos (Filipenses 2:19-24) y sobre todo en Éfeso (1 Timoteo 1:3). Es posible que acompañase a Pablo en su último viaje a Jerusalén, durante la prisión de Cesarea y en la travesía marítima hacia Roma. Ciertamente está a su lado en la primera cautividad romana y prueba de ello es que el nombre de Timoteo aparece junto al de Pablo en el saludo de las cartas a los Filipenses, Colosenses y Filemón. Se ignora si acompañó al Apóstol, liberado ya de sus cadenas, en su viaje a España, pero con él andaba sin duda en sus nuevos viajes por el Oriente, quedándose por petición de su maestro en Éfeso, para atender las necesidades de la Iglesia allí. Requerido urgentemente por Pablo, que de nuevo se encuentra prisionero en Roma (2 Timoteo 4:9-21), acude a su lado, asistiéndole y sirviéndole de consuelo verosímilmente hasta el último momento.
Fue indudablemente Timoteo figura destacada en la Iglesia del primer siglo y en sus relaciones con el Apóstol. Destinatario de dos cartas, su nombre aparece además citado 6 veces en el Libro de los Hechos y 18 en las Epístolas de Pablo. Su salud no era fuerte (cfr. 1 Timoteo 5:23) y se le considera de carácter tímido (cfr. 1 Cor 16,10). Su entrega, desinterés, humildad y fidelidad dieron pie el aprecio de su maestro, que a duras penas prescindía de su compañía. Se le venera como obispo de Éfeso, y según una tradición tardía, murió mártir el año 97. Recientemente se ha creído descubrir sus reliquias en Térmoli (cfr. A. Ferrua, Le reliquie di San Timoteo, « Civiltá Cattolica» 1947, 3,328-336).
Primera epístola
Ocasión y fecha de redacción
De la lectura de la carta se deduce que Pablo ha estado recientemente en Éfeso y ha observado el estado de cosas en la comunidad cristiana: hay falsos predicadores que ponen en peligro la fe de aquellos fieles; éstos están necesitados de una mejor formación religiosa; hay que hacer una elección esmerada de los ministros sagrados; el culto cristiano está necesitado de mejor organización. Pablo tiene que ir a Macedonia y, al partir con intención de volver, ruega a Timoteo que se quede en Éfeso para ir solucionando estos problemas, comenzando por el de los falsos doctores (1,3; 4,13). Ausente de Éfeso, sin saber cuándo volverá, decide escribir esta carta: «Esto te escribo con la esperanza de ir a verte pronto, para que, si tardo, veas cómo te conviene conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad» (3,14-15). La preocupación de Pablo por la Iglesia en Éfeso, donde ha evangelizado durante tres años, el deseo de echar una mano al discípulo querido en su difícil apostolado, su ausencia forzada y la urgencia de los problemas son los motivos que dieron ocasión a esta preciosa carta, escrita con toda probabilidad desde Macedonia.
Pero ¿cuándo la escribió? Los hechos que hemos citado hay que compaginarlos con los minuciosos datos recogidos por Lucas en Act (cap. 19 y 20), referentes a la evangelización de Éfeso, salida de Pablo para Macedonia, adonde antes había enviado a Timoteo, para continuar más tarde viaje a Jerusalén, sin haber vuelto a Éfeso (Act 20, 16), y de Jerusalén volverá el Apóstol a Roma en calidad de prisionero. Es, pues, evidente que la situación histórica que supone la primera carta no pudo tener lugar antes de la cautividad romana de Pablo, sino después de ella. Por otra parte, la gran difusión de las doctrinas erróneas y la recomendación hecha a Timoteo de no elegir para el episcopado a ningún neófito (3,6) indican y hacen suponer que la Iglesia no se ha fundado allí recientemente, sino que está bastante desarrollada, y esto nos lleva igualmente a una época de tiempo posterior a la primera cautividad de Pablo. Por eso, hay que poner, como reconocen la tradición y los diversos autores, la composición de la carta en los a. 63-66, más probablemente ca. 64-65.
Contenido
Aunque la carta sea sobre todo pastoral, también contiene enseñanzas doctrinales, a veces importantes. Como el que no quiere, o mejor, como el que no puede menos, Pablo va sembrando su carta de afirmaciones: «Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores» (1,15), «uno es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos» (2,5-6), «la Iglesia, columna y fundamento de la verdad» (3,15), «toda criatura de Dios es buena» (4,4). Además, de las mismas instrucciones pastorales brotan enseñanzas interesantes, por ejemplo, sobre la vida y organización de la Iglesia, que se presenta no amorfa y carismática, sin relaciones mutuas de los miembros entre sí, sino por el contrario organizada y jerarquizada, como «una casa o familia» de Dios con superiores y súbditos. Pero la carta es eminentemente pastoral a base de instrucciones, normas, avisos, exhortaciones y consejos, que se refieren a:
1) los falsos doctores (1,3-11; 4,1-7; 6,1-10);
2) los ministros sagrados (3,1-16; 5,17-25);
3) la comunidad de fieles (2,1-15; 5,1-16; 6,1-2.17-19);
4) la persona de Timoteo (1,18-20; 4,7-16; 6,11-16.20).
-Honda preocupación sentía el Apóstol por algunos, que «alardean de doctores de la Ley, sin entender lo que dicen o lo que afirman», que enseñan «doctrinas extrañas, fábulas y genealogías inacabables», «prohíben las bodas y se abstienen de alimentos», son «embaucadores e hipócritas», que tienen la piedad «por materia de lucro» y se dejan llevar por la avaricia, «se extravían de la fe y a sí mismos se atormentan con muchos dolores». Estas extrañas doctrinas no son las doctrinas gnósticas de mediados del siglo II, sino especulaciones en torno a la Ley y a las genealogías bíblicas, con mezcla de elementos judíos y helenistas, como parece que hubo entre los colosenses y antes entre los esenios de Oumrán. T. ha de oponerse a estos falsos maestros «nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina», «desechando las fábulas profanas y los cuentos de viejas», «evitando las palabrerías vanas y las contradicciones de la falsa ciencia», y requiriendo a los que lo hacen no sigan enseñando esas doctrinas, más aptas «para engendrar disputas que para el plan de salud de Dios mediante la fe» (1,4).
Pablo recuerda la importancia de la elección de ministros sagrados (obispos, presbíteros, diáconos) como encargados de la predicación y de la enseñanza (cfr. 5,17). Expone las cualidades humanas, sociales y pedagógicas de que deben estar adornados, y desde luego morales, si bien se dan por supuestas las virtudes estrictamente cristianas. Entre otras cualidades, exige el Apóstol que sea una sola vez casado (no en segundas nupcias), «capaz de enseñar», y que en su casa haya manifestado tener dotes de gobierno, «pues quien no sabe gobernar su casa, ¿cómo va a cuidar de la Iglesia de Dios?» (3,5). Excluye también a los «neófitos», por no considerarlos suficientemente maduros y estar más expuestos a peligros, y considera conveniente que gocen de buena fama «ante los de fuera». Que Pablo daba mucha importancia a la buena selección de los que estaban al frente de los fieles se deduce del grave consejo que da a Timoteo: «No seas precipitado en imponer las manos a nadie, no vengas a participar de los pecados ajenos. Guárdate puro» (5,22); estas palabras son desde luego referentes a la ordenación, y no al perdón de los pecadores.
-Con relación a la comunidad de los fieles y cómo debe tratar a las diversas clases de personas que la forman, Pablo da a Timoteo instrucciones muy concretas y oportunas: que en sus reuniones oren «por todos los hombres, por los reyes y por todos los constituidos en dignidad», los hombres «levantando las manos puras», las mujeres con recato y modestia, no enseñando sino aprendiendo en silencio; que trate a los ancianos con todo respeto, a los jóvenes como a hermanos, a las jóvenes como a hermanas, «con toda castidad»; le da normas particulares sobre el comportamiento con las viudas, según las tres distintas situaciones en que pueden encontrarse (5,3-16); le aconseja honre a los presbíteros y no reciba acusación contra un presbítero «si no fuese apoyada por dos o tres testigos»; a los siervos debe inculcarles respeto y sumisión a sus amos, y a los ricos que «no sean altivos ni pongan su confianza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios» (6,17).
-Finalmente, esparcidos entre las diversas instrucciones están consejos muy particulares, que como un padre a su hijo querido da Pablo a su discípulo: «Ejercítate en la piedad» (4,7); «que nadie tenga en poco tu juventud; antes sirvas de ejemplo a los fieles en la palabra, en la conversación, en la caridad, en la fe, en la castidad» (4,12); «no descuides la gracia, que posees, conferida por la imposición de manos de los presbíteros» (4,14); «combate los buenos combates de la fe, asegúrate la vida eterna» (6,12); y el último consejo antes de despedirse: «guarda el depósito a ti confiado» (6,20).
Segunda epístola
Ocasión y fecha de composición
Por la carta sabemos que Pablo está prisionero, abandonado de todos, excepto de Lucas, sin esperanza de liberación, antes bien, presintiendo cercano su fin (4,6.10-11). En esas angustiosas circunstancias, Pablo piensa en el discípulo predilecto Timoteo, «por quien ora sin cesar y a quien está deseoso de ver» (1,3-4). El Apóstol considera necesaria su presencia, juntamente con la de Marcos, en esos momentos y se decide a escribirle. Dos veces le dice: «date prisa en venir a mí» (4,9.21). Además, no le sufría el corazón en aquella soledad no comunicar al discípulo su crítica situación y las novedades ingratas.
Podía quizá pensar también Pablo que sus postreras palabras antes de la inmolación fortalecerían el ánimo de Timoteo, inclinado a la timidez, que no contaría ya en adelante con su apoyo y autoridad; y finalmente, el Apóstol querría insistir una vez más en sus recomendaciones para que con toda valentía se opusiera a las falsas corrientes doctrinales. Cuanto acabamos de decir pudo muy bien dar ocasión a esta carta, testamento espiritual de aquel gran enamorado de Cristo y apóstol por el mundo de su mensaje de salvación.
En cuanto a la fecha y lugar en que fue escrita, los autores coinciden en afirmar que fue en Roma algunos meses antes de la muerte de San Pablo, probablemente hacia el verano u otoño del 66, en su segunda cautividad romana. A esta conclusión cierta conducen los datos, que aporta esta carta, sobre su desamparo y ninguna esperanza de liberación (cfr. 1,15; 4,10.16-18), que reflejan una situación totalmente distinta de la que rodeaba a Pablo en la primera cautividad romana, según aparece en Act y en las epístolas de la cautividad, por donde sabemos que le acompañaban gran número de fieles colaboradores, y él esperaba verse pronto en libertad (cfr. Act 28, 30-31; Phil 1,12.25-26; 2,23-24; Col 4,7-14; Philm 2224). Además, a Tráfimo no pudo Pablo dejarle enfermo en Mileto (cfr. 4,20) sino después de verse libre de la prisión, no antes, puesto que sabemos estaba con el Apóstol en Jerusalén (cfr. Act 21,29), y desde allí vino Pablo prisionero a Roma sin pasar por Mileto. Este dato y otros de 1 Tim y de la de Tito, amén de los testimonios explícitos de la tradición (Clemente R., Fragmento de Muratori) llevan a admitir como un hecho que el Apóstol disfrutó, después de dos años de prisión, de un periodo de libertad, por lo menos provisional, y de actividad apostólica, que terminó con una nueva prisión en Roma, pero ignorando en qué circunstancias, cómo y cuándo fue hecho prisionero.
Contenido
Es más breve que 1 Tim, pero con un carácter personal de intimidad mucho más acusado. Su contenido puede sintetizarse en estos tres capítulos:
1) exhortaciones y recomendaciones a Timoteo;
2) instrucciones sobre la conducta a observar con los nuevos doctores;
3) noticias personales directa o indirectamente.
-Al discípulo joven, que tiene que enfrentarse con un apostolado difícil, le exhorta a ser valiente en el ejercicio de su ministerio (1,6-2,13), haciendo revivir la gracia de la ordenación, donde recibió «no un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de templanza»; le ayudarán a sentirse animado el recuerdo de su elección divina y el ejemplo de Cristo y de Pablo, de quienes no debe avergonzarse; «fiado en el poder de Dios», «confiado en la gracia de Cristo» debe entregarse totalmente al ministerio, como se entregan a lo suyo el soldado, el atleta y el labrador. Le recomienda guardar «el buen depósito», y lo que oyó de Pablo debe encomendarlo «a hombres fieles capaces de enseñar a otros» (1,14; 2,2).
-Con relación a los nuevos doctores, que falsean la verdad, le da instrucciones concretas positivas y negativas (2,14-4,8): que no se ocupe «en disputas vanas, que para nada sirven»; que evite «las cuestiones vanas y tontas, sabiendo que engendran altercados», y que se guarde de esos hombres impíos, «que siempre están aprendiendo, sin lograr jamás llegar al conocimiento de la verdad» (3,7). Positivamente le recomienda: «permanece en lo que has aprendido y te ha sido confiado, considerando de quiénes lo aprendiste» y le recuerda las utilidades de la S. E., divinamente inspirada, en el ministerio (3,14-17); vendrá un tiempo «en que no sufrirán la sana doctrina» y se volverán a las fábulas, «pero tú vela en todo, soporta los trabajos, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio» (4,3-5).
-Al principio y al final de la carta le da noticias muy personales (1,3-5; 15-18; 4,9-22): Pablo se acuerda de Timoteo en sus oraciones todos los días y está deseoso de verle; le comunica su inminente muerte: «a punto estoy de derramarme en libación, siendo ya inminente el tiempo de mi partida» (4,6-8); le da cuenta de dónde están algunos discípulos y de cómo otros le han abandonado, «sólo Lucas está conmigo», y le ruega que se dé prisa en venir a su lado y traiga consigo a Marcos y lo que dejó olvidado en casa de Carpio.
Autenticidad de las Epístolas
Desde el principio la tradición cristiana, cuyos testimonios implícitos y explícitos son en número abrumador en este caso, ha atribuido la paternidad de las dos cartas a Timoteo al apóstol Pablo. Eusebio de Cesarea, gran investigador del canon del Nuevo Testamento, cataloga las dos cartas entre los escritos «omologumenos», es decir, reconocidos por todas las iglesias, sin discusión ninguna, como divinamente inspirados y como auténticos del Apóstol. En 1804, por vez primera en la historia, el protestante Schmidt expuso dudas sobre el origen paulino de 1 Tim, y tres años más tarde Schleiermacher lo niega en absoluto. Eichorn extiende la negación a las tres cartas pastorales en 1812, y diversos críticos racionalistas y protestantes liberales seguirán esa opinión, considerando las dos cartas como escritas por un autor anónimo hacia la mitad o a principios del siglo II. Dicha opinión carece de pruebas, y hoy muchos seguidores de la corriente protestante liberal admiten, como ya hizo Harnack, mayor o menor cantidad de fragmentos auténticamente paulinos, sobre todo en la 2 Tim. Aparte de la cuestión indubitable de que son inspiradas y forman parte del Nuevo Testamento, todos los autores católicos y bastantes del campo acatólico mantienen la tesis tradicional que reconoce la paternidad paulina, por no haber razones de peso para abandonarla. En esa línea se expresó la Pontificia Comisión Bíblica en su Respuesta de 12 jun. 1913 (Denz. 2172).
Epístola a Filemón
La Epístola de Pablo a Filemón, conocida simplemente como Filemón, es uno de los libros del Nuevo Testamento cristiano. Es una carta co-escrita por el apóstol Pablo, mientras se encontraba prisionero, y Timoteo, y dirigida Filemón, un líder en la iglesia de Colosas. Se ocupa de los temas del perdón y la reconciliación. Pablo no se identifica a sí mismo como un apóstol con autoridad, sino como «prisionero de Jesucristo», llamando a Timoteo «nuestro hermano», y tratando a Filemón como «colaborador» y «hermano». Onésimo, un esclavo que se había apartado de su amo Filemón, regresaba con esta epístola donde Pablo rogaba a Filemón que lo reciba como un «querido hermano».
Filemón era un cristiano acomodado, posiblemente obispo (Pablo lo llama "nuestro querido amigo y colaborador" en Filemón 1:1) de su ciudad, Colosas. Esta carta es la más corta de las atribuidas a Pablo, consta sólo de 445 palabras y 25 versículos.
Autenticidad y significado
Sobre su autenticidad, según el orientalista Ernest Renan, aunque existen sobre ella "objeciones serias", la Carta a Filemón pertenece al conjunto de las epístolas "probables", lo mismo que la Epístola a los colosenses, de la que se considera un apéndice. A su juicio, si la Epístola a los colosenses es falsa, también la misiva a Filemón lo es, aunque esta última sea calificada por él como "una pequeña obra maestra". Según Renan, "pocas páginas tienen un acento de sinceridad tan pronunciada".
La mayoría de estudiosos no comparten las sospechas de Renan y consideran la Epístola a Filemón dentro de las siete cartas indudablemente escritas por san Pablo. Martín Lutero, en su Biblia (1534), señala el amor cristiano como el tema fundamental de la Carta a Filemón y así lo explica en su introducción:
Esta epístola nos da un ejemplo magistral y tierno del amor cristiano. Vemos cómo san Pablo toma partido por el pobre Onésimo y, con su mejor habilidad, defiende su causa ante su amo. (...) Lo que Cristo hizo por nosotros ante Dios Padre, lo hace san Pablo por Onésimo ante Filemón. Porque Cristo se despojó a sí mismo de sus derechos y logró conmover al Padre con amor y humildad, y así el Padre descartó imponer sus derechos y su ira, y nos recibirá en su seno gracias al favor de Cristo, que defendió nuestra causa y tomó partido por nosotros completamente. Todos somos sus Onésimos si creemos. Martín Lutero
El problema de la esclavitud
Durante los primeros cuatro siglos de la era cristiana se creyó que Pablo escribió esta carta a Filemón para rogarle que fuera clemente con su esclavo evadido, Onésimo, que volvía a su casa. Esa lectura parece parcial, ya que lo que hace realmente san Pablo, con habilidad y delicadeza, es rogarle a Filemón que le deje quedarse con él:
Yo querría retenerlo a mi lado para que me ayudase en tu lugar en mi prisión por el Evangelio; pero nada he querido hacer sin tu consentimiento. Carta a Filemón, 1:13
Tampoco hay en la carta ninguna pista que induzca a pensar que Filemón fuera un amo severo que necesitara ser aplacado.8 Ni siquiera dice explícitamente que Onésimo se hubiera escapado. La traducción católica dice que "se separó"9 y la protestante de Casiodoro de Reina dice: "se apartó de ti por algún tiempo".
Históricamente, sin embargo, siempre se creyó que se escapó de Filemón y así lo cuenta Gabriel Pérez, de la Universidad Pontificia de Salamanca, en sus comentarios a la carta:
Se escapó de la casa de su señor, habiéndole robado alguna cosa. Huyendo de la justicia, llega a Roma, donde tuvo la suerte de encontrarse con Pablo, que le convierte a Cristo. (...) Pablo ruega en nombre de los más delicados sentimientos cristianos a Filemón que lo reciba de nuevo con toda la amabilidad.
La imprecisión del texto ha propiciado todo tipo de comentarios por parte de los exégetas cristianos. El teólogo protestante suizo Jean-Fréderic Ostervald destaca el buen proceder de san Pablo al devolver lo que no es suyo (un esclavo), y añade que "aunque la Religión Cristiana no abole las diferentes relaciones que hay entre los hombres, y permite que subsistan estas condiciones, ella [la Religión] los vuelve a todos iguales ante Dios y respecto a la salvación".
Este tipo de interpretación ha llevado a profesores como Diarmaid MacCulloch, de la Universidad de Oxford, a considerar la Epístola a Filemón como "un documento cristiano fundacional de la justificación de la esclavitud".
Existe, sin embargo, la interpretación contraria. Así la explica Peter T. O'Brien, del Moore Theological College de Sídney, Australia: "Si (nótese el quizás10) el propósito de Dios está detrás de todo esto, entonces la intención divina era que Filemón debería recibir a Onésimo en una nueva relación (como un hermano cristiano) para siempre libre".
Debido a su ambigüedad, durante el siglo XIX la epístola fue esgrimida en el debate sobre la abolición de la esclavitud, primero en el Reino Unido y luego en Estados Unidos. Ambas posturas, la esclavista y la abolicionista, utilizaron la Epístola a Filemón como prueba.
Según algunos estudiosos, el versículo fundamental de la carta es el 16, cuando san Pablo pide a Filemón que no reciba a Onésimo como un esclavo: y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo: como un hermano querido, que, siéndolo mucho para mí, ¡cuánto más lo será para ti, no sólo como amo, sino también en el Señor! Filemón 1:16
A juicio de Pérez, este pasaje "encierra la solución que el Evangelio trae al problema de la esclavitud. Pablo no podía suprimirla, pero da el principio que contiene el germen de su abolición: en Cristo no hay esclavo y libre, siervo y señor. Somos todos hijos de un mismo padre, hermanos todos de Jesucristo".
El papa Benedicto XVI se refirió a esta epístola en su segunda encíclica, Spe salvi, haciendo hincapié en el poder del cristianismo como poder transformador de la sociedad: Los hombres que, según su estado civil se relacionan entre sí como dueños y esclavos, en cuanto miembros de la única Iglesia se han convertido en hermanos y hermanas unos de otros: así se llamaban mutuamente los cristianos. Habían sido regenerados por el Bautismo, colmados del mismo Espíritu y recibían juntos, unos al lado de otros, el Cuerpo del Señor. Aunque las estructuras externas permanecieran igual, esto cambiaba la sociedad desde dentro. Benedicto XVI
Filemón
Filemón († 68) es un cristiano de las primeras comunidades, líder de la Iglesia en Colosas, a quien Pablo destina una de sus cartas. Dicha carta, que lleva su nombre, hace parte de los textos canónicos del Nuevo Testamento de la Biblia.
Al convertirse al cristianismo, Filemón vivía en Colosas, junto a su esposa Apia, al parecer eran ricos, porque poseían algunos esclavos, entre ellos Onésimo, el cual se había escapado de su amo, y es el motivo por el que Pablo le escribe la carta, para que Filemón acogiera a Onésimo no más como esclavo, sino como hermano en Cristo. En su casa acogía una comunidad cristiana. Según se deduce de la carta escrita por Pablo, debía ser un signo de fortaleza y ejemplo de fe, para los cristianos de Colosas.
La tradición señala que Filemón fue uno de los setenta discípulos escogidos por Jesús para la predicación evangélica, junto a otros miembros de su familia, entre ellos, Arquipo, también mencionado en la carta a Filemón.
Las iglesias de Colosas y de Gaza lo mencionan en su episcopologio, como obispo fundador de ambas diócesis. Así mismo, la iglesia le venera como mártir, junto a la memoria de su mujer Apia y del esclavo Onésimo, quienes padecerían el martirio, hacia el año 68, bajo la persecución del emperador Nerón. El Martirologio romano señala la fiesta, para la Iglesia católica, junto con la memoria de su esposa Apia, el 22 de noviembre, mientras que la Iglesia ortodoxa la celebra en varias fechas (4 de enero (junto a la de los otros 69 discípulos de Cristo), 19 de febrero, 6 de julio y 22 de noviembre). La Iglesia apostólica armenia lo conmemora el 5 de junio y los luteranos el 19 de febrero.
Apia
Apia es una cristiana de las primeras comunidades, mencionada como una de los destinatarios de la Epístola a Filemón, del apóstol Pablo, uno de los libros canónicos del Nuevo Testamento de las escrituras cristianas.
Según la tradición, avalada por Juan Crisóstomo, Apia era esposa de Filemón, líder de la iglesia de Colosas que se reunía en la casa del matrimonio. Arquipo, mencionado también como destinario de Pablo, podría ser su hijo.
Toda la familia de Apia, incluido su esclavo Onésimo, padecerían el martirio, durante la persecución de Nerón. Fueron condenados a muerte por lapidación, por no haber ofrecido sacrificios a los dioses. Las iglesias cristianas tradicionales, que aceptan el culto de los santos, los veneran como tales. La memoria de Apia, es recogida por el Martirologio romano actual, para el día 22 de noviembre.
Onésimo
Onésimo († ca. 90-95), también conocido como Onésimo de Bizancio y, en algunas iglesias ortodoxas, el Sagrado Apóstol Onésimo, era un sirviente de Filemón, personaje importante e influyente de Colosa de Frigia, convertido al cristianismo por Pablo.
Onésimo, cuando huía de la justicia por haberle robado a su amo, se encontró con Pablo, quien se hallaba entonces prisionero en Roma. El apóstol lo convirtió al Cristianismo, lo bautizó y lo envió a la casa de Filemón con una carta de recomendación, que decía lo siguiente:
Te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión. Antes, él no te prestó ninguna utilidad, pero ahora te será muy útil, como lo es para mí. Te lo envío como si fuera yo mismo. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario. Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor. Pablo, Carta a Filemón
Según parece, Filemón perdonó y concedió la libertad a Onésimo por haberse arrepentido, y lo mandó a reunirse de nuevo con Pablo. Según cuenta Jerónimo de Estridón, Onésimo se volvió un predicador cristiano y luego Obispo de Éfeso por orden del Apóstol Pablo.
A toda vuestra comunidad recibí, en el nombre de Dios, en Onésimo, varón de calidad inenarrable y obispo vuestro según la carne. Votos le hago a Dios por que le améis según Jesucristo ¡Y ojalá que todos os asemejéis a él! Porque bendecido sea Aquél que os hizo gracia de que merecierais poseer obispo como ese...
Onésimo levanta al cielo, con sus alabanzas, vuestra disciplina en Dios. Ignacio de Antioquía, en su Carta a los Efesios.
Posteriormente, Onésimo fue apresado y llevado a Roma, donde murió lapidado. Venerado como Santo, su fiesta es el 16 de febrero.
Continua en La Biblia XXIII: A los Hebreos
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