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jueves, 10 de noviembre de 2011

El Reino del Norte

Reino de Judá (sur) y Reino de Israel (norte), hacia el 830 a. C. Judá comprende la región de Judea, e Israel abarca Samaria y Galilea.

El Reino del Norte

Monarquía dividida. Tras la muerte de Salomón en 928 a. C.., el reino se dividió. Dos de las tribus, aquellas de Judá y Benjamín, aceptaron como monarca a Roboam, hijo de Salomón, y por consiguiente formaron el Reino de Judá. Las tribus restantes se rebelaron contra su autoridad y erigieron un reino distinto, llamado Reino de Israel.

Siquem (Ciudad)
Siquem (שְׁכֶם/שְׁכָם) fue una ciudad de Canaán y fue construida hace 4100 años. La ciudad se convirtió una ciudad israelita de la tribu de Manasés y la primera capital del Reino de Israel.

Está situada dos kilómetros al este de la actual ciudad cisjordana de Nablus. Se estima que la antigua ciudad de Siquem existía ya hace unos cuatro mil años.

Estudios arqueológicos evidencian que la ciudad fue demolida y reconstruida hasta 22 veces antes de su fundación definitiva en el año 200 a. C. Debido a su ubicación, Siquem fue un centro comercial en la región, comercializando uvas, aceitunas y trigo. El faraón Sesostris III, durante el siglo XIX a. C., combatió contra el pueblo de Siquem.

Según Génesis 12, 6: "y Abram atravesó el país hasta el lugar sagrado de Siquem, hasta la encina de Moré. Por entonces estaban los cananeos en el país."

Según Génesis 35, 4: "Ellos entregaron a Jacob todos los dioses extraños que había en su poder, y los anillos de sus orejas, y Jacob los escondió debajo de la encina que hay al pie de Siquem."

De acuerdo al Nuevo Testamento, Esteban, primer mártir cristiano, afirma en su discurso: "Jacob bajó a Egipto donde murió él y también nuestros padres; y fueron trasladados a Siquem y depositados en el sepulcro que había comprado Abraham a precio de plata a los hijos de Jamor, padre de Siquem. (Hechos 7:15-16). La ciudad de Siquem: "es mucho más vieja que Jerusalén. Se menciona 48 veces en la Biblia y se relaciona con la historia bíblica desde Abraham hasta Cristo."

De acuerdo al libro de Josué 24, 32: "Los huesos de José, que los hijos de Israel habían subido de Egipto, fueron sepultados en Siquem, en la parcela de campo que había comprado Jacob a los hijos de Jamor, padre de Siquem, por cien pesos, y que pasó a ser heredad de los hijos de José.". Esta tradición se mantiene hasta la actualidad.

Reyes del Reino del Norte
I Dinastía (Casa de Jeroboam I) (Siquem)
Jeroboam I
Jeroboam fue el primer monarca del norteño Reino de Israel, tras la muerte de Salomón que condujo a la división de reino de Israel y sus tribus. Gobernó los territorios de diez de las tribus israelitas. Su historia es narrada en el Primer Libro de Reyes. Reinó durante el siglo X  a. C., posiblemente entre 928 y 910 a. C..

Contexto
Según 1 Reyes 11:26-39, Jeroboam era hijo de Nabat, de la tribu de Efraín y de la ciudad de Seredá. El nombre de su madre era Serúa (quien más tarde se quedó viuda). Era un funcionario de Salomón. Bajo la influencia de las palabras del profeta Ahías, quien profetizó que él gobernaría las 10 tribus del Norte de Israel, comenzando a formar la conspiración con el fin de convertirse en el rey de las 10 tribus del Norte; pero al ser descubierto, escapó a Egipto (1 Reyes 11:29-40), donde él estuvo durante un tiempo en la protección de Sisac.

Después de la muerte de Salomón, los conflictos de tipo económico generaron tensiones. La conducta altanera de Roboam con respecto a las 10 tribus del norte, contribuyó a generar una rebelión y Jeroboam regresó a Israel aclamado como rey (1 Reyes 12:1-20).

Por medio de su mensajero, el Señor había hablado claramente a Jeroboam acerca de la necesidad de dividir el reino. Esta división debía realizarse, había declarado, "por cuanto me han dejado, y han adorado a Astharoth diosa de los Sidonios, y a Chemos dios de Moab, y a Moloch dios de los hijos de Ammón; y no han andado en mis caminos, para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos, y mis derechos, como hizo David su padre." (1 Reyes 11:33).

Se le había indicado, además, a Jeroboam que el reino no debía dividirse antes que terminase el reinado de Salomón. El Señor había añadido: "Empero no quitaré nada de su reino de sus manos. sino que lo retendré por caudillo todos los días de su vida, por amor de David mi siervo, al cual yo elegí, y él guardó mis mandamientos y mis estatutos: mas yo quitaré el reino de la mano de su hijo, y darélo a ti, las diez tribus." (1 Reyes 11:34-35).

Jeroboam I reconstruyó y fortificó Siquem como la capital de su reino. Casi inmediatamente adoptó el medio de perpetuar la división entre el Norte y el Sur, al erigir un becerro de oro tanto en Dan como en Betel, donde él los estableció como símbolos de Dios, imponiendo a la gente no ir más al Templo de Jerusalén, para así traer las ofrendas de los habitantes de su norteño reino solo los lugares santos que él mismo había erigido.

Es posible que los dos becerros de oro emplazados por Jeroboam I en el norteño Reino de Israel hayan sido inspirados por el toro que representaba al dios El (con el que, en su forma plural, se relaciona el dios de los hebreos). Como Todopoderoso, el dios semítico Él fue luego denominado en plural en idioma hebreo: Elohim ("dioses" o acaso una variante del genitivo hebreo El ha-Elim, es decir, "El Dios de los dioses" [El dios supremo]). Durante centurias, Él había sido el dios canáneo por excelencia, siendo además el principal dios de los nómadas. Poseía funciones éticas y sociales; era tolerante y benigno y recibía, entre otros, los títulos de «Padre de los Dioses», «Rey», «Padre de los Hombres», «Creador de las Criaturas», «Toro», «Amable» y «Misericordioso».

Pero más allá de sus diversos títulos, Él era el nombre especial de un dios sumamente particular y que era persistentemente distinguido de otros dioses como "el dios" (es decir, lo que en un sentido monoteísta sería Dios). De esa manera, no resultaba imposible cambiar la mentalidad de la gente haciendo que Yahvéh tomase la forma del anterior dios semítico, El, contra el cual, podía sostenerse de algún modo tangencial, habría luchado Jacob para ser renombrado entonces como IsraEl (porque que luchó con(tra) El (Génesis 32:23-28).

Así Jeroboam pasó a la historia bíblica como quien hizo pecar a Israel. Esta política idolátrica fue seguida de todos los reyes de Israel. Según 1 Reyes 13:1-9, mientras él estaba ofreciendo incienso en Betel, el profeta Iddo de Judá apareció antes de él con un mensaje de advertencia del Señor. Al intentar detener al profeta y sus palabras, su mano fue secada y el altar se hizo pedazos.

Jeroboam se llenó de un espíritu de desafío contra Dios, e intentó hacer violencia a aquel que había comunicado el mensaje. "Extendiendo su mano desde el altar", clamó con ira: "Prendedle!" Su acto impetuoso fue castigado con presteza. En su ruego urgente a Dios su mano fue sanada (1 Reyes 13:1-9; compare a 2 Reyes 23:15); pero el milagro no tuvo ninguna impresión duradera sobre él.

Vano había sido el esfuerzo de Jeroboam por impartir solemnidad a la dedicación de un altar extraño, cuyo respeto habría hecho despreciar el culto de Yahvéh en el templo de Jerusalén. El mensaje del profeta debiera haber inducido al rey de Israel a arrepentirse y a renunciar a sus malos propósitos, que desviaban al pueblo de la adoración que debía tributar al Dios verdadero. Pero el rey endureció su corazón, y resolvió cumplir su propia voluntad. Su reinado era uno de constante guerra con el reino del Sur, Judá. Mientras el reino del sur no hizo ningún esfuerzo serio para militarmente recuperar el poder sobre el norte, había una lucha que perduró durante los reinados de varios reyes de ambos reinos.

Jeroboam murió poco después que Abiam (Abías), hijo y sucesor en el trono de Judá de Roboam (1 Reyes 14:1-18). En la evaluación de la carrera de Jeroboam, los historiadores tienen que ejercer la precaución debido al hecho que la fuente exclusiva de información disponible sobre él es abiertamente hostil al monarca, sugiriendo el texto bíblico que toda la obra de su vida fue pecaminosa. "El resto de la historia de Jeroboam, las batallas en que tomó parte y otros detalles de su reinado, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel" (1 Reyes 14:19).

Las "Crónicas de los Reyes de Israel", probablemente compiladas por los propios escribanos de estos reyes, son probablemente la fuente para los hechos básicos de la vida y reinado de Jeroboam - aunque el escritor del Libro de Reyes claramente posiblemente hizo un empleo selectivo de datos en estas crónicas, concentrándose en la naturaleza ética de cada rey y su obediencia o desobediencia a la Ley de Dios.

Ajías (Ahías), el profeta que había predicho el ascenso al poder de Jeroboam, también predijo su caída, junto a la de su dinastía y la del Reino del Norte: "De ahora en adelante, el Señor va a sacudir a Israel como la corriente del río sacude las cañas. Lo arrancará de esta buena tierra que dio a sus antepasados, y lo arrojará más allá del río Éufrates, por haber hecho representaciones de Astarté, causando con ello la irritación del Señor" (1 Reyes 14:15).

Jeroboam fue sucedido por su hijo Nadab, quien fue asesinado en el segundo año de su reinado por Baasa, de la tribu de Isacar, que exterminó además a toda la Casa de Jeroboam. La profecía de Ahías se cumpliría hacia el año 721 a. C., cuando los asirios deportaran a gran parte del pueblo hebreo hasta territorios más allá del río Éufrates.

Nadab
Nadab fue el segundo rey de Israel. En hebreo (נדב) - transliterado "ndb" - Su historia está recogida en el 1 de Reyes 15:25-31. Gobernó en Israel, a la muerte de su padre Jeroboam, entre los años 910 a 909 a. C., un periodo de casi dos años. Se sabe que hizo la guerra a los filisteos en la ciudad de Gibetón. Durante el asedio de dicha ciudad, uno de sus generales, Baasa hijo de Ahías de la casa de Isacar, organizó una conjura contra él e hizo que lo mataran junto con toda la familia real, usurpando el trono de Israel.

Los motivos religiosos que se dan para la desgracia del rey Nadab son dos: 
1. Que al igual que su padre pecó contra Dios al mantener y edificar estatuas y lugares de culto a otros dioses.
2. En cumplimiento de la profecía de Ahías de Siló contra su padre, Jeroboam, de que «toda su casa se extinguiría» (Primer libro de reyes, 14:10). Extinguida su casa, le sucedió en el trono el rey Basá.

Tirsa 
Tirsa es un nombre propio femenino en su variante en español. Procede del hebreo תרצה (Tirzah), y significa ella es mi deleite.

Origen
Tirsa es el nombre de un personaje y de una ciudad bíblica del Antiguo Testamento:
El personaje bíblico

Tirsa aparece en el libro de los Números como una de las cinco hijas de Zelofejad, uno de los líderes de la Tribu de Manasés en la época del segundo censo de los israelitas que Moisés realizó durante la estancia en el desierto.1​ La historia de dicho clan toma relevancia para los judíos por el hecho de que, hasta entonces, las hijas no tenían derecho de sucesión. Al no haber tenido hijos varones, ellas debieron hacer un pedido especial a un anciano Moisés, el cual fue concedido. Este hecho les permitió reclamar a Josué las tierras asignadas a su padre. Esto fue tomado como referencia y precedente en la cultura judía. El poeta inglés William Blake le dedicó un poema titulado A Tirsa en 1794.

La ciudad
Tirsa era una ciudad de la zona montañosa de Samaria ubicada al noreste de Siquem. Se la ha identificado con Tell el-Farah. Actualmente es un sitio arqueológico.

Aparece citada por primera vez en el libro de Josué como una de las ciudades menores que los israelitas conquistaron. Ya en tiempos del reino de Israel, Jeroboam I trasladó su residencia a Tirsá. Tras su muerte, su sucesor Nadab, así como los reyes de la siguiente dinastía (Basá, Ela y Zimri) mantuvieron la capitalidad en ella. La ciudad fue tomada durante una revuelta por el jefe del ejército, Omrí, suicidándose el rey Zimri en ella. Omrí reinó por seis años en Tirsá y después edificó Samaria, trasladando allí la capital del reino. La última referencia bíblica alude a un habitante de Tirsá, Menajem, como el asesino del rey Sellum a quién sustituyó en el trono.

II Dinastía (Casa de Baasa) (Tirsá)
Basá
Basá o Baasa (Baal escucha, en hebreo (בעשא) trans. "bħsh'" -) fue el tercer rey de Israel. Su historia está recogida en el Primer Libro de los Reyes. Gobernó en Israel entre los años 909 a 886 a. C., un periodo de casi 24 años en la transición entre la Edad de Hierro I y II. Era hijo de Ahías, de la tribu de Isacar.

Reinado
Tras usurpar el trono de Israel matando a su antecesor, Nadab, y a toda la familia de Jeroboam, durante el sitio de Gibeón. Trasladó la capital del reino desde Siquem a Tirsá. Durante su reinado mantuvo numerosas guerras con el reino de Judá, con el apoyo en un principio de Siria, lo que le movió a fortificar su frontera sur en Ramá, una ciudad comercial. No obstante, su posición dominante se vio afectada cuando Asa, rey de Judá, compró el favor del rey Ben-Hadad I de Siria y consiguió que le atacase. Entonces Basá, por temor a la invasión siria, abandonó la fortificación de Ramá y se retiró a Tirsá, dejando la ciudad a merced del reino de Judá que aprovechó los pertrechos abandonados para fortificar su frontera en Gueba.

Aunque Basá permanecido en el poder de por vida, no fue sin oponentes; siguió cometiendo las mismas faltas que sus antecesores, edificando y manteniendo lugares de culto a otros dioses, por lo que el profeta Jehú impreca contra él la misma profecía que Ahías contra Jeroboam I, profetizando el exterminio de su dinastía. Murió y fue enterrado en Tirsá, sucediéndole en le trono su hijo Ela.

Ela
Ela fue el cuarto rey de Israel. En hebreo (אלה) - transliterado "'lh" - Su historia está recogida en el Primer libro de los Reyes 16:8-11.

Gobernó en Israel entre los años 886 a 885 a. C. un período de casi 2 años. Hijo de Baasa, sucedió a su padre en el trono en Tirsa. Tan sólo sabemos que Zimri, jefe de caballerizas, conspiró contra él y lo mató,.3​ aprovechando que estaba borracho en casa del mayordomo de palacio. Al usurparle el trono Zimri mandó matar a toda la familia real y amigos de Ela.

La Biblia explica el corto reinado de Ela, su fin y el de toda su familia como el cumplimiento de la profecía de Jehú a Baasa, su padre, por los pecados que habían cometido, del mismo modo que se había castigado a la de Jeroboam I en su hijo Nadab. Extinguida su casa, le sucedió en el trono el rey Zimri.

III Dinastía (Casa de Zimri) (Tirsá)
Zimri
Quinto rey de Israel. En hebreo (זמרי) - transliterado "zmri" - Su historia está recogida en el Primer libro de los Reyes 16:9-20.

Gobernó en Israel siete días durante el año 885 a. C en Tirsa. Tras haber usurpado el trono, matando a su antecesor y a su familia se hizo rey de Israel en Tirsa. No obstante las noticias llegaron al resto del ejército, que se encontraba luchando contra los filisteos en Gibetón. El pueblo indignado por el regicidio proclamó al general Omrí como rey de Israel y éste partió a sitiar Tirsa. Zimri desesperado decidió acabar con su vida, prendiendo fuego al palacio consigo mismo dentro. Se explica religiosamente su muerte como consecuencia de su pecado de magnicidio. Tras haberse suicidado, le sucedió en el trono el rey Omrí.

Tibni
Tibni (en hebreo: תִּבְנִי Ṯiḇnî ) era un reclamante del trono de Israel y el hijo de Ginath. Albright ha fechado su reinado a 876 - 871 a. C, mientras que Thiele ofrece las fechas 885 - 880 a. C..

En la Biblia 
Después de Zimri, había terminado su vida, después de un reinado de siete días, el pueblo de Israel se dividió en dos facciones, una al lado de Omri , y la otra con Tibni. Ellos y sus fuerzas lucharon entre sí durante varios años hasta que prevalecieron las fuerzas de Omri y la muerte de Tibni. Parece que Tibni fue regente de más de la mitad del reino de Israel por un período de cuatro años. Tibni tenía un hermano llamado Joram, quien lo secundó en la disputa por el trono y que murió al mismo tiempo que él, probablemente a manos del partido de Omri. La muerte de Tibni se registra pero no se explica.

Historia 
Tibni parece haber sido de origen jerahmeelita como su rival Omri. Se sugirió que Tibni es un apodo que significa "hombre de paja".

Samaria (Ciudad)
Samaria fue una antigua ciudad de la región de Samaria (Israel).

שומרון (Shomron) en hebreo
Σαμάρεια (Samáreia) en griego
السامرة (as-Samira) en árabe

Se encuentra en la Gobernación de Naplusa, dentro de Cisjordania ―territorio palestino ocupado por el Estado de Israel. Fue la capital del Reino de Israel en el siglo IX y VII a. C. Las ruinas de la ciudad se encuentran en las montañas de Samaria y desde 2012 se encuentran bajo la jurisdicción de la Autoridad Palestina.

Historia
Shomron (literalmente ‘torre de vigilancia’) se encuentra en el corazón de las montañas de Israel, a pocos kilómetros al noroeste de Siquem, y adyacente a la ciudad de Sebastia. La colina de Samaria es una elevación alargada, con laderas empinadas aunque no inaccesibles, y una parte superior plana. Según la Historia hebrea, Omri ―que fue rey de Israel hacia el 870 a. C.― le compró esta colina a su propietario, Shemer, por dos talentos de plata. El rey hizo que su gente se mudara desde su villa capital Tirsa e hizo construir un nuevo pueblo en la amplia cumbre de la colina y le dio el nombre de Shomeron, es decir, Samaria (1 Reyes 16:24). El sitio poseía muchas ventajas. Omrí residió aquí durante los últimos seis años de su reinado.

Como resultado de una guerra fracasada con Siria, Omrí parece haber sido obligado a conceder a los sirios el derecho a «tomar» las calles en Samaria (probablemente el permiso a los comerciantes sirios para llevar a cabo su comercio en la capital israelita). Esto implicó la coexistencia de los israelitas con una considerable población siria.

Fue la única ciudad de Israel creada por un rey. Todas las demás poblaciones habían sido tomadas por la fuerza. Pero Samaria fue la elección de Omrí solo. El rey Omrí le dio a la ciudad que había edificado el nombre de su antiguo propietario, pero la evidencia de su fundación es la denominación de Samaria en inscripciones asirias: Beth-Khumri (la casa de Umri). Weall Stanley.

Samaria fue sitiada con frecuencia. En los días del rey Ajab, Ben Hadad II atacó las laderas con treinta y dos reyes vasallos, pero fue derrotado con una gran masacre (1 Reyes 20:1-21). El ejército de Ajab, en comparación con el de Ben Hadad, no era más que «dos pequeñas bandadas de niños»

El siguiente año volvió a atacar junto con Joram de Israel, pero una vez más fue derrotado totalmente y se vio obligado a rendirse a Ajab (1 Reyes 20:28-34).+ La fortificación fue desmantelada durante la destrucción de la ciudad por Juan Hircano (164-104 a. C.) en el año 108 a. C.. Las huellas de la destrucción causada por Hircano fueron encontradas por los arqueólogos, pero la ciudad fue repoblada aparentemente bajo Alejandro Yanai (125-76 a. C.), hijo de Hircano. En el año 63 a. C., Samaria fue anexada a la provincia romana de Siria.

Sebaste
En el año 30 a. C., el emperador Augusto (63 a. C.-14 d. C.) le otorgó esta ciudad a Herodes el Grande, quien le cambió el nombre de Samaria a Sebaste en honor de Augusto ("Sebaste" es la forma femenina del griego Sebastos, que significa Augusto).

Los restos más sobresalientes de este período son:
el Augusteum, que consiste en un templo y una gran explanada construida sobre el palacio de Omride en la cumbre de la acrópolis,
una puerta de la ciudad,
una calle con columnas de este a oeste,
un teatro en la ladera noreste de la acrópolis,
un templo dedicado a Kore en una terraza al norte de la acrópolis, y
un estadio hacia el noreste, en el valle.
Al este de la acrópolis, y en un área que hoy une la ciudad antigua con la moderna villa de Sebastia, se encuentra el foro, flanqueado al oeste por una basílica excavada parcialmente.

El agua para la aldea romana de Sebaste era suministrada por un acueducto subterráneo que la traía desde los manantiales del este hasta la zona del foro. La ciudad estaba rodeada por una muralla de 4 km de circunferencia, con torres que unían las pasarelas en el oeste y el norte. En el área de la aldea moderna y los campos colindantes se excavaron una serie de mausoleos con sarcófagos adornados.

Reconstrucción romana
En el siglo II d. C., cuando la ciudad se estableció como colonia, Septimio Severo la hizo reconstruir, sin ningún cambio importante. Samaria está relacionada con Juan el Bautista, personaje de la Biblia cristiana, cuyo cuerpo decapitado se cree que fue enterrado allí. Una iglesia pequeña basílica, construida en el siglo V, fue excavado en la ladera sur de la Acrópolis. Se cree que ese templo fue el lugar de enterramiento de la cabeza de Juan el Bautista. Un monasterio fue añadido a la misma en una fecha posterior. En el siglo XII también se construyó una catedral latina también dedicada a Juan el Bautista al este del foro romano y los elementos de la muralla romana de la ciudad combina período.

IV Dinastía (Casa de Omri) (Samaria)
Omri 
Omri (en hebreo: עָמְרִי, hebreo moderno: ʿOmri, hebreo tiberiano: ʿOmrî; acortado del hebreo: עָמְרִיָּה, hebreo moderno: ʿOmriyya, hebreo tiberiano: ʿOmriyyāh; en español: "El Señor es mi vida") fue rey de Israel y padre de Ajab. Existen tres cronologías para la época de los reyes que situarían su reinado en los siguientes períodos: La propuesta de Edwin R. Thiele (888 - 880 a. C. para su disputa dinástica con Tibni y 880 a. C. - 874 a. C. para su reinado propiamente dicho); la de William Foxwell Albright (876 a. C. - 869 a. C.); y la propuesta por Gershon Galil (884-873). Su historia está recogida en el Primer Libro de los Reyes 16:15-28. Existen además fuentes arqueológicas que completan el testimonio bíblico.

Ascenso al trono
Fue "comandante del ejército" de Ela, cuando este fue asesinado por Zimri quien usurpó el trono y se nombró rey; sin embargo, las tropas en Gibetón eligieron a Omrí como rey de Israel para destronar a Zimri. Asedió la capital Tirsá donde se encontraba Zimri y consiguió la victoria tras el suicidio de este en su propio palacio. Si bien Zimri fue eliminado, "la mitad del pueblo" apoyaba a Tibni, otro aspirante al trono, hijo de Guinat. Le tomó a Omrí algunos años subyugar a Tibni y, finalmente, se proclamó a sí mismo rey indisputado de Israel en el 31º año de Asa, rey de Judea.

Reinado
Omrí construyó su nueva capital Samaria en una colina comprada a Sémer por dos talentos de plata (cerca de 68 kilos de plata). Según lo descrito en la biblia, al igual que sus antecesores, anduvo en los mismos pecados edificando y manteniendo lugares de culto a falsos dioses ajenos, esto se puede explicar fácilmente, teniendo en cuenta que según nueva evidencia arqueológica, estos reyes eran cananitas, ya que en esa época, el pueblo judío aún no contaba con la identidad religiosa que sus gobernantes le proporcionarían posteriormente.

La arqueología arroja más datos sobre el periodo de Omrí. Arqueólogos como Israel Finkelstein y su estudiante Norma Franklin han encontrado paralelismos entre Samaria y la construcción de otras ciudades, Jezreel, Megiddo y Hazor; suficientes para intuir que se corresponden a una misma etapa o incluso a una misma política fundacional. Por otro lado, se halló una estela en Moab (Estela de Mesha) que comenta como el rey Omri habría sometido y anexionado el reino de Moab y como un líder local llamado Mesha habría expulsado a los israelitas de esta tierra venciendo al hijo de Omri (probablemente Ahab). A partir de Omrí, se establece una nueva dinastía en Israel que perdurará hasta el final de este reino. Existen más testimonios arqueológicos de esta dinastía que también hacen alusión a la nueva capital, que poco a poco se hará haciendo con el nombre del reino. Asimismo, se ha encontrado epigrafía tardía que se refiere al reino de Israel como el de Samaria. Omrí murió y fue enterrado en Samaria. Le sucedió en el trono su hijo Ajab.

Acab
Ajab​ (también conocido como Acab en la Biblia Reina-Valera) 874 y 853 a. C., de acuerdo con el libro bíblico de 1 Reyes En hebreo se conoce como אחאב (que se translitera 'j'b). Su historia está recogida en el primer libro de los Reyes 16:29 a 22:40. Existen además fuentes arqueológicas que completan el testimonio bíblico. Gobernó Israel entre los años 874 y 853 a. C. un período de casi 22 años. Sucedió en el trono a su padre Omrí prosiguiendo con su política fundacional y de defensa del reino. Sabemos que se casó con una princesa fenicia, Jezabel hija de Et-baal rey de Sidón (Tiria). Tuvo numerosas guerras con los sirios consiguiendo defender el territorio hasta el final de sus días. Por lo general se considera su período, junto con el de su padre, el más próspero de Israel.

Política exterior
Al principio de su reinado cesaron las hostilidades con Judá. Acab buscó la paz y la alianza con arameos, cananeos y sus vecinos de Judá ante un recrudecimiento de las relaciones con Siria (en este momento vasallos de Asiria). La guerra con los sirios se encuentra relatada en la Biblia y documentada arqueológicamente, siguiendo la estructura del Libro de Reyes se narran tres batallas:

Primeramente los sirios asedian la capital, Samaria, forzando a Acab a negociar una paz que compromete en un primer lugar su corona. Aunque Acab acepta, el rey de Siria, Hadadezer, que lideraba una coalición de 12 reinos todos vasallos de Asiria), demanda además el saqueo de la ciudad, Acab no acepta estas nuevas condiciones y ataca en un despiste el campamento sirio, venciendo y dispersando a las tropas enemigas. Un año después, los sirios le presentan batalla en una llanura cerca de Afec, nuevamente Israel vence y captura a Ben-Adad dejándolo marchar a cambio de una promesa de paz y de restitución de los territorios israelitas bajo dominio sirio; promesa que no se cumpliría.

Esta última batalla es a la que hace referencia la Estela de Kurkh, que informa de una coalición de varios reinos enviados por el rey de Asiria Salmanasar III, bajo Hadadezer, contra Acab rey de Israel. La estela da información del número de tropas participantes (entre las asirias e israelitas con sus aliados, unos 100.000 hombres). Sirve para su identificación que la Biblia apunta a que los israelitas habrían dado muerte a unos 100.000 hombres en esta batalla; aunque se exagere en las cifras y no se dé ningún nombre del lugar exacto donde se desarrolló el combate, sí se puede establecer un paralelismo más que plausible al tratarse de un número de combatientes excesivamente grande y poco común que difícilmente pueda suceder en otro combate en un período tan corto.

Una última batalla sucedería al final de su reinado, en torno al 853 a. C. El rey de Siria ocupa la ciudad de Ramot de Galaad. Judá e Israel se alían y atacan para recuperarla, aunque no consiguen tomarla. El rey Acab muere en combate, herido de flecha.

Política interior
Nuevamente la Biblia es la fuente principal para la política interior de los reyes de Israel y en particular de Acab, con quien se extiende, y en la que introduce gran parte de la historia del profeta Elías. Se dice que Acab siguió en los mismos pecados que su padre y que sus antecesores al introducir y edificar altares y templos a dioses ajenos (Astoret diosa cananea y Baal). Esta política contraria a la ley de Moisés se entiende en un contexto de mezcla cultural y en el intento de ganarse a los arameos y demás pueblos que habitan en su territorio. La Biblia la hace depender en gran medida de su matrimonio con Jezabel (que no era judía, sino probablemente fenicia). Jezabel instituye un culto ajeno y mantiene a sacerdotes y profetas paganos que entran en conflicto con los profetas de Yahveh. Existe, por tanto, una tensión entre ambos cultos, la Biblia hace referencia a dos hechos importantes que se contraponen en este asunto, el primero es una persecución efectuada por Jezabel contra los profetas de Dios que tienen que ocultarse y otra, el enfrentamiento de Elías con los profetas de Astoret y Baal que saldrían derrotados y degollados a espada (1°Reyes 19:1) los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y cuatrocientos profetas de Asera (1°Reyes 18:19) por el profeta de Yahveh Elías (1 Reyes 18:40); a lo que sigue una nueva persecución al profeta por Jezabel en venganza. (1 Reyes 19:2-3).

Jezabel también muestra el perfil de mujer cruel, dispuesta a asesinar para conseguir sus objetivos. La Biblia introduce el relato de la viña de Nabot para ilustrarlo. En éste se cuenta cómo tras serle imposible al rey Acab comprar la viña de Nabot por la que se había encaprichado, su mujer decide difamar a Nabot para que le maten y de este modo su marido pueda adquirir la viña de Nabot.

La derrota final de Acab se justifica teológicamente por su pecado de idolatría y por haber dejado escapar a Ben-adad después de la segunda batalla contra los sirios. Profetizada por Elías y Miqueas.

Por lo demás al igual que su padre sigue una política fundacional intensa. De la prosperidad de su reino y del auge cultural propiciado por este rey nos dan cuenta unos marfiles encontrados en Samaría. Fue enterrado en Samaria, le sucedió en el trono su hijo Ocozías.

El nombre de Acab
Este nombre, que significa el hermano es padre es poco común en Israel, aunque más habitual entre los árabes.

Ocozías
Ocozías fue el octavo rey de Israel. En hebreo (אחזיה, transliterado "'jzyh". Ocozías es el nombre tradicional de este rey en español, pero una transcripción más fiel sería Ajazíah). Su historia está recogida en el Primer libro de los Reyes 22:40, Segundo libro de los Reyes 1:1-18 y en el Segundo Libro de las Crónicas 20:35-37.

Gobernó en Israel entre los años 853 a 852 a.C., un periodo de casi dos años. Sucedió a su padre Ajab en trono y anduvo en los mismos pecados que sus padres edificando altares y adorando a dioses ajenos. La confrontación existente entre el clero de Yahveh y el de otros dioses que se llevaba manifestando de forma cruenta desde el reinado de su padre, vuelve a quedar patente. En este caso Ocozías tras haber caído desde una ventana se lesiona y queda encamado; resuelve, por tanto, enviar una embajada al los profetas de Baal-zebul en Ecrón (nombre que deriva en castellano en Belcebú) éstos antes de llegar a este lugar se encuentran con Elías que les profetiza la muerte inminente del rey diciendo: "¿No hay Dios en Israel que tu envías a consultar a Baal-zebul dios de Ecrón?". El rey envía entonces varios acometidos a apresar a Elías pero estos fracasan y el rey muere.

Se dice en el Segundo Libro de las Crónicas además que Ocozías estableció una alianza comercial con Judá, cooperando en la construcción de naves con destino a Tarsis, la Biblia dice que esta misión no llegó a completarse, como castigo a Ocozías y al rey de Judá por confíar en él. Murió sin llegar a dejar descendencia directa, le sucedió en el trono su hermano Joram de Israel.

Joram
Joram fue el noveno rey de Israel. En hebreo (יורם) - transliterado "ywrm". Su historia está recogida en el Segundo libro de los Reyes 3:1 a 27; a continuación se introduce la historia del profeta Eliseo, sucesor de Elías, en la que también se arrojan indirectamente datos del reinado de Joram hasta que se reaunuda la historia en el capítulo 9:1-26.

El reinado de Joram
Gobernó en Israel entre los años 852-841 a. C., un periodo de casi doce años. Hijo de Acab, sucedió a su hermano Ocozías. Aunque retiró los altares al dios Baal siguió conservando los de otros dioses, por lo que se dice que anduvo en los mismos pecados que sus antecesores. Sabemos que durante su reino se desencadenó una guerra contra Moab en la que contó con la alianza de los reinos de Judá y Edom. Por tanto la alianza que había establecido su padre con los arameos y hebreos de Judá vuelve a funcionar en esta batalla en la que consiguen derrotar a Moab y ocupar su territorio. También vuelve haber guerra entre Israel y Siria (vasallos en este momento de los asirios). Nuevamente Ben-Adad sitia la ciudad de Samaria durante un largo período. No obstante se acaba retirando por miedo a que Israel se hubiese aliado con los heteos y egipcios, librándose la ciudad de una derrota segura.

Eliseo y los sirios
La Biblia ilustra parte de los hechos acaecidos a Israel durante este reino a través de la figura de Eliseo. Da dos datos fundamentales, en primer lugar parece que Eliseo espió para Israel los movimientos del rey de Siria y llegó a tener relevancia dentro de la corte, de este modo salvó en una ocasión a Joram de caer en una emboscada. Por otro lado después del abandono del sitio de Samaria, el rey sirio Ben-Adad cae enfermo y Eliseo profetiza que su hijo Hazael herederá el trono y será quien acabe con el reino de Israel.

La muerte de Joram
Eliseo hace ungir a Jehú como nuevo rey de Israel, rechazándose de este modo al rey Joram y a toda su casa como había sido profetizado. En el 841 Joram se encontraba junto con Ocozías rey de Judá defendiendo la ciudad de Ramot de Galaad de los sirios, pero siendo heridos tuvieron que retirarse ambos reyes a Jezrael. Jehu fue allí junto con una tropa y retó a ambos reyes. Estos salieron al encuentro de Jehú a la heredad de Nabot y Jehú mató a Joram y más tarde hizo matar a Ocozías rey de Judá en Meguido. Luego fue a Jezrael y dio muerte a la madre de Joram, Jezabel, a quien mandó que tirasen desde una ventana a un patio donde luego su cadáver fue devorado por los perros. Tanto la muerte de Joram en el huerto de Nabot como la muerte de Jezabel devorada por los perros cumplían de este modo las profecías, ninguno de los dos recibió sepultura en Samaria. También dio muerte a todos los hijos de Acab degollándolos en Jezreel y Samaria. Con la muerte de Joram, la Casa de Omri se extinguió. y Jehú reclamó el trono.

Dinastía (Casa de Jehú) (Samaria)
Jehú
Jehú (hebreo: יֵהוּא, Yehú) es un monarca mencionado en la Biblia, rey del Reino de Israel. Su nombre es una contracción del nombre del Dios hebreo Yahve con el pronombre personal masculino singular hebreo "hu", y significa "Yah es él", o "él es Yah".

Según la Biblia, Jehú fue el décimo soberano del Reino de Israel, con un reinado de 28 años, y fundando la dinastía más duradera del Reino del Norte. Inició su carrera militar en el ejército del rey Ajab (Acab), para luego convertirse en general del rey Joram. Mientras sitiaba la ciudad de Ramot de Galaad que estaba en posesión de los arameos de Damasco, fue ungido como rey de Israel y se le encargó la misión de eliminar la descendencia de Acab y de Ocozías de Judá, y de tomar el trono de Israel, según la profecía de Elías, quien había profetizado como reyes de Siria e Israel a Hazael y Jehú, respectivamente, y como su sucesor al profeta Eliseo.

Representante del Reino de Israel, posiblemente un enviado de Jehú rinde tributo ante el rey asirio Salmanasar. Detalle del segundo registro del Obelisco Negro, 841 a. C.. La inscripción cuneiforme asiria expresa: "El tributo de Iaúa hu-Umri (Jehú, hijo de Omrí)". Durante su reinado tuvo que soportar la presión aramea y asiria en el Este. La Biblia atribuye sus fracasos militares a su falta de fe al conservar el culto a los becerros de oro instaurados por Jeroboam I.

Insurrección
Cuando el rey Joram de Israel abandonó el frente en Ramot de Galaad debido a las heridas que sufrió, dejó a Jehú al mando del ejército israelita, el cual conseguiría finalmente recuperar dicha ciudad. Esto lo volvió popular entre sus tropas, ganándose su afecto y apoyo, por lo cual no le costó mucho convencer a los demás generales que lo apoyaran en su rebelión contra la casa real de Omri. Fue rápidamente aclamado rey de Israel.

Golpe de estado y ascenso al poder
Inmediatamente viajó a Jezreel con sus tropas, al encuentro de Joram, y su sobrino, el rey Ocozías de Judá, quien se hallaba en la ciudad en muestra de apoyo a Joram. Tras varios intentos fallidos de Joram de comunicarse con Jehú mientras éste se acercaba (debido a que los atalayas desertaban al bando de Jehú), el mismo Joram avanzó sin sospechas a recibir a Jehú. Al encontrarlo e intentar saludarlo al lema de "¿Hay paz Jehú?", fue bruscamente rechazado por éste diciendo: "¿Qué tienes que ver tú con la paz después de las prostituciones de tu madre?". En ese momento Joram se dio cuenta del complot en su contra, e intentó escapar, siendo asesinado a manos del mismo Jehú antes de lograr ponerse a salvo, aunque al menos pudo avisar del golpe a Ocozías de Judá, quien pudo escapar hasta Meguido, donde fue muerto por las tropas de Jehú que lo habían perseguido.

Purga
Según el reláto bíblico Jehú se dispuso prontamente a acabar con toda la casa de Ajab para así consolidarse en el trono, empezando por la reina madre Jezabel, quien al verlo le insultó comparándole con el usurpador Zimri, por lo que Jehú enojado, desafió a los eunucos que se encontraban con ella para que la echaran abajo desde la ventana. Luego Jehú entró victorioso al palacio real y después de comer ordenó enterrar el cadáver de Jezabel, pero ya no quedaba nada de éste, ya que los perros y las aves del campo se habían comido su carne, conforme a la palabra de Elías. Luego mató al resto de hijos de Ajab y a todos los parientes de Ocozías de Judá que pudo encontrar. Mediante engaño fingió ser un devoto adorador de Baal invitando a todos los adoradores y profetas de Baal a su templo para asesinarlos. Se reunieron de todo el país atiborrando el templo. Una vez ahí les distribuyeron ropas blancas para identificarlos y se aseguraron de que nohubiera ningún adorador de Yahveh, y cerrando las puertas ordenó a los verdugos asesinarlos a todos. Pero, a pesar de dejar establecida su posición Jehú tuvo que enfrentar el rey sirio Hazael, quien aprovechó el cambio de gobierno para iniciar la invasión de Israel y Judá. Jehú apeló a la ayuda del rey asirio Salmanasar III, aceptando convertirse en vasallo de éste y pagarle tributo. No obstante, luego de la muerte de Salmanasar, le siguieron varios reyes débiles, lo cual le permitió a Hazael volver a invadir Israel, conquistando todos los territorios al este del Jordán a un débil Israel. Jehú fue sucedido por su hijo Joacaz de Israel.

Inscripción asiria
En el Obelisco Negro del Museo Británico fue representado, entre otros, un emisario israelita llamado Ia-ú-a hu-Um-ri (Jehú, hijo de Omrí), quien ofrece tributo postrado ante el rey asirio Salmanasar III; se trataría de un enviado del antiguo Reino de Israel o posiblemente Jehú mismo, cosa que confirma la noción de que el Reino del Norte había dejado de ser un estado soberano.

En 1850, Henry Rawlinson identificó al "Ia-ú-a" postrado ante del rey asirio con el rey bíblico conocido como Jehú. Sin embargo, un año más tarde tal identificación fue cuestionada por el clérigo y asirólogo Edward Hincks, quien relacionó a dicha figura con Oseas, el último monarca del Reino de Israel, en un esfuerzo por hacer coincidir la narración bíblica con las inscripciones asirias, pues de lo contrario la conquista de Asiria sobre Israel se adelantaría en 160 años a lo señalado en la Biblia. Actualmente, sin embargo, prevalece la opinión de que la inscripción innegablemente menciona a "Jehú hijo de Omrí". Por lo que emerge una considerable disparidad entre lo que narran las inscripciones cuneiformes del Obelisco Negro y lo que expresa el relato bíblico, pues ni Jehú ni Oseas fueron hijos de Omrí y la dominación asiria habría ocurrido mucho antes de lo descrito en la versión bíblica.

Joacaz
Joacaz, su pronunciación y transliteración original seria Yeho'ajaz escrito יהואחז. Fue un rey de Israel, hijo de Jehú, fundador de la dinastía más larga y poderosa que hubo en el reino norteño de Israel.

Comenzó a reinar en el año 814 a. C., que fue el año 23 del rey Joás de Judá, fue el undécimo rey de Israel, y reinó por 17 años. Heredó un debilitado reino de su padre ya que Jehú perdió todos los territorios de Transjordania y fueron anexados a los dominios de Hazael, el cual afligió a Joacaz en su primeros años de reinado. Pero seria Ben-Hadad III su mayor verdugo, ya que producto de su propia apostasía, en las guerras quedó su ejército reducido sólo a 50 soldados a caballo, 10 carros, y 10000 soldados de infantería. En su desesperación Joacaz se volvió a Dios, por lo que Dios le proveyó de un salvador, que probablemente fue el rey asirio Adadnarari III, que invadió Siria en el año 806 a. C., saqueó Damasco, y los obligó a pagar tributo, por lo que eliminó al peor enemigo de Israel, y no le molestaron por un buen tiempo. Joacaz fue enterrado en Samaria, y le sucedió su hijo Joás.

Joás
Joás, fue un rey de Israel, hijo y sucesor de Joacaz, de la dinastía de su abuelo Jehú. A diferencia de su padre, Joás fue un guerrero de éxito. Reinó por 16 años, siendo el decimosegundo rey de Israel, y el tercer rey de la dinastía de Jehú. Comenzó a reinar en el 798 a. C., que era el año 37 de Joás, rey de Judá. Su nombre en hebreo es escrito יהואש, transliterado Yeho'ash.

Aunque no quitó los becerros de oro de Jeroboam I, seguía aún la religión nacional de Israel. Cuando el profeta Eliseo estaba agonizando, Joás fue a verlo. Ahí el profeta Eliseo lo hizo disparar una flecha en dirección a Siria, y golpear el suelo, a lo que Joás accedió, pero sólo lo hizo 3 veces. Por ello el profeta le dijo que sólo derrotaría a Siria 3 veces. Lo que se cumplió cuando Joás derrotó 3 veces a Ben-Hadad III y saqueó varias veces Damasco, y como consecuencia Joás recupero todos los territorios que su padre había perdido.

En un principio, sus relaciones con Juda habían sido buenas, a tal punto que Joás accedió a que 100.000 de sus soldados acompañaran a Amasías, el rey de Judá, a una campaña contra los edomitas, pero por palabra de Dios fueron devueltos a su país. Indignados por esto los soldados israelitas hicieron desmanes en Judá, aparte de matar a 3000 personas. Volviendo Amasías de su campaña en Edom, le declaró la guerra a Joás, a lo que el respondió con una metáfora, comparando el cedro (el mejor árbol), para simbolizarse a él, y el cardo (el peor árbol) simbolizando a Amasías. Con la clara intención de comparar su victoria contra Siria, un reino fuerte y la victoria de Amasías sobre Edom, un reino más débil, además le advertía que perdería la batalla. Pero Amasías no escucho la advertencia por lo que siguió en su plan de guerra, enaltecido por su victoria ante los edomitas.

Joás obtuvo una gran victoria ese día en Beit-Shemesh, incluso tomando prisionero a Amasías y llegando a Jerusalén, para lo que derribó gran parte de la muralla, retirándose después con un gran botín. En la estela de Hadad-Nirari, rey de Asiria, se menciona a Joas el Samaritano, entre los reyes que le pagaron tributo. Esta paz con los asirios le sirvió para expandirse y ganar varias batallas.

Probablemente su hijo Jeroboam estuvo como su corregente por varios años. El mismo Jeroboam lo sucedió en el trono. Fue enterrado en Samaria, en las tumbas reales.

Jeroboam II
Jeroboam II, (en hebreo: ירבעם השני, que el pueblo se multiplique, cuyo pueblo es numeroso o YAH contiende por el pueblo) era hijo de Joás y el decimotercer rey del Reino de Israel. Su reinado coincidió con los de Amasías y Uzías de Judá.

Reinado
Su reinado tuvo lugar en un período que abarcó 787-747 a. C. El mismo incluyó una corregencia de once con su padre. Ya sea antes del reinado de Jeroboam o durante los primeros años de su gobierno, el profeta Jonás predijo que el nuevo rey recuperaría los territorios del norte y del este que en tiempos anteriores habían pertenecido a Israel (II Reyes 14, 25), y Jeroboam cumplió esta profecía.

Llegó a ser el rey más fuerte de la dinastía de Jehú, si no de todos los reyes que ocuparon el trono del reino del norte. El registro bíblico acerca de este reinado es sumamente breve, y consiste sólo en 7 versículos (II Reyes 14, 23-29). Sin embargo el corto informe de sus éxitos militares muestra claramente que fue el gobernante del reino del norte con más éxitos en su haber: conquistó Damasco y Hamat junto al Orontes, y recuperó la mayoría de los territorios de Siria y Transjordania hasta el Mar Muerto, de modo que su reino incluyó todo lo que David y Salomón habían dominado, con excepción de Judá; tuvo la fortuna de que Asiria estuviera experimentando un período de debilidad durante su reinado, y así no pudiera impedir sus actividades expansionistas. Murió y fue sepultado en Samaria, y seis meses después de su muerte la dinastía finalizó con el asesinato de su hijo Zacarías (II Reyes 15, 8-11).

Sociedad
El reino gozaba de prestigio político y prosperidad económica. La evidencia arqueológica lo muestra como la época más rica de Israel, debido sobre todo al comercio de aceite de oliva, vino y caballos, tanto con Egipto como con Asiria. A finales del siglo octavo era el estado más densamente poblado del Levante mediterráneo, con alrededor de 350.000 habitantes.

Los profetas Amós y Oseas denunciaban el materialismo y el bajo nivel moral y religioso (Amós 5, 21-22; 2,6-8 y Oseas 6, 6-10) pero también existía cierta medida de tolerancia religiosa: cuando Amós, un ciudadano del reino del sur, pronunció sus profecías contra la casa de Jeroboam en la ciudad del santuario de Bet-el, su sacerdote informó al rey, pero nada se hizo contra Amós excepto pedirle que saliera del territorio de Israel (Amós 7, 10-17).

Evidencia arqueológica
Durante las excavaciones de Megido en 1904 se encontró un sello de jaspe con la figura de un león rugiente y la siguiente inscripción en hebreo: "Para a Shemá, servidor de Jeroboam".

Zacarias
Rey de Israel, hijo de Jeroboam II. Ascendió al trono en 743 a. C., al morir su padre. Tuvo su corte en Samaria. Hay controversia sobre las fechas de su reinado, ya que William Foxwell Albright da 746 a. C.-745 a. C., y E. R. Thiele ofrece 753 a. C.-752 a. C..

La Biblia relata sucintamente su reinado (2 Reyes, 15:8-12) e indica que "Hizo el mal a los ojos de Yahvé como hicieron sus padres". A los 6 meses de su reinado, un hombre llamado Sellum (Shallum) conspiró contra él y lo asesinó en Yibleam, para apoderarse del trono. Con la muerte de Zacarías concluyó la quinta dinastía del Reino de Israel, fundada por Jehú en 841 a. C.

VI Dinastía (Casa de Sellum) (Samaria)
Salum
Sellum o Shallum fue un rey de Israel que ocupó el trono en los años 745 a. C. o 752 a. C..

Era hijo de un hombre llamado Yabesh. En el sexto mes del reinado de Zacarías, Sellum conspiró contra él, lo asesinó en Yibleam y se proclamó rey. La Biblia resume muy sucintamente su reinado (2 Reyes, 15:13-15). Al mes de estar en el trono, un sujeto llamado Menajem se rebeló contra él en Tirsá, entró en Samaria, lo asesinó y ciñó la corona israelita.

VII Dinastía (Casa de Menajem) (Samaria)
Manahem
Menajem o Menahem (743 a. C. -738 a. C.), fue el 16º rey de Israel. De acuerdo con la cronología de Kautsch, gobernó en 743-736 a. C.; según Schrader, de 745 hasta 736 a. C.. William Foxwell Albright ha fechado su reinado en 745-738 a. C., mientras que E. R. Thiele ofrece las fechas 752-742 a. C.

Era hijo de Gadi y ostentó el cargo de jefe del ejército en Tirsa. A la muerte del rey Zacarías, asesinado por Shallum, consiguió eliminar al asesino y quedarse con el trono. Consiguió el apoyo del monarca asirio Tiglatpileser III, para lo cual tuvo que pagar un fuerte tributo. Ejerció un poder tiránico, provocando diversos levantamientos, que reprimió violentamente. Le sucedió su hijo Pecajías (Peqahyah).

Pekaia
Rey de Israel, hijo y heredero del rey Menajem. Según William F. Albright, ascendió al trono al morir su padre (738 a. C.). Se alió con Resin de Damasco contra Judá. La Biblia resume sucintamente su reinado (2 Reyes, 15:23-26) e indica que "hizo el mal a los ojos de Yahvéh". Fue asesinado en Samaria en 737 a. C., en la torre del rey, por su escudero Pecaj, que se adueñó del trono israelita. Edwin. R. Thiele ofrece como fechas de su reinado, 742-740 a. C.

VIII Dinastía (Casa de Pecaj) (Samaria)
Peka
Pecaj o Peka (? - 732 a. C.), hijo de Remaliah, era un oficial del ejército que se convirtió en rey de Israel entre los años 737 y 732 a. C.

Subió al trono tras asesinar a Pecajías, ya que estaba en contra de la política de amistad con Asiria que aquel practicaba, y prefería una alianza con Damasco. Junto con Rasin de Damasco, declaró la guerra al rey de Judá, Ajaz. Este pidió ayuda a Tiglatpileser III, que conquistó Damasco, toda la costa del Mediterráneo y parte del reino de Israel, deportando a sus habitantes. Pecaj fue asesinado debido a una conspiración dirigida por Oseas.

IX Dinastía
Oseas
Oseas fue el último monarca del Reino de Israel, reinó aproximadamente durante el período 730 a. C.-722 a. C..

Impuesto por Tiglatpileser III, con soberanía reducida a Samaria, a la muerte de aquel, se sublevó y buscó la alianza de Egipto, pero fue derrotado por Salmanasar V, cegado y conducido como cautivo a Asiria. Las consecuencias fueron la conversión de Israel en provincia asiria, y la deportación masiva de la población, en especial las clases altas, que fueron sustituidas por colonos arameos y caldeos, en el futuro, conocidos como samaritanos. Los israelitas deportados se diluyeron entre la población asiria, llamándoseles en adelante las diez tribus perdidas.

En el Obelisco Negro del Museo Británico fue representado, entre otros, un emisario israelita que ofrece tributo ante el rey asirio Salmanasar; se trata de un enviado del antiguo Reino de Israel, que confirma el hecho de que el mismo había dejado de ser un estado soberano. En 1851Edward Hincks relacionó al personaje en cuestión no con Jehú, sino con Oseas, quien, según expresa la Biblia, fue hecho siervo de Salmanasar, a quien año a año le pagaba tributo, hasta que dejó de hacerlo y fue eventualmente capturado por conspirar contra el monarca asirio.

Según el texto cuneiforme del Obelisco Negro, la figura representada pertenece a la Casa de Omri. De la información disponible tiende a emerger una considerable disparidad entre lo que narran las inscripciones cuneiformes del Obelisco Negro y lo que expresa el relato bíblico. Datado en 841 a.C., el Obelisco Negro pertenece al siglo IX a.C., mientras que Oseas reinaría un siglo más tarde. Esta discrepancia da lugar a diferentes hipótesis y teorías. A pesar de ello, y más allá de quien sea el personaje que aparece postrado ante un rey asirio en el Obelisco Negro, lo cierto es que se trata de la más antigua imagen visual de un israelita que se conoce en la historia.

El Mito de la Doctrina Efraimita o de las dos Casas reunidas
La doctrina Eframita, también conocida como las dos Casas, promueve que el Reino del Norte de Israel [las 10 Tribus perdidas] es la casa “perdida” de Israel esparcida por todo el mundo. La Casa de Israel es más comúnmente conocida como Efraín, que tuvo lugar de José como una tribu junto con Manasés. La premisa es que Efraín es como la arena del mar y, por tanto, los que tienen un amor de volver a guardar la Ley Mosaica son realmente las tribus “perdidas” de Efraín. Las Escrituras en el Antiguo Testamento que apuntan a Efraín como que tiene una herencia en la tierra de Israel es el tema central en esta posición doctrinal.

Esta doctrina no es nueva. Se difundió por primera vez como el llamado israelismo británicoy también identidad cristiana, en la que se creía que las tribus perdidas terminaron en Gran Bretaña, y las naciones anglosajonas. La doctrina de las Dos Casas / Efraín es más que otra variación del tema central de las tribus “perdidas” que es reconocida por un grupo selecto de personas como su propia “genealogía” [pero oculta hasta que uno llega a ser observante de la Torá]. Los Efraimitas de las Dos casas también creen que tienen una justa participación en la herencia de la tierra en Israel y si su “hermana”, la Casa de Judá [los Judíos], los reconocen y aceptan [ya que todas juntas practicarán la Toráh, trayendo así a las dos Casas juntas – la Casa de Israel / José / Efraín /o el Reino del Norte con la Casa de Judá o Reino del Sur], esto completaría el requisito necesario para marcar el comienzo del regreso del Mesías. Los Judíos se consideran a sí mismos como que son todas las tribus reunidas en una sola, es decir, como Israel. Ellos no designan afiliación tribal distinta aparte de la levítica para un futuro tercer templo.

Efraín no se menciona en el Nuevo Testamento sino sólo como una ciudad. También no se encuentra en Apocalipsis 7, al igual que la tribu de Dan. Los efraimitas hoy tratan de forzar una afiliación tribal en la tribu de José que se menciona en el texto. Sin embargo; claramente dice José, no Efraín. Dios no está confundido: La tribu de Manasés tiene 12000, la tribu de José tiene 12000. No hay 12000 perdidos que se asignará a Efraín. Tampoco hay ninguna asignada a Dan. Tanto Efraín y Dan se rebelaron contra Dios y fueron destituidos para ser un pueblo por su idolatría y la construcción de ídolos dentro de sus ciudades.

Las promesas de Efraín en el Antiguo Testamento estaban supeditadas a su regreso a Dios y a sus mandamientos, requisitos que ellos no estuvieron dispuestos a cumplir, por eso fueron destruidos. El remanente que se mantuvo fiel a Dios vivió en Judá, al igual que el resto de todas las tribus. Vemos que incluso durante la época del reinado de Roboam los de todas las tribus de Israel se unieron ellos mismos a Judá. 2 Crónicas 11:16-2 Crónicas 15: 9.

Durante la deportación de las diez tribus, algunos de ellas fueron dejados atrás, se casaron con los asirios y se convirtieron en los samaritanos. Ellos no se han olvidado quiénes son después de más de 2.000 años transcurridos. En la época de Esdras y Nehemías, los de las tribus que habían sido esparcidos a Asiria y Babilonia que deseaban regresar lo hicieron.

Esdras 2:70 Y los sacerdotes y los levitas, y algunas de las personas, y los cantores, y los porteros y los sirvientes del templo, habitaron en sus ciudades, y todo Israel en sus ciudades.

Esdras 6:16 Y los hijos de Israel , los sacerdotes y los levitas, y el resto de los hijos de la cautividad , hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo, Esdras 6:21 Comieron la Pascua los hijos de Israel que habían vuelto del destierro y todos aquellos que se habían apartado de la impureza de las naciones de la tierra para unirse a ellos, para buscar al Señor, Dios de Israel, Nehemías 5: 8 Y les dije: Nosotros, conforme a nuestras posibilidades, hemos redimido[a] a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a las naciones; y ahora, ¿venderéis a vuestros hermanos para que sean vendidos a nosotros? Entonces se quedaron callados y no hallaron respuesta[b].

Después del exilio de ambos reinos, y tras el regreso de Babilonia, le siguió un retorno de los exiliados como uno, no dos reinos. Note que Nehemías hace referencia a los que habían sido vendidos a las naciones, no sólo Babilonia. Cuando Babilonia cayó ante Persia, todo el imperio que había estado anteriormente bajo los asirios también cayó bajo Ciro. Por lo tanto, no sólo los exiliados a Babilonia regresaron, sino cualquiera de los que deseaban hacerlo que habían estado allí desde el exilio asirio. Además, fueron hechas ofrendas por Israel después de que regresaron, no sólo por Judá.

Esdras 8:35 Los desterrados[a] que habían venido de la cautividad ofrecieron holocaustos al Dios de Israel: doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, doce machos cabríos como ofrenda por el pecado; todo como holocausto al Señor.

En la época de Jesús, vemos que hubo Judíos de toda tribu en existencia y no se perdieron, sabían quiénes eran. TODO Israel se esparció, no sólo las tribus del norte. De Hechos 2, es evidente que todas las tribus se podían encontrar por todas partes. Como Hechos 2 dice, los “Judíos” de muchos países habían venido a celebrar el Pentecostés, una de las tres fiestas requeridas para que todos los hombres asistieran. Esto significa Judíos de todas las 12 tribus, no de una sola casa o de la otra.

Santiago escribió a las doce tribus que estaban dispersas, note dispersas, no “perdidas”. Para aquellos que les gusta torcer esto para que signifique que Santiago estaba de alguna manera escribiendo a las tribus perdidas, debía haber significado diez tribus, no doce. ¿Y cómo es que Santiago pudo haber sabido que ellas existían en determinados lugares si se perdieron? – ¿cómo les escribiría Santiago una carta si estas tribus estaban perdidas? ¿Podría acaso esperarse que su misiva llegara a sus a sus manos sin de hecho estaban perdidas?. Ya no hay “dos casas”. En Cristo, todos los llamados Judíos de todas las tribus y todos los gentiles de todas las naciones de la tierra, todos son un solo y nuevo hombre en Cristo: Romanos 10:12-Colosenses 3:11-Efesios 2:13-16-Apocalipsis 5: 9-10.

Continua en: El Reino de Juda
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