Apologetica-Teologia-Ciencias Biblicas

Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

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miércoles, 27 de febrero de 2013

Jerusalen (Geografia)


•  Topografia
Situación geográfica
Jerusalén está situada en 31º 46' 45 de latitud Norte y 35º 13' 25 de longitud Este, Greenwich, unas 32 millas inglesas (51,49 Km.) (ésta anterior y todas las mediciones del sistema métrico decimal que en adelante aparecen, entre paréntesis, son n.d.t.) en línea recta desde el Mediterráneo al oeste, y 13 (20,92 Km.) desde el Mar Muerto al este. Se encuentra en la cima de una cadena de montañas que atraviesa Palestina de norte a sur, estando su punto más alto, en la esquina noroeste de la ciudad, a 2577 pies (785,46 metros) sobre el nivel del Mediterráneo, y 3865 pies (1178,05 metros) sobre el nivel del Mar Muerto. Debido a esta diferencia de nivel la ladera oeste de estas montañas, hacia el Llano de la Sefela, que se extiende hacia el Mediterráneo, es suave, mientras que la del este es empinada. Un cinturón de altas colinas rodea la ciudad, formando una especie de terraplén natural. Al norte está el Monte Scopus (2705 pies) (824,48 metros), cerca de él, al este, el Monte de los Olivos (2665 pies) (812,29 metros), más allá del cual se encuentra también el Monte de la Ofensa (2410 pies) (734,56 metros) (1 Reyes 11, 7; 2 Reyes 23, 13). Al sur está el Monte del Mal Consejo (2549 pies) (776,93 metros), el cual constituye el límite este del Llano de Refaím, y cerca, al sudoeste, se sitúa una colina (2577 pies) (785,47 metros) a la que no se le ha dado nombre alguno. Hacia el noroeste la ciudad está más descubierta; a cierta distancia en esa dirección está dominada por el Nebi Samwil, el antiguo Maspha, el cual tiene una altitud de 2935 pies (894,58 metros). No obstante la dificultad del acceso en su situación natural, Jerusalén es el centro de una red de antiguos caminos que la conectan, al este, con Jericó y el Jordán; al sur, con Hebrón y Gaza; al oeste, con Jaffa y Cesarea; al norte con Samaría y Galilea. Estuvo, sin embargo, situada al otro lado de las grandes rutas militares y comerciales entre Egipto y Asiria.

•  Terreno; colinas y valles.
La antigua ciudad ocupaba la misma posición que al presente, exceptuando el extremo sur que ha permanecido fuera de los muros desde el reinado de Adriano (año del Señor, 136). Sin embargo, gracias a las excavaciones sistemáticas realizadas por ingenieros ingleses, americanos y alemanes, gran parte del viejo muro sur ha sido sacado a la luz. Mientras que en muchos lugares montones de ruinas han cambiado la apariencia del terreno, es cierto que las excavaciones y perforaciones verticales hechas en los últimos cincuenta años, han permitido a los investigadores dibujar mapas suficientemente exactos de la primitiva configuración. El suelo en que Jerusalén se asienta, dentro de este anillo de montañas a su alrededor, de ninguna manera es uniforme en sus características: en tres de sus lados este, sur y oeste- se levanta sobre alturas abancaladas limitadas por profundos valles que le dan la apariencia de un promontorio sobresaliendo hacia el sur. La ciudad misma está surcada por algunas quebradas que la cortan en un cierto número de pequeñas colinas. El más largo de estos valles mide escasamente dos millas y media (unos 4000 metros); todos ellos se han formado por erosión, debido a las lluvias torrenciales del período cuaternario. Al norte de la ciudad toman la forma de simples depresiones del suelo y a medida que descienden, sumiéndose enseguida en la roca calcárea de las montañas, se convierten pronto en profundos cañones, cayendo todos juntos en el ángulo sudeste de la ciudad a un nivel 600 pies (183 metros) por debajo del punto de partida. Las dos colinas principales se encuentran al sudoeste y al este respectivamente. La primera de estas colinas se llama Monte Sión porque, según Josefo (Antiq. Jud., XVI, vii, 1), Eusebio y todos los escritores judíos y cristianos que les han seguido, la ciudad de Jebús, o Sión, la ciudad de David- estuvo aquí. Esta idea, sin embargo, es negada por ciertos modernos palestinólogos, que localizarían a Sión en el declive norte de la segunda de estas colinas, Monte Moria (2 Crónicas 3, 1), donde estuvo el Tempo de Yahvéh. 


(a) El Monte Sión está limitado al oeste por un valle que comienza cerca de la antigua piscina llamada Birket Mamilla (véase abajo, D), alrededor de 1000 pies (304,80 metros) al noroeste de la propia colina. Este valle, siguiendo la dirección sudoeste hasta la Puerta de Jaffa, la antigua puerta de los jardines (Gennath) (Bell. Jud., V, iv, 2) gira allí al sur y forma un embalse de agua llamado Birket es Sultán, con un sólido dique, que fue rehecho en los siglos doce y dieciséis. Esta es la Fuente del Dragón (tannin) a la que vino Nehemías cuando salió de la ciudad por la puerta oeste (D.V., fuente dragón, Nehemías 2, 13). Josefo la llama Piscina de la Serpiente (Bell. Jud., V, iii, 2); la palabra hebrea Tannin expresa tanto dragón como serpiente. Los nativos lo llaman Wadi Rababi; en la Biblia aparece bajo el nombre de Ge Hinnom, o Ge Ben Hinnom, Valle de Ennom (en A. V., Hinnom) o del hijo de Ennom un personaje desconocido- (Josué 15, 8; 18, 16; Nehemías 11, 30; Jeremías 19, 2). Debajo de Birket es Sultán, se vuelve al este, pasa por debajo de Haceldamá (q.v.), y llega al Valle de Cedrón. En el entronque de los dos valles se halla el vergel el jardín del rey (o, en D.V., la guardia del rey) citado en IV Reyes, xxv, 4 (2 Reyes 25, 4, n.d.t.); Jer., xxxix, 4 (Jeremías 29, 4, n.d.t.); II Esd., iii, 15 (Nehemías 3, 15, n.d.t.). También, en la entrada del Valle de Hinnom se sitúa Tofet, el alto donde Acaz y Manasés establecieron el culto de Baal-Moloch (2 Crónicas 28. 3; 33, 6). Josías, el rey justo, profanó este execrable lugar, desparramando huesos humanos sobre él (2 Crónicas 34, 3-5), a pesar de lo cual Joaquín restauró el infamante culto a Moloch. Desde el tiempo de los nefastos fuegos que se mantuvieron ardiendo en ese lugar durante cerca de un siglo y medio fuegos a través de los cuales los Judíos apóstatas hicieron pasar a sus hijos para consagrarlos o inmolarlos a Moloch- Ge Hinnom (en Arameo, Gehennam) recibió el nombre de Geenna tou pyros, Gehenna de Fuego, y llegó a ser símbolo del infierno (en el texto griego, Mateo, v, 22, 29, 30; Marcos, ix, 43, 45). El Valle de Cedrón, desde Hinnom hasta el Mar Muerto, todavía se le conoce como Wadi en Nar, Valle del Fuego. 


Al norte, el Monte Sión limita con un valle, hoy día relleno en gran parte, que va en línea recta desde la Puerta de Jaffa al este a los pies del Monte Moria. En la pendiente de este valle hay un gran embalse con el nombre árabe de Birket Hamman el Batrak, Piscina de los Baños del Patriarca, y en los itinerarios de los peregrinos Piscina de Ezequias. Josefo lo llama Amygdalon, nombre que, según Conder, puede razonablemente venir derivado de ham migdalon, de cara a la gran torre, ya que el embalse mira hacia la Torre de Phasael. Este valle, como todos los que pasan por la ciudad, no tiene nombre propio en la Biblia; ni tampoco en Árabe; convencionalmente se le conoce como el Valle Transversal. Un tercer valle empieza fuera de la Puerta de Damasco (Bab el Amoud) y baja hacia el sur, con una ligera curva al este, dividiendo la ciudad en dos; hasta unirse al Valle de Hinnom. Después de pasar el principio del Valle Transversal, forma una garganta de cierta profundidad que separa el Monte Sión del Monte Moria. Los ingenieros ingleses han encontrado su lecho de roca 69 pies (21,03 metros) por debajo de la superficie actual del suelo cerca de la Wailing Place, y a 85 pies (25,90 metros) del ángulo sudoeste del Templo. Incluye, cerca de su final, la Piscina de Siloé, la cual recibe por un canal subterráneo las aguas de la Fuente de la Virgen que sale de la depresión de Cedrón. Un poco más adelante, en el valle, se ha construido una presa con un muro de 233 pies (71,01 metros), la cual, embalsando toda el agua de lluvia del valle, formaba una alberca conocida por Nehemías como la piscina del rey (en D. V., el acueducto del rey, Nehemías 2, 14). En la Escritura este valle figura bajo el nombre de Nahal, barranco, o torrente de invierno (Nehemías 2, 15). Josefo lo designa en un lugar como el valle ancho (Bell. Jud. V, iv, 1), y los árabes lo llaman simplemente El Wad, el valle. En los trabajos de Tierra Santa lleva la etiqueta de el valle central.
Rodeado por todos sus lados por estos hondos barrancos, el Monte Sión presenta una superficie de cuatro lados que mide alrededor de 2600 pies (792,48 metros) de norte a sur y 2000 pies (609,60 metros) de este a oeste. Es la más espaciosa de las colinas de Jerusalén, la más alta y la única completamente aislada. Su punto más alto alcanza una altitud de 2558 pies (779,67 metros) y se eleva 531 pies (161,85 metros) sobre su base en el ángulo sudeste. Su superficie es considerablemente variada, estando realmente dividida por una pequeña depresión que se bifurca hacia la mitad del Valle Transversal y desciende de forma oblicua hasta la Piscina de Siloé. Por consiguiente, el Monte Sión consiste en dos altiplanicies conectadas entre sí, una (la más baja) se alarga en dirección oeste, la otra (la más corta) en dirección noroeste. La primera es claramente uniforme y mide 2300 pies (701,04 metros) de largo de norte a sur, y 920 pies (280,41 metros) de ancho. Después de bajar unos 100 pies (30,48 metros) hacia el noroeste, el suelo se levanta unos 20 pies (6,09 metros) formando un promontorio redondeado frente al Templo, acabando en un precipicio de 195 pies (59, 43 metros) encima del lecho del anterior El Wad. 


(b) El Monte Moria, la Colina del Este, es un promontorio estrecho que conecta con el Monte Bezetha, cuyo punto más alto es la Colina de Jeremías, con una altitud de 2556 pies (779.06 metros). Esta lengua de tierra acaba al sur cerca de la Piscina de Siloé; El Wad lo cierra por su lado oeste, y el Valle de Cedrón por el este. En su cima (2443 pies) (744,62 metros) estuvo la propiedad de Ornan (Arauná), el Jebuseo, donde Salomón construyó el Templo y sus palacios. Esta es la cumbre llamada Moria; sur del barrio real, la colina (2300 a 2050 pies) (701,04 a 624,84 metros) tiene el nombre de Ofel (2 Crónicas 27, 3). Cedrón, que desde el siglo tercero después de Cristo ha sido nombrado también el Valle de Josafat, empieza cerca de las así llamadas Tumbas de los Jueces, y desciende, bajo el nombre de Wadi ed Djoz (Valle de los Nogales), al sudoeste, al pie de Scopus, y entonces al sur, convirtiéndose en una garganta que separa el Monte Moria del Monte de los Olivos y del Monte de la Ofensa. 1300 pies (396,24 metros) más allá del ángulo nordeste de la ciudad, está cruzado por un puente que reemplazó a otro del período Judío. Este antiguo puente Judío daba acceso, a su derecha, a una escalera tallada en la roca que se encamina al lado norte del Templo, y, a su izquierda, a otra escalera similar que se dirige al Monte de los Olivos. A la izquierda del puente está el Huerto de Getsemaní (véase), con la Tumba de la Bendita Virgen, de donde los Árabes llaman a esta parte del Cedrón Wadi sitti Mariam, o Valle de la Señora María (la traducción es literal para respetar el origen no cristiano del nombre dado por los árabes, si bien se expresaría mejor como Valle de Nuestra Señora María-, n.d.t.). Enseguida vienen dos magníficos monumentos de estilo Greco-Romano-Judío (segundo al primer siglo antes de Cristo) excavados en la roca. El primero se ha llamado, desde el siglo cuarto después de Cristo, la Tumba de Absalom; el segundo, la Tumba del Profeta Zacarías. Entre ambos se halla una grandiosa tumba Judía del mismo período, perteneciente a la familia de Beni Hezir. Un poco más adelante, sobre el sitio del Monte de la Ofensa, se puede ver una tumba labrada en la roca, de arquitectura Egipcia. En la misma pendiente se cuelga el pueblo de Silwan, con sus casas construidas frente a largas filas de sepulcros, la mayoría de los cuales están tallados en un vasto espacio de roca calcárea, popularmente conocido como Ez Zehwele. Enfrente, al pie de Ofel, un tramo de treinta y dos escalones desciende a una caverna, en la que hay una fuente de agua ligeramente salada. Esta fuente presenta el fenómeno de un sifón natural (subterráneo) que produce un flujo intermitente; el agua sale a intervalos de tres a seis veces al día- con un extraño murmullo, de una hendidura de la roca. El agua de esta fuente va a la Piscina de Siloé por un túnel curvo. Los Árabes llaman a la fuente Ain Sitti Mariam, en honor de la Virgen Maria, y también Ain Oumm Daradj, Fuente de la Madre de las Escaleras; su nombre Bíblico es, de acuerdo con unos, En Rogel; según otros, Gihon de Arriba (ver abajo, D). Cedrón aquí comienza a ensancharse y se cubre con fértiles huertos, los huertos del rey, mencionados en la Biblia. Recibe el Hinnom, junto con El Wad y el pequeño valle que baja, de forma oblicua, desde el Monte Sión. Su descenso a lo largo de alrededor de dos millas y media (4,022 Km.) es de 550 pies (167,64 metros) aunque en su segunda mitad se encuentra lleno, entre quince y cincuenta pies (4,57 a 15,24 metros), de residuos.
Al norte del Monte Moria un valle más comienza cerca de la Puerta de Herodes (Bab Zahira), pasa, al sur sudeste, bajo el ángulo nordeste de la explanada del Templo, y termina en el puente de Cedrón. Las numerosas albercas de esta depresión, cerca de la iglesia de Santa Ana, el lugar de nacimiento de la Virgen Bendita según la tradición, han sido excavadas (no naturales, n.d.t.). Aquí debió estar situada la Piscina Probática, o Piscina de Bethsaida (A. V. Bethesda), con sus cinco pórticos (Juan 5, 2). También se ha localizado al norte la Birket Israil, una represa de 359 pies (109,42 metros) de largo por 126 pies (38,40 metros) de ancho, frente al muro exterior del Templo.
(c) El Monte Gareb (en D. V., la colina Gareb, Jeremías 31, 39) (la cuesta de Gareb, según BJ, n.d.t.) se alarga entre el Valle Transversal, al sur, y el curso superior de El Wad, al este. Es un tanto abrupto hacia el noroeste pero no tiene prominencias particularmente altas exceptuando la roca del Calvario (2518 pies) (767,48 metros). En el Año del Señor 70, Gareb estaba todavía cubierto, fuera de los muros, por huertos regados por fuentes (Bell.Jud., V, ii, 2)
Todavía se discute si Sión, la Ciudad de David, ocupaba el tradicional Monte Sión u Ofel; pero por todos se admite que antes del reino de Ezequias (727 antes de Cristo) la ciudad de Jerusalén se extendía sobre ambas colinas, dentro de los límites de los primeros muros.



•  Desarrollo Urbano de la Ciudad y sus Principales Monumentos

•  Sión, o la Ciudad de David, según la Tradición. 
David conquistó la fortaleza de Sión y se instaló en la fortaleza y la llamó Ciudad de David. Edificó una muralla en derredor, desde el Mil-ló hacia el interior (2 Samuel 5, 7-9). Cuando Salomón hubo terminado el Templo y la Casa del Bosque del Líbano, de 100 codos de largo, 50 codos de ancho, y 30 codos de alto, con un porche de 30 codos por cincuenta, erigió los palacios y otros edificios. Hacia abajo, por el sur, en el lugar que figura en los textos post-Exílicos como el Ofel, nos encontramos a los Gabaonitas (Josué 9, 22) y otros Natinitas -pueblos extraños puestos al servicio de los Levitas para proveerlos de madera y agua para los sacrificios (Esdrás 2, 58; 7, 2f; 8, 20; Nehemías 3, 26; 11, 21). 
¿Ocupó Sión, la Ciudad de David, la colina del este o la situada al sudoeste?
Antes del exilio, los Judíos no pudieron estar ignorantes de su localización, ya que el muro límite de Sión abarcaba los sepulcros del rey-profeta y catorce de sus sucesores; los últimos dos Libros de los Reyes repiten esto trece veces (1 Reyes 2, 10; 11, 43; 14, 9, 24, etc.; 2 Reyes 8, 24, etc.), y las Crónicas contienen testimonios similares. A su vuelta del exilio, los ancianos tienen que haber recordado en qué parte de la ciudad estaban situados los enterramientos de David y sus descendientes; de hecho, Nehemías no duda en usarlos como punto de referencia (Nehemías 3, 16)Hircano I y Herodes el Grande, incluso, abrieron estas tumbas de los reyes buscando tesoros (Antiq. Jud., VII, xv, 3: XIII, vii, 4; Bell. Jud. I, ii, 5). El monumento de mármol blanco levantado por este último, parece haber permanecido en pié hasta el año 133 del Señor (Dion Cassius, Hist. de Roma, LXIX, iv). En todo caso la tumba de David era bien conocida entre los Judíos y los discípulos de Cristo en tiempos de San Pedro (Hch. 2, 29). Ya Josefo, testigo ocular, dice que la ciudad Jebusea, que se convirtió en la Ciudad de David, ocupaba la altiplanicie oeste de la colina del sudoeste, ahora conocida como Monte Sión. En su tiempo se le llamó la ciudad alta (Antiq. Jud., XVI, vii, 1, etc.) y también el ágora superior, o mercado (Bell. Jud., V, 4, 1. Cf. 1 Macabeos 12, 36; 14, 36). La palabra Mil-ló (en D.V. Mello) se traduce siempre por Akra en los Setenta y en Josefo, y, de acuerdo con éste último, el Mil-ló, o Mello, ocupaba la altiplanicie del lado nordeste de la misma colina, y, en su tiempo, se le llamó Akra, ciudad baja y mercado de abajo (Antiq. Jud., XVI, 7, 1; Bell. Jud., V, 4, 1; 1 Macabeos 1, 38). Fue esta colina, que dominaba el Templo, la que fue nivelada por los Asmoneos (Antiq. Jud., XIII, vi, 6; Bell. Jud., I, ii, 2). Los Talmudistas están de acuerdo con el historiador Judío en cuanto a la posición de los dos mercados (Neubauer, La Geografía del Talmud, p. 138). Eusebio de Cesarea (Onomasticon, ver Golgotha), San Jerónimo (Ep. cviii, Ad Eustoch), San Epifanio (De mens., xiv), y los escritores posteriores, Judíos y Cristianos, localizan Sión, la Ciudad de David, sobre la colina sudoeste, la cual nunca tuvo otro nombre que el de Monte Sión. 


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